MINI Countryman-coche- deportivo-
Su longitud es de 4,1 m, por lo tanto es el MINI de mayor tamaño que hay actualmente a la venta y las primeras entregas se harán efectivas en septiembre de este año. Tiene cuatro puertas laterales y se abren en sentido estándar.
Exteriormente no deja de ser un MINI Cooper más alto y ancho. En realidad no aporta nada nuevo pero tiene un conjunto de detalles nuevos que lo hacen atractivo. En mi opinión todos los modelos del grupo siempre me han gustado, puede ser eso.
En cambio, el frontal, es tres cuartas partes de lo mismo. Una pastosa mezcla entre Cooper y una trasera prácticamente igual a la del Clubman. En las fotos aparecen el S y el modelo normal.
Se podrá elegir con tres asientos traseros o con dos. Si lo pedimos con dos, serán independientes y van separados entre sí por una consola Centrer Rail. Es posible deslizar los asientos sobre un carril y abatir hacia delante. Estará disponible con varios motores entre 90cv (One D) hasta el más potente: 184cv del Cooper S.MINI Countryman-coche- deportivo-foto.
Respecto a cualquier MINI, éste nuevo modelo mejora en calidad de acabados y en tamaño. Han mejorado cosas como mayor espacio para las piernas del conductor y copiloto. Pero eso no justifica que hayan pensado en el diseño del salpicadero.
También hay conexiones para conectar algunos dispositivos al sistema de entretenimiento del coche. En opción hay un paquete de iluminación que según MINI, permite encontrar con mayor facilidad lo que se deposite en el Center Rail.
Lamentablemente es muy parecido al Cooper pero tiene esos detalles para diferenciarlo, así como el cuenta kilómetros, los asientos o la consola central. No se si os gustará el diseño,.
TITULO: Para Todos La 2 - La Fundación Contorno Urbano .
Iniciativas ciudadanas. La Fundación Contorno Urbano interviene en espacios públicos dando vida y color a muros, parques y plazas con grandes murales. El resultado va más allá del cambio estético porque los vecinos se implican en el proceso y la obra final se convierte en la identidad del barrio. Reportaje sobre Contorno Urbano y lo que se puede hacer con pinceles, espray, martillos y otros utensilios para mejorar la vida de los barrios.
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TITULO: Gigantes de La 2 - Álvaro Morte ,. Jueves -2- Enero ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves -2- Enero ,. - 23:50 de Televisión Española. Presentado por Mari Cruz Soriano,.
fotos / Álvaro Morte: "He dicho no a publicidad muy bien pagada cuando no tenía un duro"
Es
El Profesor en la serie 'La casa de papel'. Ataviado con esmoquin, como
un galán del cine clásico, descubrimos a un hombre trabajador, padre y
esposo, que sabe más de los personajes que los guionistas
Al
actor Álvaro Morte le gustan las preguntas; plantear preguntas sin dar
respuesta. Es su filosófico método de interpretación. Y la pregunta era:
¿quién es Álvaro Morte (cordobés nacido en Algeciras, 23 de febrero de
1975)?
Subimos un solo piso en un angosto ascensor, trayecto y espacio suficientes para declararle mi admiración profunda: "¡Es usted mucho más guapo de lo que imaginaba!". "Soy normal, muy normal, quiero serlo". Le hemos dejado colgado en la calle 40 minutos al frío raso de la periferia madrileña, el taxi que nunca llegó a recogerle y una hora perdida porque se quedó incomunicado: en la misma rotonda atendía en su móvil una entrevista de un diario alemán, el taxi que no llegó nunca y él allí petrificado como estatua, respondiendo preguntas.
Imaginaba que El Profesor de La casa de papel o el Óscar de la recién ganadora del Premio MiM a Mejor Drama El embarcadero
vendría bramando, así que, nada más verlo llegar bajo su visera del
revés, cruzo la calle y me lanzo a su cuello rogándole disculpas, y de
pronto, es él quien se está disculpando por la tardanza y regalando
besos aquí y allá.
¿Es así o lo trabaja? "Soy así. Optimista, positivo. No necesito terapias ni sesiones de meditación. Mis vías de escape son la música, soy muy melómano y de gustos eclécticos, y las historias que encuentro en cualquier lugar, en un libro, un viaje, una película; voy por una calle, miro hacia arriba e imagino la vida de la gente que vive dentro de esas casas, y eso me entusiasma. Y por supuesto lo son mis hijos y la gente que quiero. Hay que estar por encima de una situación tan ridícula como la que se ha creado [el taxi que no llegó jamás]. ¿Acaso ha sido queriendo?, ¿alguien ha dicho vamos a fastidiar a Morte?".
Subimos un solo piso en un angosto ascensor, trayecto y espacio suficientes para declararle mi admiración profunda: "¡Es usted mucho más guapo de lo que imaginaba!". "Soy normal, muy normal, quiero serlo". Le hemos dejado colgado en la calle 40 minutos al frío raso de la periferia madrileña, el taxi que nunca llegó a recogerle y una hora perdida porque se quedó incomunicado: en la misma rotonda atendía en su móvil una entrevista de un diario alemán, el taxi que no llegó nunca y él allí petrificado como estatua, respondiendo preguntas.
¿Es así o lo trabaja? "Soy así. Optimista, positivo. No necesito terapias ni sesiones de meditación. Mis vías de escape son la música, soy muy melómano y de gustos eclécticos, y las historias que encuentro en cualquier lugar, en un libro, un viaje, una película; voy por una calle, miro hacia arriba e imagino la vida de la gente que vive dentro de esas casas, y eso me entusiasma. Y por supuesto lo son mis hijos y la gente que quiero. Hay que estar por encima de una situación tan ridícula como la que se ha creado [el taxi que no llegó jamás]. ¿Acaso ha sido queriendo?, ¿alguien ha dicho vamos a fastidiar a Morte?".
- ¿Quién demonios es ese actor que da vida al enigmático Profesor, cerebro de 'La casa de papel'? ¿De dónde sale usted?
- Soy una persona absolutamente normal o al menos lo intento. Soy consciente y me implico en la realidad, y básicamente soy un currante, y ahí conecto con El Profesor, que es un obseso del trabajo. Disfruto mucho buscando la mejor de las opciones para crear, ya sea un personaje, un guion o un montaje para mi compañía de teatro [300 Pistolas]. No confío ni delego en la inspiración, conecto más con la artesanía: de qué herramientas dispongo, cómo usarlas con arte. No entiendo la distinción entre el equipo artístico y técnico: yo soy un técnico más y mi medio es la interpretación.
- Nace en Algeciras, para empezar un lugar singular, fronterizo, ¿complicado?
- Mi familia siempre fue nómada, y de allí nos fuimos cuando tenía apenas unos meses, a un pueblo de Córdoba llamado Bujalance, que es donde me crié, correteando entre olivos. Mis padres son los dos cordobeses. Pero mi padre constantemente emprendía nuevos retos, y cuando yo tenía 15 años volvimos a Algeciras, una ciudad con puerto, mucha droga con la que por suerte jamás flirteé, un mundo sórdido de frontera continental y delincuencia, y mucho olor a pescado. Pero tiene una cosa maravillosa, que es la gente gaditana. Mis recuerdos son muy buenos.
- ¿Y cuándo y cómo entre aquellos olivares se dice: "Quiero ser actor"?
- Yo creo que muy pronto, pero jamás fui consciente. Allí no llegaba nada, tú no podías decir algo así, ni siquiera lo pensabas; además yo era un niño muy tímido y retraído. Estaba haciendo Telecomunicaciones en Canarias, siempre fui de ciencias puras, y en primer curso se me cruzó el teatro y se fastidió todo. Pero luego me recordé con siete años viendo el Un, dos, tres en el sofá de casa el viernes por la noche, y decirle a mi madre: "Yo quiero estar ahí'. Pero era algo tan imposible... Es que ni me había vestido de pastorcito en el colegio, ni sabía siquiera que existía la carrera de Arte Dramático.
- ¿Reacción paterna?
- A mi madre no le sorprendió, porque ella tiene una gran vena artística, pinta, canta, baila... Y a mi padre, un emprendedor nato que nunca tuvo miedo a nada ni a nadie, siempre cambiando de vida, tampoco.
- ¿Qué tipo de cosas emprendía, por qué eran nómadas?
- Hizo de todo en su vida y no le fue nada mal, veía un negocio e iba a por él, llegó a ser director de banco, comerció con aceites, con antigüedades, montó la primera joyería del pueblo... Y cuando mis dos hermanos mayores ya estaban en edad universitaria, nos fuimos a Barcelona para que eligieran carrera, y allí primero abrió un café y luego se puso a estudiar y montó una inmobiliaria [se pone a hablar catalán]. Él era así, fue el mayor de cinco hermanos hijos de un guardia civil, y con siete años ya llevaba dinero a casa. De mayor estudió lo que no pudo aprender de niño. Ha fallecido, hace mes y poco.
- Lo siento, no sabía nada...
- Es natural que se te muera un padre. Ha sido terrible, pero muy bien llevado, no sufrió e hizo chistes hasta los últimos cinco minutos. Y tuvo una vida maravillosa que duró 80 años.
- Y usted planta Teleco y, ¿dónde estudia la carrera de actor?
- En la escuela oficial de Córdoba, y luego me becaron para estudiar en Finlandia.
- Ah, pues se le nota, en sus instantes congelados.
- Tal vez, esa aproximación al personaje desde otros ángulos, tangentes. Y a la vuelta estuve en Madrid en una escuela británica y finalmente, en la Ecam [la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid], donde hice mogollón de cursos: soy un obseso de la formación, continuada. Jamás uno puede asumir que está formado.
- ¿Cómo sobrevivía antes de 'La casa de papel', con dos hijos [mellizos de cinco años, León y Julieta]?
- Como cualquier actor he vivido momentos mejores, peores, muy buenos y nefastos, pero me he ido defendiendo. Una de mis mejores decisiones fue montar 300 Pistolas, porque me da una estabilidad que me permite no aceptar cualquier proyecto. Eso ha sido para mí un principio siempre: nunca acepté un trabajo que no estuviera dignamente pagado, porque te estás cargando la profesión; he preferido trabajar como técnico de sonido o iluminación para otra compañía de teatro. ¿Sabe que la mayoría de los actores que trabajan cobra menos de 3.000 euros al año? Por cada uno que llegamos a fin de mes hay 50 que no lo logran. Vivimos en un país que no entiende la cultura como algo necesario, no valora el intelecto, que es lo único que nos puede salvar. Las subvenciones que recibe la cultura son una nimiedad en comparación con las del resto de sectores industriales, cuando es una aportación brutal para nuestra economía. Si miramos lo que pasaba en los 80, estamos dando pasos atrás.
- 'La casa de papel' ha terminado de dar el vuelco a la ficción televisiva 'made in Spain'. Usted dice que la cuestión ha sido "quitarse los complejos". ¿No será más bien quitarse la culpa y pasarse al terreno de la ambigüedad, ni buenos ni malos?
- Consiste en plantearle a la gente la pregunta ¿tú qué harías? Y no darle la respuesta. Y eso es lo interesante, porque fomenta un debate; hace que reflexiones y te metas en la piel del personaje. Pero para ello necesitamos hacer personajes empáticos. ¿Recuerda la secuencia en la que El Profesor tiene a la inspectora Raquel Murillo atada en el hangar y le plantea: '¡¿Yo soy el ladrón? Tú, que trabajas para los grandes ladrones!?'. Y ahí ella, la valedora del sistema, se derrumba, porque le destruye su estructura vital, y se convierte en Lisboa [nota: no negaré que revivir la escena en directo es todo un lujo].
- 'El embarcadero' hace que nos enamoremos de un bígamo. ¿Se siente bien en la piel de adúltero irredento? ¿Tiene algo que ver con usted esa volubilidad sentimental?
- Cero. Para trabajar un personaje no necesito compartir lo que piensa, pero sí entenderlo. Si no entiendo lo que le pasa por la cabeza a un asesino en serie, no puedo interpretarlo.
- Huy, le ha salido muy rápido eso del asesino en serie, ¿es su próximo personaje?
- No, no, lo digo como ejemplo.
- Hummm, permítame que lo dude...
- Es que soy muy rápido mentalmente [se ríe]. Necesito transitar por una serie de estados para transmitir ciertas emociones, tengo que entenderlos. Estar o no de acuerdo no es mi trabajo, sino el suyo como espectadora. Es como me gusta trabajar, no doy nada hecho, suelto preguntas. Hay actores que trabajan recuperando momentos emocionales personales; lo respeto, pero a mí no me vale. Mis experiencias son mías y no me gusta compartirlas si no lo decido yo.
- ¿Y qué está dispuesto a compartir ahora? ¿Es su vida tan normal como quiere hacer creer? Esposa, dos hijos, pisito en una urbanización acomodada de las afueras...
- Absolutamente, me esfuerzo en mantener la normalidad, sobre todo de cara a mis hijos: no quiero que piensen que esto es un circo. Aunque es verdad que hay cosas que ya no puedo hacer.
- ¿Como qué?
- Le pongo un ejemplo. Rodando The Head en Tenerife este verano me llevé a mi familia un par de semanas. Estupendo. Me invitan a un festival de música y como quiero sentirme uno más, para allá vamos los cuatro; pero llegamos allí y era tal la cantidad de gente que quería una foto conmigo, que tuve que separarme de ellos; y llegó un momento en que León empezó a llorar: "¿Qué le están haciendo a papá?" Y a los 10 minutos había en las redes decenas de fotos de mis hijos y de mi mujer. Fue la triste confirmación. Y esto no me sucede en España, sino en el planeta, en Tailandia, en cualquier lugar de Europa. ¡En Francia ha sido la serie más vista jamás!
- ¿Por qué a todo el mundo sus personajes le recuerdan a alguien que conoce, es su naturalidad o es que tiene un rostro muy común?
- Óscar y El Profesor son personajes que había que desdemonizar, y para ello tuve que generar empatía a raudales. Y eso provoca una identificación: sientes al personaje cercano y le encuentras similitudes con seres conocidos. Pero si el espectador no siente empatía con El Profesor o con Óscar, la serie no funciona.
- Trabajador, meticuloso, cerebral. Tras los éxitos nacionales vino 'The Head' y, ahora, 'The Wheel of Time'. Parece un plan, ¿había plan?
- [Se ríe]. Mi único plan definido ha sido siempre lo que no quiero hacer, pensando en el futuro que me puede procurar. Por ejemplo, he dicho que no a publicidad muy bien pagada cuando no tenía un duro, porque si el anuncio tiene éxito puedes convertirte en "El del queso", te cargas los personajes potenciales que ya no podrás hacer. En ese sentido sí hay un cálculo: no a lo que te pueda estropear el futuro; a veces lo decides por intuición, e incluso te equivocas.
- Cuentan que se pasa los rodajes aprendiendo los entresijos de la realización. ¿Su vocación es dirigir?
- Es una de ellas, sí. Estoy montando una productora audiovisual, y uno de los objetivos sería dirigir. Espero que pronto empecéis a oír hablar de nosotros. He dirigido mucho teatro y, aunque son medios completamente distintos, a veces también haces un plano general y otras, un primer plano [empieza a hablar de focos, travellings y...].
- Mire, cada vez me recuerda usted más al Profesor, contándome minuciosamente sus planes. ¿Cuánto cambió usted al personaje?
- Cambié muchísimas cosas, los actores llegamos a saber mucho de nuestros personajes, a veces incluso más que los guionistas. Por ejemplo la idea del origami la propuse yo. Y también le dije a Pina [Álex Pina, el creador de la serie]: "No olvides que El Profesor hace todo esto para vengar a su padre, ¿tú crees que se va a quedar tan tranquilo sabiendo que ahí dentro van a matar a su hermano?". Se lo dije cuando la tercera temporada era impensable, pero si se fija en la mirada del Profesor cuando por fin escapan [todos menos Berlín], es una mirada ambigua que está diciendo: "Yo no estoy contento". Desde ese momento él está dándole vueltas a cómo volver.
- ¡Pero si Pina había puesto un broche final a una serie por primera vez en su carrera! ¿Y usted no la había cerrado? ¿También había planificado el regreso?
- Volvemos al principio de la entrevista: a mí me parecía interesante dejarle la pregunta.
- Pues ahora se la dejo yo a usted: ¿por qué abandona, Profesor?
- ¡¿Pero cómo me pregunta eso!? ¡Tendrá que ver la cuarta!, jajaja. Lo único que puedo adelantar es que, efectivamente, El profesor hace una bajada a los infiernos, necesaria. Veremos si es capaz de remontar el vuelo [nota: no todo está perdido con Nairobi. "¿Cree que la vio morir?". Ahí nos manda El Profesor Morte otra de sus preguntas].
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