lunes, 8 de junio de 2020

Documaster - Hamlet ,. / LUNES -8- Junio - EN EL PUNTO DE MIRA - El blues de la pandemia,. / LUNES -8- Junio - Madridistas por el mundo - El gimnasta Néstor Abad ,. / JUEVES -11 - Junio -PINEDA , protagonista de 'Campo de estrellas' Realmadrid TV,.

TITULO: Documaster - Hamlet ,.

Hamlet - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliure Hamlet ,.


foto / La obra transcurre en Dinamarca, y trata de los acontecimientos posteriores al asesinato del rey Hamlet (padre del príncipe Hamlet), a manos de su hermano Claudio. El fantasma del rey pide a su hijo que se vengue de su asesino.
La obra discurre vívidamente alrededor de la locura (tanto real como fingida), y de la transformación del profundo dolor en desmesurada ira. Además de explorar temas como la traición, la venganza, el incesto y la corrupción moral.


 TITULO:   LUNES -8- Junio - EN EL PUNTO DE MIRA -  El blues de la pandemia,.










LUNES -8- junio- EN EL PUNTO DE MIRA ,.










En el punto de mira es un programa de televisión que se emite en el canal Cuatro y que se estrenó el 26 de julio de 2016.1​ En este se tratan temas de actualidad y de investigación, ofreciendo como novedad en el formato, imágenes de cámaras 360° junto a grabaciones panorámicas hechas desde drones y sistemas de grabación oculta. Así, a manos de varios reporteros, profundizan en temas como la trata de animales, el negocio de las farmacéuticas o la caza ilegal. Lunes -8- Junio - a las 22:40h, etc,.

   El blues de la pandemia,.


Después de la música, trabajadores del festival de Glastonbury, en Somerset, Inglaterra, limpian el recinto./Henry Nicholls
Después de la música, trabajadores del festival de Glastonbury, en Somerset, Inglaterra, limpian el recinto./ fotos,.

El apagón musical deja en la cuneta a cerca de 300.000 técnicos, montadores y músicos. Son la legión de trabajadores, muchos de ellos fantasma y sin derecho a ayudas, que encendía la mecha de 850 festivales al año,.


Si el Covid-19 no hubiera irrumpido en escena para poner el mundo patas arriba, legiones enteras de técnicos de sonido, iluminadores, operarios de carga y descarga, instaladores, electricistas, 'backliners' (músicos encargados de afinar los instrumentos), camareros, carpinteros, transportistas, empleados de seguridad, conductores, y así hasta una treintena de gremios diferentes, estarían en ruta por España echando humo. Para estas fechas, ya habrían levantado y desmontado el Viña Rock, en Albacete, o el Tomavistas, en León, y el monstruoso Primavera Sound, con sus diecisiete escenarios y sus 220.000 parroquianos, rugiría estos días a todo voltaje en la Ciudad Condal. Pero lo único que suena allí y en el resto de localizaciones, salas, pabellones multiusos y plazas públicas es el silencio doliente que azota los páramos.
Los festivales al aire libre, barridos ahora del mapa por la pandemia, se habían convertido en los últimos años en un lucrativo negocio para promotores y ciudades de acogida que dejaba tras de sí cifras apabullantes, en las que, en buena medida, se sujetaba el sector. Una vez recuperada del varapalo de 2012, con la subida del IVA cultural, la música en vivo alojada en este tipo de certámenes experimentó un auge desconocido. España se catapultó como el primer destino de viajes hasta alguno de los 850 festivales, según el cómputo del Ministerio de Cultura, que desplegaban su parafernalia de hierro y vatios. El grueso concentrados entre mayo y octubre.
Tras seis ediciones consecutivas de crecimiento de la facturación -en 2019 superaron los 382 millones de euros sólo en concepto de venta de entradas, sin contar la venta de artículos promocionales, las ayudas públicas y los ingresos por patrocinios-, este verano se presentaba como otro hito a batir. De esas expectativas hoy no quedan ni las migas. Un agente microscópico se ha ocupado de tumbar a todo un sector de un golpe certero y brutal, que podría mantenerlo fuera de juego hasta 2021.
El coronavirus se ha bastado para paralizar esta industria que reportaba ya el 0,5 al PIB y, a la vez, para dejar al descubierto la jungla de precariedad, abusos y desprotección en la que se mueven muchos de sus 300.000 trabajadores. Ese es el número de técnicos, el equivalente a toda la ciudad de Valladolid, que los organizadores de los festivales reclutan cada año para ponerlos en marcha. A veces, por jornadas que siempre acaban en maratones; las que más, por horas. En ocasiones, con la remuneración en mano.
«El desamparo en este mundo es absoluto para los empleados. No hay contratos de por medio entre autónomos y empresarios. Todo es verbal, de manera que a diez días de comenzar a trabajar pueden decirte que ya no te requieren y no solo no tienes nada que reclamar, sino que te quedas sin ninguna posibilidad de engancharte a otra producción. En doce años de trayectoria, solo un festival me ha firmado un contrato».
«Los técnicos de sonido estamos en el convenio del metal. Nosotros no somos ni cultura ni música»
«Los técnicos de sonido estamos en el convenio del metal. Nosotros no somos ni cultura ni música» Santi Donoso | Empresario de luz, sonido e instalaciones
«El sector va a necesitar ayudas para evitar que la gente se tenga que echar a la recogida de la fresa»
«El sector va a necesitar ayudas para evitar que la gente se tenga que echar a la recogida de la fresa» Isabel del Moral | Jefa de iluminación de Rosalía
«El desamparo en este mundo es absoluto. Todo es verbal. En doce años he firmado un contrato»
«El desamparo en este mundo es absoluto. Todo es verbal. En doce años he firmado un contrato» Yolanda Terlera | Producción artística y técnica
«La economía sumergida es gigantesca. La mayoría de los músicos ni cotiza ni percibe prestaciones»
«La economía sumergida es gigantesca. La mayoría de los músicos ni cotiza ni percibe prestaciones» Pablo Lesuit | Cantante y músico

Sin sindicatos

La gallega Yolanda Terlera, 49 años, lleva cuarenta certámenes a sus espaldas. Ha trabajado en la producción artística y técnica para el BBK Live, Azkena Rock, Sonisphere, Mad Cool, Primavera Sound o Bay of Biscay. Se ocupa de organizar los conciertos para el promotor, contratando para ello todos los servicios necesarios, y de asegurarse al mismo tiempo que los integrantes de Metallica, Cold Play o Placebo encuentran todo tal y como quedó estipulado sobre el papel. «A veces las bandas internacionales te preguntan a qué sindicato pertenecen los montadores y los técnicos. Les dices que a ninguno y alucinan».
Pese a la que cae, esta 'freelance' del negocio -«aquí todos los somos» - se sabe afortunada. El brote del virus, allá por marzo, le pilló dada de alta como autónoma, lo que le permite cobrar un subsidio mientras dura el estado de alarma. «Pero por entonces la mayoría de la gente aún estaba de baja, con lo que ahora no está percibiendo nada. Conozco verdaderos dramas entre los compañeros», asegura. «Hasta hace tres o cuatro años era habitual que no se diera de alta a los técnicos y montadores. Ahora lo hacen por un día de trabajo. Cotizan los días de bolo, que pueden ser ocho al mes y con eso tienen que hacer frente a la cuota mensual. Es difícil que así salgan las cuentas. Por eso aquí nadie se pone enfermo. Lo lógico sería pagar en función de lo que facturas, como ocurre en Inglaterra y Francia», reclama.
Operarios montan las instalaciones del BBK Live en Bilbao, en una edición anterior. | Borja Agudo
alternative textHasta el pasado diciembre, la granadina Isabel del Moral, 31 años, andaba por los escenarios de Sudamérica y los Estados Unidos poniendo literalmente el foco sobre Rosalía en su gira mundial con 'El mal querer'. Hoy está en su casa de Bilbao tratando de llevar algo de luz a tanta incertidumbre y a «tantos compañeros asustados, que no han cobrado un ERTE y que están ya al límite con la perspectiva terrible de que esto no se reanude hasta dentro de un año». «La salud pública va por delante», enfatiza, «pero en cuanto se pueda este sector va a necesitar apoyo para que pueda resurgir y para evitar que la gente se tenga que echar a la recogida de la fresa».
El cantante, compositor y músico vigués Pablo Lesuit, 31 años, protagonizó el último concierto en una sala Sol de Madrid a reventar antes del confinamiento. Era la presentación oficial de su segundo disco, 'Belorizonte', un delicado esenciero que guarda todas los aromas de un viaje de dos años por Latinoamérica recomendado por su amigo Jorge Drexler. «No sé qué supone este parón en mi carrera. Trato de no personalizarlo y de no dejarme llevar por la frustración. Se ha parado todo para todos», racionaliza mientras busca el modo de mantener vivo su disco nonato.
Lesuit se mantiene con sus ahorros y con una ayuda por cese de actividad. «Soy autónomo, pero tendré que volver a dar clases de música en septiembre y quizá intentar dar algún concierto en acústico». No se queja. Sus músicos están mucho peor. «Muchos viven de compaginar muchos proyectos y tocar en bares. Normalmente no son autónomos, no se les da de alta en la Seguridad Social y se les paga en B. Es como si no trabajaran. No cotizan ni tienen derecho a ninguna prestación. La economía sumergida en este mundo es gigantesca».
El bilbaíno Santi Donoso, 40 años, sortea el apagón musical remangándose y aliándose con los novios y los hosteleros mientras sus trabajadores están en ERTE. Hace unos años, cuando se empezó a «inflar la burbuja de los festivales y las empresas de sonido empezaron a prostituirse tirando los precios», intensificó sus energías en la otra división de la sociedad limitada que comparte con un santanderino, las bodas y celebraciones, mientras ecualizaba algunos escenarios del BBK Live o el Azkena Rock.
Técnicos trasladan un foco durante el montaje de un festival.«No me voy a quedar en casa lamentándome», se conjura. Pero sabe que otros no tienen forma de maniobrar. «Entre los trabajadores de los festivales hay muchos en la estacada. Solo trabajan seis meses y no han acumulado paro. La desprotección es enorme. Hasta el punto de que los técnicos de sonidos estamos en el convenio del metal. Las ayudas a la cultura son para directores de cine y tramoyistas, y las de la música, para los artistas. No existe un convenio audiovisual que nos acoja».

Sin lo más básico

Técnicos trasladan un foco durante el montaje de un festival.
En las altas instancias, el presidente de la Federación de la Música de España, ESmusica, el paraguas que aglutina a nueve asociaciones del sector y a 111.000 autores, editoriales, sellos, promotores, managers, artistas y salas de conciertos, no esconde el bulto. «Desde el punto de vista normativo y de estatus institucional estábamos en precario. Carecíamos hasta de lo más básico, que es una legislación que permitiera el acogimiento en caso de crisis. Por eso, el 37% de los artistas y prácticamente la totalidad del resto de actividades gremiales, que se encuentran en un limbo profesional, se han quedado sin más ayudas que la del Ingreso Mínimo Vital», admite Joaquín Martínez Silva.
Nacida en diciembre con el objetivo de convertir la música en un sector industrial regulado, reglado y profesional a través de un plan estratégico de tres años, el virus ha hecho trizas la hoja de ruta que se había marcado la federación. Ahora lo inaplazable es rescatar al sector del silencio y de la ruina de su plantilla fantasma.


TITULO:   LUNES -8- Junio - Madridistas por el mundo - El gimnasta Néstor Abad ,.

Realmadrid TV emite  - LUNES-8 Junio- noche, a partir de las 22:30 horas, una nueva entrega de Madridistas por el mundo -El gimnasta Néstor Abad ,.


El gimnasta Néstor Abad: cómo ser padre dos veces colgado de unas anillas,.


Néstor Abad juega con su hijo; al fondo, su mujer y su bebé.

Sonia no necesita que el ginecólogo le diga una fecha de parto. Con Lis, su bebé de tres meses, lo tenía claro. Ya le pasó con Eiden, seis años atrás. «Nacieron los dos con Néstor en competición», revela mientras faena con la niña, que reclama su biberón. El nene, en otro rincón, se sujeta con garbo de las paralelas, ante la mirada divertida y orgullosa de su papá gimnasta. Esta tarde invernal se ha traído a toda la familia al Centro de Alto Rendimiento (CAR) para posar juntos ante el fotógrafo de EL MUNDO. Heredia es el único capaz de convencer a Eiden de que salga de la piscina de gomaespumas para ponerse ante la cámara.
Al escuchar la temática de estos reportajes olímpicos, con el foco en el entorno del deportista, Néstor Abad ( 26 años, uno de los responsables de que el equipo español de gimnasia artística vuelva a unos Juegos) respondió convencido: «¿Que quién son los más importantes a mi alrededor? ¿Los que más me ayudan y soportan? Pues Sonia, Lis y Eiden. Todo lo hago por ellos. La llamo a ver si quiere participar». En pocos minutos, su mujer le daba el ok. «Y aquí estamos. Nos conocen todos, venimos muchos sábados», explica ella, paciente ante el objetivo, con la recién nacida en brazos. Es habitual que los futbolistas o jugadores de baloncesto formen familias a temprana edad. Algunos clubes, tiempo atrás, incluso les animaban a hacerlo, para apartarles de tentaciones peligrosas. Pero en la gimnasia, la natación o el atletismo casos como el de Néstor Abad son extraordinarios: 26 años y padre por duplicado.
«Sentí que no estaba donde debía estar», confiesa sobre el nacimiento de Lis, en pleno Mundial de Stuttgart. Allí España consiguió la plaza para Tokio, horas antes de que Sonia diera a luz. Clasificado el equipo, le tocaba a Abad el concurso individual. Al salir del hotel, le avisaron de que su mujer iba para el paritorio, más rápido todo y con más curvas de las deseadas. «Por suerte, al llegar a la sala de calentamiento le anunciaron que la niña estaba perfecta», relata Fernando Siscar, el seleccionador. «Intentamos animarle, pero tenía la cabeza en otro sitio. Normal», recuerda sobre la inolvidable jornada de su pupilo. Los ejercicios de Néstor no fueron los mejores, excusado de sobra por las circunstancias.
Del nacimiento de su primogénito tampoco se olvida. Él tenía 20 años y Sonia 16.
«Mi familia es mi motivación. Este deporte es muy duro, de muchas horas, poco dinero y mucho riesgo. Por ellos vengo aquí a dejarme la piel entrenando», afirma con un maduro discurso, emocionado casi al hacer el flashback. Una gimnasta norteamericana, Melanie Coleman, murió a finales del año pasado en una mala caída. Néstor luce cicatrices de dos graves lesiones de rodilla. «Yo prefiero no verle competir», reconoce su mujer, de Alcoy también. Él empezó en el cole haciendo gimnasia con niñas, hasta que con ocho años, al detectar su talento, le mandaron a entrenar a Valencia. Ahora vive con su clan en la sierra de Madrid, lejos del trajín de la capital. De sus distracciones.

Tatuajes y psicólogo

«Una cañita puedo, pero la mayoría de las veces les digo que no. Prefiero ir a casa con mi familia», cuenta sobre las calabazas a los compañeros de la selección, jóvenes todos como él, pero con otros intereses. De cerca sus músculos impresionan. Abad los tiene cargados de tatuajes: un buda, una deidad hindú, un samurái, un león... Símbolos de fuerza y concentración. Su mente la ejercita con Pablo del Río, psicólogo de referencia en el CAR. Muchas medallas olímpicas llevan sus susurros de motivación.
Néstor se levanta a las siete de la mañana y regresa a casa a las ocho de la tarde. Seis días a la semana de entrenamientos, más viajes a competir. Y en verano, circuito de exhibiciones. Un no parar para poder sacarse un sueldo decente entre becas y patrocinios. Querría estudiar nutrición para dibujar un futuro cuando el cuerpo ponga el semáforo rojo. «Me ilusiona mucho representar a España en Tokio», dice sin quitar ojo a Eiden, que no para. Hasta con las anillas se atreve. Aprendió a gatear en la tarima, a la vera de papá; se le ven maneras. «Va a salir gimnasta, lo tengo asumido», sonríe Sonia con la resignación de la madre del torero.
«Néstor es el más maduro del grupo», subraya el seleccionador, antes de poner por las nubes a la pieza más consistente del conjunto nacional, donde la figura conocida es Ray Zapata, dominicano nacionalizado que ya estuvo en los Juegos de Río junto a su amigo Abad (son íntimos). Participaron en categoría individual porque el equipo se quedó fuera en el preolímpico. «Su gimnasia es muy sólida. Es bueno en suelo, en barra... pero en general sabes que te da puntos en todos los aparatos», según Siscar, al que le queda el mal trago en mayo de dejar el combinado en cuatro, cuando fueron cinco los que clasificaron a España para Tokio. Néstor, si sigue en su línea y no sufre percance alguno, estará.
«Ya nos vamos, que es tarde», se disculpa el gimnasta, vestido ahora de padre. Lis ya no llora, pero se acerca la hora del baño. Lo difícil será bajar a Eiden de las paralelas.

 TITULO:  JUEVES -11 - Junio  - PINEDA  . , protagonista de 'Campo de estrellas' Realmadrid TV,.

Realmadrid TV  el jueves -11- Junio , a partir de las 22:30 h, una nueva entrega de Campo de estrellas en esta ocasión -PINEDA,.

 

fotos - RECORDANDO A PINEDA

Jugó en el Real Madrid entre 1980 y 1985

En la última entrada de 'Historias del Real Madrid' recordaba el treinta aniversario de la remontada frente al Inter de Milán que servía para que el equipo se clasificase para la Final de la Copa de la UEFA 1984-85. En aquel partido fue titular, con el número 7 a la espalda, Francisco Pineda, jugador del que guardo un difuso recuerdo de su etapa en el Santiago Bernabéu...

Sus inicios en el Real Madrid me pillaron casi en la cuna, así que no tengo recuerdos nítidos de verle jugar con la camiseta blanca de Zanussi. Algunos pocos partidos de su etapa final, quizás... Y los cromos, por supuesto. Los cromos que coleccionaba. Guardaba los de todos los jugadores del Real Madrid y, como ya he contado muchas veces, seguía las carreras de nuestros ex jugadores cuando actuaban en otros equipos. A Pineda sí que le recuerdo más de su paso por el Zaragoza, que me pilló ya algo más crecido, y donde coincidió con otros viejos conocidos como García Cortés, Fraile, Pardeza...

Francisco Pineda García nació en Málaga el 31 de enero de 1959. Pertenece, por tanto, a una generación anterior a la de la Quinta del Buitre, con cuyos miembros coincidió en el primer equipo del Real Madrid durante las temporadas 1983-84 y 1984-85. Por edad, Pineda pertenece al grupo de canteranos madridistas que subieron al primer equipo nada más arrancar la década de los ochenta junto con el guardameta Agustín o Ricardo Gallego, por ejemplo.

Sus orígenes futbolísticos

En la página 20 del número 361 del boletín mensual del Real Madrid, fechado en junio de 1980, se recoge una interesante entrevista al jugador en el marco de la sección Figuras de la cantera, en la que el propio Pineda habla de sus orígenes y de sus comienzos en el mundo del fútbol. "El fútbol siempre me apasionó desde niño. A los ocho años comencé jugando en un equipillo informal de Málaga", relataba entonces Pineda. "Tal que a los diez años me inscribo en otro equipo, este ya federado, llamado Guimbarda. Estuve jugando el primer año de forma ilegal ya que no tenía la edad para la competición infantil", apunta. "Estuve en el Guimbarda hasta los quince años, fechas duras para mí, en que tuve que dejar los estudios para otra ocasión por llevar a mi casa las necesarias pesetas...", detalla el malagueño.

Francisco Pineda, sin embargo, no abandonó la práctica deportiva. Con dieciséis años pasó a formar parte del Puerto Malagueño, donde permanece sólo una temporada. En el año 1975 se traslada a Madrid y entra en el Real Madrid para jugar en sus categorías inferiores. "Comienzo en el Juvenil B, prosigo en el A y llego al equipo amateur. En cada equipo estoy un año, aprendiendo y formándome en un ambiente técnico formidable, hasta llegar, hace dos años, al Castilla", explicaba Pineda en aquella entrevista a Fernando Llamas realizada en 1980.

Siguiendo los pasos del relato del propio Pineda, sabemos entonces que fue en 1978 cuando llega al Castilla, filial del Real Madrid, donde muestra sus habilidades desenvolviéndose en los puestos de ataque. Pineda explicaba en la entrevista que desde pequeño siempre había jugado de delantero. "Lo mismo en un extremo que en otro, pero el puesto en que mejor me desenvuelvo es el de 9", aclaraba el en aquel entonces ariete del filial.

Ante la pregunta de para cuándo esperaba codearse con su paisano Juanito en el primer equipo blanco, Pineda respondía: "Yo no puedo más que esperar. Confío en llegar, pero muchas veces te crees muy ducho y luego nada de nada. Eso, pregúntaselo a los técnicos, que para eso están".

Su llegada al primer equipo, viéndolo ahora desde la distancia, estaba mucho más cerca de lo que posiblemente se pensaba. Era inminente. Sus actuaciones en el filial no pasaron desapercibidas. Había una buena camada en aquel equipo del Castilla. "Con su juego y su juventud, no tiene nada que envidiar a cualquier equipo de Primera", analizaba Pineda sobre aquel filial en junio de 1980.

Finalista de Copa

Y tenía razón Pineda. Contra todo pronóstico, el Castilla 1979-80 se plantó en la Final de la Copa del Rey después de eliminar a cuatro escuadras de Primera División: Hércules, Athletic Club de Bilbao, Real Sociedad y Sporting de Gijón. La escuadra que dirigía el malogrado Juanjo llenó el Santiago Bernabéu en unas eliminatorias en las que el filial de Segunda División se comportó como un Primera.

Pineda resultó decisivo en el cruce con el Athletic y, en semifinales, una jugada suya propició el primer gol del Castilla frente al Sporting, que llegaba al segundo partido con una ventaja de 2-0 pero acababa en la cuneta tras caer en Madrid 4-1.

La remontada del Castilla servía para clasificarse para la Final, que se jugaría frente al Real Madrid. Final inédita, por cierto. Por primera y única vez en la historia, un equipo y su filial se disputaban la Copa.

No hubo sorpresas. El encuentro, disputado el 4 de junio de 1980 en el Santiago Bernabéu, concluyó con un claro 6-1 a favor de los mayores. Juanito, en dos ocasiones, Santillana, Sabido, Del Bosque y García Hernández hicieron los goles de un Real Madrid que hacía doblete al haberse proclamado también aquella temporada Campeón de Liga. El gol del honor del Castilla lo materializó Álvarez.

Finalizado el encuentro, los dos equipos celebraron juntos el título y muchos de los jugadores se intercambiaron las camisetas. Si se observan fotos de aquella celebración, veremos a futbolistas del Real Madrid alzando la Copa vistiendo la camiseta morada del Castilla y a muchos integrantes del filial con la camiseta blanca. Francisco Pineda era uno de los que vistieron entonces la elástica blanca del primer equipo. Sin duda, un curioso presagio de lo que iba a ocurrir semanas después.

El filial de Juanjo formó aquel 4 de junio del 80 con Agustín, Juanito, Castañeda, Herrero, Casimiro, Gallego, Bernal, Álvarez, Pineda, Paco (Sánchez Lorenzo, 45') y Cidón (Balín, 73').

Al primer equipo

De los once titulares de aquel Castilla finalista de Copa, tres dieron el salto al primer equipo aquel mismo verano de 1980: Agustín, Gallego y Pineda. También fueron novedades Ángel Pérez García, que debutó en el Madrid en la recta final de la campaña 1979-80 pero pasaba a formar parte de manera definitiva en la primera plantilla, y Rafael García Cortés, que regresaba a la entidad después de jugar la campaña 1979-80 en el Burgos en calidad de cedido. Todos ellos habían coincidido en el Castilla.

Así pues, Francisco Pineda iniciaba su periplo como futbolista del Real Madrid. Por aquellas fechas se encontraba cumpliendo el Servicio Militar, por cierto. Una vez superadas las obligaciones castrenses tocó seguir sirviendo bajo las órdenes de Vujadin Boškov, técnico para el que el malagueño siempre ha tenido buenas palabras. Pineda le recuerda en una entrevista para As como "un fenómeno. Un adelantado a su tiempo. Era tosco y serio. No era un hombre de bromas y no entendía que a un futbolista que había venido de viaje le apeteciera tomarse una copa. Fútbol es fútbol y cabeza cuadrada".

Sin llegar a ser titular indiscutible y pese a su juventud, Pineda fue un jugador que respondió desde el primer día a la confianza que se le depositó. Con su 1,85 de estatura tenía planta como delantero.

Años después, en otra entrevista para la edición digital del diario As, Pineda se definió a sí mismo como jugador con las siguientes palabras: "Un delantero que se pegaba con todo el mundo y hacía su trabajo: meter goles. Un estilo Soldado, aunque yo tuve mucha suerte porque había pocos delanteros. Estaban Cunningham, Santillana y poco más".

En efecto, Pineda hizo goles con el Madrid desde que llegó a su primera plantilla. En la temporada 1980-81, por ejemplo, el ariete anotó en las tres competiciones en las que jugó, Liga, Copa y Copa de Europa. 29 partidos oficiales y siete goles en su primera campaña como madridista. Nada mal para un recién llegado.

Analizando los números, se puede decir que Paco Pineda fue un futbolista de gran regularidad y del que todos sus entrenadores echaron mano. Boškov, Molowny, Di Stefano, Amancio... Un jugador cumplidor, como suelo decir. Siempre rondó la treintena de encuentros oficiales por temporada, ya fuese como titular ante la ausencia de alguno de los fijos o como revulsivo para las segundas partes.

Como jugador blanco le tocó vivir alegrías como la consecución de la Copa 1981-82 o la Copa de la UEFA 1984-85. Pero también tristezas como los cinco subcampeonatos de la 1982-83 o la Final de Copa de Europa de 1981 frente al Liverpool. En aquella Final, por cierto, Pineda jugó los últimos minutos al sustituir a su compañero García Cortés.

La UEFA de 1985 le permitió sacarse la espina clavada de París y de Goteborg. "Es lo más importante que me ha sucedido en mi carrera deportiva. Llevo cinco años en el primer equipo y he estado presente en tres finales (europeas), logrando justamente el título en una competición que no tiene ningún equipo español y que creo, por lo que se ha hablado, ha sido por diversas circunstancias la que más trabajo ha costado de las obtenidas por el club. Al final del encuentro he de confesar que se me saltaron las lágrimas, ya que estábamos en un estado de situación y nervios propicio para ello", contaba Pineda sobre aquel éxito europeo en la revista oficial del Real Madrid de julio de 1985.

El periplo de Pineda en el primer equipo del Real Madrid se prolongó hasta finalizada la campaña 1984-85. Fue uno de los damnificados por la profunda renovación de plantilla que se realizó en el verano de 1985 con la llegada de Ramón Mendoza a la presidencia. La Quinta del Buitre y los refuerzos de lujo de Hugo Sánchez, Maceda y Gordillo obligaron a dar numerosas bajas en la primera plantilla.

Pineda inició una nueva etapa en el Zaragoza. Con los maños se proclamó Campeón de Copa en la temporada 1985-86. Vistió la camiseta del club aragonés tres temporadas, hasta la 1987-88. Regresó a su tierra para jugar con el Málaga en Primera División. Allí coincidió de nuevo con su ex compañero del Real Madrid Juan Gómez, 'Juanito'. Anotó dos goles en Liga, pero no pudo jugar todo lo que le hubiese gustado. Pineda fue un futbolista muy castigado por las lesiones. "Sufrí ocho operaciones en mi etapa de jugador", recordaba en una entrevista. En el Málaga permaneció dos temporadas, la segunda de ellas casi en blanco. Concluida la campaña 1989-90, con 31 años, Pineda colgó las botas y puso fin a su carrera como jugador profesional.

Epílogo

En total, Francisco Pineda García disputó un total de 145 partidos oficiales con la camiseta del Real Madrid y anotó 43 goles. Ganó una Copa del Rey y una Copa de la UEFA. Pasó diez años en la casa blanca. Cinco de ellos formándose en las categorías inferiores y otros cinco en la primera plantilla, donde compartió vestuario con numerosos astros y leyendas madridistas. Fue testigo directo de toda una época del Club y participó en aquellas remontadas de las que ahora se están cumpliendo tres décadas.

Treinta años después, sirva esta modesta entrada en 'Historias del Real Madrid' como particular homenaje a Francisco Pineda García. Él también ayudó con su esfuerzo y sus goles a hacer grande al Real Madrid.

 

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