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años después de la aparición del camalote en el Guadiana y tras más de
30 millones de euros invertidos para frenar su propagación y sacarlo del
río, el remedio para acabar con esta planta invasora podría ser el
mismo que para desinfectar las heridas, el agua oxigenada.
Eso es
lo que han probado en el laboratorio del colegio Maristas de Badajoz
tres alumnas de cuarto de la ESO, tomando el testigo de una
investigación iniciada en la Universidad de Extremadura. Han rociado con
peróxido de hidrógeno una planta acuática de características similares
al camalote. El resultado que han constatado es que el 70% de la masa
vegetal ha muerto con una sola aplicación.
La
idea surgió en la asignatura de biología. Estudiando la hidrología del
Guadiana, Julia Vallejo, Raquel Jiménez y Gema Muñoz formaron un grupo
dedicado a las especies invasoras, donde estudiaron el camalote. A raíz
de su interés, su profesor, el biólogo Jerónimo del Moral, les propuso
formar un grupo de investigación que avanzara en la prueba que él mismo
junto con otro profesor del colegio habían hecho en los laboratorios de
la Universidad de Extremadura.
Desde
diciembre y hasta que empezó el confinamiento, fuera de las horas
lectivas, las tres jóvenes han pasado las tardes encerradas en el
laboratorio para investigar el comportamiento de la planta al entrar en
contacto con el agua oxigenada. No han podido hacer el experimento con
el camalote ya que tanto su extracción del río como el tráfico de la
planta están prohibidos para evitar que se extienda la plaga.
Como
alternativa han trabajado con la lechuga de agua, una especie también
exótica catalogada desde el año pasado como potencialmente invasora. Sus
hojas tienen una forma muy parecida a las del canónigo pero más
gruesas. «Procede de la misma área de distribución, Centroamérica, y
tanto su comportamiento como su forma de reproducirse es similar a la
del camalote», certifica Del Moral.
El
método ha sido muy sencillo. Han metido en botes con agua que han
cogido del río Guadiana la misma cantidad de planta y en tres de ellos
han pulverizado sobre las hojas una proporción diferente de agua
oxigenada. «El primer bote es la muestra de control, donde la planta no
tiene tratamiento, en los otros tres le hemos echado una concentración
del 1,5, 3,5 y 4,5% de agua oxigenada respectivamente. A simple vista se
percibe la evolución de la degradación tanto de la raíz como de la hoja
de la planta», explica Julia Vallejo.
Entre
el primer bote –sin tratamiento– y el último –rociado con la
concentración más alta de peróxido de hidrógeno–, el 70% de la planta ha
muerto.
Este es el resultado que han constatado estas tres
chicas de 15 años. «Hemos pasado de entre el 40 y el 60% de muerte de la
planta que habíamos visto nosotros en la Universidad con dosis de agua
oxigenada más bajas al 70% que han llegado ellas –las alumnas– con una
concentración mayor», contextualiza el profesor.
El margen de
eficacia podría ser aún más amplio ya que, según Del Moral, la Unión
Europea permite aplicar hasta un 5% de agua oxigenada.
Inocuo para el agua y las aves
Este hallazgo abre la puerta a una solución que podría acabar
con el problema del camalote sin afectar ni a la calidad del agua ni al
ecosistema del Guadiana. «El agua oxigenada es una molécula muy sencilla
que, a temperatura ambiente y con luz solar, se degrada sola sin dejar
residuos. Ellas han comprobado el Ph y han visto que la calidad química
del agua no variaba con ninguna de las concentraciones», defiende el
profesor.
El
método sería además barato. Según la aproximación hecha por Del Moral,
con un euro de agua oxigenada al 3% (la que está en todas las casas), se
podría tratar una hectárea del camalote.
Con todo, el profesor
defiende que el tratamiento con agua oxigenada es una herramienta más
para combatir el camalote, que debe combinarse con la extracción masiva
de la planta del río. «En agricultura para controlar un plaga no se
trabaja solo con un método sino con varios y eso es lo que hay que hacer
en este caso. Si unimos a la recogida del camalote el tratamiento con
agua oxigenada, lo más probable es que en poco tiempo podamos
deshacernos de la plaga», asevera.
No obstante, la Universidad
retomará ahora la investigación para hacer los análisis de fisiología
molecular y con los resultados, los someterán a la crítica de la
comunidad científica antes de llamar a la puerta de la Confederación.
Al
margen de esto, las alumnas (que van a optar a los 'Premios Investigar
en Ciencias' de la UEx y al 'Certamen de Jóvenes Investigadores' del
Ministerio de Ciencia) reconocen que entran en el laboratorio y se ponen
la bata con la satisfacción de estar ayudando a la ciudad. El profesor,
por su parte, destaca que este tipo de grupos «son la esperanza de
conseguir unir la Secundaria con la Universidad en una investigación
que, además, tiene un fin social concreto».
TITULO:
Gigantes de La 2 - Jaime Blanch - Actor ,Jueves -11- junio ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves -11- Junio,. - 23:50 de Televisión Española. Presentado por Mari Cruz Soriano,.
Jaime Blanch - Actor ,.
Jaime Blanch
(Collado Villalba, Madrid, 79 años) vuelve hoy a 1980. En aquella época
ya llevaba casi 30 años en la profesión, pero en esta ocasión regresa
para «una misión muy específica», que no quiere ni puede desvelar. El
actor debutó con tan solo doce años en el cine, y durante más de seis
décadas no ha parado de aparecer en pantallas y escenarios hasta llegar
al día de hoy, donde interpreta a Salvador Martí, el jefe de
'El Ministerio del Tiempo' , la serie producida por Globomedia y Onza en colaboración con TVE, y que emite La 1 esta noche a las 22.05 horas.
-¿Es especial formar parte de una serie a la que la gente tiene tanto cariño como 'El Ministerio del Tiempo'?
-Es
algo con lo que, afortunadamente, nos hemos encontrado. Lo digo porque,
a priori, a todos nos hizo mucha ilusión cuando nos hablaron de la
serie. Y resulta que la serie ha funcionado, que no siempre ocurre. Lo
que nos suele gustar a nosotros, los actores, a eso que se le llama
'gran público' muchas veces no le convence. Pero en este caso no ha sido
así. Eso te da una especie de 'reprise' importante.
-¿Le da vértigo repasar su carrera?
-Intento
no repasarla para quitar los vértigos, precisamente (risas). Siempre me
acuerdo de mi padre, que me preguntó que por qué quería dedicarme a
esto. Yo le dije que no me gustaba estudiar, y… bueno, lo que me dijo no
lo puedo repetir, pero tenía toda la razón del mundo, porque me he
pasado toda la vida estudiando.
-¿Nunca hubo otra opción?
-No, no. Esa es la ventaja de ser un poco díscolo y rebelde desde pequeñito. Conformas una actitud, y con ella sigues.
LAS FRASES:
Trayectoria.
«No me gusta hacer
balances pero creo que me he ganado cierto respeto en la profesión»
Futuro.
«Sigo disfrutando; el
día que ir a rodar sea una tortura para mí, garantizo que lo dejaré»
-Entonces, si volviera atrás, ¿lo repetiría?
-Evidentemente.
Me arrepiento de muy pocas cosas, la verdad. He tenido la suerte de
trabajar en lo que me gusta, de que me pagaran por ello, y de que me
permitieran vivir con cierto decoro. Creo que soy un privilegiado. No me
gusta la nostalgia ni hacer balances, pero sí me doy cuenta de que me
he ganado cierto respeto, entre comillas, de la profesión, de mis
compañeros y del público. Creo que a estas alturas podría decir aquello
de 'misión cumplida', si me fuera a marchar.
-¿A cuál de sus muchísimos personajes le guarda más cariño?
-Curiosamente,
y con todo lo que he hecho, tengo la inmensa suerte de que el personaje
que más me gusta es el que estoy haciendo. Y en este caso, y hablo de
'El Ministerio del Tiempo', no lo digo porque sea una postura, sino
porque es una realidad. La acogida que tiene el personaje de Salvador me
congratula. Me satisface mucho, no el ego, porque a estas alturas de mi
vida lo cultivo poco. Quizá porque me limito a pensar que hago mi
trabajo lo mejor que puedo y nada más.
-¿Es una especie de reconocimiento a su trayectoria?
-Habría
que preguntárselo a Javier Olivares, que es la madre del cordero
(risas). Ha sido así, me ha tocado y estoy muy contento de ello, con
todos los claroscuros que tiene el personaje. Pienso que Salvador Martí
representa el poder, y como tal, tiene sus luces y sus sombras. Y eso se
verá en los capítulos que quedan. Lo que más me gusta de esto es que
deja de ser un señor que da órdenes para descubrirse un poco.
-¿Alguna vez se ha marcado una fecha de retirada?
-Muchos
compañeros dicen que quieren morir con las botas puestas, pero yo no.
Yo quiero morir descalzo y en mi cama, lo más rápido posible y cuando yo
quiera. Esto tiene muchas interpretaciones, pero yo soy socio de la
asociación Derecho a Morir Dignamente, y reivindico el marcharme cuando
quiera porque no he pedido venir.
-Entonces, sigue disfrutando al pie del cañón.
-Exactamente.
Esa es la palabra. Porque disfruto. El día que me levante a las seis de
la mañana, porque me recogen a las siete para ir a rodar, y sea una
tortura para mí, garantizó que no lo haré.
-¿Hay algún personaje que se le haya resistido en su carrera?
-Hace
muchos años me habló un actor inglés excuñado mío de una función que
había en Londres. La leí porque él me la prestó y dije: 'Qué pena que en
España no se vaya a hacer'. Y años después, curiosamente, me llamaron
para hacerla, y la cogí con una ilusión enorme. Pero ni la dirección ni
el reparto ni el montaje fueron los adecuados y fue un fracaso. Con lo
cual, cualquiera podría decir 'Hamlet', 'El rey Lear', 'Macbeth', 'Don
Juan Tenorio', 'La madre que me parió'…, pero si todo eso no está
rodeado de un buen equipo y realización es una tontería.
TITULO: ¡ Atención obras !- Alba Flores: «Alargar 'Vis a vis' habría sido una carga»,.
Alba Flores
(Madrid, 1986) ha vivido dos despedidas en poco tiempo. Al fin en 'La
casa de papel' le ha seguido el de 'Vis a vis', que con el último
capítulo de 'Vis a vis: el oasis', a las 22:00 horas en Fox, finaliza
esta noche. Ahora que ya están permitidas las visitas, la actriz
confiesa que le habría encantado verlo con Najwa Nimri, pero es algo que
«no está al alcance», de momento. Además, comenta que como pareja
artística no han hecho todo lo que pueden llegar a hacer y no descarta
que vuelvan a encontrarse algún día, «pero tendría que ser con un
proyecto novedoso», tanto para ellas, como para el espectador.
-¿Cómo ha sido la despedida de la serie, con esa escena tan característica?
-Leí
el guión y me dije: «What the fuck». Quería volver y quería despedirme,
pero no me esperaba otro reto más de esta serie, que parece que siempre
me los plantea. Me gusta mucho la danza, y creo que es muy valiosa esa
expresividad. Se lo dije a mi amigo Carlos Moya, que ha sido bailaor de
flamenco y de danza española y que luego giró más hacia el movimiento
expresivo, que no es hacer una coreografía. Aposté por eso, y estuve
varios meses yendo a trabajar con él periódicamente, porque lo que a mí
me interesaba no era que Saray bailase bien. Eso me daba igual. El
personaje no tiene por qué saber bailar, pero quería que todo lo que
necesitaba expresar pudiese hacerlo con el cuerpo. Fue un proceso muy
bonito, pero no solo ese día, sino todos los meses anteriores.
-¿Le hubiese gustado volver a formar parte de una banda?
-A
mí, Alba, me hubiese encantado y me lo habría pasado muy bien, pero es
verdad que a Saray no tanto. Si de algo estoy contenta es de haber
conseguido que el personaje tuviese ese arco tan bonito, que cuenta que
las personas cambian. Haberla devuelto a una banda habría sido dar
muchos pasos atrás. Sería un poco: «He vuelto a delinquir, no me consigo
reinsertar…», y eso es muy gordo como para convertirlo en algo pequeño.
-¿Podría decirse que hay un antes y un después en Alba Flores tras 'Vis a vis'?
-Lo
ha sido para todos, porque estamos en un antes y un después colectivo y
global, pero para mí todavía más, porque he puesto punto final este año
a mi vida laboral de los últimos cinco años. Tanto en 'La casa de
papel' como en 'Vis a vis'. Empecé con 'Vis a vis' y he terminado con
'Vis a vis', así que es la columna vertebral de lo que me ha pasado.
Aunque es cierto que lo que ha hecho más músculo ha sido 'La casa de
papel'…
-¿Y está preparada para ese punto final que llega irremediablemente esta noche?
-Estoy
muy preparada. Quiero decir, que no es que me haya pasado esto en
contra de mi voluntad. Todo lo contrario. Soy una persona muy inquieta y
para mí estos cinco años han estado muy bien, pero alargarlo más, en
cualquiera de los dos sitios, igual habría sido una carga. Me gusta
moverme y hacer cosas diferentes. Me gustan los retos, y no le tengo
tanto cariño a la estabilidad como al aprendizaje. Ha sido fuerte, y he
llorado las dos cosas muchísimo, porque había un adiós, pero estoy
contenta con estar viviendo un momento de cambio.
-¿Una comedia, quizá?
-Bueno,
siento que también he estado haciendo comedia durante todo este tiempo.
Es como si cada vez estuviese la cosa más mezclada. Si yo pienso cómo
lo he vivido, creo que he tocado todos los palos, hasta la tragedia
griega. Hemos podido hacer el ganso en los documentales del patio, que
me parecieron una genialidad, y también hemos podido tener momentos
desgarradores. Lo que me interesa no es tanto el género, sino que la
historia que se cuente sea interesante.
Alba Flores, como Saray. -Los fans más puristas no eran partidarios de que se siguiese fuera de la cárcel. ¿Cómo lo ha visto?
-A
mí me ha gustado. El ojo ya se me había cansado del brillo del
amarillo. Poder ver a los personajes así ha sido como un relajo para la
mente y para la vista. Me ha gustado verlos con otro mundo de colores,
de espacios abiertos… Aquí se pone de relieve la cárcel interior, y no
la exterior, como había sido antes.
-¿Qué es lo que más le ha gustado de su personaje?
-Que
he vivido una libertad absoluta con Saray, pese a estar en la cárcel.
He podido habitar en el impulso, sin filtro, como actriz. Si tenía el
impulso de pegarle una hostia a alguien, lo hacía. Lo he disfrutado
mucho, y también el hacer un arco que tuviese sentido de principio a
fin.
-¿Y lo que menos?
-Lo que no me ha
gustado lo tengo más claro, pero creo que ha sido un peaje que había que
pagar para hacerlo posible. El personaje en algunos momentos ha caído
en el estereotipo, en el cliché y en un concepto de la gitanidad que es
muy limitado. Pero creo que eso en las primeras temporadas ha permitido
hacer luego todo un desarrollo mucho más complejo, y quitar ese corsé,
dándole al personaje más profundidad.
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