lunes, 4 de enero de 2021

Órbita Laika - Enigmas sobre la figura de Jesucristo . / Zona indie - Cine - La montaña embrujada. / + Cotas - Los valencianos podrán tener un máximo de cinco mascotas por vivienda . / Generaciones - Sobre la eutanasia,.

 

TITULO: Órbita Laika -  Enigmas sobre la figura de Jesucristo ,.

Lunes -4- Enero a las 22:00 en La 2 / foto,.

Enigmas sobre la figura de Jesucristo,.

La serie documental Los Enigmas de Jesucristo se centra en nuevas y fascinantes ideas en torno al Jesús histórico. También investiga el valor y la autenticidad de seis objetos que podrían arrojar nueva luz sobre Jesús: la Sábana Santa de Turín, reliquias veneradas como parte de la Cruz Verdadera, el Evangelio de Judas, reliquias que se cree que son de Juan el Bautista, el Evangelio de María Magdalena y el hermano secreto de Jesús. Representantes universidades como Yale, Harvard, Princeton y Oxford, brindan una visión histórica y teológica.


TITULO :   Zona indie - Cine -  La montaña embrujada ,.

Este lunes-4-Enero a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.

 

Reparto - EE UU, 2009 (95 minutos). Director: Andy Fickman. Intérpretes: Carla Gugino, Dwayne Johnson, Annasophia Robb, Alexander Ludwig.

Una combinación de acción y espectáculo concebida para consumo familiar. La montaña embrujada es una indisimulada revisión de un pequeño clásico del mismo título, creado por la factoría Disney en 1975, que se acerca a un misterioso lugar, en el desierto de Nevada, donde han tenido lugar extraños fenómenos e inexplicables avistamientos. Pronto harán su aparición elementos extraterrestres en una película bienintencionada, que luce con cierto lustre sus efectos especiales y se sostiene von la firme presencia de Dwayne Johnson.

 

TITULO: + Cotas - Los valencianos podrán tener un máximo de cinco mascotas por vivienda ,.

El Sabado -2- Enero a las 9:30 por La 1, foto,.

 

Los valencianos podrán tener un máximo de cinco mascotas por vivienda,.

El Consell ha aprobado este viernes el anteproyecto de la ley valenciana de protección, bienestar y tenencia de animales de compañía,.

Los valencianos podrán tener un máximo de cinco mascotas por vivienda

La Generalitat ha aprobado este viernes el anteproyecto de la ley valenciana de protección, bienestar y tenencia de animales de compañía, con novedades como el reconocimiento de su carácter «sintiente» o multas el triple de caras (hasta 45.000 euros) y el objetivo de llegar al «sacrificio cero» y erradicar el abandono y el maltrato.

La norma, presentada en rueda de prensa por la consellera de Desarrollo Rural, Mireia Mollà, sustituirá a la anterior de 1994 para reconocer a estos animales como «seres sensibles que deben tener todas su garantías cubiertas y consideración de dignidad».

Es «una de las leyes más avanzadas« en España sobre animales de compañía y cambia el carácter posesivo vinculado a los términos amo o dueño, por el de persona responsable.

Entre las novedades destaca la formación obligatoria de todas las personas que se relacionen con animales de compañía en su trabajo y el concepto «tenencia responsable», con un completo articulado sobre las condiciones de vida: atención, supervisión, cuidados, higiénico-sanitarias, espacio o alimentación y bebida para su desarrollo.

Las sanciones quedarán establecidas en leves, hasta 3.000 euros, graves (9.000) y muy graves (45.000), un endurecimiento para ayudar a que los ayuntamientos no se vean «desamparados» porque antes solo se multaban situaciones muy extremas. No se aplicarán solo por maltrato, sino por todo lo que tenga que ver con las condiciones de vida, y los ayuntamientos las tendrán que destinar a actuaciones de protección.

Como prohibiciones, la exhibición de los animales en escaparates comerciales y locales de ocio, su donación como premio o reclamo publicitario, la educación agresiva, la atadura permanente o los espectáculos circenses con animales salvajes.

Esta última práctica se eliminó en 2018 y se permitirá en circunstancias «muy justificadas» por los ayuntamientos. La consellera ha recordado que muchos ayuntamientos se declararon libres de espectáculos con animales y hubo una «ofensiva» de los circos, ante lo que pidieron un amparo legal que les dará la nueva ley

Obligación de avisar ante animales heridos

Una de las obligaciones más destacadas será que todos los ciudadanos tendrán que dar aviso cuando se encuentren un animal herido o insalubre, no solo los cuidadores. «Son seres vivos; el abandono no se hace solo activamente, también al no comunicarlo», ha advertido la consellera.

Otra de las medidas para luchar contra el abandono será facilitar que la gente pueda depositar a los animales en las protectoras para que entren en la red de adopción. Las vacunas serán obligatorias para controlar la trazabilidad de los animales y se extenderá el reconocimiento de las casas de acogida, que cuando lleguen a 14 pasarán a ser reconocidas como núcleo zoológico.

El control de la población de animales «en ningún caso» comportará el sacrificio y se realizará a través de medidas de prevención como la promoción de la adopción frente a la compra y la esterilización de especies caninas no controladas y colonias felinas.

Paralelamente, la formación será obligatoria para todas las personas y voluntarios que trabajen con animales, especialmente para los policías locales, durante un periodo de dos años con la colaboración de la Conselleria de Desarrollo Rural.

Los ayuntamientos tendrán mecanismos para regular el número de mascotas en cada vivienda, establecido de forma general en un máximo de cinco aunque se permiten más si se garantiza su vida digna. También podrán aplicar una tasa asociada a la cría y la tenencia para sufragar los gastos de la ley, aunque «nunca podrán cobrar por una adopción».

En general, la intención es que los valencianos tengan un comportamiento más cívico y «compasivo» hacia los animales, con un trato digno, y que los ayuntamientos actúen con «rotundidad» en la aplicación de la ley. A largo plazo, la Generalitat quiere crear un censo autonómico de animales a partir de los registros de los ayuntamientos, un listado que será público.

 

  TITULO: Generaciones -Sobre la eutanasia,.

 

Sobre la eutanasia,.

 Extremadura debatirá sobre cómo aplicará la eutanasia

foto / Todos queremos que nos reconozcan nuevos derechos. Ensanchan la libertad, abriendo horizontes de felicidad para nuestra vida. El problema es que muchas demandas que no son, en realidad, derechos (sino, más bien, lo contrario), se revisten de esa condición para recabar el favor ciudadano. La eutanasia es un caso paradigmático. ¿Tengo derecho a exigir que otro acabe con mi vida? No se me ocurre ningún derecho que consista en reducir o anular definitivamente las posibilidades de seguir ejerciendo mi libertad. Se puede defender la eutanasia por muchas razones, pero no resulta evidente que pueda ser defendida como un derecho. Que la proposición de ley reguladora de la eutanasia, que se tramita en estos momentos en el Congreso de los Diputados, se presente como un derecho hace sospechar que, para convencer a la opinión pública sobre algo extraordinariamente problemático, se haya optado por el recurso fácil de cubrirla con la bandera de los derechos.

En mi opinión, aprobar una ley de eutanasia en la actual coyuntura que vive España no supone consagrar un nuevo derecho sino sancionar un fracaso social. En primer lugar, porque no parece que la respuesta del Gobierno ante la pandemia que sufrimos deba consistir en aprobar una ley que permita dar muerte a los más mayores, enfermos y dependientes, los mismos con los que se cebado el virus en los últimos meses. ¿Es razonable que, en lugar de priorizar las medidas que garanticen la protección y los cuidados integrales de estas personas, les presentemos la eutanasia como alternativa? No hay país en el mundo que, en medio de la pandemia, haya considerado prioritario regular la eutanasia.

Aunque la cuestión sobre la licitud o no de la eutanasia es antigua, no podemos decir que en España la hayamos afrontado con un debate público riguroso. Es una pena que esté a punto de aprobarse una ley que altera radicalmente la protección de la vida humana, sin que los ciudadanos hayan tenido la oportunidad de reflexionar y deliberar sobre las razones que sostienen o refutan ese cambio. Aquí querría contribuir al debate con un par de argumentos que llamarían, de entrada, a no precipitarse con la reforma legislativa.

Primero, debemos reconocer que, desde el momento en que se acepte la eutanasia, las personas con enfermedades crónicas o terminales van a sentir todos los días en sus oídos el susurro de una insidiosa pregunta: ¿seguro que te sigue valiendo la pena vivir en esas condiciones? Antes de poner a nadie en esa situación, ¿no será mejor promover una cultura social que afirme con contundencia que la vida de todo ser humano vale siempre y que, por ello, vamos a dedicar todos los esfuerzos necesarios para que las personas puedan morir cuidadas, en paz y sin dolor? Si la sociedad manifiesta con sus leyes y sus políticas públicas que el periodo final de la vida de cualquier persona es tan significativo y valioso como todos los anteriores, y que por tanto merece ser debidamente atendido, es mucho más probable que las personas descubran el sentido que tiene esa etapa final de la vida. Si, por el contrario, el mensaje que reciben las personas vulnerables es que el final de la vida puede resultar indigno de ser vivido y que, en esos casos, es mejor provocar la muerte, muchos se dejarán llevar por ese sentir: ¿para qué voy a cargar a mi familia y al Estado con los muchos cuidados que preciso, si mi vida ya no merece la pena ser vivida?

Segundo, debemos reconocer que es extraordinariamente difícil distinguir entre una genuina demanda de eutanasia y el grito desesperado de quien querría pedir ayuda para sobrellevar el tramo final de la vida, pero solo se ve capaz de pedir que acaben con su vida. Quien piense que es fácil discernir uno y otro mensaje, ni conoce al ser humano ni cómo funciona la medicina protocolizada actual.

Hace pocas semanas el Comité de Bioética de España publicó un extenso informe sobre la eutanasia y el final de la vida. Sus conclusiones principales, adoptadas por unanimidad de sus miembros, eran las siguientes. Primera, no se puede decir que exista el derecho a la eutanasia; al contrario, la eutanasia es contraria a los derechos de la persona. Segunda, urge universalizar unos cuidados paliativos integrales, capaces de atender hasta las situaciones más difíciles, como el llamado sufrimiento existencial refractario. El informe aborda, además, el impacto que la eutanasia tendría sobre las profesiones sanitarias, que se verían obligadas a incorporar entre sus fines, no solo el de curar y cuidar de la vida frágil, sino también el de acabar con la vida humana cuando concurran determinadas circunstancias. Quizá, por eso, los representantes de esas profesiones hayan tendido a rechazar esa opción y a subrayar la importancia del cuidado integral hasta el final.

Aprobar una ley de eutanasia sin el imprescindible debate ciudadano; sin haber asegurado antes una cobertura universal de los cuidados paliativos; y cuando muchas de las personas que murieron en la primera fase de la pandemia carecieron de la asistencia sanitaria que les podía haber salvado la vida, no es reconocer un derecho, es sancionar un fracaso social.

 

 

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