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La pandemia reduce más de un 25% los concursos de acreedores en la región,.
El 14 de marzo finaliza la moratoria concursal, por lo que los expertos prevén un aluvión de procedimientos,.
Dos meses tiene una empresa para presentar el concurso de acreedores voluntario. «Ese plazo empieza a contar una vez que los administradores son conscientes de que no pueden hacer frente a los pagos que tienen que atender», explica Juan Díaz-Ambrona, abogado especialista en procesos concursales.
España en general y la Comunitat Valenciana en particular ha vivido en los últimos doce meses una contracción de la economía incluso más dolorosa que la de los años de la crisis económica. La pandemia de coronavirus ha llevado a que una infinidad de empresas hayan visto reducidos sus ingresos hasta el punto de que se ven amenazadas por una situación de quiebra técnica pero las medidas aprobadas por el Gobierno han evitado que en muchos casos se haya declarado el concurso de acreedores. Pero esta moratoria decae justo en una semana y a partir del próximo 14 de marzo se espera una avalancha de solicitudes que tendrá un especial impacto en las provincias valencianas.
Los datos de las diferentes entidades que analizan esta cuestión no terminan de casar al detalle pero coinciden en que después de unos meses en los que se dejaron de abrir este tipo de actas, y que coincidieron con el confinamiento masivo, se pasó a un período en el que las cifras se recuperaron e incluso en los últimos meses ya superan los registros de otros años pese a la moratoria. Lo que hace presagiar lo peor para 2021.
Según los datos del colegio de registradores de la Propiedad de la Comunitat valenciana, los concursos de acreedores alcanzaron en 2020 la cifra de 3.428 en toda España, lo que representa 204 menos que en 2019. La Comunitat fue la tercera que más registro con 464. Por provincias, Alicante notificó 110, Castellón 46 y Valencia 308. El balance global viene viciado pero en el último trimestre ya van a más. El último informe de Iberinform asegura que en febrero este tipo de procedimientos aumentaron un 16% en la Comunitat Valenciana. Una situación hace vaticinar a los expertos un marzo y abril negros.
Estos complicados datos afectan de forma especial al sector de la hostelería, tal y como reconoce el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a que no se han compartido datos regionalizados se apunta a que en todas las autonomías se han incrementado en mayor o menor sentido el número de concurso de acreedores en este tipo de negocios. En la Comunitat han sido uno de los más golpeados por las restricciones para frenar la pandemia y tras mes y medio cerrados ahora tienen que conformarse con poder abrir las terrazas, lo que ha desatado las críticas del sector, que afirma que muchos no podrán sobrevivir y se verán abocados a este tipo de procedimientos. De media, han aumentado un tercio y se espera que se disparen una vez decaiga la moratoria. De forma paralela, los diferentes actores exigen ayudas directas que podrían evitar muchas quiebras y a su vez la declaración de concursos de acreedores.
Con un contexto tan complicado y ante la evidencia de que la recuperación llegará bien entrado el segundo semestre del año por los retrasos del plan de vacunación las presiones empresariales y sindicales aumentan para que el Gobierno apueste por alargar la fecha de la moratoria, tal y como ya se ha hizo hace unos meses. El ministerio de Economía encabezado por Nadia Calviño tiene dudas sobre si es necesaria esta medida pero se admite que sobre la mesa esta la posibilidad. El problema es que la decisión no puede demorarse ya que en una semana se alcanzará el límite legal y también existe la duda de si merece la pena retrasar algo que para muchos negocios resulta inevitable por duro que parezca.
Feria Valencia, el mayor procedimiento a evitar
En la Comunitat Valenciana el mayor concurso de acreedores que se quiere evitar es el de Feria Valencia, la entidad que permanece en un limbo entre lo público y lo privado y que arrastra una deuda que, unida a la falta de ingresos por la suspensión de los eventos durante la pandemia, está muy amenazada.
La cúpula de la institución ya avisó hace unas semanas en una reunión de la cúpula que para este año se estiman unas pérdidas de 92 millones como consecuencia de la deuda que sigue lastrando a la entidad pese a la pretensión de la Generalitat de asumirla. Si antes del 31 de marzo no se cierra el proceso se declarará la quiebra técnica y un posterior concurso de acreedores.
Para evitar esta situación la Generalitat trabaja a contrarreloj para encontrar una solución. Por un lado se ha acelerado el proceso para incorporar Feria Valencia al denominado sector público instrumental en el que están presentes las diferentes sociedades púbicas autonómicas, como À Punt o Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). Lo que evitaría el concurso. También se presiona para que llegue la autorización europea que permitan reconducir las cuentas de la institución ferial con una inyección de fondos desde la conselleria de Economía. El problema es que los dos procesos cuentan con complicaciones jurídicas y la amenaza de que ninguno de ellos pueda cerrarse ante del 31 de marzo, lo que implicaría la quiebra y el concurso de acreedores.
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EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -El concurso de Abengoa no afecta a las plantas solares de Logrosán ,.
EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - El concurso de Abengoa no afecta a las plantas solares de Logrosán . , fotos,.
El concurso de Abengoa no afecta a las plantas solares de Logrosán,.
Una filial del grupo se encarga de la operación y el mantenimiento de dos instalaciones termosolares en Extremadura,.
Las dos plantas termosolares que Abengoa tenía en Extremadura pasaron en 2015 a manos de su filial Abengoa Yield. Tres años después esta compañía, que ya había cambiado su nombre a Atlantica Yield, fue adquirida por una corporación canadiense dedicada al sector de las energías renovables. La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad ha aprobado la declaración económico-estratégica de cinco plantas de energía fotovoltaica en la Comunitat Valenciana, concretamente en los municipios de Petrer y Ayora.
Así, se ha resuelto positivamente declarar de interés económico-estratégico las instalaciones solares de Salinetes II y el Rebentó en Petrer y las de PF Mambar, PF Eiden, y PF El Águila en Ayora, tal y como confirmó la Generalitat en un comunicado. El conseller de Política Territorial, Arcadi España, destacó que las cinco superficies supondrán una potencia instalada de unos 140 megavatios, una energía equivalente a la necesaria para abastecer a una población de unos 250.000 habitantes a partir de energía renovable, «en coherencia con los compromisos del Consell de trabajar para reducir las emisiones de CO2».
«Con la implantación y puesta en marcha de estas plantas fotovoltaicas, que se suman a otras tres que ya contaban con esa declaración en Beneixama y en Ayora, se da cumplimiento a los objetivos de la Estrategia Valenciana de lucha Contra el Cambio Climático y se generan crecimiento económico y empleo compatibles con los valores ambientales, paisajísticos, naturales y culturales del territorio», detalló.
Para la emisión de los informes favorables, la dirección general de Ordenación del Territorio y Paisaje ha valorado la utilidad y efectividad de la instalación y ha verificado el cumplimiento de una serie de criterios territoriales, paisajísticos, ambientales y funcionales básicos que se consideran necesarios para otorgarles esta consideración según la normativa territorial vigente en la Comunitat y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. La Generalitat tiene la competencia de aprobar las plantas de hasta 50 megavatios y las superiores corresponen al Gobierno central.
TITULO: Donde comen dos -Reponedoras del Mercadona ,.
Reponedoras del Mercadona,.
Polis, profes, repos. Algunos trabajadores esenciales deberían recibir ya el pinchacito
Dos reponedoras de un Mercadona cacereño hablaban entre ellas en voz baja el pasado sábado. Eran discretas y no montaban jaleo ni hacían aspavientos, pero se notaba que estaban un pelín enfadadas. Las exaltaba algo que ellas consideraban una injusticia. «No me parece bien que vacunen a los maestros antes que a nosotras», se quejaban. Yo venía para hacer la compra de la semana y ya llevo dos carros con lo imprescindible». Son palabras de Cristina, una mujer de 55 años, que resumen a la perfección la sensación que se respira en los comercios madrileños. El paquete de medidas decretado en la tarde noche del lunes por la Comunidad de Madrid parece haber desatado el pánico en los ciudadanos, que acuden bajo el efecto llamada a los supermercados para hacer la compra de forma compulsiva pensando en una posible cuarentena. «Los grupos de whatsapp y los bulos han provocado que la gente compre de forma desmedida», dice Luis, reponedor de un supermercado que lleva cuatro horas trabajando sin parar. «Hemos puesto esta mañana 1000 kilos de comida y la gente ha tardado menos en llevárselo que nosotros en ponerlo», aclara sorprendido. «Había gente en la entrada esperando antes de que abriéramos y atasco para acceder al parking», apostilla alucinado ante la avalancha de clientes que han tenido este martes.
Pero la sensación es real cuando se cruza la puerta de cualquier supermercado de la capital. Un silencio tenso, estantes vacíos, colas para pagar en las cajas, carros llenos, nerviosismo entre la gente, caras de sorpresa y de incredulidad, trabajadores desbordados, las conservas y las legumbres llenando cestas y carros, la pasta 'volando' de las baldas... Personas de todas las edades compiten a ver quién se hace antes con esa lata de atún, con ese paquete de judías o con esa garrafa de agua. Dos pasillos más adelante, donde habitualmente está el papel higiénico y los productos de aseo personal, sólo quedan estantes vacíos que transmiten poca tranquilidad y un punto de histeria. «He visto a gente que se ha llevado dos carros llenos de papel higiénico, cajas de compresas y de toallitas húmedas», dice Mariate, de 76 años, a la que todo esto le ha pillado por sorpresa. «Es verdad que he venido a comprar más que normalmente, pero porque al ser una persona de riesgo, prefiero tener cosas en casa por si no puedo salir en una temporada», dice con cierta inquietud.
Un silencio tenso, estantes vacíos, colas para pagar en las cajas, carros llenos, nerviosismo entre la gente, caras de sorpresa y de incredulidad, trabajadores desbordados, las conservas y las legumbres llenando cestas y carros, la pasta 'volando' de las baldas
Una opinión que comparte Anselmo, de 78 años, que lleva en la cesta «un kit de supervivencia» en el que no falta arroz, legumbres, atún y leche. «No he podido comprar papel higiénico ni agua, pero me han dicho que esta tarde repondrán, pero que habrá que venir pronto», aclara. Miguel Ángel, de 25 años, no da crédito a lo que ve y culpa a los bulos y la alarma social de esta situación «descontrolada». «No es normal que la gente se lleve tanta comida y víveres porque no hay motivo para tanta alarma. Puedo entender a la gente mayor porque quiere limitar sus salidas de casa, ¿pero el resto?», se pregunta con un punto de indignación. «Con esto lo único que se consigue es que se cree una alarma innecesaria», apunta antes de soltar su cesta vacía y dejar lo de la compra para mañana.
Mientras la sensación en los supermercados es de alarma, desde la Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged), se quiere transmitir una imagen de tranquilidad garantizando el «abastecimiento» y el «buen funcionamiento» de la actividad de las tiendas en la Comunidad de Madrid, así como de la cadena de suministro y de la logística. El mismo mensaje que lanza Juan Roig, el presidente de Mercadona, que además de garantizar el suministro de productos en sus supermercados pese a que admite que se está dando una «compra impulsiva» pide calma: «Lo unico que puede agravar la situación es el miedo». También insisten en esa petición de calma tanto la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) como la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), que recuerdan que «la distribución de proximidad en España está preparada para atender a la población en circunstancias extraordinarias como esta» y que «no es necesario hacer acopio de productos básicos ya que los comercios españoles están preparados para garantizar el servicio de distribución de productos de alimentación».
El Gobierno pide «no hacer acopio»
Mientras, el Gobierno ha pedido este martes «tranquilidad» a la ciudadanía y no hacer acopio «añadido» de productos y alimentos en mercados y supermercados porque «no va a haber ningún problema» de suministro, más allá de que pueda producirse alguna situación puntual. Así lo han señalado la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el que se han adoptado algunas medidas para combatir el contagio del Covid-19, conocido como coronavirus. «Lo hemos analizado hoy y no nos consta que haya este problema (desabastecimiento)».
Sin embargo, que se han visto sorprendidos por la cantidad de gente que ha acudido a los supermercados este martes después de que el Gobierno madrileño adoptara una serie de medidas más drásticas, es un hecho. «Esta mañana he venido una hora antes para hacer mi compra y mi supervisora nos ha pedido a varios compañeros que adelantáramos el turno y nos pusiéramos en caja para ayudar», dice Elena, cajera de una gran superficie. «Ayer hubo mucha gente, pero lo de esta mañana está siendo una locura. Gente con carros llenos, pasillos atestados, colas similares a un sábado o un domingo para pagar», añade.
Y entre tanta histeria en el supermercado descubrimos a Margarita, de 82 años, y superada por esta situación. «Entiendo que la gente se lleve más cosas de lo habitual, pero que haya estantes vacíos y esta histeria lo veo desproporcionado», dice. Quizá haber vivido la época de la posguerra le hace vivir esta situación con un punto de sensatez.
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