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El Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida
- Isabel Díaz Ayuso noquea a Pedro Sánchez y el PSOE pierde el liderazgo de la izquierda ,.
La noche encendida,.
'La noche encendida'
no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia,
sorpresas e invitados, presentado por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.
Isabel Díaz Ayuso noquea a Pedro Sánchez y el PSOE pierde el liderazgo de la izquierda,.
La candidata del PP podrá gobernar en solitario tras lograr 65 escaños, aunque se queda a cuatro de la mayoría absoluta,.
Isabel Díaz Ayuso ha ganado con rotundidad las elecciones en la Comunidad de Madrid. El escrutinio de las papeletas al 90,5% -en esta ocasión sin sobresaltos- le dejó a la candidata del PP un grupo de 65 diputados, más del doble de los 30 que tenía en esta legislatura, lo que se traduce en un refrendo a su gestión al frente del Gobierno de la Puerta del Sol durante la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, la presidenta regional y aspirante a la reelección se ha quedado a cuatro escaños de la mayoría absoluta que ninguna encuesta le había pronosticado, pero que en el partido de la calle Génova confiaban hasta el último momento que podría alcanzar.
Aun así, tiene más parlamentarios que los tres partidos de la izquierda juntos, que suman 58, lo que le permitirá presentarse a la investidura sin necesidad de llegar a un acuerdo con Vox: valdría con que en la segunda vuelta el partido de Rocío Monasterio se abstuviera, ya que sólo es necesario obtener más síes que noes.
Descalabro sin paliativos por contra para el PSOE, que de ganar los comicios de 2019 pierde 13 asientos en la Asamblea de Vallecas, al pasar de 37 a 24.Los votantes tradicionales del partido de la calle Ferraz han personificado en la figura de Ángel Gabilondo un voto de castigo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se ha implicado personalmente en el diseño de la campaña.
Tampoco le ha beneficiado su cambio a mitad de la campaña en la estrategia de pactos postelectorales: del "con este Iglesias, no", para tratar de atraer a los desencantados con Ciudadanos marcando distancias con Podemos, pasó al "Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones".
La otra triunfadora
La candidatura de Más Madrid ha sido la otra triunfadora de esta cita con las urnas, rozando el sorpasso al partido hegemónico de la izquierda que llegó a apuntar algún sondeo, con el que empata en escaños. Mónica García, una médico anestesista desconocida para la ciudadanía hace apenas un mes, ha hecho una campaña basada en el feminismo y las políticas verdes "frente a la ultraderecha", que le ha permitido mejorar el resultado que sacó Íñigo Errejón hace dos años compartiendo tique electoral con Manuela Carmena: sube hasta los 24 diputados, cuatro más que actualmente.
En el caso de Podemos, Pablo Iglesias ha logrado aumentar de siete 10 los escaños que logró Isa Serra en 2019, cuando estuvo a punto de quedarse fuera de la Asamblea regional ante el empuje del partido fundado por el ex dirigente morado.
Sin embargo, el pretendido golpe de efecto del ex vicepresidente del Gobierno que abandonó La Moncloa para confrontar directamente con Ayuso no ha conseguido dar vuelo a la formación, que mantiene el grupo parlamentario minoritario en el hemiciclo de Vallecas.
El otro gran perdedor de esta contienda electoral es Ciudadanos (Cs). Tras dos legislaturas siendo la fuerza política decisiva para la formación de gobiernos del PP -en 2015 con apoyo externo y en 2019 bajo la fórmula de la coalición-, la formación naranja se queda fuera de la Asamblea madrileña al haber logrado sólo el 3,5% de los sufragios, un punto y medio menos de los necesarios para obtener representación.
Ciudadanos, el perdedor
Su candidato, Edmundo Bal, ha planteado una campaña situada en un difuso el centro político como antídoto a los extremos a un lado y a otro del arco ideológico y llena de propuestas concretas. Sin embargo, su posicionamiento claro respecto a que su única posible alianza después del 4 de mayo sería con Ayuso ha terminado por llevar a la mayoría de sus potenciales votantes a optar por la papeleta "útil" del PP. Ha pasado de 26 a cero representantes.
Pese a la omnipresencia de Santiago Abascal en la campaña autonómica para tratar de acaparar al votante más situado ideológicamente a la derecha, intentando situar en el centro del debate el problema de la inseguridad, Vox ha obtenido 13 parlamentarios, sólo uno más que ahora,.
Aunque Ayuso dependerá de sus votos para poder sacar adelante cuestiones mollares como los Presupuestos, queda en una posición de inferioridad numérica para la negociación.
La participación en estos comicios ha sido la más alta de la historia -80,7%- pese a celebrarse en un día laborable, dos años antes de lo previsto y en medio de la cuarta ola de la pandemia del Covid-19. Este porcentaje supone 16,4 puntos más que en los comicios de mayo de 2019 y 10,3 puntos más que en 1995, que era la cita con la mayor participación registrada hasta ahora, con el 70,3 %.
La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - Marines planta un árbol por cada niño nacido en 2020 ,. .fotos,.
Marines planta un árbol por cada niño nacido en 2020,.
El municipio celebró 14 nacimientos durante el pasado año,.
El Ayuntamiento de Marines, concienciado con la conservación del medio ambiente y fomentando la educación ambiental entre la población del municipio realizó una plantación de árboles el pasado domingo 2 de mayo.
Coincidiendo con la celebración del Día de la Madre, el consistorio dirigido por la socialista Lola Celda preparó una actuación medioambiental en el municipio. Así, se plantaron en el caso urbano 14 ficus en alcorques por cada uno de los niños que nacieron durante el 2020 en el municipio.
“Nos preocupa que nuestras generaciones futuras respeten el entorno, lo cuiden y lo protejan. Por eso, realizamos actividades de este tipo, concienciar a la población es nuestro deber si queremos conservarlo”, ha apuntado Celda.
Los padres de los recién nacidos participaron en la plantación de su propio árbol que llevará una placa conmemorativa con el nombre de su hijo. Se trató de la segunda plantación de árboles protagonizada por los niños de Marines.
Cabe recordar que el año pasado, antes de que la pandemia cambiara nuestros hábitos de vida, el colegio público de Marines hizo una plantación de árboles. Cada clase plantó su propio ejemplar en el parque del Real y se colocó una placa conmemorativa que identificada el árbol con cada curso.
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- TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO -Barraquetes', la playa colorista y provisional ,.
RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Barraquetes', la playa colorista y provisional ,. , fotos,.
Barraquetes', la playa colorista y provisional,.
Los merenderos usaron títulos variopintos: 'La Guitarra y la Mari Blanca', 'El Sol y el Tranvía', 'El Nano Fart', 'Les Devanaores', 'Rosaura', 'El Amonquili', 'El Ferrocarril', 'El Miriñaque'...
El balneario Las Arenas, en pocos años, vino a sustituir a las instalaciones flotantes de un puerto que reclamaba más espacio. Y se convirtió en la casa de baños más frecuentada por los valencianos, siempre con el debido respeto a 'les barraquetes', el conjunto de casetas de baño de quita y pon que nacía cada verano en la playa del Cabañal. El Ostrero, el restaurante Miramar y la ya más aristocrática instalación de la sociedad del Tiro de Pichón habrían de ser, durante más de medio siglo, las atracciones de playa más frecuentadas durante el veraneo de los valencianos.
Los 'adinerados', entre los que había algún conde con fecha de caducidad y no pocas 'viudas de...', hicieron de la calle de la Reina, en el Grao, un influyente núcleo de vacaciones que se quejaba en la prensa y lograba del Ayuntamiento mejoras y soluciones. En 1901, cuando se pusieron las primeras luces eléctricas para sus fiestas de agosto, un reportaje de LAS PROVINCIAS hizo hablar a un personaje mayor que rememoraba los días felices -siempre «hace cuarenta años»- en que proliferaban verbenas, excursiones, bromas, bailes y la horchata corría a raudales. «Ahora, el veraneo, especialmente en la calle de la Reina, se reduce a tomar el fresco en una butaca», decía el veterano entrevistado, algo alicaído. Los perfiles iban cambiando y el tranvía eléctrico hacía posible ir y venir en el mismo día de la ciudad al mar.
Las pescadoras aprendieron el oficio de la hostelería; ir a la playa fue un modo económico de pasar el día en familia
El antiguo veraneo de alquiler era otra cosa y las casas se convertían en viviendas estables. El barrio marinero se modificó a impulsos del puerto y con el nuevo siglo menudearon almacenes y fábricas, talleres de tonelería y material náutico. Los encantos de antes estaban ahora en otros lugares. En La Arenas, desde luego, con el tranvía a pie de taquilla, la clientela era fija. Pero también lo era, con mucha menos etiqueta, en 'les barraquetes', las instalaciones de tablones y cañizo que se montaban cada año en primavera, cuando los temporales de invierno ya no eran amenaza. Un reportaje del día de San Juan de 1901 nos dice que ese año fueron 40 las construidas, 26 para mujeres y 14 para hombres; y que los merenderos llegaban ya a 46.
La familia en la playa
Con tranvías eléctricos, el día de playa, ocio y almuerzo familiar se hizo posible por poco dinero. Con la ventaja de que se toleraba la modalidad modesta de llevar la comida de casa y solo consumir las bebidas. El periódico anotó los nombres: La Guitarra y la Mari Blanca, El Sol y El Tranvía, El Nano Fart, Les Devanaores, Rosaura, El Ferrocarril, El Miriñaque, Delicias del Mar, El Amonquilí... En ese caldo de cultivo, no es raro que las mujeres de los marineros de la «peixca de bou» se pusieran a los fogones y abrieran brecha en el turismo local; así nacieron La Marcelina y la Pepica, La Muñeca y La Rosa, que han llegado hasta nuestros días. Sus edificios estables, negocios de larga tradición, se levantaron sobre el suelo que ocuparon los barracones de los bisabuelos.
Por la tarde, en una enorme explanada de arena, las traseras de los barracones de baño se convertían en tendedero de los trajes de baño y las toallas usados por la mañana. Los ambulantes vendían barquillos, gaseosa fresca y agua de cebada; galletas de aceite y azúcar y «aigua fresqueta de la Font del Gas». En otras parcelas de la enorme playa, los sogueros daban las últimas vueltas a las ruedas de torcer cabos y los calafates recogían las herramientas. «Les peixcateres», con sus grandes cestos, se aproximaban a la orilla en espera de las barcas; el viaje de las tartanas cargadas con los frutos del mar tenía como destino el mercado.
El pintor y el escritor
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Se inventó Sorolla un mundo plástico palpitante de sol o fue ese escenario el que le capturó y le hizo esclavo de una pintura exultante de colores? Se podría decir que el artista fue el instrumento de un mundo existente que necesitaba saltar al mundo y convertirse en tópico. Lo que está claro es que el joven Joaquín ya pintó a la 'otra Margarita', detenida por la guardia civil, dentro de un vagón ferroviario que alquiló en los apartaderos del Grao. Luego buscó niños y pescadoras con pañuelos a la cabeza, abuelas y marineros que quisieran posar, tanto para sus reflexiones sociales como para sus vibrantes escenas de mar. «Las Provincias» le entrevistó entre lonas, pintando, un día de 1898: «Açí estic, fent cosetes», mientras sus brazos y el rostro tomaban el color del bronce.
Por aquellos años, otro joven valenciano, Vicente Blasco Ibáñez, se tropezó con él en la arena mientras tomaba apuntes para 'Flor de Mayo', editada en 1895. «Fuimos como hermanos», confesaría el autor años después al recordar una amistad en la que la evocación de la playa valenciana era mucho más, y más honda, que el simple aprovechamiento de un escenario plástico o social. El jolgorio de 'les peixcateres', su descaro en la tartana, camino del mercado, se unió a la angustiosa espera de las mujeres a que las barcas regresaran capeando el temporal.
Los sombreros de la Exposición
El rey Alfonso participó en una regata dentro de la dársena en su viaje para inaugurar la Exposición Regional de 1909. Corrió a toda mecha conduciendo su coche por una avenida del Puerto festoneada de baches, y pisó la arena de Valencia aunque en las instalaciones aristocráticas del Tiro de Pichón. Era mayo, y «les barraquetes» estaban empezando a montarse; seguro que las pudo ver, cigarrillo en mano, entre el mar de sombreros elegantes de las damas de la buena sociedad. La playa, donde poco antes habían dormido aquellos viejos que esperaban ver llegar de Cuba el barco donde volvía el hijo soldado, se preparaba para un verano lleno de alegría y ganas de vivir. Ni los más cenizos soñaron que meses después, en agosto, volvería a sonar el tambor de la guerra de África y España se desencajaría en la Semana Trágica de Barcelona.
Valencia, la de la playa extensa, trabaja y sueña sin cesar. En la Exposición tuvo por primera vez un himno que dice lo que dice. Ocio y negocio en apenas una milla de territorio: el puerto, siempre esperando la oportunidad de crecer, y la playa, nacida para pescadores y marinos que comparten el disfrute con un pueblo que se explaya y pierde el sentido del tiempo cuando llega la brisa de la tarde.
Botijo popular y pamela elegante, tranvía de rippert y vermut con sifón. Hay un sillón de mimbre que han puesto mirando al mar y velas anaranjadas que regresan despacio al atardecer. Los bueyes colorados chapotean en exclusiva para un pintor y hay un boyero que fuma una pipa de aromático tabaco de Alboraia.
Una casa junto al mar
El escritor, en 1904, se dejó retratar en familia para 'Blanco y Negro'. Se había construido una casa junto al mar, en una playa que se acababa de bautizar como la Malvarrosa. Robillard, el perfumista, plantó junto al mar una extensión de lavanda y flores de mil aromas. Blasco escribió que las gaviotas golpeaban los cristales del miramar de su estudio. Lienzos y páginas, estampas de sol y sombra, se dieron la mano para configurar un ideario local con valores universales: «¡Y aún dicen que el pescado es caro!», fue la denuncia del accidente del pintor, pero también la última frase de la novela del escritor. «¡Triste herencia!», la estampa de los niños escrofulosos al borde del mar, subrayó la labor de los hermanos de San Juan de Dios en el sanatorio. Allí, en el Asilo del Carmen, en otros establecimientos, niños y mayores, desheredados y enfermos buscaron el alivio del yodo y la brisa marina; pintarlos, escribir de ellos, era el contraste necesario de esas puestas de sol que se cuelan por las rendijas de la caseta y buscan la carne morena de las bañistas.
Pero hubo otros pintores. Emilio Sala acudía a Las Arenas cada verano, con su cámara y su chambergo, huyendo de los calores de Madrid. Músicos, políticos, periodistas y actores hicieron el camino de la capital en busca del éxito pero regresaron en verano a la playa como si cumplieran en un santuario su devoción. Y luego estuvo Ignacio Pinazo, el que nunca viajó, que nos dejó una serie de tablillas mínimas, esbozos y apuntes impresionistas: una vela y una sombrilla, una ola y la mancha blanca de un sombrero que deja una cinta volando al viento. La playa siempre se ofrecía como nueva aunque el faro empezaba a destellar siempre a la misma hora.
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