TITULO:
Tierra de sabores - Cocinamos - Paraiso y cocina ,.
Cocinamos - Paraiso y cocina,.
Paraiso y cocina,.
foto / Las cholitas bolivianas, premio Guardianas de la Tradición,.
Escaladoras andinas, emprendedoras que promueven la integración, mentoras de equipos y nuevos talentos culinarios se dan cita en la cuenca mineras asturianas para participar en la tercera edición de Féminas,.
«Las mujeres somos bien valientes, aunque se nos haya dicho siempre que somos débiles». La boliviana Dora Magueño venció su timidez natural al recordar emocionada la primera vez que holló la cima del Aconcagua, arrancando un encendido aplauso al público participante en la tercera edición de Féminas, el Encuentro de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural que se celebra estos días en las cuencas mineras asturianas. Su mensaje empoderador puede parecer inocente visto desde la posición de privilegio del Primer Mundo, pero para una persona triplemente discriminada -por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre- es el reflejo de una inédita sensación de libertad: «Hasta ahora nunca pensaba en mi misma, ahora siento que puedo hacer lo que yo quiera».
Las Cholitas de Bolivia, representadas en FéminAs por Magueño y su hija Lita Gonzales, son una estirpe de mujeres aimaras que se dedican a cocinar para las expediciones de escaladores que tratan de ascender a la cordillera de los Andes. Durante años su papel se limitaba a cargar con viandas y cacerolas para después preparar en las alturas reconfortantes sopas, platos de chayo o guisos de chuño -unas piedritas de patata deshidratada que son el sustento de los pueblos andinos- mientras los hombres atacan la cima. Hasta que hace unos años Dora y otro grupo de paisanas se envalentonaron: «¿Por qué nosotras no lo podemos intentar?». Calzadas con botas de escalada pero sin renunciar a sus bombines y sus polleras enfilaron las cumbres más altas de América, hazaña recogida en el galardonado documental 'Cholitas'. En Asturias reciben ahora el premio Guardianas de la Tradición, con el que el congreso trata de amplificar el legado de mujeres históricamente silenciadas.
De La Paz a Copenhague
En Bolivia despegó también la carrera de la danesa Kamilla Seidler, que llegó a La Paz empujada por Claus Mayer, antiguo socio de Noma y ángel de proyectos que mezclan gastronomía e integración social alrededor del mundo. El restaurante Gustu, que abordaba la despensa boliviana siguiendo los principios del Manifiesto de la Nueva Cocina Nórdica, le sirvió de plataforma para alzarse con el premio a la mejor chef de América Latina, pero lo que es más importante, ejerció de catalizador de una escena gastronómica local poblada ahora de pequeños negocios culinarios. De vuelta a Copenhague, Seidler abrió 'Lola', donde trata de promover la igualdad, la conciliación y el respeto a las diferencias en una plantilla formada por personas en riesgo de exclusión. «Amo la alta cocina, pero no es el modelo de restaurante que quiero para mi porque quiero que tanto yo como mi equipo podamos disfrutar de la vida».
A pesar de los avances en materia laboral en el gremio, la hostelería sigue siendo una profesión muy exigente, cuyo día a día tiene poco que ver con el glamour de las estrellas y los programas de televisión. Esa es una de las primeras enseñanzas que trata de inculcar a sus alumnos Yolanda León, mitad del restaurante leonés Cocinandos y profesora de la escuela de hostelería de León desde hace 25 años. La chef, galardonada con una estrella Michelin, participó en una mesa redonda junto a otras mentoras de futuros profesionales como Beatriz Sotelo e Inés Butrón. Más allá de destrezas técnicas o de nociones sobre historia gastronómica, su labor fundamental es «transmitir amor por la cocina y tratar de despertar vocaciones» en jóvenes que muchas veces llegan a la hostelería de rebote. «Cada año se matriculan menos alumnos y vienen más desmotivados, tenemos que dignificar el oficio para darle la vuelta a esta situación», afirmaba León.
Ideas frescas y mucha verdura
El éxito de figuras como Vicky Sevilla -la española más joven en lograr una estrella Michelin- o Diana Díaz -ganadora del Premio Internacional de Cocina con AOVE Jaén Paraíso Interior en la pasada edición de San Sebastián Gastronomika- puede servir de acicate. Ambas representan dos valores en alza de la escena nacional y han pasado por FéminAs para mostrar sus últimas propuestas. Dos perfiles distintos pero con mucho en común, como la frescura de ideas, la limpieza de las elaboraciones o el protagonismo de los vegetales. Sevilla ha convertido Arrels en una referencia ineludible de la cocina levantina con platos de lenguaje contemporáneo, pero inspirados en recetas de su madre y su abuela. Díaz es la mano derecha de Rodrigo de la Calle en El Invernadero y aunque en el proceso creativo debe adaptarse al estilo del chef, su sello personal se hace cada vez más evidente. Es cuestión de tiempo que vuele por su cuenta.
La italiana Isabella Poti, que adapta la cocina de subsistencia de las antiguas masías de la región italiana de Puglia, completaba el cartel de la jornada inaugural de un congreso por el que este martes pasaran María Cano, del biestrellado mallorquín Voro, Pepa Muñoz, de El Qüenco de Pepa, la chilena Pilar Rodríguez o las asturianas Natalia Menéndez, Noelia García Valle o Sara López.
TITULO: Diario
de un nómada - Las huellas de Gengis Khan - Reencuentro en Riga capital de Letonia ,.
El domingo -10- Septiembre a las 19:00 por La 2 , fotos,.
Reencuentro en Riga capital de Letonia ,.
Miquel
Silvestre está en Riga, la capital de Letonia y ciudad más poblada del
país. Su primo Rafa cruzó Rusia con La Gorda y al llegar a la república
báltica dejó la moto en un taller y llamó a Miquel para que viniera a
por ella y comenzar su propio viaje de regreso por un país lleno de
bosques y con una conflictiva historia.
TITULO : Un trío en la cocina -Los Ángeles de la Noche siguen repartiendo comida para 140 familias desde la furgoneta ,.
Un
trío en la cocina - Los Ángeles de la Noche siguen repartiendo comida para 140 familias desde la furgoneta , fotos,.
TITULO : Un trío en la cocina -Los Ángeles de la Noche siguen repartiendo comida para 140 familias desde la furgoneta ,.
Un trío en la cocina - Los Ángeles de la Noche siguen repartiendo comida para 140 familias desde la furgoneta , fotos,.
Los Ángeles de la Noche siguen repartiendo comida para 140 familias desde la furgoneta,.
Los voluntarios se quejan de que tras el cierre por la intervención policial se han quedado dentro 200 kilos de comida que se pueden echar a perder,.
Los voluntarios seguían repartiendo hoy comida desde la furgoneta con la distancia de seguridad, guantes y mascarillas.
La situación se antojaría rocambolesca y quizás para un sainete si no fuera por la situación de extrema necesidad que viven tantas personas que viven la calle y otras entre las cuatro paredes de sus casas, y que venían avituallándose gracias al trabajo incansable de los voluntarios de los Ángeles de la Noche. Ayer, como publicó este periódico, tras una intervención policial, que hoy finalmente ha sido confirmada por la Subdelegación del Gobierno, el local de la asociación fue cerrado.
No hay orden de cierre
Pese a todo, las mismas fuentes indicaron que la Policía Nacional no tiene ninguna orden de cierre pero sí acompañaba a alguien habilitado por el presidente Antonio Meléndez para recoger la llave de la asociación una vez que él mismo había puesto una denuncia para cerrarla «para evitar los contagios», como explicó en una nota que llevó la semana pasada y como aseguró ayer él mismo a este periódico.
Pese a todo, los voluntarios han seguido hoy trabajando con el mismo entusiasmo de días anteriores. ¿Cómo? Pues gracias a la furgoneta que les facilitó de préstamo el área de Voluntariado, que dirige Ruth Sarabia, con la han seguido esta mañana repartiendo el desayuno a 120 personas, entre ellos españoles, rumanos, marroquíes, ucranianos, «que viven en la calle, que los conocemos y que no podemos dejarles así tirados de la noche a la mañana», explicaba Belén Leiva, quien abundó en que varios vecinos se habían apiadado de ellos y les dejaban calentar la leche para el café en sus cocinas, y entrar al baño cuando lo necesitaran. «Todo con las medidas de seguridad adecuadas, guantes, mascarillas, la distancia de dos metros, que nadie piense que no estamos haciendo las cosas bien. No exponemos la vida de los que vienen ni las nuestras», explicó Leiva, más animada a mediodía porque seguían llamándola para donarle alimentos.
Miguel Ángel Vela era uno de los que hacía la cola hoy a las doce de la mañana a la espera de que repartieran el almuerzo a las 13.00 horas. «No me queda otra que estar aquí, ya que no tengo dinero para ir al supermercado, más quisiera yo…». En su casa, en la barriada de la Trinidad, este parado de la construcción vive con su madre, el marido de ésta y sus tres hijos menores de cinco años. «Yo hago chapuzas, sabes, así como puedo, pero ahora nadie te quiere en su casa, así que no tenemos ningún ingreso». De esta manera, explica, como va cada dos días para no abusar, al menos le puede dar de comer a los niños en condiciones. «Ellos son los que tienen que seguir viviendo, nosotros ya parecemos viejos en este mundo», culmina Miguel Ángel emocionado. Sólo tiene 27 años.
En la cola también está Yolanda Sánchez, de 47 años, otra asidua. Su caso tiene «tarea», como ella misma dice. Su marido, albañil, también en paro. Tienen tres hijos. El pequeño, Antonio José, de 21 años, autista severo; una hija con retraso madurativo de 27 años; y Rafael, de 30 con una minusvalía. «Imagínate, con lo que me dan aquí, gracias a Dios, me dan la vida. De verdad que no tengo dónde acudir; han cerrado muchos sitios en los que nos daban comida y mi situación es desesperada. Estos voluntarios son maravillosos». Yolanda vive en la Cruz Verde, pero antes lo hizo en La Corta, y antes, con su suegra en las que ella llama 'casas de lata', que no recuerda ni dónde estaban, pero que se presume que serían Los Asperones.
Estos días siguen repartiendo tuppers con puré de zanahoria y patatas, estofado de pavo, pescado, puchero, huevos, leche, verduras en conserva. El almuerzo de hoy, donado por una asociación amiga de la que prefieren no decir el nombre, estaba compuesto de puchero, hamburguesa con verduras y palitos de merluza. De postre, flan, tocino de cielo con yogur y natillas, como explica Belén Leiva, que coge de repente un coche para dirigirse tras una llamada a recoger una donación. Dentro, como subrayan afligidos, hay 200 kilos de comida que se pueden echar a perder de no poder entrar por ellos para repartirlos. El arroz a la cubana de ayer, fiambre, chacina, frutas y verduras, así como conservas de atún, chacina, zumos, aceite, pasta, garbanzos y cola-cao. Ahora sólo piensan en cómo hacer posible que esa comida pueda repartirse. Están tocando todas las teclas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario