TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 8 - Abril - Carmen Posadas - Valentina ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 8 - Abril ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 8 - Abril , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Carmen Posadas - Valentina ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Carmen Posadas - Valentina , fotos ,.
Carmen Posadas - Valentina,.
Carmen Posadas,.
Como un poema alargadísimo hacia el mar: así es el título que Valentina Varas (Buenos Aires, 1991) ha inventado para amalgamar en un volumen único su obra poética hasta la fecha —compuesta por dos poemarios, La velocidad de una fiesta y Volcán; amén de un grupito de poemas inéditos— con el objetivo de lanzarla al mercado español. Con él coloca la alfombra roja para que mi cara se estrelle de lleno sobre el libro. Embriagado por el aroma sugestivo de un título hermoso, mi aterrizaje en las páginas de este endiablado artefacto lírico es algo así como la pletórica entrada en la discoteca de un adolescente confiado y borracho. Aquí todo es pista de baile.
( Desayuno )
Lo hago a veces, cada vez menos —miento: sigo teniendo épocas de crisis—: saco el teléfono móvil, abro WhatsApp y busco tu nombre. Desde que no te veo he conocido a más personas con tu nombre, e intuyo que ese proceso traza una línea paralela con mis crecientes dificultades para recordar los detalles de tu rostro. El asunto es que busco respuestas en la pantalla. Tu foto de perfil no cambia. Tu estado tampoco lo hace. Me planteo si tu vida tampoco estará cambiando, o si acaso tú, a diferencia de mí y de tantos otros, eres capaz de disociar tus días de las nubes que hemos inventado, magos de lo virtual. Aquí me tienes: al otro lado del mundo, ávido de noticias que nunca llegan.
( Cena )
Hay una voz palpitante cargada de lirismo cotidiano en la escritura de Valentina Varas, que asocia con rapidez imágenes de soledad tecnológica con el hábito generacional de perdernos siempre en las mismas calles, en las mismas ciudades. Su dispositivo estético vive aletargado, lejos de las relucientes cimas de lo presuntuoso—rechazándolas, cargando contra ellas—: su búsqueda poética está restringida al espacio degradado y estancado de una habitación. Ella quiere los rastros, ella quiere la memoria de las manos. Valentina Varas escribe armada de recuerdos y con un cubo de helado cerca. Por si acaso.
II. La velocidad de una fiesta.
No estoy preparado para dejar de ser joven. Ser joven es lo único que sé hacer. No conozco otra cosa, y encuentro ridículo el gesto fingido con el que mis compañeros se transforman en aparentes adultos. A mí me gusta no tomarme en serio el gimnasio, arrastrarme por el suelo de parquet, acostarme tardísimo, comer regaliz, bailar en lugares oscuros, no tener conversaciones graves, rodar por colinas verdes, llorar escuchando música por la calle: ya sabes, sentir que el mundo no me presiona demasiado. Por eso, cuando tú vienes, yo bajo la cabeza y pienso que no debería estar aquí, queriéndote de esta manera tan absurda y tan convincente, por eso escapo de ti como los ríos de las montañas: camino al mar, buscando ser un niño para toda la eternidad.
Escribe Valentina Varas: “anoche desde una cama / que no era mía / recé ‘por favor, / por favor que todo / salga bien aunque / yo haga todo mal’.” El mundo como ajuste perpetuo, como contrapartida del caminar errático. Sus poemas son una suerte de pasos en falso premeditados, de distorsión constante de una realidad cada vez más indistinguible: ¿qué es verdad? ¿Lo que somos o lo que deseamos ser? ¿Podría ser que ambas cosas fuesen igualmente ciertas? En ese caso, bien: lo que somos permanece ajeno a nuestra voluntad; queda a nuestra disposición elegir qué cosas desear. El deseo es la representación última del libre albedrío, el refugio infinito de la libertad.
Te lo digo, aunque tú ya lo sabes: esto es una mierda. Leo el historial de nuestras últimas conversaciones. Tu cumpleaños. Mi cumpleaños. Tu cumpleaños. Mi cumpleaños. Tu cumpleaños. La muerte de mi abuelo. Mi cumpleaños. La muerte de tu abuelo. Tu cumpleaños. Todos y cada uno de los diálogos reproducen al anterior con matemáticas variaciones —arrebatos ínfimos de dignidad de quienes huyen de la repetición crónica—. Sostenemos este cadáver con un malabarismo macabro, como si nos debiésemos el uno al otro un recordatorio constante de lo vivido. Este es el registro del tiempo, gatito valiente: un rastro espectral de WhatsApps abatidos, terribles, la herencia aberrante de nuestra incapacidad para dejarnos marchar.
TITULO: Lunes - 14 - Abril - Imprescindibles - Sembrando sueños - Serafín y Joaquín Álvarez Quintero,.
- LUNES
- 14 - Abril - Imprescindibles - Sembrando sueños - Serafín y Joaquín Álvarez Quintero,.
- Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes - 14 - Abril ,.
- Sembrando sueños - Serafín y Joaquín Álvarez Quintero,.
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- Serafín y Joaquín Álvarez Quintero crearon escuela, mostraron algunos de los aspectos más importantes de una sociedad que cambiaba de manera vertiginosa en la primera mitad del siglo XX y llenaron teatros a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. El teatro andaluz no existía antes de los hermanos Álvarez Quintero, por lo que es el momento de contar su historia, de contemplar a los Quintero con una mirada nueva, desde una perspectiva más acorde con nuestro presente actual, desde el siglo XXI, sin prejuicios y sin etiquetas.
- , a las 21:00 ,foto ,.
TITULO: ELLA & - No puedo callarme,.
No puedo callarme,.
foto / Cuando era joven y América se dibujaba como un paraíso anhelado en las nebulosas desiderativas de la adolescencia, todos mis amigos fantaseaban con viajar a Nueva York y experimentar el vértigo de la metrópoli desde las cumbres de los rascacielos, pero lo que yo verdaderamente deseaba era conocer Buenos Aires, porque esa ciudad se expresaba en mi mismo idioma y de ella provenían epifanías muy queridas que habían ido conformando una suerte de genealogía sentimental. De algún modo, cuando la visité por primera vez hace ahora cinco años fue como si volviera a un territorio conocido, porque pisé entonces de verdad unas calles que había recorrido a través de las palabras de otros. La gran urbe de Sudamérica adquiere un relieve nuevo ahora que regreso, esta vez de forma absolutamente literal, y voy entreviendo su perfil a medida que el coche que me recoge en el aeropuerto me acerca a ella a través de una Ricchieri estrangulada por los embotellamientos. Crece un hormigueo en el estómago cuando llegamos a la Plaza del Congreso y veo erguirse al fondo la cúspide del Barolo, y el aire familiar que desprende todo se acentúa cuando continuamos por Callao y pasamos junto a la esquina de Los Galgos y recuerdo que a ese cafetín me llevó Fran la misma tarde que aterricé aquí entonces, cuando Buenos Aires era una incógnita en cierto modo conocida y sus calles un lugar por descubrir. Vengo cansado después de un vuelo largo, algo más de doce horas, y me esperan por la tarde algunos actos, por lo que sería recomendable dedicar este tiempo muerto que tengo ahora por delante a las placideces del sosiego, pero acabo de llegar y el ansia quema y sólo estoy en el hotel el tiempo justo para registrarme, deshacer la maleta, darme una ducha y cambiarme de ropa. Quiero poner a prueba mi memoria, saber si soy capaz de rehacer los propios pasos perdidos que di por aquí hace un lustro, y movido por ese afán llego a Santa Fe y sigo bajando luego por Paraná hasta dar con los predios de la Avenida de Mayo, seguirla hasta la Nueve de Julio y embocar después en dirección al Obelisco y a Corrientes, a toda esa iconografía destartalada y rabiosa de una ciudad tan excesiva que siempre se queda corta. Fran me cuenta que es imposible estar en esta ciudad sin que le entren a uno las ganas de escribir, y me habla de autores que no conozco y me recomienda un libro que buscamos sin ningún éxito y terminamos paseando por su barrio y dando con un cruce en el que sucede una de las maravillas que convierten en imán los entresijos de esta ciudad irresistible: en cada una de las cuatro esquinas que conforman el cruce entre Junin y Bartolomé Mitre se abre una librería; todas son del mismo dueño, pero todas son distintas y a veces sus dependientes se desplazan de una a otra en busca de los libros que reclaman los clientes, y así los pasos de cebra se convierten en un ir y venir de páginas que sortean los semáforos para dar con ojos que las lean y ese trajín puede sembrar un germen promisorio del que emerjan un cuento o un artículo que glosen esa circulación en la que se entrecruzan las ideas y las ensoñaciones. Los itinerarios de la fabulación son aquí tan abundantes que el andar errático me conduce a rincones que imaginé sin haber visto y a otros que recreé después de pasearlos una sola vez y como por despiste, y tanto en un caso como en otro descubro que lo que creí contemplar se parece poco a lo que hay y, por el contrario, aquello que inventé sin el menor complejo resulta asemejarse de forma inverosímil al referente que ignoraba y que se muestra ahora ante mis ojos con una arrogancia desvergonzada. Todo puede ocurrir en una ciudad en la que las bibliotecas públicas invaden mansiones habitadas por fantasmas y se habla de un barrio trazado a golpe de requiebros circulares por los que se adentran muchos que no consiguen dar después con la salida. Merodea uno por esta ciudad endiablada donde se aprende que la vida hay que gastarla como si anduviera inspeccionando los entresijos de la casa familiar, con esa impresión de encontrarse en terreno conocido aun cuando se halla en parajes que no ha visitado nunca, y al interrogarse por las razones del ensalmo viene a la memoria aquella vieja canción de Sabina que hace más de treinta años le enseñó que es posible morirse por volver, y que en algún lugar del mundo existía una ciudad llamada Buenos Aires.
TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 10 - Abril - Ensalada de anchoa y salmón ,.
Jueves - 10 - Abril - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Ensalada de anchoa y salmón ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Ensalada de anchoa y salmón ,fotos,.
Ensalada de anchoa y salmón,.
Ingredientes,.
- 130 g de anchoas de lata
- 130 g de queso tipo quesito
- 1,5 dl de aceite de oliva
- 1 dl de agua mineral,.
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- 20 g de mostaza y 2 dl de agua mineral
- 15 g de vinagre de Jerez y 0,6 dl de aceite de oliva
- 4 anchoas en salazón
- 4 lonchas de salmón ahumado
- 1 alga nori cortada en finas tiras
- 3 lechugas de cultivo ecológico
- 8 brotes de berro y huevos de codorniz cocidos,.
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Paso a paso: De la crema, se trituran en una túrmix las anchoas junto con el agua, la mostaza y el queso y se le añade el aceite a chorro fino, como si estuviésemos montando una mahonesa. Luego, para la vinagreta, se mezclan bien el vinagre de Jerez y el aceite de oliva y se reserva. Se coloca una base de la crema de anchoas y, sobre ella, los brotes de berro y las hojas de lechuga ecológica. Y por último, sobre estas lechugas, las lonchas de salmón ahumado y las anchoas en salazón, se aliña el conjunto con la vinagreta previamente elaborada y, por encima, se colocan un poco del alga nori picada en juliana y los huevos de codorniz partidos por la mitad.
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