viernes, 23 de septiembre de 2022

DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Meloni se convierte en personaje central de la eterna tragedia de la política italiana ,. / Las rutas Capone - Escenario Amex vuelve al Foro de los Balbos el 2 y 3 de Septiembre,. / Un país mágico - Málaga, 24 horas de callejuelas, bares y museos ,. / Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan - Las maravillas ocultas de Madrid ,. / Un trío en la cocina - 14 'miradores' con encanto en León ,. / Documentos TV - Stasi, un estado contra su pueblo,.

 

 TITULO:  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -  REVISTA BLANCO Y NEGRO - Meloni se convierte en personaje central de la eterna tragedia de la política italiana ,.

 DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Meloni se convierte en personaje central de la eterna tragedia de la política italiana  ,. , fotos,.

 

Meloni se convierte en personaje central de la eterna tragedia de la política italiana,.

 Meloni se convierte en personaje central de la eterna tragedia de la  política italiana | El Correo

La campaña para los comicios del 25 de septiembre arranca con la política neofascista como principal aspirante a encabezar el Gobierno que abandona Draghi,.

 

 Galletas de espelta y cacahuetes. Receta de postre fácil y sencilla

 ( Desayuno )

La historia de Italia solo se puede escribir en clave de tragedia. Desde que surgió heredera de múltiples culturas antiguas. También cuando se desarrolló al amparo del Imperio romano o la unificó el aventurero Giuseppe Garibaldi, y, por supuesto, en su caótica modernidad. Ahora se enfrenta a un nuevo episodio de este eterno drama en las elecciones generales del 25 de setiembre, cuya campaña arrancó este viernes y que podrían entregar el Gobierno a una extrema derecha teñida de neofascismo.

 

 LOMO A LA PLANCHA CON PATATAS – Micu Maku

 ( Cena )

Las encuestas colocan en cabeza a Hermanos de Italia, la formación liderada por Giorgia Meloni, de 45 años, quien hasta hace poco declaraba sin pudor que «Mussolini fue el mejor político de los últimos 50 años», aunque ahora, cuando las urnas están ya cerca, niega ser fascista. Olvida que su partido nació heredero del Movimiento Social Italiano, fundado en 1947 por Giorgio Almirante, alto jerarca de la República de Saló, la última experiencia del dictador Mussolini que concluyó con el Duce fusilado junto a su amante en abril de 1945 cerca de Milán, cuando agonizaba la Segunda Guerra Mundial.

Meloni amplía su ventaja en los sondeos a un mes de las elecciones italianas

Pero parece claro que los italianos están deseosos de aceptarla y le auspician un futuro extraordinario. Nada lo hacía presagiar cuando se presentó a las parlamentarias de hace cinco años para conquistar solo el 4,3% de los votos, muy por detrás de otras siglas de su espectro político como la Liga Norte de Matteo Salvini, que obtuvo el 17,4%; o Forza Italia de Silvio Berlusconi, con el 14,4%.

Sin embargo, a menos de un mes para acudir a los colegios, los pronósticos sitúan a Meloni en la cumbre de la derecha, donde oscila entre el 23 y el 25% de aprobación. Sus rivales están en la alianza de centroizquierda, a la que los sondeos le asignan en torno al 30% tras los momentos difíciles que vive el Partido Democrático. Por tanto, los expertos pronostican un triunfo neto de la derecha. La suma de Hermanos de Italia, la Liga Norte y Forza Italia podría acumular hasta el 48%. Además, la actual ley electoral beneficia a las coaliciones.

La debacle del centroizquierda alcanzaría niveles desastrosos porque el predominio de las derechas podría alcanzar hasta más de los dos tercios del Parlamento, lo que permitiría aprobar leyes constitucionales sin la obligación del referendo.

La soledad de la oposición

Meloni ha sabido aprovechar la crisis económica creada por la pandemia y que en 2021 obligó a los partidos a dar vida a una alianza de unidad nacional, con el economista Mario Draghi como primer ministro. La ahora favorita prefirió la soledad de la oposición.

La nueva ley electoral baja los diputados del Parlamento de 600 a 400 y los senadores de 320 a 200

legislativo reducido

Supo rentabilizar su amplio margen de maniobra para protagonizar una rápida escalada demoscópica que la situó en lugar de privilegio cuando se produjo la caída de Draghi. Esta tendencia se refuerza a medida que se acerca el 25 de septiembre con el derrumbe del mayor partido populista nacido de las elecciones de 2018, el Movimiento 5 Estrellas, víctima de divisiones internas. Las encuestas le asignan en torno a un 10-11% de los votos pese al liderazgo del ex primer ministro Giuseppe Conte.

El salto final al ruedo de los líderes de todos los partidos no parece capaz de cambiar nada. El reciente Parlamento reducido -la nueva ley electoral baja los diputados de 600 a 400 y los senadores de 320 a 200- será de centro derecha. Es probable que Meloni abordará el tema del soberanismo, de una Europa federal, pero cuando llegue al Gobierno olvidará ese discurso porque Italia es el mayor beneficiario del plan de recuperación de la Unión, que le otorgó 200.000 millones de euros en subsidios y préstamos a bajas tasas de interés. Un enfrentamiento con Bruselas haría peligrar esos fondos imprescindibles.

TITULO:  Las rutas Capone - Escenario Amex vuelve al Foro de los Balbos el 2 y 3 de Septiembre,.

 Escenario Amex vuelve al Foro de los Balbos el 2 y 3 de Septiembre,.

Además de los conciertos habrá una serie de actividades alrededor del evento con el fin de difundir la música extremeña,.

El festival Escenario Amex vuelve al Foro de los Balbos de Cáceres el 2 y 3  de septiembre | Hoy

 foto / Actuación del grupo Blue Chicken en el festival Escenario Amex del año 2016.

Los próximos 2 y 3 de septiembre se celebrará el festival Escenario Amex en el Foro de los Balbos de Cáceres. Además del ciclo de conciertos, también habrá una serie de actividades alrededor de este evento, siempre con la idea de difundir la música extremeña. La entrada será gratuita y comenzarán a las 21.00 horas.

 

TITULO:Un país mágico - Málaga, 24 horas de callejuelas, bares y museos ,.

 

El sabado - 1, 8 - Octubre a las 18:30 por La 2, foto,.

 

 Málaga, 24 horas de callejuelas, bares y museos ,. 


Desayuno en una cafetería de 1942, coquetas plazas, una tienda para comprar abarcas típicas, tapas en La Farola de Orellana y el Soho, la zona,.

 Málaga, 24 horas de callejuelas, bares y museos | El Viajero | EL PAÍS

 

Pensemos en una Málaga seductora, reparemos en su identidad de ciudad alargada, la que se deja acariciar en sus curvas por la ágil tabla del skater, por la liviana dejadez del autóctono. Aquí van unas ideas para recorrer la localidad costera andaluza.

10.00 Palabras clave

Empezamos desayunando café y churros en pleno centro en una cafetería con nombre de señora de novela de Juan Valera: Doña Mariquita (1), situada en la plaza de Uncibay desde 1942. Un lugar en el que todo malagueño ha merendado alguna vez. En Málaga los churros son las porras de otros lugares; aunque meterse en el mundo del churro merece tres o cuatro tomos con cinco anexos ilustrados. La variedad del desayuno en esta ciudad exige diccionario, y lo ideal si uno no quiere dulce es repetir la frase “un mitad con un pitufo”. Así se pide un café con leche y un panecillo,.

 

11.00 Viaje en el tiempo

A unos 10 minutos a pie está el Museo de Artes y Costumbres Populares (2), con su patio, donde el sol cenital en invierno te lleva directamente al costumbrismo del siglo XIX y aprendes una palabra a la que le quedan cinco minutos de vida: talabartero (“guarnicionero que hace talabartes y otros correajes”, dice la RAE). Una antigua posada que devuelve un retrato de lo que fuimos: cuando las mujeres pudientes parían en sillas con agujero, y las otras, junto a su hogar de carbón, entre el olor a barniz de madera y a vino pringoso. Lo mejor es que, al salir de nuevo a la plaza de Enrique García-Herrera, sabes que se puede viajar en el tiempo sin grandes gestas.

12.00 Aperitivo con sequipedro

Aprovechamos que seguimos en el centro histórico para dar una vuelta por el cercano Mercado de Atarazanas (3). Era, además de un mercado de abastos, un astillero nazarí casi al borde del mar, muy cerca de El Playazo (un antiguo arenal enorme en lo que hoy es la Alameda Principal), cuando se fabricaba el famoso garum, una salsa de pescado fermentado y sal que era la gloria para los paladares romanos y se intercambiaba con la púrpura de las cañaíllas (el tinte se sacaba de la mucosidad de este caracol de mar).

Nos acercamos a la calle de Fajardo (4) y en una tiendecita (cuyo único letrero es una exposición de cinturones) se pueden comprar todavía los pichones: una especie de abarca típica que usaban los agricultores y cuya suela está hecha con rueda de camión. A estas alturas, un aperitivo es crucial. Seguimos camino hasta la bodega La Campana (5) (calle de Granada, 35) y nos tomamos un vasito de sequipedro, una mezcla de pedro ximénez con vino seco. Hay que pedirlo tal cual.

14.00 Todo el sabor en un potaje

Ya dispuestos y alados nos vamos a almorzar a Santiago Sedeño (6), restaurancito con cocina popular malagueña en el número 9 de Correo Viejo, una calle estrecha y fresquita en verano y tibia en invierno. De entrante merecen la pena sus conchas finas, que deben ser lavadas en agua de mar para mantener el punto de sal. Y aunque la oferta de potajes y de fritura es variada, con el potaje de jibia —lo que se suele llamar sepia— es como si las papilas aplaudieran con cada garbanzo.

15.30 Como un arqueólogo

La tarde es siempre muy exigente con el turista, así que es el momento de dar un paseo para bajar la comida. Es buena hora para visitar el Museo de Málaga (7), que abrió en 2016 en el Palacio de la Aduana integrando los fondos del Museo Arqueológico Provincial y el de Bellas Artes de Málaga. La ciudad revienta de fenicia en todos los sentidos, ya sea por su acantilado de entonces, ya sea por los objetos hallados. Lo más curioso es su almacén porque está dispuesto para imaginar: hay un montón de cajoncitos con restos arqueológicos que puedes abrir e imaginarte como un Champollion en plena pesquisa. También se expone uno de los cuadros más impactantes del siglo XIX español:¡Y tenía corazón! (1890), de Enrique Simonet.

17.00 Muralla nazarí

Para descansar, acerquémonos a la confitería Aparicio (8) (calle de Calderería, 11), una institución, a comprar unos roscos tontos con los que acompañar el paseo por los callejones árabes. La antigua muralla nazarí rodea el centro y ofrece callejuelas fresquísimas. Una ruta muy sugerente parte del Museo Carmen Thyssen (9) (calle de la Compañía, 10), continúa por la calle de los Mártires hasta la plaza del mismo nombre, sigue por la calle de Andrés Pérez, gira hasta la calle de Pozos Dulces y por el callejón Pericón hasta llegar a una plaza con un jardín vertical. La idea es detenerse no solo en las estrechas calles, sino buscar por las paredes de algunos edificios versos de poetas escritos en ellas; decía su creador, el arquitecto José Oyarzábal, que era “la calle como metáfora de libro”. Todo un paseo metafísico por los lugares menos transitados del centro.

19.00 Terraza con vistas

A esta hora ya toca ir de tapas. En la ortodoxia malagueña, en su filosofía de barra de bar no se tapea en mesa. El elegido es La Farola de Orellana (10) (calle de Moreno Monroy, 5), con su luminoso setentero. Aunque cambió el dueño, han mantenido el estilo del pasado. Hay que probar unos bartolitos (un pescado blanco rebozado) o las patatas mala leche con unas cañas.

Salimos del centro, a pie, hacia la zona del Soho, que es un área hipster donde florecen restaurantes internacionales. Aun así, es recomendable el antiguo Mesón Ibérico (11) (San Lorenzo, 27), que tiene muy buen género de productos de la tierra como cañaíllas, boquerones en vinagre y fritos. Destaca el hormigón, una suerte de ensaladilla con patatas y langostinos. Acabamos de cóctel en una terraza, porque la altura sobre las ciudades hace que pienses en ellas, te da la medida del idilio. Subamos a la del hotel Room Mate Valeria (12) (plaza del Poeta Alfonso Canales, 5); ahí el descanso te recuerda que venías a descansar. Ay, contradicciones del turista entre copa y copa: sabes que ansías más de lo que abarcas por sobreinformación, pero eres tan feliz con tu yo irredento.

 

 

TITULO: Diario de un nómada  - Las huellas de Gengis Khan -Las maravillas ocultas de Madrid ,.

Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan: De Barnaul al Altair ruso  - RTVE.es

El domingo- 2, 9 Octubre , a las 19:00 por La 2 , fotos,.

 

 

Las maravillas ocultas de Madrid,.

De los frescos de Goya en San Antonio de la Florida a los jardines secretos de la ciudad, un paseo en busca de esas joyas tan castizas que no se revelan a primera vista,.

 Turismo: Las maravillas ocultas de Madrid | El Viajero | EL PAÍS

 Para fisgonear entre los rincones de Madrid necesitamos poner en tela de juicio una verdad casi universal que enunció Walter Benjamin: importa poco no saber orientarse en una ciudad; perderse, en cambio, requiere aprendizaje. Madrid le lleva la contraria, sus habitantes han perfeccionado la distancia con alguno de sus tesoros; aquí es preciso callejear con cierto cálculo. Única capital importante de Europa surgida por azar —la decisión artificial de Felipe II en 1561—, durante 150 años nadie le dio crédito. Ni la Iglesia, ni la aristocracia, ni siquiera el pueblo. Con la casa real aislada en sus dominios y sin tomar medidas hasta Carlos III, las órdenes religiosas siguieron prefiriendo otras urbes para edificar los grandes templos, como Toledo, Salamanca o Santiago. Por su parte, la mayoría de los nobles dificultaron construir sus casas señoriales en la capital y cuando decidieron hacerlo, en el siglo XIX, se inclinaron por las afueras. Y el pueblo, sin protección, se defendió burlando las ordenanzas que les exigían alojar a los funcionarios en los pisos altos de sus propiedades con las llamadas casas de malicia.

 

La respuesta de los madrileños es la clave. Al desdén con el desdén. Si las clases dominantes ignoraban su ciudad por ser solo villa y los habitantes de las sedes de los viejos reinos españoles miraban con desconsideración la falta de monumentos de Madrid, ellos harían un arte de la altivez frente a lo monumental. Y también de la hospitalidad —quizá para demostrar que no lo hacían por soberbia—, convirtiendo en vecino, en madrileño, a todo aquel que quisiera instalarse en la corte.

Hay varias evidencias. La más clara, en mi opinión, es la actitud ante las pinturas de Goya en San Antonio de la Florida, una obra maestra que Roma, París o Londres calificarían entre sus mejores, algo por lo que allí haríamos cola y pagaríamos entrada cuando en Madrid es gratis y no se nos ocurre enseñarla a los visitantes. El asunto de los frescos es curioso. La pintura española no es pródiga en este formato, pero Madrid conserva las joyas. San Antonio de los Alemanes apenas llama la atención entre las estrechas calles del barrio de Malasaña. Es una iglesia casi circular, elíptica, cubierta por completo de frescos de, entre otros, una de las estrellas del siglo XVII, Luca Giordano. La mejor obra de este autor en la capital es la Alegoría del Toisón de Oro, que ilumina el techo del inmenso Salón de Baile del Palacio del Buen Retiro, convertido en sala de lecturas y único espacio accesible al público —¡Madrid nos mata!— del Centro de Documentación del Museo del Prado.

¿Y qué decir de los extraordinarios frescos de Tiepolo en el Palacio Real? Tiepolo fue, entre los grandes pintores de la historia, justamente el del desdén, el que supo callar y se burlaba amablemente de la vida. No puede ser casual. Roberto Calasso, el mítico editor de Adelphi, define su pintura como el último ejemplo de una cualidad, una palabra, sprezzatura, un término ambiguo que integra varias ideas: una pizca de distancia, una parte de gran estilo y casi dos tercios de esa seguridad, de esa desenvoltura, de quienes se muestran ante los demás disimulando su arte, dando la impresión de que actúan sin esfuerzo. La actitud sprezzante es un cóctel que se manifiesta a través de un aire sutil, leve y desdeñoso, cuyo sabor sorprende por incluir el ingrediente más seductor: estar tocado por la gracia. Pues bien, Tiepolo, a quien Calasso denomina “el último soplo de felicidad en Europa”, vivió sus últimos ocho años en Madrid y murió en la Casa de las Alhajas de la plaza de las Descalzas Reales. Aunque ningún madrileño les presumirá de ellos, no se pierdan sus frescos del Palacio Real.

De modo que Madrid ha respondido a las negligencias de sus gobernantes con su mejor cualidad, la ironía, entre otras cosas porque no cuenta con obras arquitectónicas comparables a las de las grandes capitales europeas. Ahora bien, ¿es cierto? ¿No las hay? Todo lo contrario: Madrid, lo estamos viendo, contiene un buen número de espacios semiocultos donde sentir lo que buscamos, la agitación del gran arte y el encuentro con lo imprevisto. Y además, en la intimidad. Por ejemplo, en una pequeña iglesia gótica que contiene uno de los mejores retablos del Renacimiento español (la capilla del Obispo); o en villas con jardines italianos o románticos (la Quinta del Duque de Arco y El Capricho); museos recoletos y magníficos (Academia de Bellas Artes de San Fernando) o parques plenos de fuentes y perspectivas barrocas apenas visitados (Campo del Moro). Incluso en la gran arquitectura civil, ahora bien, al estilo de la Villa y Corte. No la busquen en los ministerios o en los palacios, sino en lo de menor importancia, en lo popular, en lo castizo, en lugares como la Cárcel de la Villa, el Hospicio o la plaza Mayor.

Es hora de iniciar el paseo. Pero antes, un matiz, este callejeo incluye banda sonora escrita en esta ciudad. Bastan dos piezas: Perdido en Madrid, parte 5 (1987), de Miles Davis, y La música nocturna de las calles de Madrid, que compuso Boccherini en 1780. Partimos de la calle de la Encarnación, con la airosa plaza de la Marina y el palacio de Godoy marcando el telón de fondo. La larga tapia del monasterio que da nombre a la calle nos encamina al atrio y nos pone a los pies de la fachada de la iglesia, sintetizando las tramas de la arquitectura madrileña del siglo XVII, la herencia de El Escorial, los escudos nobiliarios, el ajedrezado, los emblemas, la alternancia de frontones, la combinación de piedra y ladrillo, los juegos de luces y sombras.

Unos pasos por delante, en semi­círculo, la plaza de Oriente. El gran salón de Madrid. Solo dos observaciones. Vamos al centro, con la vista puesta en la escultura de Felipe IV a caballo; fue la primera estatua ecuestre de bronce del mundo sostenida exclusivamente por sus patas traseras, lo que obligó a quien diseñó el equilibrio, el mismísimo Galileo Galilei, a un prodigio de cálculos matemáticos para distribuir los vacíos y los rellenos.

La segunda observación puede verificarse bajo cualquiera de las efigies de piedra caliza entre el Teatro Real y el Palacio Real. Más allá del tamaño, algo nos sorprende: las figuras no están bien acabadas, faltan rasgos por definir. Cuando el viejo Alcázar de los Austrias se incendió en la Nochebuena de 1734, la nueva dinastía borbónica se propuso sustituirlo por un gran palacio. Al consultar al arquitecto, Filippo Juvara, sugirió construirlo en la montaña del Príncipe Pío, donde ahora se asienta el templo egipcio de Debod. La respuesta fue indignada, los Borbones construirían su casa sobre las mismas huellas del Alcázar de los Austrias y de la alcazaba árabe. Y para que nadie pusiera en duda la legitimación, el rey encargó a fray Martín Sarmiento un programa iconográfico que manifestara su lugar entre la grandeza hispánica. El plan detallaba la estatuaria, la pintura y los tapices del nuevo palacio estableciendo una doble vinculación de la monarquía hispana: los reyes godos con el imperio romano, por el matrimonio entre el visigodo Ataúlfo con la emperatriz Gala Placidia; y los reyes bíblicos con los Borbones, equiparando a dos padres y dos hijos: David y Salomón con Felipe V y Fernando VI. Para testimoniar a la nueva dinastía como sostén de todas las Españas, una multitud de estatuas de piedra de los reyes coronaría la cornisa, desde los emperadores hispanos de Roma y Bizancio, Trajano y Arcadio, hasta los actuales, pasando por los godos y por todos los reinos, incluyendo los de ultramar con los soberanos de los imperios inca y azteca, Atahualpa y Moctezuma.

Más de un centenar de esculturas. Nunca llegaron a ser colocadas. La leyenda dice que lo impidió un sueño apocalíptico de Isabel de Farnesio, la reina madre de Fernando VI, en el que se hundía el palacio bajo el peso de las estatuas. En realidad lo ordenó Carlos III. Esa muchedumbre le parecía un disparate. Hoy adornan varios parques, entre ellos el Retiro y los jardines de Sabatini, en Madrid, y otros de Burgos o Vitoria. Diseñadas para ser vistas a 50 metros de distancia, ya sabemos el motivo del tosco acabado. Un último detalle: no se hizo ninguna escultura de quienes dominaron la Península durante 800 años, los reyes árabes. La arquitectura como símbolo del poder y espejo de la historia.

Continuamos en dirección a la plaza de Ramales; por el camino haremos un alto para saludar la memoria de don Diego Velázquez: estamos pasando por delante de su casa y fue enterrado en la iglesia que se alzó sobre esa plaza. ¿Saben que los madrileños suelen comentar ante ciertos atardeceres que el cielo tiene colores velazqueños? Lo dicen con naturalidad, sin darse cuenta de la carga de profundidad de la frase: es la naturaleza quien imita a sus pinturas y no al revés. Un poco más adelante, la calle del Biombo y el perfil de la torre mudéjar de la iglesia de San Nicolás (siglo XII) nos anuncian una plaza minúscula con una fachada singular. Dos austeras moles de ladrillo apenas separadas entre sí para dejar lugar a la puerta y al emblema de la arquitectura de los Austrias: la torres estilizadas de pizarra, los chapiteles.

Es la hora del aperitivo. Hagamos una pausa en El Anciano Rey de los Vinos, el bar adonde se escapaba Alfonso XIII —está frente a su casa—, que sin el menor problema borró de su nombre la palabra “rey” al día siguiente de la proclamación de la República. Reponemos fuerzas con un vermú de grifo y volvemos a Mayor hasta la calle del Sacramento para entrar en el Huerto de las Monjas. Un pequeño jardín de hace 300 años en torno a una fuente con querubines de bronce, el único resto del viejo convento de las bernardas, las beneméritas monjas cistercienses, sustituido en la década de 1970 por el edificio actual de apartamentos. Crucen con decisión la verja, es un oasis visitable. Salimos por la puerta de la calle del Rollo, donde se alzaba el rollo o picota de Madrid, la columna de piedra sobre la que se exponía a los reos de pequeños delitos y, en ocasiones, la cabeza o los cuerpos ajusticiados por la autoridad civil.

Ahora entremos por unos instantes en la señorial plaza de la Villa. Los chapiteles barrocos del Ayuntamiento parecen conversar con la torre gótico mudéjar del palacio de los Lujanes, mientras que el arco de herradura de la entrada de la casa de Álvaro de Luján se hace lado con las filigranas platerescas de la portada de la de Cisneros. Luego, la calle del Cordón nos encamina ante la fachada convexa de la basílica de San Miguel; tan pomposo nombre incita a subir las gradas y asomar la cabeza; ya no estamos en Madrid, los colores, las capillas, las pinturas, todo se corresponde con las iglesias de Roma. Hecho el alto, volvemos a nuestra senda particular, nos ayuda el nombre de la calle de delante: Puñonrostro. Cruzamos Segovia hasta el palacio del Nuncio y la iglesia de San Pedro, otra torre mudéjar del siglo XIV, en este caso limpia de ornamentos y con perspectiva impecable. En la esquina, el jardín de Winthuysen del palacio del Príncipe de Anglona nos invita a otro lugar fuera del tiempo.

Estamos en el corazón de la ciudad árabe. A nuestra derecha, la plaza del Alamillo, testificando la relevancia del lenguaje. Este lugar albergaba el Alamín, el tribunal de la comunidad musulmana. Cuando en 1083 Alfonso VI conquistó Madrid, vino a presentar sus respetos a las autoridades judiciales. La placita se llamaba naturalmente del Alamín, como la Gran Vía siguió llamándose Gran Vía sin importar que le impusieran otro nombre, excepto que a alguien se le ocurriera una solución, diríamos hoy, creativa. La pensó el mismo rey: plantar un álamo, un alamillo. El Alamín fue transformándose poco a poco en Alamillo.

La costanilla de San Andrés nos vuelve a sumergir en el idioma; la cuesta incorpora el esfuerzo del ascenso más allá de la imagen misma de la plaza de la Paja, un pronunciado desnivel donde se desplegaba el zoco de la morería. En la cumbre estaba la mezquita. Sobre su solar, tres edificios unidos: uno barroco, la capilla de San Isidro; otro mudéjar, la iglesia de San Andrés, y el más íntimo, la capilla del Obispo, de trazas góticas. Contiene un retablo plateresco firmado por Francisco Giralte, con un Cristo en escorzo que nos hará evocar al mejor Berruguete y hasta a Miguel Ángel. Lo flanquean dos sepulcros en alabastro de similar calidad; el de la derecha lo preside, orando, quien pagó la capilla, Gutierre de Vargas y Carvajal, un noble español de manual del Renacimiento: obispo a los 18 años, vida disoluta y pendenciera hasta los 45 y, tras el Concilio de Trento, jesuita de moralidad irreprochable.

Es la hora del atardecer y nos acercamos a Las Vistillas —la plaza de la Morería—, para contemplar las luces violetas y confrontar, de nuevo, en el centro mismo de la ciudad, a la naturaleza regalándonos visiones. Por encima de las fuentes y los paseos del Campo del Moro se impone la silueta de la sierra de Guadarrama. Teníamos prevista una cita con la mejor iglesia barroca en la capilla de la Orden Tercera y, a su lado, con la fábrica neoclásica de San Francisco el Grande, cuya grandiosa cúpula supera a Santa Sofía. Pero ¡basta de visitas! Vayámonos a cenar a los figones de la Cava Baja.

¡Queda tanto por recorrer! Por ejemplo, pasear las crónicas del mentidero de Madrid, entre la Plaza Mayor, la calle de Alcalá y el palacio de Villamediana; saludar a los insignes de la literatura en sus domicilios: Cervantes, Lope, Quevedo, Góngora; la ruta de los conventos; evocar a las generaciones del 98 y del 27 en los viejos cafés de Carretas y la Puerta del Sol; los jardines famosos, el Botánico, el Retiro y hasta la última obra importante realizada en la capital, Madrid Río; las villas románticas o italianas; los museos; las fuentes; las puertas; el barrio de Justicia con las Salesas Reales; el paseo del Prado, los Jerónimos y el esbelto Observatorio Astronómico… En realidad falta casi todo, pero es natural; ya saben, Madrid no tiene monumentos comparables a los de las grandes capitales europeas. Lo dejó dicho Miguel Hernández antes de morírsenos en la cárcel de Torrijos: “Sólo te nutre tu vívida esencia. / Duermes al borde del hoyo y la espada. / Eres mi casa, Madrid: mi existencia / ¡Qué atravesada!

Pedro Jesús Fernández es autor de la novela Peón de rey.

 

 

TITULOUn trío en la cocina -   14 'miradores' con encanto en León,.

 

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14 'miradores' con encanto en León.

 14 'miradores' con encanto en León | leonoticias

Desde el Mirador del Tombo al 'banco de Riaño' pasando por otros escenarios menos conocidos como el Mirador de los Rejos o el Mirador de Las Cigüeñas, 14 lugares únicos de la provincia de León que ofrecen una 'fotografía' impresionante.


1

Mirador del Tombo

El mirador del Tombo, se encuentra situado en un lugar privilegiado de los Picos de Europa. Se ubica en la carretera que une Posada de Valdeón con el pequeño pueblo de Caín, poco después de atravesar Cordiñanes de Valdeón en dirección a Caín, a 50 metros del río Cares. Fue inaugurado el 10 de agosto 

 

 

de 1964 por el entonces ministro de información y turismo Manuel Fraga Iribarne. En el lugar se erige una cruz de hierro y una columna de piedra sobre la que se sitúa la escultura de un rebeco, obra de José Luis Coomonte. Cuenta con un grabado en el que se enumeran todas las cimas que pueden distinguirse desde el lugar, con su perfil, para facilitar la identificación. Una de ellas es el Monte Corona, lugar donde según la tradición don Pelayo fue nombrado jefe de los cristianos en el inicio de la reconquista en España.

2

Mirador del Castro

Mirador junto a la laguna del Castro de Villaseca de Laciana. Esta laguna, la más grande de Laciana, se encuentra a sólo 1.200 metros de altitud, y según el panel explicativo junto a ella, se originó hace 30.000 años en una morrena lateral del antiguo glaciar que recorría el valle de Lumajo (el glaciar que recorría el valle del Sil alcanzaba 200 metros de espesor a la altura de lo que hoy es Villablino).

3

Mirador Ventana de las Ubiñas

El Puerto de Ventana se encuentra en el límite de Babia con Asturias entre las localidades de San Emiliano en León y Teverga en Asturias. El mejor punto de observación no se localiza en el alto del puerto sino unos 700 metros antes del mismo, en el punto kilométrico 15, ya que la vista es aún más amplia.

4

Mirador de la Gualta

Noceda del Bierzo. Mirador de La Gualta (cota más alta, 1.324 m) y Catarata de La Gualta permite observar la naturaleza en estado puro. Una ruta muy recomendable hasta alcanzar este punto en el corazón del Bierzo y donde se recuperan todas las sensaciones de libertad.

5

Mirador de los Rejos

Una ruta de senderismo desde Cistierna permite llegar a este punto desde el que casi se toca el cielo. 1.300 metros de altura. Si vamos con los ojos bien abiertos podremos ver ardillas y toparnos con algún corzo al pie del camino. El premio es el Mirador de los Rejos.

6

Mirador de las Cigüeñas

El Centro de Interpretación del Mastín Leonés y del Caballo Hispano-Bretón se encuentra en 'La Casa de la Parada de Babia en San Emiliano', además, en el mismo espacio podrás encontrar un punto de información turística y un centro BTT. Se ha convertido en un espacio de visita obligada para visitantes y turistas, porque aquí pueden conocer la tradición y la importancia del Mastín y de la raza Hispano-Bretón en tierras Babianas. De igual modo, recientemente se ha inaugurado un mirador denominado 'El Mirador de las cigüeñas' desde donde se podrá apreciar la impresionante panorámica del paisaje babiano.

7

Puerto del Pontón

El puerto del Pontón es un paso de montaña que alcanza una cota máxima de 1.280 metros sobre el nivel del mar. Da acceso a la localidad de Oseja de Sajambre a través de la N-625, atravesando la cordillera Cantábrica. El camino hacia el alto y su desescalada ofrece imágenes de naturaleza especialmente bellas.

8

Cascada de Foz

Desde Torrestío a la cascada de La Foz apenas hay un kilómetro. Tanto el esfuerzo como el tiempo que se emplea hasta la misma es muy reducido y la recompensa realmente intensa.

9

Monte Meno

Cubillos del Sil. Avanzando desde estalo calidad se alcanza el mirador de la Peña El Cuervo, desde donde se pueden obtener unas bonitas vistas del municipio de Cubillos. Unos metros por encima del mirador de la Peña el Cuervo, nos encontramos con el Mirador del Monte Meno, un lugar al que merece la pena subir y contemplar el atardecer sobre el pantano de Bárcena, con los Montes Aquilianos de fondo.

10

La Camperona

Todo un reto llegar a lo más alto para desde el mirador de La Camperona tener una privilegiada vista de la zona de Sabero. Impresionante la ascensión sea cual sea el medio que se emplee pero grande la recompensa final.

11

Puerto de Pandetrave

La recompensa está en lo más alto. El puerto de Pandetrave, paso de montaña que alcanza una cota máxima de 1.562 metros y que une las comarcas de Tierra de la Reina y Valdeón, a través de la carretera LE-243. Su inicio se localiza en la localidad de Boca de Huérgano y por la carretera LE-243 se alcanza su máxima cota a 1.562 metros para culminar en la villa de Valdeón de Caín, a 460 metros tras recorrer 41 kilómetros.

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Mirador de Valporquero

Antes de adentrarse en el fondo de la tierra casi se toca el cielo. Es el mirador de la Cueva de Valporquero. Mirador situado a 1.410 metros de altitud con vistas espectaculares de la subida hasta Valporquero y el rio Torío. Accesible en vehículos.

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Banco de Riaño

Todo un reclamo turístico y todo un mirador en el sentido figurado de la palabra. El ya famoso 'banco más bonito de León' ofrece unas vistas privilegiadas del pantano de Riaño. La imagen permite a quien ocupe esta ubicación ver en el entorno los picos Gilbo, Yordas y Las Pintas. Este es, sin duda, un lugar mágico donde disfrutar de la tranquilidad y sosiego que da la naturaleza en estado puro.

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Hoces de Vegacervera

Es un mirador en sí mismo. Las Hoces de Vegacervera es un espacio natural protegido situado en los términos municipales de Cármenes, Matallana de Torío, Valdepiélago y Vegacervera del que recibe su nombre. La vegetación dominante está compuesta por una mezcla de harbáceas y matorrales típicos de pendientes rocosas calcícolas de formas almohadilladas. En la meseta situada a ambos lados de la hoces se observan pastizales secos con matorrales de aliagas y enebros rastreros. En las laderas del macizo que domina la mayor parte del Espacio se encuentran masas de monte bajo de roble y haya. En el fondo del valle reseñar la presencia del bosque formado por sauces y álamo,.

 

TITULO:  Documentos TV -Stasi, un estado contra su pueblo,.
Documentos TV,.

Documentos TV - Stasi, un estado contra su pueblo ,. 


Martes -4, 11 Octubre a las 00:00 horas en La 2, foto,.

 Stasi, un estado contra su pueblo,. 

Stasi, un Estado contra su pueblo

La Stasi, la desaparecida policía política de la Alemania Oriental, aterrorizó, reprimió, vigiló y torturó durante 40 años a su propio pueblo para que el Partido Comunista pudiera permanecer en el poder. 'Documentos TV' se adentra en la historia del servicio secreto más eficaz del bloque comunista.

Una caída precipitada por el Muro

Eran 100.000 empleados entrenados para espiar, manipular, encarcelar y torturar a la población de la extinta RDA. Su fin único era proteger al Partido Comunista y afianzarlo en el poder. 91.000 informadores no oficiales reclutados entre la población vigilaban sin tregua a sus propios familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos e informaban sobre la más mínima sospecha de lo que el régimen llamaba “desviación de la norma socialista”. “Cuando quedábamos con amigos y hablábamos con ellos de política de forma crítica, sabíamos que en cualquier momento nos podían delatar”, confiesa Alich en ‘Stasi, un estado contra de su pueblo’.

Sin embargo, el servicio secreto más temido y eficaz del bloque comunista se derrumbó como un castillo de naipes con la caída del Muro de Berlín, en 1989. En enero de 1990, ciudadanos de la extinta RDA asaltaron la sede de la Stasi y salvaron de la destrucción millones de archivos, expedientes, grabaciones y fotografías. Pruebas que hoy los expertos y la tecnología reconstruyen para sacar a la luz las terribles prácticas de la Stasi contra su pueblo y que tantas vidas destrozaron.

En ‘Stasi, un Estado contra de su pueblo’ algunos exagentes rompen su silencio y sus testimonios son confrontados con los de las víctimas. La reconstrucción de los todavía 600 millones de pedazos de papel rasgados a mano por los exoficiales de la Stasi, arroja nuevos datos sobre las razones que les movieron a perseguir a sus compatriotas en nombre de una ideología.

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