lunes, 19 de septiembre de 2022

El paisano - Viernes -16, 23, 30 - Septiembre - ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,. / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Goku nunca se fue: el controvertido legado de ‘Bola de dragón’, la serie de ‘anime’ que reinó en los noventa,. / HOSPITAL - El 88% de las excedencias para cuidar de un hijo o familiar las piden mujeres,. / VUELTA AL COLE - Mark Gevisser: “La Iglesia necesita una nueva amenaza laica y la identidad trans le funciona estupendamente”,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21, 28- Septiembre - Ferran pla - el futuro y el cine ,. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -16, 23 , 30 - Septiembre -ISABEL COIXET - El miedo inútil,.

   TITULO: El paisano - Viernes - 16, 23, 30 - Septiembre -  ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,.

Viernes -16, 23, 30 - Septiembre  a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

  ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,.

 Callejeando | ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde  Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?

En el Callejón del Agua, en Sevilla, se pueden ver dos tubos incrustados en la muralla. Nos cuenta Carmen Costa, guía turística de la ciudad, que esos dos tubos tienen un significado especial y es que al no haber antiguamente grifos en las casas, el agua llegaba a Sevilla a través del acueducto. Y lo hacían, continúa, a través de los caños de Carmona. Y al Palacio del Alcázar tenía que llegar el agua y en el interior de la muralla metieron los dos caños para abastecer a los reyes.

El acueducto de Sevilla fue construida en la época de Julio César y tenía 17 kilómetros sin embargo en 1912 la comisión de monumentos tuvo la fatal idea de considerarla una obra vulgar y lo demolió casi todo.

Además, respondemos a la pregunta si es verdad lo que cuenta la leyenda que en el Callejón del Agua, enclavado en pleno barrio Santa Cruz, la antigua judería sevillana, se ubica la casa en la que cuentan que Rossini se inspiró para la ópera "El barbero de Sevilla".

TITULO:   VACACIONES - EUROPA DE PELICULA  -Goku nunca se fue: el controvertido legado de ‘Bola de dragón’, la serie de ‘anime’ que reinó en los noventa,.

 

 

Goku nunca se fue: el controvertido legado de ‘Bola de dragón’, la serie de ‘anime’ que reinó en los noventa,.

La taquilla se rinde a la última entrega cinematográfica de la saga, y la exposición que le dedica el Museu del Còmic de Barcelona se amplía por la gran afluencia de visitantes. Se puede hablar de tendencia,.

 Goku nunca se fue: el controvertido legado de 'Bola de dragón', la serie de  'anime' que reinó en los noventa | ICON | EL PAÍS

foto / Por sus ondas vitales los reconocerán: en cualquier patio de colegio de España en los años noventa, Bola de dragón fue tan hegemónica como el fútbol (aunque, por supuesto, complementaria con él). Era la época de los desayunos violentos, donde la serie de animación creada por Akira Toriyama compartía horario infantil con los combates de Pressing Catch. Uno podía llegar a clase con toda una surtida gama de emociones experimentadas ya a primera hora del día. “Era una serie que nos hacía sentir. Sentías miedo de Freezer, Piccolo y otros enemigos, tristeza por la muerte de Goku, rabia por la de Krilín, éxtasis con la transformación de Gohan en supersaiyan 2 [una evolución con mayor fuerza] y amor por los personajes. Esas emociones son las que hicieron que nos impactara tanto”, reflexiona Adrián Rios, comisario de la exposición El arte de Dragon Ball en el Museu del Còmic i la Il·lustració de Sant Cugat del Vallès, en Barcelona: una muestra sobre las diferentes etapas del manga y el anime inaugurada el 1 de julio y originalmente destinada a finalizar este mes, si bien, por el éxito de público, ha sido prorrogada hasta octubre como mínimo. Goku ha vuelto, aunque en realidad nunca se fue.

“Hay piezas de las diferentes series, Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y Dragon Ball Super, pero la muestra está enfocada en los orígenes entre manga y anime”, cuenta Rios a ICON. “En el manga podemos ver los orígenes en Japón, con la revista Shonen Jump, a través de duplicados de sus páginas. Luego está la parte del anime, enfocada con carácter didáctico para que el visitante sepa cómo se hacían los dibujos animados, a través de originales importados de los estudios de la Toei Animation”. El perfil del visitante medio es familiar. Padres que recuerdan con nostalgia su obsesión con las aventuras de Goku e hijos enganchados a las nuevas producciones televisivas y cinematográficas de Toriyama, gracias, cree Rios, a sus “valores universales”: “No podemos convertirnos en supersaiyan, pero la serie anima a dar una mejor versión de nosotros, apreciar la amistad, luchar por causas justas y también dar segundas oportunidades, porque no olvidemos que muchos villanos acaban convirtiéndose en buenos”.

Una fusión de espectadores de distintas generaciones que ha catapultado la carrera comercial de Dragon Ball Super: Super Hero, el vigesimoprimer largometraje de la franquicia, estrenado en España el pasado viernes. En su fin de semana de estreno en Estados Unidos, en plena temporada de taquillazos veraniegos, obtuvo 21,2 millones de dólares (una de las mayores aperturas de un anime hasta la fecha) y lideró la taquilla. Por si hubiera dudas, esa cifra está por encima de lo que consiguió recaudar en toda su trayectoria doméstica Dragonball Evolution, la adaptación estadounidense en imagen real que en 2009 pobló las pesadillas de los fanáticos.

En los cines españoles también ha logrado ser el estreno más visto. La película ya es la segunda más exitosa de toda la historia de Bola de dragón, solo por debajo de Dragon Ball Super: Broly (2018), su entrega inmediatamente anterior. Curiosamente, en la nueva entrega, los dos personajes más emblemáticos, Goku y Vegeta, apenas aparecen en una escena. El título, que puede leerse como una referencia irónica a los principales competidores de Toriyama entre los niños ávidos de acción, encierra una llamativa clave argumental: el regreso del temible Ejército del Lazo Rojo se produce de la mano del nieto del científico Dr. Gero, un joven no tan interesado en el legado de su abuelo (famoso villano de la antigua Dragon Ball Z) como en los superhéroes.

 

De los elementos característicos de la saga faltan pocos o ninguno: cuenta con varias peleas, especialmente en su espectacular clímax, y se pasean la gran mayoría de personajes conocidos de toda la serie, aunque muchos casi lo hagan solo para saludar. Quizás los espectadores curtidos sí echen en falta la épica y el sentido de la gravedad de la Bola de dragón que vieron en televisión, en la línea de la última serie, Dragon Ball Super (2015-2018), cuyo tono suavizado le costó múltiples críticas de sus incondicionales al principio. Atrás quedó la polémica por la mala calidad en la animación de los primeros capítulos, consecuencia de la externalización y el escaso tiempo de producción, que llevó al estudio Toei a pedir disculpas públicamente y corregir el rumbo.

Un mensaje que apela a todos

Enfrentarse a los problemas en lugar de huir de ellos es uno de los temas vertebradores de la franquicia de Bola de dragón. La serie está encuadrada en el género del nekketsu (literalmente, “sangre caliente”), un tipo de manga y anime caracterizados por ambientarse en mundos de fantasía, contener importantes cantidades de acción y presentar arcos de personajes basados en la autosuperación y la camaradería. Aquí hablamos de una lucha maximalista del bien contra el mal, donde las apariciones de villanos cada vez peores lleva a algunos antiguos enemigos a reciclarse como aliados de Goku. Aunque a primera vista podría parecer irrelevante en su comentario social, en los argumentos de sus historias no es difícil rastrear críticas al racismo o al colonialismo. Freezer, el conquistador de planetas, fue, a su vez, célebremente ideado por Toriyama como denuncia de los especuladores inmobiliarios.

En España, antes de su desembarco en Antena 3, la serie fue emitida por las televisiones autonómicas, algo que también ha vinculado parte de la memoria sentimental en torno a Bola de dragón a los doblajes en sus respectivas lenguas que disfrutaron los niños catalanes, baleares, vascos, gallegos o valencianos. Recientemente, la decisión de la cadena À Punt, de la Comunidad Valenciana, de dejar de emitir reposiciones de la serie por ir contra su “código de valores” levantó controversia: su director general se justificó, entre otras razones, en el tratamiento de las mujeres, que consideraba incompatible con la legislación de género.

No es nada que no haya ocurrido antes: en los noventa la serie no solo fue objeto de duros ataques en parlamentos y en la prensa, sino que se televisó con una importante censura en algunos de sus tramos más violentos y en las innumerables referencias sexuales al personaje femenino Bulma. Por anacrónico que pueda resultar, pese a los muchos cambios en los nuevos episodios y películas, el enfoque de Bulma sí se ha mantenido estable: por ejemplo, en Dragon Ball Super: Super Hero aparece por primera vez a través de un plano detalle de sus nalgas.

Y para estable, el impacto de la serie en la cultura popular, incluso en el plano más mundano. Las imágenes de la sonrisa maliciosa de Vegeta, los fotomontajes del musculoso culo de Broly o memes de Goku con, por ejemplo, una camiseta del Betis son expresiones en redes del lenguaje que mucha gente sigue compartiendo, además de los fanfictions de personas imaginando que mueren y se reencarnan en Gohan o padres que registran a sus hijos con el nombre de Goku Sánchez, como ocurrió en España en 2018. Incluso el denostado rapero Porta pudo disfrutar de un gigantesco éxito viral con una canción de Bola de dragón que supera holgadamente los 100 millones de reproducciones entre sus diferentes versiones en YouTube.

Una publicación clásica de Twitter en nuestro país fue la de David Bisbal consultando a sus seguidores la manera de conseguir los capítulos de Dragon Ball GT (respuesta: no están disponibles en plataformas de streaming, pero toda la serie al completo se encuentra editada en DVD por la distribuidora Selecta Visión). En febrero de este año, con motivo de su dimisión como secretario general del Partido Popular, miles de usuarios reflotaron un tuit del diputado y criptoinversor Teodoro García Egea un día de noviembre de 2012, a las 23:55, con el mensaje “Friser vs picolo” (sic), presumiblemente publicado tras confundir la interfaz de la red social con la de YouTube. Y, en el otro lado del espectro político, fue sonado el caso de un grupo anarquista vegano detenido en 2015 y juzgado por, entre otras razones, escribir “Goku vive, la lucha sigue”, como parte de una acusación de propaganda con fines terroristas.

Segundo autor japonés más traducido después de Haruki Murakami, y sin necesidad de optar al Nobel, nadie duda de que Akira Toriyama forjó una saga con capacidad para marcar transversalmente; aunque sus discutidas representaciones femeninas, no obstante, pueden haber limitado el campo de esa transversalidad al público masculino.

 

 

TITULO: HOSPITAL - El 88% de las excedencias para cuidar de un hijo o familiar las piden mujeres,.

 

 

El 88% de las excedencias para cuidar de un hijo o familiar las piden mujeres,.

foto / El número de excedencias dadas de alta en el primer semestre del año en Extremadura fue de 229, de las que 203 correspondieron a mujeres, el 88,6%, y 26 a hombres, el 11,4%. Este indicador se ha reducido de media un 25,4% respecto a 2021 en la región.

La excedencia en el trabajo se puede solicitar para atender a hijos o menores acogidos ,.

TITULO: VUELTA AL COLE - Mark Gevisser: “La Iglesia necesita una nueva amenaza laica y la identidad trans le funciona estupendamente”,.

Mark Gevisser: “La Iglesia necesita una nueva amenaza laica y la identidad trans le funciona estupendamente”,.

Mark Gevisser: “La Iglesia necesita una nueva amenaza laica y la identidad  trans le funciona estupendamente” | ICON | EL PAÍS

Mark Gevisser - foto,.

El autor del ensayo ‘La Línea Rosa’ repasa los conflictos globales a través del prisma de la identidad LGTBI, la cual, sostiene, se usa como arma ideológica, cultural y social para reforzar pugnas por todo el mundo,.

 

El EuroPride, la mayor celebración LGTBI de Europa, debería festejarse este año en Belgrado y culminar con un gran desfile el sábado 17 de septiembre. Lo que ocurra ese día está por ver. Sí ha habido una manifestación por las calles de la capital serbia: la de miles de personas, casi todos activistas religiosos y de ideología conservadora, que, el pasado 11 de septiembre, exigían la cancelación de un evento que celebra la libertad e igualdad de personas que consideran degenerados. El presidente serbio, Aleksandar Vučić, ordenó esta semana cancelar el desfile alegando motivos de seguridad. Sus organizadores piensan manifestarse igual.

La historia, la enésima muestra del retroceso en cuestiones LGTBI que últimamente experimenta Europa –el EuroPride de 2010 pudo celebrarse sin resistencia comparable en un país tan homófobo como Polonia y Serbia es de las pocas naciones europeas con una primera ministra, Ana Brnabic, abiertamente lesbiana–, sorprende poco al periodista Mark Gevisser (Sudáfrica, 58 años). “Demuestra, primero, lo disputado que está todavía el tema de la visibilidad LGTBI, especialmente en Europa del Este. Y recuerda el poder que tiene en ciertos países la homofobia azuzada por la Iglesia, un poder que vemos especialmente en Rusia, Polonia e Hungría. Resulta especialmente peligroso en manos de líderes nacionalistas y populistas, como Vladimir Putin, Jaroslaw Kascynski o Viktor Orban, quienes lo esgrimen para definir una identidad nacional que excluya a todo tipo de persona queer o directamente la demonice como un agente extranjero. Los mandatarios progresistas de Serbia no parecer compartir estas intenciones, pero claramente estamos viendo qué hasta qué punto la derecha nacionalista y religiosa puede ejercer presión con éxito”, explica.

Este tipo de confluencias entre los despachos del poder y los derechos LGTBI en la calle son la especialidad de Gevisser. En una reciente entrevista en Madrid, el escritor también recordaba que uno de los primeros misiles lanzados por Rusia en la la guerra contra Ucrania el 24 de febrero había sido decorado con símbolos homófobos y cuánto contexto había en ese detalle. “En 2013, cuando en Ucrania se robusteció el movimiento pro Unión Europea, grupos prorrusos se aliaron a varias asociaciones contra el matrimonio igualitario para crear una campaña: ‘A Europa se entra por el culo’, era el eslógan. La homofobia es la primera herramienta de la Rusia de Putin para definirse contra Europa”, cuenta hoy.

Los dos son ejemplos de lo que Gevisser llama la Línea Rosa, una frontera física, legal, retórica y moral que divide a quienes quieren ampliar los derechos del colectivo LGTBI y quienes pretenden reducirlos o, como mínimo, beneficiarse de su demonización. A partir de aquí, sus ramificaciones son inimaginables. “En cuanto la visualicé, vi que la Línea se movía por todo el mundo, por motivos políticos en un bando y en otro. Países como Rusia han trazado una frontera similar al Telón de Acero para protegerse de la supuesta amenaza laica, capitalista, invasora de Occidente; para buscar cierto control nacionalista contra los poderes de la globalización, la digitalización y George Soros. Desde el otro lado, la Línea se erige para protegernos contra la barbarie, porque nosotros somos los civilizados y ellos no. En cuanto a valores, yo soy 100% de este segundo bando, pero lo sorprendente es que ambos instrumentalicen y esgriman como arma las identidades LGTBI. En esta línea, siempre son otros quienes te dicen lo que eres: o víctima o extranjero”.

La idea, que llena su libro La Línea Rosa: Un viaje por las fronteras queer del mundo (Tendencias), le vino por haber sido criado en Sudáfrica, “donde todo son fronteras y orden”. Pero le ayudó a entender el progreso (y la violenta represión) de la causa que más rápido ha avanzado en el mundo contemporáneo. La Línea pasa por las piscinas olímpicas donde mujeres transexuales luchan por competir con mujeres cis; por las crecientes libertades LGTBI de Nigeria y por San Vicente de Raspeig (Alicante), donde este fin de semana, una menor de 15 años fue agredida por diez chavales al grito de “maricona”, “transexual” o “transformer”.

Gevisser publicó el libro en 2020. El autor cree que la edición española, que llega ahora, se publica en mundo en que la Línea se ha movido muy poco en ambas direcciones y mucho en contra de las personas trans. “Porque es un símbolo muy poderoso: algunas mujeres trans, sobre todo aquellas que hicieron la transición tarde en su vida, mantienen muchos de sus rasgos masculinos. Por tanto se las usa como símbolo de algo antinatural, grotesco. Luego, también están hipersexualizadas, porque están vinculadas a la pornografía o el trabajo sexual, así que se les trata como símbolos de una sexualidad perversa”, explica. Y señala: “La Iglesia ha contribuido mucho a esto, sobre todo en los países donde todavía es influyente, como España o Polonia. Cada vez les resulta menos fácil movilizar a los fieles usando la homofobia, porque la gente no para de salir del armario. Es algo normal. Necesitan una nueva amenaza laica y la identidad trans les funciona estupendamente porque parece joder el plan divino: ‘Dios dijo que un hombre es un hombre y una mujer, mujer, ¿quiénes se creen estos arrogantes que son para cambiarlo?’. El Papa Francisco, de hecho, aparenta ser bastante liberal con la homosexualidad pero se vuelve increíblemente reaccionario al hablar de identidad trans”.

La transfobia tiene sus diferencias con la homofobia: “Para mi generación de hombres gais cisgénero, en la Línea Rosa solo se luchaba contra un bando: el contrario. Ahora hay dos lados porque los tránsfobos han acabado aliándose con una casta muy concreta de feministas a quienes la identidad de género les parece una amenaza a la femineidad. A las iglesias y a la utraderecha le conviene mucho que este flanco de la Línea Rosa tenga que lucharse en dos bandos. Es una alianza muy peligrosa”. Pero, al final, ambos tipos de odio, homo y transfobia, están muy relacionados: “Este discurso tránsfobo está alimentando la violencia homófoba: los datos que estudiado en América Latina, especialmente Brasil y México, son bastante contundentes. No me atrevo a aplicarlos a Europa aún pero no es una mala hipótesis”.

Algo bueno sí ha visto Gevisser en estos años: que, digan lo que digan Putin y sus misiles, la Línea Rosa se ha reblandecido. “Hay más espacio, políticamente, para el cambio, sobre todo en países africanos que se han alejado de sus poderes coloniales en los últimos diez años. Muchos han decidido, unilateralmente, despenalizar la homosexual: Botswana [2019], Angola [2021]… Y en el sudeste asiático, los derechos LGTBI no han dejado de avanzar: Taiwán, Tailandia, Filipinas o Vietnam… No minimizo el momento de retroceso que sufrimos, digo que, en aquellos países que estudio muy de cerca, se ha ganado mucho terreno a través de la visibilidad. En mi país, Sudáfrica, por supuesto que hay mucha violencia contra las personas trans, lo cual es aterrador para una lesbiana negra disidente de género: vive en constante peligro de muerte. Pero, a la vez, gente como esta lesbiana negra disidente de género ocupa más espacio que nunca en la vida urbana sudafricana. Tienen familias, logran empleos… Y va a más. Lo he visto”.

¿Es naíf pensar que algún día los derechos LGTBI no estarán en peligro? “Lo naíf es pensar que los derechos humanos, en general, nunca estarán en peligro. Esa idea caló fuerte a finales del siglo XX: que gracias al avance del capitalismo, el mundo iba progresando hacia una libertad universal. Creo que a estas alturas esa idea ya está bastante desmentida. Siempre que haya religiones fuertes, ya que toda religión se puede interpretar como contraria a la homosexualidad y la identidad de género, existirá la posibilidad de crear pánicos morales. Lo único que podemos hacer contra ello es ser más visibles, mostrar nuestra humanidad, nuestra dignidad, para que cuando caiga el mensaje desde el púlpito o desde el Estado, nuestro vecinos digan: ‘Ese no es el demonio, es mi hijo Mark’ o ‘Es mi vecino Tom”.

Aquí Gevisser parece incomodarse con lo que acaba de oírse a sí mismo. “Es decir, los datos indican que es algo muy poderoso. Pero la visibilidad no lo es todo, por tentador que resulte comprar la ideología del movimiento gay estadounidense: ‘Salid, salid, del armario donde quiera que estéis’. Primero, hay gente que, al salir del armario, se expone a peligros reales. Segundo, Occidente no lo es todo en el mundo. Hay sociedades distintas con formas distintas de acomodar la diversidad sexual y de género. La globalización de la ideología gay en realidad ha empequeñecido algunos espacios que ya existían: en Senegal, en la India, en Filipinas o Nigeria, donde hay identidad de tercer género desde hace siglos; donde la gente queer, si bien no se autodenomina queer, lleva años creando identidades híbridas sustentadas por las tradiciones de sus países. Hay lugares donde ser LGTBI puede ser una identidad sociocultural o religiosa. En Occidente, solo puede ser política”.

TITULO:  EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21 , 28 - Septiembre -  Ferran pla el futuro y el cine ,.

 

En la tuya o en la mía  - Miercoles -21, 28 - Septiembre   ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles  - 21, 28  - Septiembre , etc.

  

EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21, 28- Septiembre  -  Ferran pla el futuro y el cine ,.

 

  Ferran pla  - el futuro y el cine,.

 

 Ferran Adrià y Mauro Colagreco: un banquete de cine para los chefs más  geniales

Ganadores de los últimos grandes festivales y directores internacionales reflexionan sobre hacia dónde se dirigen las películas como expresión creativa, más allá de plataformas, taquillas o presupuestos,.

foto / En los últimos tres años un terremoto sacude el mundo del cine. La culpa: una conjunción de diversos factores que han afectado varios estamentos de la industria. A una nueva generación de creadores que está sustituyendo a los nombres clásicos del cine de autor europeo se han sumado, por fin, la aparición de todo un grupo de mujeres cineastas, la búsqueda de formas distintas de expresión empeñadas en hacer filmes solo entendibles en una sala, y —en cuestión de premios— la entrada de numerosísimos votantes extranjeros en la Academia de Hollywood. El resultado: las dos últimas entregas de los Oscar han sido protagonizadas por películas construidas desde los márgenes de la industria, como Parásitos, del coreano Bong Joon-ho (que venía de lograr la Palma de Oro de Cannes 2019), y Nomadland, de Chloé Zhao (que había ganado en Venecia 2020). En el festival de San Sebastián, que se clausuró este sábado, han coincidido los ganadores de los últimos cuatro grandes certámenes: la georgiana Dea Kulumbegashvili (Beginning, Zinemaldia 2020), el rumano Radu Jude (Bad Luck Banging or Loony Porn, Berlinale 2021), y las francesas Julia Ducournau (Titane, Cannes 2021) y Audrey Diwan (El acontecimiento, Venecia 2021).

 

EL PAÍS ha preguntado a ellos y a otros creadores importantes por el futuro del cine como forma de arte y si se sienten parte de este nuevo movimiento. No hablamos de plataformas, taquillas ni presupuestos, sino de esa vivencia que remueva al público, del alma de las obras. Y en un tiempo en que museos como el MoMA neoyorquino, el centro Pompidou de París o el Reina Sofía en Madrid albergan obras audiovisuales tanto de experimentación como documentales o de corte más clásico y apuestan por el cine en sus actividades, los entrevistados regatean esa posibilidad: la mayoría subraya que el objetivo final es el público y que el cine nació como arte popular. “Nunca podemos olvidar eso”, insiste la francesa Céline Sciamma.

Cuando el año pasado Dea Kulumbegashvili (Oriol, Rusia, 35 años) obtuvo cuatro premios, incluida la Concha de Oro, con su Beginning, quedó claro que ahí había una poderosa cineasta. Su voz se ha sentido en el palmarés de la 69ª edición del festival de San Sebastián, porque la georgiana presidía el jurado de la sección oficial. Para ella, “el futuro está en presionar en la forma”. Y, por ello, lanza una cuestión: “Tenemos que preguntarnos si la narración tiene sencillamente que pasar o si es fruto de una atmósfera, del juego con la forma y el tiempo”. Y, efectivamente, siente que el cine se encuentra subido a una ola de cambio. “Curiosamente, de estos cuatro ganadores de los grandes festivales de clase A, tres son mujeres y sus jurados no han valorado el género. Creo que necesitamos aún más directoras que normalicen este proceso”. En el jurado que ella presidía, y que efectivamente otorgó una Concha de Oro a una creadora —la rumana Crai Nou (Blue Moon), de la directora debutante Alina Grigore— también estaba la francesa Audrey Diwan (París, 41 años), que hace dos semanas ganó el León de Oro veneciano otorgado por otro jurado especial: lo presidía el surcoreano Bong y en él estaba Zhao. “Cuando acabó la ceremonia de entrega, Zhao me explicó que habían valorado las películas sin ver quiénes las dirigían y que solo después se fijaron en que era una mujer”, cuenta Diwan. “Si hablamos de cineastas, Kathryn Bigelow abrió el camino para que una mujer dirigiera cualquier género, que no nos quedáramos en temas femeninos. En cuanto al futuro del cine como arte, está claro que pasa por la educación de los niños para que aprecien ese arte y lo entiendan. ¿Sabe qué les digo a mis hijos antes de ponerles en casa una película? Que es una ‘película prohibida’. Y les engancho. Por su reacción sé que no me tengo que preocupar del futuro del cine”.

Julia Ducournau (París, 37 años) provocó un terremoto hace dos meses en Cannes al lograr la primera Palma de Oro en solitario para una cineasta, y conseguirlo además con una película radical en su narrativa —aunque clásica en sus formas— como Titane, que vapuleó a los espectadores. “A veces sí siento que hay un cambio”, concede Ducournau. “Desde luego, así lo viví en el escenario de Cannes con la Palma en la mano. Lo que ocurría era más grande que mi película, que yo misma... De repente, me asomé a un futuro abierto a todos”. Sobre el arte, explica: “Veo películas que reactivan mi confianza en el cine como arte. Y solo puede obtenerse desde la libertad creativa. Como en la literatura, la pintura..., a veces lo sientes. Y en cuanto a los ganadores de festivales, está claro que no hay vuelta atrás. Hay una presión a favor de algo tan lógico y obvio como la paridad. Formar parte de esto me emociona”.

Cuando el rumano Radu Jude (Bucarest, 44 años) escucha la pregunta sobre el futuro del cine, se levanta, se sienta al lado del periodista y saca su móvil para abrir TikTok. “Esto es lo que no puede ser, no podemos creer que todo el audiovisual es cine ni que el cine se parezca al audiovisual”, asegura. “Olvidémonos de Hollywood, o de esas apuestas por otros formatos: del IMAX pasamos a las tres dimensiones, ahora hablan de la realidad virtual. Creo que la reflexión nos salvará como arte, que el lado epistemológico del cine será la base de ese futuro. Porque si piensas en la faceta de la representación, ya tienes TikTok: lo que ves es lo que hay. No necesitas el cine para ver el mundo, con una aplicación en el móvil es suficiente”, comenta mientras en la pantalla de su teléfono se encadenan vídeos y melodías.

Con su fascinante filmografía, Céline Sciamma (Pontoise, 40 años) se ha convertido en la realizadora europea de referencia con enorme influencia en las generaciones de jóvenes mujeres cineastas. Su voz se respeta. “No puedo separar el futuro del cine de los cambios político-sociales. Aquí es cierto que tenemos el viento a favor. Y el apoyo de los festivales a un cine más arriesgado es una buena noticia. Pero es importante se apoye en ideas fuertes. Si no, no podremos resistir, avanzar”, reflexiona la directora de Petit maman (2021). “Ese es el camino. De otro, saldrán filmes flácidos. Y para mí una película se ve en salas. No me preocupa el futuro del cine como forma artística, me preocupa que lo que triunfe sea esa flacidez”.

Carlos Saura (Huesca, 89 años) acumula una enorme filmografía que ha marcado la segunda mitad del siglo XX en el cine español. En los últimos tiempos, más allá de sus películas musicales, realiza unos cortos con fotosaurios, que es como denomina a las fotografías hechas por él, que posteriormente convierte en dibujos para que sean la base de esos filmes. Todos los días ve un par de películas, y por ello explica: “No sé por dónde irá el cine, ni tampoco reflexiono mucho sobre ello. Como espectador, me acuesto muy tarde, casi a las tres de la mañana, y lo veo todo: desde las buenas películas hasta las malas, y así aprendo lo que no quiero hacer”. ¿Y qué es lo quiere hacer? “No lo sé, lo que tengo claro es lo que no quiero hacer. Esa misma reflexión me vale sobre el futuro del cine como arte. No sé hacia dónde irá, pero seguro que irá”.

El francoargentino Gaspar Noé (Buenos Aires, 57 años) lleva un tiempo revolucionando el festival de Cannes con sus películas. En sus dos últimos filmes, Lux Aeterna (2019) y Vortex (2021), ha optado por la pantalla partida. “Una cosa es el cine, otra la televisión y ahora están mezclados”, cuenta. “Si en una década los grandes distribuidores son Amazon o Apple, las películas saldrán primero por plataformas y luego en salas, y entonces, quizá el espectáculo en cines será una cosa de burgueses. El consumo popular se realizará en casa. A mí no me preocupa eso como cineasta. Lo que sí me parece un tema delicado es la financiación. Sea lo que sea lo que hagamos, arte o diversión, si el dinero viene de esos conglomerados, cercanos a grupos conservadores, sufriremos una censura, desaparecerá el riesgo. Fíjese cómo ha desaparecido el erotismo en los dos últimos años. Es el advenimiento de una era frígida”. En cambio, al mexicano Alonso Ruizpalacios (Ciudad de México, 43 años) le asusta es “el exceso de información audiovisual”. El cineasta, procedente del teatro, ha ido ahondando en la creación y el riesgo hasta llegar a Una película de policías (2021), premio a la contribución artística en la pasada Berlinale, en la que usa en off la voz de dos policías reales para relatar su día a día mientras en pantalla les encarnan sendos actores. “La búsqueda insaciable de contenido me entristece. Realmente, ¿necesita el mundo otra película u otra serie? A esa pregunta debe responder el cine como arte, a esa y la obligación que tenemos como artistas de ofrecer disfrute, de sumergir al público en sueños y en el inconsciente. ¿Adónde vamos? No lo sé, pero seguro que será a un terreno en el que ya habrá estado Jean-Luc Godard”.

Cuando el próximo jueves se inaugure por fin el museo del cine de la Academia de Hollywood, en Los Ángeles, en una de sus vitrinas podrá verse el iPhone con el que Sean Baker (Nueva York, 49 años) rodó íntegramente Tangerine (2015). Con The Florida Project (2017) se confirmó como una de las grandes voces del cine indie estadounidense, y la proyección en el pasado Cannes de Red Rocket dividió al público. “Nos están empujando hacia los museos, y no sé yo...”, ríe. “Es extraño porque como autor sí siento que crezco en la faceta de artista. Para mí el futuro pasa por hablar de seres humanos, no por franquicias de superhéroes. Si analizas a los creadores de los años setenta, ahí encuentras las mismas dudas, que superaron con pasión. Mientras alguien celebre el buen cine, habrá buen cine”.

 

 

TITULO:   EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -16 , 23, 30 - Septiembre -ISABEL COIXET - El miedo inútil,. 

 

MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 16, 23 , 30 - Septiembre ,.

MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes -16, 23 , 30  - Septiembre ,etc.

 EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes-16, 23 , 30  - Septiembre -ISABEL COIXET - El miedo inútil,.  

ISABEL COIXET - El miedo inútil,.  
 
 
Isabel Coixet: "Las mujeres seguimos ganando menos"

ISABEL COIXET - foto,.

Aveces me preguntan si no tengo miedo antes de un rodaje, y siempre respondo que no solo tengo miedo antes de un rodaje, sino que tengo miedo antes de ir al dentista, antes de ciertas reuniones, antes de ciertas llamadas; a veces tengo hasta miedo en determinados actos sociales. ¿Qué hago, pues, para combatirlo? Hago como si no lo tuviera. Me tiendo trampas a mí misma. Compongo una narración en mi cabeza en la que me proyecto no teniendo miedo y, aunque el miedo subsista, el truco funciona porque soy capaz de actuar como si no lo tuviera. Al menos, un rato.

Miedo es la falta de confianza: en uno mismo, en los demás, en el destino, en el universo. Miedo es estar convencido de que el avión va a caer a la primera turbulencia. Que el camión cargado de gas metano va a volcar delante de nosotros cuando el asfalto está ardiendo. Que cuando nos llaman al despacho del director es para darnos la patada y no para felicitarnos. Que la ambigua cara del doctor no es por problemas en el turno de noche sino porque la biopsia trae malas noticias. Que el «tenemos que hablar» de tu pareja precede a una ruptura sin vuelta atrás. Todas esas cosas son posibles: el avión que cae, el camión que vuelca, la biopsia positiva, el despido, la ruptura. Y, sin embargo, es completamente desproporcionado el número de horas que le dedicamos a sufrir ese miedo anticipatorio con lo que realmente nos sucede en la vida. Mirando atrás me doy cuenta de la cantidad de tiempo que le he dedicado a tener miedo injustificado. Si pudiera volver atrás, borraría toda esa angustia inútil (además de todas las horas que he dedicado a otras actividades idiotas como comprar por Internet, de lo que, afortunadamente, ya me he quitado).

Vi el dolor de la otra madre cuando le contara lo que había pasado, los cuerpos inertes de las niñas, esa devastación para la que no hay palabras; lo vi todo

Es curioso y trágico cómo los recuerdos del miedo se quedan grabados de forma indeleble. Cuando mi hija tenía tres años, caminaba con ella y una amiguita suya de la misma edad por una transitada calle de mi ciudad; ellas jugaban a soltarse de mi mano y a volver cuando yo las llamaba. A pocos metros de una calle por la que no dejaban de pasar autobuses, se soltaron y vi con una precisión terrorífica que si no gritaba muy muy alto, el autobús las atropellaría (vi el dolor de la otra madre cuando le contara lo que había pasado, los cuerpos inertes de las niñas, esa devastación para la que no hay palabras; lo vi todo). De mi boca salió tal alarido que no solo las niñas se quedaron paradas; mientras ante ellas el autobús pasaba a toda velocidad moviéndoles el pelo, toda la calle se paró mirándome como si estuviera loca. Lo siguiente que recuerdo es abrazarlas, llorando a lágrima viva las tres. Las niñas porque se habían asustado, yo porque todas las imágenes de mi cabeza no se habían hecho realidad, aunque hasta hoy recuerdo con precisión los detalles de esas imágenes como si hubieran ocurrido.

El miedo es un sentimiento extraño porque, aunque es poderoso y constante, se le puede engañar y hasta domesticar como a uno de esos gatos salvajes que pueden comportarse dócilmente durante años y un día, de repente, la presencia de un chihuahua o la aparición de una pecera con peces rojos les hace salir la bestia que llevan dentro. Y ese es el día que hay que temer de verdad, el día en que los trucos ya no funcionen. Ese día tendré que recurrir a otro truco. Se admiten sugerencias.

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