sábado, 8 de octubre de 2022

Mi casa es la tuya - Emmanuel Carrère ,. Viernes- 21, 28 - Octubre ,. / Pekín Express - El Gobierno ve resquebrajarse su discurso fiscal en plena batalla con el PP ,. / La Historia del Fútbol en Castuera - Santa Amalia -0- cd Castuera -0- ,. / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - La fuerza de la venganza,. / Días de cine -' Cine - Vanessa Marimbert ., Viernes- 21, 28 - Octubre . / Saber Vivir - Adios al comercial agresivo.

 

TITULO: Mi casa es la tuya -  Emmanuel Carrère Viernes -21, 28  - Octubre   ,.

Mi casa es la tuya,.


Este viernes  - 21, 28- Octubre  -  a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con  -  Emmanuel Carrère , foto.

  Emmanuel Carrère ,.

 Lo humano y lo sagrado: Carrère publica en francés 'V13′, el libro sobre el  juicio de los atentados de 2015 | Cultura | EL PAÍS

Lo humano y lo sagrado: Carrère publica en francés ‘V13′, el libro sobre el juicio de los atentados de 2015,.

“No salimos del proceso igual que como entramos”, dice el escritor tras cubrirlo durante diez meses para EL PAÍS y ‘L’Obs’,.

Nadie, entre los presentes, olvidará jamás aquella noche en la Brasserie les Deux Palais.

Más de un centenar de personas llenaba el local y la terraza frente al viejo Palacio de Justicia de París. Había alivio y euforia. Vino y champán. El juez Jean-Louis Périès acababa de leer la sentencia por los atentados islamistas del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis. En el Deux Palais se encontraban supervivientes de los atentados y padres y madres que perdieron a sus hijos. Estaban los abogados que habían defendido a los terroristas, y los severos fiscales, relajados ya tras diez meses de juicio, aunque discretamente vigilados por los guardaespaldas desde la acera. Se formaban corrillos de pie, tertulias entre las mesas. También estaban los tres acusados que quedaron en libertad y que, durante el juicio, habían confraternizado con algunos de los asistentes, víctimas incluidas. Ahora algunos les felicitaban y se hacían selfis con ellos. Por los corrillos y las mesas se movía un célebre escritor que, religiosamente, había cubierto todo el juicio, y que, sin quererlo, tenían ante sí el final idóneo a la novela de no ficción que había ido redactando esos meses.

“¡Vaya noche!”, dijo Emmanuel Carrère, entre copa y copa, cuando se cruzó con este corresponsal en aquella extraña fiesta en la que se mezclaba lo más humano con algo distinto. En la sala del juicio, que el escritor compara a una iglesia, “se había desarrollado algo sagrado”.

Era el 29 de junio pasado, cerca de la medianoche, y, para el autor de El adversario, concluía su último proyecto literario. Los lectores de EL PAÍS pudieron leer, durante todo el curso pasado, las crónicas semanales que Carrère (París, 64 años) iba enviando, por encargo del semanario francés L’Obs y publicadas también en otros diarios europeos, sobre el macrojuicio por los atentados, en los que un comando yihadista mató a 130 personas. Ahora las crónicas, ampliadas y algunas retocadas, se publican como libro en francés bajo el título V13. Chronique judiciaire. V13 es el nombre que los asiduos daban al juicio, porque los atentados ocurrieron un viernes 13. La editorial Anagrama prevé sacar V13 en castellano y catalán en la primavera de 2023.

La publicación de V13 coincide con el estreno, en octubre, de Noviembre, la película sobre la búsqueda a los terroristas en los días posteriores a los atentados. La dirige Cédric Jimenez, realizador de Bac Nord. Y llega con polémica por el retrato que hace de Sonia, la mujer que señaló el lugar en las afueras de París donde se escondía Abdelhamid Abaaoud, cabecilla del comando. Sonia, que evitó así más atentados y vive desde entonces con una identidad falsa, aparece en la película cubierta con un velo islámico, prenda que la Sonia real no lleva (una nota al inicio del filme precisará que el velo de Sonia es ficticio y no refleja sus convicciones). V13 coincide también con la publicación de otro libro sobre el proceso: Et nous nous sommes parlé (Y nos hablamos), escrito por el superviviente del Bataclan Arthur Dénouveaux, el abogado Xavier Nogueras y la periodista Charlotte Piret.

Cuando en septiembre empezó a cubrir el juicio, Carrère no tenía claro si seguiría hasta el final. “No se esperaba mucho”, comentaba hace unos días mientras tomaba té en su apartamento a París con los corresponsales de la red de diarios europeos LENA. “Se decía que era un proceso en el que no había nada verdaderamente en juego desde el punto de vista penal: los que estaban en el banquillo no eran los que habían matado. Había tantas partes civiles, que se pensaba que su palabra quedaría diluida. Y había una voluntad declarada de que fuese un proceso ejemplar, para la Historia, una especie de publicidad para la justicia y la democracia”. “A todos”, continúa en alusión a la tribu de periodistas en el tribunal, pero también a las víctimas que asistían al juicio, “nos sorprendió el interés que acabamos sintiendo: para algunos, un fenómeno de adicción que hacía que no quisiéramos perdernos las audiencias”.

Carrère tampoco tenía claro qué daría de sí el proceso literariamente. “En torno a Semana Santa, pensé en hacer algo enorme sobre el yihadismo”, revela. “Pero me di cuenta de que no me apetecía pasarme dos años más con los terroristas y que, de todas maneras, yo carecía de las competencias para hacerlo”,.

No hubo momentos de duda. Ni siquiera cuando, en febrero, comenzó la invasión rusa de Ucrania, que le pilló en Moscú. Se quedó allí durante más de una semana para escribir un reportaje publicado también en este diario. “En aquel momento”, recuerda, “todos tuvimos la impresión de que el proceso ya no era de actualidad y que a todo el mundo le daba igual. Pero a los pocos días nos dimos cuenta de que nuestro trabajo era estar ahí, y que íbamos a continuar”.

La experiencia del macroproceso antiterrorista le transformó: a él y a los que, del primer al último día, estuvieron en la sala construida expresamente en el interior del salón de pasos perdidos del Palacio de Justicia. “Escuchar aquel coro de experiencias humanas extremas, de sufrimiento, de piedad, de terror modifica algo en tu sensibilidad”, afirma. “Pienso que más bien vuelve vulnerable que fuerte. No salimos igual de aquella caja que como entramos”.

Carrère pone reparos a la condena a cadena perpetua irreductible para el principal acusado, Salah Abdeslam, único superviviente del comando. A fin de cuentas, Abdeslam no activó su cinturón explosivo. Por un fallo mecánico, como consideran los jueces, por miedo o, como alegó él, por humanidad. “Pienso que la voluntad de ejemplaridad prevaleció sobre la de proporcionalidad”, dice el autor. “Encuentro que el veredicto y las penas son cuestionables, pero esto no impide pensar que el proceso fue muy bien. No sé muy bien cómo asumir esto”.

Carrère es muy reportero, en el sentido de que muestra más que dice, y describe más que pontifica. Además, expone sin pudor sus dudas y contradicciones. Durante los alegatos de los fiscales y los abogados de la defensa, admite que se deja convencer mientras escucha a unos y otros. Y escribe: “Entro con facilidad en las razones del otro, lo que a la vez es una cualidad –ausencia de prejuicio– y un defecto –el riesgo de ser un veleta, siempre de la opinión del último en hablar–. Mi íntima convicción es flotante, indecisa”.

V13 es puro Carrère: el ritmo trepidante, la claridad expositiva, la exploración sin red de los recovecos humanos. No es, sin embargo, el Carrère introspectivo de su último libro en español, Yoga, relato de su profunda depresión e ingreso en un hospital psiquiátrico, ni el de Una novela rusa, donde contaba un año en su atormentada vida sentimental y familiar. Después de aquel libro publicó De vidas ajenas, donde en vez de mirarse a sí mismo giraba la vista afuera. En V13 hace lo mismo tras el autobiográfico Yoga. Hay poco “yo” y mucho “nosotros”, “un relato colectivo y magnífico”, dice en la conversación. Hay poco narcisismo y sí un esfuerzo notorio por ponerse en el lugar del otro. Pese a lo dramático del proceso, hay pocos sentimientos siniestros y mucha humanidad. Y trascendencia. Para los lectores de El Reino, su libro sobre los orígenes del cristianismo, no es ninguna novedad.

La noche de la Brasserie des Deux Palais fue un concentrado de todo esto, una catarsis en la que estaba casi todo el dramatis personae de la función. Que aquella fiesta fuese precisamente en un café parisino podía interpretarse como un símbolo: los terroristas habían atentado contra las terrazas y cafés como La Belle Équipe y otros, símbolo del hedonismo de la ciudad; ahora las terrazas vencían: la vida vencía.

A algunos, sin embargo, les incomodó la presencia en el Deux Palais de condenados con penas relativamente bajas y que habían salido en libertad. Les disgustó el ambiente de confraternización.

Explica Carrère: “Muchos aceptaron vivir esta especie de muy extraña euforia que nos arrastró al final por haber pasado todo aquello juntos. Aquella noche se mezclaban tantos sentimientos. Fue un final que se parecía al proceso, de alguna manera, a la comunidad que se había creado”. Pero matiza: “También había una mujer joven que vino con su compañero, gravemente herido en La Belle Équipe. Les pareció horrible y se marcharon. Y tienen razón también.”

 

TITULO:   Pekín Express  -El Gobierno ve resquebrajarse su discurso fiscal en plena batalla con el PP ,.

Pekín Express ,.

  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

El Gobierno ve resquebrajarse su discurso fiscal en plena batalla con el PP,.

 El Gobierno ve resquebrajarse su discurso fiscal con la rebaja del IRPF a  los valencianos

foto / Puig, en Les Corts,.

El Gobierno vio este martes cómo al discurso en el que había decidido centrar su pugna con el PP se le abría una seria grieta. El anuncio del presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, de que deflactará el IRPF autonómico para las rentas inferiores a los 60.000 euros choca de lleno con la estrategia diseñada desde la Moncloa. El Ejecutivo lleva semanas acusando a los populares de haber emprendido una «desastrosa» competencia fiscal a la baja entre autonomías y rechazando la propuesta de Alberto Núñez Feijóo de proporcionar en el ámbito estatal un «alivio fiscal» similar al valenciano para las rentas inferiores a los 40.000 euros. Su principal argumento en contra de la medida era que supondrá un vaciamiento de las arcas públicas en un momento en el que se deben reforzar las prestaciones y servicios sociales pero también que, pese a lo que pudiera parecer, una medida de esa naturaleza no solo beneficia a las rentas bajas.

La posibilidad de que Puig diera un paso en la dirección anunciada este martes durante el debate de política general en el Parlamento autonómico, estaba sobre la mesa y había sido apuntada por este periódico. Sin embargo, el anunció cogió con el pie cambiado al Gobierno. Entre otras cosas, porque hace tan solo cuatro días, al calor de las bonificaciones en el impuesto de Patrimonio de autonomías gobernadas por el PP como Madrid, Andalucía y Galicia, él mismo había reclamado que se introduzca en el sistema de financiación una penalización a las comunidades que decidan voluntariamente rebajar impuestos y renunciar por tanto a obtener mayores ingresos. Propuesta que, por otro lado, el Ejecutivo no ve «ni viable ni conveniente», según fuentes del ministerio que dirige María Jesús Montero.

La ministra de Hacienda muestra su malestar y carga las tintas contra el primer partido de la oposición por iniciar una "espiral" de "vaciamiento fiscal" y "obligar" a algunas autonomías a "hacer coscas que no quieren hacer" para poder competir

Es cierto que la iniciativa del Gobierno valenciano no es idéntica en su diseño a la de las autonomías del PP que ya habían abrazado la idea de «devolver a las rentas bajas y medias lo que han pagado de más por la inflación». Puig plantea una bajada del 10%, equivalente a la subida del coste de la vida pero, según aseguró, el efecto de esa bajada será «neutro» en el caso de las rentas superiores a 60.000 euros. Los Ejecutivos de Andalucía, Murcia y, desde este martes también, de Galicia abogan por un recorte más limitado, del 4,5% en unos casos y el 4,1% en otros, para las rentas inferiores a los 40.000 euros anuales, pero las rentas por encima de ese tope sí se beneficiarían del descuento en el primer tramo de su declaración. La Comunidad Valenciana, además, también amplía en un 10% todas las bonificaciones y sube un 10% el mínimo exento para evitar que las rentas más bajas queden en desventaja.

Giro de guion

El Gobierno ya había tenido que enfrentarse a las acusaciones de incoherencia del PP cuando el País Vasco (el PSE es socio minoritario en la coalición gubernamental con el PNV) anunció la segunda deflactación del IRPF en lo que va de legislatura. Pero este giro del guion, tiene mayor calado. Primero, porque está impulsado por una comunidad presidida por un socialista. Pero, además, porque llega justo cuando el Ejecutivo estaba preparando un paquete de medidas fiscales destinado a dar la réplica ideológica al PP.


En la mayoría de los casos, según anunció el lunes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, los cambios impositivos se incorporarán en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 y en otros, como el de la creación del nuevo impuesto temporal a las grandes fortunas, en leyes específicas. El Ministerio guarda con celo cuál será el contenido exacto de ese paquete, pero hasta ahora había dejado claro que su idea era acometer una serie de «subidas selectivas» que afecten a «quienes más tienen» y su rechazo tanto a la deflactación como a una bajada del IVA de alimentos básicos como la que demanda Feijóo era expreso.

Atrapada en el cambio de escenario, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, evitó este martes censurar directamente la decisión de la Comunidad Valenciana durante su comparecencia habitual en la Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros y se argumentó que la posición del Gobierno respecto a cuáles deben ser los «fundamentos» de la política fiscal «no han variado». «La política fiscal -insistió, en todo caso- no se diseña en abstracto. Cuando se reducen ingresos hay que plantearse de dónde se reducen y a quién afecta y nuestro compromiso es claro: respetamos a las comunidades autónomas pero hay que hacer una política responsable porque los recursos los vamos a necesitar para la sanidad, para los maestros, para la dependencia...».

Avanzada la tarde, la ministra de Hacienda sí marcó más claramente distancias con la medida del presidente valenciano, aunque insistió en cargar las tintas contra el PP por provocar un «efecto dominó» que causa, dijo, un «vaciamiento fiscal». En una entrevista en Onda Madrid, recriminó así a gobiernos como el de Isabel Díaz Ayuso que arrastren a otras autonomías a «hacer algo que ni siquiera quieren hacer para poder competir».

El PP pide «no perder más tiempo» y descontar la inflación de la renta en el ámbito estatal

El Partido Popular no ha desaprovechado la brecha abierta por el presidente de la Comunidad Valenciana en el discurso fiscal del Gobierno. «Ximo Puig, el Partido Socialista de Euskadi y Podemos Madrid apuestan por ajustar el IRPF a rentas medias y bajas como propone Feijóo. El Gobierno debe rectificar (otra vez) y ayudar a los españoles a afrontar la inflación con el IRPF, el IVA o con los dos. Pero que actúe ya», reclamó en su cuenta de Twitter.

El propio Feijóo recordó que también el Gobierno vasco, del que forma parte el PSOE como socio minoritario, ha apostado ya por la deflactación del IRPF y reclamó a los socialistas «que no digan una cosa y a 100 kilómetros la contraria» y que no descalifiquen al PP por cosas que están haciendo los gobiernos autonómicos del PSOE«.

«La decisión -abundó la secretaria general del partido, Cuca Gamarra- va en el camino correcto, siguiendo la iniciativa del PP. Cada día más barones se suman. Esperemos que esto se apruebe con carácter general para todos los españoles en los tramos que no son autonómicos».

Gamarra dio por sentado que tarde o temprano el Ejecutivo acabará haciendo suya la propuesta que lleva meses defendiendo su partido como pasó con la rebaja del IVA del gas o la última reducción del de la luz y le exigió que «no pierda el tiempo en al negación». «Acepten medidas que son buenas para los ciudadanos», zanjó.

 

TITULO: La Historia del Fútbol en Castuera -Santa Amalia -0- cd Castuera -0- ,.

Santa Amalia -0- cd Castuera -0- ,.

Reparto de puntos en Santa Amalia

El CD Santa Amalia y CD Castuera-Subastacar firman un empate sin goles en un partido muy competido de principio a final,.

 Reparto de puntos en Santa Amalia | Castuera - Hoy

Santa Amalia -0- cd Castuera -0- ,. Resultado final - foto,.

El partido correspondiente a la segunda jornada del campeonato liguero del grupo 3º de la Primera Extremeña que enfrentaba al CD Santa Amalia y CD Castuera-Subastacar, finalizó con empate sin goles y el reparto de puntos entre locales y visitantes.

Los jugadores del CD Castuera-Subastacar, que esta temporada dirige Alberto Fernández, pusieron sobre el Municipal de Santa Amalia la seriedad defensiva que ya mostraron el pasado domingo en el Manuel Ruiz en el primer partido del campeonato liguero. Sin embargo, este trabajo defensivo de volver a dejar la portería a cero no tuvo réplica en la faceta ofensiva, dejando también su casillero a cero en un partido en el que un mal arbitraje y el pésimo estado del terreno de juego resultó determinante.

Los primeros minutos del encuentro fueron muy intensos, con poco juego y muchos cambios en la posesión del balón, ya que ninguno de los dos equipos se hacía con el control del juego.

Con el paso de los minutos, los Alberto Fernández subieron la intensidad tomando la iniciativa y el dominio del balón, proponiendo e intentándolo, pero le faltaba el último pase y resolver en los metros finales, mientras que equipo local daba un paso atrás esperando su oportunidad para salir a la contra. En cualquier caso, las jugadas de ambos conjuntos eran muy cortas y se pisaban poco las áreas.

Sin apenas ocasiones, un centro lateral tras un contra que no encontró rematador, fue la más clara para los locales, y una falta lateral lanzada por Davilillo y intento de globo de Jorge González al ver al portero local adelantado, para de los visitantes, se cerraba una primera parte muy competida.

Tras el paso por los vestuarios poco cambió el guion de lo visto en la primera parte, con un Castuera que seguía intentándolo y con un equipo local que se hacía fuerte empleando una dureza, a veces excesiva, que el árbitro no supo cortar.

Pese a todo el CD Castuera-Subastacar pudo decantar el encuentro a su favor en el inicio de la segunda mitad, cuando un pase en profundidad dejó sólo a Jorge González frente al portero local, que se anticipó para sacarle de balón de los pies.

Después sería Yasin el que pudo haber abierto el marcador con un disparo que salió rebotado por la espalada de un defensor.

A siete minutos del final se produjo la expulsión de Alvarito con la que el Castuera se quedaba en inferioridad numérica para afrontar el tramo final del choque. Una jugada en la que los jugadores de ambos equipos entraron fuerte al balón y que terminó con propio Alvarito lesionado. Sin embargo, el juez de línea y el colegiado no vieron así la jugada y sacó la segunda amarilla al jugador del Castuera ante la incredulidad de todos.

No sería la última jugada polémica del partido ya que, en tiempo de descuento, el colegiado también decidió mirar para otro lado y no ver el claro agarrón con el que un defensor local desequilibró a Jorge Velasco cuando se plantaba solo delante del portero. Una jugada más que discutible y que podía haber cambiado el signo del encuentro.

La aportación ofensiva de los locales en la segunda mitad se limitó a lanzamiento largos y colgar balones al área, que el portero del conjunto turronero, Pedro Jesús, resolvió con efectividad.

En definitiva, otro buen partido de los Alberto Fernández, en el que hay destacar la labor de conjunto y la implicación y el esfuerzo realizado por cada uno de los jugadores que estuvieron sobre el terreno de juego.

La próxima jornada, domingo 2 de octubre, el CD Castuera-Subastacar recibe en el Manuel Ruiz, a las 12.00 horas al CD Monterrubio con la obligación de ganar para hacer bueno el punto conseguido en Santa Amalia.

Ficha del partido

CD Castuera-Subastacar: Pedro Jesús, Javi Ruiz, Vera, Jesús Marín, Nelson, Eleuterio, Fran (Juanan), Alvarito (Juanan), Yasín (Peña), Davilillo, (Molina) y Jorge González (Velasco).

Arbitro: Javier Salgado Holgado. Mal arbitraje del colegiado cacereño que no utilizó el mismo rasero para medir las acciones de uno y otro equipo y perjudicó notablemente al CD Castuera-Subastacar. Por los locales vieron la tarjeta amarilla: Francisco Javier Fernández y Antonio y Manuel González Salcedo; y por los visitantes: Davilillo, Molina y Alvarito en dos ocasiones y roja.

Incidencias: Municipal de Santa Amalia, 300 espectadores, entre ellos aficionados del CD Castuera que se hicieron notar y no dejaron de animar a su equipo durante todo el partido.

 

TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE  -La fuerza de la venganza,.

 La fuerza de la venganza

Reparto
Matt Hunger, agente del servicio secreto retirado, decide volver con sus antiguos compañeros para investigar el asesinato de un amigo.


TITULO:  Días de cine -' Cine - Vanessa Marimbert., Viernes- 21 , 28- Octubre .

 
Viernes -  21 , 28 - Octubre .,  a las 20:35 horas por La 2 / foto,.
 
  Vanessa Marimbert,.
 
 La cántabra Vanessa Marimbert gana el Premio Goya al Mejor Montaje por 'El  buen patrón' | El Diario Montañes

La cántabra Vanessa Marimbert gana el Premio Goya al Mejor Montaje por 'El buen patrón'

Ha compatido el galardón con sus compañeros nominados, unos «excelentes profesionales que podrían estar en el mismo lugar que yo»

Después de dos décadas dedicada al cine desde la parte discreta del trabajo de máquinas, Vanessa Marimbert (Santander, 1972) cerró ayer el círculo al subirse al escenario del Palacio de Las Arts de Valencia para recibir el Goya al mejor montaje por su trabajo en el 'El buen patrón', la gran ganadora de la noche. Su entrada en la profesión se produjo de la mano de una carta de recomendación del también cántabro Mario Camus, que le abrió la puerta a una beca de la Fundación Botín, «el origen de todo». Veinte años después, en la misma edición de la fiesta del cine español en la que el director fue recordado por sus compañeros tras su muerte el pasado mes de septiembre, Marimbert escuchó por primera vez su nombre entre los nominados y se llevó la estatuilla.

«Aunque ya llevo mucho tiempo en esto soy primeriza en esto de los premios, ha sido increíble. Lo he vivido como se vive la primera vez», apunta la montadora, que compartió el galardón con sus compañeros nominados, unos «excelentes profesionales que podrían estar en el mismo lugar que yo». Sus competidores eran Antonio Frutos, por 'Bajocero', Miguel Doblado por 'Josefina', y Nacho ruiz Capillas por 'Maixabel'.

Marimbert llegó a Valencia con un discurso para los agradecimientos y ajustado al tiempo marcado -con los deberes hechos, porque ella también es miembro activo de la Academia del Cine que organiza el evento-, pero con la idea en la cabeza de que no iba a tener que hacer el paseo hasta el escenario. Lo mismo que muchos de sus compañeros del apartado técnico de 'El buen patrón'. «Algo tenía preparado porque la película era la favorita en muchas categorías. Pero precisamente por eso, por estar en tantas categorías, también en las importantes, pensábamos que igual la película se llevaba los premios importantes y los académicos repartían más los de los apartados técnicos», razona. Se equivocó para alegría de los familiares y amigos que vieron su intervención por televisión desde Cantabria, donde vuelve habitualmente con su familia (tiene dos hijas), con la que reside en Madrid.

Más allá de los vínculos personales, la relación con Cantabria y la Fundación Botín ha seguido viva con obras como el documental sobre Renzo Piano, arquitecto y diseñador del emblemático edificio de Santander. Obra del cineasta Carlos Saura, de la que Marimbert es una de las montadoras de cabecera y con el que continúa trabajando, está aún por estrenarse.

De padre cántabro y madre francesa, creció en Santander antes de trasladarse a estudiar Periodismo a Bilbao y meterse de lleno después en el mundo del cine. Camus le abrió las puertas de la Fundación Botín, la Fundación Botín de la Escuela de Cine de Madrid (ECAM) y la Escuela de Cine de Madrid de una larga trayectoria en cine, documentales, series de ficción e incluso programas de televisión. «Ahora quizás hay más competencia, pero cuando empecé yo, la gente que no conocía a nadie en este mundo y lograba estudiar en la ECAM tenía la seguridad de que saldría con trabajo», recuerda. Desde entonces no ha parado.

Antes del éxito de 'El Buen Patron', Marimbert ha compaginado sus trabajos en el cine en películas como 'La caja 507', 'Buscando el norte' o 'El Plan' con series de televisión. Entre sus últimas participaciones en el área de montaje está la exitosa serie de TVE 'Estoy vivo', protagonizada por Javier Gutiérrez. También en la televisión pública lleva su sello la serie 'HIT'.

Además, ha participado en trabajos técnicos detrás de las cámaras en programas de televisión como 'Un país para comérselo', que de la mano de Imanol Arias y Juan Echanove recorrió España para presentar su gastronomía y el nostálgico Ochéntame.

En clave más cántabra, su nombre también figura en los créditos del documental sobre Renzo Piano, arquitecto del Centro Botín.

 

TITULO: Saber Vivir   -- Adios al comercial agresivo  ,.



Adios al comercial agresivo  ,.

«Pasamos ocho horas en el despacho sin hablarnos. Al principio sentía ansiedad pero ya me he hecho una coraza»,.

foto / Al principio me metía en la cama y no dormía. Solo pensar que al día siguiente tendría que encargarle un trabajo a mi compañera me generaba una ansiedad... Nunca ha aceptado que yo sea la coordinadora del departamento, porque en su anterior trabajo estaba acostumbrada a mandar. Llevamos casi dos años compartiendo despacho, nos sentamos a medio metro y apenas nos hablamos. Hola y adiós y, si hay que comentar algo, lo hacemos por email. Es francamente desagradable, pero ya me he hecho una coraza...».

Con este ánimo regresaba Paula Blanco –madrileña de 40 años– de las vacaciones hace unos días, «amargada» por el ambiente enrarecido que hay en la oficina. Desde hace casi 15 años trabaja en una entidad que desarrolla proyectos sociales, educativos y de emprendimiento, un trabajo antes «ilusionante» que ahora se le hace cuesta arriba. «Somos un grupo pequeño, apenas quince personas, y jamás he tenido problemas con nadie. Pero ella es desconfiada. Si está tomando un café en la máquina y suena mi teléfono, viene corriendo a ver con quién hablo, ha estado espiando detrás de la puerta... ¡Hasta coge rabietas!».

Decir que Paula y su compañera no se llevan bien se queda corto para describir una situación muy habitual: el mal rollo entre los compañeros de trabajo. Unos desencuentros de intensidad variable que van desde la indiferencia forzada, como en el caso que nos ocupa, hasta el 'mobbing' (acoso psicológico en el trabajo), «considerado un delito e incluido en el código penal», advierte Elisa Sánchez, psicóloga especializada en conflictos laborales y directora de Idein.

– ¿Por qué los compañeros de trabajo tienen esa mala fama?

– Porque pasamos mucho tiempo con ellos. Además, las tareas laborales suelen conllevar trabajar en equipo, lo que requiere habilidades como escucha empática. Esto, unido a que hay muchos entornos que son muy competitivos y estresantes, hace aflorar nuestros miedos. Es natural que en este contexto puedan surgir roces, malentendidos, peleas... y que lo personalicemos en gente concreta.

De hecho, reconoce la especialista, «una de las ventajas del teletrabajo ha sido, precisamente, perder de vista a algunos compañeros». Aunque eso no ataja un problema de compleja resolución. «Cuando hay un conflicto en la oficina hay que abordarlo desde el inicio. No la primera o la segunda vez que ocurre, pero no dejar pasar más de tres veces la conducta que te ha molestado y tener una conversación con esa persona. En un momento tranquilo, en privado y hablando desde la empatía: 'Son las diez y a las nueve has quedado en enviarme los datos que necesito para el informe y no los he recibido, quería saber qué ha ocurrido'. Si eso no funciona, hay que hablar con el jefe para buscar una solución».

Los trepas

Claro que a veces es con el propio jefe con el que existe ese desencuentro. «Normalmente se tiene peor concepto de los jefes que de los compañeros. Tiene que ver con el estilo de liderazgo y con cómo nos llevemos con el concepto de autoridad. Hay quien tuvo un padre muy autoritario y en su infancia siempre escuchó eso de 'esto es así porque lo digo yo, y punto', y se encuentra un jefe parecido y se le remueve todo. También hay muchos casos, de mujeres sobre todo, a las que les gustaría 'mandar' de otra forma pero tienen que asumir el rol del líder clásico autoritario para encajar en las reuniones de su empresa. O se tienen que volver muy burocráticas porque esa es la manera de hacer las cosas en su compañía. Entonces un empleado le pide un día libre y le hace rellenar un papel con una solicitud para enviarla al departamento de no sé qué. Y eso genera malestar, empiezan a decir que 'Fulanita se ha vuelto una mandona'. Y no, no se ha vuelto una mandona, simplemente su puesto le exige actuar así». Así que lo ideal, advierte Elisa Sánchez, es que en la empresa haya «protocolos para prevenir y resolver conflictos, o mediadores que intervengan».

– Normalmente la cosa no pasa del reproche. Uno muy habitual entre compañeros es decir de alguien que es «un trepa».

– Es más frecuente en organizaciones muy competitivas, en áreas comerciales, en empresas familiares o con una dirección muy personalista, donde hay que agradar para promocionar. Se pueden analizar desde un punto de vista psicológico los factores de la personalidad de estos trepas. Por ejemplo, tienden a estar muy orientados a resultados, el fin justifica los medios, son competitivos y pueden utilizar estilos 'yo gano, tú pierdes', siendo lo importante que yo gane, claro. Anhelan la deseabilidad social y, en muchos casos, tienen asociada su autoestima a lo que consiguen, es decir, 'soy lo que tengo'. Por otro lado, suelen ser personas que cumplen con sus tareas y los plazos previstos. Siempre que no sean de esos que se cuelgan las medallas de los demás, claro. Porque en este grupo también hay quien no se esfuerza lo suficiente o no tiene las capacidades o el talento y se aprovecha de los logros de otras personas para atribuirse los éxitos como si fueran propios.

– También se escuchan quejas por lo contrario, porque alguien es «un vago».

– En este caso puede tratarse de personas que están pasando por alguna situación difícil o que no están motivadas en su trabajo porque han tenido conflictos previos que no han resuelto adecuadamente. Este tipo de conductas suele ser más habitual que la del trepa, pero no son perfiles tan antagónicos como parece, los dos son egoístas y van a lo suyo: el trepa, a ascender; el vago, a no hacer nada. El más dañino emocionalmente es el trepa, ya que el vago te sobrecarga de trabajo, pero es pasivo, mientras que el otro suele ser agresivo.

Sean estas u otras causas las que originan el desencuentro, la experiencia le dice a Elisa Sánchez que una situación así en el trabajo amarga «lo que la persona se deje amargar». «Una recomendación es no tomarlo como algo personal, porque seguramente no lo es. Suele tratarse de un patrón de conducta general».

Pena de cárcel

Que puede derivar en un caso de 'mobbing'. Un delito recogido en el artículo 173 del Código Penal que acarrea «una pena de prisión de seis meses a dos años» a quienes «en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima».

El 'mobbing' empezó a investigarse en los años 90 y un informe del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo recoge la definición que de ello hizo Heinz Leymann, un psicólogo alemán y el pionero investigador del acoso laboral: «El 'mobbing' se refiere a la violencia psicológica extrema que se ejerce de forma sistemática, al menos una vez por semana y durante más de seis meses, sobre otra persona en el lugar de trabajo». ¿Y cómo se llega a eso? Pues a veces sin darnos casi cuenta. «El origen suele hallarse en algún conflicto interpersonal que no se resolvió y se ha cronificado», advierte David González Trijueque en su tesis 'El acoso psicológico en el lugar de trabajo: epidemiología, variables psicosociales y repercusiones forenses' (Universidad Complutense de Madrid).

En su trabajo, González Trijueque cifra en un 47,2% los casos de 'bossing', esto es, acoso de un jefe a un empleado. El doble de frecuente que el 'acoso horizontal', es decir, entre compañeros –también contabiliza un 9,1% de casos de acoso 'ascendente', de un empleado hacia el jefe–. «El acoso horizontal se suele alargar mucho en el tiempo. Cuando te acosa tu jefe, te vas de ese puesto o de esa empresa en cuanto puedes, pero cuando es un compañero es más difícil de gestionar», advierte Elisa Sánchez.

El caso d Paula

«Me manda poner el altavoz del teléfono para oír lo que digo»

«Llevo catorce años trabajando en una fundación social y nunca he tenido un roce con ninguno de mis compañeros. Hace dos años dos chicas cogieron la baja y tuve que asumir la coordinación del proyecto que llevaban ellas. Como no podía hacerlo sola, contrataron a la mujer de un compañero. A todos nos pareció bien. Tenía 50 años y se acababa de quedar sin trabajo, así que ¿qué mejor que ayudar a alguien conocido? Al principio entró muy suave, muy dulce, pero enseguida empezaron los problemas. La política de mi empresa es que a las reuniones con el subdirector solo vamos los coordinadores de cada departamento, en este caso yo. Ella considera que debe acudir también y empieza a enfadarse, a gritar... En dos ocasiones ha pillado una rabieta y se ha marchado llorando del despacho. En su anterior puesto esta mujer era jefa, llevaba a un equipo de personas y se ve que estaba acostumbrada a mandar. Entonces llega aquí y no acepta que ya no es jefa de nada. Yo tampoco me considero jefa, ¡ni de mi casa!, pero soy la coordinadora del departamento. Enseguida se demuestra una persona desconfiada. Cada vez que llamo por teléfono a alguna compañera de trabajo, aunque sea para comentar un tema personal, el colegio de los niños o lo que sea, me dice que ponga el altavoz, cree que si no lo hago le oculto información. Ha estado hasta espiando detrás de la puerta, tiene cosas de patio de colegio. A mí todo esto me ha generado mucha ansiedad, es pensar que le tengo que mandar hacer algo y me entran los nervios, así que muchas veces acabo haciendo yo tareas que le corresponden a ella solo por no pedírselo. Yo al principio no dormía, era pensar en volver al trabajo tras las vacaciones de Navidad y ponerme mala, me llevaba la salud, y mi pareja hasta me decía que dejara el trabajo. El marido de esta mujer, con el que yo siempre me había llevado estupendamente, ha dejado de hablarme porque cree que no la dejo progresar. Así que nos sentamos a medio metro pero solo nos decimos hola y adiós. Tras las vacaciones he hecho un esfuerzo por 'templar' la cosa y le he preguntado qué tal el verano. Es de lo poco que hemos hablado en tiempo...».

La experta aconseja a Paula:

«El problema de la mujer con la que Paula tiene el conflicto es que está descolocada. No ha asumido su nuevo rol en la empresa y eso le lleva a conductas inmaduras e irrespetuosas. Tiene que hacer el 'duelo' de su anterior puesto de trabajo, donde era jefa. Decir que quiere ir a las reuniones de la subdirección es solo la punta del iceberg de su problema. Ella tiene una necesidad de reconocimiento y no asume su nuevo papel, no admite que ella no es la coordinadora. Paula debe transmitirle que la valora y reconoce su trabajo, pero dejarle claro que quien coordina el proyecto es ella. Que le informará de cualquier cosa que se aborde en las reuniones pero que no puede ir. Que eso no significa que la excluya ni que no la vea capacitada, sino que es un aspecto funcional de la empresa. Es un conflicto con mala pinta que requeriría de la mediación de una tercera persona», opina la psicóloga Elisa Sánchez.

«Dos compañeros quieren agosto libre, ¿cómo repartir?»

«Un clásico de los conflictos en el trabajo son los turnos o el reparto de vacaciones», comenta la psicóloga Elisa Sánchez. Y nos plantea una situación cotidiana a modo de 'acertijo', para hacernos pensar... «Imaginemos que dos personas quieren las vacaciones en agosto, a la vez, pero no puede ser. El jefe debe tomar una decisión. ¿Cuál?»

– Lo justo sería mitad del mes para cada una ¿no?

– Eso resuelve el problema, sí. Es justo, sí. Pero ¿satisface a alguna de las dos personas? No, a ninguna. Es como el experimento de la naranja: dos personas quieren la misma naranja. ¿Qué hacemos? La partimos por la mitad, ¿no? Pero ninguna se queda contenta. ¿Por qué? Porque una quería la naranja para hacer zumo y, por tanto, solo necesitaba los gajos, y la otra la quería para hacer un bizcocho y solo necesitaba la corteza para la ralladura. Si les hubiésemos preguntado para qué querían la naranja, habríamos podido repartirla de manera más satisfactoria: para una la peladura y para la otra el interior. Pero optamos por la opción 'a priori' más equitativa, que era la equivocada en este caso.

– ¿Qué hacemos entonces con los compañeros que 'peleaban' por tener ambos libre agosto?

– Preguntemos para qué quieren agosto. Uno te dice que solo coincide ese mes con la mujer y el otro que tiene la boda de su hermano. Sabiendo esto, probablemente el que coincide con la mujer le ceda gustoso una semana al compañero para que acuda a la boda, quizá incluso negocien luego las vacaciones de Navidad de manera más favorable para el segundo. ¿Qué habría pasado en caso de repartir quince días para cada uno? Que al que coincidía con la mujer le iban a parecer cortos y el que se iba de boda se iba a encontrar con días sobrantes a los que no le habría importado renunciar. Habría sido un reparto equitativo, sí, pero insatisfactorio para ambos. Y ese malestar podría cronificarse y hacer que estallara el conflicto cada vez que se acercara el reparto de las vacaciones.

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