TITULO:
Viva la vida - Diego Urdiales Hernández ,. - ,.SABADO -16- Enero,.
El sabado -16- Enero a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Diego Urdiales Hernández,.
Diego Urdiales
Diego Urdiales | ||
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Diego Urdiales | ||
Información personal | ||
Nombre completo | Diego Urdiales Hernández | |
Nacimiento |
31 de mayo de 1975 (45 años) España Arnedo, La Rioja | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Cónyuge | Marta Tomás (2003-) | |
Hijos | Claudia (2008-) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Torero | |
Alternativa |
En Dax (Francia), el 15 de agosto de 1999. Padrino: Paco Ojeda Testigo: Manuel Díaz "El Cordobés" | |
Confirmación de alternativa | 8 de julio de 2001 | |
Apoderado |
David Iglesias (1996-2006)1 Javier Martínez "Chopera" (noviembre de 2007-????)2 Luis Miguel Villalpando (2008-octubre de 2011)3 Santiago López (noviembre de 2011-) | |
Web | ||
Sitio web | ||
Diego Urdiales Hernández (n. Arnedo, La Rioja; 31 de mayo de 1975) es un torero español.
Biografía
Urdiales se formó en la escuela taurina de Arnedo desde los 11 años. Debutó ante el público el día de San José de 1988 en la plaza de toros de su ciudad, en la misma en la que meses más tarde, el 2 de octubre vestía de luces por vez primera. Debutó con picadores el 21 de marzo de 1992, también en la plaza de su pueblo. De ahí al año 1998 en el que ganó el premio Zapato de Oro, alternó temporadas con escasas apariciones y otras en torno a la veintena de festejos.4
El 16 de agosto de ese mismo año tomó la alternativa en Dax (Francia) de manos del maestro Paco Ojeda y siendo testigo Manuel Díaz "El Cordobés", con toros de Puerta Hermanos.5 Los siguientes años contó buenas actuaciones en su Rioja natal, sobre todo en el coso de La Manzanera, pero no logró aparecer en los carteles de las principales ferias.
Confirmó la alternativa en la plaza de Las Ventas, el 8 de julio de 2001, con una corrida de Guardiola Dominguez, teniendo como compañeros de terna a Frascuelo y "El Madrileño".
Sus actuaciones más destacadas han tenido lugar en Logroño, en el nuevo coso de La Ribera. Recibió el primer trofeo de la plaza, en un festejo junto a El Juli y Enrique Ponce, el 21 de septiembre de 2001 con toros de José Luis Marca.5 El 21 de septiembre de 2007 torea el primer toro indultado en La Ribera, "Molinito" de la ganadería de Victorino Martín.6 Esto le abrió las puertas de algunas de las ferias más importantes del país, toreando en las ferias de Bilbao o San Sebastián, además de una buena actuación en la Feria de San Isidro el 13 de mayo de 2008, donde cortó una oreja a un toro de Carmen Segovia.7
El 20 de marzo de 2010 inauguró la nueva plaza de toros de su ciudad, el Arnedo Arena, con toros de El Pilar, junto a José Tomás y Julio Aparicio, cortando tres orejas y saliendo a hombros.8
El 12 de abril de 2010 debutó en la Maestranza de Sevilla, ante astados del Conde de La Maza, consiguiendo una vuelta al ruedo., etc,.
TITULO: VIVA LA VIDA - Fabián Picardo , DOMINGO -17- Enero.
El domingo -17- Enero a las 16:00 por Telecinco , foto.
Fabián Picardo,.
Fabián Picardo, el llanito con más cintura de la Roca,.
El Ministro Principal de Gibraltar, nieto de una republicana española e hincha del Liverpool, ha sorteado un Brexit duro y entrado en Schengen. Los británicos que le visiten deberán llevar pasaporte,.
Fabián Picardo, Ministro Principal de Gibraltar, es junto a la titular española de Exteriores, Arancha González Laya, el muñidor de un acuerdo que parecía tenerlo todo en contra, más aún desde que el Gobierno de Boris Johnson rechazara, tajante, la propuesta de Bruselas de que Irlanda del Norte permaneciera en la unión aduanera «porque eso quebraría la integridad de Reino Unido». No ha ocurrido lo mismo con el Peñón, que hasta ahora no había disfrutado de esa ventaja ni pertenecido al espacio Schengen. La decisión significa decir adiós a la verja, el símbolo que durante siglos ha presidido las relaciones con España, dos realidades distintas desde que el Tratado de Utrecht sancionó la colonia británica hace ya tres siglos.
La Roca -como la conocen los británicos-, donde la permanencia en la Unión Europea es la aspiración del 96% de su población, sale de este divorcio que se venía gestando desde 2016 mejor que como estaba. Una negociación, eso sí, dura, han reconocido sus protagonistas, centrada en no transgredir líneas rojas para Gibraltar, como son la soberanía o la jurisdicción; pero coronada por el éxito, con un Picardo atento a la letra pequeña del acuerdo -es abogado-, consciente de lo que se jugaban sus 34.000 vecinos.
El jefe del Gobierno de Gibraltar de Su majestad, partidario siempre de «ver el vaso medio lleno», decía estar seguro de que primaría el entendimiento entre ambas partes. Descartó desde un principio que se volviera a la situación de cierre de la verja, un fantasma del que nadie quería oír hablar en Gibraltar y que obligaba a explorar «todas las vías» para evitar obstáculos en un paso que cruzan al año 15 millones de personas y 50.000 camiones (todos los bienes de consumo llegan de fuera). «Como buen aficionado que soy del Liverpool, sé que los mejores goles llegan en el tiempo de descuento», dijo el líder llanito en declaraciones a la SER días antes de que se cerrara el acuerdo.
«Hemos luchado contrala marea de la historia. El acuerdo abre un arcoíris de oportunidades y de prosperidad compartida»
Y así ha sido. El 31 de diciembre, sobre la bocina y sin romper platos. Deshaciéndose en elogios hacia González Laya, «que ha mostrado una sensibilidad como nunca habíamos visto, mirando más allá de la eterna cuestión de la soberanía», lo que en España ha despertado alguna que otra voz crítica. «Hemos estado luchando contra la marea de la historia -dice Picardo-, pero con este acuerdo esperamos ver hecha realidad un área de prosperidad compartida para Gibraltar y toda la región que nos rodea. El nuevo comienzo de algo que, esperamos, dure siglos».
Un «arcoíris de oportunidades», calificó, que no estará libre de roces. El primero no se ha hecho esperar tras manifestar la ministra de Exteriores que España tendrá «la última palabra» sobre quién entra en la colonia británica (los controles del puerto y el aeropuerto se realizarán durante un periodo de transición de cuatro años bajo supervisión de la agencia europea Frontex, del que nuestro país es su representante más próximo). «Sólo Gibraltar decide quién entra en Gibraltar y ningún agente español realizará controles de ningún tipo. Esta es nuestra tierra», se revolvía Picardo desde Twitter.
Desbordado por el Covid
El 'Honorable' -tratamiento que establece el protocolo para el Ministro Principal- sale reforzado de un acuerdo que llevaba cocinándose desde el primer trimestre de 2020. «Obstaculizar la movilidad de las personas no puede convertirse en la nueva normalidad». Una movilidad «que tanto peso tiene en las relaciones laborales, comerciales y en el bienestar de todos», coinciden desde la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar. Su presidente, Juan Lozano, define a Picardo como «alguien dialogante y con intereses comunes. Resulta fácil llevarse bien con él, nos hemos tomado alguna cerveza juntos... y no será la última».
Fabián Picardo (Gibraltar, 1972), sexto Ministro Principal que tiene la colonia, es nieto de una republicana española que con 17 años, al término de la Guerra Civil, buscó refugió a la sombra del Peñón y se casó con un llanito. Tras cursar sus estudios secundarios en su ciudad, se benefició de la política de becas universitarias de Reino Unido y estudió Derecho en el Oriel College de Oxford, una época en la que descubrió lo distinto que era de ingleses, irlandeses o escoceses «pese a sentirme tan británico como ellos». De vuelta al Estrecho, entró a trabajar en el bufete de Joshua Hassan, dedicándose al principio a cuestiones relacionadas con los Derechos Humanos, para ejercer después como abogado comercial.
Casado con Justine Olivero y padre de tres hijos, a Fabián le atrajeron los cantos de sirena de la política desde muy temprano, siendo uno de los fundadores del Partido Nacional de Gibraltar cuando todavía era estudiante. No sería hasta 2003 cuando ingresó en el Partido Socialista Laborista de Gibraltar (GSLP), liderado por Joe Bossano, que le precedió como Ministro Principal entre 1988 y 1996. Desde el principio fue su delfín. Alababa de él «sus raíces de clase trabajadora, aunque haya accedido a una educación superior, prosperado y vivido en un mundo muy distinto al de sus antepasados. Tiene el mismo ardor que demostró su abuela instigando a los trabajadores en la lucha por sus derechos. Lo lleva en su código genético», decía Bossano con orgullo. En 2011 destronó a Peter Caruana y suma ya tres mandatos.
No le faltarán desafíos. Superado el escollo del Brexit, se enfrenta ahora al avance imparable del Covid, cuya variante británica está causando estragos en el Peñón con una incidencia catorce veces superior a la de Andalucía (2.000 casos por cada 100.000 habitantes), lo que ha obligado a confinar a su población y a la Junta, a cerrar 8 de las localidades más próximas. La vacuna no llegará hasta dentro de una semana y Picardo es de los que prefiere pecar por exceso. «La orden es quedarse en casa, no nos lo tomemos a la ligera». Firme como una roca.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Blas Infante y el campo andaluz: jornaleros y propietarios,.
El martes -12- Enero por La 2 a las 21:30, foto,.
Blas Infante y el campo andaluz: jornaleros y propietarios,.
Desde sus inicios en la actividad política, Blas Infante (1) manifiesta una gran preocupación por el mundo campesino andaluz. En su intervención en el I Congreso Georgista Hispano-Americano, en Ronda, el 27 de mayo de 1913, que marca el arranque de su vida pública, y en relación con el problema de la tierra en Andalucía, afirmará: “La tierra más fértil de España está cerrada al trabajo”; y fijará como objetivo a alcanzar: “La libertad de la tierra, base necesaria de la libertad de los hombres”; por ello, “ha llegado la hora de que el hombre se emancipe del yugo del hombre” (2) . Retomará esta cuestión, como núcleo central de su proyecto para Andalucía, en su primera obra importante, Ideal Andaluz, aparecida en 1915. En ella, señalará que Andalucía es un mundo agrícola, con predominio mayoritario de la clase jornalera; que la tierra de Andalucía está dividida “entre muy pocos señores”, con una gran acumulación de la propie- dad, lo que originará una tensa polarización social; que hay que crear una clase media, “que no existe en la sociedad andaluza” . (3)
Por su parte, el movimiento andalucista, en su mismo comienzo, asumirá el georgismo y sus planteamientos sobre la cuestión de la tierra como base doctri- nal de sus propuestas económicas para Andalucía . Se ha señalado que el (4) georgismo tuvo una amplia influencia en medios españoles y que contribuyó sustancialmente al creciente clamor campesino por la tierra, en especial en Andalucía (5) . En éste sentido, los georgistas andaluces centraron su pensamien- 5 to en dos ideas básicas: 1) “la propiedad de la tierra (...) es la causa del des- equilibrio del progreso”; 2) “todo lo que el hombre produzca con su esfuerzo (...) pertenece al individuo en toda su integridad”.
En definitiva, el georgismo fue impregnando sólidamente el ideario econó- mico andalucista, base fundamental de su proyecto político. Y Blas Infante, desde 1913, dejará constancia de su georgismo militante, sustento teórico de su re- flexión sobre el tema de la tierra, cuestión crucial en Andalucía y preocupación esencial del andalucismo (6).
BLAS INFANTE, EL ANDALUCISMO Y LA CUESTIÓN AGRARIA EN ANDALUCÍA.
Como antes se apuntaba, la “cuestión agraria” andaluza está en la médula del pensamiento de Blas Infante y de los planteamientos del andalucismo. El andalucista R.Ochoa lo expresa de la siguiente manera: “La cuestión agraria es la carne de nuestro programa” . Entienden que el problema de fondo, raiz de 7 todos los males, es la presencia mayoritaria de jornaleros sin tierra, la existencia de una minoría de grandes propietarios y la carencia de una clase media campesina.
Se dibuja así la realidad profunda del mundo agrario de Andalucía. De un lado: “El pueblo de los distritos, en su inmensa mayoría, está constituído por jornaleros”. De otro: “el suelo de Andalucía está dividido entre muy pocos señores, mientras que ningún derecho ostenta sobre él la inmensa mayoría de los andaluces”. Finalmente: hay que crear una clase media campesina “constituída por los que son poseedores de la tierra en cantidad bastante para satisfacer cómodamente sus atenciones, por la aplicación permanente sobre la misma del esfuerzo propio”. En conclusión: “Lo que determina la imposibilidad de la redención del jornalero, de su conversión en individuo de la clase media campesina, y mantiene inculto el solar andaluz, es la acumulación de esa denominada propiedad de la tierra y el régimen que la hace subsistir”, que atribuye “al propietario un absoluto poder sobre extensiones de terreno que constituyen la base de la existencia de muchos individuos y familias, poniendo así, a merced del primero, la vida y muerte del segundo” (8) .
Así pues, preocupación primordial de Blas Infante y de los andalucistas es la situación del campo y de los campesinos andaluces. Las soluciones que, desde el principio, aportan provienen del georgismo: ruptura de la propiedad privada, distinguiendo entre propiedad y posesión, mediante el impuesto único sobre el valor social del suelo. Ello dará como resultado el crecimiento de la producción y de los salarios y el descenso de los precios, así como el nacimien- to de una amplia clase media rural. Esta es la reforma agraria desde la óptica del programa andalucista (9).
La dramática realidad agraria andaluza arriba a sus más altas cotas de tensión en 1918-1920, el denominado “trienio bolchevique” (10) . En ésta fase, 1919 es un año clave. Una serie de trabajos publicados en el diario madrileño El Sol, así como análisis aparecidos en otros periódicos, expondrán las causas del malestar campesino en Andalucía. Aportarán ejemplos sobre la concentración de la propiedad y sobre la permanencia de terrenos “incultos o insuficientemen- te cultivados”; ofrecerán datos sobre los salarios de hambre y las penosas, a veces inhumanas, condiciones de trabajo, cuando lo hay; mostrarán que el ab- sentismo y el subarriendo son males que, desde muy lejanos tiempos, minan la economía agraria andaluza (11)
El ingeniero agrónomo Pascual Carrión, hombre estrechamente vinculado a Blas Infante y a los andalucistas, y uno de los redactores de su programa agrario, esboza en una serie de trabajos, aparecidos en 1919, un apretado panorama sobre las tierras incultas y la concentración de la propiedad en Andalucía. En cuanto a las tierras incultas, solo en Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz, las provincias más ricas agrícolamente y las más afectadas por el problema social agrario, según sus estimaciones quedaban sin dar cosecha todos los años unas 600.000 Has., de las que 400.000 podrían utilizarse por ser buenas tierras. Los terrenos incultos en las otras cuatro provincias sumaban 1.700.000 Has., de las que eran susceptibles de cultivo unas 500.000. Aunque, de éstas, 100.000 se destinaran al barbecho, habría un total de 800.000 Has. cultivadas más que en el momento (1919). Sembradas de trigo, calcula Carrión que podrían proporcio- nar, a un promedio de 10 Qm./Ha., una cosecha de 8 millones de Qm., que, a 48 pts. por Qm., equivaldrían a 384 millones de pts. anuales (12).
Panorama igualmente dramático ofrecía la concentración de la propiedad. En Sevilla, más de la mitad de la provincia estaba en poder de unos 900 propie- tarios, alguno de los cuales poseía de 25 a 30.000 Has. Uníase a ello que los toros de lidia ocupaban 49.000 Has., de las que unas 25.000 eran susceptibles de dar buenos frutos. Por contra, había unos 80.000 campesinos sin tierra. En Córdoba, un 60% de su superficie la ocupaban fincas mayores de 100 Has. y, entre ellas, las superiores a 500 Has. sumaban 394.000 Has., encontrándose todo este terreno en manos de 173 propietarios. En Cádiz, 69.000 campesinos no tenían tierra ninguna; en cambio, en Jerez, 19 terratenientes poseían más de 44.000 Has., y todo el término de Castellar de la Frontera, 17.000 Has., estaba en manos de un solo propietario (13).
Y concluye P.Carrión: “el panorama andaluz no es un problema de orden público, ni tampoco exclusivamentte de paz social, sino que es un problema más hondo, es de reconquista de un pedazo de nuestro suelo que en su mayor parte se encuentra en poder de unos cuantos señores que dificultan su normal desarrollo e impiden, quizá inconscientemente, que alcance la prosperidad que por sus condiciones naturales le corresponde” (14).
Por su parte, Blas Infante, en este mismo 1919, en una serie de cuatro artículos publicados en El Sol, y desde una perspectiva histórica de Andalucía, ofrece su análisis de los males y remedios posibles para el campo andaluz (15) . En su primer artículo, Infante reflexiona sobre la historia andaluza y la superficial visión que sobre la misma se tiene en España. Al abordar la cuestión agraria señala que, en el XIX, la desamortización y el caciquismo aumentaron la acu- mulación de tierras en pocas manos y convirtieron a los campesinos en jornale- ros. Esta realidad propiciará el estallido de intermitentes revueltas. Se alcanza así el XX, con jornales de miseria y “clamor constante (...) de trabajo y pan”.
Su segundo artículo se enfrenta con “el problema actual”, presentando un panorama de la situación campesina, con las tensiones propietarios-jornaleros y la equivocada política gubernamental, basada en la pura represión. El tercer artículo, cuyo texto se reproduce aquí, es un inventario de problemas del cam- po andaluz, a partir de la existencia de “feudos” y de la dicotomía señores- jornaleros. El balance sucinto es que más del 70% de la población rural andalu- za son campesinos sin tierra y, en contraste, hay una gran abundancia de tie- rras sin cultivar. Finalmente, en el cuarto artículo, se centra en la presencia de latifundios, el régimen de propiedad y los males del subarriendo. Resume en él los principales problemas del campo andaluz: la desequilibrada distribución de la propiedad de la tierra; sus efectos dramáticos sobre la agricultura y la vida social de Andalucía; el consiguiente paro y la situación desesperada de los jornaleros.
En suma, Blas Infante, desde una inicial reflexión histórica, se adentra en el proceso de acumulación de tierras en Andalucía en pocas manos y el desarro- llo de una mayoritaria clase jornalera. Se conforma de esta manera la chirriante estructura del campo andaluz: despliegue de la gran propiedad y el latifundio (16) ; miserable situación de los jornaleros, con salarios de hambre, escasez de tra- bajo y abundante presencia del paro (17) ; implantación del caciquismo como mecanismo de control de la oligarquía sobre las tierras y los hombres de Andalucía (18) . Colofón final, las espasmódicas agitaciones campesinas (19) .
Éste es el cuadro inmisericorde del mundo agrario andaluz. Los problemas estructurales afloran con virulencia en las coyunturas críticas. No se trata, como ya apuntaba P.Carrión, de una “cuestión social”, sino de una “problemática agrí- cola”. Expresado de otra manera: ésta segunda generaba la primera, confor- mando entre ambas lo que en la época se caracterizó como “la cuestión agraria andaluza”. Jornaleros, grandes propietarios y latifundios, sustentados por una sociedad oligárquica y caciquil, fueron las piezas sustanciales que configura- ron, entonces y por mucho tiempo, el dramático entramado de la realidad agrí- cola en Andalucía.
JORNALEROS Y PROPIETARIOS. UNA SOCIEDAD DESEQUILIBRADA Y TENSA.
Los textos que se recogen, reproducidos ambos en la Revista Andalucía (20) , constituyen un preciso análisis de los dos grupos estructurantes de la realidad social agraria andaluza, las dos fuerzas de su economía agrícola y los ejes de tensión de la conflictividad campesina. Configuran, de esta manera, los dos polos de articulación de la dual sociedad rural andaluza: por un lado, la inmen- sa base jornalera, los “dominados”; por otro, la reducida cúspide de propieta- rios, los “dominantes”. La existencia de esta estructura dicotómica es, para Blas Infante y los andalucistas, la causa fundamental de todos los males que aque- jan a la agricultura andaluza.
En primer lugar “El jornalero andaluz” (21) . Se trata de un texto clásico en los escritos de Blas Infante. Las citas de autores y de datos de la Información del Instituto de Reformas Sociales muestran la gran preocupación de Infante por el problema del jornalero andaluz; su dramático retrato del mismo nos manifiesta su conocimiento directo del mundo jornalero. Quizás nadie, en tan breves pági- nas, ha sido capaz de transcribir, con tal precisión, su desgraciada vida. Desta- ca Infante que “la inmensa mayoría del pueblo andaluz” la conforman los jorna- leros, y que no hay, “por lo mísera, situación a la de éste comparable”. La exis- tencia jornalera en Andalucía es la más atrasada del país: “la última, la más espantosa de todas las situaciones, es la de los jornaleros andaluces”. Los datos de jornales que aporta constatan esta dura realidad. Por todo ello, el texto constituye una fuente esencial para conocer los medios y las formas de vida de este grupo social, en una coyuntura decisiva de la historia andaluza.
De otro lado, “Andalucía. Aspectos de la actualidad. Lo que verá en Anda- lucía un Ministro de Fomento. Los feudos y los señores” (22) . Es, en este caso, un crítico alegato sobre la estructura de la propiedad en Andalucía. Es el tiempo del “trienio bolchevique”. El mundo rural andaluz, en particular el cordobés, está convulso. La conflictividad campesina constituye una tensa confrontación con el poder oligárquico, en medio de una España en crisis. Como escribe Infante: “Andalucía jornalera siente en su seno agitarse una vida nueva de justicia reivindicativa”.
Dice Infante que “la actualidad manda” y que hay que referirse a ella, más que con ideas, con la dureza de los datos y los hechos. Al respecto, constata dos realidades fundamentales. Una, la existencia de los feudos andaluces, con referencias a grandes propiedades presentes por toda Andalucía, lo que mues- tra la amplia implantación del latifundio. Otra, el régimen de los feudos y sus consecuencias, destacando el dominio absoluto de los señores sobre los cam- pesinos, cuyas consecuencias son: más del 70% de la población andaluza de los distritos rurales son campesinos sin tierras; quedan grandes extensiones de tierra sin cultivar; fuerte presencia del arriendo y del subarriendo, lo que, en éste último caso, significa una especulación depredadora, que roba al cultiva- dor y esquilma la tierra; conexión grandes propietarios-caciques, que favorece la ocultación fiscal de la propiedad; tierras fértiles se sustraen al trabajo.
En suma, los textos recogidos presentan las dos caras contrarias - anverso y reverso - y confrontadas de la realidad social agraria andaluza. Como paisaje de fondo emergen los problemas profundos del campo andaluz, que, en buena medida, explican el atraso y el tradicionalismo de su agricultura en estos años decisivos del primer cuarto del siglo XX.
El jornalero andaluz*
Aseguro a V. E ., escribía al conde de Aranda el ilustre Campomanes, el que no ha logrado ser sustituido después, como dice Costa, por los seguidores de bandas políticas; aseguro a V.E. que al considerar la situación del jornalero acuden a mis ojos las lágrimas. Cuando a sí se expresaba el gran Campomanes, ganaba el jornalero cinco reales. Y desde entonces ha transcurrido cerca de siglo y medio. Las subsistencias han encarecido grandemente. El jornal no ha aumentado.
Yo tengo clavada en laconciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales; he presenciado cómo son repartidos entre los vec inos acomodados, para que éstos les otorguen una limosna de trabajo, tan sólo por fueros de caridad; los he contemplado en los cortijos, desarrollando una vida que se confunde con la de las bestias; les he visto dormir hacinados en las sucias gañanías, comer el negro pan de los esclavos, esponjado en el gazpacho maloliente, y servido, como a manadas de siervos, en el dornillo común; trabajar de sol a sol, empapados por la lluvia en el invierno, caldeados en la siega por los ardores de la canícula, y he sentido indignación al ver que sus mu jeres se deforman consumidas por la miseria en las rudas faenas del campo; al contemplar cómo sus hijos perecen faltos de higiene y de pan; cómo sus inteligencias pierden, atrofiadas por la vir tud de una bárbara pedagogía, que tiene un templo digno en escuelas como cuadras o permaneciendo totalmente incultas, requerida toda la actividad, desde la más tierna niñez, por el cuidado de la propia subsistencia, al conocer todas, absolutamente todas, las estrecheces y miserias de sus hogares desojados. Y, después, he sentido vergüenza al leer en escritores extranjeros que el escándalo de su existencia miserable ha traspasado las fronteras para vergüenza de España y de Andalucía . *. Blas Infante, Ideal Andaluz. Sevilla. Arévalo, 1915; Reed. Sevilla. Junta de Andalucía, 1982, pp. 86-92; reproducido en Andalucía, nº 4, septiembre de 1916, pp. 4-5.
Dauzat (La misère en Espagne, artículo en La Revue, núm. 20, 1913) describe la vida del jornalero, tomando de la realidad sus tintes sombríos, y cita, para resumir el estado miserable del campesino andaluz, la ya célebre frase de Mr. Malhall (en su libro Progresos of the World) “no hay situación en el mundo a la suya comparable”. Angel Marvaud (L’ Espagne au XX siècle) y H. Loriu (artículo en Revue de deux Mondes, Octubre de 1913) nos habla también, compasivamente el primero, “de la masa considerable de campesinos, los cuales no tienen más capital que sus brazos ni otra retribución que su salario miserable...” y el segundo “de las grandes masas de jornaleros sin protección alguna, sometidos a merced de los propietarios de la tierra”.
Y lo peor es que con relación a estos hechos evidentes no podemos consolarnos autogestionándonos con la idea de que son las anteriores declaraciones producto del empeño que los extranjeros muestran en exagerar nuestros males para conseguir desacreditarnos; cosa frecuente en España y frente a la cual Mr. Dauzat viene a asegurar es el que le inspira un sentimiento piadoso, provocado por nuestra incapacidad para redimirnos de nuestras tremendas desgracias. El hecho está vivo. La inmensa mayoría del pueblo andaluz está constituida por esas grandes masas de que nos hablan los escritores citados. Y todos los andaluces, con sólo querer observar, podemos convencernos de que no hay, por lo mísera, situación a la de éste comparable. Las más crueles desc ripciones alcanzarán, a lo sumo, a bosquejarnos lo que todos hemos podido y podemos ver. En un informe oficial consta acreditado el dich o del referido escritor inglés, cuyo texto cita la Comisión de Reformas Sociales, evacuando una consulta hecha por el Ministerio de la Gobernación (inserta en el Resumen de la Información a cerca de los obreros agrícolas en las provincias de Andalucía y Extremadura, publ. del Instituto de Reformas Sociales). “En general, dice dicha consulta, la situación del obrero español ha sido considerada como la más desventajosa de todos los obreros de las grandes naciones. Mientras en los Estados Unidos las necesidades de su vida nutritiva le distra en el 21 por 100, en España le consumen 67 p o r 100 del salario. Si se compara la situación de los obreros agrícolas con la de los industriales en nuestro propio país, es posible que demostrasen otras desventajas de los primeros. Si se comparase, en fin, la situación de los obreros agrícolas de Andalucía y Extremadura con la de otras regiones de la Península, se aparecerían seguramente diferencias muy significativas”. Es decir, que está oficialmente demostrado que la última, la más espantosa de todas las situaciones, es la de los jornaleros andaluces. Considerénse ahora los detalles de esta comprobac ión. Me circunscribo únicamente a los datos oficiales y prescindo de los adquiridos por la propia observación, los cuales pudieran parecer exagerados. Alcanzan los jornales más frecuentes (según la cita da “Información”) en las provincias andaluzas, los pagados en metálico, a 1’50 pesetas en Almería, Huelva y Jaén; a 1’40 en las de Málaga, Córdoba y Sevilla ; a 1’80 en la de Cádiz, y a 1’10 en la de Granada; y los que se satisfacen parte en metálico y parte en alimentos (generalmente de horrible calidad), ascienden: en Almería y Cádiz, a 1’50; en Sevilla, a 1’60; en Córdoba, a 1’65; en Granada, 1’40; en Málaga, a 1’45; en Huelva, a 1’80; en Jaén, a 2. Estos son, como hemos dicho, los jornales calificados en la “Información” referida los más frecuentes. Advirtamos que en este orden ha y jornales m nimos, y, por tanto, que existe cabeza de familia que gana ¡ 35 céntimos! (en algunos lugares de Almería). Considérese, a demás, que en los lugares donde el jornal se percibe parte en dinero y parte en alimentos, llégase a pagar hasta el 60 po r 100 en especie (como sucede en algunos pueblos de Sevilla y Málaga); que existe una proporción respetable de braceros (el 10 por 100 en la últimamente citada provincia) cuyo jornal (incluyendo metálico y especie) no llega a una peseta; que este mísero salario deja de cobrarse en las frecuentes holganzas por fiesta o falta de trabajo; que hay períodos en el transcurso delos inviernos, y en algunos pueblos en primavera y otoño, durante los cuales, al ser los obreros del campo repartidos entre las personas pudientes, perciben el jornal de un modo incompleto; prolongándose dichos períodos, en que la dignidad del trabajo sucumbre humillada por una repugnante y forzada caridad, hasta tres meses, como ocurre en algunos municipios de Almería; que aun en provincias como esta última, en que el jornal frecuente es el de 1’50, esto no es general, existiendo un respetable número de jornaleros que no alcanzan dicho salario (el 18 por 100); consideremos detenidamente todas estas cifras, que nos dan la clave de las expresadas miserias de los campesinos andaluces, y ante la imposibilidad en que éstos se encuentran,.
TITULO: TARDE DE TOROS - Piden una estatua para El Soro,.
Piden una estatua para El Soro,.
foto / Profesionales taurinos valencianos, entre ellos el matador de toros Manuel Carrión y los banderilleros Luis Blázquez y José Manuel Montoliu, han presentado en el registro de entrada de la Diputación de Valencia una petición de reconocimiento de esa institución a la figura de El Soro con ocasión del cuadragésimo aniversario de su alternativa levantando para ello una escultura en la plaza de toros de Valencia. En apoyo a la petición se han adjuntado numerosas cartas de aval emitidas por diversas asociaciones y entidades.
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