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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - La violencia no terminará con el verano ,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - La violencia no terminará con el verano ,. , fotos,.
La violencia no terminará con el verano,.
Es imposible anticiparse si no se comprende bien lo que está ocurriendo, algo bien deseable, antes de que la situación se nos vaya de las manos,.
Ante las distintas expresiones de violencia y ataques a la autoridad que se han dado (y que se darán) en nuestras calles, solo caben el rechazo y la condena de la sociedad. Ni hubo, ni hay, ni habrá justificación para el uso de la violencia como medio para conseguir un fin, sea este cual sea. Vaya eso por delante.
Dicho esto, no tengo ni idea de las razones últimas de los altercados violentos que desde hace tiempo vienen produciéndose en diferentes puntos del país. Lo que sí tengo claro es que no se trata de simples expresiones de «hedonismo veraniego», como afirmó el consejero de Seguridad hace unos días. Confío en que esa no sea la principal hipótesis de trabajo de nuestros responsables institucionales. Tenemos, tienen, la obligación de ir más allá.
Como consecuencia de la grave crisis económico-financiera que sufrimos en la pasada década (y de la que aún mucha gente no se ha recuperado), colectivos como Juventud Sin Futuro o Democracia Real Ya empezaron a interpretar unos acordes que las élites económico-políticas no supieron entender: pedían impulsar alternativas económicas al actual modelo y regenerar la política.
Entonces, tuvimos la suerte de que la mayor parte de los movimientos de protesta confluyeron en las plazas de nuestro país, en torno al movimiento 15-M. Un movimiento que estalló con fuerza (y con limitadísimas expresiones de violencia) porque recogió el sentir de la mayor parte de la ciudadanía. Como recordarán, el 15-M pilló a contrapié a quienes estaban en las principales esferas de poder en nuestro país; tanto, que la derecha culpaba a la izquierda, mientras que la izquierda responsabilizaba a la derecha.
Con esta experiencia tan reciente, y más aún habiendo en nuestras instituciones muchos representantes que la vivieron en primera persona, deberían ser capaces de analizar bien el contexto en el que se está produciendo la violencia hoy. Es imposible anticiparse si no se comprende bien lo que está ocurriendo, algo bien deseable, antes de que la situación se nos vaya de las manos.
Y grosso modo, este es el contexto. Según las entidades con más autoridad en la materia, una de cada cuatro personas en España está en riesgo de exclusión social, con especial afección en la gente joven y la infancia. Casi cuatro de cada diez jóvenes se encuentran en paro, y quienes están trabajando lo hacen en unas condiciones de precariedad que se están volviendo endémicas en nuestro mercado laboral. Entre otros muchos, los precios del gas y de la electricidad para las viviendas que la juventud no se puede permitir están por las nubes. El crecimiento de la crisis de la representación y el desprestigio de los principales protagonistas de la democracia, los partidos, parecen no tener límite. Todo ello provoca que la esperanza en un futuro mejor vaya difuminándose. Si a este contexto le añadimos la convicción arraigada entre nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) según la cual la pandemia ha venido acompañada de excesivas limitaciones a nuestra libertad individual, confluyen todos los elementos para que se produzca una tormenta perfecta.
Una de cada cuatro personas en España está en riesgo de exclusión social
Este contexto no justifica el uso de la violencia, en modo alguno. Dudo, además, de que muchas de las personas que ejercen la violencia hoy conozcan la realidad que vive nuestra juventud en su conjunto. Sin embargo, el problema podría venir de la mano de las muchas y muchos jóvenes que se están comportando y que no participan de estos métodos, pero que podrían empezar a encontrar un sentido a la protesta.
Tras la indignación inicial y más allá de las tentaciones rupturistas que anidan en los extremos de todo movimiento, el 15-M tuvo un espíritu positivo, constructivo. Se plantearon alternativas en clave de reforma del sistema político y económico, de ahí el inmenso caudal de confianza ciudadana que obtuvo. Y aunque diez años después no se han cumplido las expectativas del movimiento, sí podemos afirmar que tuvimos la suerte como país de tener un 15-M.
Lo que hoy ocurre nada tiene que ver con lo acontecido la pasada década. Pero las repercusiones económico-sociales de la pandemia están cortadas por el mismo patrón que las de la crisis anterior. El resumen es que el 1% más rico se enriquece aún más y organiza misiones espaciales de ocio, mientras que la bolsa de quienes lo están pasando mal no para de crecer.
Hay mucha madera, infinidad de chispas, y algunos oportunistas que no pierden ocasión de azuzarlas para que crezca la llama del descontento. Los principales agentes político-económicos del país no pueden confiar en que todo vuelva a acabar bien sin hacer ningún tipo de intervención anticipatoria. Porque esto no es «hedonismo veraniego» y no acabará con el verano. Veremos.
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Las rutas Capone - Salud y éxitos deportivos, peticiones del Villanovense en su ofrenda floral,.
Salud y éxitos deportivos, peticiones del Villanovense en su ofrenda floral,.
Los serones visitaron como es tradición la iglesia de la Asunción antes del arranque oficial de la temporada,.
Salud en lo deportivo, pero sobre todo en lo personal. Esa es la petición que plantilla, directiva y cuerpo técnico del Villanovense ha realizado en su tradicional ofrenda floral en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
«Mucha salud. La salud es algo que nos tiene que acompañar a todos, ya el trabajo y el sacrificio nos pondrá donde merezcamos», expresaba frente al altar el presidente del Villanovense, José María Tapia.
El encargado de dar voz a la plantilla fue, un año más, el capitán serón Ángel Pajuelo que reconoció su ilusión por imponer el ramo de flores a la Virgen. «Le pido que seamos una familia, que eso será primordial para conseguir los objetivos», afirmó Pajuelo.
También el párroco, Nicomedes Silos, dedicó unas palabras a los presentes con especial afecto para el joven Óscar Muñoz, villanovense que este año dará el salto a la categoría en el equipo de su localidad natal.
«Soy creyente y lo he hablado con Nico. Yo lo que le pediría, como hemos hablado en otros momentos, es salud para este mundo porque estamos pasando por un momento difícil con catástrofes, conflictos y la pandemia», explicaba a HOY el técnico Juanma Pavón. «En lo deportivo, la petición sería que el equipo se consolidara en la categoría y luego soñar con cotas más altas», añadía el onubense.
El acto terminó con la tradicional fotografía de familia a apenas unos días de dar inicio la competición.
TITULO: Un país mágico -«Trabajar con seres humanos me ha mantenido enganchada» .
El sabado -4- Septiembre a las 18:30 por La 2, foto,.
«Trabajar con seres humanos me ha mantenido enganchada» ,.
JULIA PAREJO - DIRECTORA DEL CENTRO DE MENORES 'PEDRO DE VALDIVIA',.
Tras 38 años en el centro de menores, se jubila y cierra una etapa llena de logros y experiencias,.
La villanovense Julia Parejo está hoy de celebración. Cumple 63 años. Aunque no es solo esa la cifra que hace especial este 16 de agosto. Con el cumpleaños llega su jubilación tras 38 años de trabajo en el Centro de Acogida de Menores 'Pedro de Valdivia' de Villanueva de la Serena. De estos, los últimos 28 como directora. Una labor que le cuesta dejar, aunque la sensación de haber logrado en este tiempo que muchos menores hayan tenido una infancia y juventud feliz y normalizada, hace que el ciclo se cierre con una gran satisfacción.
¿Cómo decide trabajar en un centro de menores?
En realidad, mi formación no tenía nada que ver con lo que acabé haciendo. Estudié Filología Hispánica porque me encantaba la Literatura, pero luego a lo que me llevaba, que era la enseñanza, no me llamaba la atención. Entonces, mientras me preparaba oposiciones de lo mío sin muchas ganas, una amiga de mi hermana me habló de que se iban a crear en los hogares 27 plazas de Educadores para los 7 centros de la región. Una categoría que aún no existía.
Me puse a estudiar y el primer examen para acceder de forma temporal lo aprobé, y tras dos años se convocaron 4 plazas y entré. Fue una de los primeros cuatro Educadores que tuvo el centro.
¿Qué le atrajo de este trabajo?
Primero estuve 10 años de Educadora y fueron años de mucho trabajo y mucha satisfacción. El trato humano me gusta mucho. Pero desde los servicios territoriales me ofrecieron la dirección porque el anterior encargado se marchaba. Tras varios meses para pensarlo lo acepté porque quería hacer cosas distintas. Y lo que parecía que iba a ser poco tiempo me enganchó y he estado 28 años en el cargo.
¿Cuáles han sido sus logros en este tiempo?
No voy a hablar en singular porque aquí trabajamos todos a una, en equipo, para que los niños estén bien. Eso es algo que no siempre se consigue porque a veces no se adaptan, pero ese es el objetivo. Sin embargo, la principal lucha ha sido siempre la integración de nuestros niños, que tengan una vida normalizada, integrados y no se les estigmatice, que es algo que se sigue haciendo. El hecho de decir que son niños del Hogar la gente se pone un poco en alerta, aunque cada vez menos. Insistimos mucho en que los niños sean niños y no 'los niños del hogar'.
Es cierto que hay problemas que van en la mochila personal de cada menor y se puede traducir en rebeldía y en actos que salen fuera socialmente y un caso se generaliza al resto. Pero se va consiguiendo, porque esto es una familia grande con muchos niños y puede que alguno dé problemas, pero eso también pasa en cualquier familia. Incluso, en los últimos tres años no hemos tenido ningún caso de absentismo escolar ni de fuga.
También favorece la ubicación de las instalaciones dentro del casco urbano para que estén integrados. Al estar en el centro, si se echan amigos en el instituto pueden salir sin depender que se les lleve en coche a los sitios, e incluso ir a casa de compañeros o al revés. Quedan con los amigos en la puerta para ir juntos a clase o salen por la noche, lo que hace que lleven una vida normal. Eso hace que se socialicen y se integren en el día a día de la ciudad.
¿Hay algún caso concreto que le haya marcado?
Aquí vienen niños con una gran mochila de problemas creados en su seno familiar que deben superar. Pero si tengo que recordar un caso, más que por el motivo de ingreso, fue por su fallecimiento de un niño de 8 años a consecuencia de un cáncer. Fue una situación muy penosa, horrible, porque llevaba con nosotros un año cuando se lo diagnosticaron. Estuvo 13 meses hospitalizado en Madrid y Badajoz y sometido a quimioterapia, pero finalmente falleció. Además, no contaba con la familia a su lado, aunque sí tenía una hermana que siguió con nosotros.
¿Cómo lograba no llevarse cada caso a casa?
Es difícil desvincularte porque es un trabajo muy intenso donde entran muchos sentimientos en juego, y te apegas mucho a los niños y al resto del personal. Trabajar con seres humanos te mantiene enganchado. Además, es un trabajo que enriquece muchísimo y te forma como persona y te humaniza un montón. De hecho, yo no sería la misma persona si no hubiera trabajado aquí. Siempre que ingresa algún niño nuevo es una nueva historia que te afecta, y lo seguimos pasando fatal con los casos difíciles o cuando alguna historia no se resuelve favorablemente. Y claro que te lo acabas llevando a casa y lo compartes con quien está a tu lado, en este caso mi marido ha aguantado lo suyo. Pero es algo inevitable; si no me afectaran estas cuestiones creo que no sería humano.
¿Qué siente cuando se encuentra por la calle a esos niños ya mayores?
Me hace mucha ilusión encontrarme a mis niños por la calle, con sus propias familias. Y ellos creo que suelen tener un buen recuerdo, y que fueron felices. La mayoría de ellos llevan una vida normal, con aspiraciones y logros como cualquier otra persona. A veces recordamos cuando eran adolescentes y surgían problemas o protestas que tenían, lógicas por la edad, y ahora ven ellos en sus hijos. Por poner algún ejemplo, algunos de ellos son hoy policías, profesores, abogados, asesores jurídicos, etc. Otros están trabajando en talleres mecánicos o son albañiles, etc. Casi todos salen de aquí con una profesión y han tirado bien adelante, aunque siempre hay casos en los que no se ha logrado, pero los menos.
¿Alguna vez sintió que la situación le superaba?
Aquí hay muchos días buenos, pero también muy malos y que entran ganas de tirar la toalla. De hecho, a mí me pasó hace cuatro años, porque me superó una situación relacionada con el trabajo, aunque no tenía que ver con los niños. Pensé que no merecía la pena seguir en este trabajo, aunque reflexioné y me di cuenta de que debía continuar en el cargo. Mi plaza de Educadora Social está en el IES Puerta de la Serena, donde pedí el traslado, pero nunca me he incorporado. En ese momento pensé en hacerlo. Pero los compañeros me abrieron los ojos y me di cuenta de no me veía haciendo otra cosa, es más creo que no sé hacer otra cosa.
No obstante, creo que soy una privilegiada porque este trabajo todo lo que nos aporta es bueno. No hubiera sido tan feliz en otro puesto, sin olvidar que también tiene sus ratos malos, no todo es idílico. Pero eso es lo bonito, que ningún día es igual. Eso sí, siempre he tenido la sensación de que igual no he hecho lo suficiente, pero creo que eso no es malo.
¿Cómo ha cambiado el centro en estos años?
Antes, se llamaba el Hogar y dependía del Instituto Nacional de Asistencia Social. Eso era como un cajón de sastre donde había 82 niños, solo en masculino, porque las niñas iban al Hogar de Mérida. La mayoría venían de familias muy numerosas, con falta de recursos o que estaban desestructuradas, mientras que ahora son un recurso para niños con problemas familiares.
Además, el centro contaba con cuatro unidades de Primaria por lo que los niños no tenían que salir de allí para ir a clase, lo cual no favorecía a la socialización con otros niños de fuera. Pero eso cambió más tarde, igual que los recursos disponibles. Al principio fue difícil porque crearon las plazas de Educadores pero no los recursos para ejercer. Así es que esas carencias las suplía la creatividad con los críos; casi éramos autodidactas. Después e se fueron creando grupos de orientación con técnicos que nos asisten.
Lo que era estar casi en hacinamiento pasó a ser una mini residencia y lo más parecido a una casa, donde duermen dos o tres en cada cuarto como máximo. Tienen salas de televisión y de juegos por edades, para que puedan hacer lo que cualquier otro niño o joven.
¿Cómo habéis sobrellevado la pandemia?
Ha sido de locura, sobre todo los cuatro meses de confinamiento que han pasado más de una veintena de niños encerrados en el centro. Pero han dado un verdadero ejemplo porque se han portado genial. Teníamos muchísimo miedo y siempre estábamos agobiados, pero no ha habido casos de niños. Sí alguno de trabajador, por lo que hubo un aislamiento por contacto estrecho con una Educadora, pero nada más. Somos 38 trabajadores que entrábamos y salíamos y eso era un riesgo, pero hemos conseguido esquivar al virus.
Pusimos servicios mínimos y grupos mínimos de trabajo, y en espacios grandes, con menos posibilidades para juntarnos. Incluso se hicieron turnos de más horas y así no entrábamos y salíamos tanto. También habilitamos zonas de aislamiento, pero el centro es muy pequeño, y para cumplir el protocolo nos quedábamos sin espacio para los niños. Lo que sí hicimos para hacerles más llevadero el confinamiento era flexibilizar algunas normas y se les dejaba más tiempo el móvil para que estuvieran comunicados con los amigos.
¿Qué consejo le da a la nueva directora?
Toma el relevo Guadalupe, que lleva muchos años en el centro como Educadora, por lo que dejo el cargo en buenas manos. La dirección es un puesto en que no siempre das gusto a todo el mundo, porque tomas decisiones que no siempre gustan. Sí que las jefaturas son solitarias y le aconsejo que haga lo posible por estar arropada, darlo todo por los niños y por el personal, el exceso de autoritarismo no lleva a ningún sitio y te aísla más. Esto es como una gran familia y no hay que ser distante ni ponerse una coraza. Hay que estar cerca de los niños, casi obligatoriamente, pero también de los trabajadores. En general, yo me he sentido querida por ambos grupos y, en ese aspecto, me voy tranquila.
¿A qué dedicará el tiempo libre ahora?
Tengo ganas de empezar a hacer yoga, porque no he practicado deporte nunca y empezaré poco a poco. Pero sobre todo quiero dedicar más tiempo a mis nietas, estar más con mi hijo que está en Villanueva y visitar más a mi hija que vive en Granada. Y, luego, lo que vaya surgiendo, porque no soy de estar en casa y quiero seguir activa.
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Diario de un nómada -Las huellas de Gengis Khan - «Hay que seguir dando pasos, pero yo estoy muy orgulloso de Villanueva» ,.
El domingo-5- Septiembre a las 19:00 por La 2 , fotos,.
«Hay que seguir dando pasos, pero yo estoy muy orgulloso de Villanueva» ,.
JOSÉ MANUEL CALDERÓN,.
Alejado de las canchas, el baloncestista más internacional sigue encajando tantos en otros sectores, donde el nombre de su ciudad siempre le acompaña,.
Con solo decir su apellido es reconocible a nivel internacional, sin necesidad casi de mencionar el nombre de pila. Es uno de los villanovenses ilustres que ha sabido mantener los pies en el suelo, mientras su virtuosismo con el balón en la canasta se ha encargado de hacer que sea una leyenda del baloncesto.
José Manuel Calderón continúa ahora con otros proyectos como asesor en la empresa tecnológica Sngular y en el sindicato de jugadores de la NBA. Está estos días en Villanueva de la Serena, como cada verano, para disfrutar de sus lugares y de sus sabores favoritos.
-¿Cómo ha ido el Campus Calderón que terminó hace una semana?
Ha sido una edición con más tensión que nunca porque teníamos muchas ganas de volver y la gente también. Logramos las inscripciones de 85 niños en solo unos días, y ha habido menos gente porque queríamos un grupo más manejable. Pero era una responsabilidad grande para todos, aunque ha salido muy bien y los niños se lo han pasado en grande y los padres han conectado también estupendamente.
-¿Le habría gustado tener a alguien de referencia en sus actividades de baloncesto de pequeño?
Mi padre me llevaba a Málaga, y tener a alguien conocido es positivo. En aquel entonces estaban Fernando Romay y Rafael Vecina. Venían un día, firmaban y echaban la mañana con nosotros. Este año no hemos podido tener a ninguna figura invitada y he estado solo yo, pero siempre ayuda tener a algún jugador de referencia.
-Si no hubiera sido jugador de baloncesto, ¿qué le habría gustado ser?
Yo comencé a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas y lo dejé, pero ahora no sé por qué lo empecé, la verdad. Pero por como soy, creo que hubiera sido profesor o entrenador porque me gusta trabajar con los niños. Y de hecho, ahora lo hago casi sin querer, a través de los proyectos de la Fundación. Además, aunque no lo hago yo directamente, se imparten aquí en Villanueva clases particulares de refuerzo; hace poco hemos montado el Aula Conecta para fomentar la formación tecnológica; hemos apoyado la creación de la Sala Multisectorial de Inclusives, etc. De hecho, las actividades que hacemos son cada vez más sociales que deportivas y creo que tienen mucho más impacto.
-¿Qué le ha enseñado la pandemia?
Cada uno ha aprendido cosas de esta situación y otros no lo han aprendido ni lo aprenderán nunca. Por eso muchas veces hay que centrarse en los niños, porque todo lo que aprendan de esta situación hoy sí que servirá para que cambien cosas en el futuro. Yo he aprendido a tener más paciencia y eso que soy un tío muy tranquilo. Estamos muy acostumbrados a tener un calendario y una fecha límite que te hace organizarte, y aquí no la teníamos. Hay que tomarse las cosas con más calma.
-¿Estar sin salir de casa con tres niños le ha puesto a prueba esa paciencia?
Que va, yo he estado encantado porque esa era una de las cosas por las que decido retirarme y no jugar un año más, porque en la balanza pasaba más mi familia. Estoy encantado de pasar tiempo con mis niños, ha sido perfecto, porque he estado con ellos todo el tiempo que no podía antes por torneos, partidos, juegos olímpicos. La ventaja es que nosotros nunca hemos tenido un confinamiento en el que no podíamos salir de casa, aunque no podíamos juntarnos con otras familias, por lo que la sensación de estar encerrados no la hemos tenido.
-Decidió retirarse cuatro meses de que empezara la pandemia. De no ser así, habría estado parado mucho tiempo...
Hubiera sido un año complicado porque yo sé cómo lo han pasado los jugadores en este tiempo. No soy de pensar en el qué hubiera pasado si no hubiera hecho esto o lo otro, porque creo que las decisiones se toman y hay que ir adelante. Pero es verdad que me ha hecho ver directamente en ellos qué es eso de no viajar nada o tener que adaptarse a un cambio radical en la rutina.
-¿Cuál es el mejor recuerdo de su carrera?
Lo mejor son los amigos que dejo, y ningún enemigo. El baloncesto me ha dado casi todas las relaciones actuales que tengo y es un recuerdo único. He tenido oportunidades que de otra forma no tendría, como es viajar a muchos sitios y ganar muchas cosas. El Mundial de Japón fue muy importante porque fue la primera vez que ganó la selección y puso de manifiesto que éramos capaces de hacer cosas grandes, pero también el debut en la ACB o en la NBA. Y sobre todo, me quedo con la gente que he compartido pista, tanto de compañeros como de rivales, que son leyendas. Eso sí, lo que se echa de menos es estar en el vestuario, que es donde hemos pasado muchas risas y muchas lágrimas. Tu equipo al final es tu familia por las horas que pasas con ellos.
-¿Te plantea ser entrenador?
No me lo planteo de forma profesional. Me retiro por tiempo, por flexibilidad, por tener tiempo para dedicar a mi familia y a otros proyectos. El entrenador es el primero que llega y el último que se va. Llegas a casa y analizas el partido anterior y preparas el siguiente. Es difícil desconectar. No era para mí en este momento. No sé si cuando pasen 10 o 15 años, que mis hijos sean mayores me picará el gusanillo, pero lo veo complicado.
-¿Si llegara una buena oferta, no solo económica, se plantea volver a la cancha?
Tomé la decisión de retirarme en firme y en aquel momento las ofertas que tenía no me llamaban tanto la atención. Además, me llegó la oferta de la Asociación de jugadores y, aunque estoy muy bien físicamente para jugar de nuevo, no voy a volver.
-¿Qué hace para mantenerte en forma?
Juego poco al baloncesto, la verdad. Sí que antes de la pandemia jugábamos las típicas pachangas a veces con gente de la oficina. Pero después se limita casi todo al gimnasio, haciendo algo de cardio y pesas.
-Vuelve cada verano a tu ciudad, pero ¿qué echa de menos de Villanueva cuando estás lejos?
Villanueva es nuestra central en verano y desde aquí nos movemos a donde sea. Aquí desconecto mucho y es la tranquilidad de estar en casa. También para mi mujer y mis hijos ver a la familia, hermanos, primos es algo que esperan cada año. De hecho, mis tres hijos han nacido aquí en el Hospital Don Benito-Villanueva, aunque no ha sido algo programado, pero para mí era muy importante que fueran villanovenses.
-¿Les gusta el baloncesto?
Manuel, que es el mayor con 11 años es el que más practica, y Jaime de 9 se ha venido este año conmigo al Campus. Y luego, al pequeño, Gonzalo, de 7 años, también parece que le gusta.
-¿Quisiera que siguieran sus pasos?
Sinceramente, me da igual. Me gustaría que hicieran deporte, pero no me refiero ya a algo profesional, pero yo les apoyaré lo máximo en lo que sea. No tendrán ninguna presión de sus padres en ese sentido. No quiero involucrarme mucho en sus decisiones.
-No conocíamos su faceta como cantante y bailarín que hemos visto en el programa Mask Singer: Adivina quién canta...
Nunca se me hubiera ocurrido ir a su programa para cantar o bailar porque esos talentos no me los dieron. Al principio me sorprendió la propuesta, pero lo vi con mi equipo y con mi mujer, y vi que era interesante y podía ser divertido. Ellos me animaron a hacer algo diferente y me acabaron convenciendo. Me vine de Nueva York para grabar unos días y ha sido algo increíble. Y ahora estoy descubriendo quiénes eran el resto de compañeros con los que competía, porque allí ibas con caretas y completamente tapado desde que salías del hotel hasta la grabación, para que ni entre nosotros nos conociéramos. Nos saludábamos por los pasillos, pero sin saber quiénes éramos, ni el resto del equipo de grabación, ni siquiera el presentador Arturo Valls. Además, no podía decir nada a mi familia ni amigos, solo lo sabía mi mujer.
Me he dado cuenta después, viendo el programa, que en mi grupo estaba Mar Flores o Esperanza Aguirre que grababan conmigo, sin yo saberlo. Fue muy divertido, pero la experiencia no he podido empezar a contarla hasta que no se ha emitido. Lo que sí tengo muy claro es que no me puedo dedicar ni a cantar ni a bailar.
-Hace poco ha vuelto a ser protagonista la tortilla de patatas en Villanueva. ¿Presume de ello fuera?
Cada vez que sale el tema de la tortilla explico que se inventó en mi pueblo y muchos no se lo creen. Es otro motivo más para hablar de nuestra región y para animar a visitarla. Además de que me encanta la tortilla de patatas. Puedo vivir a base de ella, y gazpacho, ensaladilla rusa y croquetas.
-¿Cómo nota que ha cambiado Villanueva?
Va creciendo y va mejorando. Siempre los avances más visibles, van por rachas o por periodos, y yo veo mi pueblo cada año, por lo que sigo de cerca ese avance. Pero, por ejemplo, quién nos iba a decir que hace unos años íbamos a estar en un edificio tan moderno como este Palacio de Congresos. Podría estar en cualquier sitio de España y la gente estaría alucinando. Hay que dar muchos pasos aún, pero estoy muy orgulloso de Villanueva.
-¿Qué recuerdos tiene de su Santiaguito de pequeño, ahora que acaba de finalizar?
Recuerdo ir con mis padres a los cacharritos, comerme unos pinchos y luego unos churros. Luego, cuando empiezas a hacerte mayor, recuerdo las casetas y también bailar, que en aquella época hasta bailaba. Luego se perdió ese talento, si es que alguna vez lo hubo, y no ha vuelto hasta Mask Singer. Y cada verano llevo a mis hijos a Santiaguito a dar una vuelta y lo pasan fenomenal.
-¿Cuál es su lugar favorito de Villanueva?
Mi casa y estar con los míos, pero también salir con los amigos a una terraza cualquier, por ejemplo. También te diría que el Pabellón Deportivo que lleva mi nombre y que tantas horas he pasado en él entrenando y jugando. Y por lo que representa, hay que mencionar también la Plaza de España, que ha quedado muy bonita.
-¿Cuál es la comida de suu madre que tanto echa de menos?
Me acuerdo muchas veces de cuando nos íbamos a la Jira en Semana Santa y mi madre hacía los filetes empanados, la tortilla y los repápalos. O también me encantaba un escabeche que hacía mi abuela, y sus mangas de gitana. Hace algún tiempo que no pruebo muchas de estas cosas.
-¿Se plantea volver a España en algún momento?
Sí, en algún momento daremos el paso. Es verdad, que con los niños ahora estoy contento de que sean bilingües y además también están aprendiendo francés y es una oportunidad para ellos. Cuando sean más mayores y no tengan tanta necesidad de estar con nosotros, Ana y yo nos plantearemos regresar, aunque sin fecha puesta.
fotos , Un trío en la cocina -La sal, ese indispensable en la cocina ,.
La sal, ese indispensable en la cocina ,.
En nuestras cocinas encontramos (casi) siempre un elemento que nunca falta, la sal. Con una historia que arranca hace más de dos siglos, cuando los hebreos la usaban como ofrenda en sacrificios y ceremonias y los romanos como conservante de alimentos y retribución al trabajo bien hecho (de ahí los términos salario y asalariado). De esta época se conservan todavía hoy restos salineros en todo el mundo, que alguno sigue en funcionamiento hoy día. Poco sabemos de este producto que hoy centra nuestra atención.
La sal que hoy consumimos proviene en un 50% del mar, mientras que la otra mitad se recoge de minas de sal que encontramos en las zonas de interior. Es la primera técnica la que más se utiliza en nuestro país, estando ya en desuso las minas de Cardona (Barcelona) y Cabezón de Sal (Cantabria). Mediante la canalización de agua del mar en diferentes terrazas, diseñadas en su mayoría desde épocas romanas, se evapora el agua dejando solo los restos salinos.
Del mismo producto se pueden encontrar diferentes tipos, como la sal de cocina, pequeños cristales que deben de mantenerse en un envase cerrado para que conserve la humedad. Son de sobra conocidos y pueden añadirse durante la cocción de cualquier preparación.
Cuando se dan unas condiciones climatológicas específicas (brisa suave y baja humedad en el aire), se crea en las salinas una capa salada que cubre la terraza. De lejos podría parecer un lago helado, pero no, es una fina capa que después se convertirá en el mayor lujo de la salinera. Al recoger esta plancha con rastrillos, de manera manual y con un cuidado extremo, encontramos la flor de sal que, dada su delicada textura e intenso sabor, se usa sobre todo con el plato una vez terminado.
Cabe la posibilidad de confundir este tesoro gastronómico con las escamas de sal que se generan tras cristalizar el agua salada de manera industrial, calentando los recipientes de hierro que harán que se evapore el agua. Algunas empresas emplean esta técnica, como la británica Maldon, que recoge agua del vecino río Blackwater. La cuarta generación de la familia Osborne asegura que gracias a continuar con su manera tradicional de obtención de sal (antes calentando con carbón y desde hace unos años con gas) los bloques de sal se generan bajo el agua. Así se suprime cualquier componente en el aire que pueda intoxicar el producto final. Es por ello que la Maldon es una sal algo más dulce, que suele utilizarse para dulces o a modo de decoración.
Dependiendo del grosor de los pequeños cristales de sal, podremos hablar de gorda o de sal de mesa, ambas ideales para cocinar guisos, pues se derriten con mucha facilidad. La primera también se usa para formar una costra sobre piezas de carne o pescado a la hora de meterlos al horno. Así se mantendrán todos los jugos durante la cocción. Por otro lado, si queremos conseguir alguna con sabor, no tenemos más que triturar la sal junto con un puñado de hierbas y tendremos una sal aromatizada con todo aquello que se nos ocurra.
A veces, esta sustancia también la encontramos en tierra firme. Es el caso del Valle Salado de Añana, un pequeño pueblo de la provincia vasca de Araba que gestiona una salina que produce, además de flor de sal, sal de manantial -ideal para finalizar algunos platos o para un pan tostado con aceite ya que su disolución es lenta y llegan a notarse las rocas en boca- y el chuzo de sal. Este último, muy exclusivo ya que necesita varios años para que se formen las estalactitas con el goteo de agua salada, suele usarse en la alta cocina para salar con un pequeño rallador, en el último momento, los platos frente al comensal.
TITULO: Documentos TV - La campaña contra el clima ,.
Documentos TV,.
Documentos TV' - La campaña contra el clima ,.
Martes -31- Agosto a las 00:00 horas en La 2, fotos,.
La campaña contra el clima,.
Corría 1988 cuando el científico de Naciones Unidas, el Dr Hansen, advertía al mundo del peligro del efecto invernadero y sus consecuencias en el cambio climático. Hasta los grandes líderes del mundo le escuchaban. Todo hacía presagiar que el mundo estaba listo para reaccionar ante el calentamiento global. Las grandes campañas ecologistas iniciaron sus accciones a nivel global y la sociedad empezaba a debatir el tema en las calles.
¿Quién querría interponerse contra el objetivo de salvar al planeta? Para obtener la respuesta hay que ver quiénes son los grandes perjudicados de cosas tan saludables como: bajas emisiones, reducción de agentes contaminantes y controles de calidad. ¡Bingo! La industria petrolífera, el sector más contaminante del planeta tierra y con el poder suficiente como para iniciar una campaña de descrédito que intente convencer a la sociedad de todo lo contrario.
Científicos, comunicadores y escépticos del clima fueron la punta de lanza de las empresas más potentes de la energía fósil para difundir sus interesadas teorías negacionistas. Así lo muestra el documental La campaña contra el clima que puedes ver ya en Documentos TV en La 2. Esta investigación periodística revela cómo los magnates del crudo consiguieron difundir sus ideas negacionistas para sembrar la duda en los ciudadanos sobre los fundamentos científicos que demuestran el cambio climático.
El reportaje esclarece y pone sobre la mesa, las estrategias que las poderosas empresas petroleras siguieron desde 1998 a 2006. Destapa los débiles pero efectivos argumentos de una campaña creada para mantener el poder económico de unos pocos, en detrimento del bienestar del planeta.
El gran informe de la ONU sobre el cambio climático
A principios de agosto de 2021, un extenso y exhaustivo informe presentado por la ONU elevaba el tono sobre la gravedad de la transformación climática que se está produciendo en la tierra. Casi 4.000 páginas de datos y mediciones, elaborado durante ocho años por más de 200 científicos, que presende servir de "catalizador de la acción ciudadana e institucional" en la lucha por el clima.
Según el informe, si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial, lo que provocará un aumento de la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos, como olas de calor, sequías, inundaciones o tifones.
Este aumento se queda lejos del objetivo de no sobrepasar el incremento de 1,5 grados que impuso el Acuerdo de París, un umbral al que se podría llegar tan pronto como en los próximos 20 años. Así lo advierte el esperado último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), que se ha dio a conocer el pasado 9 de agosto.
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