miércoles, 24 de noviembre de 2021

Órbita Laika - Una Raya budista ./ Zona indie - Cine - La casa de las mil estrellas (TV) . / + Cotas - Las palomas se casan de por vida, pero ellos son un poco sinvergüenzas,. / Generaciones - Plácido ensayo del Cáceres antes del parón,.

 

TITULO: Órbita Laika - Una Raya budista ,.

Lunes -15, 22- Noviembre  las 22:00 en La 2 / foto,.

 Una Raya budista.

Así vive un grupo de españoles convertidos a la religión budista en el corazón e Extremadura,.

Susana Márquez tiene 47 años pero fue a los 20 cuando empezó a tomar contacto con el camino que hoy da sentido a su vida. Al principio, de forma muy esporádica, leía algún libro que calmaba su intensa espiritualidad y practicaba 'zazen', la meditación que emplea la corriente budista denominada zen. «Luego me di cuenta de que quería practicarlo con una 'shanga' (asociación). Lo tenía claro», afirma. Durante muchos años lo hizo sola, hasta que descubrió Mokusan Dojo, un espacio para esta práctica en la capital madrileña. Allí estuvo yendo mañanas y tardes para sentarse en el medio de un 'zafu' (almohadón redondo), cruzar sus piernas en la posición de loto, poner la columna vertebral bien derecha, el mentón entrado y la nuca estirada; con la nariz en la misma línea vertical que el ombligo y, finalmente, empujar las rodillas hacia la tierra y la cabeza al cielo. «Hoy esto ya es para mí más que un hábito, es una forma de vida», explica esta cocinera profesional que lo ha dejado todo para dedicarse a lo que cree, a lo que siente. Desde hace cuatro meses vive en un bosque en la ladera suroeste de la Sierra de Gredos. Se levanta cada día en el templo Shorinji.

Allí no es fácil llegar. El camino comienza en la zona en la que se ubican las piscinas fluviales de la localidad cacereña de Villanueva de la Vera. Tras pasar un arco de piedra, el acceso se complica. No hay carretera y la pista forestal es un rosario de piedras y baches. Tras un tortuoso recorrido de 20 minutos, se llega a Shorinji, un templo budista en el corazón de la comarca de La Vera.

Son las 11.15 y Susana está amasando pan ecológico para la comida que se dará a los participantes en el 'sesshin' que están llevando a cabo. Se trata de una práctica intensiva de varios días que reúne en este templo a personas de diferentes partes. Normalmente se hace una vez al mes. «Lo hago con harina de centeno y maíz. Solemos comer lo que producimos. Tenemos un huerto de plantas aromáticas y recolectamos lechugas, coles, pimientos, tomates y berenjenas», comenta mientras esboza una sonrisa. El brillo en sus ojos también le delata. Se nota que hace lo que le gusta. «Soy la única persona que vive aquí durante todo el año. Me ocupo de mantener el lugar», explica esta 'bodhisattva', término propio del budismo que significa «ser que ayuda a los demás seres».

Ella todavía no es monja budista. Ese es el siguiente paso. «Eso significa cambiar todas tus prioridades. Primero eres monja y luego madre, hermana.», ejemplifica Susana, quien dice que va a ver a su familia cada cierto tiempo. «Esto no tiene nada que ver con retirarse a la montaña y ser un eremita. Mi vida es vivir en el campo y aparte practico. Somos gente normal, hay monjes casados y con niños, por ejemplo. La corriente del zen consiste en integrar tu práctica con la vida social», matiza al tiempo que apunta que hacerse monje budista es una decisión muy personal. «Tienes que sentirlo y querer ordenarte».

El que sí lo ha sentido ya es Daniel Muelas, monje desde 2008 que no se pierde ninguno de los encuentros espirituales que se hacen en Shorinji. «Vivo en Madrid con mi novia, que se ordenará monja budista el año que viene, y suelo venir los fines de semana a este templo en este paraíso extremeño. A los retiros espirituales no falto», explica este joven de 37 años que a los 21 decidió hacia dónde quería guiar su vida.

Un libro le ayudó a dar el paso. «Estaba en la universidad estudiando Filosofía. Tenía muchas inquietudes y una fe muy profunda. Por esa época leí 'Preguntas a un maestro zen' y encontré muchas respuestas. Luego me acerqué al Dojo de Madrid y desde entonces no he parado de practicar 'zazen'», confiesa Daniel, un comercial que ha dejado su trabajo ante las constantes contradicciones que sentía.

«De momento, no dedico mi energía a algo que me cansa mucho, algo que está al servicio de personas que sólo se guían por la codicia. Mi objetivo ahora es encontrar una forma de trabajo en la que sea independiente y que me lleve a la dirección que busco. Quiero hacer algo que ayude a la sociedad», dice justo antes de mostrar su 'rakusu' (mini 'kesa'), una prenda tradicional japonesa que llevan los budistas zen tras ordenarse. En ella está grabado, en caligrafía china, el nombre que le otorga el maestro budista. «En el mío pone 'Un Go / Yokio', que significa golpear la nube y espejo de la concentración», apunta Daniel. «En esta vestimenta reside toda la fe existente hasta hoy. Nosotros no veneramos estatuas, sólo el 'kesa'». Daniel asegura que no es una mera pieza de tela, sino que simboliza la transmisión de la enseñanza del Buda. «Cuando lo llevamos estamos vestidos por el orden cósmico. El 'kesa' es material, es tela, hilo y también es inmaterial; es la transmisión silenciosa de maestro a discípulo. Es el vestido de la liberación».

«No se aparta tu vida social»

Sobre la libertad también habla Daniel. «Cuando eres monje, no apartas tu vida social, pero de algún modo cortas los apegos con la sociedad», confiesa antes de explicar que no suele contar a menudo que es monje budista entre su grupo de amigos. «Tampoco me preguntan. No lo entienden porque nunca se han sentado en 'zazen'. Simplemente saben que soy una persona muy espiritual».

Con él coincide Roberto Gómez, de 32 años, y monje budista desde hace tres. Él tiene un consultorio de medicina oriental y vive cerca de la Gran Vía madrileña. Muchos fines de semana se acerca hasta Shorinji. «La esencia del budismo es la relación entre la calma y las cosas que suceden. La sabiduría está en equilibrar esos dos lados. Gracias a 'zazen' se puede conseguir», confiesa este joven que empezó a practicar con 22 años. «Estaba buscando algo que me hiciera comprenderme. Quería conocer mi interior y la posición que ocupaba en el exterior». Y en esa búsqueda apareció el 'zazen'. «Es una manera de entender la vida. No se reduce sólo a sentarse y meditar. Es una vía. No es una técnica que use para estar mejor y cumplir con mi parte espiritual. 'Zazen' se lleva a la vida cotidiana».

De ello es muy consciente la maestra Bárbara Kosen (7 de junio de 1951), responsable de que hoy exista un templo budista de estas características en la región extremeña. Estudió Historia y Arqueología en La Sorbona durante los años posteriores a mayo del 68. Allí, en un taller informal durante una huelga en su facultad, las palabras de un estudiante sobre el significado de ser budista produjeron en ella una «íntima resonancia». Reconoce que «un malestar general frente a la situación de la vida» le llevó a buscar un camino distinto. «Tenía una familia burguesa y tradicional. Lo tenía todo para vivir bien, pero no me llenaba. En la década de los 70 había muchas corrientes espirituales y un maestro zen, Taisen Deshimaru, vino al Dojo de París. Por suerte empecé y he continuado hasta ahora», recuerda Kosen, que fue ordenada monja zen en 1975 e inició la enseñanza de la práctica en España en 1993.

Fue en 2001 cuando Kosen abrió Shorinji. «Es evidente que no se trata del templo situado en China donde el patriarca Bodhidharma practicó nueve años frente a un muro; sin embargo, aquí respetamos la práctica de 'zazen' que fue transmitida en Europa por Deshimaru a finales del siglo XX», explica Bárbara, que ya forma parte de la lista de personas que han elegido el norte de Extremadura como paraíso espiritual. En ella también está Philip Camus, fundador de Lalita Devi, un centro ubicado en Acebo en el que se hacen talleres relacionados con la búsqueda de uno mismo. Todo rodeado por la naturaleza de Sierra de Gata, donde también nace el Olivar del Buda, monasterio que se fundó en 2012 como el único de Europa dedicado a mujeres.

«Muchas veces, la gente viene porque ha perdido a un ser querido o tiene una enfermedad. Hay algo que les empuja a liberarse de las emociones. El zen no cura el dolor, pero permite tomar distancia con él», explica esta maestra de 65 años, que luce una hermosa testa totalmente rasurada. «Es una forma de abandonar las pasiones. Lo cortas y crece, luego vienen los apegos y cortas de nuevo. Es un modo de tomar conciencia del momento presente».

Retiros

En cuanto al zen en Extremadura, afirma que en Villanueva de la Vera hay un pequeño grupo que acude a Shorinji. «En este último retiro ha participado una joven de Navalmoral de la Mata, pero en esta región no se practica mucho. De donde sí vienen más es de Madrid, Valencia y el norte del país. También de Francia y Alemania», asevera.

En España hay unos 40.000 budistas registrados en los centros de estudio y unos 65.000 practicantes, según el Observatorio del Pluralismo Religioso. Algunos de ellos viven en pequeños templos. Entre los más conocidos, destaca Luz Serena, en el término de Requena, (Valencia); o el monasterio de Dag Shang Kagyü, en la localidad de Panillo (Huesca), muy cerca de los Pirineos. En la zona sur también los hay. Uno de los más activos está en Morón de la Frontera (Sevilla). Concretamente en la finca La Morejona, donde la asociación Seikyuji cuenta con un templo zen. Allí el ritmo de vida es similar al de Shorinji.

Se despiertan a las 6.00 de la mañana, luego hacen 'zazen' durante una hora y seguidamente 'samu', o lo que es lo mismo, las tareas que giran en torno al templo. «Hacemos labores básicas como mantener el bosque limpio, construcciones y cuidar de la huerta», dice Kosen. Comen a las 14.30 horas. Para ellos la comida se convierte en una ceremonia. «Comemos en silencio y dando gracias a quien ha hecho posible que los alimentos estén ante nosotros. No sólo a quien lo ha cocinado, sino a todo el esfuerzo humano. Es lo que en el budismo se denomina cadena de interdependencia», destaca la maestra. «Casi toda la comida es vegetariana porque para la práctica del 'zazen' es mejor. Cuando acabamos un retiro, sí suele haber carne o pescado, optamos por algo más contundente», añade Daniel, quien matiza que ellos no abogan por las prohibiciones. «Aquí la gente puede fumar. También hay quien bebe un poco de vino a mediodía», comenta. «Aunque si hay algo que no es favorable para 'zazen' se evita», aclara. Tras el almuerzo, vuelven a hacer 'samu' y, a eso de las 19.30 horas, otra vez 'zazen', que incluye una ceremonia donde cantan un 'sutra', un texto sagrado del budismo. Finalmente cenan y tienen tiempo libre. «Es un ritmo muy sencillo», dice, entre risas, Kosen.

No hay televisión, ni ordenadores. Tampoco Internet. Cuando participan en un retiro en Shorinji, sólo se toman de descanso los lunes. Ese día bajan al pueblo y consultan el correo electrónico. «Es el momento de contacto con lo exterior. No es necesario nada más. Ahora hay una desconexión total del mundo real. Lo que se ve por Internet y la televisión no siempre es la verdad», matiza Bárbara, quien espera que el budismo zen en Extremadura continúe cuando ella no esté. Confía en que la puerta del templo, en cuyo marco se lee 'monasterio del bosque del despertar', jamás se cierre.

TITULO :   Zona indie - Cine -  La casa de las mil estrellas (TV)  ,.

Este lunes- 15, 22 - Noviembre a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.

 La casa de las mil estrellas (TV)

 
 
Stine Olson se reencuentra con su amigo de la infancia Jan y su hermano Paul. Ambos quieren vender una propiedad heredada de su padre y contratan a Stine para que organice la demolición de la casa.
 
 

TITULO:  + Cotas -   Las palomas se casan de por vida, pero ellos son un poco sinvergüenzas  ,.

El Sabado -13, 20, 27 - Noviembre  a las 9:30 por La 1, foto,.

 

Las palomas se casan de por vida, pero ellos son un poco sinvergüenzas,.

«Los pichones tienen que independizarse a los tres meses; salir del nido antes de que nazcan los siguientes; si no el palomo les pica y los mata »,.

Condenados a dos años de cárcel por el secuestro exprés de cuatro palomos  deportivos | Leonoticias 

Pedro tiene una afición y a ella dedica gran parte de su tiempo libre. Es colombófilo, y presidente de la asociación que en Puente Tocinos reúne a los ochenta aficionados a esta actividad. Experto en estos animales, nos cuenta el porqué de su pasión.

- ¿Podría empezar explicándonos qué es este palabro de la colombicultura?

- Bueno, pues mire, nos dedicamos al vuelo y adiestramiento de palomos deportivos. Cada aficionado cría en su casa sus propios palomos y luego hacemos las sueltas, en las cuales todos los palomos van a por una paloma.

- ¿Madre mía! ¿Todos a por una?

- Sí... Son unos 50 ó 60 palomos para una sola paloma. A ella se le corta la cola y se le pone una pluma blanca. Así se la diferencia de los machos.

- Muy ligona la paloma, ¿no?

- No, ¿que va! Los palomos son como las personas; se casan de por vida.

-¿Cómo es eso?

- Pues las palomas, una vez que se han emparejado, son muy fieles. Vamos, no se aparean ya con nadie que no sea su macho.

- ¿Y los palomos?

- (Risas) Esos son un poco más sinvergüenzas. Normalmente vuelan y montan a otras palomas, pero siempre vuelven a su nido... Es más, no dejan que ningún macho se acerque a su chica y si alguno osa, ¿le meten una paliza!... Es muy curioso.

- Sí que lo es... Bueno, volvamos a la suelta. ¿Quién gana entonces?

- Pues gana el palomo que más tiempo dura con la paloma. Así de simple. Además, las palomas que más gustan son ésas que se esconden y lo ponen difícil. Así se demuestra que el que gana es el más macho...

- Oiga, todo lo que me está contando me suena bastante conocido.

- (Risas) Te quedarías asombrada de lo mucho que se parecen los palomos a nosotros. Fíjate, es que hay algunas cosas muy graciosas. Por ejemplo, el palomo calienta los huevos de donde nacerán sus pichones, pero sólo el tiempo justo en el que la paloma está fuera de casa.

- Vaya, ¿miralo a él!

-Sí, el resto lo hace ella. La noche entera la pasa la paloma y él, pues está en la puerta y a veces, vuela...

- ¿Con otras palomas?

- Sí, o con otros palomos. Hay que llevar cuidado porque hay algunos palomos, llamados valencianos, que se llevan a nuestros machos. Nosotros los llamamos ladrones.

- ¿Qué bueno!, oiga, y los pichones, ¿a qué edad se independizan?

- Con tres meses, más o menos. Cuando ya saben comer solos pues se alejan del nido. Además, si nacen los siguientes y éstos aún siguen ahí, el palomo los pica y los mata.

- ¿Madre mía! Qué radicales.

- (Risas) Para eso estamos nosotros; los sacamos antes de que pase eso.

- ¿Es cierto que, a menudo, les roban sus palomos?

- Sí, es verdad. Antes este robo era delito, pero ahora ya no. Los cogen porque se creen que pueden sacar un dineral. Y hay palomos que pueden llegar a costar 6.000 o 7.000 euros, pero si el palomo gana concursos. Para eso hay que saber tratarlo.

- ¿Sabe que las palomas tienen grandes detractores por culpa de sus «caquitas»?

- Sí, y estoy de acuerdo. Las palomas sueltas por la ciudad son un estorbo y manchan. Además, tienen muchas enfermedades.

- Manchan mucho, es verdad...

- Mira nosotros las tenemos en sitios limpísimos. ¿Algunos pajares están mejor que nuestras propias casas!

- (Risas) Hombre, eso ya es pasarse...

- No, es verdad. Cogemos sus cacas y las estudiamos. En la caquita ves si el palomo está mal o bien. Estos animales se tienen que tener cuidados. El Ayuntamiento podría poner palomares en los parques, así se podría disfrutar de ellos correctamente.

- (Risas) Pero... ¿es el símbolo de la libertad!

- Sí, libres, pero también cuidadas. 

 

TITULO: Generaciones - Plácido ensayo del Cáceres antes del parón,.

  Plácido ensayo del Cáceres antes del parón,.

 Emmanuel Tchicaya, del Torta del Casar, en acción. /A. MÉNDEZ

 foto / Emmanuel Tchicaya, del Torta del Casar, en acción.

El equipo se deshace sin apuros del Oliveirense portugués (85-65) en el trofeo internacional organizado por la Diputación,.

Con la cabeza puesta en el paréntesis de desconexión motivado por la ventana FIBA, el Cáceres cumplió este martes el último trámite antes de que la plantilla goce de unos días de descanso durante la recta final de la presente semana. En el marco del VII Trofeo Internacional de Baloncesto Turismo Provincia de Cáceres, el conjunto verdinegro, etc,.

 

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