domingo, 25 de mayo de 2025

Cartas en el tiempo - ¿Canibalismo y sacrificio en la «cuna de la razón»? ,. / Las rutas de Ambrosio - Camino natural del Guadalaviar ,. / LAS RUTAS DE VERONICA - Senda de los Cazadores ,. / ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 6 - Junio - Marina Lobo - Escritora y guionista ,. / ¿Dónde estabas entonces? - Historias por contar sobre el Holocausto ,. Martes -3 - Junio , . / Informe Robinson - Liga Fútbol - Puado subió al Espanyol, Puado lo salva cuando olía a descenso ,.

 

TITULO: Cartas en el tiempo - ¿Canibalismo y sacrificio en la «cuna de la razón»?   ,.


Cartas en el tiempo ,. 

 

 Miércoles - 4 - Junio  a las 20:00 en La 2 / foto,.

 

 

¿Canibalismo y sacrificio en la «cuna de la razón»?,.

Los viejos mitos griegos ya contemplaban el sacrificio divino y humano y, aunque durante mucho tiempo, la historiografía negó estas prácticas «irracionales», los arqueólogos consideran que la Grecia antigua no fue una excepción en estos ritos primitivos,.

SIN CABEZA. El esqueleto hallado en el monte Liceo está desprovisto del cráneo, lo que ha hecho pensar a los investigadores que la muerte se debió a un sacrificio ritual en honor a los dioses
 
SIN CABEZA. El esqueleto hallado en el monte Liceo está desprovisto del cráneo, lo que ha hecho pensar a los investigadores que la muerte se debió a un sacrificio ritual en honor a los dioses

Los viejos mitos griegos ya contemplaban el sacrificio divino y humano y, aunque durante mucho tiempo, la historiografía negó estas prácticas «irracionales», los arqueólogos consideran que la Grecia antigua no fue una excepción en estos ritos primitivos

En 1972 aparecieron dos libros fundamentales para comprender la historia del sacrificio en las religiones antiguas y también cómo sus patrones básicos se han perpetuado no sólo en la religión posterior, sino también en la antropología y en la sociología: «Homo Necans», de Walter Burkert, y «La violencia y lo sagrado», de René Girard. Burkert proponía un estudio histórico, filológico y antropológico sobre la sacralización de la violencia que investigaba acerca del origen del sacrificio en una época en que el hombre del paleolítico se convirtió en cazador y tuvo que lidiar con su falta de instinto predador mediante una serie de estrategias de «humanización de la víctima» y la generación de un sentimiento de culpa por la muerte de un «igual» que debían ser conjuradas en el seno de la comunidad humana. Obviamente, el animal era un sustituto de un humano en esa visión. Así se exploraba el origen histórico de la religión y del sacrificio humano y animal en el mundo griego aplicando de forma pionera la etología de Konrad Lorenz, que estaba en boga en aquel momento, y combinándola con el funcionalismo y la sociología de la religión que había usado Jane Harrison en su día, en su durkheimiano libro «Themis» (1912).

Un debate vigente

Girard, por su parte, se centraba preferentemente en el rito como mímesis de la violencia y en los aspectos etiológicos que buscan justificar el procedimiento del «chivo expiatorio» como explicación del hecho religioso en sí, incluyendo una reinterpretación del sacrificio griego y de la eucaristía cristiana como purificadores de la comunidad. Las cuestiones que han suscitado ambos libros acerca del sentido de la religión antigua y del estatus ritualizado de la violencia siguen muy vigentes en el debate académico. En el trasfondo estaba la idea del sacrificio humano, sublimado o sustituido por el animal o por la muerte del héroe o el dios. Huelga mencionar esas figuras de dioses que son sacrificados y consumidos por los hombres para su salvación o la expiación de sus culpas. Ahí están Osiris, Dioniso, Cristo y una larga serie de deidades que mueren y resucitan, los «dying gods» de James Frazer, y que son también consumidos en una teofagia.

Es interesante que tanto Burkert como Girard y muchos otros se centrasen en el tema clave del sacrificio entre los griegos. La Grecia antigua seguía siendo para occidente el laboratorio conceptual «par excellence» para comprender el presente de la humanidad. De hecho, la religión griega, basada en los relatos de la mitología, contiene algunas huellas de sacrificio humano en leyendas como la de Ifigenia, la hija de Agamenón, que es sacrificada a los dioses por su padre al recibir el oráculo de que sólo así triunfarían los griegos en Troya, o la de Políxena, sacrificada por los aqueos al tomar la legendaria ciudad. Otros mitos arcaicos, como el de Atreo y Tiestes, incluían la antropofagia y la matanza en el seno de la familia, cuando no otros tabúes como el incesto, en el caso del mito de Edipo. Los autores clásicos, como Sófocles, Eurípides y otros, intentaron suavizar la fuerte carga de esos antiguos mitos. Como género que supone la recepción más perdurable e interesante del mito, el drama intentó, a veces arduamente, la asunción en el contexto político de los mimbres de la narrativa patrimonial del mito, que en ocasiones refleja violencia y sacrificio cruento, como en el caso de Dioniso. Aunque estos temas no parecían los más adecuados para los propósitos pedagógicos de la tragedia, los autores dramáticos no pudieron resistirse a emprender su reutilización literaria mediante recursos que tamizaban la dureza de las leyendas patrimoniales y adaptaban esos viejos tabúes a las convenciones del género y de la escena.

Pero, pese a la transmisión literaria –e iconográfica– de los mitos, que fueron suavizándose con los siglos y se llegaron a alegorizar tal y como los hemos recibido a través de la Edad Media y el Renacimiento, en su trasfondo más arcaico había historias que, en la memoria colectiva, podían hacer referencia a alguna de esas prácticas que la arqueología y la historia han constatado fehacientemente en otros pueblos, desde los antiguos íberos, a los amerindios o los de la polinesia. Durante mucho tiempo se mantuvo la tesis de que la antigua Grecia, supuesta cuna de la razón y precursora de la ilustrada Europa, no había conocido aberraciones como el sacrificio humano y canibalismo, y que tales cosas quedaban para los pueblos tachados de «primitivos» por el positivismo y el evolucionismo decimonónicos. Desde comienzos del siglo XX, y en concreto desde el revulsivo global que supuso la Gran Guerra en Europa, la antropología, las ciencias de las religiones y la historia empezaron a comparar a los griegos con esos «otros pueblos», arrojando el estudio de la mitología comparada también sorprendentes resultados. Los griegos no eran una excepción, según estas tesis, y conocieron bien «lo irracional», parafraseando el libro de Dodds (1951), la religiosidad extática y mística y, como en los estudios mencionados al principio, una violencia estructural que en sus inicios habría incluído también sacrificios humanos. La arqueología ha intentado confirmar algunas de estas teorías desde entonces.

El altar de Zeus

Uno de los mitos griegos más sugerentes al respecto gira en torno al monte Liceo, en Arcadia, donde había un famoso altar de Zeus, quien, según una tradición, había nacido allí. A menudo está Zeus relacionado con varias montañas que, recordémoslo, eran sagradas para los griegos y tienen signos de veneración desde antiguo. En caso del Liceo, hubo culto desde el siglo XV a.C. hasta época helenística y el lugar tuvo un importante santuario de Zeus, sede cada cuatro años de los juegos liceos. Cuenta el mito arcadio que el monte fue habitado por el primer hombre, Pelasgo, nacido de la tierra y ancestro del pueblo que lleva su nombre. El hijo de este, Licaón, rey de Arcadia, tenía buen carácter, pero su excesiva religiosidad le llevó a ofrecer sacrificios humanos a los dioses. Su castigo fue convertirse en lobo, en varias versiones que transmiten Ovidio, Pausanias o Apolodoro. Para unos sacrificaba a todos los extranjeros que llegaban a su casa, hasta que Zeus, disfrazado, lo detuvo y lo transformó en lobo. A veces el pecado de Licaón fue que intentó probar la omnisciencia de Zeus instándole a comer un sacrificio mezclado con carne humana. Otras versiones afirman que fue la ira de Zeus por la impiedad de Licaón y sus hijos la que hizo que se decidiera a aniquilar la humanidad con el diluvio de Deucalión. En todo caso, noticias antiguas, incluso de Platón, aluden a un ritual a Zeus que se practicaba en la cima del monte y que implicaba un sacrificio humano, con una metamorfosis. La víctima era un niño o adolescente –chivo expiatorio común en otros sacrificios humanos de la cuenca mediterránea, hasta nuestras costas levantinas– y en la fiesta una parte del joven era cocinada y mezclada con carne de animales. Se consumía por la comunidad y aquel que comía la porción humana se suponía que se transformaba en lobo, como Licaón en el mito, durante nueve años. Una suerte de licantropía griega en el marco de un ritual de expiación. Recientes excavaciones de arqueólogos griegos, junto a las universidades de Pennsylvania y Arizona, han hallado un antiquísimo esqueleto de un joven con indicios de esta violencia. Ocurre en ocasiones, y es enormemente sugerente, que la arqueología viene a confirmar el mito antiguo y a corregir la historia y las interpretaciones modernas. Podría ser este un nuevo ejemplo de ello.

Un esqueleto de Hace 3.000 años

Recientes excavaciones de un altar en el monte Liceo, consagrado a Zeus, han revelado un esqueleto con 3.000 años de antigüedad de un adolescente que se piensa que fue sacrificado (en la imagen). La noticia fue dada a conocer por el Ministerio de Cultura griego. Faltaba el cráneo del esqueleto y la peculiaridad de su tumba, que podría datar del siglo XI a.C., en un lugar donde, pese a las menciones de sacrificios humanos en el mito, no se habían localizado restos humanos, podría ser indicativo al respecto. Arqueólogos como Dave Gilman, de la Universidad de Arizona, han constatado que no es un lugar de enterramiento sino un altar sacrificial, por lo que ésta podría ser la primera prueba material de sacrificios humanos en la antigua Grecia.

Liceo: juegos atléticos y sangre humana

El monte Liceo (en la imagen) es uno de los lugares más enigmáticos de Grecia. Así retrata Pausanias en su «Descripción de Grecia» cómo debía ser en la época de máximo esplendor, cuando servía de espacio sagrado dedicado a Zeus: «Delante del altar, al este, dos pilares sobre los que reposaban viejas águilas de oro. En este altar se ofrecían sacrificios en secreto para Zeus Liceo. Era reacio a inmiscuirme en los detalles de ese sacrificio, dejarlo como es y fue desde el comienzo». La leyenda contaba que quien entraba en el templo moría en el curso del año siguiente. Pero en Liceo no sólo se celebraban presuntos sacrificios, sino también juegos atléticos al modo de las Olimpíadas, conocidos como las Liceas, donde, además, se producían rituales secretos como los ya mencionados sacrificios humanos o «ritos de paso» en los que se practicaba presuntamente el canibalismo.

 

TITULO: Las rutas de Ambrosio  -  Camino natural del Guadalaviar ,.

 

El sabado  - 7 - Junio   a las 19:10 por La 2, foto,.

 Camino natural del Guadalaviar,.

Esta ruta circular de poco más de 7 kilómetros se recorre fácilmente en menos de 3 horas. El punto de partida está en el pueblo de San Blas, junto al pantano del Arquillo y todo el camino está perfectamente señalizado.

Camino natural del Guadalaviar teruel

Durante el paseo, se pueden contemplar parajes como el mirador del Balsón Grande, la cueva Murciagana y la propia presa del Arquillo en el embalse. Al ser circular, la ida se hace en ascensión, por lo que la segunda mitad de la ruta es aún más agradable.

TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA -  Senda de los Cazadores  ,.

El sabado - 7 - Junio   a las 18:10 por La 2, foto,.

 Senda de los Cazadores,.

 La cascada de Cola de Caballo es uno de los monumentos naturales más populares del Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido. Para llegar hasta ella, una bonita forma es a través de la Senda de los cazadores, una ruta circular de 22 kilómetros en unas 7 horas o algo más.

senda de los cazadores ordesa

Parte de la pradera de Ordesa tras dejar el coche en el aparcamiento y subir en autobús. Después, hay que seguir las indicaciones del sendero, cuyo comienzo es bastante duro hasta el mirador de Calcilarruego. El resto de la senda discurre por la Faja de Pelay hasta la cascada. La vuelta se hace por el sendero GR-11 que pasa por las Gradas de Soaso hasta el punto de partida.

 

TITULO:   ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 6 - Junio - Marina Lobo - Escritora y guionista ,.

¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentacLa actriz Juana Acostaión de la película que se emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1​ El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y
comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.

¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 6 - Junio  - Marina Lobo - Escritora y guionista , fotos,.

 Marina Lobo - Escritora y guionista,.

 Marina Lobo con su libro en el león de San Marcelo.

 Marina Lobo con su libro en el león de San Marcelo.

«Que con 30 años lo único que tengas en propiedad sea una planta no es tu culpa, es el sistema»

La leonesa publica su primera novela en la que aborda desde el humor los problemas de su generación desde la precariedad laboral hasta el acceso a la vivienda: «Se me cae el alma a los pies cuando voy a León y otro negocio ha cerrado»

Una protagonista que ha tenido que salir de su ciudad para buscarse la vida en la gran capital, un trabajo precario y un toque de humor para hacer un retrato de una generación en poco más de 300 páginas. La periodista, guionista y ahora también escritora Marina Lobo (León, 1992) publica su primera novela, 'La mejor empleada del mundo' (Temas de Hoy, Grupo Planeta, 2025), un libro en el que la coordinadora de guion de 'Hora Veintipico' de la Cadena Ser y colaboradora en el programa de La 2 'Malas Lenguas' hace una radiografía sobre la precariedad juvenil, el problema de acceso a la vivienda, el feminismo o la desinformación.

El 21 de mayo la novela, el proyecto en el que más tiempo ha invertido en los últimos meses y un sueño cumplido para una niña que siempre soñó ser escritora, veía la luz y con el día recién estrenado nos atendía por teléfono confesando que, de los nervios, había dormido fatal. Porque para alguien que desde pequeño fantaseó con ver su nombre en la portada de su propio libro salir publicado es un momento único. «Mi madre me decía que ya de hacer una carrera sin salida, hiciera periodismo», ríe al teléfono. Y así lo hizo.

Fue en Madrid donde estudió la carrera y, aunque le gustó el mundo de los medios, siempre tuvo «la cosita» de escribir. En un documento del móvil, como tantos otros, iba apuntando sus ideas pensando en aquello de «cuando tenga tiempo me pongo con ello», pero nunca llegaba. Aunque varias editoriales han contactado con ella estos años, ninguna de las propuestas le encajaban porque Marina no quería hacer ensayos ni contar su vida, quería escribir su libro.

En ese impasse y con el primer capítulo de 'La mejor empleada del mundo' ya escrito, Temas de Hoy llamó a su puerta y comenzaron a trabajar en dar vida a la novela. «Ha sido una experiencia muy diferente a hacer guiones o artículos como venía haciendo. Tienes que pensar en los personajes, las subtramas y en lo que para mí fue lo más complicado: tener claro cómo iba a ser la historia». Porque Lobo es muy «de escribir lo que surja» partiendo de una idea, pero la novela es «otra historia».

Carla es la protagonista del libro. Con 32 años, trabaja en una tienda de ropa en Madrid que le da para pagarse su habitación en un piso compartido y poco más. El personaje bebe en muchos sentidos de la propia Marina: es de León, trabaja de dependienta como ella hizo en su día cuando llegó a la capital y es joven, y precaria. «Nos representa a muchas», concluye la autora.

Porque la novela va de eso, de representar a una generación. «Va sobre la precariedad juvenil de milennial y de la generación Z, de no poder tener un piso, de no poder decidir qué va a ser de tu vida porque has entrado en una espiral de incertidumbre». Lobo quiere además reflejar que en esto «no estamos solas» porque «estamos todas en la misma mierda». «El problema de que no te puedas comprar un piso y que lo único que tengas en propiedad con 30 años sea una planta no es tu culpa, es el sistema que está hecho de esta forma».

El guiño a León que no podía faltar en la novela

El humor es otro de los ingredientes de una novela en la que no puede faltar León. «Tenía que estar, tenía que hacer ese guiño porque me apetecía que el personaje tuviera esa parte de mí aunque luego seamos muy diferentes», explica Marina, que señala que también la aparición de su ciudad en el libro es una manera de reivindicar a todas las personas que han tenido que salir de sus tierras por trabajo. «León tiene algo que no hay en otras ciudades que es el arraigo que tenemos. Quería hablar de lo que pasa cuando te vas fuera a estudiar o a hacer tu vida, que nunca te acabas sintiendo ni de un sitio ni de otro, es una sensación de ser apátrida».

«Se me cae el alma a los pies cuando voy cada dos semanas a ver a mi familia y veo que otro negocio ha cerrado»

Porque cree la guionista de 'Hora Veintipico' que es cuando te vas haciendo mayor cuando valoras más una ciudad que «no tiene nada que envidiar a otros sitios». Aunque reconoce que es una ciudad llena de «encanto» y «muy fácil para vivir» reconoce que ver desde fuera cómo va decayendo es «duro y da rabia». «Se me cae el alma a los pies cuando voy cada dos semanas a ver a mi familia y veo que otro negocio ha cerrado. Hay calles donde no hay negocios porque cierran y no hay nadie para recoger ese legado porque es difícil quedarse en León», cuenta porque, aunque es cierto que el teletrabajo y los transportes unido al turismo ayudan a dar sensación de que el León hay más ambiente «sobre todo los fines de semana», no es muy optimista respecto al tejido productivo que queda en la ciudad.

Con su novela ya en las librerías y esperando para presentarla en diferentes ferias y ciudades, Marina Lobo continúa con el resto de proyectos en radio y televisión así como en los shows que combinan dos de sus pasiones como son el humor y la actualidad. Lectora empedernida, reconoce que le asustaba la idea de publicar en una industria editorial que está «petada» y donde «parece que cualquiera que lea y escriba puede hacer un libro», pero cree que su novela aporta algo diferente, un enfoque que desde la sátira y el realismo refleja la realidad de una generación.

Sinopsis

Carla tiene 32 años y trabaja como dependienta en una tienda de ropa que detesta pero que le permite pagar una habitación en un piso en Madrid, donde vive con una amiga igual de fracasada que ella, una guiri que no habla español y un hámster calvo que le dejó su ex. Una tarde, tras un altercado con una mujer de apellidos compuestos, Carla pierde su trabajo en la tienda. A partir de ese momento, la prioridad de la protagonista será gestionar su ira de la única forma posible cuando una es mujer, millennial y mileurista: vengándose.

 

Quién es Marina Lobo

Nacida en León en 1992, es cómica y guionista. Estudió Periodismo y Comunicación Audiovisual en Madrid porque quería presentar los informativos, pero se dio cuenta de que ahí no podía hacer chistes y se pasó a la comedia. Después de trabajar en La 1, en La Sexta y en CTXT ha encontrado su sitio como coordinadora de guion en 'Hora Veintipico' (Cadena Ser) y colabora en 'A Vivir', enSpanish Revolution, en 'Malas Lenguas' (La 2) y en Público, aunque sigue manteniendo el mismo sueño desde que era pequña: jubilarse pronto. 

 

TITULO: ¿Dónde estabas entonces?  -  Historias por contar sobre el Holocausto , Martes -  3 - Junio  ,.

Este martes -  3 - Junio , a las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de la tercera temporada de '¿Dónde estabas entonces?', presentada por Ana Pastor , foto,.

 

 Historias por contar sobre el Holocausto,.

 

 Uno de los lugares donde fueron enterrados miles de judíos asesinados.

 Uno de los lugares donde fueron enterrados miles de judíos asesinados,.

'Ven a este tribunal y llora', una investigación realizada por Linda Kinstler, reflexiona sobre los límites de las atrocidades nazis, en conflicto permanente con la verdad judicial,.


De los 94.000 judíos que vivían en Letonia antes de la invasión nazi, solo sobrevivieron mil en 1945. Las cifras siempre son frías, pero estas acusan demasiada elocuencia. En ellas se esconde la historia del gueto de Riga, construido para agrupar a toda la población judía desde julio del 41 hasta octubre del 43. O el incendio de la sinagoga, el 4 de julio del mismo año, una fecha que marca el inicio del Holocausto en Letonia. También la masacre de Rumbula, el barranco a las afueras de la capital donde fueron asesinados 25.000 personas en tan solo diez días. Una práctica que ya se había probado en Babi Yar, Ucrania. Una gran fosa común construida por las propias víctimas y la fuerza de las balas. A los supervivientes les esperarían los campos de concentración.

Cuando uno se acerca a los victimarios corre el riesgo de simplificar la historia. Para asesinar a más del 95% de la población judía de un país hacen falta muchas manos. La ideología, por sí sola, no mata. Junto a los Einsatzgruppen alemanes, los comandos especiales que sembraron el terror en el Este, existió el Kommando Arajs, formado por ciudadanos letones voluntarios, simpatizantes del nazismo que se encargaron de purgar de judíos las calles de todo el país. La organización tomó el nombre del comandante de las SS, Viktors Arajs, pero se nutría de muchas personalidades bien conocidas en el país durante los años treinta, como el aviador de éxito Herberts Cukurs.

Sobre la implicación de Cukurs trata 'Ven a este tribunal y llora', una investigación realizada por Linda Kinstler, cuyo abuelo también formó parte de la organización criminal. Pero el trabajo publicado por Gatopardo Ediciones es mucho más ambicioso, pues reflexiona sobre los límites de los hechos, en conflicto permanente con la verdad judicial. ¿Quién fue Herberts Cukurs en realidad? ¿Pertenecer al Kommando Arajs, perpetrador de la masacre de Rumbula, lo convertía en culpable? ¿Se puede simplemente presenciar los hechos sin impregnarse judicialmente de la culpabilidad? Sobre todo, este libro habla sobre la incapacidad de los tribunales para juzgar las atrocidades nazis, cuando ya ha pasado el tiempo, cuando los testigos de aquellas muertes se van apagando.

La huida de las ratas

Se conoce como 'ratlines' a la vía de escape que utilizaron muchos dirigentes nazis para huir de Europa al final de la guerra. El camino, bautizado como la ruta de las ratas en español, pasaba por Roma, por intercesión de algunos obispos vaticanos, con destino a Sudamérica, con pasaportes e identidades falsos. Desde Josef Mengele, el sádico médico de Auschwitz, hasta Adolf Eichmann, muchos nazis recorrieron la línea de salvación e impunidad para alcanzar una segunda vida, alejados de los tribunales. Sobre esto escribe Philippe Sands en 'Ruta de escape' (Anagrama). Herbert Cukurs optó por la vía de Marsella, afincándose en Brasil y escapando de la justicia post Nuremberg.

Pero la memoria de Rumbula pesa demasiado. En 1965, un comando del Mosad, el servicio de inteligencia israelí, lo asesinaría en Shangrilá, una ciudad costera de Uruguay. Israel, que ya había celebrado su juicio contra Eichmann, a partir del cual Hannah Arendt desarrolló su estudio sobre la banalidad del mal, suprimía la justicia ordinaria y ajustaba cuentas con la historia, ante la imposibilidad de extraditar a criminales de guerra ocultos en Sudamérica. Muerto Cukurs, se iniciaría un proceso judicial para esclarecer las matanzas del Kommando Arajs. El propio líder de la organización criminal fue detenido en 1975. Vivía en Alemania, con una identidad falsa. Más de treinta años después de sus fechorías, fue condenado por un tribunal alemán, que no pudo probar la mayor parte de las matanzas efectuadas en Letonia. Murió trece años después. El saldo fue de un año de condena por cada mil asesinatos.

La historia y la justicia

Linda Kinstler investiga la implicación de Cukurs en el Holocausto en Letonia y reflexiona sobre la acción de la justicia de ese país con sus criminales. En un primer momento, testimonia las reticencias de la fiscalía para abrir un juicio contra Cukurs, considerado en el país por muchos como un héroe de guerra.

A pesar de llevar décadas muerto, las pocas víctimas que aún viven reclaman la verdad de los hechos probados. Cukurs estuvo allí por voluntad propia, organizó las matanzas y fue visto en el barranco de Rumbula durante los diez días de diciembre de 1941. Hay testigos que lo certifican. Pero el caso se cierra por falta de pruebas. Invalidaron varios testimonios por ambiguos y, a pesar de cerciorar que el exaviador estuvo allí y participó del comando, nadie lo había visto disparar una sola bala.

Kinstler, citando a Carlos Ginzburg, trata sobre la diferencia entre la labor de la historia y la justicia. Los hechos probados por un historiador no siempre pueden convertirse en pruebas de un delito. La verdad de la historia es diferente a la verdad de un tribunal, y esta máxima duele y ha sido aprovechada por cientos de criminales nazis que, amparados en que apenas dejaron supervivientes de sus fechorías, viven en la impunidad del olvido. Resulta más fácil enjuiciar a un asesino de una sola persona que a otro que ha acabado con la vida de miles. Es lo que parece demostrar la investigación de la autora.

Contra el olvido y la impunidad está escrito 'Ven a este tribunal y llora'. La incapacidad de los tribunales actuales de demostrar la culpabilidad de muchos criminales, sus largos procesos enmarañados en la burocracia, dejan un regusto de impunidad en la conciencia actual.

Los supervivientes del Holocausto se mueren. Pronto no quedará nadie vivo que haya presenciado la mayor bajeza en la que participó el ser humano y nos preguntaremos si hicimos lo posible para encontrar la justicia de todos aquellos que murieron impunemente. Dijo Edward Anders que los muertos no cuentan historias, pero los supervivientes sí. Y aún quedan historia por contar sobre el Holocausto. 

 

TITULO:   Informe Robinson -  Liga Fútbol - Puado subió al Espanyol, Puado lo salva cuando olía a descenso ,.

 

Liga Fútbol  - Puado subió al Espanyol, Puado lo salva cuando olía a descenso,.

 

Resultado Final - Espanyol  - 2 - Las Palmas  - 0 - fotos,.

 

 

Puado engaña a Horkas en el penalti.

Puado engaña a Horkas en el penalti.

El capitán desatasca a un equipo perico que flirteó demasiados minutos con el descenso, con un gol de penalti y una asistencia a Pere Milla.


Flirteó el Espanyol durante demasiados minutos, tras cinco jornadas siendo incapaz de sellar la permanencia matemática, con el que hubiera sido el golpe deportivo más duro de su historia. El séptimo descenso, sí, pero el primero en casa y el tercero en un lustro. Fue un manojo de nervios, un equipo paralizado por el virus del miedo, el conjunto de Manolo González ante un Las Palmas asolado por las ausencias. Pero qué sería del Espanyol sin sufrimiento. Como Tamudo y Lopo contra el Murcia. Igual que Coro ante la Real Sociedad. Se volvió a vestir Puado de héroe, para transformar el penalti que daba la salvación y para asistir a Pere Milla en el gol de la tranquilidad, devolviéndole el ‘favor’ del ascenso ante el Oviedo. Y se liberó cada alma en el RCDE Stadium, envueltos en ese amor tóxico de un Espanyol que no tiene peor enemigo que sí mismo pero que a la vez supone una fe inigualable.

Orgullo, pasión, sacrificio” se leía en catalán en el pancartón que se desplegó por todo el lateral del estadio, junto a un enorme mosaico con el 1900, año de fundación de un Espanyol cuyos jugadores trataban recoger el guante en busca de Horkas. Sin prisa pero sin pausa. Así llegó a los nueve minutos el testarazo alto de Roberto a centro de Carlos Romero. Pero también los nervios. No solo no encontraban el hueco los pericos, zarandeando de izquierda a derecha la hierática línea defensiva de Las Palmas, sino que abusaban de balones largos, en lugar de colmarse de él. Y lo peor: se fueron creciendo poco a poco los grancanarios.

Un primer respingo de miedo, casi terror, dieron miles de seguidores en la grada en un tiro lejano de Loiodice desde lejos que detuvo en dos tiempos un Joan García al que se le empezó a acumular la faena en los siguientes minutos, con un chut de Manu Fuster ajustado al palo izquierdo y el cabeceo de Herzog, demasiado fácil, en una falta lateral. Para un equipo, el de Diego Martínez, sin nada en juego y sin Moleiro, Javi Muñoz, Sandro, Bajcetic, Pelmard, Marc Cardona, Fábio Silva, Campaña... Tres remates a puerta de Las Palmas, tres intervenciones del guardameta blanquiazul, en los primeros 19 minutos. Nada en la otra portería.

Y llegó la situación que nadie pretendía encontrarse en el RCDE Stadium, con la noticia del gol del Leganés al Real Valladolid, que obligaba ya irremediablemente a ganar para no descender, y que coincidía con una posesión estéril de Omar que parte del público empezó a silbar. Por si el equipo no estuviera ya como un flan, incapaz de acertar un pase de más de tres metros ni de combinar con Expósito, quien tampoco se encontraba a sí mismo.

Justamente una de las primeras que cazó el de Cubelles, casi en la línea de fondo, la convirtió en un centro envenenado que Herzog sacó con la cabeza entre los palos. Sin ser siquiera un chut, sí se convirtió en la ocasión más clara de un Espanyol que crecía, pero con demasiada timidez y tensión. Y que ya no se podía atener a lo que sucediera en Butarque, cuyo marcador registraba ya un elocuente 3-0 mientras en Cornellà-El Prat, los pericos se marchaban al vestuario cariacontecidos, con un último intento de Romero que Jofre no cazó por milímetros, y sin haber rematado ni una sola vez a la portería de Horkas. Con la soga al cuello.


“Que yo no tengo la culpa de verte caer” se escuchaba en el descanso por megafonía, como si los Héroes del Silencio se convirtieran en una afición que suplicaba una reacción a sus jugadores. Y que la parecía ofrecerla en la reanudación, con la entrada de Pere Milla, mayor agresividad, pero de nuevo sin acciones claras de gol. Y, en cambio, sí volvió a tenerla Las Palmas, en un mano a mano de Mata con Joan García que desbarató milagrosamente el cancerbero. Una más. Una menos, porque su tiempo perico se acaba. Como se le agotaba al Espanyol para evitar la tragedia. Por eso añadió Manolo más pólvora, con Véliz y un 4-4-2.

Y arribó el momento. El instante decisivo. El intento de rechace de Essugo en el que puso el pie demasiado tarde, atropellando al recién ingresado Véliz. Penalti. ¡Penalti! Y toda la responsabilidad, pero también el honor, para un Javi Puado que tuvo todo el temple que le había faltado hasta ese minuto 65 a la escuadra entera. Iba a ser, paradójicamente, el primer tiro a puerta del Espanyol en todo el partido. Y el determinante. Para ganar. Para salvarse. Del descenso. De un futuro (más) tormentoso. Aguantó el capitán al máximo a Horkas para engañarle, para dispararle sin demasiada potencia, pero con toda la colocación del mundo. Gol. El gol.

Pere Milla.

Pere Milla.

Tal estaba siendo el sufrimiento, y eso que los pericos están bien acostumbrados, que justo después del 1-0 tuvieron los servicios médicos que atender de urgencia en el Gol Sur a un aficionado, sin que por ello se detuviera el encuentro. Que continuó con los debuts de Arturo Rodríguez y de Josito, canteranos de Las Palmas. Y con la entrada de Sergi Gómez y Aguado en un Espanyol mucho más esperanzado, más seguro de sí mismo, que ya desacomplejado retuvo mucho más la posesión, y de ese modo se encontró Puado con el esférico en el balcón del área y, en lugar de probar suerte, vio el pase en profundidad hacia un Pere Milla que consolidó la permanencia con cemento armado.

Un 2-0 que convirtió el pánico, la psicosis, los nervios, la agonía, la ansiedad en alegría, éxtasis, en los cánticos de un RCDE Stadium que se merecía la salvación, aunque fuera en el penúltimo minuto de la última jornada. Que coreó a sus jugadores, a su entrenador y que, aun faltando más de cinco minutos para la conclusión, se acordó también de una propiedad que ha estado al límite de hundir al Espanyol en Segunda División por tercera vez en el último lustro. “Nos quedamos en casa”, se difundió en las pantallas. Y la invasión de campo, a pesar de los ruegos desde megafonía, se hizo inevitable.

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