viernes, 15 de julio de 2022

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El sinuoso viaje al centro de Feijóo ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - ¿Qué sucedió en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia ,. / Donde comen dos - El hormiguero Lunes -18 - Jueves -21- Julio ,.

 

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 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El sinuoso viaje al centro de Feijóo, fotos.

 El sinuoso viaje al centro de Feijóo,.

Los populares debaten internamente si abstenerse o rechazar el segundo decreto anticrisis tras una semana de vaivén en la estrategia de moderación,.

 El sinuoso viaje al centro de Feijóo | España | EL PAÍS

 

El nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo ha decidido conducir hacia La Moncloa por el carril central de la carretera, pero a veces toma desvíos. Con la llegada del barón gallego a la presidencia del partido, hace justo tres meses, los populares han bajado los decibelios en sus críticas al Gobierno de Pedro Sánchez, aunque su oposición sigue siendo muy dura, y el viaje al centro de Feijóo en ocasiones se torna 

 ( desayuno) ,.

Dónde desayunar en Sevilla: 2017

 

sinuoso. El PP arrancó la semana de la cumbre de la OTAN en Madrid sugiriendo un posible intento de pucherazo por parte de Sánchez en los próximos procesos electorales, y la terminó con el jefe de la oposición felicitado al presidente por el éxito organizativo del cónclave de la alianza. Un camino ondulante que los populares atribuyen también a la hostilidad que reciben desde el Ejecutivo; esta misma semana, Sánchez acusó al PP de no ser autónomo y actuar movido por intereses oscuros. El PP de Feijóo todavía no ha alcanzado ningún pacto con el Gobierno, mientras debate internamente si abstenerse o votar en contra del nuevo decreto anticrisis.

 

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El coqueteo con la idea de una posible alteración de los resultados electorales sorprendió a algunos en el PP. “Es un error, no se puede insinuar algo así, y tampoco tiene sentido apretar porque el rival esté débil. En ese caso, es mejor dejar que se caiga solo”, opina un dirigente. La acusación coincidió con la resaca de las elecciones andaluzas, de las que el PP salió eufórico por la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno Bonilla, mientras el Gobierno sufría tocado. En ese marco, a principios de esta semana, Feijóo subió el pistón contra el Ejecutivo acusándolo de perpetrar un “asalto institucional” con el objetivo de “controlar a los españoles para asegurarse de que no vuelven a equivocarse al votar”, dijo el vicesecretario Esteban González Pons. La teoría conectaba el nombramiento de José Félix Tezanos como presidente del CIS —vigente desde 2018—, la dimisión de Juan Manuel Rodríguez Poo como presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo —el lunes, aunque las críticas del Gobierno a las estadísticas del organismo venían de hacía meses— y los movimientos accionariales en Indra —en los que participó el fondo Amber, primer accionista de PRISA (grupo editor de EL PAÍS)—. Indra centraliza los datos de los escrutinios en algunos procesos electorales, pero no hace el recuento, vigilado estrechamente por todos los partidos en cada colegio electoral.

La subida de pistón desconcertó en algunos sectores del PP, teniendo en cuenta que, con la llegada de Feijóo, Génova había pedido al partido que moderara el tono. En los discursos de los diputados en las sesiones de control se ha notado esa rebaja de decibelios, que sin embargo la dirección interrumpió al comienzo de semana sembrando sospechas sobre las intenciones de Sánchez de alterar las reglas de juego democrático. Unos días después de ese desvío en la carretera de la moderación, Feijóo cambió el paso y felicitó al presidente “por la imagen positiva que ha dado España en la organización de la cumbre de la OTAN”. Y los populares se mostraron dispuestos a apoyar el incremento del gasto en defensa y de efectivos militares de EE UU en Rota (Cádiz). Vuelta al carril central.

Feijóo tiene la siguiente prueba del viaje al centro en la votación del segundo decreto anticrisis, en el que el Gobierno ha incluido dos de las medidas propuestas por el PP: la rebaja del IVA de la electricidad al 5% y la ayuda de 200 euros para las rentas bajas. Pese a ello, en sus discursos el líder del PP está preparando el terreno para no apoyarlo. “Las medidas económicas del Gobierno son un fracaso”, criticó el lunes. Pero en el partido hay debate y, como ocurrió con el decreto anterior —al que Feijóo ordenó votar no—, hay dirigentes que consideran que deberían abstenerse en la votación. Esa opinión favorable a una abstención se ha escuchado ya en reuniones internas, según las fuentes consultadas por EL PAÍS. La decisión no está tomada, pero en el equipo del líder señalan que aunque hay medidas del PP, “faltan otras para las clases medias”, y se felicitan de haber rechazado el anterior decreto. “De lo contrario, ahora seríamos cómplices del 10,2% de inflación”.

El Consejo General del Poder Judicial es otro frente abierto para Feijóo. A pesar de su anunciada disposición a llegar a acuerdos de Estado, la renovación sigue bloqueada tres meses después de su llegada a la presidencia del PP. Los populares han exigido ahora al Ejecutivo retirar la reforma que ha registrado el PSOE para poder renovar solo a los magistrados del Tribunal Constitucional. La dirección popular responsabiliza al Gobierno de la falta de acuerdo. “No está en entredicho la vocación pactista de Feijóo, sino la vocación del Gobierno de pactar con el PP”, contraponen. Tampoco el Ejecutivo respondió a su propuesta de pacto sobre la OTAN.

Feijóo ha confesado a algunos barones del PP sus dudas sobre acordar con el Gobierno. “Él querría pactar el CGPJ, pero no se fía de Sánchez”, asegura uno de ellos, que ve “complicados” los pactos. “No creo que a Feijóo le pase factura no pactar el CGPJ. La gente está en la cesta de la compra”, opina otro. En el viaje al centro desde la oposición a veces la carretera es serpenteante.

 

TITULO:   EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I - ¿Qué sucedió en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia  ,.

 EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - ¿Qué sucedió en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia ,  fotos,.

 ¿Qué sucedió en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia ,. 

EL PAÍS reconstruye con testimonios, imágenes y vídeos geolocalizados el último y mortal intento de un grupo de jóvenes africanos de llegar a España,.

 Qué sucedió en la frontera de Melilla? El paso a paso de la tragedia |  España | EL PAÍS

Decenas de cuerpos se amontonan en mitad de una carretera. Las personas que yacen, algunas inertes, lucen medio desnudas, heridas, apenas reducidas a carcasas. La imagen, que ha dado la vuelta al mundo, revela el trágico final del intento de cruce a Melilla el viernes 24 de junio, cuando unos 1.700 migrantes y refugiados se dirigieron cargados de palos y piedras dispuestos a atravesar forzosamente un puesto fronterizo. Hay al menos 23 muertos, más de 200 heridos y 140 agentes marroquíes y 50 españoles atendidos.

 

 

El PAÍS reconstruye el suceso con vídeos geolocalizados y testimonios de varios de sus participantes, agentes y vecinos. También resalta las dudas que aún se ciernen sobre la tragedia.

 

 

 

Días previos: la trastienda

La entrada comienza a gestarse días antes. Las batidas contra los campamentos donde suelen refugiarse los migrantes se intensificaron a partir del sábado 18 de junio. Hubo varios enfrentamientos en los montes próximos a Nador, a unos 15 kilómetros de Melilla. Según relatan varios testigos a EL PAÍS, las redadas siguieron entre el miércoles 22 y el viernes 24 de junio, complicando la vida en el bosque.

Esos días, plantaron cara. “Estaban todos allí, en fila, sobre el monte Iksane”, señala Abderrahim, tendero de una villa de la zona, “vino la policía, y ni se movieron. Tiraron piedras a los agentes. La policía entró por otro lado, pero cuando volvieron, ya no había nadie. Los migrantes se fueron al Gurugú y allí fue donde se enfrentaron”.

Adam, un sudanés de 21 años que consiguió entrar en Melilla, habla del ultimátum que recibieron de los agentes marroquíes: “Un oficial de la policía vino solo y nos dijo que teníamos 24 horas para irnos: ‘Si os vais del monte, no usaremos la violencia, pero si os negáis a iros, usaremos fuego real’. Nuestro líder dijo que no podíamos abandonar así, nos reunimos unos 1.000 [un número menor al que han hecho referencia las autoridades] y esa noche decidimos ir hacia Melilla la mañana siguiente”.

La madrugada del viernes, una columna de unas 1.700 personas, entre ellos un porcentaje muy alto de sudaneses, que suelen ser reconocidos como refugiados, se dirigió a Barrio Chino, como muestra el video anterior. La Guardia Civil cuenta que recibieron un aviso de sus colegas marroquíes sobre las 6.30. “Van para allá, los intentamos contener para que no lleguen”, comenta un agente que escucharon de los marroquíes al otro lado.

 

El plan no era saltar la valla que separa Marruecos de España, que es lo habitual, sino acceder —superando otros obstáculos— al interior del puesto fronterizo y desde ahí forzar la puerta de acceso a Melilla. Habían cambiado los garfios que suelen usar para escalar la alambrada por una radial y un mazo.

Según Adam, acogido en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, la decisión fue meditada: “Era la única vía; a lo largo de la valla han cavado una zanja muy profunda y, si caes dentro, no puedes salir por tu propio pie”.

Bashir, un sudanés de 20 años acogido también en el CETI, fue de los primeros migrantes en llegar al interior del puesto fronterizo. Accedió encaramándose a un muro de unos dos metros coronado por otros dos metros de alambrada. Saltó dentro, donde ya había gente. Cuando echó la vista atrás, vio cómo se derrumbaba la reja a sus espaldas con unas 40 personas subidas a ella. “Cuando cayeron, no se quedaron ahí, todos se levantaron de nuevo, salvo uno o dos, quizás, con las piernas lesionadas”, cuenta. “El Gobierno marroquí ha dicho que la gente murió a causa de la caída y eso es mentira”, asegura. El momento está capturado en el siguiente vídeo:

Los supervivientes que lograron entrar en Melilla sostienen que las fuerzas marroquíes no se interpusieron y que pudieron llegar a la frontera sin problemas desde el Gurugú. Aseguran que se sintieron empujados estratégicamente: solo dejándolos llegar a tierra llana, las fuerzas marroquíes podían detenerlos. “Sabían que no podían pillarnos en el monte porque [la altura] nos daba ventaja”, explica Bashir. “Estábamos en una posición elevada y ellos abajo; no podían hacer nada, así que esperaron a que llegásemos”.

 

Dos horas después del aviso, un numeroso grupo se plantó en la calle principal de la villa, donde las casas y comercios miran a la alambrada que los separa del suelo español. No eran todos los que iniciaron el camino. Unos 400 o 500 se habían echado atrás y se dispersaron, asustados tras ver el despliegue marroquí en Barrio Chino. Allí se sitúa uno de los cuatro pasos fronterizos, de los más pequeños, cerrado desde 2020, y utilizado solo por porteadoras y vecinos de Melilla y Nador.

El grupo consiguió alcanzar el puesto desprotegido. Los migrantes entraron en el recinto por varios frentes, mientras las fuerzas marroquíes, pertrechadas de material antidisturbios, los encerraron, rodeándolos y cortando cualquier posibilidad de retirada de vuelta al monte. Dispararon pelotas de goma y lanzaron botes de humo y piedras. Algunos migrantes subieron a los techados de las garitas policiales; otros, se encaramaron a una alambrada lateral; los primeros en llegar intentaron acceder directamente escalando la puerta.

 

“Cuando la gente entró al recinto fronterizo, la policía formó una pared, no dejaron espacio para que nadie corriese o saltase y dispararon gas”, cuenta Bashir.

Quienes quedaron atrapados apenas lograban ubicarse en mitad de la humareda. “Muchos amigos no podían respirar, no sabían ni dónde estaban”, describe Adam. “Ese es el momento en el que se acaba la historia: no puedes abrir los ojos, no ves nada”.

Antes de la pandemia, el cruce de Barrio Chino era el único habilitado para realizar el porteo: miles de personas cargaban con bultos de hasta 90 kilos por un corredor ancho y en cuesta que sube desde territorio español hasta Marruecos. Otros dos pasajes para peatones permiten solo la entrada individual de personas mediante un sistema de tornos. Al final, hay unas puertas que, al forzarlas, darían acceso a la parte española del recinto. Fue en esos pasajes donde quedaron atrapados decenas de migrantes entre las garitas marroquí y española.

 

No fue tan fácil abrir las puertas que dan acceso al lado español. Los migrantes utilizaron un mazo y una radial para vencerlas, pero la cantidad de personas aturdidas por los golpes y los gases que venían desde atrás acabaron provocando una estampida.

“Había demasiado gas y no podíamos abrir la puerta [que da al control español]”, prosigue Bashir. “Cuando abrieron, yo estaba justo detrás: hubo gente que se desmayó y, conforme caían, los demás no los veían y les fueron pasando por encima”. El camino quedó totalmente bloqueado con personas, unas encima de otras.

Muchos de los que se precipitaron al interior del recinto quedaron atrapados entre los tornos del pasillo peatonal, como una trampa. Según Bashir, “si no hubiesen querido muertos, los marroquíes podían haber abierto camino y hacer espacio para quienes regresasen [al no entrar en Melilla] o se rindiesen”.

Bashir se salvó del embudo mortal. El joven consiguió salir del pasillo y aferrarse a la valla que da a territorio español. Se columpió sobre las barras de los peines invertidos y de ahí saltó hacia la última barrera, ya en Melilla. Y echó a correr. Otros perecieron en el intento.

Los fallecidos, según fuentes oficiales marroquíes, murieron de dos formas distintas: bien aplastados por sus compañeros durante la avalancha o bien a causa de la caída desde lo alto de la alambrada. No han precisado más, ni, en principio, hay autopsias. Los migrantes discrepan de la versión oficial y vinculan varias muertes a los golpes, el humo y las pedradas recibidas.

Abu Obaidah Youssef, un sudanés de 20 años que llegó a entrar en el recinto y que ahora está en Agadir, asegura que vio morir a varios compañeros. “Uno de mis amigos que murió estaba a mi lado. Se llamaba Hanin y tenía 25 años. No dijo nada. Estaba sangrando por la cabeza hasta que murió”. Yousef dice que no vio a nadie morir tras caerse de la alambrada. “Mis amigos murieron a causa de los golpes y asfixiados”.

Yousef recibió un golpe en la nariz y otro por encima de la nuca que le han dejado sendas heridas. Afirma que estuvo una hora tendido en el suelo, junto a decenas de compañeros, sin recibir asistencia médica. “Mientras estábamos tendidos”, afirma, “de vez en cuando nos golpeaban con las porras”. En vídeos como el anterior se ven guardias golpeando a los migrantes, incluso cuando la situación parece ya más tranquila.

Mientras tanto, muchos de los emigrantes que lograban entrar en territorio español eran devueltos en caliente desde Melilla. Es lo que las fuerzas españolas llaman “rechazo en la frontera”. Esta vez, los guardias civiles contaron con la colaboración de gendarmes marroquíes que golpearon con palos en la espalda a los migrantes para reconducirlos hacia Marruecos. La secuencia fue publicada por el diario Público y, aunque se ve claramente a los agentes de ambos países en suelo español, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo tachó de “falsedades” cuando fue preguntado por el episodio en el Congreso.

 

Tras el incidente, los agentes arrastraron a las víctimas hacia el exterior y amontonaron decenas de cuerpos en el suelo, al pie de la valla. En las imágenes no se distingue quién está vivo y quién muerto. Youssef vio cómo los marroquíes daban por muerto a su amigo Hanin, tras desangrarse: “Le dieron con un palo y al ver que no se movía le pusieron una chaqueta sobre la cabeza”.

Las primeras ambulancias llegaron alrededor de las 11 de la mañana, cuenta el joven, pero no había suficientes para todos los heridos. La Asociación Marroquí por los Derechos Humanos (AMDH), que ha tenido un papel crucial en la denuncia y divulgación de las imágenes de la tragedia, asegura que la asistencia fue muy lenta: “Transcurren casi nueve horas entre el primer y el último transporte en ambulancia”, afirma Omar Naji, miembro de esta organización. “Y durante esas nueve horas, no hubo servicio médico de socorro sobre el terreno”.

 En la siguiente imagen satelital se observa la escena. Es una captura de las 11.17 del viernes 24 de junio (hora de Marruecos), tomada por la empresa de satélites de observación Planet Labs PBC. Se puede ver a las personas amontonadas en el suelo, en la puerta del puesto fronterizo, junto a las dos ambulancias amarillas, y lo que parece una hilera de autobuses en la carretera.

 

Naji asegura que desde el lado español también había ambulancias preparadas. “Pero los equipos de socorro españoles no fueron movilizados”, sostiene.

Unos 60 migrantes fueron detenidos y el resto fueron metidos en al menos 15 autocares y abandonados en varias ciudades marroquíes, a cientos de kilómetros al sur de Nador. A las 21.00, aún no habían salido los últimos autocares de Barrio Chino. Youssef explica: “Nos iban soltando por las ciudades en pequeños grupos de cinco o 10 personas. Viajamos heridos en los autobuses. Y no nos dieron atención médica ni alimentos ni nada”.

Una semana después de la tragedia falta mucha información sobre lo que pasó. ¿Murieron más personas de las que reconoce Rabat?, ¿hay víctimas mortales entre los agentes marroquíes, como sugirió el propio Pedro Sánchez a pesar de que Marruecos lo niega?, ¿contribuyó la actuación policial a la estampida mortal?, ¿cuántas muertes podrían haberse evitado con una atención adecuada de los heridos? En España, la Fiscalía y el Defensor del Pueblo han abierto una investigación, pero su alcance es limitado ante unos hechos que ocurrieron en territorio marroquí.

En Marruecos, el Consejo Nacional de los Derechos del Hombre –institución oficial que no destaca por sus críticas a las fuerzas del orden– anunció una “misión de información” sobre el episodio. De momento, ni siquiera se conocen los nombres de los muertos, las circunstancias en las que murieron ni cuándo serán enterrados.

 

 

   TITULO:  Donde comen dos - El hormiguero Lunes -18 - Jueves -21- Julio ,.

El hormiguero Lunes -18 - Jueves -21- Julio ,.

 

El lunes  al jueves a las 21:45 horas, en Antena 3, fotos.

 

Lunes -18- Julio,.

 Carlos Mármol, en Sevilla, junto a uno de los artistas 'punk' del Sur: 'El Pali'.

Carlos Mármol, en Sevilla, junto a uno de los artistas 'punk' del Sur: 'El Pali'.

Carlos Mármol: "Nada hay más universal que la experiencia de la vulgaridad, que a todos nos iguala",.

 Carlos Mármol. Sevilla, 1971. El escritor y periodista acaba de publicar 'Charles Bukowski. Un disparo en la oscuridad' (Athenaica), un ensayo literario plagado de titulares sobre el último gran salvaje de las letras norteamericanas.

¿Es posible definir a Bukowski en un titular? 
Por supuesto: "Cuando escribo soy el rey de mi mierda. ¿Está claro, nena?". También valdría un verso del Rubén Darío más crepuscular: "Ser sincero es ser potente". Añadiría una tercera opción: "Un hombre es su estilo y su forma de decir la verdad".
"Escribe igual que una ametralladora", dice del escritor en su libro.
La escritura es la forma más pacífica que existe de librar una guerra. ¡Incluso de ganarla! La existencia es una batalla contra los demás. Escribir, al menos en mi caso, me ha ayudado a defenderme. Sirve para poner orden en el caos, te ayuda a salvar tu cuello y, si hay suerte, se lo salva también a alguien más. Además, carece de efectos secundarios, salvo el goce de empezar al siguiente párrafo, encontrar la palabra exacta, comenzar el próximo capítulo. Escribir es como escuchar buena música o subir en una montaña rusa.
¿Y por qué lo de "un disparo en la oscuridad"? 
Porque todos creamos a ciegas. Bukowski, al reflexionar sobre la creación, dice que querer escribir no es suficiente para crear algo bueno. Hacen falta dedicación y voluntad, pero es necesario el talento. Sin talento, la escritura no funciona. Me parece una idea luminosa en un mundo donde la gente cree que contar sus frustraciones ya es suficiente para hacer arte. Todos estamos rodeados de mierda a nuestro alrededor, pero sólo los creadores logran convertirla en la emoción de un poema, una canción o una película. Los diletantes no crean arte. El arte lo crean los artistas.
Para muchos, Bukowski es un escritor depravado, obsesionado con el alcohol y el sexo. 
Bueno, no creo que esta definición sea un problema, ¿verdad? Esta imagen responde a la máscara literaria que Bukowski creó con sus experiencias biográficas. De ellas nace el alter-ego de su literatura, sobre todo en las novelas y en los relatos. En realidad, y esta es una de las ideas centrales del libro, Bukowski está mucho más cerca de los autores clásicos de lo que pensamos. Beber y practicar sexo son temas bastante tradicionales. Nada hay más universal que la experiencia de la vulgaridad, que a todos nos iguala.
¿Es un antihéroe? 
Lo es en la medida en que su épica incluye la certeza del fracaso y, pese a esto, el protagonista de su literatura libra su batalla. Sabe de antemano que no va a llegar a nada en la vida, pero no deja de pelear para convertirse en aquel que quiere ser. Es una actitud admirable. Especialmente en un mundo en el que tanta gente oculta su verdadera identidad.
Él sí "se mató de hambre" por su arte. 
Sus años inverificables, la década en la que recorrió Estados Unidos sobreviviendo con trabajos basura y durmiendo en pensiones, borracho la mayor parte del tiempo, están llenos de momentos en los que no tenía con qué alimentarse. Para conseguir dinero tenía que dejar de escribir y relacionarse con la sociedad. En general, prefería quedarse solo en su cuarto, escribiendo aunque no tuviera muchas opciones de publicar. Sin dinero. Allí era él mismo. Cualquier otro hubiera desistido. Él persistió y escribió sobre esta elección. Dicho con sus palabras: "El coraje del individuo encarando la extinción sin la ayuda de la sociedad, Dios, bandera, amigo o familia. Éste es el mundo oculto del que nunca leíste nada en el periódico".
Bukowski dejó su trabajo de cartero para escribir. ¿Cómo fue? 
Gracias a una propuesta (demencial) de John Martin, el editor de Black Sparrow Press, que entonces se dedicaba a vender material de oficina. Martin quería montar una editorial para publicar la poesía de Bukowski, que entonces tenía 50 años y trabajaba en la oficina de Correos de Los Ángeles, clasificando cartas. Le ofreció pagarle 100 dólares mensuales como manutención vitalicia tanto si escribía como si no. Bukowski hizo sus cuentas y aceptó. Renunció al trabajo y poco después entregó a Martin su primera novela: 'Post Office'. ¿Cómo la has escrito tan pronto?, le preguntó Martin. "Por pánico", contestó Bukowski.
Colaboró con decenas de publicaciones, algunas de escaso prestigio.
Le llamaban 'The King of Underground Magazines' [El Rey de las Revistas Underground]. A lo largo de su carrera publicó poemas y narraciones en 1.414 cabeceras distintas. Fue su manera de intentar convertirse en escritor profesional. Muchas no aceptaban sus escritos. Las cartas de rechazo -su primer relato va sobre esta cuestión- eran constantes, pero insistió sin descanso hasta lograr que algún editor reparase en su trabajo. Aunque su primer éxito como escritor, las columnas de 'Notes of a Dirty Old Man', no se publicaron en revistas literarias, sino en 'Open City', un periódico contracultural de Los Ángeles en los años sesenta.
Las revistas eróticas le pagaban por cada relato de "mete-saca" 60 dólares. Ahora, los periódicos no pagan mucho más por un artículo.
Bueno, supongo que eso significa que los escritores de periódicos estamos al mismo nivel de precariedad que los pornógrafos. Si nos atenemos a las tarifas que pagan los periódicos, no cabe ninguna duda. Bukowski cobraba por cada columna en 'Open City' diez dólares de 1967. Al cambio actual serían 80 euros. Algunos periódicos españoles de tirada nacional pagan en 2022 menos dinero que un diario 'underground' norteamericano hace 50 años. Las grandes empresas periodísticas hablan constantemente de la importancia del periodismo, pero no lo pagan como debieran. Ni lo hacían antes ni lo hacen ahora.
Fue un pionero de la cultura de la cancelación. Ahí están las feministas quemando sus libros. 
Bukowski escribe su verdad. Si dejara de hacerlo, no sería él. Las feministas lo acusaron de misógino y machista, colectivos homosexuales lo consideraban homófobo y organizaciones afroamericanas lo tildaron de racista. Muchos querían prohibir sus libros porque en ellos no da una imagen idílica de estos colectivos. ¿Acaso estaba obligado a hacerlo? Le llamaron hasta sádico. Es el delirio habitual de los fanáticos que creen que la literatura debe dedicarse a exaltarlos a ellos en vez de contar la realidad desde el prisma personal de un escritor. Una patología social que, por desgracia, ha ido a más.
Ahora vivimos momentos en los que no deja de crecer la lista de 'ofendiditos' e impera lo políticamente correcto. Nada de esto va con Bukowski. 
Un escritor, igual que un periodista, no escribe para agradar a la gente. Escribe para contar la vida. Bukowski decía que si en sus libros había negros, homosexuales y mujeres malas es porque los que él conoció eran así. Y añadió: "Los únicos malos que no se quejan cuando escribes sobre ellos son los blancos". Como escritor describe lo que ve. Si hiciera otra cosa, mentiría como artista. "La censura" -decía- "es la herramienta de gente pequeña y amargada que necesita alejar la realidad de sí mismos y de los demás. Lo único que temen es su incapacidad para enfrentarse a lo real. En algún lugar, mientras crecían, les enseñaron a mirar sólo hacia un lado, cuando hay muchos otros".
Es uno de los escritores más influyentes, pero parte de la crítica lo desprecia. ¿Por qué? 
Bukowski criticaba la literatura institucional y renegaba de los mandarines culturales. La Academia acostumbra a llegar tarde a los grandes fenómenos literarios. Piensa que hasta que no los valida no existen. La única valoración que cuenta es la de los lectores. Y hoy, en las secciones de poesía de las librerías, quien está es Bukowski. Sus libros siguen vivos. Dicho lo cual, existen interesantes aportaciones académicas sobre su obra, como las de Rusell Harrison, David Stephen Calonne o el traductor español Abel Debritto.
Es más conocido por su prosa y sus relatos, pero usted ha profundizado en el poeta secreto. 
Bukowski es básicamente un poeta. Las novelas y los relatos le permitieron hacerse célebre, pero el grueso de su obra está consagrada a una forma de poesía prosaica, minimalista, capaz de crear emoción con los mínimos elementos posibles. Es una poesía perdurable. Una poesía que no suena a poesía y que, justo por esto, recupera el espíritu original de lo poético.
El autor dijo "la familia es un infierno; el trabajo es una condena; el amor, un accidente absurdo, y la política, una estafa".  
Bukowski tiene lo que Nietzsche llamó übermensch: la capacidad de distanciarse de la moral del rebaño y alejarse de la comodidad del resentimiento. Quien no soporta la realidad, practica el optimismo, esa forma de autoengaño. No es el caso de Bukowski: miraba el mundo de frente y lo describía tal cual lo sentía. Ya sabemos que la sinceridad no es el mejor método para hacer amigos. Pero ¿quién diablos necesita amigos?
Era un amante de la música clásica. Usted ha escrito su libro siguiendo el esquema de una sinfonía.
La propuesta de la editorial era hacer un breviario de 120 páginas, con notas. Un formato que Bukowski utilizó para sus primeros libros de poesía. Me pareció interesante que el libro, que es un ensayo literario, no una biografía, fuera una pequeña pieza de cámara, con cuatro movimientos, una obertura y un grand finale. Escribir es componer una partitura.
Bukowski exige autenticidad al arte. 
Es que en un mundo lleno de mentiras la única actitud digna que puede tener un escritor es ser sincero.
¿Qué pensaría el escritor al ver que la casa en la que se crió en Los Ángeles es ahora una especie de museo-hotel en la que se puede pasar la noche? 
Supongo que le revolvería el estómago. En esa casa -"the house of horrors", la llamaba él- fue maltratado por su padre. Que hoy sea un hotel customizado muestra la inmensa frivolidad con la que la sociedad trata algunas tragedias y sacraliza otras, dependiendo del interés.
Si Bukowski, de repente, resucitara en España, ¿qué pensaría de nuestros políticos?
Que son payasos a los que les hemos otorgado capacidad para decidir sobre nuestras vidas. "La gente que cree en la política" -escribe en un poema- "es como la gente que cree en Dios: sorbe aire con pajitas torcidas".
Bukowski solo escribe un poema: la vida es una mierda. 
Exacto. Pero lo hace más poderosamente que nadie. Y escribió algo aún más exacto: "Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple". Eso es el talento.
Si lo tuviera delante, ¿qué le preguntaría? 
¿Tienes fuego, Hank?
La imagen que le acompaña en la fotografía que ilustra esta entrevista no es la de Bukowski... 
Jajaja. No. Es un juego que sólo entenderán mis queridos indígenas (sevillanos). Representa a uno de los artistas punk del Sur: Francisco de Asís Palacios, El Pali, el último trovador de Sevilla. Autor de un verso colosal: "Menos misiles y más Pavías de bacalao". 
Martes -19- Julio,.
Jordi Mollà, con sus toros Osborne.
Jordi Mollà, con sus toros Osborne.

Jordi Mollà: "Rodé una película que era un mojón porque la amenaza contra mí era muy heavy",.

 El artista expone en la galería madrileña Gärna 65 siluetas del Toro de Osborne realizadas en chapa. El actor confiesa que ya gana más dinero con la pintura que con la interpretación.

 

¿Por qué haces este homenaje al toro Osborne?
Se dieron una serie de coincidencias. Era el 75 aniversario de Osborne y el 35 aniversario de 'Jamón, jamón'. Vino como anillo al dedo.
¿Cómo es pintar en una bodega?
Fue en el mes de abril en una bodega inmensa en un entorno natural muy andaluz. Todo eso me ayudó muchísimo. Si los hubiera pintado en Noruega, no habrían salido tan bien.
¿Qué sientes mientras estás pintando?
Todo y nada.
Reivindicas el toro, que ahora está muy cuestionado como símbolo de la fiesta nacional.
Ni lo reivindico ni dejo de reivindicarlo. Un toro para mí es un toro. Es difícil escapar de la imagen de un toro en una plaza, pero en mi cabeza veo toros en plazas y en cautiverio.
¿Qué representa para ti la tauromaquia?
No sé porque no entiendo del asunto. Representa a una España.
Precisamente hay otra España, que reniega de esos símbolos tradicionales españoles.
Mira, yo soy del lema vive y deja vivir.
¿Qué te enseñó Bigas Luna?
Mucho.
Fue el quien te metió el veneno de la pintura.
Sí. Yo veía que Bigas tenía mejor cara y ánimo cuando acababa de pintar. Estaba más tranquilo y luminoso. Entonces yo pensé que lo de pintar tenía que ser bueno. Él pintaba cuartillas en tinta china. Al terminar el rodaje, era una especie de meditación la que él hacía al pintar en tinta china hasta que se quedaba dormido. Hacía unas cosas maravillosas.
¿Te resultó difícil introducirte en el mundo del arte?
No. Yo empecé a pintar con 20 años y mi idea no era enseñarlo. Hasta que llegó una galerista maravillosa de Madrid que se llama Carmen de la Guerra y me dijo que quería ver mis obras. Yo le contesté que no, pero ella insistió mucho. Al final, se metió en mi casa, le enseñé lo que tenía y le encantó.
¿Y qué sucedió?
Me dijo que al día siguiente vendrían dos tipos a llevárselo todo. Y yo le contesté que no quería que saliese nada ni hacer una exposición. Pero llegaron los dos tipos, les dije que no, pero, al final, insistieron y se llevaron los cuadros. Yo les vi bajar por las escaleras y pensé: "Pero, ¿dónde irán estos desgraciados?". Pues, al final, funcionó.
Ahora, ¿vives de la pintura?
Y bien.
¿Ganas más con la pintura que con el cine?
Ahora mismo, sí.
¿No hay mucho impostor en el mundo del arte?
Cada artista tiene el derecho de expresarse como quiera. Para mí, el arte es comunicación. Hago algo para comunicar el mensaje y procuro no tener que añadir ni una palabra para expresar mi obra. El cuadro se tiene que entender de por sí.
¿Y si no se entiende?
Hay mucho artista conceptual del que el público a veces piensa: "Lo entenderá él porque yo no". Igual es que el artista no quiere hacerse entender absolutamente, sino sugerir algo.
¿Y los galeristas?
Digamos que son más comerciantes. Y, a veces son demasiado creativos porque no son sólo galeristas sino curadores. Yo soy una persona que protejo mucho lo que pinto y dónde quiero que esté.
¿Te sugieren lo que tienes que hacer o pintar?
Sí, pero tampoco trabajo yo con muchas galerías. Precisamente porque quiero tener una libertad total.
¿Eres un actor que pinta o un pintor que actúa?
[Largo silencio] Un actor que pinta.
¿Te sientes valorado y respetado como pintor? En España, es muy difícil que te tomen en serio en dos facetas.
Yo creo que ha costado, pero ya se ha entendido. Yo soy un tipo que hace varias cosas al mismo tiempo.
Pero cuesta, ¿no?
Sí, pero por el camino me entretengo. Se ha entendido que Jordi es actor, pintor, escritor, director, fotógrafo y también soy editor. Ya voy por el segundo libro editado por mí. La editorial se llama Plan F.
¿Qué libros has editado?
Un libro para coleccionistas, de esos que pesan. Tiene dos tomos: uno que recoge cómo fue mi pandemia y el otro, toda la obra que produje en ese año.
Un actor tiene que mostrar las vísceras, ¿cómo lo haces?
La cámara es una confesión. Nadie mejor que la cámara sabe lo que tú quieres decirle. Ni el director ni el director de fotografía ni el actor que tienes delante. La cámara es un ojo que si tú eres un buen intérprete y te abres, ella mira todo lo que tú tienes en las vísceras.
¿Cuál es la orden que te cuesta más acatar como actor?
Muchísimas.
¿La que más te molesta?
Me molestan muchas. Ése es el problema. "Ponte en la marca". ¿Por qué? Lo entiendo todo, pero ¿quién eres tú para decirme a mí que me ponga en la marca? Tampoco me gustan nada los retoques de maquillaje y de peluquería con todo mi respeto a los departamentos.
Son momentos que no te apetecen.
Tanto tocar, tanto tocar. Me llevan tocando la cara y el pelo 35 años. Al principio, está chulo porque eres el centro de un rodaje y todos te tocan, te visten y te arreglan. Pero pasado un tiempo piensas: "¡No me toquéis más!".
¿Qué es lo que más te enfada de los castings?
Yo sigo haciendo castings y últimamente se ha puesto muy de moda que te mandan la separata con una descripción del personaje y luego hay una cosa larguísima que es como te tienes que grabar.
¿Te grabas tú mismo?
Sí, yo lo hago mucho. Te dicen que tiene que ser así, con una luz de no sé cuántos, mirando a cámara... Mira, no. ¿P' a qué? Demasiado plano.
¿Has sufrido a directores tiranos?
Sí, claro. Un director tiene que ser duro como una piedra y sensible como una rosa. Es un capitán de barco que tiene a 100 tíos más a su cargo. Las películas son una gran amalgama de personas juntas que tienen que estar muy bien organizadas y sincronizadas.
¿Qué es lo que hay que tener para poner una pica en Hollywood?
¡Ay Dios Santo! ¡Qué pregunta! Fe.
¿En qué proyectos andas ahora?
Tengo algunos, pero no son grandes cosas. Me ofrecen grandes cosas, pero no sé si quiero hacerlas.
¿Por qué?
No me apetece ahora hacer grandes cosas en el cine porque también traen grandes problemas.
¿Cómo cuales?
Sacrificio y esclavitud.
Nunca has querido estar de moda. Cuando empezabas a pegar mucho, has dado pasos hacia atrás.
Mi madre me decía: "Hijo mío, el tren sólo pasa una vez". Y eso no es verdad. ¿Para qué han hecho una vía de tren? ¿Para que pase sólo una vez? No me lo creo. Igual no coges ese tren y tienes que esperar a que pase el próximo. Y ese tren igual no te lleva directo a Madrid sino que tienes que hacer transbordo y te para en Cuenca. Pero si quieres llegar a Madrid lo haces, aunque sea haciendo autostop. Oportunidades siempre hay. Quien crea que la vida son sólo tres oportunidades, ¡qué vida más miserable!
Es verdad que siempre se dice que ese tren no va a volver a pasar y hay que cogerlo.
Pero si no estás preparado para coger ese tren, cuidado. Puede que en mitad de la nada alguien te dé una patada y te tire en el desierto sin agua, sin bebida y sin nada. Entonces, ¿a quién acudes?
¿Has cogido el tren cuando no estabas preparado?
Absolutamente, sí. En la primera película que me ofrecieron antes de Jamón, jamón, que era francesa con Josep María Flotats, me fui. No estaba preparado.
¿En plena película?
Un día antes de empezar a rodar. Fue un aprendizaje heavy para conocer tus propios límites. Cuando hice Blow, casi casi que me piro para atrás.
Pero la rodaste y luego fue un éxito.
Sí, al final, la hice.
¿Cuál es el palo que te has llevado del que más has aprendido profesionalmente?
El palo es que me obliguen hacer algo que no quiero hacer. Cedí una vez porque la amenaza contra mi persona era muy heavy.
¿Te amenazaron porque ya habías firmado un contrato?
No, no había firmado. Pero alguna mosquita muerta me dijo que si me tiraba para atrás Disney me iba a llevar a juicio. ¡Disney!
¡Qué fuerte!, ¿no?
Obviamente no era verdad. Pero fue como hacer una película con una pistola en la cabeza apuntándome.
O sea que rodaste la película...
Con una pistola en la cabeza.
¿Se puede decir cuál era?
El Álamo. Entonces, este mojón yo no me lo vuelvo a comer.
No la he visto.
Yo tampoco.
¿Cuál es el personaje que más te ha impresionado en las distancias cortas?
Prince.
Es mi ídolo desde los 15 años. ¿Le conociste?
Era un iluminado.
¿No era muy reservado y difícil de conocer?
Hablaba muy poco, pero escuchaba mucho. Un hombre brillante en muchas cosas. Era un visionario de la industria de la música y un gran hombre de negocios y defensor de su marca. Un gran outsider al decirle a Warner Brothers: "Me habéis pagado 100 millones de dólares, pero yo no sabía lo que había detrás. Una cadena gigantesca contra un artista negro". También Johnny Depp y Stephen Hawking.
¿Conociste a Stephen Hawking?
Muy brevemente. Le abrí la puerta. También Bigas y el Papa Francisco.
¿Qué opinas de todo lo que ha vivido tu amigo Johnny Depp?
Johnny Depp debería retirarse del cine. No tiene ningún sentido que haga otra película. Y esto yo ya se lo dije a él hace 22 años.
¿Se debería haber retirado hace tantos años?
Yo le pregunté: "¿Por qué haces tantas películas, Johnny? No paras tío". "Es que tengo que pagar las cuentas". "Pero, ¿qué cuentas tienes tío? Aquí hay algo que no funciona".
¿No debería haber hecho la saga de 'Piratas del Caribe'?
Sí. No hay actor más rentable del planeta Tierra y seguramente el más solicitado. Pero cuanto más te quieren, menos tienes que dar. Espérate, desaparece durante un buen tiempo y dedícate a pintar. Él pinta maravillosamente.
¿También pinta?
Tengo uno de sus cuadros en Madrid. Yo le he propuesto hacer una exposición juntos: Johnny and Jordi.
Pero su imagen ha quedado muy tocada tras el juicio contra su ex Amber Heard.
¿Tú crees que ha quedado tocado?
Se han dicho cosas terribles y muchas intimidades.
Es que no he visto nada. Olvídate de cualquier serie de Netflix porque ese juicio ha sido el mejor tv show. Ha sido el negocio más rentable a nivel mediático que ha habido hace mucho tiempo.
Has contado que no te gusta que lleven tu coche, que manejen tu carrera. ¿Has tenido que luchar contra ello?
Y lucho continuamente. En eso me parezco mucho a Prince Roger Nelson.
¿Todos tenemos nuestro lado oscuro y nuestro armario?
Sí, claro. ¡Menos mal! La autoestima es dialogar con tus cuartos oscuros y tener compasión por ellos. Ése es un buen titular.

 Miercoles -20- Julio,.

 Xavier Font (Sant Boi de Llobregat, 1963), creador de Locomía.

 Xavier Font (Sant Boi de Llobregat, 1963), creador de Locomía.

Xavier Font: "Locomía era el grupo con menos drogas que te puedas echar a la cara",.

 Sant Boi de Llobregat, 1963. Xavier Font, creador de Locomía acaba de presentar la nueva encarnación de su proyecto en el festival Mad Cool y disfruta del éxito del documental sobre la tribu de los abanicos en Movistar +.

¿Era usted consciente de lo que terminaría siendo Locomía cuando montó el proyecto?
Cuando te haces un plan, rollo marketing, ya tienes un objetivo y ya no es orgánico ni natural. Yo nunca tuve un plan, por eso creo que cuando funciona, funciona a ese nivel que es más mágico. Yo no era consciente de nada, simplemente me dejaba guiar por mi instinto, que casi nunca me falla. En el documental digo: Era puta, sí, de corazón. Todo lo de mi vida ha sido siempre así, orgánico, sin un plan, sin saber y sin esperar nada. Y cuando pasan las cosas las disfrutas más y dices: bueno, algo he hecho bien.
¿Qué circunstancias favorecieron que ocurriese?
Fui muy transgresor y me adelanté a mi tiempo, pero tuve una ventaja: que en mi casa nunca salí del armario, pero porque nunca estuve dentro. Aceptaron mi condición sexual y que yo me dedicara a lo que estaba dedicándome. Nunca he tenido un complejo ni un trauma. Yo salía de mi casa vestido a mi manera, que yo estaba creando sin darme cuenta, me iba al 54 o al Distrito Distinto y para mí todo era natural. Y lo llevaba con una dignidad tremenda. Que sí, que era atrevimiento, porque tenía amigos de mi época, que de su casa no podían salir como yo iba y se tenían que cambiar en el tren desde Gavá. Si es que todavía vivía Franco y yo ya llevaba crestas y siete pendientes.
En el documental de Movistar + usted no tiene reparos en enseñar sus facetas más oscuras.
Me he arriesgado mucho con el documental, al mostrarme como soy, porque soy perfectamente imperfecto. Y soy visceral y soy natural. Pero puede que lo que cuento, y cómo yo lo cuento, llegue a los 'millennials', que es mi público potencial. Porque en el fondo tengo un niño que no dejo que mate el adulto. El cabrón culpable de mi carácter es el niñato que tengo dentro de mí, que todavía soy. Y tengo que decir la verdad. Y cuando dices la verdad, a la gente le llega. Por ejemplo, estoy casado desde hace cinco años, mi pareja tiene 24 y yo voy a hacer 59 en agosto. Ya tengo una edad, pero hay algo dentro de mí que no crece.
Ha pasado por el festival Mad Cool, dentro de Disco Vibra Mahou, el punto de encuentro que creó Mahou en el festival con conciertos y sets de DJs sorpresa, como Chimo Bayo u OBK. ¿Por qué considera que puede conectar con un público joven como el que acude a estas citas?
Lo que yo les quiero dar es la libertad de expresarse, de poder desarrollarse y tener un referente que yo no tuve, por mucho que estuviesen ya Pet Shop Boys, Boy George o Spandau Ballet. Lo mío es algo atemporal: Una estética sacada del pasado, puesta en los 80 y recreada en 2022. Yo ahora estoy cambiando un poco el rollo para presentarnos en el Festival de Benidorm con música electrónica, una cosa chula, evolucionada, que es lo que tenía que haber tenido Locomía en el momento que yo deje la agrupación y que me distorsionaron todos los colores.
¿Por qué dice lo de la distorsión?
Independientemente de que no eran las canciones que yo hubiese hecho, yo nunca he defendido una canción que tengo que hacer en playback. Y una de las razones por la que dejé el grupo era que ya llevaba muchos años con el abanico y que obviamente llevaba un año haciendo el playback de otro señor que no me dio ni una 'chance'. Como dijo el Capi [Miguel Ángel Arenas], si Locomía estuviera ahora tendría más Grammys que los grandes.
Hace un momento dijo que se adelantó a su tiempo.
Locomía pasó cuando tenía que pasar. El mundo estaba cambiando y nosotros cambiamos con el mundo. Y sobre todo en aquella España gris, que era de cojones. Hoy no sé si sería posible, porque está todo inventado y trillado.
¿Echa de menos la Ibiza en la que nació Locomía?
Ibiza ya no es lo que era, ni mucho menos. Es una historia comercial masificada. Antes ibas a bailar y estaba la McNamara, que mi hermano la tiraba a la piscina vestida. Y la Grace Jones. Y Roman Polanski, día sí, día no.O veías al rey de España, o a Julio Iglesias en el privado. Ahora la 'jet set' se hacen sus mega fiestones privados en sus mansiones y ya no se mezclan. Pero Ibiza es hoy lo que es gracias toda la fauna variopinta que hemos pasado por ahí a través de todos estos años. En la Inquisición desterraban a las brujas a Ibiza: pues nosotros venimos de ahí.
Ustedes contribuyeron a convertirla en el corazón del universo.
Siempre está el rollo de España, que nadie es profeta en su tierra, y está la mofa típica de que "pierdes más aceite que la furgoneta de Locomía". Y en vez de pensar que somos un un colectivo que hizo cosas por muchos y sobre todo por aquella España gris. Locomía es más que un grupito musical, es una cosa que la gente tal vez no entiende pero consume. Y ahora con el documental, imagínate tú: En el momento en que hablamos es la serie de no ficción más vista de Movistar +.
Usted lamenta, con vehemencia, que en España no se valore lo suficiente lo que ustedes hicieron.
Soy visceral, espontáneo, natural y, tío, no tengo filtro. Es que no me puedo poner una máscara porque no me la ponía ni a los 20 ni a los 30 ni ahora a los 58. Yo soy como soy. Si me aceptas, de puta madre. Si no, no pasa nada. No me considero más bueno, pero tengo buen fondo y ese rollo me salva, no. Y mi gente, mi tribu, lo sabe. Por eso tengo amistad con todos mis ex. Todos hablan de hace 36 años como si fuera ayer. Manolo, por ejemplo, dice: "Yo no cobraba, pero llevaba Chanel". Pero a lo que iba: en España somos así, no defendemos lo nuestro. De hecho, yo me tengo que ir a Latinoamérica y a día de hoy todavía te respetan, te idolatran, te quieren. Y yo he recibido afecto y afecto toda mi vida desde el otro lado.
¿Cómo valora, ahora, el escándalo por su detención hace más de una década, acusado de tráfico de drogas?
En 2009 me lapidaron públicamente: Fui a televisión y me pagaron 1.000 € por minuto, media hora de lapidación. Pero el objetivo no era pillar 30.000 €. Mi plan era defender mi tribu y mi marca de que si yo había vendido poppers, que lo había hecho, y que me estaban condenando en su momento -un juez lo diría en 2011- era mi responsabilidad. Que yo soy Xavier Font y García, que ostenta el cargo de ser el representante de un grupo que es Locomía. Pero no lo llamen Operación Abanico porque yo no soy un abanico: Yo soy una persona que ha hecho algo que parece que tiene que ser ilegal y que ya pagará en su momento. Así que Locomía es otra historia. Son cuatro señores que tienen sus familias. En el programa de la Patiño me dijeron que me iban a tratar bien y que eran fans.
Pero no.
No. A esta hija de puta le fue muy fácil condenarme cuando lo que hubo fue siete tíos pinchándome el teléfono durante 15 días, pero ninguna conversación de: "Te vendo una pastilla". Lo único que sacaron fue cuatro gramos de éxtasis de mi caja fuerte. Fue una encerrona de mucho cuidado. En este país estamos acostumbrados que el artista cuando tiene un buen momento se habla de la gloria de tal, pero cuando tiene un mal momento lo que hacen es pisotearle y joderle. Si mato a alguien está claro que me tienen que condenar. Pero cuando hay mariconadas a ese nivel, no es de recibo que tengas que mamarse una condena de tres años, que yo la resolví en un primer grado inicial porque o me quedaba de rebelde en el patio o me ponía a hacer el papel de chico bueno. Y opté por éste. Y salí antes que la Pantoja. Además, después de montar una obra de teatro en fin de año que se quedó el director de la prisión flipando.
¿Diría que todavía hay doble moral con las drogas?
Lo que más me jode es que Locomía era el grupo de menos drogas que te puedas echar a la cara. Yo, con 58, no he probado alcohol en mi vida, no he fumado un porro en mi vida ni sé fumar. Soy el más anti drogas que te puedas tirar a la cara, aunque mi aspecto y mis tatuajes digan otra cosa: pero la imagen de una persona no hace a la persona. Y me indigna porque sí: yo vendía poppers, ya se lo dije al juez, se lo dije a la Guardia Civil y a la procuradora homofóbica que me acusó. Yo vendía poppers a mis amigos porque es la única sustancia que no considero estupefaciente y que es un fármaco. ¿Sabes cuántas páginas hay ahora que están haciendo el negocio que yo me inventé? Mil. 
 
Jueves -21- Julio
 
Rosa Jové.

Rosa Jové: "Hay padres obsesionados por empastillar a los niños",.

 Lleida, 1961.Psicóloga especializada en el tratamiento de niños y adolescentes. Su nuevo libro, 'La crianza sostenible' (La Esfera de los Libros), propone eso mismo, una paternidad eco... incluidos los pañales lavables.

 Rosa Jové.

Yo recuerdo los meses antes de nacer mi hija como la época más consumista de mi vida. Todo era ver catálogos de coches, carritos, muebles...
Yo era mayor cuando nació mi hermano pequeño. Como era el cuarto, lo tenía todo, y lo que no tenía, venía heredado de las vecinas. Ahora, si no tenemos la cuna, la trona, el móvil, el carrito, el coche, o mejor, dos coches, la sillita, el cuco... Bueno, bueno, estás perdido si no lo tienes todo. Es terrible.
¿Y tiene una teoría de por qué?
Hay dos que se entremezclan. La primera es que los padres se sienten inseguros. Cuando yo fui madre me acordaba de la crianza de mi hermano y de la de los hijos de las vecinas... No lo sabía todo, ni mucho menos, pero había una transmisión del conocimiento que se ha roto. Como no sabemos nada de bebés, nos da una inseguridad que compensamos comprando cosas. Nos dicen que tal juguete desarrolla la cognitividad y picamos. Luego no sirve para nada. Falta que los padres se empoderen y se den cuenta de que los niños los necesitan a ellos y poca cosa más
¿Y la otra teoría?
Es obvio: la industria de la puericultura y la farmacia lanzan cada día el mensaje de cómprame, cómprame, cómprame.
Le dirán que antes los hijos se morían, que la mortandad infantil es baja hoy.
Sí, pero eso tiene que ver con la ciencia, no con la acumulación de cacharros. A mi abuela se le murió un hijo, Pauet, de una infección pulmonar. Al cabo de un año, apareció la penicilina. Pauet no hubiera muerto. No por la cunita ni por los pañales, por la penicilina.
También recuerdo del embarazo de que había gente que le explicaba a la madre lo que era una maternidad virtuosa y que era una presión poco invasiva. Su discurso, en el fondo, era «dale teta cuatro años y, si tienes que dejar de trabajar por eso, deja de trabajar»
Entiendo que muchas madre se sientan mal, que se abrumen. Yo también trabajaba mucho cuando fui madre... Pero esos consejos estaban bien enfocados. Si me preguntan cómo es una buena crianza, le diré que dé teta todo lo que pueda. Lo que pasa es que hay que adaptar esos ideales a la realidad. La gente trabaja, tiene turnos de noche y hace la crianza que puede, no la que quiere. Lo que hay explicar es: esta situación es la deseable; ahora vamos a ver qué podemos hacer.
Explíqueme lo de los pañales.
Hice un cálculo para el libro: gastamos 5.400 pañales en el primer año de vida de un bebé que tardan 500 años en biodegradarse. 5.400 pañales y 10.800 toallitas que se quedan por aquí, flotando. ¿Qué hacemos con eso? Vamos con la respuesta fácil: en lugar de comprar pañales desechables, podemos comprarlos orgánicos, con fibras naturales, que se degradan en siete años. Cuestan tres céntimos más.
Eso son ciento algo euros el primer año, ¿algo así?
10 euros más al mes, más o menos. Nadie es pobre por eso. El siguiente nivel es el pañal de tela lavable. Se pone una celulosa en media, un papel biodegradable, y el pañal sólo queda húmedo de pis. Se lava el pañal como se lava una camiseta manchada. No es para tanto, mi madre los lavaba a mano.
¿Y esa teoría de que estamos como locos demandando diagnósticos de TDAH y empastillando a los niños...?
Veo los dos extremos; veo padres a los que les dices que su hijo se autolesiona, se come las uñas, se arranca las cejas, tiene una ansiedad terrible y que un ansiolítico ayudaría a la terapia... Y que se niegan. Y ves a otros que entran en la consulta con la idea de empastillar a los niños, «duérmame al niño, por favor». ¿Hay un poco de abuso? Sí. No muchísimo pero sí algo. A menudo, por la presión de los padres.
Una colega suya me dijo que no da abasto, que hay una demanda de psicólogos imposible de atender
Yo tampoco doy abasto. Con los niños hicimos una animalada en la primera ola del COVID. Estuvieron encerrados tres meses y ahora tienen un estrés postraumático tremendo.

 

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