jueves, 27 de julio de 2023

Atención obras - Cine - Bibiana Collado Cabrera, escritora ,. Jueves -3- Agosto ,./ Detrás del instante - Un festín de mal gusto ,. / TARDE DE CINE CON - El dial del destino ,. / Historia de nuestro cine -Cine - Corridas de alegría , viernes -4- Agosto ,.

 

        TITULO: Atención obras - Cine - Bibiana Collado Cabrera, escritora ,. Jueves  -3- Agosto   ,.

Jueves - 3- Agosto  a las 20:00 horas en La 2, foto,.

 Bibiana Collado Cabrera, escritora,.

Bibiana Collado Cabrera, escritora: “A las mujeres nos han enseñado a tolerar mucho nivel de daño”,.

La escritora publica ‘Yeguas exhaustas’, una historia donde se trata las desigualdades de clase y género como problemas inseparables,.

 La escritora Bibiana Collado posa en una calle del centro de Madrid.

 La escritora Bibiana Collado posa en una calle del centro de Madrid.

Bibiana Collado Cabrera (Burriana, Castellón, 38 años) se preocupa mucho de que lo personal sea visto como colectivo. Sentada en una terraza del centro de Madrid, la escritora tiene un discurso claro y certero para referirse a la desigualdad de clase, uno de los temas principales de Yeguas exhaustas (Pepitas de Calabaza) aunque no el único porque también trata la violencia,.

 

 TITULO:  Detrás del instante -  Un festín de mal gusto  ,.

 Miércoles -2-Agosto  a las 20:00 horas en La 2 / foto,.

 Un festín de mal gusto,.

La cursilería fue un rasgo distintivo de la sociedad española del siglo XIX. 'Elogio de lo cursi', exposición en CentroCentro, recoge sus manifestaciones culturales y sus supervivencias contemporáneas,.

 Pareja de enamorados (c. 1915).  Pieza del Museo de Historia de Madrid

 Pareja de enamorados (c. 1915). Pieza del Museo de Historia de Madrid,.

Aunque el mal gusto tiene diversos orígenes, suele localizarse donde el gran público está de acuerdo. El crítico de arte Clement Greenberg consolidó esta idea al contraponer, en un famoso artículo de 1939, el arte de vanguardia –en su función inventiva– al carácter imitativo,.

 

Con puntilla, sin puntilla, con la yema muy cuajada o completamente líquida. Para gustos hay colores e infinidad de huevos fritos diferentes. Preparación barata y rápida, el huevo frito es universal y transversal: lo mismo sirve para improvisar una cena intempestiva que para darse un festín digno de gourmets. Tras su aparente sencillez oculta este plato procelosas dificultades (¿a quién no se le ha roto? ¿a quién no se le ha pegado a la espumadera?) y misteriosas técnicas de I+D que prometen resultados perfectos.

Hace ciento treinta años ya hubo quien se dedicó a reflexionar sobre la mejor manera de freír huevos. Ángel Muro Goiri (1839-1897), ingeniero, periodista y gastrónomo madrileño, abrió una célebre página de la cocina española escrita con sus 'Conferencias culinarias', artículos que aparecieron primero en prensa y servirían después de base a las grandes obras de Muro: el 'Diccionario general de cocina' y 'El Prácticón'. El 6 de marzo de 1890 firmó en el diario La Monarquía su primera conferencia, avisando de que empezaría enseñando a freír huevos «uno de los puntos de examen de cocina y una de sus operaciones más difíciles». Cuatro días después Muro cumplió lo prometido publicando una larga disertación sobre el arte de la fritura hueveril, cuestión peliaguda que según él se hacía casi siempre mal porque se usaba el sistema «a lo progresista alegre»: sin orden, concierto ni método alguno, pegándose yemas con claras y formando un batiburrillo. «A esto se llama un par de huevos fritos, y con efecto, huevos son y fritos están, y por ende se comen con gusto -yo el primero- pero aquí trátase del precepto técnico aplicado á la práctica, y no de lo que comúnmente se hace.»

La técnica ideal consistía en freír los huevos uno a uno en aceite o manteca (la elección la dejaba al gusto o presupuesto del consumidor) dentro de una sartén grande, con grasa abundante. A continuación, «se rompe el huevo crudo echando la clara en una taza y la yema en otra. Se agita ligera­mente la clara, sin batirla, y se pone la sartén sobre el fuego vivo». Se espera a que la grasa caliente humee y en ese momento «que el que quie­ra puede llamar histórico, se retira la sartén del fuego, se vierte la clara desde un palmo de altura, como si se transvasara, y hecho esto, de un golpe, sin perder tiempo y con suma rapidez, se arroja la yema en el medio de la clara. Se tapa la sartén y tres minutos después se quita la tapadera y se saca el huevo frito colocándolo en el plato en que se ha de comer». Este curioso sistema puede que parezca un tanto churrigueresco pero funciona a la perfección en el siglo XXI: separar clara y yema de antemano permite controlar el nivel de cocción de la yema, echándola antes o después, y hace posible también que su bonito círculo naranja quede justo en medio de la clara.

Prosigue Ángel Muro desaconsejando el uso de sal hasta el momento de servir el huevo en la mesa, donde será aliñado por el comensal. Su perfeccionista método obtiene un huevo ideal con un diámetro de 10 a 12 centímetros, la clara hecha al gusto con opción de puntilla y una yema esférica, centrada y maravillosa, cuajada al nivel que más rabia nos dé. Una vez dicho esto, sigan por supuesto ustedes friendo los huevos como les salga de la punta de la nariz. Ya lo decía Muro al final de la receta, seguramente para que le tildaran de dictador: «Fría cada quisque los huevos como mejor le guste comerlos, y nada más, que en ello no hay perjuicio ni daño».


TITULO:TARDE DE CINE CON - El dial del destino,.

El dial del destino,.

Este título de la última entrega de Indiana Jones, el célebre arqueólogo, parece una metáfora de la ecuación entre el coraje que resta y los finales posibles e inexorables,.

 

Harrison Ford se despide del arqueólogo con una entretenida aventura, digna sucesora de las tres primeras entregas, pero cuya excesiva duración lastra el resultado final,.

  Harrison Ford, rejuvenecido digitalmente para dar vida a Indiana Jones.
foto / Harrison Ford, rejuvenecido digitalmente para dar vida a Indiana Jones,.

2 horas y 34 minutos. Hay que remarcarlo. Es lo que dura 'Indiana Jones y el dial del destino' (James Mangold, 2023), y lo cierto es que tantos minutos pesan. De hecho, son el gran lastre de un regreso más que notable, que pone un punto y final muy digno a las aventuras del arqueólogo y que hace olvidar aquel fiasco que fue 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' (Steven Spielberg, 2008), un fallido largometraje del que solo se salvaba su espectacular introducción.

Mangold, el director detrás de 'Logan', la estupenda y crepuscular cinta sobre Lobezno, toma ejemplo y se despacha a gusto con otra introducción llena de fuerza, nervio y humor que sitúa al espectador al final de la II Guerra Mundial y sienta las bases de la cinta. Los alemanes están de retirada y se llevan buena parte de las reliquias espoliadas. Una de ellas es la que busca un joven Jones, capturado junto a su amigo Basil Shaw, nada más arrancar la función.

El Jones rejuvenecido por obra y magia de los efectos digitales -solo habrá otra secuencia así en el resto de la película- da el pego y el resultado impresiona lo bastante como para olvidar que el personaje que vemos en la pantalla no es del todo real. En cambio, cuando la acción se vuelve más compleja, la sensación de realidad se desvanece un poco y la imagen se adentra en el llamado valle inquietante, ese límite en el que la imagen sintética genera algo de rechazo al espectador.

Pese a todo, en su conjunto, la introducción brilla con fuerza y proporciona las dosis justas de tensión y diversión al espectador, con un Jones saliendo airoso de una soga al cuello, de una bomba, haciendo las veces de chofer de un coronel alemán y subiéndose a un tren en marcha lleno de nazis, en una entretenida montaña rusa que presenta ya a quien será el villano de la cinta, el doctor Voller (Mads Mikkelsen) y el codiciado objeto que Jones perseguirá a lo largo de toda la aventura, el mecanismo de Anticitera, cuya mitad -la otra está en paradero desconocido- en este arranque Jones logra arrebatar a Voller.

La acción entonces se traslada a agosto de 1969, en el último día como profesor de un Jones, que vive solo en un apartamento destartalado y ya no va en busca de aventuras. El alcohol con el que toma el café de las mañanas deja claro que no pasa por un buen momento Sin embargo, la entrada en escena de Helena (Phoebe Waller-Bridge), la hija de su amigo Basil y su ahijada, cambia las cosas. Al parecer, está interesada en el mecanismo de Anticitera. No será la única, pues el doctor Voller, que ahora trabaja en la NASA, reaparece en escena para tratar de hacerse con el objeto que puede cambiar el curso de la historia. En el último momento Helena escapa con el artefacto y a partir de ahí comienza un 'tour de force' de Jones que visitará ciudades como Tanger, Atenas o Sicilia para tratar de recuperarlo, mientras se van descubriendo las motivaciones del resto de personajes.

'Indiana Jones y el dial del destino' no tiene el argumento más elaborado del mundo, pero tampoco lo necesita, y sí hace muchas cosas bien. Para empezar describe ejemplarmente a un Jones cansado de tanto ajetreo -lo explicita en alguna ocasión-, incapaz de encontrar su lugar en el mundo, ahora que muchos familiares y amigos se han ido. No pierde tampoco la oportunidad de dibujar en Helena a una inteligente caradura -ojo, no resultaría nada extraño que el personaje diera pie a otras películas-, perfecta para dar la réplica al doctor Jones. Y, finalmente, Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y David Koepp, coguionistas junto a Mangold, han conseguido atrapar el característico sentido del humor de la saga. Y sí, hay guiños a otras películas de la franquicia, pero, a diferencia de lo que ocurría en la entrega anterior, no entorpecen el desarrollo de la cinta y fluyen de forma natural.

No es la única decisión inteligente en el guion. Poner en el centro de la trama el mecanismo de Anticitera, un artefacto real que siempre ha suscitado mucho interés entre los arqueólogos al ser considerado un Oopart, que es como se denomina en ingles a los objetos de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentran en un contexto muy inusual o aparentemente imposible y que podrían desafiar la cronología de la historia convencional, es brillante porque introduce en la historia la capa de misterio que siempre ha trufado las cintas del arqueólogo y que mantiene el interés del espectador.

Está claro que Ford ya no puede correr como antes -calza 80 años-, pero la nueva entrega cuenta con estupendas secuencias de acción que van desde intensas persecuciones a bordo de tuk tuk, hasta vuelos imposibles a lo desconocido -el atrevido e imaginativo final dará que hablar-, pasando por inmersiones en lo más profundo del océano o peligrosas cuevas. También las hay terribles, como la persecución a caballo durante el desfile de los astronautas del Apollo XI por Nueva York, ya vista en el tráiler, donde el CGI da lástima. Pese a ese fallo, visualmente es muy competente.

Así las cosas, el resultado final es relativamente equilibrado y permite a la cinta, entre saltos, persecuciones y disparos, reflexionar acerca del paso del tiempo, la edad o el duelo y jugar con la idea de que los nazis siguen entre nosotros, en un inesperado guiño al presente. Con unas interpretaciones muy destacables -Ford, Waller-Bridge y Mikkelsen están magníficos, pero es que Ethann Isidore, como Teddy, una suerte de Tapón sin aquella odiosa actitud, está perfecto-, es una pena que no haya habido una mayor exigencia en la sala de montaje porque recortando con esmero las secuencias de acción o alguna que otra escena de transición no tan necesaria, el largometraje sería mucho más redondo, tenso y directo a la yugular, que es lo que se le debe exigir a una cinta de acción y aventuras. Ni con esas se igualaría a la trilogía original -y aquí supongo que entra la nostalgia en juego-, pero estaría aún más cerca.

 

TITULO:  Historia de nuestro cine -Cine -  Corridas de alegría ., Viernes  -4- Agosto ,.

 Corridas de alegría

 

 El Viernes    - 4- Agosto ,.  a las 22:15 por La 2, foto,.

 

 

Reparto,. With Miguel Ángel Iglesias, Javier García Pelayo, Isabel Pisano, Paula Molina.

 

 Miguel, fugado de la cárcel a dos meses de cumplir su condena, sólo piensa en vengarse y en encontrar a su amada Diana. Lía a Javier, trilero dicharachero con un descapotable-cafetera, en un viaje por Andalucía tras la pista de la doncella desaparecida. Por el camino, una sarta de encuentros inclasificables y personajes a cada cuál más descabellado.

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