TÍTULO: DESAYUNO - CENA - DOMINGO, LAURA POITRAS,.
La mujer en la que confió Snowden,. foto
Mucho antes de que Edward Snowden la eligiera
para ser su cómplice en la revelación del
programa de espionaje masivo de la Agencia
de Seguridad Nacional estadounidense
(NSA), el reino de los polígrafos, las escuchas
y los hackers, Laura Poitras ya estaba en la lista de vigilancia
máxima. Se había metido, digamos, donde no debía: primero
en Irak, para realizar su documental 'My country, my country',
y luego en Yemen y Guantánamo, para el siguiente, 'The Oath'.
Ambas incursiones le costaron 40 detenciones en la frontera,
con interrogatorios y confiscación de ordenador, notas y móvil.
Así que, cuando el aún agente de la agencia gubernamental
contactó con ella para hacerla partícipe de su plan, por correo
electrónico y con todas las precauciones, Poitras ya era experta
en algo que suena a guerra fría: la criptografía. Esto, sumado
a su currículum de documentalista y autora del documental 'The Program', sobre espionaje, la convertía en la candidata
ideal para Citizenfour, el nombre cifrado de Snowden, que no
quería dejar huella antes de dar el paso definitivo.
Cuando este le pidió que sacara la información
a la luz 'pasara lo que pasara',
ella ya se había unido a la causa. La citó
en Hong Kong, con dos periodistas de 'The
Guardian', y allí se vieron las caras durante
ocho días. El guión no incluía la intervención
de agentes especiales. Poitras lo
cuenta en el documental que ha ganado
el Oscar este año, 'Citizenfour' (se estrena
ahora en España). El relato de cómo y por
qué se fraguó la mayor filtración de documentos
clasificados como alto secreto,
con la denuncia de las prácticas 'ilegales' de la NSA como telón de fondo, y
con Steven Soderbergh como productor.
Snowden no se equivocó: el personaje
de Poitras está a la altura del mejor guión.
Y como tal, está en los radares de todos
los servicios de inteligencia. Pero no se
esconde: exhibe de festival en festival la
crónica de este nuevo Watergate y seguirá
metiendo el dedo en la llaga de asuntos
como el terrorismo. El agente 007 no lo
habría hecho mejor.
¿Quién es?
-Nació en
Boston,
Massachussets,
en 1964, en
el seno de
una familia
acomodada.
-Estudió en el Art
Institute de San
Francisco.
-En 1992 se
trasladó
a Nueva York
para iniciar
su carrera
cinematográfica.
Allí asistió a
clases de teoría
social y política.
-Ha sido
profesora en el
departamento
de cine de la
Universidad de
Yale. En 2014,
ganó el Premio
Pulitzer.
-Su documental 'Citizenfour',
ganador del
Oscar, se estrenó
en octubre de ese
año en el Festival
de Cine de NY.
-Ha ayudado a
poner en marcha
la Fundación para
la Libertad de
Prensa.
Su
desayuno: 'Movido', pero sano «Tomo batidos de fruta y mucho plátano. Y
si voy a salir pronto, añado una tostada para celiacos con miso, tahini
o aceite de linaza y brotes de alfalfa o brócoli».
La cena dos huevos fritos con patatas fritas, pan, beber agua, postre una pera,.
TÍTULO: VIAJANDO CON CHESTER, LA QUINTA DE LOS 50,.
VIAJANDO CON CHESTER, foto,.
Hace unos días, hablando con tres amigas, tras un rato de charla, una dijo: "¿Os dais cuenta que llevamos una hora hablando de nuestra salud? Hace unos
años, habríamos empezado la conversación hablando del
trabajo, los maridos, los hijos, el último libro leído o un viaje
por hacer, y ahora parece que nuestra prioridad es el
colesterol". Nos reímos. Tenía razón. Habíamos dedicado
buena parte del tiempo a ponernos al día de cómo teníamos
los niveles del colesterol, de si somos más propensas
a la lumbalgia que antes, de las cifras del azúcar y de las 'goteras' que nos van inundando con los años.
Mis amigas
y yo nacimos en la década de los 50 y tenemos más
o menos la misma edad, de manera que muchas cosas
que le pasa a una le ocurre a las otras. Además, el paso
del tiempo nos ha vuelto aprensivas y quizá hipocondríacas.
Benditos esos jóvenes que gozan de buena salud y se
sienten casi inmortales, porque el transcurrir del tiempo
se les hace eterno. Lo peor fue cuando empezamos a repasar
la lista de conocidos que luchan contra enfermedades
graves y los que han perdido la batalla.
Cambiamos
de conversación, claro, en un intento de recuperarnos a
nosotras mismas, a las que fuimos en el pasado, como si
la ausencia de palabras pudiera borrar que la salud es una
de nuestras preocupaciones. Solo cuando cumples años
te das cuenta de la importancia que tiene disfrutar de una
buena salud. Y solo cuando sientes que se te empieza a
escapar, aunque sea levemente, entre los dedos, empiezas
a ser consciente de que tenemos fecha de caducidad.
Cuando eres joven, tienes cierta sensación
de eternidad, pero cuando pasas de los 50 empiezas a
sentir que el futuro llega demasiado deprisa. No me gusta
mirar hacia atrás. Mirar el pasado solo produce irritación
por los errores cometidos, melancolía por el tiempo perdido
y tener que admitir la evidencia de la plenitud física evaporada.
Ojo, no me refiero a las arrugas, que son la huella
de lo vivido, con ellas ya me he reconciliado. El lamento,
más sutil, tiene que ver con la preocupación de arrancar
tiempo al tiempo. Creo que la única forma de hacerlo es
llevando una vida sana, ya saben: ejercicio moderado, más
consumo de verduras y frutas, y mirar la vida con actitud
positiva.
Claro que es más fácil decirlo que hacerlo. No me
refiero a lo de la verdura, sino a lo de ver la vida de manera
positiva. El sufrimiento mata y la crisis ha mermado
la esperanza de vida de muchos conciudadanos.
Hablaba con mi amigas de cómo combatir el paso del
tiempo, y cada una lo afrontamos de forma distinta. Yo
hago yoga, camino rápido hora y media al día, y desde
hace años soy vegetariana. Todo eso, supongo, me ayuda
a estar mejor, pero tampoco las tengo todas conmigo,
porque todos nos tenemos que morir de algo. Ya ven, muy
a nuestro pesar, a partir de cierta edad y sin darnos cuenta,
terminamos hablando de los niveles del colesterol. Sí,
quién nos ha visto y quién nos ve.
TÍTULO: COCINA DOMINGO, JABALI CON SALSA LASARTE,.
Tiempo de preparación: 20 minutosIngredientes para: 4 personas
Ingredientes: 300 g de cabeza de jabalí. / foto,.
Para la salsa Lasarte:
3 huevos, 1 cucharada sopera de mostaza de Dijon, 45 g de aceite de
oliva virgen extra, 3 cucharadas soperas de vinagre de Jerez, 3
pepinillos en vinagre, 1 cucharada sopera de alcaparras, 1 cucharada
sopera de perejil picado, 1 cucharada sopera de estragón picado, sal,
pimienta, brotes de espinaca y hojas de perifollo.
Elaboración: se
corta la cabeza de jabalí en finas láminas. Se cuecen los huevos en
agua fría con sal, diez minutos a partir de que el agua hierva. Se
refrescan en agua con hielos, se pelan y se separan las claras de las
yemas. Se aplastan las yemas con la mostaza, ayudándonos de un tenedor.
Se incorporan el vinagre y el aceite en forma de hilo, como si se
tratara de una mayonesa. Se salpimienta y se añaden las alcaparras y los
pepinillos picados y se mezcla. Se agregan las hierbas y la clara de
huevo finamente picada. Se mezcla bien y se mantiene en frío, cubierto
con papel film que quede e/ n contacto.
Acabado y presentación: se
montan en un plato grande y plano la cabeza del jabalí extendida, se
agregan unas lágrimas de salsa Lasarte por encima y algunos brotes de
espinaca y hojas de perifollo.
El vino
Rueda 2014. La fuerte apuesta de Marqués de Cáceres por la D. O.
Rueda se manifiesta en su nueva bodega en la finca de Serrada, que
dispone de 125 hectáreas de viñedo propio. Íntegramente elaborado en la
propiedad, este nuevo vino de color pajizo, fragante nariz (entre
cítrica y mineral) y un paso de boca fresco y voluminoso posee un largo y
agradable posgusto. Ideal como aperitivo, es gran compañero de la
cocina mediterránea. 6 ¬. J. L. RECIO
REINOS DE HUMO Por Benjamín Lana
De media hora para comer
Me
está entrando complejo de Robin Hood de lo castizo. Me veo, cada vez
más, defendiendo costumbres de esas que los modernos llaman 'viejunas'.
No me refiero a cuestiones como la estigmatización del mondadientes,
sino a temas serios como la cultura de los dos platos y postre o el vaso
de vino reglamentario en las comidas. Comprendo la necesidad patria de
racionalizar los horarios laborales, de conciliar en casa e irnos a
dormir a la hora de los noruegos. Pero, como somos un pueblo dado a
pasar de un extremo al otro, me da miedo. Traigo este cuento porque, en
una de las empresas mejor valoradas por sus empleados en España y en el
mundo, una tecnológica de campanillas, con cocinas de restaurante de
vanguardia, comida gratis y zonas de descanso, está mal visto reservarse
en la agenda más de media hora para comer. No lo he leído por ahí, me
lo dijeron en persona y con testigos. Es verdad que su cultura
empresarial es americana y ningún europeo entiende bien cuál es la
relación de los gringos con la comida. Pero todo ese despliegue para
tener que almorzar en media hora... da un poco de pena. Serán un ejemplo
de eficiencia y conciliación, pero mi madre siempre me ha dicho que
coma despacio y mastique más. Que las prisas son de mala educación y
sientan mal al estómago. ¿Media hora? Me suena a cita con el dentista y a
ese deseo de que se acabe cuanto antes.
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