Stephanie Sigman - foto,.
Stephanie Sigman | ||
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Nombre de nacimiento | Stephanie Sigman | |
Nacimiento | Ciudad Obregón, Sonora, México 1987 (28 años) |
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Nacionalidad | Mexicana | |
Ficha en IMDb | ||
Vida
Stephanie Sigman nació en Ciudad Obregón, Sonora, México, en 1987. Se dio a conocer en el mundo del espectáculo a los 16 años cuando incursiona como modelo. A los 18 empieza a estudiar actuación y poco a poco se abre campo en la televisión en programas como “Lo que callamos las mujeres”, “La vida es una canción”, entre otros. Participó en varios cortos y largometrajes y obras de teatro y en 2011 obtiene el papel protagónico en la cinta “Miss Bala”.TÍTULO: TRAZOS, UNA PASTILLA PARA COMER SIN ENGORDAR,.
Investigadores del CNIO desarrollan un fármaco que favorece el descenso de grasa corporal y peso sin efectos secundarios. En ratones y monos logra pérdidas de entre el 8 y el 20%, foto,.
¿Quién no ha soñado alguna vez con tomar una pastilla para comer sin miedo a engordar? Ese medicamento a prueba de remordimientos podría estar más cerca que nunca si se confirman los resultados de un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Los científicos españoles, liderados por Manuel Serrano, han desarrollado un fármaco experimental que consigue pérdidas de peso y grasa corporal de entre el 8 y el 20 por ciento mientras se sigue una dieta calórica. Lo hace, además, sin efectos secundarios, aunque de momento todo esto solo se ha demostrado en ratones y monos.
«Si se cumplen estos resultados en humanos podríamos contar con una nueva herramienta para combatir la obesidad, la diabetes y otras enfermedades relacionadas con el exceso de peso, e incluso del envejecimiento
aunque esto último aún está por demostrar», avanza a ABC Manuel
Serrano, responsable del grupo de Supresión Tumoral del CNIO que firma
este estudio en la revista «Cell Metabolism».
La idea sería que las personas con sobrepeso tomaran una
pastilla diaria para mantener a raya los kilos de más, como ya hacen
muchas para controlar el colesterol, cuenta. Además del CNIO, en la
investigación han participado el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos y el centro de neuroobesidad de la Universidad de Santiago de Compostela.
Una enzima tiene la clave
¿Pero cómo se puede adelgazar sin dejar de lado la comida y
sin hacer más ejercicio? La clave la tiene una enzima llamada PI3K. La
obesidad aparece cuando se produce un desequilibrio entre la ingesta y
el gasto calórico. Cuando el balance energético es positivo, el exceso de calorías se almacena en forma de grasa y
una de las funciones de esta enzima es fomentar el almacenamiento de
nutrientes. Los investigadores del CNIO conocían esta enzima porque
también juega un papel importante en el cáncer, al favorecer el
crecimiento y la multiplicación celular.
Otros grupos de investigación han desarrollado compuestos que regulan esta enzima buscando un tratamiento oncológico. Pero, por primera vez, los científicos del CNIO se plantearon otra utilidad: anular su actividad para frenar la obesidad.
Adelgazar pero con un límite
El resultado es un medicamento experimental, bautizado como
CNIO-PI3Ki. Esta molécula se ha probado en ratones y monos obesos que
fueron alimentados con una dieta muy rica en grasas hasta alcanzar el
doble de su peso normal. Tras 50 días de tratamiento, los roedores
obesos perdieron un 20 por ciento de su peso y en ese punto mantuvieron su pérdida de peso estable,
mientras seguían comiendo sin tasa y con alimentos muy ricos en grasa.
En monos, la pérdida fue menor, del 8 por ciento, porque la dosis de
medicamento que recibieron fue menor por el exceso de celo que rodea la
investigación con primates, advierten desde el Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas.
El mecanismo de acción del fármaco permite adelgazar, pero con un límite. De alguna manera, es como si dejara de hacer efecto cuando el organismo ya no necesita perder peso.
Por eso, si lo tomara una persona que no consume calorías en exceso no
conseguiría ningún efecto. «Esto demuestra que la actividad de la enzima
PI3K solo es relevante cuando se sigue una dieta hipercalórica», apunta Elena López-Guadamillas, del grupo de Serrano en el CNIO.
Pérdida de grasa armónica
Al tiempo que perdían peso, los ratones y monos mejoraban
los trastornos asociados a la obesidad: se reducían los niveles de
glucosa (diabetes) y los síntomas de hígado graso. También descendían los triglicéridos y otros marcadores que indican un mayor riesgo cardiovascular. Curiosamente, se eliminó la grasa más dañina y peligrosa, la visceral y pericardial. Esta grasa se acumula sobre órganos vitales como el hígado, los riñones y el corazón. «La pérdida de grasa es armónica y no desaparece de las zonas del cuerpo que deben estar mullidas»,
añade Manuel Serrano. Tampoco se produce una pérdida de masa muscular,
ósea o hepática, lo que demuestra que los kilos bajan exclusivamente por
la escasez de tejido graso.
No eliminan el apetito
La otra gran ventaja es que el fármaco -al menos en los modelos animales- no altera el sistema nervioso ni influye en el apetito y la saciedad como hacen otros fármacos.
Algunas de estas promesas antiobesidad conseguían que sus pacientes
adelgazaran suprimiendo el apetito, pero a costa de un mayor riesgo de
sufrir una depresión.
En los experimentos también se ha comprobado que los
efectos son reversibles y al interrumpir el tratamiento los ratones
aumentaban de peso si seguían con una alimentación rica en grasa,.
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