DESAYUNO - CENA - VIERNES - EL PADEL PIERDE EL PARTIDO,./ Philippe murió donde quería,./ VIERNES CINE, EL REINO DE LOS CIELOS,.
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DESAYUNO - CENA - VIERNES - EL PADEL PIERDE EL PARTIDO,.fotos,.
World Pádel Tour no aguantó la presión social que provocó la elección del anfiteatro como sede de su torneo de Mérida,.
WPT quiere que su circuito pare en Extremadura, pero sus patrocinadores huyen de las polémicas,.
La tercera temporada del World Pádel Tour ya está en marcha.
Barcelona acoge esta semana el primer torneo de un circuito que tenía
prevista su cuarta parada en Mérida del 4 al 10 de mayo. En el Real Club
de Polo se hablará sobre qué pareja ocupará el número uno dejado
vacante por Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín, de si Paquito
Navarro y Matías Díaz serán capaces de entenderse en la pista o de si
las gemelas Sánchez-Alayeto seguirán al frente del ranking femenino. Lo
normal al comienzo de cada temporada. Lo que no es tan normal es tener
que hablar de la cancelación a última hora del torneo de Mérida, una
prueba diseñada para brillar en el calendario y que se ha apagado cuando
ya estaba casi en marcha.
Desde 2006, Mérida ha estado vinculada con el circuito profesional de
turno. El Pádel Pro Tour (PPT) tuvo parada en sus tres primeras
ediciones en el Tiro de Pichón emeritense, y hace tres años, cuando
World Pádel Tour (WPT) se hizo cargo del circuito, Mérida volvió a
apostar fuerte. El desaparecido PPT era propiedad de los clubes
organizadores, pero el WPT es dueño y señor de su circuito y elige en
cada sede una empresa para que organice sus torneos. Para Extremadura,
el 'partner' elegido fue Triple C Events and Sport, una empresa
emeritense con experiencia en esa labor, no en vano alguno de sus socios
ya participó en la organización del PPT. Fue Triple C quien firmó el
convenio con la Junta para que el WPT recalará en Extremadura.
Cáceres en 2013, Badajoz en 2014 y Mérida en 2015 fueron las sedes
elegidas para promocionarse gracias al pádel. La idea de la Junta y del
WPT siempre ha sido la de promocionarse, unos sus ciudades y otros su
deporte. Por eso se eligió la plaza Mayor de Cáceres como sede y por eso
se eligió el anfiteatro de Mérida, pura promoción. La foto de la pista
instalada a los pies de la Ciudad Monumental cacereña fue durante mucho
tiempo la imagen del circuito, y la pista que se iba instalar en el
anfiteatro emeritense estaba destinada a serlo.
Para que el torneo se pudiera celebrar en el anfiteatro el WPT
accedió a todos los requisitos que la Comisión Delegada de Consorcio de
la Ciudad Monumental le iba pidiendo. En la pista no habría publicidad,
ningún elemento arquitectónico podría apoyarse sobre los restos
arqueológicos, las gradas que se iban a instalar nunca serían más altas
que las gradas existentes, el acopio de materiales se haría desde el
exterior para no meter maquinaría pesada en el recinto, el montaje se
instalaría en tres días y quedaría desmontado prácticamente el día de
las finales.
Ubicación de la pista en el Anfiteatro /
ORGANIZACIÓN
Las condiciones reducían considerablemente el aforo de las gradas,
pero fueron aceptadas por los organizadores. Las dos gradas y los palcos
que se iban a instalar tenían capacidad para 1.271 personas, menos de
la mitad de las que se instalaron en Cáceres. Además, las gradas
existentes que se iban a usar son las que están preparadas para tal fin.
Los organizadores también aceptaron participar en unas obras de
mejora en las gradas existentes después del torneo que podrían disfrutar
todos los visitantes del anfiteatro pero no ellos. Buena voluntad no
faltaba por su parte.
Para reducir el impacto y las molestias que el público del torneo
podría causar al recinto del teatro y del anfiteatro, la zona comercial
que acompaña a este tipo de torneo se iba a instalar en la plaza que hay
en el exterior, y la zona VIP iba a montarse en el peristilo, un
recinto utilizado con ese fin en otras ocasiones.
Al proyecto sólo le faltaba el visto bueno definitivo del Consorcio,
visto bueno más que previsible porque eran ellos los que en buena medida
lo habían diseñado. No hubo ocasión. Primero la presión política, y
después la presión social sobre las marcas patrocinadoras del circuito
-Estrella Damm, Adeslas, Philips y Volvo- obligaron al WPT a desistir de
celebrar su torneo en Mérida.
Sensatez
«Nuestra intención nunca fue dañar de ninguna manera al anfiteatro,
al contrario, trabajamos juntos para que el torneo fuera viable y lo
habíamos conseguido», explica Javier Porras, director general del WPT.
«Pero no estábamos preparados para soportar la presión política y social
que hemos recibido. Nosotros somos un evento deportivo y lo más sensato
nos pareció cancelar el torneo». Javier Porras confirma así que fueron
los patrocinadores los que provocaron la renuncia, no la Junta de
Extremadura o algún informe negativo que nunca se produjo. «El tema se
enturbió demasiado, se opinaba sin conocer el proyecto y llegamos a un
punto en el que ya era difícil reconducir el debate», se lamenta Porras.
«Viendo como estaba el tema, hablamos con el gobierno regional para
buscar otras opciones, pero ellos eran partidarios de mantener la
ubicación». No había plan B. «Sabemos que la cancelación perjudica al
pádel y a la afición brutal que hay en Extremadura por nuestro deporte,
por eso estamos abiertos a volver, pero siempre teniendo en cuenta que
nosotros somos un evento deportivo, no político».
«No podemos quejarnos del trato recibido en Extremadura, al
contrario, José Antonio Monago es el único presidente autonómico que ha
estado en uno de nuestros torneos, pero lo sensato era hacer lo que
hemos hecho», reflexiona Javier Porras. El circuito sigue su marcha sin
Extremadura. «No nos faltan novias para ocupar la fecha dejada libre»,
explica Porras, que pronto anunciará la nueva sede del torneo. «Aunque
seguro que volveremos a Extremadura, su afición se lo merece», sentencia
Porras.
Este parisino explorador de la mente ha fallecido en Acebo,
Philippe Camus - foto,.
Acaba de morir, a los 77 años, Philippe Camus, uno de los personajes
más singulares que vivían en la sierra de Gata, en un singular paraíso
llamado La Lalita. Había nacido en una familia de constructores y
arquitectos y, tras intentar seguir el camino que su familia tenía
trazado para él, se fue a la India, donde un lama tibetano le señaló
otro camino, el del desarrollo personal. De allí se vino a Ibiza, pasó
por París, por las Alpujarras y un buen día llegó a Acebo.
«Me había hablado de este pueblo un chico llamado Luis, que tiene un
molino aquí. Era periodista en Madrid y había hecho la primera revista
New Age: 'El Mago'. Llegué a Acebo de noche, fui a una casa que está en
otro valle cercano a este, dormí 48 horas y cuando desperté, me dije: Ya
está, es aquí. Este es el primer sitio donde compré algo. Era el año
1987, más o menos. Fui recorriendo los valles y tuve un flash: Aquí
quiero morir. Primero compramos un prado y hemos acabado teniendo 20
hectáreas de prados, bosques robles y olivares», me contaba durante el
verano de 2012 en su casa de la sierra, situada en lo más intrincado de
un bosque de cuento en las faldas del mítico monte Jálama.
Recuerdo que Philippe me recibió vestido con una larga falda y una
camisa tibetana. Estaba rodeado de sus nietos, que vivían y viven con
sus padres en las casas de este paraje indescriptible salpicado de
árboles, valles y arroyos. Un paraje donde Philippe hizo realidad su
sueño: «Recibir gente y meditar, bailar y vivir de una manera más
natural, no tanto con una visión ecológica de autosuficiencia, aunque
tenemos un huerto, un establo con vacas para la leche y el queso, un
horno para hacer el pan. Nuestra meta principal es facilitar a la gente
un cierto despertar, un crecimiento personal. La concepción de los
edificios ya ayuda a cambiar el chip. Quienes nos visitan nos dicen que
aquí los sueños son increíbles. Es que no hay polución y estamos casi
sin ondas para los teléfonos móviles».
Philippe consideraba que todas las religiones tienen una parte de
verdad y recibía gente de todas las tradiciones. Una de sus
preocupaciones era impedir que alguna secta en particular tomara el
poder en La Lalita, a la que llegaban viajeros de cualquier lugar del
mundo, también muchos extremeños.
Philippe creía que meditar en silencio era muy importante. «La
primera condición para el progreso interno y personal es el silencio y
la soledad. El silencio no es un silencio físico, sino el silencio de
parar tu mente, que no para nunca», explicaba. Otro de sus
planteamientos fundamentales era la importancia de hacer casi todo con
las propias manos. «En Ibiza, hice una alfombra desde cero. En Acebo,
hemos hecho igual plantando trigo, trillándolo, segándolo a mano,
moliéndolo y haciendo el pan», contaba.
A veces, en su perpetuo retiro serrano, Philippe tuvo dudas. «Si todo
es rosa, es porque algo no va. La gente viene, es fantástico, pero
después de un tiempo, se encuentran solos, con muchos recursos cortados,
la tele, etcétera, empieza el trabajo interno y hay mucha gente que no
aguanta. Yo también he pasado esas crisis hace mucho», recordaba.
Philippe Camus había muerto clínicamente un par de veces. Narraba así
su percepción del más allá: «Primero era un paisaje como de tubos
enormes que subían al cielo, había gente y al final, antes de despertar,
me fundí con un ser de luz y luego me desperté y grité: ¡Merde! Pasé
cinco minutos verdaderamente mosqueado. Pero no sentía dolor, había sido
una operación de corazón y me dije: Bueno, seguiremos». Y siguió hasta
que esta semana se fundió, definitivamente, con su ser de luz.
Siglo XII, las Cruzadas. Godofredo de Ibelin (Liam Neeson), caballero
respetado por el rey de Jerusalén y comprometido con el mantenimiento de
la paz en Tierra Santa, emprende la búsqueda de su hijo ilegítimo
Balian (Orlando Bloom), joven herrero francés que llora la pérdida de su
mujer y su hijo. Godofredo convence a su hijo para que lo acompañe en
su misión. Tras la muerte de su padre, Balian hereda sus tierras y su
título de caballero en Jerusalén, ciudad en la que cristianos,
musulmanes y judíos han conseguido convivir pacíficamente durante la
tregua entre la Segunda y la Tercera Cruzada. Con una fidelidad
inquebrantable, Balian sirve a su rey y, además, se enamora de la
princesa Sibylla (Eva Green), la enigmática hermana del monarca.
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