No pasa del empate ante el rocoso conjunto de Mario Carrizosa,. foto,.
El encuentro acabó con polémica ya que la grada local entendió que hubo un claro penalti en una acción sobre Curro ya en el descuento. El colegiado Santos Caballero, muy protestado todo el partido, también fue objeto de crítica por parte del entrenador azulgrana en la sala de prensa. «Me daba la sensación de que no quería que ganásemos el partido. Es bochornoso», señaló Cisqui.
Los primeros compases fueron de mayor intensidad azulgrana, con una marcha más que el rival y con el primer gol todo hacía indicar que la victoria no se le escaparía. El intenso ritmo dio sus frutos en una jugada en la que Willy condujo el balón por el centro hasta que vio la incorporación de Diego por la izquierda. Éste resolvió con suficiencia recortando a su par y batió a Juanfran de disparo raso con su pierna derecha.
A partir de ahí el Extremadura pudo aumentar su ventaja, incluso se le anuló un gol a Willy por un dudoso fuera de juego, sin embargo antes de llegar al descanso, en unas de los escasos acercamientos visitantes, fue el Azuaga el que consiguió empatar en una jugada a balón parado. Kiko botó una falta lejana hasta el punto de penalti, donde Neftalí se elevó más que nadie para enviar el balón al fondo la red con un magnífico cabezazo. Esta jugada, que servía para igualar el marcador, acabó siendo clave para el devenir del encuentro ya que a pesar de que quedaba mucho tiempo el Extremadura ya no pudo volver a marcar.
En la segunda mitad el equipo de Cisqui estuvo más espeso que en el comienzo del choque y se estrelló continuamente contra el muro defensivo que había dispuesto el Azuaga. Con el paso de los minutos los visitantes fueron renunciando al ataque centrando todos sus esfuerzos en su labor defensiva y en interrumpir a menudo el ritmo del juego. El Extremadura, por su parte, se empeñaba en enviar centros muy lejanos facilitando la tarea a la defensa y al portero rojiblanco. A poco de llegar al final De la Cruz no estuvo nada afortunado en la resolución de una buena jugada ofensiva y antes Curro también había rozado el gol en un saque de falta desde la frontal en la que estrelló el balón en el larguero.
TÍTULO: EL OBJETO Y YO, Miguel Poveda: Si sintiera que he tocado techo, me retiraría,.
El cantaor presenta 'Sonetos y poemas para la libertad', un álbum en
el que pone voz y música a piezas de Alberti, Lorca, Lope de Vega,
Ángel Fernández y Sabina, foto,.
Para la libertad sangro, lucho, pervivo», canta Miguel Poveda
(Badalona, 1973) en el arranque de su nuevo disco. Y suena a viejo, pero
también a nuevo. Porque el cantaor ha entregado nueva vida a versos que
ya eran eternos en un trabajo que toma las cuatro estrofas del soneto
como punto de partida. Poemas de autores clásicos y contemporáneos
-incluso alguna pieza escrita para la ocasión por el ideólogo de la
aventura, Pedro Guerra, y otra de Luis Eduardo Aute en la que expone,
con mucho humor, su incapacidad para escribir sonetos- componen este
álbum en el que Poveda vuelve a reinventarse sin dejar de ser él mismo.
«Soy un espíritu libre y me veo capaz de afrontar otras historias, quizá
porque he crecido en una Barcelona abierta a muchas músicas», dice
recordando sus inicios en la escuela de música que un buen día fue su
oficina de management. Allí Poveda intercambiaba ideas, permeable a un
ambiente en el que el flamenco tonteaba con el tango y el jazz y la
música clásica se hacían uña y carne a base de teoría y ejecución.
«Surgían todo tipo de propuestas. Algunas eran muy locas y otras más
acertadas, pero he crecido con esa libertad a la hora de hacer música y
quiero seguir así», afirma tajante.
Por eso cuando el cantautor y productor canario le ofreció «en
bandeja» la oportunidad de poner voz y alma a la selección de sonetos
que Luis García Montero había realizado, no hizo falta mucho más. Guerra
comenzó a enviar los primeros poemas musicados justo cuando Poveda
iniciaba la grabación de 'ArteSano' (2012), su último larga duración.
Entre descanso y descanso de una más que exitosa gira, los sonetos
comenzaron «a rodar y a tomar forma». Algunos temas, de hecho, se
incorporaban a las actuaciones en directo de cada noche de tal forma que
cuando tocó llevarlas al estudio, con los maestros Joan Albert Amargos y
Juan Gómez Chicuelo en los arreglos, «estaban maduros y ya sabíamos qué
carácter darle».Así las cosas, por 'Sonetos y poemas para la libertad' desfilan textos de Borges, Alberti, Quevedo, Ángel Fernández, Lope de Vega... «Dioses de la literatura que imponen mucho respecto», reconoce el catalán, que ha sabido hacerlos suyos. ¿Cómo? «Quizá de alguna forma inconsciente te olvidas de quiénes eran para centrarte en el núcleo del soneto. Al final, te limitas a viajar por las emociones fuertes y a cantarlos para transmitir». Lo sorprendente es que a sus 42 años, con trece discos a sus espaldas y miles de actuaciones por todo el planeta, Poveda afirma seguir aprendiendo día a día. Su hablar pausado y reflexivo no le lleva la contraria. «Si tuviese la sensación de que he tocado techo en el aprendizaje -confiesa-, me retiraría, pero soy una esponja. Mi alimento es saber que en cada proyecto, en cada actuación, en cada viaje, hay algo que aprender. No solo te alimentas con los halagos y con el aplauso del público». En este sentido, y frente al IVA cultural «tan asfixiante», espera que el álbum contribuya a que la cultura siga viva: «Me gustaría que la gente se acercara más a la poesía y que sirviera de inspiración para hacer nuevas letras y canciones».
En el disco, que llegará a las tiendas el 17 de marzo, colaboran Ana Belén, Miguel Ríos y Joaquín Sabina -del que, por cierto, extrae el soneto 'Enrique y Granada', dedicado al gran Morente-. De los tres, Poveda destaca la respuesta «espontánea y cercana» a la hora de abordar su participación en el disco. «Los divismos son tan horribles y crean tantas distancias», asevera.
Pero más allá del nuevo disco, Poveda está a punto de iniciar otra aventura: será padre en abril gracias a un vientre de alquiler. «Sentía la necesidad de formar una familia y por mis circunstancias ha sido de otra forma pero con un amor que no puedo ni explicar y que se sale de los mapas. Para mí es un motor y un motivo de inspiración para seguir haciendo música, para encontrarle un sentido a la vida y no caminar solo», concluye.
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