domingo, 22 de marzo de 2015

EL BLOC DEL CARTERO, ARTE Y MORAL, / LA CARTA DE LA SEMANA, DERROTA POR SORPRESA,.

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO, ARTE Y MORAL,.

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Debe ser ejemplar el arte? O mejor dicho, ¿el artista tiene una responsabilidad moral no sólo como persona sino también como artista? Francia ha vivido recientemente varios capítulos que afianzan por un lado, y cuestionan por otro, el vínculo existente entre arte y moral. En enero se suspendieron los actos por el cincuentenario de Céline, racista, antisemita, autor de una de las mayores obras de la literatura universal –Viaje al fin de la noche– y también de un repugnante panfleto violento y delirante –Bagatelas para una masacre– en el cual declaraba su afinidad con Hitler y su odio contra judíos y negros. La decisión levantó polvareda, y personajes como Henri-Lévy o Vargas Llosa señalaron que al censurarlo se desaprovechaba la ocasión para ahondar en la oscura relación entre talento e infamia. Apenas treinta y seis días después del asunto Céline, en la alfombra roja de los César se aclamaba el triunfo de Roman Polanski, eximido por sus colegas en una amplia campaña mediática. Sus delitos, para muchos ya prescritos, se minimizaban como un pecado de juventud: nada más y nada menos que drogar y sodomizar a una menor. La tan mitificada libertad en la patria de Voltaire se personificaba en el aire de artista torturado y algo desvalido que pasea Polanski. Aplauso cerrado, reconocimiento a su película, El escritor, bendiciones de sus amigos e, incluso, un lugar para la broma: no quedó mal la película, y eso “que se terminó en la cárcel”.

El día antes, en una terraza del barrio Le Marais, el sucesor de Christian Dior y autor del relanzamiento de la alta costura francesa, John Galliano, era detenido por sus comentarios antisemitas. El vídeo ya circula por YouTube, una imagen patética que muestra al diseñador borracho, sin apenas capacidad de coordinación. ¿Cómo va a ser recibida su colección el próximo viernes en la semana de la moda de París? ¿Se podrá separar la obra de su autor (expulsado ya de la firma), y si logra la excelencia será ésta merecedora del aplauso? Es lo que ha ocurrido en el caso Polanski. No abundan los ataques a su obra formulados desde el puritanismo moral, pero en cambio ha imperado el puritanismo artístico: “Perdonémosle por ser un buen director”.

En el marco de este dilema filosófico, se ha llegado a condenar la falta de ética en la ficción, considerando que sólo se pueden admitir descripciones de hechos inmorales cuando exista una manifiesta intención de condena. A veces hay libros o películas cuya función social es ejemplar, como El discurso del rey –que dicen que ha hecho más por los tartamudos que todos los gobiernos del mundo–. No siempre es así. Pero si desde el arte no se puede ahondar en el subsuelo de la humanidad, en su lado oscuro y sus máscaras, difícilmente podremos aspirar a comprender más allá de los manuales. La capacidad de una obra para activar una tecla desconocida en el receptor, un pellizco, depende de su potencia artística, sin necesidad de un subtexto moralizador.

En cuanto a los artistas, la lista de ovejas negras es interminable: Caravaggio, asesino, pedófilo y a la vez pintor adelantado a su tiempo; el Marqués de Sade, encerrado durante treinta años en fortalezas y manicomios tanto por sus desmanes como por el contenido de su obra; Rimbaud, que pasó de escribir versos maestros en su adolescencia a amar con violencia a Verlaine y acabó traficando con armas y esclavos. Por no citar la larga lista de escritores antisemitas que incluye desde Balzac hasta Strindberg, Baroja o Simenon.

Afortunadamente, la obra no siempre es el reflejo de la persona. Y algunos grandes artistas, de Quevedo a Picasso, demostraron ser capaces de transformarse ante la página o el lienzo en blanco, abandonando el ser miserable que habitaba en su interior. Esa es la libertad del arte, una palabra corta capaz de trascender la moral y la razón.

TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA, DERROTA POR SORPRESA,.

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Derrota por sorpresa,.

  • El Plasencia desaprovecha una ventaja de 23 puntos ante el Córdoba,.

    Resultado de imagen de DERROTA POR SORPRESA,.La versión más irregular del Plasencia Extremadura volvió a florecer. Los aficionados ya están acostumbrados a alternar partidos excepcionales con derrotas inesperadas, pero ante el Bball Córdoba pudieron experimentar ambas sensaciones en el mismo partido. Tras completar una brillante primera parte e irse al descanso con ventaja de 20 puntos (42-22), el equipo placentino acabó viendo cómo su renta se marchitaba en el transcurso de la segunda hasta convertirse en un nuevo tropiezo, que le apea definitivamente de la lucha por los playoffs de ascenso.
    Una derrota que volvió a desatar el malestar del staff técnico por el estamento arbitral extremeño. Dos técnicas a Jesús Porras en el tercer cuarto mandaron al técnico al vestuario. El preparador se quejó primero de su expulsión, injusta a su parecer, y luego de la sucesión de faltas personales con la que la pareja arbitral castigó a los locales y que en muchas ocasiones supusieron 2+1.
    Antes de que ese desbarajuste llegara en la segunda parte, el Plasencia Extremadura controló a su antojo el partido. Alex Greven dominaba en la anotación (15 puntos al descanso) y Sam Seck y Rokas Grinius en la pintura (16 rebotes entre ambos), aprovechando la lesión de interiores como Conejero o Franco que no fueron de la partida. Con un casi insultante 42-22 se alcanzó en el interludio.
    Con el enfrentamiento árbitros-banquillo local el partido alcanzó un punto de inflexión en el tercer cuarto, después de que la máxima extremeña se disparara a los 23 puntos. Los nervios invadieron la pista y el ex placentino José Luis Merino sacó partido de ello. Fue el responsable de la remontada con 26 puntos en los segundos veinte minutos, ya fuera con los 2+1 rigurosos que denunciaba Porras o con tiros de media y larga distancia. Más decisivas aún fueron la cuarta personal de Seck que le relegó al banquillo y la quinta que dejó huérfano de intimidación al Plasencia.
    En el cara y cruz de los segundos finales, Adrian Bowie acertó con sus dos tiros libres y Alex Greven, en la última jugada, falló una canasta desde cinco metros que hubiera forzado la prórroga (73-75).

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