-foto-Ramos firmará su renovación
hasta 2020 el próximo lunes
El de Camas pasará a ganar nueve millones de euros netos por temporada más objetivos.TÍTULO: FUTBOL - SUPERCOPA DE EUROPA - BARCELONA -5- SEVILLA -4-,.
Frustó en la prórroga la remontada del Sevilla,.
Pedro deja su huella,. foto
Pedro se convirtió en el héroe del Barça en Tiflis con un gol en 115'. El canario hizo el 5-4 tras un partido de locos en el que el Sevilla llegó a ir perdiendo 4-1
TÍTULO: ME RESBALA - Un viaje por el cine al desnudo,.
ME RESBALA - Un viaje por el cine al desnudo, fotos
Gutiérrez Aragón propone un viaje por el cine al desnudo
- El autor reflexiona en un nuevo libro sobre el papel de los actores en el celuloide,.
- El cineasta propone una ruta a
través de los entresijos de la profesión y de la relación de los
directores con sus protagonistas,.
- Cuando uno va al cine o se sienta en el sofá de casa a disfrutar de una
película, tan solo puede apreciar y juzgar el resultado final -entre una
y dos horas por lo general- de un trabajo mucho más laborioso y
duradero que normalmente no se tiene en cuenta. El nuevo libro del veterano director Manuel Gutiérrez Aragón, 'A los actores', sumerge al lector en los entresijos de los platós en los que se ruedan las películas españolas.
Y habla también del oficio de actuar, mucho más cercano al día a día
del ciudadano de a pie de lo que en un principio se pudiera pensar, como
desvela el autor entre sus páginas.
- A los actores' es un viaje a través de la dilatada trayectoria de
Gutiérrez Aragón, que aprovecha la narración de su experiencia como
cineasta para introducir al lector en las entrañas de la profesión y
para contar cómo conviven y se enfrentan los papeles de actor y
director a lo largo de un rodaje. Gutiérrez Aragón pretende con este
libro redefinir ciertos aspectos de la teoría cinematográfica.
O, al menos, contribuir a enriquecerla a partir de sus postulados, que
tratan de reconocer la importancia que, a su juicio, tiene el papel del
actor -no siempre valorado- para el cine.
"Las consideraciones sobre la estructura fílmica han venido
preferentemente desde la semiótica y pocas veces desde el lado más
diferenciador del cine respecto a otras artes, como es el de los
actores", escribe el director. Es un libro que aborda los aspectos técnicos
del quehacer cinematográfico y en el que el autor se posiciona sobre su
propia forma de entender el séptimo arte. No obstante, las constantes
anécdotas y la elocuencia en la escritura de Gutiérrez Aragón, miembro
electo de la Real Academia Española, aderezan y alegran la lectura y la
convierten en una travesía tan amena como didáctica.
Una de las historias en las que se embarca el cineasta cuenta la
aparente vocación de escritor que manifestaba en su niñez, a raíz de su
facilidad para redactar. Y cómo, sin embargo, fue adquiriendo interés
por la que acabaría siendo su profesión, obligándose a compatibilizar
sus estudios de filosofía con las clases en la Academia de cine situada
en la madrileña calle de Monte Esquinza. "El ejercicio del cine en
aquella Escuela endurecía como pocos aprendizajes pueden hacerlo. No
había tregua, no podías decir 'Espera, tengo que pensarlo un poco',
porque los acontecimientos te arrollaban a veinticuatro fotogramas por
segundo", rememora Gutiérrez Aragón.
En aquella misma academia recibió clases del mismísimo Luis García Berlanga,
uno de los iconos más laureados del cine nacional. Gutiérrez Aragón
recuerda sus años de estudiante, las lecciones del director valenciano y
su militancia en el Partido Comunista, donde también recibía clases, en
este caso de Juan Antonio Bardem, "el otro gran director español".
TÁNDEM DIRECTOR-ACTORES
La relación entre el director y los actores es un tema
que cobra una importancia capital en el relato de Gutiérrez Aragón y al
que dedica buena parte de sus páginas. El cineasta cántabro y sus
compañeros de estudios oscilaban entre el autoritarismo y la timidez a
la hora de dar órdenes a los actores. "Hay quienes consideran al actor
una peligrosa bestia a la que hay que mantener siempre vigilada,
controlada, sometida a una domesticación de la que tiende a escapar",
afirma. Pero ese nunca fue su caso: "Yo, para quien el solo hecho de
explicar al encargado de taquilla del ferrocarril la clase de billete
que deseaba suponía un problema existencial. Y ahora me tocaba explicar
emociones y sentimientos", confiesa el cineasta.
Cuenta también la experiencia de grabar su primera película, 'Habla,
mudita', que, aunque le valió el Premio de la Crítica en la edición de
1973 del Festival Internacional de Cine de Berlín, "fue -en palabras de
su director- un rodaje muy duro, quizá el más duro de todos los que yo
he hecho". Las penurias y el frío que tuvieron que tuvieron que soportar
los protagonistas del filme, Kiti Mánver y José Luis López Vázquez,
marcaron al director. Gutiérrez Aragón confiesa cómo el actor le instó a
que en sus próximas películas se preocupase más de su gente, de que
trabajasen en condiciones mejores, le espetó que eso también era cosa
suya. "Se lo prometí", escribe.
Los tópicos y las controversias más recurrentes del mundo del cine
también encuentran su espacio en 'A los actores'. Gutiérrez Aragón
ofrece su punto de vista y aporta ejemplos concretos sobre los desnudos
en la pantalla, los actores encasillados por un determinado papel o
aquellos que se mimetizan con sus personajes hasta el punto de que llega
a repercutir en sus vidas personales. El lector de 'A los actores' no
escatimará en sonrisas al repasar algunas de las divertidas vivencias
que narra Gutiérrez Aragón con el tono lúdico propio de episodios como
este: "He visto a José Luis Borau mover las caderas ante Victoria Abril
para mostrarle cómo llevar el compás de una musiquilla en la escena en
la que sirve copas en un bar". 'A los actores' es el homenaje y el
recconocimiento de Manuel Gutiérrez Aragón a los intérpretes, las
personas
que han hecho posible su realización a través del cine. Editado por
Anagrama, llegará a las librerías españolas a principios de septiembre y
huelga decir más, porque, como bien dice el autor, "las películas
tienen que terminar con un portazo y no valen explicaciones ni palabras
blandas".
"Las consideraciones sobre la estructura fílmica han venido preferentemente desde la semiótica y pocas veces desde el lado más diferenciador del cine respecto a otras artes, como es el de los actores", escribe el director. Es un libro que aborda los aspectos técnicos del quehacer cinematográfico y en el que el autor se posiciona sobre su propia forma de entender el séptimo arte. No obstante, las constantes anécdotas y la elocuencia en la escritura de Gutiérrez Aragón, miembro electo de la Real Academia Española, aderezan y alegran la lectura y la convierten en una travesía tan amena como didáctica.
Una de las historias en las que se embarca el cineasta cuenta la aparente vocación de escritor que manifestaba en su niñez, a raíz de su facilidad para redactar. Y cómo, sin embargo, fue adquiriendo interés por la que acabaría siendo su profesión, obligándose a compatibilizar sus estudios de filosofía con las clases en la Academia de cine situada en la madrileña calle de Monte Esquinza. "El ejercicio del cine en aquella Escuela endurecía como pocos aprendizajes pueden hacerlo. No había tregua, no podías decir 'Espera, tengo que pensarlo un poco', porque los acontecimientos te arrollaban a veinticuatro fotogramas por segundo", rememora Gutiérrez Aragón.
En aquella misma academia recibió clases del mismísimo Luis García Berlanga, uno de los iconos más laureados del cine nacional. Gutiérrez Aragón recuerda sus años de estudiante, las lecciones del director valenciano y su militancia en el Partido Comunista, donde también recibía clases, en este caso de Juan Antonio Bardem, "el otro gran director español".
TÁNDEM DIRECTOR-ACTORES
La relación entre el director y los actores es un tema que cobra una importancia capital en el relato de Gutiérrez Aragón y al que dedica buena parte de sus páginas. El cineasta cántabro y sus compañeros de estudios oscilaban entre el autoritarismo y la timidez a la hora de dar órdenes a los actores. "Hay quienes consideran al actor una peligrosa bestia a la que hay que mantener siempre vigilada, controlada, sometida a una domesticación de la que tiende a escapar", afirma. Pero ese nunca fue su caso: "Yo, para quien el solo hecho de explicar al encargado de taquilla del ferrocarril la clase de billete que deseaba suponía un problema existencial. Y ahora me tocaba explicar emociones y sentimientos", confiesa el cineasta.
Cuenta también la experiencia de grabar su primera película, 'Habla, mudita', que, aunque le valió el Premio de la Crítica en la edición de 1973 del Festival Internacional de Cine de Berlín, "fue -en palabras de su director- un rodaje muy duro, quizá el más duro de todos los que yo he hecho". Las penurias y el frío que tuvieron que tuvieron que soportar los protagonistas del filme, Kiti Mánver y José Luis López Vázquez, marcaron al director. Gutiérrez Aragón confiesa cómo el actor le instó a que en sus próximas películas se preocupase más de su gente, de que trabajasen en condiciones mejores, le espetó que eso también era cosa suya. "Se lo prometí", escribe.
Los tópicos y las controversias más recurrentes del mundo del cine también encuentran su espacio en 'A los actores'. Gutiérrez Aragón ofrece su punto de vista y aporta ejemplos concretos sobre los desnudos en la pantalla, los actores encasillados por un determinado papel o aquellos que se mimetizan con sus personajes hasta el punto de que llega a repercutir en sus vidas personales. El lector de 'A los actores' no escatimará en sonrisas al repasar algunas de las divertidas vivencias que narra Gutiérrez Aragón con el tono lúdico propio de episodios como este: "He visto a José Luis Borau mover las caderas ante Victoria Abril para mostrarle cómo llevar el compás de una musiquilla en la escena en la que sirve copas en un bar". 'A los actores' es el homenaje y el recconocimiento de Manuel Gutiérrez Aragón a los intérpretes, las personas que han hecho posible su realización a través del cine. Editado por Anagrama, llegará a las librerías españolas a principios de septiembre y huelga decir más, porque, como bien dice el autor, "las películas tienen que terminar con un portazo y no valen explicaciones ni palabras blandas".
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