lunes, 20 de julio de 2020

España a ras de cielo - Ángela del Salto . - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -26- Julio. / Ochéntame otra vez - Sofía Ellar: "Me preocupa que mi inspiración siempre se base en tener altibajos personales",. / Cómo nos reímos - El cómico descreído al que le cuesta reírse,. / Aquí la tierra - Así fue el primer concurso de gazpacho,.

TITULO: España a ras de cielo -   Ángela del Salto ,. . - PLANETA CALLEJA - DOMINGO-26- Julio ,.



España a ras de cielo  ,.
 
 España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo Martes a las 22h30,.
 El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista. , etc.

 PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 26- Julio ,.

   Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.


  Ángela del Salto,.

 

Ángela del Salto - Actriz con experiencia en Cine, TV y Teatrofoto / Ángela del Salto es actriz profesional desde el año 2000 y tiene una amplia experiencia en teatro, cine y televisión.
Trabajos como su participación en la serie de televisión Acacias 38, donde da vida a la reina Mª Cristina regenta de España, su papel protagonista con Carlos Iglesias en 2 francos, 40 pesetas y los variados sketches con José Mota la han consolidado como una de las actrices más polifacéticas del panorama audiovisual y de las artes escénicas españolas.
El director de cine José Luis García Sánchez escribió: «Quisiera prevenir a quien corresponda del riesgo que supondría juzgar a la estupenda actriz Ángela del Salto dejándose llevar por sus indudables encantos físicos o por su capacidad de seducción interpretativa. Detrás de esa brillante envoltura se esconde una competente ejecutiva, una tenaz trabajadora del mundo del espectáculo.»
Y es que Ángela, tras completar de forma sobresaliente sus estudios como actriz en el Centro de Formación y Entrenamiento de Actores de Gina Piccirilli, ha seguido mantenido siempre una intensa formación continuada que la ha llevado a profundizar en aspectos tan variados como el canto y la voz, la lucha escénica, la danza, el guion, el verso, e incluso la producción y narración Transmedia. Sus talleres en el 2016 han venido de la mano de José Carlos Plaza y John Strasberg.
A principios del 2006 entró a formar parte de la compañía bilingüe Ñu Teatro, donde se dedica a la interpretación y a la experimentación de nuevas formas de expresión, de dirección y de producción audiovisual.
A lo largo de su carrera profesional como actriz ha participado en más de 20 series y programas de tv entre las que podríamos destacar La noche de José Mota|http://www.telecinco.es/lanochedejosemota/]], https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso, el príncipe maldito, https://es.wikipedia.org/wiki/Hospital Central (serie de televisión), https://es.wikipedia.org/wiki/Doctor_MateoCuestión de sexo”, “La que se avecina” y “Aladina” Ha participado en 7 largometrajes, entre los que cabe destacar Un franco, 14 pesetas, 2 francos, 40 pesetas, Ispansi (¡Españoles!) o Peor imposible; y en 4 cortometrajes, resaltando el dirigido por Jaime Gona, De los reptiles saurios en los cafés.
Su vida teatral se ha construido principalmente alrededor de la compañía Ñu teatro con la que ha desarrollado más de 15 obras teatrales en castellano y en inglés, trabajando como actriz y codirectora. En el 2014 fueron finalistas en el tercer Certamen de Teatro Infantil Barroco de Almagro con la obra Noticias de un nuevo mundo descubierto en la Luna, dirigida por Paul Adkin.
Ángela ha debutado en la radio con un espacio cultural sobre el cine para Sierra Oeste Radio, que se encarga de animar con diferentes personajes. Su entrada en el mundo digital tuvo lugar con la Webserie Sofá con padre, dirigida por el videoartista Álvaro Collar., etc,.

 

TITULO:  Ochéntame otra vez - Sofía Ellar: "Me preocupa que mi inspiración siempre se base en tener altibajos personales".


Ochéntame otra vez - Sofía Ellar: "Me preocupa que mi inspiración siempre se base en tener altibajos personales" . 

Jueves -23-  Julio a las 22:35 por La 1, foto,.

Sofía Ellar: "Me preocupa que mi inspiración siempre se base en ... 

Sofía Ellar: "Me preocupa que mi inspiración siempre se base en tener altibajos personales",.


Lo que empezó siendo un proyecto de fin de carrera, ha terminado con Sofía Ellar cumpliendo sueños como actuar en el WiZink Center de Madrid o publicando varios discos de estudio

Lo que empezó siendo un proyecto cualquiera de fin de carrera, ha terminado con Sofía Ellar (Londres, 1993) cumpliendo sueños como actuar en el WiZink Center de Madrid.
Para su familia la música nunca fue una opción de futuro. Tenía que estudiar algo "menos arriesgado" aunque su tiempo libre lo dedicase a cantar. Se matriculó en la privada IE University para cursar ADE y estuvo tocando en lo que recuerda como "discotecas en las que te pagaban 20 pavos o te invitaban a un par de cervezas y nadie te escuchaba". Pero al llegar el trabajo de fin de grado su cabeza hizo clic. ¿Por qué no juntar lo aprendido con su pasión por la música? Decidió que crearía un proyecto de carrera musical que ha terminado por convertirse en algo real.
"La parte de cambiar de 'Sofía persona' a 'Sofía me creo una artista' fue la que más rara me pareció", rememora. "Empecé con una cuenta en Instagram y pensaba: mis amigos van a flipar si de repente me creo alguien. Vale que siempre había sido la niña que ha cantado y el mono de feria de unas copas o una fiestecita, pero de ahí a empezar a creerte alguien lo llevaba muy mal. Entonces empecé poco a poco a hacer una carrera y a tomármelo con seriedad para demostrar a mis padres que esto no era un juego. A veces el arte pasa desapercibido y a día de hoy todavía cuesta valorarlo como un trabajo".
Ahora ya tiene dos discos en el mercado, Seis Peniques (2017) y Nota en Do (2018), y un tercero en el horno. Todo como artista independiente, formando su propio equipo y sin un gran sello detrás que sume fuerzas con su logística.
"Yo no crucifico a la gran industria pero es una cosa más personal. El proyecto nació como un sueño cuando era bien chiquitina y soltarlo, cuando es una cosa muy tuya, da pena. Pero en el fondo somos cuatro matados que no paramos de currar y que lo mismo estamos haciendo camisetas de merchandising que vendiendo a un promotor un concierto. En algún momento, y calculo que pronto, tendremos que tomar una decisión corporativa para dar un paso de más".
La pregunta en este punto es clara, ¿no te ha abrumado? ¿No has pensado nunca en tirar la toalla?
"Si te dijese la de veces que me he planteado mandarlo todo a tomar vientos no te lo creerías. Ha habido veces que la ansiedad ha llamado a la puerta, que te has tenido que enfrentar al escenario y no sabías ni quién eras, que pensabas que te comían los focos. O sea, yo he llegado a pensar que se me caía el cielo encima", cuenta. "He tenido un año de ansiedad, de miedos, de demonios. He estado fuera de mí y lo he sacado adelante con mucha ayuda de psicólogos y del deporte. He logrado no recurrir a ningún tipo de medicamento, que a mí eso me horroriza porque soy muy zen, muy ecologista y muy todo".
Curiosamente, Sofía reconoce que la pandemia, lejos de desarmarle más los esquemas, le ha servido para reencontrarse consigo misma. "A mí el parón del coronavirus me ha venido como anillo al dedo porque me ha dado tiempo a curarme, a volver a ser Sofía. Reencontrarme y reconciliarme con mi persona. Estamos tan, tan, tan juntas que no cierras la persiana a las 21 horas y te vas de cañas con tus amigas".
Que sus mayores psicólogos, como cuenta, sean "el papel en blanco y el escenario" ayudan a entender por qué Sofía Ellar ha sido una de las primeras artistas que ha vuelto a tocar en directo tras los meses de parón. Lo hizo en Santander, una ciudad especial por los lazos familiares que le unen a ella, el pasado 19 de junio, solo unos días después del fin del estado de alarma. Además, ya tiene conciertos programados durante todo el verano.
"La línea principal de negocio de los artistas a día de hoy es el directo y nos lo habían cortado de repente. Primero, es lo que nos da de comer a nosotros y a nuestro equipo. Y, segundo, lo que nos da la vida. Hablando de mí misma, el escenario es lo que me sirve de motor para que me compense todo este estilo de vida y estoy muy contenta de volver. Contenta y aliviada porque también damos trabajo a la banda. Detrás de los focos hay una barbaridad de personas que se merecen que los artistas estemos apoyando su trabajo siempre", señala.
En este sentido es crítica con que no siempre se tenga en cuenta a la cultura. "Yo entiendo que, por lógica y sentido común, en una pandemia se prioricen puestos de trabajo que a lo mejor son más importantes para la economía. Pero siempre parece que cultura y ocio están a la cola del resto".

"Van a cuestionar el aire que respires sí o sí"

Disfrutona y con una sonrisa perpetua, Sofía Ellar defiende ser experta en saborear cada momento de una profesión en la que no hay un día igual al anterior: "Desde que se nos pincha una rueda hasta que me olvido los inniers o una letra sobre el escenario. Son cosas divertidas que le dan adrenalina a un mundo que ya la tiene por todos los lados". Se muestra muy feliz con la amistad que ha logrado con su banda y con su otra familia, la virtual.
"Se agradece que luego en la calle te tengan respeto. Que a lo mejor estén en la mesa de al lado y no te molesten y simplemente te digan 'nos vemos en el concierto'. Incluso me han llegado a pagar una comida sin decirme nada. Haber conseguido esa relación con mis seguidores no tiene palabras".
Muy activa en redes, Sofía las usa continuamente a modo de altavoz para expresar sus inquietudes, pedir opiniones o luchar contra lo que considera injusticias. "Sabiendo que tengo un público muy joven y que nos va a representar en el futuro, ¿puedo utilizar mi posición para que el mundo sea un poquito mejor?", reflexiona, y pone un ejemplo: "El otro día me hicieron un comentario de que me veían un kilito de más y eso me repateó. No podemos seguir apoyándonos entre las chicas, saliendo a la calle para defender la libertad de la mujer y que luego seamos nosotras las que muchas veces nos estemos picando para ceñirnos a esas tallas que nos impone la sociedad. Entonces ahí estoy yo guerrera en mis redes sociales".
¿No recibes críticas?
"Si te soy sincera, a través de las redes recibo muy pocas. Tan pocas que me da miedo que esto empiece a coger un poquito más de forma que es cuando realmente te acribillan como los mosquitos hagas lo que hagas. Van a cuestionar el aire que respires sí o sí. Por eso yo me he posicionado siempre diciendo que me dedico a mis canciones y que si quieren ver lo que pienso, cuáles son mis ideales, las escuchen porque ahí hay mandanga".
¿Y qué hay del futuro?
"A lo mejor hace unos meses, antes de toda esta situación surrealista, te hubiese dicho algo súper soñador y te hubiese enfocado la respuesta a lo profesional. Pero ahora mismo creo que valoro mucho el amor, el respeto, y la necesidad de cuidarlo. Porque hay proyectos de vida y hay proyectos de profesión pero hay que conseguir un balance para que todo eso funcione. Sobre todo siendo una artista porque nuestra vida es de muchos subes y bajas. Me preocupa el hecho de pensar que cuando eres cantautor tu inspiración se base en los altos y los bajos. Ese punto es cuando yo más admiro a un artista. Cuando puede decir 'yo sé removerte cosas sin que me conozcas y sin que tengan que depender de un momento de desamor porque entonces voy a ser un infeliz toda la vida'. Para mí eso sería una aspiración personal. Poder hacer eso y seguir emocionando a la gente".

 

TITULO Cómo nos reímos  -  El cómico descreído al que le cuesta reírse,.



El domingo-19- julio  a las 21:30 por La2, foto,.

 

 

El cómico descreído al que le cuesta reírse,.


Ángel Martín, en un plató de Movistar +,.

Ángel Martín, en un plató de Movistar +/RC

Criado en las afueras de Barcelona, tiene un pie siempre al margen. Es un escéptico que renueva su fe en la comedia. Para concentrarse y llegar erguido a los 80 años, boxea. Le ayuda, dice, a esquivar los golpes,.




Ángel Martín (Barcelona, 1977) dice que lleva una vida aburrida, pero en realidad nunca cae en el tedio. Acaba de grabar la última entrega de 'Dar cera, pulir #0', que emite Movistar+. Este cómico, guionista y presentador forma con Patricia Conde una pareja mítica de la televisión, desde los tiempos en que se choteaban sin piedad de los espacios del corazón. Probó a ser pianista de música clásica y lo dejó. Cuando estudiaba arte dramático se hacía el intenso y el torturado. No encontraba su sitio, hasta que alguien le dijo que preparase un monólogo para Paramount Comedy. Fue entonces cuando se desvivió por la comedia, un género que modestamente quiere que brille con nuevos formatos. Lo intenta con su web solocomedia.com, adonde sube vídeos y 'sketches' audaces.

Lunes

6.00 horas. Soy muy madrugador, me levanto a las seis porque me da la sensación de que el mundo está apagado a esa hora y no hay mucho ruido. Esas primeras horas las empleo para leer y escribir. Las ideas están menos sucias y yo más descansado. Mis tres primeras reglas nada más despertarme son ducha, café y pasear a los perros. Es una religión. Sin ducha no me activo; sin café menos y si no saco los perros, mis dos pitbulls me pueden comer.
10.00 horas. Soy muy disciplinado. Por la mañana escribo guiones para Solocomedia, un portal de vídeos y 'sketches', y reviso textos. He logrado dedicarme a algo que me apasiona, de modo que la idea que tiene la gente del trabajo, un infierno de ocho horas diarias que te da dinero y llena de odio, me es ajena. Cuando trabajo estoy en modo ocio.
2.00 horas. No tiene pinta de que este verano me vaya a tomar vacaciones. En los últimos meses ni siquiera he tenido la opción de trasnochar. Ahora salgo a las dos de la madrugada de interpretar el monólogo '103 noches' en La chocita del loro y generalmente tiro para casa. En ese momento podría cerrar la Gran Vía de Madrid, porque está muerta, no hay nadie. Después de cada espectáculo me meto en una burbuja en modo autista. Necesito dos o tres horas de descompresión.

Martes

12.00 horas. El piano es la afición que más me atrae. A ella dedico las horas centrales del día. De muy joven toqué con mi padre en bodas, bautizos, comuniones, centros de la tercera edad y alguna que otra sala de fiestas. Esa experiencia me ayudó a enfrentarme al público y no tener vergüenza. Por aquel entonces había aprendido a tocar música clásica, pero interpretar lo que había escrito un muerto me aburría infinitamente. Cuando veía a mi padre yendo a bodas para tocar 'Cachete con cachete', pensaba: «a mí me divierte más eso». Me interesaba más descubrir las reglas para crear música, cosa que he empezado a aprender ahora.
14.30 horas. Cocinar quizá sea una espina clavada. Me gustaría aprender, pero no consigo ser constante, y eso que hay vídeos en YouTube de gente que hace cosas acojonantes. Ni mi chica ni yo cocinamos bien. Tiramos las cosas a la sartén para no comerlas crudas y que no nos sienten mal. No soy un tío que pueda presumir de invitar a la gente a cenar a su casa.

Miércoles

12.00 horas. Cuando alguien me conoce piensa que le voy a dar un corte y ser borde. Es terrible porque no soy así. Es cierto que esa apariencia de descreído con que me presento en la tele y los espectáculos es real. Ni siquiera he hecho el esfuerzo de crear un personaje, lo cual dice mucho de mi capacidad creativa. Puede que tenga que ver con que cuando empecé en la comedia era extremadamente inseguro, salía con una inseguridad brutal. Y eso se me ha metido en la sangre. No soy un tío que en casa sea desternillante, de hecho me cuesta mucho reírme.
17.00 horas. Hemos cerrado la temporada de 'Dar cera, Pulir #0'. La televisión me parece un medio muy interesante, pero está muy desaprovechado. No es verdad que yo odie la tele, como se dice. De hecho, es una herramienta que me apasiona, pero se ha convertido en un medio de hacer mucho ruido y ganar dinero, aunque a quienes presentan los programas no les llega tanto. La televisión en abierto es extremadamente aburrida y antigua. Si te pones a verla, no es difícil que te encuentres con el 'Grand Prix' con otros colores y ritmo.

Jueves

18.00 horas. Hago deporte en contra de mi voluntad. Sé que es inteligente practicarlo y la mejor manera de llegar recto a los 80 años. Dar con el boxeo fue una suerte porque me obliga a estar alerta mientras lo ejercito. Cuando estoy en el ring no puedo pensar en otra cosa que no sea cubrirme. Intento comer bien y tengo la suerte de que mi chica entiende de nutrición. Aunque cae más de un homenaje, procuramos no comer cada día pizza y hamburguesa.
3.00 horas. Duermo unas cinco horas al día. A no ser que esté extremadamente cansado, me cuesta conciliar el sueño. Duermo mejor por las tardes que por las noches, me resulta más sencillo. Me echo la siesta de verdad, no esa mierda de diez minutos a que acostumbraba Dalí. Dicen que sostenía un tenedor y, al entrar en duermevela, soltaba el cubierto. El ruido contra el plato le despertaba y ya se sentía renovado. Eso se lo dejo a él. Si me pego una siesta que nadie cuente conmigo en dos horas.

Viernes

18.00 horas. Las librerías coquetas y las tiendas de anticuarios me llaman la atención. Se agradece que alguien ponga mimo en su oficio. No obstante, hace tiempo que dejé de ir de tiendas. Era un comprador compulsivo; si de pronto me iba a comprar unas cajas de Nespresso, salía de la tienda con café, mil tazas, una cafetera nueva que hacía poco ruido, un mueblecito para colocar las cápsulas y un cubo para tirarlas. Un día mi chica dijo basta.
23.00 horas. Por la noche repaso los guiones. Cada año renuevo el texto, no puedo defender una broma si he cambiado de modo de pensar. El oficio de cómico se ha complicado desde que existen las redes y todo el mundo necesita puntuar lo que haces. Hoy en día te puedes levantar por la mañana, entrar en Twitter y encontrarte a gente diciendo: «Vaya basura que vi anoche». Y ya te quedas mal todo el día.

TITULO: Aquí la tierra -Así fue el primer concurso de gazpacho,.

 

Así fue el primer concurso de gazpacho,.

Joyas con forma de tomate, pepino y pimiento /Pinterest
Joyas con forma de tomate, pepino y pimiento / foto,.

En julio de 1886 el periodista Mariano de Cavia anunció la celebración de un certamen de gazpachos con tres categorías y tres curiosos premios.


Pensando hoy en las modas gastronómicas sin sentido y en lo pelmas que resultan sus promotores, me he acordado de un tema del que les hablé aquí hace un par de años y que aunque fue una obsesión culinaria momentánea y arbitraria, trajo muchas cosas buenas: y, en cierta manera, que alcanzara el status de plato icónico nacional que tiene ahora. La época dorada del gazpacho señorial fue breve pero intensa. Entre 1885 y 1890 esta sopa fría –hasta entonces propia de labradores y gentes sencillas– conquistó de tal manera los saraos elegantes que «dar un gazpacho» se convirtió en sinónimo de ofrecer una cuchipanda o merendola veraniegas, normalmente al aire libre y de estilo artificiosamente campestre.
El gazpacho, lógicamente, era la estrella de la función y solía figurar en el centro de la mesa, contenido en una especie de gran ponchera (de la cual los invitados podían servirse libremente) y enfriado a conciencia con hielo picado. Las recetas para elaborarlo se fueron refinando y adaptando tanto al delicado paladar de aquel público como a su aristocrático bolsillo: poco o nada de ajo, vinagre de vino de primera categoría e ingredientes selectos fueron cambiando la fórmula original de manera similar a la de los «gazpachos» de fruta de hoy en día.
Para que vean ustedes el primoroso nivel al que llegó la pasión decimonónica por el gazpacho queda la prueba documental del que seguramente fue el primer concurso de gazpacho de la historia, organizado en el verano de 1886 por el célebre periodista Mariano de Cavia (1855-1920). Columnista de El Liberal, Cavia tenía en este diario madrileño una popularísima sección titulada «Plato del día» en la cual el 15 de julio de 1886 anunció la próxima celebración en la capital de un certamen culinario para «colmo de la gazpachofilia, gazpachología o gazpachografía». Numerosos medios se hicieron eco de esta iniciativa de la que desgraciadamente desconocemos el resultado final pero sí las bases. Según Cavia, tres iban a ser los premios a repartir entre los concursantes y también tres las categorías a concurso: el mejor gazpacho clásico recibiría como premio un alfiler de corbata con un diminuto pepino, el mejor «gazpacho romántico» ganaría un bastón con el puño en forma de rojo tomate y el mejor «gazpacho naturalista» sería premiado con un par de gemelos imitando dos pimientos.
Sonaba a broma, pero Cavia se encargó de subrayar la seriedad de la idea y de explicar en qué consistían las distintas clases de gazpacho que serían juzgadas «por siete hijos de las siete viejas ciudades árabes de España, a saber, Sevilla, Córdoba, Granada, Málaga, Murcia, Valencia y Zaragoza» y con suplentes en caso de necesidad naturales de Cádiz, Toledo y Madrid. El gazpacho clásico era el elaborado a la antigua usanza «con estricta sujeción a las reglas castizas y al gusto de la gente del campo», es decir, idealmente con pan de Alcalá de Guadaira y servido en lebrillo de barro. El gazpacho romántico debía respetar las condiciones básicas de la receta tradicional aunque «imprimiendo a la sabrosa mezcla estilo persoanl e ideando combinaciones que unan a la novedad y a la audacia el carácter nacioanl y el sello propio de la tierra». Por último, el premio al mejor gazpacho naturalista sería para quien «sin quitar al conjunto el gusto armónico y general deje brillar espléndidamente cada detalle, y dé al tomate lo que es del tomate, a la sal lo que es de la sal, lo suyo al vinagre y lo propio al aceite, mezclando con el pimiento y el pepino, con el pan y el orégano aquellos elementos que el Zola del gazpacho juzgue necesarios para modernizar este antiquísimo manjar y ponerlo de acuerdo con los gustos cosmopolitas».
El jurado tendría que justificar su decisión a través de dictámenes escritos y en caso de haber votos particulares, se permitiría su defensa pública siempre y cuando no pasaran de ser tres en total. Tanta planificación, unida al anuncio de que durante el transcurso del certamen se recitarían también poemas y sátiras en honor al gazpacho, apunta a que la idea fue fruto de un grupo de amigos y a que se celebró de manera privada, ya que durante aquel resto de verano de 1886 se habló mucho de gazpachos y gazpachistas, pero de momento la hemeroteca no nos ha regalado ninguna noticia sobre los ganadores del concurso. No sería mala idea recuperarlo y, aunque sea sin broches ni gemelos esmaltados, elegir los mejores gazpachos del país.

 

 

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