Lunes -20- Julio a las 22:00 en La 2 / foto,.
Las
opciones de poder bañarse este verano en una piscina en Extremadura han
caído notablemente: hay 50 piscinas municipales abiertas para un millón
de extremeños. Si la región presumía de tener una piscina prácticamente
en cada pueblo, este 2020 el miedo al contagio ha hecho que el 87% de
los ayuntamientos haya decidido dejar a sus vecinos y visitantes sin la
posibilidad de aliviar el calor con un chapuzón. El verano de la covid
se presenta de secano para los extremeños que no tienen piscina privada o
no puedan permitirse el lujo de irse de vacaciones.
El estricto protocolo impuesto por Sanidad para abrir las piscinas, la falta de recursos económicos municipales para asumir el coste del aumento de personal y de tareas de desinfección extras y la amenaza de una pandemia que sigue dando sustos ha hecho que la gran mayoría de pueblos hayan optado por la prudencia de no abrir sus piscinas municipales.
La decisión de no inaugurar la temporada de baño se tomó, en algunos casos, al inicio de la desescalada cuando la nueva normalidad que ahora vivimos se veía lejana e incierta y los 40 grados no eran una preocupación inmediata.
Detrás de la comarca de Olivenza, llegaron los comunicados de otras mancomunidades de la provincia de Badajoz que decidieron seguir los mismos pasos en los días siguientes. Los ayuntamientos de las Vegas Altas, la zona Centro –en torno a Mérida–, Zafra-Río Bodión, Tierra de Barros, Lácara-Los Baldíos, la Sierra Suroeste y la Campiña Sur, decidieron conjuntamente no abrir sus piscinas municipales. Adoptaron esta decisión de forma mancomunada para evitar, precisamente, el efecto llamada de los pueblos del entorno. Y aunque la situación no es la misma que en mayo, no han dado marcha atrás salvo casos excepcionales como Azuaga o Táliga, que han abierto sus piscinas pero únicamente para la práctica de actividades organizadas.
Esta decisión abrió un melón en los ayuntamientos que querían tener un verano con piscinas que, todavía hoy, sigue dando que hablar. Badajoz fue la primera que puso sobre la mesa la posibilidad de restringir el acceso a su piscina municipal de La Granadilla solo a los vecinos empadronados en la ciudad y a los ciudadanos de la Eurociudad, es decir, a los de Elvas y Campomayor. Mérida o Villanueva de la Serena plantearon la misma opción. En medio, una informe jurídico de la Diputación de Badajoz desaconsejaba limitar el uso de las piscinas municipales a los empadronados.
Los grandes municipios dieron marcha atrás en su decisión. En Badajoz puede entrar cualquiera en la piscina sin tener que presentar el DNI y lo mismo ocurre en Villanueva de la Serena. En Mérida, sin embargo, sí se ha establecido un fórmula de abonos para acceder a sus tres piscinas municipales que, en la práctica, dificulta mucho que alguien de fuera pueda pasar un día en alguna de ellas. Los bonos son nominativos para un periodo cerrado del verano (la temporada de baños se han dividido en tres periodos) y para un turno concreto (mañana o tarde).
No es el único municipio que este verano ha ideado un sistema en el que no se veta abiertamente al forastero, pero sí pone por delante a los que figuran en su padrón. Casos distintos son los de los municipios cacereños de Torrecillas de la Tiesa o Casatejada –el único de los 20 municipios del Campo Arañuelo que ha abierto su piscina– que han decidido que a sus instalaciones solo entren sus vecinos o aquellos que tienen segundas residencias en el pueblo. Precisamente Torrecillas de la Tiesa ha sido, hasta ahora, el primer municipio extremeño donde ha saltado la polémica por esta restricción. Hace unos días impidió el acceso a una familia de Bermeo que pasaba las vacaciones en su casa de Aldeacentera, un pueblo a once kilómetros de Torrecillas y cuya piscina no está abierta este verano.
El sistema de turnos es casi obligado para facilitar la desinfección de las instalaciones en la misma jornada de piscina. También hay municipios como el de Valverde de la Vera en Cáceres, que establecen franjas para proteger a quienes la covid tiene más amenazados: los mayores de 65 años y las personas de riesgo por tener patologías que tienen una dos horas todas las mañanas para disfrutar del baño ellos solos. Es la nueva normalidad de la que tampoco se escapan las piscinas.
El verano del coronavirus también ha dejado otros casos curiosos como el del Ayuntamiento cacereño de Gata, que decidió hacer un referéndum en redes sociales entre sus vecinos para decidir si se abría o no la piscina. El 67% dijo no y la alcaldesa acató el veredicto.
En otros casos, la pandemia sigue marcando el ritmo de la temporada de baño. Por ejemplo, en Calera de León, el único pueblo de la comarca pacense de Tentudía con la piscina abierta, ha tenido que interrumpir los baños. Siete días después de abrir su piscina municipal, la detección de un caso positivo de covid en el pueblo llevó a su alcaldesa a ordenar el cierre de todas las instalaciones municipales, piscina incluida. Después de una semana, el martes pasado volvió a reabrir sus puertas una vez que los servicios sanitarios dieron por controlado el contagio y certificaron que la piscina cumplía los requisitos de seguridad para su reapertura.
En general, salvo las ciudades que han abierto todas sus piscinas, en los pueblos hay comarcas enteras donde no hay ni ninguna piscina municipal abierta y otras donde solo en una es posible refrescarse, como por ejemplo Talavera la Real en las Vegas Bajas del Guadiana, Pinofranqueado en Las Hurdes o Casatejada en el Campo Arañuelo.
Aquella idea de hacer piscinas en todos los pueblos para que los todos los extremeños disfrutasen de la mismas posibilidades de ocio vivieran en la ciudad o en un municipio pequeño se la llevado por delante, como otras tantas cosas, el coronavirus que, al menos durante este verano, ha abierto una brecha en la comunidad entre los que sí podrán sobrellevar los 40 grados a remojo y quienes se tendrán que conformar con sentarse al fresco con mascarilla y darle al abanico.
TITULO: Zona indie - Cine - Los siete samuráis,.
foto / Si como la familia de Bermeo acuden este verano a cualquier piscina
municipal y le niegan el acceso porque en su DNI pone que vive en un
municipio distinto a donde pretende darse el baño, la Unión de
Consumidores de Extremadura (UCE) recomienda poner una queja en el
ayuntamiento en cuestión y denunciarlo ante el Defensor del Pueblo.
Para su presidente, Javier Rubio, «una instalación pública por definición está al servicio de todos los ciudadanos, no solo de los que están empadronados y no puede haber discriminación. La Constitución Española es clara en el principio de igualdad y de libre circulación de los ciudadanos», argumenta.
Rubio desmonta la justificación de que son los propios vecinos los que tienen el derecho de disfrutar de la piscina de su pueblo porque son ellos los que pagan el mantenimiento con sus impuestos. «Los presupuestos municipales no se nutren solo de los impuestos de los vecinos empadronados, también reciben presupuesto de la comunidad autónoma y dinero de los tributos cedidos por el Estado. Por tanto, cualquiera puede contribuir al presupuesto municipal».
Cosa distinta –aclara– es la discriminación positiva en el caso de los precios públicos. Por ejemplo, un ayuntamiento sí puede establecer tarifas reducidas de acceso a la piscina –o a cualquier otro servicio municipal– para grupos como los jubilados o los desempleados, que tienen situaciones de menor capacidad económica. Esta es la excepción, para el resto «tiene que ser igual para todos los ciudadanos», aclara Rubio.
Si no es así, el presidente del UCE considera que se debe acudir al ayuntamiento y al Defensor del Pueblo y poner una queja formal. «El empadronamiento no es un criterio válido para impedir a nadie disfrutar de un servicio público», añade. ¿Es legal? «Según lo entendemos nosotros es discriminatorio, demandable y no sé si sancionable, pero desde luego una piscina municipal es un servicio público que tienen que disfrutar todos los ciudadanos».
El estricto protocolo impuesto por Sanidad para abrir las piscinas, la falta de recursos económicos municipales para asumir el coste del aumento de personal y de tareas de desinfección extras y la amenaza de una pandemia que sigue dando sustos ha hecho que la gran mayoría de pueblos hayan optado por la prudencia de no abrir sus piscinas municipales.
La decisión de no inaugurar la temporada de baño se tomó, en algunos casos, al inicio de la desescalada cuando la nueva normalidad que ahora vivimos se veía lejana e incierta y los 40 grados no eran una preocupación inmediata.
En Gata, el ayuntamiento hizo una encuesta entre los vecinos. El 67%
dijo no a abrir la piscina y el municipio acató la decisiónHay pueblos
que reservan horas para los mayores y otros donde la mitad de los
vecinos van los días pares y la otra mitad los impares
Fueron los diez municipios de la comarca
pacense de Olivenza los primeros que anunciaron en Extremadura que no
abrirían sus piscinas. Era un 15 de mayo, en España ese día se habían
confirmado medio millar de nuevos contagiados que alcanzaban ya la cifra
de 230.000. Los termómetros entonces marcaban la mitad de grados que
ahora. Detrás de la comarca de Olivenza, llegaron los comunicados de otras mancomunidades de la provincia de Badajoz que decidieron seguir los mismos pasos en los días siguientes. Los ayuntamientos de las Vegas Altas, la zona Centro –en torno a Mérida–, Zafra-Río Bodión, Tierra de Barros, Lácara-Los Baldíos, la Sierra Suroeste y la Campiña Sur, decidieron conjuntamente no abrir sus piscinas municipales. Adoptaron esta decisión de forma mancomunada para evitar, precisamente, el efecto llamada de los pueblos del entorno. Y aunque la situación no es la misma que en mayo, no han dado marcha atrás salvo casos excepcionales como Azuaga o Táliga, que han abierto sus piscinas pero únicamente para la práctica de actividades organizadas.
Esta decisión abrió un melón en los ayuntamientos que querían tener un verano con piscinas que, todavía hoy, sigue dando que hablar. Badajoz fue la primera que puso sobre la mesa la posibilidad de restringir el acceso a su piscina municipal de La Granadilla solo a los vecinos empadronados en la ciudad y a los ciudadanos de la Eurociudad, es decir, a los de Elvas y Campomayor. Mérida o Villanueva de la Serena plantearon la misma opción. En medio, una informe jurídico de la Diputación de Badajoz desaconsejaba limitar el uso de las piscinas municipales a los empadronados.
Los grandes municipios dieron marcha atrás en su decisión. En Badajoz puede entrar cualquiera en la piscina sin tener que presentar el DNI y lo mismo ocurre en Villanueva de la Serena. En Mérida, sin embargo, sí se ha establecido un fórmula de abonos para acceder a sus tres piscinas municipales que, en la práctica, dificulta mucho que alguien de fuera pueda pasar un día en alguna de ellas. Los bonos son nominativos para un periodo cerrado del verano (la temporada de baños se han dividido en tres periodos) y para un turno concreto (mañana o tarde).
No es el único municipio que este verano ha ideado un sistema en el que no se veta abiertamente al forastero, pero sí pone por delante a los que figuran en su padrón. Casos distintos son los de los municipios cacereños de Torrecillas de la Tiesa o Casatejada –el único de los 20 municipios del Campo Arañuelo que ha abierto su piscina– que han decidido que a sus instalaciones solo entren sus vecinos o aquellos que tienen segundas residencias en el pueblo. Precisamente Torrecillas de la Tiesa ha sido, hasta ahora, el primer municipio extremeño donde ha saltado la polémica por esta restricción. Hace unos días impidió el acceso a una familia de Bermeo que pasaba las vacaciones en su casa de Aldeacentera, un pueblo a once kilómetros de Torrecillas y cuya piscina no está abierta este verano.
A remojo, por turnos
Otros muchos compensan la limitación de aforo estableciendo turnos de mañana y tarde –incluso los hay que han establecido tres– o de días pares e impares para que el mayor número de vecinos pueda darse un chapuzón. Aparte reservan un puñado de entradas libres para aquellos que, sin ser del pueblo, quieren pasar una jornada de piscina.El sistema de turnos es casi obligado para facilitar la desinfección de las instalaciones en la misma jornada de piscina. También hay municipios como el de Valverde de la Vera en Cáceres, que establecen franjas para proteger a quienes la covid tiene más amenazados: los mayores de 65 años y las personas de riesgo por tener patologías que tienen una dos horas todas las mañanas para disfrutar del baño ellos solos. Es la nueva normalidad de la que tampoco se escapan las piscinas.
El verano del coronavirus también ha dejado otros casos curiosos como el del Ayuntamiento cacereño de Gata, que decidió hacer un referéndum en redes sociales entre sus vecinos para decidir si se abría o no la piscina. El 67% dijo no y la alcaldesa acató el veredicto.
En otros casos, la pandemia sigue marcando el ritmo de la temporada de baño. Por ejemplo, en Calera de León, el único pueblo de la comarca pacense de Tentudía con la piscina abierta, ha tenido que interrumpir los baños. Siete días después de abrir su piscina municipal, la detección de un caso positivo de covid en el pueblo llevó a su alcaldesa a ordenar el cierre de todas las instalaciones municipales, piscina incluida. Después de una semana, el martes pasado volvió a reabrir sus puertas una vez que los servicios sanitarios dieron por controlado el contagio y certificaron que la piscina cumplía los requisitos de seguridad para su reapertura.
Los que miran a agosto
Y todavía hay municipios que no descartan abrir sus piscinas, aunque sea solo para el mes de agosto en función de la tregua que de la covid-19. En esa situación están varios pueblos de la provincia de Cáceres como Tornavacas o Barrado, que en mayo decidieron no abrir, pero que a la vista de la evolución de la pandemia tienen previsto celebrar un pleno extraordinario este mismo mes para reconsiderar su decisión y valorar si la abren durante el mes de agosto, tal y como explicaban desde la mancomunidad Valle del Jerte a la que pertenecen.En general, salvo las ciudades que han abierto todas sus piscinas, en los pueblos hay comarcas enteras donde no hay ni ninguna piscina municipal abierta y otras donde solo en una es posible refrescarse, como por ejemplo Talavera la Real en las Vegas Bajas del Guadiana, Pinofranqueado en Las Hurdes o Casatejada en el Campo Arañuelo.
Aquella idea de hacer piscinas en todos los pueblos para que los todos los extremeños disfrutasen de la mismas posibilidades de ocio vivieran en la ciudad o en un municipio pequeño se la llevado por delante, como otras tantas cosas, el coronavirus que, al menos durante este verano, ha abierto una brecha en la comunidad entre los que sí podrán sobrellevar los 40 grados a remojo y quienes se tendrán que conformar con sentarse al fresco con mascarilla y darle al abanico.
Este lunes -20- Julio a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.
- Reparto
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Toshirô Mifune, Takashi Shimura, Yoshio Inaba, Seiji Miyaguchi, Minoru Chiaki, Daisuke Kato, Isao Kimura, Kamatari Fujiwara, Keiko Tsushima, Yoshio Tsuchiya, Kokuten Kôdô,.
- Japón, Siglo XVI. Una aldea de campesinos indefensos es repetidamente atacada y saqueada por una banda de forajidos. Aconsejados por el anciano de la aldea, unos aldeanos acuden a la ciudad con el objetivo de contratar a un grupo de samuráis para protegerlos. A pesar de que el único salario es comida y techo, varios samuráis se van incorporando uno a uno al singular grupo que finalmente se dirige a la aldea.
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TITULO: + Cotas - El hombre y la Tierra (Fauna ibérica) - Taiga, el azor.
El Sabado -18- Julio a las 9:30 por La 1, foto,.El hombre y la Tierra (Fauna ibérica) - Taiga, el azor,.
Mediante las reglas medievales de cetrería, amansa y adiestra al ave, hasta ganarse su voluntad. De esta manera, empleando cámaras de alta velocidad, consigue realizar un completo estudio fotográfico de los asombrosos movimientos de esta rapaz. - TITULO: Generaciones - Si no les dejan entrar, la UCE recomienda poner una queja ante el Defensor del Pueblo,.
Si no les dejan entrar, la UCE recomienda poner una queja ante el Defensor del Pueblo,.
Para su presidente, Javier Rubio, «una instalación pública por definición está al servicio de todos los ciudadanos, no solo de los que están empadronados y no puede haber discriminación. La Constitución Española es clara en el principio de igualdad y de libre circulación de los ciudadanos», argumenta.
Rubio desmonta la justificación de que son los propios vecinos los que tienen el derecho de disfrutar de la piscina de su pueblo porque son ellos los que pagan el mantenimiento con sus impuestos. «Los presupuestos municipales no se nutren solo de los impuestos de los vecinos empadronados, también reciben presupuesto de la comunidad autónoma y dinero de los tributos cedidos por el Estado. Por tanto, cualquiera puede contribuir al presupuesto municipal».
La piscina la pagamos todos
«Además –se pregunta Rubio– qué pasa con aquellos que no están empadronados pero que tienen casa, un negocio o que pasan por el pueblo y comen allí. Ellos también están contribuyendo al presupuesto municipal. Si se les impide el acceso a un servicio publico se está discriminando a personas que pueden hacer multitud de cosas en el pueblo».Cosa distinta –aclara– es la discriminación positiva en el caso de los precios públicos. Por ejemplo, un ayuntamiento sí puede establecer tarifas reducidas de acceso a la piscina –o a cualquier otro servicio municipal– para grupos como los jubilados o los desempleados, que tienen situaciones de menor capacidad económica. Esta es la excepción, para el resto «tiene que ser igual para todos los ciudadanos», aclara Rubio.
Si no es así, el presidente del UCE considera que se debe acudir al ayuntamiento y al Defensor del Pueblo y poner una queja formal. «El empadronamiento no es un criterio válido para impedir a nadie disfrutar de un servicio público», añade. ¿Es legal? «Según lo entendemos nosotros es discriminatorio, demandable y no sé si sancionable, pero desde luego una piscina municipal es un servicio público que tienen que disfrutar todos los ciudadanos».
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