- La escapada italiana de Gino: Islas al sol - Costa de Sicilia,.
foto / Hoy Gino deja atrás la costa oeste de Sicilia y viaja al
Sur. Inicia su aventura en Modica, la ciudad que ha sido la cuna del
chocolate siciliano desde hace cuatrocientos años. Seguirá entre viñedos
y montañas hasta llegar a Giarre, donde visitará una granja de
cítricos.
foto / El
pasado 28 de mayo, en un pleno ordinario, la Corporación municipal
jaraiceña dio el visto bueno a una modificación presupuestaria por un
importe de 334.333,49 euros, la cual ha quedado aprobada
definitivamente, tras no haberse presentado alegaciones a la misma.
Los cambios en las cuentas municipales han consistido en la suplementación de créditos con cargo a bajas en diversas partidas y créditos extraordinarios. Entre las primeras se encuentran algunos gastos de personal que se emplearán en los corrientes. El remanente de tesorería, por ejemplo, para los gastos generales, que se han dotado con más de 334.000 euros.
La
Parrilla de Galarza volvió a acoger ayer el tradicional cocido
solidario que organiza anualmente la peña El Garbazo a favor del Banco
de Alimentos y la Operación Patata del Club Rotary. Entre los
comensales, 190 personas, asistieron el popular Leonardo Dantés, jefes
de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el ejército, y autoridades
como la alcaldesa, la subdelegada del Gobierno o el exalcalde Saponi,
entre otros muchos. El cubierto valía 20 euros.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - Aprobada una modificación presupuestaria de 334.000 euros,.
Aprobada una modificación presupuestaria de 334.000 euros,.
Los cambios en las cuentas municipales han consistido en la suplementación de créditos con cargo a bajas en diversas partidas y créditos extraordinarios. Entre las primeras se encuentran algunos gastos de personal que se emplearán en los corrientes. El remanente de tesorería, por ejemplo, para los gastos generales, que se han dotado con más de 334.000 euros.
Otra
de las partidas que se han cambiado e incluida en inversiones reales es
la que se destinará a sufragar la construcción de un centro de
transformación y línea eléctrica subterránea para el nuevo instituto,
cuyo coste asciende a 72.000 euros.
Y, por último, se ha sometido a información pública la cuenta general correspondiente al ejercicio de 2019.
Y, por último, se ha sometido a información pública la cuenta general correspondiente al ejercicio de 2019.
TITULO: 80 cm' - Fábula sin moraleja.
foto / EN estos días de incertidumbre política no solo en Extremadura, sino en el conjunto de España, yo recomiendo leer a Augusto Monterroso, cuyos libros son el mejor antídoto contra la melancolía y los malos presagios. Monterroso se ha convertido en un gigante de la literatura y en un escritor muy popular a raíz de ese cuento minúsculo con un dinosaurio dentro. El autor de 'La oveja negra y demás fábulas' ha tenido la habilidad de escribir un puñado de extraordinarias fábulas a las que no es preciso buscarle la moraleja, basta con su humor.
Una
de mis preferidas es 'El sabio que tomó el poder', que comienza así:
«Un día, hace muchos años, el Mono advirtió que entre todos los animales
era él quien contaba con la descendencia más inteligente, o sea, el
hombre». «Animado por esa revelación», prosigue el texto, el Mono se
puso a estudiar y, aconsejado por la Zorra en política y en saber por el
Búho y la Serpiente, asombró a todos e «inició su ascenso a la cumbre»,
convirtiéndose en secretario del León. Sin embargo, durante un
insomnio, («en los que había caído desde que sabía que sabía tanto»)
hizo otro descubrimiento sensacional: la injusticia de que el León, que
contaba únicamente con la fuerza y el miedo de la mayoría, fuera su
jefe, mientras él, que podría «escribir otra vez los sonetos de
Shakespeare» de habérselo propuesto, fuera tan solo un subalterno.
Al día siguiente el Mono se arma de valor y con elaboradas razones intenta convencer al León que han de cambiarse los papeles, pues está claro que «lo aventajaba en descendencia y, por supuesto, en sabiduría». El León estuvo conforme con todo y en ese mismo instante cambió la corona por la pluma y así se lo anunció a todos.
«De ahí en adelante, cuando el Mono le ordenaba algo, el León, siempre de acuerdo, asentía invariablemente con un zarpazo; y cuando el Mono lo regañaba por alguna orden mal entendida o por un discurso mal redactado», con dos o tres zarpazos; hasta que, pasado un tiempo, «en el cuerpo del nuevo rey, o sea el Mono sabio, no iba quedando sitio del que no manara sangre, o cosas peores». La fábula termina con el Mono solicitando de rodillas volver al estado de cosas anterior y con el León, «aburrido como desde hacía mil años» aceptando la petición, es decir, retomando la corona para sí y devolviéndole la pluma al Mono sabio.
En lugar del mono con la pluma de escribir, piensen en un peón de ajedrez con su pequeña arma, o incluso en un alfil. Y no busquen la moraleja, es preferible aventurarse en la política ficción y ponerle rostro a los intérpretes de esta farsa moderna.
Con ese ejercicio de imaginación no trenzarán pasiones tan profundas como las que alientan en los personajes de Shakespeare -aquí todo es más prosaico-, pero puede ser más divertido. Así que aplíquense en la lectura de Monterroso y me agradecerán el consejo. Por cierto, ese libro, 'La oveja negra y demás fábulas', se abre con una cita de un tal K'nio Mobutu: «Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de éste». Parece la reflexión de un filósofo, ¿verdad? Pues se equivocan de ocupación, era antropófago.
Al día siguiente el Mono se arma de valor y con elaboradas razones intenta convencer al León que han de cambiarse los papeles, pues está claro que «lo aventajaba en descendencia y, por supuesto, en sabiduría». El León estuvo conforme con todo y en ese mismo instante cambió la corona por la pluma y así se lo anunció a todos.
«De ahí en adelante, cuando el Mono le ordenaba algo, el León, siempre de acuerdo, asentía invariablemente con un zarpazo; y cuando el Mono lo regañaba por alguna orden mal entendida o por un discurso mal redactado», con dos o tres zarpazos; hasta que, pasado un tiempo, «en el cuerpo del nuevo rey, o sea el Mono sabio, no iba quedando sitio del que no manara sangre, o cosas peores». La fábula termina con el Mono solicitando de rodillas volver al estado de cosas anterior y con el León, «aburrido como desde hacía mil años» aceptando la petición, es decir, retomando la corona para sí y devolviéndole la pluma al Mono sabio.
En lugar del mono con la pluma de escribir, piensen en un peón de ajedrez con su pequeña arma, o incluso en un alfil. Y no busquen la moraleja, es preferible aventurarse en la política ficción y ponerle rostro a los intérpretes de esta farsa moderna.
Con ese ejercicio de imaginación no trenzarán pasiones tan profundas como las que alientan en los personajes de Shakespeare -aquí todo es más prosaico-, pero puede ser más divertido. Así que aplíquense en la lectura de Monterroso y me agradecerán el consejo. Por cierto, ese libro, 'La oveja negra y demás fábulas', se abre con una cita de un tal K'nio Mobutu: «Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de éste». Parece la reflexión de un filósofo, ¿verdad? Pues se equivocan de ocupación, era antropófago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario