TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Zara versiona uno de los vestidos de lunares favorito de Letizia,. Miercoles -2 , 9 - Marzo,.
BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Zara versiona uno de los vestidos de lunares favorito de Letizia . Miercoles - 2, 9 - Marzo , fotos,.
Miercoles- 2, 9 - Marzo a las 22:00 horas en La1,.
Zara versiona uno de los vestidos de lunares favorito de Letizia,.
La firma española tiene disponible en su web un vestido de lunares asequible con el que podrás copiar uno de los diseños favoritos de la Reina Letizia
La actual situación ha dado un giro de 180 grados a nuestras vidas y a nuestra forma de trabajar o incluso de vestirnos, como hemos visto durante la cuarentena. En el caso de la realeza y concretamente de Doña Letizia, la Reina ha tenido que adaptar su agenda laboral al teletrabajo desde casa y también hemos visto como ha cambiado sus elegantes y llamativos conjuntos, faldas y vestidos por looks mucho más sobrios en señal de respeto por la actual crisis.
La realidad es que la mayoría ya soñamos con esa vuelta a la normalidad y por eso la posibilidad de dar paseos en las franjas horarias permitidas, de poder tomarnos algo en una terraza en esta fase 1 de la desescalada o de disfrutar del buen tiempo casi veraniego que ya comenzamos a percibir, hace que poco a poco comencemos a fichar todos esos vestidos y looks veraniegos con los que este verano saldremos a la calle. Porque aunque no vayamos a tener un verano normal, nuestro vestidor si que podrá darnos un extra de motivación estos días.
Por eso durante estas semanas ya hemos empezado a echar un vistazo a las tendencias que las firmas nos han empezado a adelantar en sus nuevas colecciones y en esa búsqueda es cuando hemos encontrado una nueva versión de uno de los vestidos veraniegos y estampados favoritos de la Reina Letizia.
Un vestido con cuello halter y estampado de lunares negros sobre fondo blanco que la Reina Letizia ha llevado en innumerables ocasiones y que cuenta con una lazada en la cintura que ayuda a entallar la silueta. Una prenda que lució por primera vez en 2018 durante su visita a la República Dominicana, más tarde lo incluyó en su maleta a Jaén y después durante su visita a Cuba en 2019. Un diseño que ya forma parte de sus favoritos y que pertenece a la línea de primavera-verano 2018 de CH Carolina Herrera cuyo precio original era de 590 euros.
Seguimos con Kafka,.
¿Hasta qué punto tienes que despreciar a tu propio pueblo para meterlo de lleno en algo semejante?,.
Seguimos un cursillo acelerado de geografía básica. Poniéndole nombre a esas regiones desconocidas, el Donbass, Zaporiyia, de un país hasta ahora lejano. Ahora Ucrania es el centro de nuestras vidas. Tal vez porque como hace un par de días recordaba Mircea Cartarescu en una conversación con Vargas Llosa esta guerra no es solo contra Ucrania. Es contra ti y contra mí, contra la hierba y los árboles, contra todo ser vivo, vino a decir, palabra arriba o abajo. Y por supuesto contra la libertad. Esa libertad que además de una palabra manida es un hecho que impregna lo cotidiano, lo menudo. Lo que parece que no tiene nombre ni tampoco importancia. Ese gesto que Kafka anotó en su diario después de dejar constancia de que había comenzado la I Guerra Mundial: «Por la tarde fui a nadar».
Lo cotidiano, en Occidente, está impregnado por el ejercicio de la libertad. Algo que en Rusia es muy preciado, porque falta. Esta guerra también es contra el pueblo ruso. Y para recordarlo no está mal leer a otra premio Nobel, la bielorrusa Svetlana Alexiévich. 'Los muchachos de zinc', soldados que desde Afganistán volvían a la Unión Soviética en ataúdes recubiertos de zinc. Sellados para que no se viera lo que había dentro. A veces solo un uniforme y unos cuantos kilos de tierra para dar apariencia de que dentro había un cuerpo. Porque «a menudo lo único que quedaba de una persona era medio cubo lleno de trozos de carne...».
«¿Hasta qué punto tienes que despreciar a tu propio pueblo para meterlo de lleno en algo semejante?», se preguntaba la propia Alexiévich. Del mismo modo que aquellos soldados marcharon engañados u obligados a Afganistán –para reforzar las fronteras, para liberar a un pueblo amigo, les decían– van ahora muchos soldados rusos a Ucrania. A matar por la grandeza de la patria y a enfrentarse con el espanto. La libertad. «Si dices la verdad, acabarás en la cárcel o en el manicomio», le dijo a un joven
con vocación humanista su tío, un coronel jubilado del Ejército soviético al comienzo de aquella guerra. Es exactamente lo mismo que ahora ocurre en Rusia. Periodistas amenazados con quince años de cárcel –si no son asesinados– si se atreven a escribir la palabra 'guerra'. El manicomio o la cárcel. Y se acuerda uno de Nicolas Bokov, el escritor moscovita que fue amenazado con ingresar en una de esas dos instituciones por sus actividades antipatrióticas, es decir, democráticas, y que finalmente fue expulsado del país y considerado apátrida. Tuvo suerte, pudo ejercer la libertad. Ese acto minúsculo, intrascendente en apariencia, invisible como invisible es el oxígeno que nos permite vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario