sábado, 30 de noviembre de 2024

A Crush, la pasta te aplasta - 'Atrápame si puedes' con un bote de euros 34.200 ,. / La Roca - Ramón Espinar, sobre el derrumbe de un colegio en Massanassa: "El conseller no puede salir a balbucear, tiene que pedir perdón" , . / DESPIERTA ANDALUCÍA Abelardo Castro, de la ONG Adhara, defiende la importancia de la detección temprana del VIH ,. / ANTENA 3 TV - MASTERS DE LA REFORMA - El Edificio Blanco de Cela de Astorga revivirá para acoger ocho viviendas ,.

 

TITULO: A Crush, la pasta te aplasta -'Atrápame si puedes' con un bote de 34.200   euros  ,.

 

El viernes - 13 - Diciembre  , a las 22:00 por La 1, foto,.

 

 

"Atrápame si puedes  comienza la semana con 34.200  euros en juego,.

 

"Atrápame si puedes" combina lo mejor de la cultura, el entretenimiento y la competitividad. A lo largo de la semana, en la que vuelve como maestro de ceremonias Manolo Sarria, todas las noches los participantes se sumergen en unas emocionantes fases que desafían su agudeza mental y conocimientos en diversas áreas. Cada pregunta está diseñada para poner a prueba su rapidez y precisión, manteniendo la tensión y la diversión en todo momento. El concursante con menor puntuación al finalizar la tercera fase es eliminado del juego, lo que deja espacio para la llegada de un nuevo participante al día siguiente.

Daniel Tejón, Marta Delgado y Sergio Mora son los concursantes salvados de la semana pasada, a ellos se les unirá Gloria Ávila y Paqui Fernández. Cada día, uno de ellos tendrá que despedirse del programa y se dará la bienvenida a otro valiente dispuesto a llevarse el bote.

Daniel es un joven curioso, cómico y espontáneo que vive entre Sevilla y Almería. Estudia un doble grado en Geografía e Historia y tiene el objetivo de opositar para ser profesor. Le apasionan los videojuegos, siendo fan de Kingdom Hearts y Pokémon, y es un gran seguidor de Eurovisión, habiendo asistido este año y con planes de volver el próximo. Disfruta viendo películas, especialmente clásicos y de  terror, y sigue diariamente concursos de televisión con sus compañeros de piso. Además, le gusta viajar, la literatura clásica y la Semana Santa, siendo miembro de la Hermandad de los Estudiantes en Almería. Con el bote, ahorraría para sus oposiciones y viajaría a Japón.

Marta trabaja actualmente en la tienda de un familiar. Es escritora de ficción con tres libros publicados y uno más en camino. Le apasiona el fútbol, siendo sevillista, y disfruta del carnaval de Cádiz, especialmente los pasodobles. Ama la costa mediterránea y es fan del cine clásico. Su estilo musical favorito es la música latina, excepto el reggaetón, y su cantante favorito es Ricardo Arjona. Con el dinero del bote viajaría a Guatemala y México.

Sergio se considera una persona comunicativa, extrovertida y divertida, que lleva siete años trabajando en una asesoría fiscal para pymes. Además, es secretario de la única asociación LGTBI en Sanlúcar de Barrameda, organizando actividades culturales y educativas en la comunidad, algo que le resulta muy gratificante. Amante de las series y de la música, es un gran fan de Eurovisión, al que ha asistido cuatro veces, y planea ir al próximo en Suiza. También disfruta haciendo puzles y ya tiene experiencia en concursos. Si ganara el premio, lo destinaría a otro viaje para la gala de Eurovisión 2025.

Gloria es una onubense inquieta, creativa, aventurera y desordenada, con un fuerte espíritu competitivo. Ha vivido en Lisboa, Salamanca, Bruselas y Edimburgo, y tiene dos gatos. Estudió magisterio en Sevilla y actualmente trabaja como profesora de
español en la Cruz Roja. Le encanta viajar, jugar al pádel, leer libros de filosofía clásica y thrillers de suspense. Con el dinero del bote alquilaría una furgoneta para recorrer Islandia.

Paqui es alegre, extrovertida, simpática, trabajadora y responsable. Tiene dos hijos, una hija de 15 años y un hijo de 10. Desde pequeña ha soñado con ser enfermera, aunque su sueño frustrado es ser actriz. Disfruta cosiendo, caminando, yendo a la playa y visitando pueblos de Andalucía. Su marido es un Youtuber con casi 10.000 seguidores en un canal de pesca. Le  gusta leer libros de psicología y escuchar música española, especialmente copla, flamenco, Manuel Carrasco y Alejandro Sanz. Si ganara el bote haría un viaje familiar a Disneyland Paris, Roma o Londres.

Raúl Rivero, Mari Ángeles Pantoja, Edu Martín-Prieto y Carmen Sedeño son los cuatro concursantes restantes que llegan al plató dispuestos a competir. 

Raúl siempre está de buen humor, buscando crear un ambiente agradable a su alrededor. Es funcionario y actualmente estudia Criminología en la UNED. Le gusta practicar varios deportes, especialmente fútbol y tenis. Hace muchos años estuvo de público en un programa de televisión. Si ganara el bote, arreglaría la fachada de su casa.

Mari Ángeles es una gaditana soñadora y amante de los animales, especialmente de los gatos, que siempre ha tenido como mascota. Está divorciada y tiene un hijo de 20 años. Es coleccionista de monedas, sellos, mecheros y llaveros. Le encanta el
cine, especialmente las películas gore, de comedia y todas las españolas. Disfruta viajando, cantando y haciendo cuadros de punto de cruz. Ha participado en cinco concursos, ganando dinero solo en uno de ellos. Con el dinero del bote se compraría
una caravana y viajaría por el mundo, comenzando por Andalucía.

Edu es natural de Álora, Málaga. Sus amigos lo describen como pesado, muy hablador, curioso, sociable, inquieto y  emprendedor. Aunque estudió derecho y no le gustó, terminó la carrera y luego se especializó en marketing digital, donde ahora trabaja como freelance gestionando publicidad y campañas de “influencers”. Le gusta jugar a juegos de mesa con amigos, leer, escuchar música, ir al gimnasio y viajar. Tiene un grupo de amigos con los que juega online a diario y se reúne una vez al mes en Madrid. Ha viajado recientemente a Japón y a unas islas en Noruega. Si ganara el bote, organizaría una reunión con amigos en una casa rural, también le gustaría viajar con sus padres antes de que se jubilen.

Carmen tiene un don para los animales, sabiendo cuándo están enfermos, y es muy sensible y empática con las personas. Trabaja como cetrera en el ámbito educativo con personas con discapacidad y tiene un curso de auxiliar veterinaria. Como hobby, también es cetrera y tiene muchos animales en casa, incluyendo caballos, aves rapaces, gallinas, ratones, codornices, perros y tortugas. Vive en el campo y disfruta del senderismo y la escalada, habiendo practicado atletismo hace unos años. Le gusta leer libros de naturaleza y novelas policiacas, ir al teatro y al cine, y asistir a conciertos de cantautores como Fito y Fitipaldis y Los Delincuentes. Si ganara el bote, terminaría de pagar su camper para llevar a sus animales a todas partes y haría un viaje para ver las auroras boreales.

 

 TITULO:   La Roca  - Ramón Espinar, sobre el derrumbe de un colegio en Massanassa: "El conseller no puede salir a balbucear, tiene que pedir perdón" ,.

 La Roca en La Sexta a las 15:30 Domingo - 8 - Diciembre  , foto,.

 Ramón Espinar, sobre el derrumbe de un colegio en Massanassa: "El conseller no puede salir a balbucear, tiene que pedir perdón",.

Un hombre ha fallecido y otro ha resultado herido en el derrumbe de un colegio de Massanassa, afectado por la DANA. Las declaraciones del conseller de Educación, Josep Rovira, han generado críticas por la gestión y comunicación del desastre.

Ramón Espinar sobre el derrumbe de un colegio en Massanassa: "El conseller no puede salir a balbucear, tiene que pedir perdón"
 
La Roca

Este domingo, 24 de noviembre, un hombre perdió la vida y otro resultó herido tras el derrumbe de parte de un colegio en Massanassa, gravemente afectado por los daños de la DANA. Según Josep Rovira, conseller de Educación de la Generalitat Valenciana, "en ningún momento se ha certificado por parte de nadie que fuera a colapsar (el edificio)".

Estas declaraciones han desatado fuertes críticas, entre ellas las de Ramón Espinar, desde el plató de La Roca. "Tanto general, tanto orden y tanta historia para seguir instalados en la seguridad y en la chapuza quince días después… Es una cosa que clama al cielo. Es que es normal, ¿cómo no va a estar la gente cabreada?", manifestó el colaborador.

Espinar también se mostró contundente al valorar las palabras del conseller. "Hoy se nos ha muerto un ciudadano en un colegio porque se le ha caído encima un porche. No puedes salir como conseller de Educación a balbucear. Hay que salir, y lo siento mucho, pero llorando y pidiendo perdón a esta ciudadanía", exigió.

El colaborador subrayó la importancia de una gestión comunicativa eficiente en situaciones como esta. "Hace falta que todos los días, a las seis o siete de la tarde, haya una rueda de prensa de un mando centralizado que transmita la idea de una voz de mando", propuso. Además, insistió en la necesidad de informar diariamente sobre los avances en la reconstrucción de los municipios afectados por la DANA.

TITULO: DESPIERTA ANDALUCÍA - Abelardo Castro, de la ONG Adhara, defiende la importancia de la detección temprana del VIH,.

 

 Abelardo Castro, de la ONG Adhara, defiende la importancia de la detección temprana del VIH,.


El domingo es el Día Mundial del Sida. En Despierta Andalucía nos explica que las transmisiones descienden año a año pero todavía hay una alta tasa de detección tardía que se puede evitar con una sencilla prueba al alcalde de todos.

 

 Abelardo Castro, de la ONG Adhara, defiende la importancia de la detección  temprana del VIH

foto / El próximo domingo 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida. Abelardo Castro es el gerente de Adhara Sevilla, una ONG especializada a la prevención del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y en la atención integral a las personas afectadas. En Despierta Andalucía nos ha hablado de la importancia de la detección temprana.

"A día de hoy el VIH-sida sigue siendo una cuestión de salud pública, unos 40 millones de personas en el mundo" conviven con este virus. En España, añade, se diagnosticaron en 2023 casi 3.200 nuevas infecciones, más de 500 de ellas en Andalucía.

Las cifras de transmisión son cada vez mejores pero no hay que bajar la guardia. "Sigue habiendo transmisiones y existen mecanismos para prevenirlas y tratamientos para que las personas con VIH lleguen a tener una carga viral indetectable y una esperanza de vida similar a otras personas", explica Abelardo. 

Adhara acaba de lanzar junto al Ayuntamiento de Sevilla una campaña, precisamente, para fomentar la prevención y la detección temprana. 

Una detección temprana que se consigue con una sencilla prueba médica al alcance de todo el mundo y que permite "lo primero, dar acceso rápido al tratamiento y una efectividad mayor de los medicamentos, además de que el virus haga menos mella en el organismo de las personas y les garantice más calidad de vida".

Y es que, a pesar de los avances, Abelardo Castro reconoce que aún existe una "alta tasa de detección tardía", que aumenta el riesgo de otras transmisiones y empeora las expectativas del portador.

La prueba rápida para la detección del VIH está alcance de todos, insiste, a través de los centros sanitarios de Atención Primaria y también de los centros comunitarios. 

Abelardo Castro destaca también el buen resultado que está proporcionando el llamado PrEP (sistema de profilaxis preexposición) "para controlar nuevas infecciones". Se trata de un tratamiento de una pastilla al día, prescrita y control permanente del sistema público de salud, para personas que pueden tener un alto riesgo de exposición a la infección por VIH.  

 

TITULO: ANTENA 3 TV  -  MASTERS DE LA REFORMA - El Edificio Blanco de Cela de Astorga revivirá para acoger ocho viviendas ,.

 El Lunes - 9 - Diciembre  a las 22:45 por  Antena 3, foto,.

 El Edificio Blanco de Cela de Astorga revivirá para acoger ocho viviendas ,. 

La Junta invertirá cerca de un millón de euros y anuncia la construcción de un nuevo punto limpio,.

Rehabilitación del edificio.

 Rehabilitación del edificio.

La Junta de Castilla y León invertirá cerca de un millón de euros en la rehabilitación del Edificio Blanco de Cela de la localidad leonesa de Astorga, donde prevé crear ocho viviendas para vender a los jóvenes con un descuento del 20 por ciento asumido por el Gobierno autonómico.

Así lo anunció este miércoles 27 de noviembre el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, durante su visita al edificio que antiguamente albergaba las viviendas de los profesores del colegio público Blanco de Cela, en el que ahora se instalará un ascensor y se rehabilitará para «dejarlo en un extraordinario estado de uso» y así facilitar que «familias de jóvenes se asienten en Astorga».

Suárez-Quiñones explicó que el edificio se encuentra en «un estado razonable», aunque requiere de «una serie de actuaciones importantes», para lo que se comprometió a acometer «de forma inmediata» el estudio y el proyecto, así como a hacer efectiva la reforma. En este sentido, calculó que el próximo año «las obras ya puedan estar avanzadas», de forma que «puedan ponerse a la venta las viviendas» a principios del siguiente.

También en Astorga, donde hace una semana se entregaron diez viviendas de la Casa de Camineros, también rehabilitada para ofrecerse en alquiler social y asequible, la Junta lleva a cabo las «gestiones necesarias» para que el Ministerio de Transportes ceda al Gobierno autonómico un edificio compuesto por otras diez viviendas, para poder rehabilitarlo y también darlo en alquiler social para familias jóvenes».

Unas actuaciones que suponen «oportunidades de asentamiento de población, especialmente de los jóvenes» en Astorga, una población «pujante y con movimiento» que «necesita, como todas las poblaciones, que los jóvenes hagan su proyecto de vida en ella».

Un nuevo punto limpio

Bajo esta premisa el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio avanzó la próxima creación un punto limpio en el polígono industrial del municipio, que contará con una inversión de entre 400.000 y 500.000 euros y la previsión de crear hasta 31 fracciones de residuos para «dar una salida ordenada y bien gestionada de los residuos domésticos que se produzcan en la en la ciudad de Astorga».

Juan Carlos Suárez-Quiñones explicó que esta medida forma parte de «una política de generación de puntos limpios», mediante la que que crearán 22 durante la presente legislatura con una inversión superior a los 14 millones de euros, de los que cinco se situarán en la provincia de León, concretamente en Sariegos, Valverde de la Virgen, en las mancomunidades de Cúa y en Astorga.

El titular de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio visitó hoy el Edificio Banco de Cela de Astorga acompañado del alcalde, José Luis Nieto, quien explicó que el punto limpio con el que cuenta ahora el municipio «no cumple ninguna normativa», sino que «está ahí porque se hizo en su momento pero no cumple ningún requisito ni tienen licencia». Por ello, el Consistorio aportará las parcelas necesarias para la creación del nuevo, que será «de uso doméstico pero también para todas las empresas».

España Directo -Economía - La CNMC ve riesgo para las pymes en la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell y obliga a elevar las garantías de competencia ,. / Mi casa es la vuestra - Sophie Rain ,. Viernes - 13 - Diciembre ,. / Detrás del muro - PÁGINA DOS - Miquel Barceló ,. Martes - 10 - Diciembre ,. / Cartas de amor - El amor de la señora Rothschild, de Sara Aharoni ,.

   TITULO: España Directo - Economía -  La CNMC ve riesgo para las pymes en la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell y obliga a elevar las garantías de competencia,.

 

La CNMC ve riesgo para las pymes en la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell y obliga a elevar las garantías de competencia,.

Las patronales catalanas Foment del Treball y Pimec alertan de las consecuencias de la operación, especialmente en la reducción del crédito,.

Sede central de BBVA en Madrid. oferta pública de adquisición OPA sobre Banco Sabadell patronales Foment del Treball y Pimec Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia CNMC
 
foto / Sede central de BBVA en Madrid.

Las dos principales patronales catalanas, Foment del Treball y Pimec, se personarán ante la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) con motivo de la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell, debido a la afectación que pueda tener esa operación en las empresas de la comunidad autónoma.

Ambas organizaciones han mostrado su preocupación por el posible cambio en el panorama bancario nacional y sus comités ejecutivos han decidido dar ese paso. La patronal de pymes y autónomos lo comunicó ayer y esta tarde lo ha hecho Foment.

Pimec alertó de que la OPA «podría alterar significativamente la competencia en el sector bancario, con repercusiones directas sobre las condiciones de financiación para las empresas, especialmente las pymes».

Según un informe elaborado por un observatorio de la patronal de micro, pequeñas y medianas empresas, «la transacción podría comportar una reducción del 8% en la disponibilidad de crédito, un descenso que se traduce en más de 54.000 millones de euros en préstamos».

«El impacto de la concentración de BBVA y Banco Sabadell puede ser perjudicial para la competencia y para clientes y trabajadores. Por eso, es esencial que BBVA proporcione más información y datos concretos sobre los planes en relación con la concentración para garantizar la transparencia y un compromiso firme con las empresas, los clientes, los trabajadores y la sociedad en general», indica el informe del Observatorio de la pyme.

Foment, por su parte, recuerda en su comunicado que ya desde el anuncio realizado por BBVA, el pasado mes de mayo, mostró su «preocupación por cómo podría repercutir esta OPA en el devenir, sobre todo, de las pymes y su acceso al crédito».

Tanto la Generalitat de Cataluña como la Generalitat Valenciana han expresado también, en varias ocasiones, su rechazo a la fusión bancaria por el impacto en los usuarios y empresas de sus territorios. Cabe recordar que Banco Sabadell tiene su sede social en Alicante.

CNMC

La semana pasada, la CNMC decidió llevar su análisis de la operación a fase 2, lo que alarga el proceso unos meses más. Precisamente, BBVA ha estrenado hoy una campaña publicitaria dirigida a los accionistas de Sabadell con el objetivo de transmitirles los beneficios de la OPA. Esta segunda fase contempla un periodo de tres meses, pero los trámites pueden sobrepasar ese plazo.

El organismo dirigido por Cani Fernández tiene en esta operación uno de los expedientes más relevantes del momento. Hoy ha hecho pública una «nota sucinta» en la que resume los argumentos que han llevado a su consejo a elevar el análisis de la OPA a una segunda fase. Como enfoque general, la CNMC establece que «si bien a nivel municipal la operación no genera ningún monopolio, resultará una estructura de duopolio en 50 municipios». Esta situación es la que provocaría riesgos de empeoramiento de condiciones comerciales para particulares y pymes; de exclusión financiera; de empeoramiento de condiciones comerciales y de empeoramiento de acceso a cajeros.

«La entidad resultante tendría incentivo y capacidad para modificar las condiciones a los clientes particulares y a las pymes, sin riesgo de perder clientes en favor de otra entidad, allí donde la resultante quedaría como único operador o con reducida competencia que pueda disciplinar su actuación», opina el regulador.

Ante estos y otros riesgos, BBVA presentó una batería de «medidas inéditas para garantizar la inclusión financiera, el crédito a las pymes y la competitividad».

La entidad presidida por Carlos Torres ofreció mantener durante tres años condiciones comerciales en 160 códigos postales donde el banco fusionado quede en situación de monopolio o duopolio. También «compromisos específicos para pymes», como el mantenimiento de la política comercial diseñada a nivel nacional, precios medios nacionales a pymes en nuevo crédito y el compromiso de no cerrar oficinas especializadas en empresas.

No obstante, la CNMC consideró que estas propuestas no bastaban para resolver los riesgos de empresas y particulares. De este modo, en los próximos 10 días BBVA podrá ofrecer medidas que mitiguen los riesgos que contempla la CNMC. Si aun así el organismo sigue dudando, es muy posible que BBVA considere la retirada de la oferta por considerar que las condiciones son inasumibles para sus accionistas.

 

TITULO: Mi casa es la vuestra -  Sophie Rain  ,.Viernes - 13 - Diciembre   ,.

Viernes -  13 - Diciembre   a las 22.00, en Telecinco, foto,.

 

 Sophie Rain,.

 

 La modelo Sophie Rain bate todos los récords en Only Fans: gana 43 millones  de dólares en su primer año

Sophie Rain, la streamer de OnlyFans que gana el triple que Mbappé en el Real Madrid,.

Unas ganancias anuales que han cogido a todo internet por sorpresa.


Nos encontramos en plena recta final de año y es habitual que muchos recapitulen todo lo que les ha ocurrido, pero pocas personas han sorprendido tanto como Sophie Rain, la modelo y streamers estadounidense que destaca como nadie en OnlyFans, la plataforma de suscripción que es especialmente popular por su alto contenido erótico y sexual. ¿El motivo de la sorpresa? Rain ha mostrado todo lo que ha ganado durante su primer año, un total de 43 millones de dólares que han generado todo tipo de opiniones.

El debate en torno a lo que genera Sophie Rain en comparación a deportistas de élite ha surgido en cuánto ha mostrado sus ganancias reales, poniendo a la NBA como referencia. Si miramos al fútbol, Kylian Mbappe, estrella del Real Madrid, cobra un total de 14 millones de euros netos anuales en el club blanco. Una cifra tres veces inferior a lo que ha facturado la modelo.

El poderío económico de OnlyFans

La plataforma generó en 2023 un total de 6.600 millones de dólares, una cifra que supera todos los salarios combinados de la NBA. Si su salario supera considerablemente al de Mbappé, también está por encima del de jugadores del deporte norteamericano como Jayson Tatum, estrella de los Boston Celtics y actual campeón de la NBA que ganará esta temporada 35 millones de dólares.

Sophie Rain ha conseguido ser en tiempo récord toda una celebridad. Unas ganancias con las que difícilmente soñaba cuando trabajaba como camarera, pero tras probar suerte en OnlyFans su vida cambió para siempre y hace preguntarse a muchos los límites de internet y las distintas plataformas a la hora de generar este tipo de ganancias.

 

TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS  - Miquel Barceló , Martes - 10 - Diciembre  ,.


PÁGINA DOS - Miquel Barceló,.

 

 

Martes -  10 - Diciembre  , a las 22:00, en La2, foto,.

 

 Miquel Barceló

 

 Página Dos viaja a Mallorca para entrevistar al artista Miquel Barceló por su libro de memorias, De la vida mía. Gueorgui Gospodínov presenta Acerca del robo de historias y otros relatos. Y asistimos a la clase de Literatura de Gabriel Lara de la Casa, que ha escrito Literatura a flor de piel.

 

 

TITULO: Cartas de amor - El amor de la señora Rothschild, de Sara Aharoni,.

 El amor de la señora Rothschild, de Sara Aharoni,.

 El amor de la señora Rothschild, de Sara Aharoni

En El amor de la señora Rothschild (Lumen), de Sara Aharoni, los lectores descubrirán, a través de las páginas del diario de la joven Gútale, la génesis de una familia de cinco hijos y cinco hijas que heredan los valores de sus padres: respeto al prójimo, lealtad a su pueblo, ayuda mutua y lucha contra las injusticias. El despliegue estratégico de los hijos varones por las capitales europeas más importantes coloca a la familia Rothschild en una posición aventajada con respecto a otras instituciones bancarias. A través de la excepcional visión de una mujer extraordinaria asistimos a los acontecimientos históricos más relevantes de la época: el estallido de la Revolución francesa, las conquistas y la inminente derrota de Napoleón Bonaparte, quien despertó grandes esperanzas al pueblo judío al decretar su emancipación y reconocimiento como ciudadanos de pleno derecho, así como a las alianzas y a los conflictos armados entre las casas reinantes del continente en un mosaico de realidades geopolíticas.

Sara Aharoni (Israel, 1953) trabajó durante veinte años como maestra y pasó cuatro años en Lima (Perú) como emisaria educacional de la Agencia Judía para Israel. En 2008 publicó su primera novela, Saltanat’s Love, basada en la vida de su madre, que obtuvo el Book Publishers Association’s Platinum Prize.

El amor de la señora Rothschild ha ganado del Premio Steimatzky. Es su tercera novela, de la que Zenda publica las primeras páginas.

Cuaderno I

Frankfurt am Main, martes, 13 de iyar de 5530 [8-V-1770]

Todo empezó en la ventana de nuestra casa.

Me gustan las ventanas. Por la tarde paso gran parte del tiempo pegada a la ventana.

Observo a las personas que pasan por la Judengasse, la calle de los judíos, y nunca me sacio de mirarlas. Ni a las mujeres que llevan sobre los hombros un balancín con cubos de agua, ni a los kínder, los niños, corriendo entre las carretas cargadas de mercancías, ni a los vendedores y compradores, ni a los mozos que regresan de la yeshivá, la academia talmúdica.

Y he aquí que un buen día, mientras contemplaba las figuras que iban y venían por debajo de mi ventana, mi mirada quedó atrapada en él. Alto, con el gorro cónico judío en la cabeza, con una cartera en la mano y caminando con prisa hacia su casa.

¿Podría ser Meir Amschel Rothschild? En esta única calle del gueto todos nos conocemos. Si ya lo había visto otras veces, ¿cómo podía ser que no me hubiera fijado en él, ni en su estatura, que de pronto parecía haber aumentado? ¿Por qué clavaba la mirada en su rápido andar hasta que desaparecía en la curva de la calle rumbo a su casa? ¿Qué significaban mi súbita respiración entrecortada y los ligeros pellizcos que me cosquilleaban en el estómago?

Al día siguiente, de pie en el punto de observación de siempre, mis ojos buscaban a aquella figura apresurada. Apoyé los codos cubiertos por mangas largas en el alféizar, eché un vistazo impaciente hacia el incesante movimiento de la calle bulliciosa y me preparé para absorber el nuevo panorama. Mi mirada revoloteó por los hombros que sostenían el balancín con los cubos de agua y por los kínder, que unos a otros se gritaban «tregua» para dejar paso a las madres, y seguían atentos e impacientes sus pasos lentos y pesados para reanudar el juego justo donde lo habían interrumpido.

Y entonces, detrás de una carreta cargada con enseres del hogar usados que avanzaba pesadamente, apareció de pronto el gorro cónico, que adelantó a la carreta, a los cubos de agua y a los kínder. Mi corazón apenas alcanzó a alegrarse de haber visto el gorro y la figura a la que estaba unido cuando ya habían desaparecido por la curva que lleva a la puerta norte de la Judengasse, la Bockenheimer, junto a la cual vivía Meir Amschel.

A partir de aquel momento, las vistas habituales de mi Judengasse se hicieron menos importantes. Toda mi atención se concentró en atrapar la única imagen que motivaba mi presencia en ese lugar.

Guardé el secreto en mi corazón. Nadie compartió la tormenta que se había desatado en mí.

Los días siguen transcurriendo repletos de ilusiones, días de búsqueda y esperanza, a cuyo término la nada trae esperanzas renovadas para mañana. De pie, junto a la ventana de nuestra casa, espero.

Estoy muy unida a esa ventana. Toda la familie se ha acostumbrado ya a esa locura mía; incluso mi recatada y devota madre ha dejado de reprochármelo y sonríe indulgente a mis espaldas cada vez que me asomo apoyándome en el alféizar. No tengo que girar la cabeza hacia ella para ver esa sonrisa suya. Se detiene, se queda quieta un momento y la sonrisa la acompaña mientras sigue con lo suyo, llevando en la mano el omnipresente paño para recoger las motas de polvo, antes de que se posen sobre un mueble. Así es mi madre, sonríe y limpia. Limpia y perdona.

Si yo no hubiera tenido otros quehaceres en casa, me pasaría el día mirando, con el cuerpo apoyado en el alféizar. Así es como me siento unida al mundo. Nuestra ventana da a la calle, abarca las partes más concurridas y me permite seguir el movimiento de la vida en nuestro mundo.

Un mundo que es un callejón estrecho, sombrío y sucio, llamado Judengasse. No hay lugar para carruajes, no tiene árboles, ni flores, pero una multitud de personas pasa por él todos los días de labor y lo llena de vida; eso merece ser tenido en cuenta.

Me gusta nuestra calle, donde la gente vive hacinada y amontonada en casas pequeñas y unidas unas a otras como eslabones en una cadena.

La nuestra es una de las casas de la calle. En la fachada hay una placa con la figura de un búho, y por ella yo me llamo a mí misma buhita. Suelo mirar los ojos del búho, que como en las personas están en la parte frontal de la cabeza, y observar su largo cuello, que como se sabe es flexible y le permite recorrer con la mirada un círculo casi completo.

Con mis ojos de buhita persigo la vida trepidante de la calle. Más o menos cada dos casas, en la primera planta y por encima del sótano de piedra, hay cosas en venta: objetos diversos, artículos de mercería, prendas de vestir, calzado, carne, pollo y pescado, hogazas de pan y unos panecillos que se llaman shtutin, jalá y jamín para el shabat, el día santo de reposo. Hay un carnicero, un zapatero y un sastre, así como una gran cantidad de talismanes para la salud, la buena suerte y el éxito, en muy distintas formas: para llevar al cuello, para usar como anillo en el pulgar o para colgar en una pared de la casa.

Cuando algo nuevo llega al vecindario, sé quién lo compró primero y por cuánto, porque quien compra algo nuevo tiene el andar lento de una tortuga alegre. Y si con eso no bastara, también detiene a la gente que va por la calle para mostrarle lo adquirido sin disimular su satisfacción por la compra: cuánto le pidieron al principio, cómo negociaron, por cuántos táleros se acordó el apretón de manos y cuán conveniente ha sido la transacción. Solo entonces deja ir a su interlocutor, cuyo único papel en la conversación ha sido asentir con la cabeza; primero ligeramente y luego cada vez con más energía.

Y a mí, en mi papel de observadora, lo único que me queda es sonreír con indulgencia y afecto hacia esas personas que son parte inseparable de mi vida.

Nuestra calle despierta por la mañana en una mescolanza de comercio y estudio de la Torá. A mí me despierta el trabajo del día, que incluye ayudar a mamá en las tareas del hogar y a papá en las de la oficina; solamente me detengo unos segundos cerca de la ventana abierta para echar un vistazo a los estudiantes que van a acogerse al amparo de la Torá. Los más pequeños van al talmud torá o al jéder de la sinagoga, acompañados por sus padres o por un hermano mayor, que lleva en la mano un libro de oraciones o los textos de las Escrituras. Los adolescentes fluyen en grupos hacia la yeshivá primaria y los mayores, hacia la de estudios superiores. Maestros y rabinos se pavonean rumbo al mismo destino, acarreando bajo el brazo libros sagrados y volúmenes de la Mishná y del Talmud. El maestro lleva un puntero para señalar una letra o una palabra. Pequeños y mayores se acercan a la lengua sagrada y al Creador del mundo que extiende sus alas sobre nosotros aquí, en la Judengasse, y nos protege. Las madres agitan las sábanas en las ventanas y sacuden los edredones, mientras las hermanas mayores se pasean con bebés llorando en los brazos, meciéndolos para calmarlos.

Una tarde, ya acabadas las labores del día, disfruté de unos largos momentos de observación. En las horas que siguen al término de las clases, se unen al estrépito de la calle los grupos de kínder corriendo entre la gente y las carretas. A veces se caen, incluso se hacen daño, pero se levantan y vuelven a correr como si nada hubiera sucedido. Cuando entre ellos estalla una pelea, yo sé quién pegó primero, y más de una vez miran hacia mi ventana y esperan de mí que juzgue quién es el culpable y quién el inocente.

Todas estas escenas veo desde mi ventana. Lástima que nuestra casa tenga una sola.

Cuando era pequeña, mamá me contó que hacía muchos años, antes de que yo naciera y antes de su nacimiento y el de la abuela, bendita sea su memoria, la casa estaba rodeada de ventanas. Tenía por lo menos cuatro. Desde el gueto se podía observar la vida de Frankfurt y ver cómo se movía el mundo; pero los que deciden y gobiernan en Frankfurt decretaron que los residentes en la Judengasse debían cerrar con maderos y tapiar todas las ventanas que daban a su calle. A los judíos les está prohibido mirar a la gente de extramuros; solo se les permite abrir las ventanas que dejan ver a la gente de la Judengasse y la cloaca hedionda abierta a lo largo de la calle. Así es como nacieron las habitaciones ciegas, sin ventanas.

Recuerdo haberle preguntado: «Mame, ¿por qué está prohibido mirarlos?». A lo que mamá tartamudeó, como siempre que se le hace una pregunta difícil, y, al final, me explicó que era porque la gente de Frankfurt tenía miedo del mal de ojo. No lo entendí. ¿Acaso eran cobardes? ¿Qué era eso del «mal de ojo»? Hubiera querido preguntar más, pero mamá ya había pasado a hablar rápidamente de otras cosas que no tenían nada que ver. Tenía otras preguntas, por ejemplo: ¿por qué los niños de la Judengasse no podían jugar con los de fuera? ¿Sería cierto lo que decía la gente, que los niños de fuera tenían un terreno para jugar? ¿Por qué mis amigas eran únicamente niñas del gueto? Sin embargo, en lugar de preguntar, apagué las preguntas que me quemaban, porque no quería que mamá volviera a tartamudear, a cambiar de tema y a hablar deprisa, casi tan veloz como yo cuando leo los Salmos, una habilidad que adquirí gracias a las competiciones con mi amiga Mati.

Incluso hoy, cuando me estoy acercando a pasos agigantados a los diecisiete años, de vez en cuando surgen preguntas parecidas, pero las dejo de lado y paso a otro tema. Exactamente como mamá.

Desde entonces me pego a la ventana en cuanto puedo, tras terminar mis tareas en casa.

Un día, como de costumbre, volvía de visitar a mi amiga Mati. Llevaba en la mano una aguja de tejer, un ovillo de lana y el comienzo prometedor de la bufanda que había empezado en su casa.

De pronto di un traspié. Tropecé en uno de los baches que había a lo largo de nuestra calle, el ovillo se me cayó de la mano y rodó por el suelo inmundo. Iba a recogerlo, cuando, de pronto, una mano me lo tendía, mientras la otra le quitaba la suciedad que se le había pegado. Levanté la cabeza y vi que las amables manos estaban unidas al joven alto, al objeto del cuadro que se reflejaba en mi ventana. Se inclinó hacia mí y un par de brillantes ojos azules atraparon los míos. Sentí que me había golpeado un rayo. Su rostro estaba muy cerca del mío. Me quedé paralizada, inclinada a medias, y el gentil caballero se vio también obligado a seguir agachado, mientras me tendía el ovillo.

—Aquí lo tiene. —El resplandor de sus ojos me sonrió.

Quise decir «Gracias», pero la palabra se evaporó al salir, y todo lo que pude hacer fue carraspear, coger la lana de su mano paciente, asentir agradecida y volver a erguirme.

Shalom, Gútale —siguió golpeándome el rayo mientras su mano ya sostenía el gorro que se había quitado.

Shalom —tartamudeé.

—Es un placer verla caminando por la calle, como también lo es verla mirando por la ventana —añadió hablándome de usted.

Su voz me deleitaba con un montón de palabras encantadoras, mientras que yo… lo único que quería era escaparme de aquella presencia majestuosa que me cortaba el paso, huir de la alta frente que me sonreía con afecto, del cabello negro que coronaba su hermoso rostro, de los pómulos pronunciados, de los ojos pe netrantes, de los labios que sonreían irradiando una bondad que me desarmaba; llegar a casa y apaciguar la tormenta que había estallado en mí.

La revelación me dejó paralizada. El apuesto Meir Amschel, el que llenaba toda mi visión y me estremecía por dentro con un hormigueo nuevo y maravilloso, confesaba haberme visto todos los días asomada a la ventana. Me sentí halagada y avergonzada a la vez. ¿Acaso mi secreto había sido descubierto y él me había pillado observándolo día tras día? No recuerdo que nuestras miradas se hubieran cruzado alguna vez. Si ese azul radiante se hubiera clavado en mí, seguro que me acordaría.

Me quedé frente a él un rato más, bien erguida, pero sin aliento y sin fuerzas para hablar. Al cabo de un largo momento, sellé mi mudez con una pequeña reverencia, apreté el ovillo de lana contra el pecho y salí corriendo.

Ese mismo día, al crepúsculo, mi hora habitual en la ventana, me peiné y me sujeté el pelo con peinetas. Busqué con la mirada su figura prominente entre los que iban y venían por nuestra calle. Aquel nuevo hormigueo interior acompañaba al vaivén de mis pupilas.

Y helo aquí.

Se detuvo, miró hacia mi ventana y me hizo unas pequeñas reverencias, como si retribuyera al gesto estúpido que tuve antes de escaparme de él. Cogió el gorro con la mano y el fulgor de sus ojos se clavó directamente en los míos. Su sonrisa contagiosa hizo que le respondiera con una sonrisa gemela. Mi mirada eludió la suya para fijarse en su cabello bien cortado antes de que volviera a ponerse el gorro.

Se quedó un buen rato frente a mi ventana sin prestar atención al movimiento incesante de la gente; sus labios se movían sin pausa, pero sin proferir sonido. Mientras trataba de descifrar lo que me decía, observaba su aspecto atractivo y cordial. La barba negra estaba bien cuidada y parecía alguien gozoso de estar en el mundo del Señor, bendito sea. Esbocé una sonrisa intentando dominar la pasión que sentía y le hice una seña con los dedos a modo de despedida.

A partir de ese momento, cada vez que Meir Amschel Rothschild pasaba por nuestra calle, se detenía delante de mi ventana y llenaba de júbilo mi corazón.

Al cabo de unas semanas fue a ver a mis padres para pedirles mi mano. Ellos se la negaron, y yo sigo esperando.


No tengo a nadie a quien contárselo. Ni a mis amigas charlatanas y mezquinas, ni por supuesto a mi padre, que se interpone como una muralla fortificada entre el intruso y yo, ni a mame, que, en este asunto, muy a mi pesar, se ha puesto del lado de papá.

Hasta que recordé a mi buen amigo, el único al que puedo contárselo todo.

Desperté al cuaderno de su largo sueño, lo saqué de su escondite, lo puse en el trozo del suelo aprisionado entre las camas, y heme aquí reanudando mi relación con él.

Ya ha pasado un año desde que escribí por última vez. Siento como si hubiera traicionado a mi mejor amigo.

Ahora vuelvo con la pluma y el tintero, aparto un poco el candelero y descargo en sus páginas lo que me está ocurriendo, esos borboteos y estremecimientos de los que no conviene hablar.

Hoy la tarde ha transcurrido como en los últimos días. Me he puesto dos peinetas en el cabello, una de cada lado. Con la costumbre que ya he adoptado, apoyé los pies descalzos en el inmaculado suelo de madera de nuestra casa y los codos «enmangados» sobre el alféizar. A mamá le gusta escuchar las palabras que invento, dice que son un complemento que da nueva vida a nuestro judendeutsch. Como muchos otros de nuestra calle, también en casa tendemos a recurrir a palabras del hebreo, idioma reservado a todo lo que es sagrado o festivo, y mezclarlas en la lengua que utilizamos a diario, el «alemán de los judíos», que llamamos judendeutsch.

Apoyé la cara entre las manos y me puse en posición de observación. Esta hora intermedia, en la que el día se va desvaneciendo y la noche insinúa que no tardará en caernos encima con su negrura, me invita a jugar a las adivinanzas en el lugar de siempre, en el alféizar de la ventana: ¿vendrá?, ¿no vendrá?

Ahora el sol desciende y se escabulle por detrás de la muralla. La gente acelera el paso hacia sus casas, se apresura a llegar antes de que oscurezca. En nuestra calle nadie guarda silencio. Se dice que muchos de los vecinos, al entrar en casa, musitan loas al Señor por haber logrado sobrevivir otro día, le agradecen el preciado pan que les ha dado en Su bondad y le piden seguir viviendo también al día siguiente; pero no a todos les resulta difícil librarse del círculo de la pobreza. A algunos, el Señor, alabado sea Su nombre, les ha bendecido con buenos ingresos y donan generosamente al fondo de beneficencia. Nosotros estamos en el medio. No entre los indigentes, pero muy lejos de la posición de los más opulentos, de los que se dice que son «ricos como Creso». Oigo a mamá dando gracias al Altísimo por el sustento que papá proporciona a sus hijos y sé que no tiene que preocuparse por el mañana, pues las arcas de papá nunca están vacías, incluso separan parte de las monedas para obras de caridad.

Si bien el Señor no da por igual a todos —ricos, pobres y los del medio—, vivimos juntos en armonía y en paz; cada uno está satisfecho con lo suyo y confía en que el Creador del mundo no nos abandone en la hora de necesidad.

Pronto se cerrarán las tres puertas del gueto y entonces no habrá quien entre ni quien salga. Dentro de poco el cielo se cubrirá de estrellas, mamá prenderá la vela, cenaremos y nos apresuraremos hacia nuestras camas para el sueño nocturno, antes de que se apague la última vela del día.

Cuento el número de vigas de madera que se han caído de la casa de la familia Goldner y ruedan por el suelo de la calle. Me parece que esa casa será la próxima en derrumbarse; que la misericordia del Altísimo no lo permita. Hoy han caído dos vigas más. Cada vez se desprenden y caen de toda clase de casas viejas, como los cabellos de la cabeza, hasta que algunos padres se reúnen, recogen las vigas y las vuelven a colocar en su lugar, o las cambian por otras nuevas. A veces no llegan a tiempo para repararlas, la casa se derrumba, todos dicen «qué desastre, qué calamidad», y vuelven a construirla.

Cuando nuestra calle se vacía de gente y del bullicio de los niños, queda expuesta una nueva capa de basura que se suma a la antigua, ya permanente en el lugar. Perros y gatos hurgan en ella, sobre todo en la que se amontona junto a carnicerías y panaderías.

Sin embargo, cuando Meir Amschel Rothschild llega, el panorama que se ve desde la única ventana de nuestra casa se transmuta; su figura llena el lugar ocupado por los cuadros habituales. La calle se torna más alegre, desaparecen el hedor y la fealdad, y se convierte en la más bella del mundo. Es cierto que no conozco otras calles aparte de mi Judengasse, pero sé cómo me siento y eso es lo que cuenta.

Un momento. Debo ser más precisa. Sí, también conozco el abarrotado mercado judío de extramuros, así como el corto camino que lleva a él. De vez en cuando salgo del gueto y acompaño a mamá a hacer las compras. Mientras las mujeres cristianas de Frankfurt no hayan terminado las suyas, nos está prohibido a nosotras, las judías, acercarnos a los puestos de venta. Mamá es muy estricta con respecto a esta prohibición, como lo es en lo referente a toda la larga lista de edictos e interdicciones que pesan sobre nosotros, los residentes en la Judengasse, como por ejemplo la de vestir prendas de seda o llevar joyas (excepto el sábado, cuando tenemos permiso para engalanarnos. Me he fijado en que mamá, que da tanta importancia a su aspecto como al cuidado de su casa y de sus hijos, goza aprovechándose de este permiso y solamente se quita los adornos permitidos cuando termina el sábado, antes de retirarse a su lecho). Gracias a su rigor, nunca hemos tenido que pagar multas por desobedecer, de manera que ahorramos muchos táleros.

Así es como he tenido la fortuna de ver algo de lo que existe fuera de la Judengasse. A veces despierta en mí el deseo de echar un vistazo de cerca a los parques públicos de los francforteses, incluso de pasear por ellos de verdad y experimentar la sensación de los pies pisando aceras y senderos limpios, y la de los ojos mirando sin empacho la delicia de los árboles, las flores y las alfombras de césped. Una vez le confié este deseo a mamá, pero ella me miró aterrada y tartamudeó hasta que pudo rescatar una frase firme y definitiva: «Quítate esa idea insensata de la cabeza y no te atrevas a mencionarla nunca más».

En cuanto a mí, mis labios están sellados, pero la idea no se ha disipado. Mamá no entiende que un ser humano no pueda controlar sus pensamientos. Ni siquiera el Sacro Imperio Romano Germánico, que nos gobierna de forma arrogante y despótica, imponiéndonos edictos humillantes, como si fuéramos una raza maldita. Nos llama Schutzjuden, «judíos protegidos», nos grava con un impuesto anual, como el que mi padre tiene que pagar por la pretendida protección de nuestras vidas y nuestros bienes, y con un arancel personal para pasar con la carga por la puerta de la ciudad; pero ni siquiera él puede controlar nuestros pensamientos. Por otro lado, podemos mantener a raya lo que decimos y decidir si hablamos o no, de modo que ya no menciono más ese tema y no revelo a mamá ni a nadie mis deseos secretos y descabellados.

Mamá nos ha llamado para que vayamos a cenar. Los rayos del sol se han apagado y la noche ha empezado a enseñorearse del lugar.

Hoy tampoco ha venido. Eché un último vistazo a la calle que se preparaba para la noche. Me aparté de la yerma ventana y me senté a la mesa. También mañana me aposentaré allí. En cada nuevo día anida una nueva esperanza.

Mi único propósito era escribir sobre Meir Amschel Rothschild, pero mis pensamientos se han desviado también hacia otros días y otras descripciones.

Antes de cenar, mamá ha prendido la vela de la lámpara del techo. Cuando han ido a acostarse, me he levantado de la cama sin hacer ruido, de la hornacina de la pared de nuestra habitación he cogido la palmatoria con la vela apagada y la he encendido con la llama moribunda de la vela de la lámpara.

Ahora pondré la pluma sobre la cómoda y me preocuparé de cerrar mi tintero favorito, hecho de porcelana y adornado con unos querubines con las alas desplegadas. Esconderé cuidadosamente el cuaderno debajo del colchón y apagaré los restos de la vela cuya cera ha cubierto la palmatoria con un manto transparente.

Una y otra vez, a nosotros, los niños, nos alertan contra el fuego. Las casas de la Judengasse están hechas de madera, la madera arde y aquí las desgracias han sido más que suficientes.