TITULO: Objetivo igualdad -Los grandes retos globales, ¿ problema u oportunidad para la desigualdad?,.
Los grandes retos globales, ¿ problema u oportunidad para la desigualdad?,.
El combate contra las desigualdades múltiples —de género, de clase, de trabajo— tiene que figurar como prioridad política del nuevo Gobierno a través del fortalecimiento del Estado y las instituciones,.
foto / La reducción de la desigualdad es uno de los mayores desafíos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es el pilar que sostiene el resto de los objetivos: erradicar la pobreza, alcanzar el hambre cero, garantizar una educación de calidad, promover la igualdad de género… Pero, a pesar de la relevancia de este ODS, su cumplimiento a menudo parece algo abstracto o lejano. La realidad, sin embargo, es que, tras la pandemia del Covid-19, la brecha de la desigualdad no solo se ha mantenido, sino que se ha agudizado en todo el mundo, incluso en varios países de Europa. «El cambio climático y la crisis de igualdad ya eran problemas estructurales antes de la pandemia, pero la crisis sanitaria solo los ha intensificado. Y no solo eso: ambos agravan otros desafíos globales, desde la erosión de la democracia hasta los conflictos bélicos», reflexiona Sébastien Vauzelle, director general de la Oficina de la Coalición Local 2030 de las Naciones Unidas en Bilbao.
A nivel global, la crisis de la desigualdad no es algo reciente; lleva ya varias décadas y está vinculada a un modelo de desarrollo. Vauzelle señala que se manifiesta de muchas maneras: «Hablamos de desigualdad de género, de desigualdad socioeconómica respecto al acceso a oportunidades y servicios sociales. También existe la desigualdad política, en términos de acceso a los derechos más fundamentales, como el voto. Y no hay continente que no se vea afectado». Incluyendo varios países de Europa.
El cambio climático es otro de los factores que profundiza esta crisis de desigualdad. Según Vauzelle, «hay países, regiones y ciudades que sufren menos los impactos del cambio climático, mientras que otros los padecen con mayor intensidad», lo que exacerba las disparidades. Por ende, explica que el cambio climático no solo pone en peligro los ecosistemas, sino que también amplifica las brechas sociales y económicas. A esto, se suma una tendencia aún más reciente: la digitalización. Si bien la transformación digital ofrece grandes oportunidades, también está creando una creciente brecha digital, una división que aumenta las desigualdades. Este fenómeno afecta principalmente a generaciones mayores, zonas rurales y algunos países, lo que puede generar una desconexión entre quienes tienen acceso a las nuevas tecnologías y quienes no, explica.
TENDENCIA EN AUMENTO
«La desigualdad, como hemos visto, se manifiesta de múltiples formas, desde la falta de acceso a servicios básicos hasta las barreras económicas. En muchos países, millones de personas no tienen acceso a electricidad, agua potable ni a infraestructuras mínimas que, en otras partes del mundo, son consideradas básicas». «Además, el acceso a servicios económicos, como la tierra o los servicios financieros, sigue siendo una utopía para gran parte de la población. Muchos no tienen una cuenta bancaria, mucho menos la posibilidad de acceder a un préstamo, especialmente cuando se cruza con la desigualdad de género, ya que las mujeres enfrentan barreras adicionales para acceder a estos servicios», argumenta.
Este panorama muestra que la desigualdad no solo persiste, sino que se profundiza, y es por eso que, a solo cinco años de que finalice el plazo para alcanzar los ODS, solo el 17% de las metas se han cumplido hasta ahora. «Las múltiples crisis que hemos vivido no solo han acelerado las tendencias de desigualdad, sino que también han creado condiciones que dificultan abordar los problemas en su raíz, haciendo cada vez más urgente un enfoque integral y local para corregir estas disparidades».
LA INMIGRACIÓN
La inmigración es otro de los fenómenos que está marcando la agenda en términos de desigualdad, tanto a nivel global como local. Se trata de una realidad a la que es imposible hacerle caso omiso o mirar hacia otro lado. La gran pregunta es: ¿de qué manera los países europeos podrían gestionar la migración? «Lo fundamental es garantizar que la migración se gestione de manera que sea una oportunidad y no una carga», señala el director de la Coalición Local 2030. En este sentido, es crucial que la migración no sea vista únicamente como una presión sobre las autoridades o las comunidades receptoras, sino como una oportunidad positiva que puede ayudar a enfrentar otras desigualdades.
«Estas crisis globales están acelerando estos flujos migratorios, lo que hace aún más urgente una respuesta integral, a todos los niveles: desde el País Vasco, España y Europa, hasta los países que reciben a los migrantes», matiza.