foto--los caballos,.
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: «¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe? Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: «¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?». Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?». Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Todo lo que a primera vista parece un contratiempo. puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañoso. Así, pues, será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena suerte y mala y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman.
TÍTULO: RADIO Y TELEVISIÓN, La Quinta del Buitre,.
El descubridor de 'La Quinta'
Sin Di Stéfano La 'Quinta' no hubiese existido". Lo dice Emilio Butragueño, El 'Buitre', el que dio nombre a una generación irrepetible que descubrió Di Stéfano. No es casualidad que Alfredo fuese el entrenador que abriese las puertas del primer equipo a la ráfaga de aire fresco que empujaba desde la Ciudad Deportiva de La Castellana.
Sanchis, Martín Vázquez, Butragueño y Pardeza tomaron la alternativa con La 'Saeta'. Míchel tuvo que esperar al año siguiente, ya con Amancio en el banquillo, profesor en el Castilla.
Julio César Iglesias, brillante con la pluma, fue el que se atrevió a hablar de unos chavales que sobresalían en el filial madridista. Publicó un reportaje dedicado a ellos en exclusiva y no pasó desapercibido para Don Alfredo, que llamó al periodista y le confesó sus intenciones.
"Me llamó Jesús Paredes, preparador físico y segundo de Di Stéfano. Alfredo quería hablar conmigo y pensé que estaba enfadado. En el reportaje yo insistía a que los convocase en diez minutos o en tres partidos. Di Stéfano me citó en una reunión, a la hora del aperitivo, y me dijo que qué pasaba si subía a los canteranos y fracasaban. Le dio gual, él tenía claro que quería cambiar el Madrid."
Alfredo Di Stéfano, figura con autoridad en el club al que hizo grande, administró con tacto la situación, sin dejarse influir por el entorno. La 'Quinta del Buitre' tuvo la suerte de que el entrenador del Real Madrid era Alfredo, que estaba por encima del bien y del mal. Butragueño, como los componentes de esa generación inolvidable y como el fútbol español, dan las gracias a La 'Saeta, que era igual de inteligente e intuitivo que cuando tocaba el balón.
Di Stéfano era, por encima de todo, un valiente, un tipo sin miedos: "Apostó por un grupo de jóvenes cuando no estaba de moda. Hacía falta una valentía especial, que es la que imprimió al Madrid como futbolista". Los deseos de Alfredo eran órdenes. Así nació La 'Quinta', también el Real Madrid se lo debe a él.
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