Basso deja el Tour para correr contra el cáncer,.
El ciclista italiano anuncia el día de descanso que sufre un tumor testicular,.
«No, no pongas el micrófono a mi lado. Ponlo al de Iván», sorprende Alberto Contador a un periodista cuando, serio, se presenta en una sala del hotel Mercure, a las afueras de Pau. Algo había pasado una hora antes del inicio de esa rueda de prensa convocada para hablar del Tour, de los Pirineos que hoy empiezan. Algo grave.Los ciclistas del Tinkoff recibieron una llamada. Abajo. ¿Qué sucede, es día de descanso? Iván Basso les reúne. «Tengo cáncer, me lo acaban de detectar». Ojos de agua. Los compañeros no se contienen, lloran. Basso les calma: «Dejo el Tour, me voy a Italia a operarme de urgencia». Fuera de la sala, ajenos, esperan los periodistas. Escuchan una ovación. ¿Qué pasa? Que ha sonado la palabra maldita.
Según el médico del equipo, Piet de Mor, el índice de curación del cáncer de testículo es muy alto. Es la enfermedad que atacó a Lance Armstrong, a Markel Irizar y a Sebastien Jolie. «Armstrong decía que con el cáncer se lucha diciéndole que se ha equivocado de cuerpo», recuerda Irizar, que durante diez años, de 2002 a 2012, peleó y derrotó al mal.
Esa guerra también la ganó el estadounidense, amigo de Basso porque les unió el cáncer, el que se llevó a la madre del italiano con apenas 48 años. Ahora le toca esa carrera a él. «Deja el micrófono al lado de Iván», le susurra Contador al periodista ya en la sala de la rueda de prensa. Basso se abraza al madrileño, su compañero de habitación, su líder y amigo. Contador, menos contenido que Basso, se emociona: «Vamos a hacer todo lo posible por ganar para Iván el maillot amarillo dentro de dos semanas el París». Es lo único que dice del Tour. Era día para hablar de mucho más, de Basso y de su vida.
Lo cuenta él, con aplomo. De cara al cáncer: «Me caí en la quinta etapa, me hice daño con el sillín y desde entonces no se me quitó un dolor persistente en el testículo izquierdo». Una molestia así no alarma al principio. Puede pasar. Con casi 38 años, Basso sabe de dolores. Pero éste no desaparecía. Durante la contrarreloj del domingo se agudizó. Malo. Comenzó la sospecha, el temor. «Por eso esta mañana -ayer- he ido al hospital de Pau para someterme a unos análisis». Ahí estaba el mal: «Tengo un pequeño tumor en el testículo izquierdo. Tengo que operarme cuanto antes». Nada más concluir la rueda de prensa se puso unas gafas de sol y se subió a una furgoneta camino del quirófano. En el Tour se quedan sus compañeros, con uno menos, con un mazazo psicológico y, también, con ganas de pedalear por él.
«Es un golpe duro para nosotros», señala Contador. «De los últimos 180 días he pasado 120 con Iván». Juntos en carreras como el Giro, donde Basso le hizo de guía; en entrenamientos; en concentraciones. Le cuesta hablar. Traga un par de lágrimas y jura: «Vamos al dar el cien por cien por el maillot amarillo y por disfrutarlo con Iván. Nos vemos en París».
El heredero de Armstrong
Basso, que lleva 17 temporadas en activo y ha ganado dos veces el
Giro (2006 y 2010), pareció durante un tiempo el heredero de Armstrong.
Fue en 2004. Aquel Tour unió al italiano y al estadounidense. El mismo
día que Basso ganó la etapa de La Mongie su madre se sometía a la
primera sesión de quimioterapia. Armstrong fue segundo en la cima. No le
disputó la victoria. Se la concedió a Basso, a su madre, a Nives. La
solidaridad del cáncer. La enfermedad les enlazó. Armstrong sobrevivió.
Nives falleció el 24 de febrero de 2005. Pocas cosas unen tanto en el
vida como la muerte. Armstrong sabía la historia de aquella mujer italiana echada en un camilla, vomitando cáncer sin quejarse, sin molestar a los hijos. Inquilina de la misma sábana que durante un año de quimioterapia ocupó el americano. No hicieron falta palabras en La Mongie. Armstrong no le regaló la victoria a Basso. Simplemente, dejó que un hijo enviara un ramo de flores a su madre.
«Sé que mamá está con Iván, que le protege», declaró entonces Elisa, hermana de Basso. «Quiero el Giro para regalárselo a mamá. Quiero llevarle la maglia rosa», se conjuró el corredor. Un voto. Basso cumplió dos veces, dos Giros. 'Testa dura', le llaman en Italia. Igual de testarudo es Contador, que ayer le prometió dejarse hasta el alma, pese al cansancio que acumula por ganar el Giro, para regalarle este Tour que termina en dos semanas en París. «Nos vemos allí Iván».
TÍTULO : COMANDO AL SOL,.
'Comando al sol' visita Zahara de los Atunes,. foto
Este miércoles, 15 de julio, a las 22:30 horas en La 1, ‘Sin faldas y a lo loco’
'Comando al sol' visita Zahara de los Atunes, los Ángeles de San Rafael, Ribadavia y Brieva de Cameros,.
Zahara de los atunes
En su mar se pesca el mejor atún del mundo y a sus ocho kilómetros de playas llegan turistas de todo el planeta, buscan su arena fina y dorada. El veraneo de vecindario es práctica común en Zahara de los Atunes. Todos los vecinos alquilan casa o apartamento. Angelines arrienda, a mil euros la quincena, 50 metros de vivienda a una familia de seis miembros. El sol de julio y agosto junta a veraneantes y caseros. Esta localidad gaditana multiplica en verano por cuarenta su población. Con lo que los visitantes se dejan en dos meses, sus 1.200 vecinos viven todo el año. Los pescadores se la juegan practicando la atarraya, un arte de pesca ancestral que está prohibido. Juana “La Chata” mantiene vivo el ‘chacarrá’ un cante flamenco ‘made in Zahara’. Zahara está de moda y eso lo saben bien Rocío y sus cinco hermanas. Son Las Benjumeas, dueñas un chiringuito playero, herencia de su padre. En verano sirven hasta ocho atunes enteros, a 30 euros la ración.
A falta de playa, el agua, cuanto más cerca, mejor. Situado a mitad de camino de Madrid y Segovia, en el pantano de los Ángeles de San Rafael se reúnen a diario trescientos veraneantes en busca de aventuras. Quieren experiencias nuevas, cada vez más extremas. Elena se tira al vacío del puente privado más alto de Europa. Lo hace ante la mirada de su hijo que, sin pestañear, escucha el grito de gozo de su madre en caída libre. Quienes viven del negocio dicen que cada vez hay más buscadores de experiencias, ‘multiaventureros’ que bajo el sol veraniego tiran con arco, conducen canoas, motos acuáticas o practican hasta veinte actividades diferentes y todo en un día.
¿Se atreverían a bajar por las cuestas de un pueblo a 90 kilómetros por hora en un auto loco? Eso es lo que hacen verano tras verano los vecinos de Ribadavia. Esta localidad de Orense es conocida, además de por su Ribeiro, por sus ataúdes. Hubo hasta diecisiete fábricas. Ahora que el negocio se lo han llevado los chinos, con las cajas de muertos Santi fabrica su carrilana. Un auto loco, a la gallega, con el que retará a la muerte en las empinadas cuestas de su pueblo. 70 pilotos de toda España arriesgan la vida practicando un deporte que no está reconocido pero que tiene su propia Federación: la de deportes de inercia.
En invierno son 22 vecinos, en fiestas más de mil. En Brieva de Cameros, acogen al forastero a cuerpo de rey. Es, dicen, uno de los pueblos más bonitos de La Rioja. Ni la despoblación ha acabado con sus costumbres. Fernando es ingeniero forestal, este año ha abandonado la ciudad para convertirse en ganadero y en protagonista de la Fiesta de la Trashumancia. Tiene 400 ovejas y una misión: bajar el rebaño al pueblo para que sean esquiladas. Una por una, a máquina o a tijera. En la fiesta corre el vino, las migas, la música y hasta las ovejas se quedan sin faldas para aguantar los rigores del verano.
TÍTULO: PESADILLA EN LA COCINA,.
‘Manual para salvar tu restaurante’, este miércoles en ‘Pesadilla en la cocina’ - foto,.
‘Manual para salvar tu restaurante’, este miércoles en ‘Pesadilla en la cocina’
Para evitar las caídas más dolorosas y el fatídico cartel de “Cerrado” o “Se traspasa”, el programa abre las páginas de su particular Manual para salvar un restaurante que, a través de más de una decena de lecciones, disecciona los problemas en los que caen muchos dueños de restaurantes, chefs o camareros y cuyo aprendizaje puede ser la única tabla de salvación. El objetivo: dominar a la perfección las enseñanzas del manual y superar el examen final de Pesadilla en la cocina.
Llega el fin de las freidoras grasientas, del descontrol sobre los alimentos que salen de cocina, de las desastrosas primeras impresiones. Se acabó la comida congelada por norma, la demostración de ira, la frustración frente al cliente o la desorganización en las comandas. Ya está aquí el Manual para salvar tu restaurante de Pesadilla en la cocina.
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