TÍTULO: EL HOROSCOPO - VOLANDO SOBRE ARABIA,.
Captan a una comadreja bebé volando sobre un pájaro carpintero
Un fotógrafo del Reino Unido captó el preciso momento en el que
un pájaro carpintero volaba con un bebé comadreja sobre su lomo.La
instantánea fue captada por el fotógrafo aficionado Martin Le-May el
pasado lunes 2 de marzo en el parque Hornchurch de Londres. Le-May estaba dando un paseo por el parque con su mujer con la intención de ver a un pájaro carpintero verde, según informa
The Huffington Post.
De
pronto, la pareja escuchó un graznido muy fuerte. "Mientras caminábamos
oímos un graznido y vi un destello verde. Así que apuré a señalarle el
pájaro y se instaló en la hierba detrás de un par de pequeños abedules
plateados", señaló Le-May al citado medio.
“El pájaro voló ante
nosotros hacia nuestra dirección; entonces, de repente, se hizo evidente
que tenía un pequeño mamífero en su espalda y que esto era en realidad
una lucha por la vida", narró Le-May. Aparentemente, la comadreja estaba
intentando cazar al ave. Pero el fotógrafo y su mujer la distrajeron.
"El
pájaro carpintero aterrizó justo frente a nosotros y me temí lo peor.
Supongo que nuestra presencia, quizás a 25 metros de distancia, distrajo
momentáneamente a la comadreja. El
pájaro
carpintero aprovechó la oportunidad y alzó el vuelo y se alejó hacia
unos matorrales a nuestra izquierda… La comadreja simplemente
desapareció entre la hierba alta, con hambre", agregó.
No
obstante, antes que esto suceda, Martin Le-May ya había sacado la
asombrosa fotografía, que no tardó en replicarse cientos de miles de
veces en las
redes sociales.
TITULO: MUJERES EN PRIMERA LINEA - MARTA PÉREZ GUILLÉN,.Suscriptores HOY,.Emilio Gutiérrez Caba: «Haciendo teatro me siento mucho más libre» .
-foto--Emilio Gutiérrez Caba: «Haciendo teatro me siento mucho más libre»
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El actor vuelve a Mérida para protagonizar la primera comedia de
la LXI edición del Festival de Teatro, 'César y Cleopatra' de Magüi Mira
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MARTA PÉREZ GUILLÉN | MÉRIDA.
Con una voz inconfundible y la sonrisa del que se siente feliz con lo
que hace. Guillermo Gutiérrez Caba regresa por tercera vez a la capital
autonómica para dar vida a un César que observa al mundo desde la
eternidad.
¿Cómo recuerda su primer encuentro con el escenario romano hace diez años?
Fue excepcional. Una experiencia que no se olvida. Nos juntamos una
gente estupenda de vibraciones, como es el caso de Vicky Peña. Mario Gas
dirigía el montaje de 'La Oriestada', obra con la que vine a Mérida por
primera vez. Entonces vivíamos en el hotel Las Lomas, todos juntos
allí. Vivíamos digo, porque estuvimos cerca de diez días. Verdaderamente
fue mágico. Habíamos hecho esa obra en Sagunto, en Barcelona, y
llegamos aquí con la obra muy cuajada. Nos encontramos con ese espacio
que es impresionante y la disfrutamos muchísimo. Fue una temporada
inolvidable. Tan inolvidable que cuando acabó, nos fuimos a Madrid, nos
despedimos en la salida del hotel diciendo adiós a todos, y es una
imagen que recuerdo con mucho cariño. Fue una experiencia mágica.
¿Y cómo ha sido ahora?
Este teatro sigue imponiendo mucho. Tiene una parte impositiva sobre
el actor, sobre lo que estás haciendo. Y por otro lado tiene una magia
especial. La magia de la prefunción, cuando va bajando la luz. Este
teatro tiene un tono muy rosado, el sol entra por la parte de la valva,
por el fondo. Todo eso crea una magia muy especial en el espacio. Hay un
silencio también muy peculiar. Son pequeños detalles que lo hacen único
y que aprecias.
¿Qué sensación tuvo después del estreno?
Desde el escenario es muy difícil valorar porque recoges el calor del
público, recoges el aplauso, pero no sabes muy bien hasta qué punto les
ha podido gustar o no gustar la propuesta. Supongo que lo que nosotros
intercambiamos es que sí, que había sido una respuesta positiva. Pero
cuando terminas la función estás con la tensión de estar dos horas
arriba y de mantener el nivel. En ese momento no te preocupas por hasta
qué punto ha gustado y no te paras a analizar. Vives el momento, que es
especial y excepcional. Tampoco sabes el comportamiento que
habitualmente tiene el público. Si significa que les ha gustado mucho, o
que son muy gentiles y nada más.
Hábleme de su César...
César es un César irónico y cínico a ratos. Que sabe lo que vivió en
su momento y que luego ha tenido tiempo de valorarlo durante dos mil
años. Sabe que durante esos dos mil años la humanidad no ha aprendido
nada en materia de recuerdo, de memorias. Que sigue teniendo guerras.
Desde la II Guerra Mundial ha habido doscientas guerras. Una cifra
escalofriante. Y ese César ha sido testigo de toda esa evolución del
mundo, de la humanidad. Incluso desde su eternidad ha podido ver que
cuando se produce la I Guerra Mundial se dice que será la última de las
guerras, por ser la más terrorífica, y que no debía volverse a repetir.
Debe quedarse perplejo cuando tiempo después se vuelven a iniciar más
conflictos relevantes. Todo eso creo y supongo que le convierten en una
persona que, conociendo todo lo que conoce, que leyendo incluso en el
futuro a través de las tablillas romanas lo que pasa, incluso a través
de la tablet de la que hablamos en la obra, todo eso, le produce una
sensación de distanciamiento, de ironía, melancolía y al mismo tiempo de
cinismo. Eso es todo este César.
¿Cómo se lo ha preparado?
Partiendo de esos parámetros hemos preparado dos momentos muy
interesantes. Hay una parte más de comedia, que son casi todas las
escenas con Ángela Molina, Cleopatra. Comedia o con puntos cómicos. Y
luego otra que tiene que ver con la muerte de César y de Cleopatra.
Digamos que se corresponde con la parte más trágica, lo que se puede
identificar con el momento de tragedia. Eso requiere otra posición de
cuerpo, incluso de voz. Cambia mucho.
Magüi Mira dirigiendo, y con Ángela Molina compartiendo escena, ¿cómo ha sido lidiar con estas dos mujeres de bandera?
Es un placer. Muy agradable. Ya había coincidido con ellas en otros
trabajos. Lo que pasa es que el teatro te da otra perspectiva, todos los
días ensayas con ellas y eso me ha servido mucho. Es estupendo.
¿Y con los jóvenes Lucía Jiménez y Marcial Álvarez?
Bueno, con Lucía ha sido igual de placentero, también había
coincidido con ella en el cine. Y con Marcial Álvarez, pues lo mismo.
Piensas, qué suerte el tener 22 años menos y poder hacer ese personaje.
Es un hombre con una gran vocación y gran empeño dramático. Eso se nota
enseguida en su trabajo. Es muy agradable trabajar así con más gente.
Normalmente suelo trabajar con un actor y en esta obra estoy con cuatro
personas en escena, es muy gratificante. No sientes que todos están
atentos a lo que haces porque esa atención se reparte mucho más.
Cine, televisión y teatro, ¿dónde se encuentra más cómodo?
Depende del momento personal en el que te encuentres y lo que estés
haciendo. La televisión y el cine no puedes obviarlos. Sobre todo la
televisión, porque es un contacto con el público muy importante. Si lo
obvias estás negando lo que pasa hoy en día. Pero donde me siento más
libre es en el teatro. Porque nadie puede decirte para en una escena.
Eso en cine y televisión no pasa. Aun así nos interrelacionamos entre
nosotros mismos en el escenario para que seamos los únicos que nos
podamos ayudar.
Hace dos años recibía el Premio Ceres a Mejor Actor, ¿qué supuso?
El Ceres me lo concedieron por una obra que me gusta mucho, 'Poder
absoluto'. Compartía escena con Eduard Farelo, en la que se hablaba del
poder de un canciller austriaco corrupto y que a través de la compra de
un político joven buscaba que se silenciase su pasado nazi. Era una
especie de complot político muy interesante. Se representó en Barcelona,
también en Madrid y no tuvo por España el recorrido que debió tener,
porque la programación de los teatros ya estaba en manos de
Ayuntamientos que no estaban muy conformes con el tema de la obra. Se
silenció un poco la historia. Y recibir el premio por esa en concreto,
fue un reflejo de que lo que habíamos hecho tenía su reconocimiento. Que
te premien por algo que realmente valía la pena es genial.
¿Con qué se quedaría de Mérida?
Me quedaría con muchas cosas. Tiene una luz especial. Yo siempre me
imagino el día que llegó aquí un tipo de la Legión V y dijo: «voy a
hacer un campamento para meter a los veteranos». Vería ese atardecer del
Guadiana, que es un paisaje especialmente precioso. Y ese tipo tuvo que
pensar que era un lugar mágico.
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