Isabel Coixet: Las películas que marcaron mi vida
La mayoría las vio entre los 14 y los
17 años. En un cine club, en la Filmoteca...Y le abrieron la mente. Su
visión, sus referencias, sus obsesiones hunden parte de sus raíces en
estas obras maestras. Aprovechando el estreno de su última película,
'Aprendiendo a conducir', la cineasta catalana nos revela los títulos
que la empujaron a ponerse detrás de la cámara.
'El sirviente' (1967). "Sus juegos con espejos crean un suspense total"
«Entre un noble y su mayordomo, ¿quién manda más? Siempre el sirviente -plantea Coixet-. Es lo que cuenta esta película, en la que cada plano es una joya. Hay dos películas del gran Joseph Losey que siempre pongo cuando doy una clase de cine: Accidente y esta. Su forma de jugar con los espejos y la profundidad de campo crea una atmósfera de suspense total. La amenaza de que algo va a pasar es constante. James Fox, el rico protagonista, no se entera de lo que ocurre en su propia casa mientras Dick Bogarde, el criado, se hace dueño de la situación. Me fascina hoy tanto como la primera vez que la vi».
'Malas calles' (1973). "Es un polvorín, una cinta que sabes que no acabará bien"
«Hay pelis que las ves y te dan ganas de hacer cine: 'Quiero producir este nerviosismo, esta pulsión en el espectador'. Es un polvorín, con ese Robert De Niro al que patearías la cabeza; una obra que todo el rato te indica que no va a acabar bien. Es Martin Scorsese declarando sus intenciones, mostrando unos personajes inéditos en la pantalla y que luego ha llevado al máximo. Siempre que suena Jumpin' Jack Flash, pienso en De Niro entrando en el bar...»
'El verdugo' (1963). "Si no fuera española, todos dirían que es de las grandes obras del cine"
«La he visto más de 20 veces. La primera con 14 años, que me llevaron mis padres a un cine club. Hay tal sentido del detalle, del encuadre, del ritmo; la angustia, ese humor tan cabrón, sutil y universal. Es durísima, pero te ríes. Esa escena en que el condenado va resignado a la ejecución mientras que al verdugo, Nino Manfredi, lo tienen que arrastrar es tremenda. Si fuera italiana, hoy todos la tendrían como película de referencia, pero...».
'El séptimo sello' (1957). "Sentada en el cine, sentí algo físico, como si se me abriera la mente"
«Tenía 16 años cuando la vi, en la Filmoteca. Recuerdo la sensación física, como si mi mente se abriera al verla. Comprendí que con el cine se puede contar la vida interior, la espiritualidad, los conflictos de la fe; lo que quieras. Es una película que me acompañó muchísimo en esos primeros años de formación. Y esa imagen de la muerte jugando al ajedrez con Max von Sydow me ha perseguido toda la vida
'Una mujer bajo la influencia' (1974). "Gena Rowlands es la mejor actriz de la historia"
«Me apasiona el cine de John Cassavetes y los papeles que le regaló a Gena Rowlands. Nunca he visto a una actriz entregarse tan a tumba abierta. Y lo que hace aquí es algo de otro mundo: cómo muestra la neurosis de un ama de casa, la claustrofobia que puede producir un matrimonio infeliz. De algún modo es una de las películas más feministas que he visto en mi vida. La vi con 17 años, me ponía en su lugar y me sentía tan atrapada como ella».
* 'La femme d'à cÔté' (1981)
'La femme d'à cÔté' (1981). "Soy idealista y romántica. Todo es culpa de Truffaut"
«Yo soy idealista y romántica, y todo es culpa de Truffaut. Una influencia definitiva. Se atrevió con todo, y esta película es como el gran melodrama, su Dama de las camelias... Me identifico mucho con el personaje de Fanny Ardant, sobre todo cuando dice: 'La verdad de la vida está en las canciones de amor; cuanto más cursis, más verdaderas'. Los personajes de Truffaut son fieles a su naturaleza. No hacen lo que queremos que hagan, sino lo que no pueden evitar hacer».
'La soledad del corredor de fondo' (1962). "Cuando se cae al barro, es como si tú te cayeras con él"
«Es una de esas películas que me impactó en la adolescencia. Tony Richardson es otro maestro. Me fascinó esta idea de la soledad, del desafío a uno mismo; ese Tom Courtenay escuálido que se pasa más de la mitad de la película corriendo, que se cae al barro y la cámara lo sigue como si te estuvieras cayendo tú con él. Tiene un blanco y negro maravilloso. Me encantaba el Free Cinema británico: Mirando hacia atrás con ira, Un sabor a miel, Billy Liar...»
TÍTULO: A FONDO, Niños reaparecidos,.
Se habla de...
Jake Lloyd tenía 9 años cuando interpretó a Anakin Skywalker en 'La guerra de las galaxias: episodio I'. Ahora, con 26, protagoniza una ficha policial en Charleston (Carolina del Sur), donde fue detenido por participar en una persecución a más de 160 kilómetros por hora antes de estrellarse. Lloyd hizo varias películas más de niño, pero no quiere saber nada de Hollywood. Dice que convirtieron su vida «en un infierno».
Haley Joel Osment, el niño de 'El sexto sentido', también sabe algo de eso. A los 18 sufrió un accidente por conducir ebrio, pero en su caso la intervención de sus padres jugó a favor. Lo convencieron para estudiar en la universidad y por eso ha estado desaparecido. Cambiar de ambiente, dice, fue clave para que ahora, a los 27 años, tenga los pies en el suelo. Vuelve con varias películas la primera, Entourage y una serie de televisión. F. S.
(...protocolo)
Besos en la oficina
Un reciente estudio realizado por el London City Airport entre sus usuarios, mayoritariamente hombres de negocios, revela curiosos protocolos de saludo en el entorno profesional.
Los españoles: los más besucones. El 64 por ciento de los españoles utilizan habitualmente los dos besos como saludo en las reuniones de trabajo, una cifra hasta diez veces superior a la de otros países. En Italia, por ejemplo, solo lo hacen el 17 por ciento.
Relajar el ambiente. La mayoría de los españoles afirman que besan por costumbre, pero un 12 por ciento cree que «ayuda a crear un ambiente más relajado». Lo que no sucede siempre... A un 20 por ciento de los británicos y suizos encuestados, los besos les provocan un rechazo inmediato.
¡Hola, chata! Más de la mitad de los españoles consultados reconocen que los han saludado alguna vez en su entorno laboral con términos como tío o tía, chata, cariño, guapo o guapa, corazón, cielo o chiqui.
Aseado y puntual. Sobre los factores que dan peor impresión en las reuniones de trabajo hay unanimidad en todos los países: los malos modos, el mal olor corporal y llegar con retraso son, por este orden, los factores que más molestan.
«Entre un noble y su mayordomo, ¿quién manda más? Siempre el sirviente -plantea Coixet-. Es lo que cuenta esta película, en la que cada plano es una joya. Hay dos películas del gran Joseph Losey que siempre pongo cuando doy una clase de cine: Accidente y esta. Su forma de jugar con los espejos y la profundidad de campo crea una atmósfera de suspense total. La amenaza de que algo va a pasar es constante. James Fox, el rico protagonista, no se entera de lo que ocurre en su propia casa mientras Dick Bogarde, el criado, se hace dueño de la situación. Me fascina hoy tanto como la primera vez que la vi».
'Malas calles' (1973). "Es un polvorín, una cinta que sabes que no acabará bien"
«Hay pelis que las ves y te dan ganas de hacer cine: 'Quiero producir este nerviosismo, esta pulsión en el espectador'. Es un polvorín, con ese Robert De Niro al que patearías la cabeza; una obra que todo el rato te indica que no va a acabar bien. Es Martin Scorsese declarando sus intenciones, mostrando unos personajes inéditos en la pantalla y que luego ha llevado al máximo. Siempre que suena Jumpin' Jack Flash, pienso en De Niro entrando en el bar...»
'El verdugo' (1963). "Si no fuera española, todos dirían que es de las grandes obras del cine"
«La he visto más de 20 veces. La primera con 14 años, que me llevaron mis padres a un cine club. Hay tal sentido del detalle, del encuadre, del ritmo; la angustia, ese humor tan cabrón, sutil y universal. Es durísima, pero te ríes. Esa escena en que el condenado va resignado a la ejecución mientras que al verdugo, Nino Manfredi, lo tienen que arrastrar es tremenda. Si fuera italiana, hoy todos la tendrían como película de referencia, pero...».
'El séptimo sello' (1957). "Sentada en el cine, sentí algo físico, como si se me abriera la mente"
«Tenía 16 años cuando la vi, en la Filmoteca. Recuerdo la sensación física, como si mi mente se abriera al verla. Comprendí que con el cine se puede contar la vida interior, la espiritualidad, los conflictos de la fe; lo que quieras. Es una película que me acompañó muchísimo en esos primeros años de formación. Y esa imagen de la muerte jugando al ajedrez con Max von Sydow me ha perseguido toda la vida
'Una mujer bajo la influencia' (1974). "Gena Rowlands es la mejor actriz de la historia"
«Me apasiona el cine de John Cassavetes y los papeles que le regaló a Gena Rowlands. Nunca he visto a una actriz entregarse tan a tumba abierta. Y lo que hace aquí es algo de otro mundo: cómo muestra la neurosis de un ama de casa, la claustrofobia que puede producir un matrimonio infeliz. De algún modo es una de las películas más feministas que he visto en mi vida. La vi con 17 años, me ponía en su lugar y me sentía tan atrapada como ella».
* 'La femme d'à cÔté' (1981)
'La femme d'à cÔté' (1981). "Soy idealista y romántica. Todo es culpa de Truffaut"
«Yo soy idealista y romántica, y todo es culpa de Truffaut. Una influencia definitiva. Se atrevió con todo, y esta película es como el gran melodrama, su Dama de las camelias... Me identifico mucho con el personaje de Fanny Ardant, sobre todo cuando dice: 'La verdad de la vida está en las canciones de amor; cuanto más cursis, más verdaderas'. Los personajes de Truffaut son fieles a su naturaleza. No hacen lo que queremos que hagan, sino lo que no pueden evitar hacer».
'La soledad del corredor de fondo' (1962). "Cuando se cae al barro, es como si tú te cayeras con él"
«Es una de esas películas que me impactó en la adolescencia. Tony Richardson es otro maestro. Me fascinó esta idea de la soledad, del desafío a uno mismo; ese Tom Courtenay escuálido que se pasa más de la mitad de la película corriendo, que se cae al barro y la cámara lo sigue como si te estuvieras cayendo tú con él. Tiene un blanco y negro maravilloso. Me encantaba el Free Cinema británico: Mirando hacia atrás con ira, Un sabor a miel, Billy Liar...»
TÍTULO: A FONDO, Niños reaparecidos,.
Niños reaparecidos
Jake Lloyd tenía 9 años cuando interpretó a Anakin Skywalker en 'La guerra de las galaxias: episodio I'. Ahora, con 26, protagoniza una ficha policial en Charleston (Carolina del Sur), donde fue detenido por participar en una persecución a más de 160 kilómetros por hora antes de estrellarse. Lloyd hizo varias películas más de niño, pero no quiere saber nada de Hollywood. Dice que convirtieron su vida «en un infierno».
Haley Joel Osment, el niño de 'El sexto sentido', también sabe algo de eso. A los 18 sufrió un accidente por conducir ebrio, pero en su caso la intervención de sus padres jugó a favor. Lo convencieron para estudiar en la universidad y por eso ha estado desaparecido. Cambiar de ambiente, dice, fue clave para que ahora, a los 27 años, tenga los pies en el suelo. Vuelve con varias películas la primera, Entourage y una serie de televisión. F. S.
(...protocolo)
Besos en la oficina
Un reciente estudio realizado por el London City Airport entre sus usuarios, mayoritariamente hombres de negocios, revela curiosos protocolos de saludo en el entorno profesional.
Los españoles: los más besucones. El 64 por ciento de los españoles utilizan habitualmente los dos besos como saludo en las reuniones de trabajo, una cifra hasta diez veces superior a la de otros países. En Italia, por ejemplo, solo lo hacen el 17 por ciento.
Relajar el ambiente. La mayoría de los españoles afirman que besan por costumbre, pero un 12 por ciento cree que «ayuda a crear un ambiente más relajado». Lo que no sucede siempre... A un 20 por ciento de los británicos y suizos encuestados, los besos les provocan un rechazo inmediato.
¡Hola, chata! Más de la mitad de los españoles consultados reconocen que los han saludado alguna vez en su entorno laboral con términos como tío o tía, chata, cariño, guapo o guapa, corazón, cielo o chiqui.
Aseado y puntual. Sobre los factores que dan peor impresión en las reuniones de trabajo hay unanimidad en todos los países: los malos modos, el mal olor corporal y llegar con retraso son, por este orden, los factores que más molestan.
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