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Con honestidad y pasión; con sensibilidad y rigor;
con entrega y responsabilidad. Desde delante o detrás de la cámara, 15
de las periodistas más destacadas de la televisión informan a millones
de espectadores de la actualidad. Y nos han contado cómo lo hacen.
Un día cualquiera, uno de los millones de españoles que ven el telediario enciende su televisor. En la pantalla se van sucediendo informaciones y protagonistas: un banquero, tres presidentes, una tonadillera, una madre que reclama justicia... Los estudios corroboran con cifras que en este medio las mujeres están en desventaja. El informe GMMP (Proyecto de Monitoreo Global de Medios) ha cuantificado que, entre las que protagonizan noticias, las que se citan como fuente, las que dan su opinión como expertas... la presencia femenina llega al 34%. En cambio, entre quienes elaboran, seleccionan, preparan y cuentan estas noticias hay más paridad: el 58%e de presentadoras y redactoras son mujeres, aunque en la dirección su presencia es mucho menor.
Reunimos a 15 de las mujeres más destacadas de la televisión. Presentadoras, editoras (las máximas responsables de un informativo ) y directoras que seleccionan lo que es noticia y lo que no.
- Mónica Carrillo
¿Existe el techo de cristal en su trabajo?
Somos el único canal con una directora de informativos mujer (Gloria Lomana) y con dos subdirectoras que también lo son. Y me gusta formar parte de un equipo en el que se puede llegar, y con normalidad.
¿Se ve escalando peldaños hasta llegar a directiva?
No es algo que me seduzca. No me atrae eso de estar en un despacho. Además, hay que reunir unas cualidades y yo las tengo para comunicar, para estar en contacto con la gente, dar noticias, hacer reportajes, entrevistas...
¿Se le permite a la mujer ser ambiciosa?
Hay que desprenderse de las etiquetas, el lenguaje nos condiciona mucho, pero las cualidades positivas para un hombre no deberían ser negativas aplicadas a una mujer. Habría que desprenderse de esos prejuicios, liberarnos y ser lo que queramos ser.
¿Usted lo es?
Soy autoexigente y me gusta mejorar, y eso me ha llevado a ser inquieta, a querer probar distintas cosas y a seguir aprendiendo. Pero soy más curiosa que ambiciosa.
¿Lo ha tenido más difícil?
No soy consciente, pero no lo descarto. Es posible. Pero me siento valorada como periodista.
¿Se ve presentando informativos con 62 años, como su compañero Matías Prats?
Hoy por hoy no lo creo. La vida de la mujer en la televisión es más corta, pero las convenciones también están para romperlas. Ojalá, de aquí a que los cumpla, alguna empresa se atreva...
¿Qué valores habría que primar?
En este país subestimamos la experiencia. Por encima de todo somos periodistas y tenemos que cultivar la credibilidad, la honestidad y la profesionalidad. La imagen y la voz acaban arropando el producto final, pero la base siempre es el trabajo bien hecho. El mérito de un profesional como Matías Prats es haber logrado que la gente le quiera y le respete. Tampoco todos los hombres consiguen permanecer en la pantalla año tras año.
- María Eizaguirre
Como editora tiene la responsabilidad máxima sobre lo que se dice, cómo se dice y en qué orden se dice. ¿En la selección de las noticias se plantean dar más cancha a las mujeres?
Por supuesto. Si hay algo que me define, y lo saben todos los jefes de área a la hora de venderme los temas, es que si hay una historia de una mujer interesante va a salir en el telediario sí o sí. La igualdad es la seña de identidad del Telediario 2.
¿Cómo la persiguen?
Procuramos recabar la opinión de expertas para los reportajes y también he contribuido, en la medida de mis posibilidades, a que en las tertulias hubiera presencia femenina. Todavía nos queda mucho por hacer, pero en TVE hay una apuesta por las mujeres.
¿Apoyan el deporte femenino?
Ayer sin ir más lejos abríamos con el mundial de fútbol femenino, cuando eso era muy minoritario hace nada. Es una apuesta muy clara.
¿Ha sufrido discriminación por ser mujer?
Igual es injusto decirlo, pero muchas veces da la sensación de que hay que demostrar más que ellos.
¿Cree que a las mujeres se nos critica más?
Sí hay cosas que se atreven a decirte porque eres tú. Pero tengo mucho carácter y nadie me discute la autoridad, me siento muy respetada por mis compañeros; pero eso es fruto del trabajo diario.
- Pepa Bueno
¿Cree que hay que dar más visibilidad a los temas que afectan a las mujeres?
Hay que dar visibilidad a todos los colectivos que no la tienen. Pero es que nosotras no somos un colectivo, somos la mitad de la humanidad, que sufrimos una discriminación histórica y por lo tanto darnos visibilidad es un asunto de estricta justicia. A mí me preguntan: ''¿Qué más queréis, si las leyes ya reconocen la igualdad, si ya diriges un programa?''. ¿Que qué más queremos? La mitad de todo, como dice la filósofa Amelia Valcárcel. Mientras la mitad de todo no le corresponda a la mitad de la humanidad, queda trabajo por hacer.
Dicen que somos menos ambiciosas...
No me da miedo definirme como ambiciosa. Me enferma cuando descalifican a una periodista por ese motivo pero se lo aplican a un hombre como un piropo. A mí me encanta la gente ambiciosa, que es la que quiere hacer más y mejor. ¿Cuál es el problema? Lo que no me gusta es la gente que, para satisfacer su ambición, pisa a otros. Y de esos hay muchos hombres, muchísimos.
¿Se juzga más a las mujeres?
Sin duda. Estamos sometidas a una lupa mucho más intensa. Un hombre que sabe mandar tiene capacidad de mando, una mujer es una mandona.
¿Ha sentido la presión de la imagen?
He sentido que las canas de Lorenzo Milá lo hacían atractivo y que es impensable que una presentadora salga con canas. La tiranía de la imagen a la que estamos sometidas en la televisión no la sufren ellos.
- Marta fernández
¿Las mujeres tienen que demostrar más?
Distinto. Nadie le va a decir a David Cantero: ''Tú estás presentando porque eres un guapo y eso ya inhabilita tus neuronas''. Pero sobre una mujer siempre planea la duda de que si tiene una determinada imagen eso influye en su cociente intelectual.
¿Cree que existe sexismo?
Hay una discriminación salarial y de promoción. Yo he deseado muchísimas veces ser un chico en esta profesión. Les resulta más fácil alcanzar ciertas cosas. Tengo una amiga que dice que el columnismo en España es especialmente 'machirulo'. Su opinión tiene más valor.
¿Ha percibido un trato diferente?
Hace años, cuando Casillas ni existía, yo hacía deportes. Éramos tres chicas y los deportistas nos trataban con cierta deferencia y caballerosidad que abochornaba. Hoy a nadie le extraña ver a una mujer en un entrenamiento.
¿Hay interés por dar más cabida al deporte femenino?
Sí, pero son ellas las que se ganan el espacio en base a sus méritos.
- Chelo Ortega
¿Cree que se tiende a la banalización de contenidos?
El informativo es como un menú. Tiene que haber carne y postres. Hay que contar el día con sus cosas importantes, sus curiosidades, incluso sus anécdotas.
¿Cuáles son esos temas que se empeña en visibilizar?
La violencia machista, el drama de los refugiados y los inmigrantes... Puede que sea ingenuo, pero tal vez mostrándolos contribuyamos a cambiar algo.
¿Cuántas mujeres hay en su equipo?
Muchísimas.
¿Y directivas?
Los jefes, por encima de mí son hombres. Pero han otrogado responsabilidad a mujeres. Es cuestión de tiempo seguir dando pasos hacia arriba.
- Pepa Sastre
¿Se habla hoy de temas que antes eran invisibles?
La violencia de género, por ejemplo. Hasta que no se produjo el horroroso crimen de Ana Orantes [en 1997], no existía. Un hombre mataba a su mujer y aquello era un crimen pasional, así se llamaba. Aquel asesinato empezó a cambiar nuestra percepción de las cosas.
¿Se juzga de diferente modo a hombres que a mujeres?
Sí. Si una mujer es exigente, es una mandona. Si es seria, es un cardo borriquero.
¿El éxito cuesta más?
Siempre tiene que demostrar mucho más para que los demás sepan por qué has llegado donde has llegado. A veces es un poco cansado, pero yo no conozco otra receta que trabajar, trabajar y trabajar.
La norma que nunca se salta...
No ser equidistante cuando no hay que serlo. En el terrorismo o la violencia de género siempre me voy a poner del lado de las víctimas. Nunca podré comprender al maltratador, al agresor o al asesino.
- Mamen Mendizábal
¿Cree que han cambiado los temas que vemos en los informativos?
Yo no creo que la presencia de mujeres cambie los contenidos. Probablemente, los abre. Porque nuestra visión del mundo puede ser un poco más amplia y diversa. Somos más expresivas y emocionales.
¿Se nos juzga más?
Se nos critica con más frivolidad. Se nos pregunta por la imagen, el género y asuntos que no se consideran cuando se habla de ellos. Es un debate un poco antiguo. Nadie saca a relucir el tema de la belleza cuando habla con los hombres.
¿Llegaremos a ver mujeres mayores delante de la cámara?
Ojalá. Ese es el reto. No veo por qué no.
¿La experiencia es un valor?
Sin duda. Los años suman, nunca restan. Yo aplico todo lo que la madurez me ha dado: el rigor, la capacidad para contextualizar, el criterio... Eso solo se logra con experiencia.
- Esther Marquina
¿Se producen debates hombres-mujeres en la redacción?
Hay debates a todas horas, pero no de hombres frente a mujeres; se confrontan ideas y puntos de vista entre hombres y mujeres.
¿Cuál ha sido el último tema polémico?
Cómo abordar tantas noticias sobre corrupción sin provocar crispación, cómo contar los casos de 'bullying', cómo denunciar el fanatismo yihadista sin hacerles propaganda...
¿Existe un modo femenino de dirigir equipos?
No me atrevo a convertirlo en una norma general, pero quizá el ''modo femenino'' sea perfeccionista, más empático y protector. Puede ser un modelo heredado de nuestras madres.
¿Se juzga más nuestro trabajo?
Creo que la crítica más dura nos la imponemos muchas veces nosotras mismas, somos quienes nos adjudicamos un nivel de exigencia extra.
- Carme Chaparro
¿Cree que a las mujeres se nos critica más?
Sin duda. Cuando termino un informativo, las redes sociales están llenas de comentarios como: ''¿Te ha vestido el enemigo?''. Es evidente que se nos sigue cosificando y juzgando por nuestro aspecto.
¿Es un condicionante?
Yo me arreglo para salir en la tele porque hay que tener una imagen agradable para el espectador. Igual que en la radio hay que tener una buena voz y nadie se plantea que pongan a una persona con la voz de pito o que tartamudee...
¿Cree que se hará vieja delante de la cámara?
¡Ojalá! Empecé con 24 años y tengo 42. Que yo siga aquí es señal de que algo ha cambiado.
¿Cuál es su caballo de batalla?
Mi empeño es la igualdad. Aunque me llamen 'feminazi'. Las mujeres no somos iguales a los hombres ni queremos serlo, pero sí queremos las mismas oportunidades y no las tenemos, aunque a algunos les pueda parecer que sí.
- Marta Reyero
¿El éxito es más difícil para la mujer?
Siempre lo hemos tenido más difícil y quien no lo reconozca no está diciendo la verdad. No siempre está bien entendido cuando reclamas tu sitio y eso desemboca en algo muy injusto: te hace dudar de que realmente lo merezcas.
¿Existe un modo femenino de comunicar?
Me gustaría que no lo hubiese, pero realmente sí existe. Creo que tenemos una forma más reflexiva de ver la vida. Sentimos una obsesión no fácilmente confesable por el dolor, las cosas que producen soledad, sufrimiento, por las situaciones de desigualdad. El hecho de ser madres nos pone en una situación diferente para percibirlas de otra manera.
¿Veremos presentadoras de 60 años?
En EE.UU., Barbara Walters ha estado hasta los ochenta y pico; ha entrevistado a todos los presidentes y cuando hizo su famosa entrevista con Monica Lewinsky ya tendría unos 70. Nadie se planteaba que lo dejara. El público la quería con sus arrugas y todo.
- Helena Resano
¿Hay una apuesta por dar más cabida a temas relacionados con mujeres?
Una noticia tiene que ser noticia porque lo es. Por ejemplo: sobre el mundial de fútbol femenino contamos cómo con ellas se había establecido una obligatoriedad de demostrar que eran mujeres y no hombres. Aquello me indignó. No defiendo una noticia porque afecte a una mujer, defiendo una noticia porque lo es.
¿Ha sufrido trato discriminatorio?
No, pero sí paternalismo.
¿Se les exige más a las mujeres?
Sí, hay que demostrar que estás al 100% aunque tengas cargas familiares y que eres exactamente igual de válida. La belleza también es un hándicap. Tienes que demostrar que además tienes un cerebro.
¿Siente la imagen como una desventaja?
Soy una periodista que ocasionalmente sale en televisión. Ser la cara visible de un equipo no me hace ni menos inteligente ni menos válida.
- Sonsoles Ónega
¿Hay un planteamiento de dar cancha a logros femeninos?
En los asuntos que me atañen, políticos y parlamentarios, sí. Evidentemente, si la mujer protagoniza la noticia, mejor. Vende más una ministra pasando revista a las tropas que un ministro.
¿Cómo de importante es la imagen?
Diría que el 90% de lo que es un personaje público. El escrutinio es brutal, a veces cruel. Aquí todavía no tenemos una Angela Merkel a la que le dé igual qué ponerse.
¿Espera envejecer ante la cámara?
Espero que sí, pero está por ver... En el hombre las canas son estupendas, nosotras en cambio vamos corriendo a darnos el tinte o el 'chute' de botox. Algo que ellos ni se plantean, o por lo menos no en términos de supervivencia profesional.
¿Qué noticia desearía dar?
Me gustaría mucho contar la investidura de una mujer presidenta del Gobierno.
¿Es optimista? ¿Cree que lo veremos?
Sí, sí, totalmente. Hay mujeres muy valiosas.
- Lourdes Maldonado
¿Se producen debates hombres-mujeres en la redacción?
Sin debate no hay periodismo. Todos los días hay alguno. Los de hombres y mujeres dan mucho juego porque prima el humor. El último tema ha sido la propuesta de Carmena de que las madres limpien los coles de sus hijos. Enseguida se escuchó por aquí: ''¿Y ellos?''. Esta mañana, alguien dijo en la radio que Pablo Casado, el nuevo portavoz del PP, lleva años sin secretaria... ¿y por qué no secretario?, me pregunto.
¿Cree que se mira más con lupa nuestro trabajo?
En el rendimiento no percibo diferencias. Ahora bien, físicamente se nos exige más. Es injusto. Hay que revisar y cambiar esta doble vara de medir. Los años dan veteranía y credibilidad a los hombres; y para las mujeres supone a menudo la retirada de la primera fila.
¿El físico ayuda o resta credibilidad?
El mejor comunicador no es el más guapo. Hay muchos parámetros. El gesto agradable ayuda, pero el mensaje y la empatía son otra cosa. Yo, para informarme, para saber qué pasa y por qué, no busco una modelo. Para tendencias, entonces sí miro la pasarela Cibeles.
- Belén García
¿Qué temas se tratan ahora que antes eran invisibles?
La sociedad ha cambiado y todos, hombres y mujeres, tenemos una visión más igualitaria de las cosas. Sí es cierto que la mujer es más consciente de la dificultad para llegar a cargos directivos. Por eso, cuando se dan casos de discriminación laboral o brechas salariales hay una especial sensibilidad a la hora de abordarlo.
¿Se ha sentido en desventaja por ser mujer?
Jamás, al menos conscientemente.
¿Cree que a las mujeres se nos juzga con más dureza?
Rotundamente no. Afortunadamente, las empresas por las que he pasado no me han tratado de manera diferente respecto a compañeros con un puesto similar.
¿Existe un modo femenino de mandar?
Quiero pensar que no. Lo correcto está al margen del sexo porque lo importante es sacar lo mejor de cada persona que tienes a tu cargo.
Una norma que no se salta jamás...
Tratar a los demás como me gustaría que me tratasen a mí. Respeto.
- Ana Belén Roy
¿Han cambiado los contenidos desde que hay más mujeres en las redacciones?
Yo creo que sí. Somos más sensibles a los asuntos sociales y a los temas que tocan el corazón: violencia de género, infancia...
¿Defiende la cobertura del deporte femenino?
Yo he sido patinadora sobre hielo, así que por supuesto que creo que hay que darle más espacio no solo al femenino sino también a otros deportes más allá del fútbol.
¿Se ve envejeciendo delante de la cámara?
A mí me tendrán que quitar, no me pienso ir; estaré encantada de salir con arruguitas. Esa es una de las cosas más tristes con respecto a la diferencia entre un hombre y una mujer. Me gustaría que miraran si soy creíble, no si soy joven y guapa.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO -Hombres, hombres, hombres.
foto Hombres, hombres, hombres, esa es mi primera sensación cuando observo las fotografías de las cúpulas de los nuevos partidos, muy en especial los dos más importantes, Podemos y Ciudadanos. Los hombres ocupan el primer plano y la mayor parte del espacio, y no solo me refiero a los dos líderes supremos, Pablo Iglesias y Albert Rivera. El efecto visual de esas fotografías dominadas por Iglesias y Rivera es de un 80 a 20, y me temo que también la realidad del poder, aunque los porcentajes exactos de hombres y de mujeres sean algo distintos.
El hecho me sorprende, porque confiaba en una evolución histórica de la igualdad femenina algo más rápida, pero también porque se trata de nuevos partidos. Y como nuevos y alternativos que son, cabía la esperanza de que rompieran viejas imágenes y tradiciones. Y, sin embargo, son tan marcadamente masculinos como todos, incluso más, porque su crecimiento ha sido tan fulgurante que ni siquiera han tenido tiempo de hacer las correcciones de imagen que hicieron los viejos partidos. Lo que ratifica, me parece, mi percepción de que no hay diferencias de género entre izquierda y derecha, tampoco entre viejos y nuevos partidos, entre las generaciones más veteranas y los nuevos líderes treintañeros.
Y una mirada a los países de nuestro alrededor muestra un panorama muy semejante, con muchas mujeres en el segundo plano, pero apenas alguna en el primero. Algo estamos haciendo mal, hubo tiempo de sobra para que la generación de mujeres que tiene treinta y tantos ocupara el primer plano al mismo nivel que ellos. Y sé que hay varios factores, pero cada día estoy más convencida de que el fundamental es el del liderazgo femenino. O el descuido educativo, social y cultural sobre ese liderazgo femenino. Por eso hay tan pocas mujeres en el centro de esas fotografías. Porque les falta confianza para estar ahí, para atreverse a mandar.
Y cuando no tienes confianza en tu propia capacidad de liderar, es imposible que la tengan los demás. El liderazgo se otorga a quien tiene las cualidades para ejercerlo, pero, sobre todo, a quien muestra la determinación de ejercerlo. Y las mujeres no tenemos esa confianza porque hemos sido educadas para el segundo plano. También ellas, las equivalentes generacionales de Pablo Iglesias y de Albert Rivera, que están igual de formadas, son tan inteligentes o más, tienen convicciones y pasión, pero... tienen miedo. Miedo a elevar la voz, a competir, a destacar, a mandar. Y, luego, perdemos el tiempo, además, en ese debate sobre el supuesto liderazgo alternativo que deberíamos ejercer las mujeres. Un debate que contribuye a paralizar las iniciativas para educar a las mujeres en el liderazgo. Para enseñarles a reivindicar el mando, y sin dejar de ser profundamente femeninas.
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