TÍTULO: REVISTA MUJER HOY - DE CERCA - PORTADA -PAULA CASTILLO MODELO,.
PAULA CASTILLO MODELO,.foto
Como Larissa, Paula Castillo se puso el celu entre las gomas. ¿Estaba en modo vibrador?
Hace unos meses, la vimos cuando se jugaba el partido despedida de la
Brujita Verón. Si, el pelado ya no se podía mover (la calidad seguía
intacta pero no el trote) y nos pusimos a mirar la tribuna. No fueron
las banderas ni los cantitos lo que nos llamó la atención, sino este
bombón y sus globos, haciendo la gran Larissa Riquelme (se calzo el
celular en el escote). Hubiésemos querido tener su celu en ese momento
(“que alguien la llame y que le vibre!”, gritó uno al lado nuestro),
pero sólo lo conseguimos unos días después (peor es nada, diría el
maestro Jorge Guinzburg). Y acá está la nena.
Con 19 añitos, Paula Castillo se define como una “botinera de alma”, y
nos hiper jura que no tuvo intención de imitar a la paraguaya.”Tenía
el celu en la mano y tenía miedo que me perdiera cuando me acerqué en
un momento para saludar a un par de jugadores de Estudiantes que conozco
y a algunos con los que tuve alguna que otra historia, jaja, pero pasó
nada importante…”. ¿Se los volteó? No… no sean mal pensados! Para despejar dudas ella nos aclara: “aunque te sorprenda escucharlo yo soy virgen“. Y sí, no entregar el tesorito se puso de moda después de Wanda y Noelia Ríos. LPM!.
“A pesar de todo lo que me prometieron a cambio de…, sigo siendo virgen.
Si fuese gato ya sería multimillonaria. Tuve propuestas de empresarios y
políticos importantes que me ofrecieron autos, viajes por el mundo y
hasta un departamento“, asegura. ¿Con quién entregaría? “Siento debilidad por los jugadores con buenas piernas y buenas colas, como las de la ‘Gata’ Fernández“, cuenta y rápidamente agrega: “igual,
el que más me calienta es Claudio Caniggia. Si tuviera la plata para
tomarme un avión hasta Marbella lo haría. No me importa que esté casado“. Así nos gustan las chicas!,.
TÍTULO: PROTAGONISTA - MARIA SEGUI - DIRECTORA GENERAL DE TRAFICO,.
- foto- MARIA SEGUI - DIRECTORA GENERAL DE TRAFICO,.
Toda sociedad tiene los accidentes que quiere tolerar. Si queremos, llegaremos a cero,.
Dicen que María Seguí es de esas personas a las que
no le asustan los retos. Y lo cierto es que tiene una trayectoria
laboral valiente. Licenciada en Medicina y doctora por Harvard
(EE.UU.), decidió sacrificar su vocación, renunciando a curar enfermos,
para centrarse en una obsesión aún más complicada: conseguir que no
enfermáramos. Lo atípico es que la afección en la que ella se centró no
aparece por herencia genética. Su enfermedad viene en forma de ruedas y
motor. Lleva dos décadas combatiendo los accidentes de tráfico
a través de varios frentes: como profesora universitaria, como
investigadora y, desde hace tres años y medio, como responsable máxima
de la Dirección General de Tráfico, donde ha pasa de la teoría a la
práctica.
- Mujerhoy: En estos días, las vacaciones originan decenas de millones de desplazamientos. ¿Es su peor pesadilla?
- María Seguí: La importancia que se le da a
la operación verano es desmesurada, si uno lo pone en el contexto de la
accidentalidad diaria. Nuestros ritmos vacacionales han cambiado.
Antes, todo el mundo se iba de vacaciones en agosto y lo hacía al pueblo
familiar. Ahora las vacaciones suelen estar más repartidas a lo largo
del período de mejor tiempo y eso genera otro patrón de movilidad. Nos
movemos a otros sitios, pero no mucho más.
- MH: En 2004 había más de 3.600 muertos anuales.
Desde entonces, esas cifras han bajado ininterrumpidamente año tras año.
¿Se obsesiona con los números?
- MS: Esos números me obsesionan desde hace más de 20 años.
Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte de la
población joven y una de las principales causas de muerte de la
población hasta los 65 años. Si uno quisiera identificar qué enfermedad
erradicar con carácter prioritario para liberar la carga de dolor y
discapacidad, y contribuir a alargar la esperanza de vida, se tendría
que centrar en los accidentes de tráfico. En términos médicos, estamos
hablando de una pandemia. Afortunadamente, las cosas están mejorando en
los últimos 20 años a nivel mundial, y en los últimos 10 años si
hablamos de España.
- MH: Predecir y evitar esas lesiones es lo que ha
dirigido su trayectoria laboral. ¿Cómo un médico acaba decantándose por
esa rama?
- MS: A lo largo de la carrera, eché de menos que se nos
hablara del porqué la gente enferma y del impacto de la sociedad en la
salud. Todos mis compañeros querían ser médicos asistenciales, pero a mí
me impactaba que la esperanza de vida dependiera en muchos casos de
aspectos culturales y económicos. Yo he nacido en la España de 1967,
pero de haber nacido en Senegal aquel año ya estaría muerta. A su vez,
en España, los que nacimos en 1967 tenemos 15 años más de esperanza de
vida que nuestros padres que nacieron el 30... Y la razón no es el
cuidado sanitario que recibes cuando enfermas, sino la política de
vivienda, la política de salud, la política de nutrición... Es la
política de desarrollo de un país lo que realmente es responsable de ese
progreso.
- MH: ¿Ha llegado a ejercer como médico asistencial?
- MS: Sí, en su momento trabajé como médico en ambulancias
los fines de semana. Fueron pocos años, porque inmediatamente me marché a
Estados Unidos, pero lo echo mucho de menos. Es muy bonito poder ayudar
con ese carácter inmediato. También se aprende de la impotencia y de la
constatación de que no siempre puedes hacer algo. Pero cuando se está
en este otro tipo de medicina tienes que aprender a controlar tus
recompensas. No son inmediatas, lo que haces bien tardas un poco más en
identificarlo, y por eso has de aprender a gestionar los tiempos.
- MH: ¿Vio muchas víctimas de accidentes?
- MS: Sí. Estuve 24 horas todos los sábados durante un año y
medio de mi vida, y vi también muchos fallecidos. Estamos hablando de
1992, y en aquellos años debía haber en España unos 6.000 muertos al
año. [En 2014 fallecieron 1.131 personas].
- MH: ¿Le han puesto alguna multa?
- MS: Creo que no hay ningún español de bien que no haya
tenido una multa, y dicho eso, digo todo. Además, en un proceso
educativo es inevitable que ocurra en alguna ocasión. Y aprendes, claro
que aprendes.
- MH: ¿Es cierto que las mujeres somos más responsables?
- MS: Creo que es otro de esos mitos. Hay dos realidades: la
primera habla de las cifras. El 70% de los conductores involucrados en
un accidente con víctimas en nuestro país son hombres, igual que el 76%
de los muertos y el 70% de los heridos hospitalizados. Desde esa
perspectiva parecería que, efectivamente, somos más prudentes, pero por
otra parte los deficientes estudios de los que disponemos sugieren que
las mujeres conducimos no solo menos kilómetros sino también en entornos
de velocidades más bajas porque hacemos conducción urbana
fundamentalmente. Y además, no solemos conducir de noche. Eso
significaría que tenemos menor exposición.
- MH: ¿Qué reto le gustaría cumplir antes de dejar la DGT?
- MS: Tendrían que ser dos. Por un lado, que todo el
personal que trabaja para el Gobierno central, autonómico y municipal
tome conciencia de que las personas se accidentan y se pueden morir cada
día, por lo que hay una urgencia en la toma de decisiones. Muchas veces
se comenta que las cifras son muy frías. No lo son. Las cifras se viven
cada día y todos los que trabajamos en este tema tenemos que ser
conscientes de que postergar una decisión se lleva vidas por delante.
- MH: ¿Y el segundo reto?
- MS: Toda sociedad tiene aquellos accidentes que quiere
tolerar. Y si queremos, llegaremos a cero. El accidente no siempre es
solo responsabilidad del conductor, es una responsabilidad social que
tiene que ver con cómo escogemos movernos, quién ha desarrollado los
sistemas de movilidad, qué tipo de vehículos tenemos a nuestra
disposición, cómo se nos informa de la seguridad de los vehículos, qué
tipo de carreteras tenemos... Se trata de empoderar a los ciudadanos
para que tomen las decisiones saludables.
- MH: ¿Entonces cree que algún día los accidentes de tráfico con víctimas serán cosa del pasado?
- MS: No tengo ninguna duda. Tardaremos en tanto no estemos
convencidos de que llegará ese día, pero llegará. Es la única enfermedad
que sufre la humanidad que está generada por actividad humana.
Controlamos perfectamente todos los eslabones del procedimiento. Todo es
humano. Como humano es el abuelo que, por querer hacer un favor a la
hija, deja ir al nieto sin la sillita en el coche. Humanos somos todos
los implicados en los pequeños errores de acción o de omisión que aquel
día hacen que tengamos un accidente.
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