Froome sepulta bajo la piedra a sus rivales,.
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En una exhibición del Sky, el líder del Tour abruma, aleja a Nairo Quintana y hunde a Alberto Contadory Nibali - foto,.
Hace mucho, en la pastosa orilla de un río en Kenia, un africano blanco bizqueaba la mirada para meter el gusano en el anzuelo. Andaba de pesca. De repente, se abrieron las aguas formando un embudo. Era la enorme boca dentada de un hipopótamo. Chris, el chaval, más pálido todavía, esquivó la tenaza y trepó como un mono a una acacia salvadora. Allí estuvo horas, hasta que el bicho se cansó de esperar el almuerzo. Solo un día Froome ha corrido tanto: ayer. Tras nueve etapas de llano, bastó con un puerto para desvelar el secreto a voces de este Tour. Quedó escrito en piedra, en La Piedra de San Martín, en la cuesta fronteriza entre Francia y el Roncal (Navarra) por donde solo cruzó uno, el africano.
Lo gritó la megafonía de la abarrotada meta: «Chris... ¡Froome!». Sonó como un trueno. Se sobresaltó hasta el rebaño de ovejas que triscaba en la ladera más verde de la Piedra. Se asustaron hasta los rivales: Quintana, ni una mueca en pleno esfuerzo, cedió un minuto. ¡Y eso que fue el que más le aguantó! «Yo iba inspirado, eso creía, pero Froome iba más que yo», confesó. Valverde, generoso gregario del colombiano, perdió dos minutos, medio menos de Van Garderen, que empieza a agazaparse. Contador, carita en la Piedra, tenía la voz baja. Sin aire ni para hablar ni para pedalear. «No sé, no respiraba bien», dijo. Ahogado se dejó casi tres minutos, un abismo para un solo puerto. Y Nibali, el peor parado, embozaba los hombros. Más de cuatro minutos de demora. Ni se reconocía. «No soy ni el hermano pequeño del Nibali que ganó el año pasado el Tour». Empequeñecido como todos ante la enorme Piedra donde escrito está ya, en mayúsculas, el nombre del líder absoluto: «¡Froome!». Atrona la montaña. Huyen las ovejas. Sólo queda el eco, gigante, que ha dejado el más poderoso.
Una etapa horizontal con un puerto, largo y duro, como meta es como un balón botando para el Sky. Imposible no patearlo. Además le hicieron parte del trabajo, le despejaron el campo. El Movistar de Quintana y Valverde, ambicioso, se encargó de la fuga de Van Bilsen y Fedrigo, y de apretar el paso en el inicio de la Piedra de San Martín, montaña navarra, como el origen del equipo español. Tensión. Calor. El bochorno de la Piedra, una cuesta sin aire. Enseguida afloraron los más débiles. La montaña chupaba el sudor de los frágiles. Aún a diez kilómetros del final, se desveló Nibali. No iba. Sudaba deprisa; pedaleaba lento. El Tour se le caía, gota a gota.
En las curvas sombreadas de La Piedra se escribía un capítulo clave de esta ronda gala. Con Nibali se fundieron Mollema y Urán. Dos menos. Todos eran víctimas del Movistar, desatado. El Sky, a la espera de su turno, disfrutaba. Apenas quedaban ya una docena de dorsales. Miradas afiladas. Valverde, a ocho kilómetros, abrió una curva al galope. La cerró con unos metros de ventaja. En ese parpadeo empezó a cambiar por completo el Tour. Le atrapó un fiel a Froome, Thomas. Valverde insistió. Parecía que Froome chirriaba. No es fácil adivinar cómo está el líder: siempre va mal. Es de cuello inquieto, de silueta llena de aristas, nada fluido. El Movistar creyó ver la crisis del africano. Ya se anunciaba el ataque de Quintana. Eso flotaba en el aire quieto, asfixiante, de la Piedra. Froome no lo veía así. Le salían las cuentas: apenas le quedaban rivales.
Porte obedeció como un resorte. Sacó al aire la asfixia de Contador. Iba raro, siempre sentado. No es su perfil. A Contador le gusta subir de puntillas, de pie. Mirar desde lo alto. «No podía levantarme. No podía respirar. No sé qué me ha pasado», contó sin apenas ánimo en la meta. Quería la etapa para su compañero Basso, que lucha desde el lunes contra el golpe bajo de un cáncer. Quería darle el maillot amarillo en París. No parece. No es la mejor versión de Contador. Su aliento, ronco, se fue quedando detrás. Se fue difuminando. La Piedra le había quitado el maquillaje al Tour. Se veían las caras tal como están. Delante, tras Porte, sólo pedaleaban dos: Froome, que se mueve como si le cosieran las pulgas, y el impasible Quintana, colombiano de cera. El Tour se reducía a dos. A uno, cuando a 6,8 kilómetros de La Piedra, Froome, como en el Mont Ventoux en 2013, soltó a Quintana.
«Ha sido la etapa soñada», resumió. Perfecta para él y para el Sky. Porte, devastado en el Giro, tuvo aún fuelle para quitarle a Quintana las bonificaciones. «Un día maravilloso», repetía Froome. «A ver si al final Froome tiene algún día de debilidad», se agarraba Quinta.
Luego, al leer la clasificación escrita en la Piedra de San Martín, el colombiano chasqueó un poco el gesto: Froome le saca casi tres minutos a Van Garderen y más de tres a Quintana. Cuatro a Valverde y Contador. Siete a Nibali y diez a 'Purito'. En apenas un puerto. «Habrá que tirar de estrategia, porque por fuerza Froome nos ha podido a todos», comentó Quintana en la Piedra donde se esculpió, bien claro, el nombre que atemorizó ayer hasta a las ovejas: «¡Froome!».
TÍTULO: REVISTA CAMPO - Apag-Asaja denuncia que se criminaliza a los agricultores por los incendios,.
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Un portavoz del Seprona había declarado que el 90% de los fuegos se originan por trabajos agrícolas,. foto
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mérida. Apag Extremadura Asaja criticó que desde el Seprona y el Plan
de lucha contra incendios en Extremadura (Infoex) se esté
criminalizando y condenando de antemano a los agricultores por los
primeros incendios graves que se han producido este pasado fin de semana
en la región. Así, aunque la causa oficial del principal incendio
ocurrido en la comarca de Trujillo se haya producido por electrocutarse
dos pájaros con unos cables de alta tensión, esta organización agraria
indicó que han tenido que escuchar «de manera completamente injusta por
parte de responsables tanto del Seprona como del Plan Infoex que los
agricultores son los grandes responsables de dichos sucesos».
De hecho, y según destacó Apag Extremadura Asaja en nota de prensa, el portavoz del Seprona, en un medio radiofónico, señaló que «el 90 por ciento de los incendios se producen por trabajos agrícolas o en el entorno rural» por el mal uso de radiales o de maquinaria que sueltan chispas que pueden iniciar un incendio.
A su vez, el responsable de Información Meteorológica del Plan Infoex señaló, según Apag Extremadura Asaja, que en los últimos tiempos se están produciendo una serie de detenciones por la Guardia Civil «por no tener las precauciones necesarias a la hora de llevar los trabajos en el campo». Por todo ello, dicha organización consideró que estas declaraciones «están fuera de lugar e intentan poner el foco de la culpabilidad únicamente en las personas que trabajan en el campo, generalizando dicha labor y poniéndola bajo sospecha».
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