Viernes -15- Noviembre a las 22:10 horas en La 1, foto.
Duelo de titanes en La Isla,.
Coria y Cacereño se disputan hoy en la ciudad episcopal una segunda plaza que en la actualidad ostentan los celestes,.
El cuadro capitalino llega a Coria tras protagonizar en las últimas jornadas un crecimiento exponencial en cuanto a juego y resultados. De ser un equipo prácticamente denostado en las primeras citas ligeras, el Cacereño ha pasado a ganarse el respeto de sus adversarios, toda vez el equipo ha cogido una confianza que, a la postre, se ha traducido en buen juego y resultados positivos, como así reconoce el entrenador visitante, Julio Cobos.
La principal duda en el Cacereño será la participación del atacante Murci, quien se ha visto obligado a perderse los últimos encuentros debido a unas molestias en el sóleo. Su evolución en las próximas horas será determinante para que el cuerpo técnico decida si finalmente es o no de la partida. Quien todavía no llegará a tiempo para enfundarse la casaca verdiblanca en Coria será Chechu, que aún se recupera en la actualidad de su lesión. Javito, en cambio, sí podría reaparecer.
El Coria
Por su parte, el Coria afronta la cita vespertina de hoy con el objetivo de dar un golpe de autoridad y de frenar en seco el ascenso del Cacereño en la tabla. Los caurienses no tendrán que lamentar ausencias por sanción ni por lesión, por lo que el entrenador local, Rai, tendrá la posibilidad de confeccionar un once de gala para la ocasión.El partido será especial para varios de los jugadores que han defendido la camiseta de los dos equipos. No obstante, el morbo hoy lo pondrá especialmente Teto, quien dejó huella en el cuadro ahora dirigido por Rai, quien a su vez también defendió los intereses del que hoy será su rival tanto de jugador como de entrenador.
Se espera un buen ambiente en el graderío de La Isla, pues a orillas del Alagón existe una gran expectación por este duelo entre los que, hoy por hoy, son los máximos exponentes futbolísticos de la Alta Extremadura. Por otra parte, es segura la asistencia de más de un centenar de aficionados llegados desde la capital provincial, quienes durante la semana han retirado sus entradas a precio reducido gracias a la remesa facilitada por el Coria, fruto de las buena relación existente entre ambas entidades. Los aficionados del Cacereño más rezagados aún tendrán la posibilidad de retirar sus pases en las oficinas del club, situadas en la avenida Virgen de Guadalupe, durante toda la mañana de hoy hasta las 14.00 horas a un precio de cinco euros. Las entradas en taquilla costarán 10 euros y los menores de siete años podrán acceder gratis al recinto.
Tanto Coria como Cacereño esperarán, a su vez, un fallo del Villanovense para asaltar el liderato. Los serones visitan al Fuente de Cantos a partir de las 18.00 horas,.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -Vecinos de Valdelacalzada hacen la Ruta de los Colonos, un homenaje a su origen castuereño,.
Vecinos de Valdelacalzada hacen la Ruta de los Colonos, un homenaje a su origen castuereño,.
La actividad pretende mantener vivos los lazos que unen a los valvienses con sus localidades 'matrices', una de las cuales es Castuera,.
La 'Ruta de los Colonos' es, por tanto, la manera de mantener vivos en las generaciones actuales y venideras los lazos que unen Valdelacalzada con cada uno de estos pueblos 'matrices'. Por ello, días atrás, unas 170 personas de todas las edades estuvieron en Castuera, donde, tras recibir la bienvenida del alcalde, Francisco Martos, y la concejala Piedad Roso, hicieron una ruta senderista dirigida por la asociación local 'Luna Serena', que les llevó hasta la vecina Benquerencia de La Serena, o una ruta para conocer la historia y el patrimonio cultural, etnográfico y artístico de Castuera, dirigida por la licenciada en Historia y Cronista Oficial, María del Carmen Rodríguez Pulgar. El punto de encuentro final para ambas rutas fue el Museo del Turrón. El resto de la jornada la dedicaron a las compras de productos típicos o a tapear por los bares y cafeterías de la localidad.
El primer edil castuereño está encantado con esta iniciativa, que considera que «sin ningún tipo de dudas va a contribuir a estrechar aún más los vínculos entre Castuera y Valdelacazada». El regidor añadió que este encuentro «abre las puertas a que en el futuro podamos realizar otras actividades conjuntamente».
Diez familias
Por su parte, desde la asociación vecinal 'Valviense', José Luis Molina indicó que «la IV Ruta de los Colonos se desarrolló de forma satisfactoria. La mayoría de los participantes destacan la excelente organización y acogida que se les ha dispensado, por todo lo cual reiteran su agradecimiento».En este sentido, añadió que a través de las magníficas explicaciones de la cronista oficial de la villa, los participantes en la visita patrimonial tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano los lugares, calles y barrios en los que nacieron aquellas diez familias que hace 71 años emigraron a Valdelacalzada, fortaleciendo aún más el vínculo existente entre estas localidades.
TITULO: Lazos de sangre - La población verata se vuelca en la 'Llegada del emperador Carlos V' ,.
El miercoles -13- Noviembre a las 21:30 por La 1, foto,.
La población verata se vuelca en la 'Llegada del emperador Carlos V',.
Dentro de los actos destacan un campamento de oficios y una muestra de trajes de época,.
El sábado se sucederán un campamento de oficios, conferencias, recreación histórica de una salida de los aldeanos, ruta de las bodegas y la recepción del monarca, mientras que el domingo se llevará a cabo la salida de Carlos V del Parador acompañado de los aldeanos, una nueva representación teatral, misa y concierto del Coro de Cámara de Madrid.
Cabe destacar que las personas que estén interesadas en conocer el programa al completo con horarios y ubicaciones pueden hacerlo en el Ayuntamiento de Jarandilla de la Vera o a través de la página web municipal.
TITULO: VUELTA AL COLE - Mary L. Gray,.
“Los contratos fijos están pasando a la historia”,.
Miembro de los comités de ética
sobre sociedad e internet de Harvard y Stanford, es experta en el
trabajo del futuro y advierte que la nueva economía va a crear una clase
social superprecaria si no lo evitamos. Es coautora de Ghost work ,
donde desvela cómo los servicios prestados por empresas como Amazon,
Google, Microsoft y Uber solo pueden funcionar gracias al juicio y la
experiencia de una vasta e invisible fuerza laboral humana. Estas
personas y su “trabajo fantasma” hacen que internet parezca inteligente.
Gray ha participado en un debate sobre el trabajo del futuro de Digital
Future Society, un programa de Mobile World Capital Barcelona que
aborda los dilemas éticos de la nueva economía digital.
Cuando empecé a trabajar en Microsoft nos preocupaba que la
automatización del trabajo dejara a las personas sin empleo, así que
iniciamos un estudio concienzudo sobre cómo iba a influir la
inteligencia artificial (IA).
¿Y?
De entrada constaté que la mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a un trabajo fijo y que en realidad la IA da trabajo a cientos de miles de personas. Detrás del traductor de Google hay miles de lingüistas.
Trabajadores invisibles.
No.
¿Está llena de curritos tras ella?
Efectivamente, se necesitan muchas personas para enseñar al software a pensar. Para identificar, por ejemplo, el spam se debe consultar millones de e-mails y escoger palabras e imágenes clave que luego se introducen en el software.
Pues los listos son ellos.
Y están detrás de esos programas, constantemente actualizados, que al escribir te acaban la palabra y te sugieren la próxima. Tras cualquier modificación, cambio cultural o modismos está el trabajo de muchísimas personas.
¿Detrás del control de contenido de Facebook hay muchos profesionales?
La automatización no puede mantener el ritmo de la humanidad; en Facebook las conversaciones son informales y los programas no son sutiles. Para evaluar el contenido se necesitan personas que conozcan el contexto cultural.
¿Cuál es el perfil de esas personas?
Licenciados alrededor de los 30 años, que cobran por tarea y están muy mal pagados. He dedicado años, con Siddharth Suri, informático, a estudiar el día a día de esos trabajadores fantasma que hacen que internet parezca inteligente.
¿Qué le ha sorprendido?
Que se busquen y se conecten entre ellos por internet, socialicen por Skype, se feliciten el cumpleaños, y hagan una colecta cuando a “un compañero” se le estropea el ordenador. Tienen una red más potente que los autónomos.
¿Por qué le sorprende?
Los ingenieros distribuyen trabajo para que los que lo realizan no se relacionen, quieren evaluaciones independientes. No pensaron que las personas necesitan comunicarse, que todos buscamos un significado a nuestro trabajo.
¿Un trabajo más precario que el de los repartidores de Deliveroo?
Sí, porque es menos visible y más difícil de rastrear. La nueva economía va a crear una clase social superprecaria si no lo evitamos.
¿Es el trabajo del futuro?
Sí, es una manera de organizar el empleo. Lo abarca todo. La tendencia es crear plataformas en la red que te permitan contratar por tarea cualquier cosa, de un abogado a un periodista, un médico, una enfermera, un asesor fiscal. Los contratos fijos han pasado a la historia.
¿Alguna razón para el optimismo?
Ahora todos tenemos una causa común: establecer los derechos de los trabajadores bajo demanda, empezando por valorar ese trabajo cuando utilizamos una app. Debemos garantizar que este nuevo tipo de trabajo cree oportunidades en lugar de miseria.
Como antropóloga, ¿qué nos pasa que tendemos a esclavizar al vecino?
Pregunta difícil... Creo que tenemos miedo.
Las multinacionales nos dan miedo.
Hay que temerlas porque hemos permitido que se hagan muy grandes, que manden sobre los gobiernos, y no nos damos cuenta del control que tienen, se han metido en nuestras vidas.
¿No podemos organizarnos con empatía?
Durante más de cien años hemos competido por el trabajo a tiempo completo; esa es nuestra historia. Pero cada generación tiene la oportunidad de ser generosa y pensar la manera en que podemos beneficiarnos todos, y este es el momento.
¿Qué hace el comité de ética de Microsoft?
Valoramos propuestas de investigación de informáticos e ingenieros dentro de la empresa que involucran a los usuarios y sus datos.
¿Estamos muy expuestos?
Somos vulnerables como individuos pero como sociedad tenemos poder para protegernos.
¿Algún día la IA será inteligente?
No lo creo.
Nos pasamos la vida hablando con máquinas estúpidas por teléfono. Es frustrante.
Sí, ja ja ja. Las empresas de tecnología y los ingenieros pensaban que lo que querían los usuarios era información y resolución. Pero lo que queremos es tecnología que nos ayude, no que decida por nosotros: no me diga lo que tengo que hacer, dígame lo que puedo hacer.
Una manera de abaratar costes.
La ironía es que las empresas pensaban que, además de abaratar costes, los consumidores lo valorarían positivamente. Pero las personas queremos hablar con personas que entiendan nuestro problema y empaticen.
Parece obvio.
Por eso tenemos un comité de ética, para ayudar a los ingenieros a que no olviden la dinámica social.
¿Cómo ve el futuro de esta interacción hombre-máquina?
Es el momento de valorar lo que nos hace humanos, que es nuestra capacidad de servirnos unos a otros y de escucharnos; cosas que las máquinas no pueden hacer.
fotos / Aquí puedes ver los últimos terremotos a nivel mundial
El epicentro del sismo, que tuvo lugar hacia las 14H00 (11H00 GMT), fue localizado en el mar de Marmara, ante Silivri, a 80 km al oeste de Estambul.
El
terremoto hizo temblar las casas de forma alarmante durante varios
segundos, como pudo comprobar Efe, si bien, en general, sin causar
destrozos. Ocho personas resultaron «ligeramente heridas», y algunos
edificios sufrieron desperfectos, anunció el presidente Recep Tayyip
Erdogan en rueda de prensa en Estambul.
«No hay víctimas, ni tampoco hay noticias de daños graves hasta ahora», dijo el alcalde, Ekrem Imamoglu, en su cuenta en Twitter.
En Sirinevler, las autoridades evacuaron un edificio que se inclinó a causa del seísmo, informa la cadena NTV.
Varias ciudadanas informaron a Efe de que el temblor se pudo sentir de manera nítida incluso en provincias vecinas a más de 150 kilómetros del epicentro.
El martes se registró un terremoto de magnitud 4,6 con epicentro en el mismo lugar, que solo se sintió ligeramente en la mayor parte de Estambul.
Estambul está situada cerca de una falla y los expertos advierten desde hace años del riesgo de un gran terremoto en esta ciudad de 16 millones de habitantes.
¿Y?
De entrada constaté que la mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a un trabajo fijo y que en realidad la IA da trabajo a cientos de miles de personas. Detrás del traductor de Google hay miles de lingüistas.
Trabajadores invisibles.
Sí, a los que se paga por una tarea concreta.
¿La inteligencia artificial no es tal?No.
¿Está llena de curritos tras ella?
Efectivamente, se necesitan muchas personas para enseñar al software a pensar. Para identificar, por ejemplo, el spam se debe consultar millones de e-mails y escoger palabras e imágenes clave que luego se introducen en el software.
Pues los listos son ellos.
Y están detrás de esos programas, constantemente actualizados, que al escribir te acaban la palabra y te sugieren la próxima. Tras cualquier modificación, cambio cultural o modismos está el trabajo de muchísimas personas.
¿Detrás del control de contenido de Facebook hay muchos profesionales?
La automatización no puede mantener el ritmo de la humanidad; en Facebook las conversaciones son informales y los programas no son sutiles. Para evaluar el contenido se necesitan personas que conozcan el contexto cultural.
¿Cuál es el perfil de esas personas?
Licenciados alrededor de los 30 años, que cobran por tarea y están muy mal pagados. He dedicado años, con Siddharth Suri, informático, a estudiar el día a día de esos trabajadores fantasma que hacen que internet parezca inteligente.
¿Qué le ha sorprendido?
Que se busquen y se conecten entre ellos por internet, socialicen por Skype, se feliciten el cumpleaños, y hagan una colecta cuando a “un compañero” se le estropea el ordenador. Tienen una red más potente que los autónomos.
¿Por qué le sorprende?
Los ingenieros distribuyen trabajo para que los que lo realizan no se relacionen, quieren evaluaciones independientes. No pensaron que las personas necesitan comunicarse, que todos buscamos un significado a nuestro trabajo.
¿Un trabajo más precario que el de los repartidores de Deliveroo?
Sí, porque es menos visible y más difícil de rastrear. La nueva economía va a crear una clase social superprecaria si no lo evitamos.
¿Es el trabajo del futuro?
Sí, es una manera de organizar el empleo. Lo abarca todo. La tendencia es crear plataformas en la red que te permitan contratar por tarea cualquier cosa, de un abogado a un periodista, un médico, una enfermera, un asesor fiscal. Los contratos fijos han pasado a la historia.
¿Alguna razón para el optimismo?
Ahora todos tenemos una causa común: establecer los derechos de los trabajadores bajo demanda, empezando por valorar ese trabajo cuando utilizamos una app. Debemos garantizar que este nuevo tipo de trabajo cree oportunidades en lugar de miseria.
Como antropóloga, ¿qué nos pasa que tendemos a esclavizar al vecino?
Pregunta difícil... Creo que tenemos miedo.
Las multinacionales nos dan miedo.
Hay que temerlas porque hemos permitido que se hagan muy grandes, que manden sobre los gobiernos, y no nos damos cuenta del control que tienen, se han metido en nuestras vidas.
¿No podemos organizarnos con empatía?
Durante más de cien años hemos competido por el trabajo a tiempo completo; esa es nuestra historia. Pero cada generación tiene la oportunidad de ser generosa y pensar la manera en que podemos beneficiarnos todos, y este es el momento.
¿Qué hace el comité de ética de Microsoft?
Valoramos propuestas de investigación de informáticos e ingenieros dentro de la empresa que involucran a los usuarios y sus datos.
¿Estamos muy expuestos?
Somos vulnerables como individuos pero como sociedad tenemos poder para protegernos.
¿Algún día la IA será inteligente?
No lo creo.
Nos pasamos la vida hablando con máquinas estúpidas por teléfono. Es frustrante.
Sí, ja ja ja. Las empresas de tecnología y los ingenieros pensaban que lo que querían los usuarios era información y resolución. Pero lo que queremos es tecnología que nos ayude, no que decida por nosotros: no me diga lo que tengo que hacer, dígame lo que puedo hacer.
Una manera de abaratar costes.
La ironía es que las empresas pensaban que, además de abaratar costes, los consumidores lo valorarían positivamente. Pero las personas queremos hablar con personas que entiendan nuestro problema y empaticen.
Parece obvio.
Por eso tenemos un comité de ética, para ayudar a los ingenieros a que no olviden la dinámica social.
¿Cómo ve el futuro de esta interacción hombre-máquina?
Es el momento de valorar lo que nos hace humanos, que es nuestra capacidad de servirnos unos a otros y de escucharnos; cosas que las máquinas no pueden hacer.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En
la tuya o en la mía - Miercoles -20- Noviembre - Cuando un tuit provoca un terremoto.
En la tuya o en la mía - Miercoles -20- Noviembre ,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles - 20- Noviembre ,, etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - Cuando un tuit provoca un terremoto.
Cuando un tuit provoca un terremoto.
Un terremoto de magnitud 5,8 causa el pánico en Estambul,.
Se trata del mayor terremoto registrado en Estambul en más de una década,.
fotos / Aquí puedes ver los últimos terremotos a nivel mundial
El epicentro del sismo, que tuvo lugar hacia las 14H00 (11H00 GMT), fue localizado en el mar de Marmara, ante Silivri, a 80 km al oeste de Estambul.
«No hay víctimas, ni tampoco hay noticias de daños graves hasta ahora», dijo el alcalde, Ekrem Imamoglu, en su cuenta en Twitter.
Minaretes desplomados
En los barrios de Avcilar y Sariyer se desplomaron las cúspides de sendos minaretes de mezquitas.En Sirinevler, las autoridades evacuaron un edificio que se inclinó a causa del seísmo, informa la cadena NTV.
El temblor se pudo sentir de manera nítida incluso en provincias vecinas a más de 150 kilómetros del epicentro
Además, en toda la ciudad se han cerrado los colegios de primaria y secundaria para el resto del día.Varias ciudadanas informaron a Efe de que el temblor se pudo sentir de manera nítida incluso en provincias vecinas a más de 150 kilómetros del epicentro.
El martes se registró un terremoto de magnitud 4,6 con epicentro en el mismo lugar, que solo se sintió ligeramente en la mayor parte de Estambul.
Estambul está situada cerca de una falla y los expertos advierten desde hace años del riesgo de un gran terremoto en esta ciudad de 16 millones de habitantes.
TITULO:
EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA -
VIERNES - 22- Noviembre - Los muertos ,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de
personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una
hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al
invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -22- Noviembre , etc.
EL
BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES
- 22- Noviembre - Los muertos ,.
Los muertos. ,.
foto / Resurrección, mensajes que parecen venir del mundo de los sueños
o incluso del más allá… Nada en ella es lo que parece. Y todo tiene dos
caras. Narrada en primera persona, Lucía en la noche alterna
dos planos temporales: el presente de la investigación y el pasado del
año de relación de Alejandro y Lucía. El autor nos ofrece una novela de
misterio de corte clásico, aunque con temas muy contemporáneos que
causan gran zozobra a las sociedades occidentales (terrorismo islámico,
espionaje, éxodos provocados por las guerras en oriente próximo…). Ya lo
advierte Lucía en uno de los pasaje de la novela: “El miedo no consiste
en ignorar; el miedo consiste en saber”. Zenda publica el arranque de su última novela, Lucía en la noche.
A tales grados de postración y envilecimiento había llegado por entonces. La noche en que conocí a Lucía había nevado de ese modo sucio y vergonzante propio de Madrid, donde la nieve raramente cuaja y acaba formando un barrillo viscoso, mezclada con la roña y la podredumbre de las aceras. Había sido, además, una nevada tardía, con febrero muy avanzado, así que las calles estaban más desiertas que de costumbre cuando concluí mi participación televisiva; y como aquella noche había proferido muchas barbaridades, y en tono especialmente chillón, la adrenalina me desbordaba por todos los poros de la piel, reclamando que la apaciguase con un par de copazos y tal vez con un escarceo de aquí te pillo y aquí te mato con alguna divorciada talludita. Pedí al conductor, pues, que me dejase en el garito para noctámbulos que se había convertido en el varadero de mi fracaso. Allí, derrengados sobre la barra o repartidos por los divanes de terciopelo raído, me encontré con los habituales parroquianos, entre los que nunca faltaban los borrachos metafísicos, los julandrones caballerosos que me saludaban deferentes (eran los únicos que habían leído alguno de mis libros ya lejanos), las putas antiquísimas como palimpsestos y señoriales como marquesas del barrio de Salamanca. Aquella noche faltaban, sin embargo, las divorciadas talluditas que abastecían mis ocasionales escarceos, a las que tal vez hubiese intimidado la nevada. En cambio, al fondo del garito, detrás del pianista que arrullaba las dulces melopeas de la parroquia, se arracimaba un grupo bastante bullicioso, incongruente con el ambiente mortecino del lugar, tan propicio a las ensoñaciones etílicas. Algunos de los miembros más caprichosos y zascandiles del grupo reclamaban al pianista tal o cual melodía, a lo que el pianista —un septuagenario cachazudo que tocaba con los ojos entrecerrados, poniendo cara de galápago— accedía sin demasiado entusiasmo, con un gesto resignado o martirial. Me pareció reconocer, entre los zascandiles que pedían canciones, a algún colega fantoche (si es que todavía podía llamar colegas a quienes se dedicaban a escribir) con el que había compartido agasajos y parabienes allá en la juventud; y comprobé que el grupo lo componían modernillos y gafapastas, artistillas de medio pelo y barba hipster y algún que otro gacetillero especializado en chismorreos culturetas. Procuré pasar inadvertido y corrí a refugiarme a mi diván, que los parroquianos habituales habían dejado respetuosamente libre, como exigen los códigos vigentes entre bebedores profesionales. En apenas media hora me trasegué un par de gin-tonics (que se sumaban a los que antes había trasegado en el plató televisivo, durante los intermedios del programa), protegido por una especie de biombo chinesco que me permitía atisbar entre sus bastidores el fondo del local, sin temor a ser reconocido por los gafapastas, sin temor a que empezaran a murmurar sobre mí o, todavía peor, me invitaran a sumarme a su francachela. Cuando ya la ginebra empezaba a nublarme un poco la vista sonaron los primeros acordes de una canción de Mayte Martín, Hecha a la medida, que siempre me había gustado o lastimado mucho, pues no en vano, después de tantos éxitos pretéritos y escarceos desnortados, seguía soltero y solitario. Se apagó entonces la bulla de los gafapastas, mientras alzaba la voz una mujer en la que hasta entonces no había reparado, tal vez porque la tapaban las artísticas barbas de sus acompañantes. Era una voz cálida, pero a la vez muy desgarrada, herida por el óxido de las noches en vela, una voz a la vez dolorida y exultante, como convenía a la canción:
TITULO: LIGA FUTBOL - Eibar -0- REAL MADRID -4- ,.
La caja negra del partido dejó dos conclusiones preliminares. La primera, que van a espaciarse mucho los partidos en que coincidan Kroos y Modric, pareja cada día menos energética. El fútbol va por ahí, se necesitan más piernas (las de Valverde) que cabezas cuando aprieta el calendario. La segunda, que en determinados partidos convienen más las vitaminas que las musas. Por eso jugó Lucas Vázquez en Ipurua, estadio chiquito pero matón, y no Vinicius o Rodrygo. Eibar le dio la ocasión a Zidane de bajar de la nube al trigoleador del miércoles, como si firmar un hat-trick en la Champions a los 18 años le mandara a uno directamente a Babia. No parece de esa especie Rodrygo, vista su sosegadísima reacción al trueno.
Con todo, el Madrid cogió el partido al vuelo. Un partido norteño, lluvioso, antipático, con un adversario en el cogote ante la primera salida de la pelota y crecido por los últimos resultados. De ahí que la exhibición del equipo de Zidane resultara hasta sorprendente. Un grupo al que suele sonarle tarde el despertador salió a toda pastilla. En concentración, esfuerzo, buena lectura del juego, agresividad y apetito.
A Benzema se le vino encima un equipo huérfano de Cristiano y lo sujeta cada día con mayor firmeza. Está a todo. Entra y sale, dirige, frena y acelera, remata y marca. De todo hubo en el gol que desencuadernó al Eibar. Se abrió a la izquierda, esprintó, se paró, le abrió hueco a Valverde y la pelota acabó volviéndole a él para mandarla a la red. Fin del partido.
El Eibar es el fútbol sin aditivos, tremendista, y tiene un punto valiente/temerario de fiarlo todo a su primera presión adelantando mucho la zaga para encoger el acordeón y esperar que caiga ahí la presa. Una vez sorteada esa primera embestida, y el Madrid pareció conocer todas las salidas del laberinto, quedó indefenso, a merced de un adversario con el traje de luces.
En realidad, fue difícil encontrarle un defecto al Madrid en la primera mitad. Mendy resultó un mercancías por su banda, Modric estuvo en Balón de Oro, atrás regaló tan poco como en los cuatro partidos anteriores, Valverde salió a cortarlo todo y le sobró hasta para llegar y marcar, y Lucas justificó su titularidad. En el lado oscuro quedaron los dos laterales del Eibar, piedras angulares de su juego. Atacaron y defendieron mal. Salieron a penalti por cabeza, transformados por el mismo sitio por Ramos y Benzema, que deja atrás a Puskas en su brote goleador.
La segunda parte volvió ahorrativo al Madrid y disparó el amor propio del Eibar, que apretó mucho arriba y se desabrigó mucho abajo. El equipo arrebatado tan del gusto de Mendilibar. Eso mantuvo el pulso de un partido resuelto. Pero también en el ida y vuelta el Madrid tuvo el mazo más grande. El gol de Valverde abrió paso a la política de vestuario. Zidane les dio un trocito de partido a Vinicius, Isco y Brahim, necesitados de afecto y de minutos. Y lanzó el mensaje de que lo que haya que ganar será con todos.
I
En
sueños vuelvo a verla a menudo, tal como la vi por primera vez en aquel
desfasado garito para noctámbulos. Suenan los acordes de un piano y
Lucía avanza lentamente hacia mí, mientras canta con voz cálida y rota,
abriéndose paso entre la clientela beoda o somnolienta, difuminada por
una neblina de ultratumba, como si fuese una resucitada, igual que Kim
Novak avanzaba hacia James Stewart en aquella célebre secuencia de
Vértigo. Pero la neblina que envuelve a Lucía en mis sueños no es verde
como la que envuelve a Kim Novak en la película de Hitchcock, sino más
bien rojiza, a juego con la decoración del garito, a juego con los
divanes de terciopelo raído y mugriento, a juego con el tapizado de las
paredes, que se pretendía suntuoso (y tal vez lo había sido, allá en la
prehistoria) y para entonces era más bien cochambroso, a pesar de la luz
indirecta de las lámparas, idónea para acunar la dulce melopea de la
clientela, idónea también para anestesiar voluptuosamente aquel dolor
sordo o conciencia de fracaso que iba horadándome por dentro, como una
lenta carcoma.
Porque
cuando conocí a Lucía yo era, en efecto, un fracasado, que es el nombre
que merecen quienes traicionan su vocación. Había triunfado
apoteósicamente allá en la juventud, con unos libros fulgurantes de
metáforas, arrebatados de irreverencias y osadías verbales, que me
procuraron fama instantánea y me encumbraron hasta la cima del éxito.
Pero, una vez alcanzada esa cima que tantos colegas ambicionan en vano,
descubrí que allí no había nada que me interesase; descubrí que el
éxito, que había imaginado como un vergel paradisíaco, era en realidad
un páramo merodeado por faunas carroñeras en el que no deseaba quedarme
ni un minuto. Mientras había luchado por alcanzar el éxito, había
escrito con el entusiasmo y el temblor de quien arroja una moneda al
aire, ignorando si saldrá cara o cruz. Pero, tras alcanzarlo y probar su
sabor, empecé a renegar de mi oficio, al principio de modo tibio o
displicente, luego con una suerte de hastío, hasta llegar al
aborrecimiento y a la franca repugnancia. La escritura, que había sido
mi pasión más abnegada, se convirtió así en una insoportable condena. Y
empecé a rehuirla, como quien rehúye a una amante intempestiva. Así,
hasta que la escritura, harta de desplantes y desaires, me abandonó.
Entonces empecé a buscar lenitivos que supliesen su ausencia: asistía a
todas las fiestas y saraos a los que me invitaban (y a los que no me
invitaban también); atendía todos los compromisos y requerimientos, aun
los más peregrinos y absurdos (o sobre todo éstos); viajaba sin
descanso, para pronunciar conferencias perfectamente necias, ante
auditorios que sin embargo me aplaudían a rabiar, consolados tal vez en
su propia necedad; e, inevitablemente, empecé a frecuentar los platós
televisivos, donde, a cambio de un estipendio siempre generoso, me
juntaban con un hatajo de botarates vociferantes que no paraban de
proferir barbaridades (pero ninguno profería tantas como yo, más
vociferante que ninguno), disputándose la predilección de una audiencia
mentecata. Me convertí, en fin, en una piltrafa, en un despojo dispuesto
a apurar hasta las heces el cáliz de la degradación. Y para que este
descensus ad inferos fuese completo, al concluir mi participación en
estos programas sórdidos, después de desgañitarme y refocilarme en la
inmundicia, pedía al conductor encargado de devolverme a casa que me
dejara en un garito para noctámbulos que había en las traseras de la
Gran Vía, donde anegaba en alcohol mis penas, que eran las propias de
quien se ha quedado viudo de su vocación. Y algunas noches, después de
emborracharme en soledad, dejaba incluso que se acercase hasta el diván
de terciopelo raído en el que habitualmente me sentaba alguna mujer con
ganas de palique o bambú, por lo general divorciadas talluditas que
ponderaban con gran entusiasmo mis intervenciones televisivas y ni
siquiera conocían mis ya lejanos libros. Para no defraudar sus
expectativas, solía llevármelas a casa, tan borrachas como yo mismo, y
yacía con ellas de mala manera, para después despacharlas en taxi en
cuanto empezaba a amanecer, por no reparar en sus rostros ajados y
descompuestos, para no soportar ni un minuto más su cháchara, que no
hacía sino agravar los síntomas de mi resaca.A tales grados de postración y envilecimiento había llegado por entonces. La noche en que conocí a Lucía había nevado de ese modo sucio y vergonzante propio de Madrid, donde la nieve raramente cuaja y acaba formando un barrillo viscoso, mezclada con la roña y la podredumbre de las aceras. Había sido, además, una nevada tardía, con febrero muy avanzado, así que las calles estaban más desiertas que de costumbre cuando concluí mi participación televisiva; y como aquella noche había proferido muchas barbaridades, y en tono especialmente chillón, la adrenalina me desbordaba por todos los poros de la piel, reclamando que la apaciguase con un par de copazos y tal vez con un escarceo de aquí te pillo y aquí te mato con alguna divorciada talludita. Pedí al conductor, pues, que me dejase en el garito para noctámbulos que se había convertido en el varadero de mi fracaso. Allí, derrengados sobre la barra o repartidos por los divanes de terciopelo raído, me encontré con los habituales parroquianos, entre los que nunca faltaban los borrachos metafísicos, los julandrones caballerosos que me saludaban deferentes (eran los únicos que habían leído alguno de mis libros ya lejanos), las putas antiquísimas como palimpsestos y señoriales como marquesas del barrio de Salamanca. Aquella noche faltaban, sin embargo, las divorciadas talluditas que abastecían mis ocasionales escarceos, a las que tal vez hubiese intimidado la nevada. En cambio, al fondo del garito, detrás del pianista que arrullaba las dulces melopeas de la parroquia, se arracimaba un grupo bastante bullicioso, incongruente con el ambiente mortecino del lugar, tan propicio a las ensoñaciones etílicas. Algunos de los miembros más caprichosos y zascandiles del grupo reclamaban al pianista tal o cual melodía, a lo que el pianista —un septuagenario cachazudo que tocaba con los ojos entrecerrados, poniendo cara de galápago— accedía sin demasiado entusiasmo, con un gesto resignado o martirial. Me pareció reconocer, entre los zascandiles que pedían canciones, a algún colega fantoche (si es que todavía podía llamar colegas a quienes se dedicaban a escribir) con el que había compartido agasajos y parabienes allá en la juventud; y comprobé que el grupo lo componían modernillos y gafapastas, artistillas de medio pelo y barba hipster y algún que otro gacetillero especializado en chismorreos culturetas. Procuré pasar inadvertido y corrí a refugiarme a mi diván, que los parroquianos habituales habían dejado respetuosamente libre, como exigen los códigos vigentes entre bebedores profesionales. En apenas media hora me trasegué un par de gin-tonics (que se sumaban a los que antes había trasegado en el plató televisivo, durante los intermedios del programa), protegido por una especie de biombo chinesco que me permitía atisbar entre sus bastidores el fondo del local, sin temor a ser reconocido por los gafapastas, sin temor a que empezaran a murmurar sobre mí o, todavía peor, me invitaran a sumarme a su francachela. Cuando ya la ginebra empezaba a nublarme un poco la vista sonaron los primeros acordes de una canción de Mayte Martín, Hecha a la medida, que siempre me había gustado o lastimado mucho, pues no en vano, después de tantos éxitos pretéritos y escarceos desnortados, seguía soltero y solitario. Se apagó entonces la bulla de los gafapastas, mientras alzaba la voz una mujer en la que hasta entonces no había reparado, tal vez porque la tapaban las artísticas barbas de sus acompañantes. Era una voz cálida, pero a la vez muy desgarrada, herida por el óxido de las noches en vela, una voz a la vez dolorida y exultante, como convenía a la canción:
—Estás hecha a la medida de mis besos,Los gafapastas hicieron pasillo a la mujer que cantaba. Pero al principio apenas pude distinguirla, pues aparte del estorbo del biombo la veía neblinosamente, como si dijéramos a través de una gasa o tamiz que difuminaba sus facciones, que es lo que me ocurre siempre que bebo más de la cuenta. Cuando al fin logré enfocarla, no me pareció una mujer demasiado guapa; no, al menos, en el sentido convencional que atribuimos al término. Lo primero que llamaba la atención en ella era el cabello, muy moreno y abundante, recogido parcialmente sobre la coronilla, como si llevara un nido en la cabeza, y parcialmente suelto sobre los hombros, como un río fosco que se precipita en cascada. También reparé en sus ojos, excesivos y atolondrados, vulnerados de una secreta tristeza, como si se hubiesen asomado a algún abismo que yo entonces no podía ni siquiera imaginar; y resaltados por una línea de rímel que se resolvía en un espolón alargado hasta las sienes, como un zarpazo de sombra que añadía tragedia a su mirada. También en sus facciones había algo trágico o aflictivo, una levísima asimetría que recordaba a esas mujeres de los cuadros cubistas que lloran lágrimas como peladillas. Creo que era esta asimetría de sus facciones lo que la hacía tan atractiva, porque uno, al mirarla, tenía la sensación de que no podía captar enteramente las circunstancias de su rostro, como si la barbilla breve no encajase con la nariz prominente y tal vez algo escorada, como si los pómulos muy picudos que parecían a punto de rasgar la piel no se compadeciesen con los labios restallantes de sangre. Calculé que no tendría más allá de veinticinco años; pero en su rostro juvenil había arrugas de vieja presentida que surcaban su frente y enmarcaban su boca extrañamente sensual. El séquito gafapasta le había abierto pasillo, mientras cantaba, y ella avanzaba a través del local, esquivando a duras penas a los parroquianos habituales que la escuchaban melancólicos, acercándose al lugar donde yo estaba, atrincherado detrás del biombo chinesco. Me hice la ilusión de que cantaba para mí,.
hecha a la medida de mis manos
y de mis sueños.
Parece que te hicieron
exacta a la medida de mi ser.
TITULO: LIGA FUTBOL - Eibar -0- REAL MADRID -4- ,.
Resultado Final - Eibar -0- REAL MADRID -4- , foto,.
Bailando bajo la lluvia
El mejor Madrid de la temporada pasa por encima del Eibar. Doblete de Benzema, que ya es pichichi. Primera gran noche de Hazard. Valverde marco y Rodrygo no jugó.
Hubo un tiempo, en medio del huracán, en que Zidane se atrevió a decir que este equipo acabaría jugando bien. Soplaba tan fuerte el viento en contra que sonó a promesa electoral, pero ese momento llegó en Eibar, en el mejor partido de la segunda parte de la era del francés. El Madrid fue un orfeón. Jugaron estupendamente los que ya estaban, con Benzema por encima de todos y Modric cerca; los fichajes (excepcional Hazard y en locomotora Mendy) y los canteranos (Valverde adquiere carta de naturaleza como titular). Un partido redondo a costa de un Eibar al que no le salvó del baile su valor torero.La caja negra del partido dejó dos conclusiones preliminares. La primera, que van a espaciarse mucho los partidos en que coincidan Kroos y Modric, pareja cada día menos energética. El fútbol va por ahí, se necesitan más piernas (las de Valverde) que cabezas cuando aprieta el calendario. La segunda, que en determinados partidos convienen más las vitaminas que las musas. Por eso jugó Lucas Vázquez en Ipurua, estadio chiquito pero matón, y no Vinicius o Rodrygo. Eibar le dio la ocasión a Zidane de bajar de la nube al trigoleador del miércoles, como si firmar un hat-trick en la Champions a los 18 años le mandara a uno directamente a Babia. No parece de esa especie Rodrygo, vista su sosegadísima reacción al trueno.
Con todo, el Madrid cogió el partido al vuelo. Un partido norteño, lluvioso, antipático, con un adversario en el cogote ante la primera salida de la pelota y crecido por los últimos resultados. De ahí que la exhibición del equipo de Zidane resultara hasta sorprendente. Un grupo al que suele sonarle tarde el despertador salió a toda pastilla. En concentración, esfuerzo, buena lectura del juego, agresividad y apetito.
A Benzema se le vino encima un equipo huérfano de Cristiano y lo sujeta cada día con mayor firmeza. Está a todo. Entra y sale, dirige, frena y acelera, remata y marca. De todo hubo en el gol que desencuadernó al Eibar. Se abrió a la izquierda, esprintó, se paró, le abrió hueco a Valverde y la pelota acabó volviéndole a él para mandarla a la red. Fin del partido.
El Eibar es el fútbol sin aditivos, tremendista, y tiene un punto valiente/temerario de fiarlo todo a su primera presión adelantando mucho la zaga para encoger el acordeón y esperar que caiga ahí la presa. Una vez sorteada esa primera embestida, y el Madrid pareció conocer todas las salidas del laberinto, quedó indefenso, a merced de un adversario con el traje de luces.
El curso de Hazard
La tarde le dejó un espacio de exposición a Hazard, por fin el jugador con burbujas del Chelsea. Fue la primera gran noche del belga. Empezó metiéndole un pase a Benzema por el ojo de una aguja y a partir de ahí soltó amarras: desmarques, esprints, alguna rabona, alguna espuela, una decena de regates. El repertorio de un crack.En realidad, fue difícil encontrarle un defecto al Madrid en la primera mitad. Mendy resultó un mercancías por su banda, Modric estuvo en Balón de Oro, atrás regaló tan poco como en los cuatro partidos anteriores, Valverde salió a cortarlo todo y le sobró hasta para llegar y marcar, y Lucas justificó su titularidad. En el lado oscuro quedaron los dos laterales del Eibar, piedras angulares de su juego. Atacaron y defendieron mal. Salieron a penalti por cabeza, transformados por el mismo sitio por Ramos y Benzema, que deja atrás a Puskas en su brote goleador.
La segunda parte volvió ahorrativo al Madrid y disparó el amor propio del Eibar, que apretó mucho arriba y se desabrigó mucho abajo. El equipo arrebatado tan del gusto de Mendilibar. Eso mantuvo el pulso de un partido resuelto. Pero también en el ida y vuelta el Madrid tuvo el mazo más grande. El gol de Valverde abrió paso a la política de vestuario. Zidane les dio un trocito de partido a Vinicius, Isco y Brahim, necesitados de afecto y de minutos. Y lanzó el mensaje de que lo que haya que ganar será con todos.
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