SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO- EL CAMARERO ES UN CURA,./ NOCHE LARGA - SOY FAN DE LADY GAGA,.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - EL CAMARERO ES UN CURA,.
El camarero es un cura,.
Trinidad, un restaurante «religioso» en el Cáceres antiguo,.
Lo último en comer fuera de casa son los restaurantes temáticos. Los
hay especializados en humor, sexo, terror o magia. Hay un Alien Café en
Gruyère (Suiza), un Star Wars Bar en Indiana, un Ninja Restaurant en
Nueva York, un restaurante dedicado a Tintín en Bruselas y otro dedicado
a la Santísima Trinidad en... Cáceres.
No podía ser de otra manera. Así que nada de restaurantes eróticos ni
mágicos. En la ciudad con más cofrades por metro cuadrado es lógico que
su primer restaurante temático tenga como leitmotiv la religión. Se
trata de un local donde no sirven solomillos con forma de pene, sino
postres celestiales, donde no tienen un cóctel Juego de Tronos, sino que
te dan, con la vuelta, unas hostias muy blancas. No hay camareras
conejito, sino camareros con clergyman y al abrir la puerta del baño,
suenan cantos gregorianos.
Mientras se manduca, suenan plácidos temas religiosos y en la pared
del comedor principal se proyecta continuamente 'El Evangelio según San
Mateo' de Pier Paolo Pasolini, una película muy polémica que estrenó en
1964 el genial cineasta italiano y cuyos fotogramas en blanco y negro
provocan un ambiente de irrealidad y descoloque algo inquietante.
A estas alturas de la descripción, parece claro que estamos ante un
restaurante-bar-tapería de temática religiosa, sí, pero de aquella
manera. Porque el entorno es místico, pero el trasfondo tiene más de
herético que de canónico, más de transgresión de tabúes que de fervor
devoto.
Nos encontramos, pues, en un local distinto que no deja indiferente.
Se llama Trinidad, está en la calle Pizarro de Cáceres, cerca de la
parte antigua, y, una vez retratado el lugar y su particularidad, vamos a
lo que importa, que es comer. Porque tema, hay tema, ¿pero y comida,
hay comida? Vayamos por partes. El comedor es agradable, aunque algunos
de sus asientos son un tanto inestables: taburetes altos y estrechos que
obligan a hacer algo de gimnasia para ponerse cómodos. La carta está
bien diseñada, con cruces y los verbos latinos fundamentales para ser
felices en una tapería: amare, manducare, bibere. Un fragmento de una
carta a los corintios desvela la filosofía del lugar, más epicúrea que
ascética: «El amor es paciente, es bondadoso. (...) Todo lo disculpa,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se
extingue».
Pues nada, perfecto, purificados por la lectura, el cine de Pasolini y
los cantos gregorianos, echemos un vistazo a la comida. Ofrecen unos
entrantes a 3 euros sencillos, pero sabrosos, a los que llaman petisús y
gofres ibéricos de chorizo, de queso, de paleta ibérica, crema de
patatera y vegetal.
Los huevos y pescados se engloban bajo el epígrafe: ultramarinos,
todos a 5 euros. Destacamos las patatas rellenas de calamar con alioli
negro, el cremoso de bacalao y una tortilla de patatas con vino de
pitarra y aceitunas negras que es todo un canto a la tierra. Hay platos
para veganos a 4.50 euros. Los probamos y tienen alto nivel: pisto con
tempura de brócoli, humus de remolacha y pan de pipas y espárrago
triguero con salsa romesco y tuétano de coliflor.
Llegamos a los 'platos serios' de la carta, englobados bajo el título
de Sabor a Cáceres. Me parecieron bastante sorprendentes (entre 5 y 6
euros) y selecciono los más interesantes: migas con sardinillas fritas y
pellizcos de chorizo ibérico, cordero con salsa de caldereta y cuscús
de coliflor con romero, pulpo con revolcona, panceta con navajas y
helado de torta del Casar o huevos rotos sobre aguacate con paleta
ibérica, gulas y una pizca de ajo.
Hay tres postres celestiales a 4 euros: tarta de cerveza negra y
queso, yemas de coco y regaliz y magdalena de chocolate con pimentón de
la Vera picante y helado de cielo. Para concluir, diremos que la
relación calidad-precio es muy buena, que las tapas estaban muy ricas y
que la experiencia, en su conjunto, alcanza el notable: vas a divertirte
comiendo y te lo pasas divino.
TÍTULO: LA NOCHE LARGA - SOY FAN DE LADY GAGA,.
Soy fan de Lady Gaga, foto.
El exbarítono Ramón Gener conduce en La 2 'This is Opera', la última
sorpresa televisiva que refuta los mitos de este género. «Yo siempre
voy en vaqueros,.
Lleva dos temporadas luchando contra los mitos de la ópera y empieza a
ver los frutos. El exbarítono Ramón Gener (Barcelona, 1976) presenta en
La 2 'This is Opera' (los domingos a las 20.30 horas), con el que ha
conseguido reunir a medio millón de espectadores y que «tíos con rastas»
se le acerquen para decirle «que se han comprado una entrada». «Hacía
falta un programa para la gente a la que no le gustaba el 'bel canto'»,
admite.
Es una de las sorpresas de la tele.
Todo el mundo me dice lo mismo, yo solo hago lo que sé y de la mejor
manera posible. Decía Unamuno que en esto del arte, lo que no se da se
pierde, así que yo regalo esto a todo el mundo. Es mi pasión, aunque en
cada programa me pregunto: '¿Por qué le va a importar mi pasión a la
gente?'.
Pues les importa, porque tiene audiencia.
Cuando me propusieron este reto dije que hacía falta un programa
para la gente a la que no le gustaba la ópera. ¿Para qué vamos a hacer
uno dirigido a la gente que ya va? Esos ya saben y, además, los conozco a
todos (risas).
Pero los puristas también le siguen.
Y es muy curioso. ¡Yo pensaba que me iban a dar por
todos los lados! Todos los teatros donde vamos a grabar, incluso en
Viena, nos reciben muy bien porque conocen el programa.
¿Con qué se queda de lo que ha hecho en estos dos años?
'La Flauta Mágica' es la mejor obra para ver en familia. Para todos
los niños que quieren ser niños y todos los mayores que les encantaba
ser niños o que se han olvidado de serlo. En un capítulo metimos en dos
aulas y por separado a padres e hijos para que yo les explicara esta
ópera y el resultado fue la mejor experiencia de mi vida. Siempre que lo
veo me pongo a llorar.
¿Ha notado que se haya acercado más gente al 'bel canto'?
Naturalmente. Hay muchas señoras que me paran por la calle y que
tienen pinta de ir a la ópera. Pero también me paran tíos con rastas que
me dicen que se han comprado una entrada porque han visto el programa, y
esto es la ilusión más grande de mi vida. No ya tanto porque vayan a la
ópera, sino porque se movilicen para ver una obra de arte.
«Enfermizamente sociable»
¿Se ve haciendo 'This is Rock'?
¡Ojalá! A mí me encanta todo tipo de música. Soy muy fan de Bruce
Springsteen y de Bob Dylan... Y también de Lady Gaga, lo digo de verdad.
Me encantaría hacer ese programa, ¡imagínate explicar 'Bohemian
Rapsody' de Queen! Me podría pasar tres horas hablando de esa canción.
¿No echa de menos su etapa de barítono?
Yo soy enfermizamente sociable, lo que más me gusta es compartir y
hablar. Me encanta estar encima de este tablado y divulgar estas cosas.
Aunque he de decir que lo que más me gusta es escuchar, aunque me pase
el día hablando (risas).
Los vaqueros siguen siendo su sello de identidad.
Sí. Antes de empezar en TV3 (donde tenía un programa que se llamaba
'Opera en tejanos') discutimos sobre el vestuario. Me preguntaron cómo
me iba a vestir para ir a la ópera y les respondí que siempre había ido
en vaqueros porque es lo que tengo en el armario. Nunca me han regañado
por ir así.
¿La etiqueta es otro mito?
Lo importante es la actitud interior, las ganas de
ir y de aprender... No hay que ir en bañador y chanclas, pero se puede
ir normal.
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