Todo marcha de incertidumbre en incertidumbre ,.
Los trabajadores de Avilés recorrieron 350 kilómetros desde que partieron el pasado 13 de junio de la planta,.
foto / Y a la undécima llegó a su fin. O casi. Para la prórroga de la 'Marcha del Aluminio' queda la manifestación que partirá del Estadio Santiago Bernabéu hoy a las 12 horas con destino la sede del ministerio de Industria. A sus puertas, los trabajadores de Alcoa podrán gritar 'in situ' los mantras que han venido repitiendo estos días: «Maroto da la cara» o «Maroto no te escondas». Porque si ha habido un denominador común durante los casi 350 kilómetros recorridos desde que la 'Marcha del Aluminio' partiese de la planta avilesina el pasado jueves 13, es dirigir las demandas, después críticas y más tarde ira, hacia instancias gubernamentales. Son a ellos a quienes le exigen las primeras explicaciones y después a Alcoa, a la que reclaman «que cumpla un futuro mínimo».Aunque la cita final será hoy y la reunión del comité con la empresa está programada para mañana, el hecho de completar las marchas a pie ya fue un pequeño triunfo para los trabajadores. Un motivo para celebrar. «Quiero poder contarle a mi hijo que peleé por mi puesto de trabajo», repetía David Nido. La última etapa, que cubrió las distancias entre San Rafael y Collado Villalba, fue probablemente la más accidentada hasta la fecha. Poco hacía prever el desayuno a base de churros caseros en una cafetería del municipio segoviano que venían curvas. Tampoco se intuía tras el saludo del alcalde de El Espinar que su homóloga en destino no estaría para recibirles. La única, junto a Benavente, de todo el recorrido.
El cambio de provincia provocó la segunda confusión. La Guardia Civil dejó de prestar servicio en el Alto del León, al que se subió a fuerte ritmo, y los efectivos madrileños se harían de rogar más de una hora manteniendo parada la 'Marcha'. Otro choque con la autoridad se produjo con los agentes de la Policía Local de Collado Villalba, quienes ofrecieron un 'extra' de visita turística por cuantas carreteras rodean el municipio, paradas en semáforos incluidas.
Pero el júbilo de llegar podía con todo. Claro que en meta, la pregunta parecía obligada. Si antes de partir «la mejor noticia era no llegar a Madrid», en palabras de José Manuel de la Uz, presidente del Comité de Empresa, su respuesta valorativa al concluir era: «No tenemos una solución de verdad, es una venda que no da trabajo efectivo a toda la plantilla y queremos garantías de que todos podremos seguir trabajando en Alcoa más allá de dos años».
Foto de familia y momento de cargar pilas para la manifestación, pero, al menos, ese brindis de satisfacción de tantas pisadas acumuladas no se lo ha quitado nadie.
TITULO: DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE - 28.000 euros por aparcar de por vida,.
¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE ,.
¡Atención y obras! es un programa semanal que,
en
La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial
atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! -28.000 euros por aparcar de por vida,.
DESAYUNO
- CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! -28.000 euros por aparcar de por vida ,. , fotos,.
28.000 euros por aparcar de por vida,.
Una mujer estacionó hace 9 años su coche en un parking de Palma y se esfumó. Ahora el juez la obliga a pagar el importe acumulado,.
Ha pasado casi un década y nada se ha sabido de su propietaria pese a los reiterados intentos de dar con ella para que se llevase el coche y abonase una factura, que a razón de 1,95 euros la hora (el día completo por casi 24 euros) ya superaba los 28.000 euros. Con la retirada del vehículo por la grúa hace unos días se daba carpetazo a un periplo judicial, que arrancó en 2012 cuando la concesionaria del aparcamiento privado denunció a la conductora, que ya adeudaba entonces 21.627 euros. Hasta ese momento, se sucedieron decenas de notificaciones para que atendiese a los requerimientos de los dueños del parking y para que respondiese a las denuncias. Pero no daba señales de vida. Ni siquiera el día del juicio, celebrado el 19 de diciembre de 2012, se personó en el juzgado de Primera Instancia número 9 de Palma. Solo compareció el abogado demandante. Era como si se la hubiera tragado la tierra. Pese a todo, el juez dictó sentencia dos meses más tarde y condenó a Inmaculada M. a pagar 27.995,70 euros a los propietarios del parking privado.
Sin embargo, el calvario aún se prolongaría cinco años más, ya que tras la incomparecencia reiterada de la propietaria, los denunciantes se vieron obligados a pedir la ejecución de la deuda y la conductora fue declarada en rebeldía. Nada surtió efecto. Seguía sin aparecer y el proceso se dilató hasta 2017 cuando el juzgado adjudicó el automóvil de Inmaculada M. a la concesionaria del parking y le autorizó a quedarse con el coche, que tras la tasación no cubría ni una mínima parte de la deuda.
El plazo legal para declarar un coche abandonado es de seis meses
El coche permanece ahora en un desguace. Es
el destino final de todos aquellos vehículos abandonados, de acuerdo a
la ley de aparcamientos privados y la normativa de tráfico, que exigen
un tiempo de estacionamiento superior a seis meses para iniciar el
procedimiento para su declaración de abandono. Así lo aclara Raúl López,
gerente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos y Servicios de Málaga
(Smassa), quien asegura que los abandonos de vehículos en parking no es
algo excepcional, «aunque en nuestro caso los usuarios siempre han
acabado pagando». Se refiere, concretamente, al caso de un ciudadano
extranjero que el pasado año estacionó en uno de los parkings públicos
más céntricos y con más demanda de Málaga. «Tenía una furgoneta
acondicionada para dormir en ella y utilizaba los baños del aparcamiento
para su aseo personal y lavar la ropa; hasta sacaba un tendedero para
que se secase». Explica que dejaron pasar algunas semanas hasta que, con
la excusa de ofrecerle un abono descuento, hablaron con él para conocer
sus intenciones. «El propietario insistía en que tenía dinero de sobra
para pagar la factura, pero esta seguía encareciéndose y a medida que
pasaban los meses temíamos que al final no la abonase», recuerda López.
Finalmente, a los seis meses abandonó el parking no sin antes abonar los
más de 5.000 euros que le costó aquel 'alquiler' en el centro histórico
de Málaga. Solo en esta capital, se abandonan en la calle unos 1.200
vehículos al año, aunque donde esta situación es ya alarmante es en el
aparcamiento general de la T4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas,
convertido en un cementerio de vehículos abandonados. La mayoría
robados; otros, con dueños que dejaron el país para siempre y, algunos,
de alquiler, cuyos clientes se desentendieron de ellos. Y, mientras la
ley actúa con lentitud, cientos de vehículos son ocupados por vagabundos
y se deterioran ante la mirada atónita de los transeúntes.
TITULO:
REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER - África con nombre de mujer ,.
VIAJANDO CON CHESTER
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
África con nombre de mujer,.
En países africanos con una historia reciente tan dolorosa como Liberia y Ruanda, las mujeres están tomando el poder y marcando una agenda de paz y reconciliación. Sin embargo, a pie de calle, el maltrato sigue siendo asfixiante,.
Es lógico relacionar la clemencia del Gobierno ruandés con la amplia presencia femenina.
Pero mujeres y niñas siguen sometidas a una violencia inaceptable en la vida diaria.
Estos datos tan aberrantes son la expresión, llevada al extremo, de la contradicción que hoy define la situación de la mujer en África. Por un lado, las mujeres africanas gozan de un nivel de participación sin precedentes en la política y las leyes, así como en los medios de comunicación. En este aspecto, varios países africanos están al tanto de las tendencias mundiales. Por otro, siguen siendo sexualmente vulnerables, viven a merced del capricho de los hombres que las rodean y siguen estando consideradas por ellos como una propiedad que es preciso explotar de todas las maneras imaginables. Padecen un grado de humillación y abuso impensable en Europa o Estados Unidos.
La abanderada de las mujeres africa-nas es hoy Ellen Johnson-Sirleaf, presidenta de Liberia (para lo que tuvo que derrotar en las elecciones del año pasado a un famoso futbolista, George Weah) y primera mujer elegida jefe de Estado en el continente. Como Margaret Thatcher (y a diferencia, por ejemplo, de George W. Bush), ha llegado adonde está no por sus relaciones con poderosos o sus vínculos familiares, sino exclusivamente por sus méritos. Educada en Harvard y antigua empleada de Citibank y el Banco Mundial, Johnson-Sirleaf dirigió asimismo el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas para África. Nació en 1939 y estuvo dos veces en prisión durante el régimen de Samuel Doe, un sargento del ejército que se hizo con el poder mediante un golpe militar en 1980, después de ejecutar al presidente anterior, William Tolbert, a quien antes torturó en su casa durante nueve días. Johnson-Sirleaf había sido ministra de Finanzas con Tolbert y tuvo suerte de no sufrir más que una pena de cárcel de ocho meses. La gente de Doe capturó a 13 altos funcionarios de Tolbert; les ató a unas estacas, en una playa, y les mató de un disparo. Ellen Johnson-Sirleaf consiguió escapar con vida a duras penas y partió al exilio.
Liberia, un pequeño país de 3,5 millones de habitantes situado en la costa de África occidental, ha padecido dos guerras civiles en los últimos 27 años, una que duró de 1989 a 1996 y otra de 1999 a 2003. Milicianos semienloquecidos violaban y saqueaban con impunidad y mataban a decenas de miles de personas, hasta convertir al 50% de la población en refugiados. En los seis meses que lleva en el cargo, Johnson-Sirleaf se ha caracterizado por su empeño de curar y reconstruir este país destrozado, hoy día el más pobre del mundo. Está luchando para cancelar la deuda exterior de Liberia y restablecer servicios básicos como la electricidad (inexistente desde 1991) y el agua en la capital, Monrovia, al tiempo que ha creado una Comisión de la Verdad y la Reconciliación para ocuparse de los crímenes cometidos durante las guerras civiles del país. Esta peleona abuela de 67 años ha obtenido la extradición de su predecesor Charles Taylor, un déspota africano de caricatura que se enriqueció gracias a la larga lista de crímenes de los que va a ser acusado ante el Tribunal Internacional de Naciones Unidas en La Haya.
La importancia creciente de las mujeres en África se debe, en gran parte, a la globalización, al hecho de que cada vez más personas en este continente tienen el mismo acceso a las corrientes de pensamiento contemporáneas de todo el mundo que la gente de Europa o Japón, y se debe también al hecho de que las mujeres africanas dirigen sus sociedades -no sólo alimentan y visten a sus familias, sino que se encargan de las cosechas y el ganado-, en la práctica, desde hace mucho tiempo. De esta mezcla de lo moderno y lo tradicional surgen mujeres fuertes, formidables, como Dora Akunyili, que lidera una especie de cruzada contra una plaga que hace años azota su país de origen, Nigeria: el tráfico de fármacos falsos, un doble crimen que roba dinero a los pobres y, muchas veces, les enferma de gravedad. Akunyili, directora general de la Agencia Nacional para la Administración y Control de Alimentos de Nigeria, ha sobrevivido a intentos de asesinato por parte de las mafias que controlan el negocio, pero es ella la que está ganando la guerra. Ha logrado encarcelar a varios padrinos y, desde que asumió el cargo en 2001, se ha visto reducida la cantidad de medicinas falsas en el mercado nigeriano en un 50%. Nigeria es un país relativamente rico en África, y relativamente estable, pero, como sugiere el caso de Ellen Johnson-Sirleaf, da la impresión de que la tendencia mundial al ascenso de las mujeres en política se acelera en países que han sufrido hace poco un trauma terrible, que están enfermos y necesitan sanar. Como si los habitantes de esos países dolidos hubieran reaccionado, por un lado, de forma instintiva, recurriendo al calor materno; pero, por otro, desde un punto de vista más racional, como si hubieran llegado a la conclusión de que los viejos gobernantes egoístas y sanguinarios, al estilo de Charles Taylor, han acabado para siempre con la idea tradicional de que los hombres son los jefes naturales de la humanidad, de que las cosas están tan mal que ha llegado el momento de probar algo revolucionario y escoger a una mujer para que dirija sus vidas.
La pauta no se cumple siempre, pero es significativo que cuatro de los países en los que las mujeres están asumiendo el poder de forma más visible sean precisamente naciones que están saliendo de ese tipo de traumas. Además de Liberia y el más traumatizado de todos, Ruanda, está Mozambique (que tiene la segunda proporción más alta de mujeres en el Parlamento, la décima en el mundo, con un 34,8%), donde, durante la mayor parte de sus primeros 20 años de independencia, se desarrolló una brutal guerra civil que mató a un millón de personas y desplazó a un número dos veces mayor hacia los países vecinos. La cuarta nación, y en la que las mujeres tienen la presencia más llamativa en la vida pública, es Suráfrica, donde las heridas del genocidio moral del apartheid (como lo llamó Nelson Mandela) permanecen aún frescas.
Si Ruanda ofrece un caso límite de la capacidad humana de causar terror y sufrimiento, también es un ejemplo extremo de su capacidad para la reconciliación. El país se ha pasado el último decenio en guerra con sus vecinos, sobre todo porque esos vecinos, y en especial Congo, han dado refugio a genocidas fugitivos que están decididos a volver a su país para, según dicen, "rematar la tarea", eliminar a los tutsis que no consiguieron capturar la vez anterior. Sin embargo, la vida dentro de Ruanda es asombrosamente pacífica. Lo más extraordinario es la negativa de la minoría tutsi a emprender una campaña masiva de venganza, a pesar de contar con la ventaja de un Gobierno y un ejército que hoy están, en gran medida, bajo su control. Hace cinco años, el Gobierno concedió la amnistía a 40.000 prisioneros que habían participado en las matanzas. Casi todos regresaron a sus hogares, a las mismas aldeas en las que habían causado estragos durante los 100 días, entre abril y julio de 1994, en los que una barbarie propia de Hannibal Lecter se apoderó de sus mentes y sus corazones. Y pese a todo, el país conserva la estabilidad y la paz. De hecho, hoy día Ruanda es uno de los lugares más seguros de África. Un visitante extranjero puede pasear tranquilamente por la capital, Kigali, sin temor a ser víctima de ningún crimen.
Si se ha producido este milagro es, en parte, debido a la amplia presencia de mujeres en la clase dirigente del país. Es difícil no relacionar la clemencia, la bondad y la compasión casi antinaturales del Gobierno hacia los viejos torturadores de la nación con el hecho de que se trata de un Gobierno con enorme proporción de mujeres. Las mujeres ocupan puestos decisivos no sólo en el Parlamento, sino en el propio Gabinete. El Tribunal Supremo está presidido por Aloysie Cyanzayire, que tiene 42 años, pero parece más joven. La gobernadora de la provincia de Kigali, la mayor del país y una de las más afectadas por el genocidio, es otra Aloysie, de apellido Inyumba. El primer cargo de Inyumba, una tutsi que luchó en el ejército rebelde que se hizo con el poder en el verano de 1994 y puso fin al genocidio, fue el de ministra de Reconciliación Nacional. Ella plantó las semillas y estableció el tono para lo que se produjo después. Tal vez si un hombre hubiera sido el primero en ocupar esta cartera, la cosecha de paz subsiguiente no habría sido tan rica. Y tal vez si Inyumba tuvo tanto éxito en su trabajo y ayudó a convencer a sus colegas varones de que emprendieran el camino de la paz fue, entre otras cosas, por el carácter más conciliador de las mujeres, pero también porque son más prácticas -sobre todo en África, donde suelen ser las que se encargan de todo lo relacionado con la economía familiar sin ningún tipo de ayuda-. Fue Inyumba la que argumentó repetidamente que, al margen de consideraciones humanitarias, el motivo fundamental para no caer en la tentación de la venganza (y no es que no viera el atractivo de esa vía; ella también perdió a familiares cercanos en el genocidio) era que no iba a beneficiar a nadie, ni a corto ni a largo plazo. "O acabamos con esto ahora", dijo en varias ocasiones, expresando el pensamiento de las 39 mujeres incluidas en los 80 escaños de la Asamblea Nacional, "o aprovechamos la oportunidad para terminar con este ciclo de asesinatos, o seguimos así eternamente, de forma estúpida y salvaje, y nos hundimos cada vez más en la ruina más total".
La más conocida de las mujeres mozambiqueñas en el poder es Graça Machel, famosa por casarse con hombres célebres, pero también por derecho propio. Machel, viuda del antiguo primer ministro de Mozambique Samora Machel y esposa (desde 1998) de Nelson Mandela, aúna las virtudes femeninas tradicionales y modernas en un grado casi desmesurado. Es, como se ve, una seductora nata, con una gran capacidad de atraer a hombres atractivos y poderosos. Guerrillera a los veintitantos años en el movimiento independentista de Mozambique, Frelimo (que buscaba la independencia de Portugal, donde ella había estudiado con una beca universitaria), en 1975 se convirtió en la primera ministra de Educación del país. Su siguiente trabajo importante fue el de dirigir un innovador informe de Naciones Unidas sobre el impacto de los conflictos armados sobre los niños. En 1995 recibió una medalla de la ONU como reconocimiento a su labor humanitaria en favor de los niños refugiados de guerra. En conversaciones privadas ha expresado su repugnancia por la corrupción y la crueldad que, a su juicio, se extienden cada vez más entre los hombres que gobiernan África, y a veces ha manifestado sus frustraciones en público, como cuando declaró: "¿Por qué se encuentra lo peor de todo lo malo e inhumano en África? ¿Qué nos pasa a los africanos?".
Sin embargo, la experiencia de su segundo marido debe de haberle enseñado que también se encuentra en África, en muchos casos, lo mejor de todo lo bueno y humano. Tiene que haber visto la ambigüedad de manera especialmente clara en su segundo país de adopción, Suráfrica. La capacidad de perdonar que ha demostrado la mayoría negra de la población hacia sus compatriotas blancos desde que acabó el apartheid en 1994, cuando Mandela se convirtió en el primer presidente negro del país, ha sido épica. El país, el más rico de África y un imán para el resto del continente del mismo modo que Estados Unidos lo es para Latinoamérica, es hoy más estable que nunca. Hay sindicatos fuertes, medios de comunicación libres y las mujeres cuentan con una representación que jamás habían tenido en todos los ámbitos de la vida. Las mujeres negras participan en la vida pública mucho más de lo que lo hacían las blancas durante el apartheid. Suráfrica ocupa el 14º puesto en la clasificación internacional de mujeres parlamentarias. Un tercio de los 400 miembros del Parlamento está formado por mujeres. No sólo eso, sino que hay mujeres en cargos tan importantes como el de ministra de Exteriores, y la vicepresidencia, desde hace un año, la ocupa una mujer llamada Phumzile Mlambo-Ngcuka, de la que se sabe que cuenta con el favor del presidente Thabo Mbeki para sucederle cuando deje su puesto, en 2009.
Pero también es en Suráfrica donde se puede ver de forma más patente (quizá porque es el país más democrático del continente) la sórdida vulnerabilidad de la mujer africana. Cuando se observan, por un lado, la emancipación política formal del país, y por otro, las penalidades diarias que sufren las mujeres, se comprende que la esclavitud sexual a la que se vieron reducidas las mujeres tutsis durante el genocidio de 1994 no fue más que una caricatura grotesca de la situación de las mujeres a lo largo y ancho del continente. En Suráfrica, la paz y la tolerancia que le han ganado el aplauso del mundo no llegan a las mujeres. Ningún otro país del mundo tiene un número tan alto de violaciones, y eso pese a que, según creen los grupos de mujeres, sólo se denuncia uno de cada nueve casos. La prensa surafricana ha informado de manera exhaustiva sobre un tipo de violación en grupo que parece contar con amplia aceptación social, incluso entre las víctimas. Consiste en que un joven cita a varios amigos suyos para que violen a su novia, muchas veces cuando está a punto de romper con ella o como forma de darle una lección. Entre los jóvenes negros es habitual, y en gran medida aceptado como normal por la sociedad, que a la chica se le obligue de una u otra forma al acto sexual.
Todo esto se sabe porque la prensa habla de ello. En otros países, la prensa tiene menos libertad, pero los informes de los grupos de mujeres y las organizaciones de derechos humanos sugieren que la situación es igual de lamentable, por lo menos, en el resto del continente, donde, según las estadísticas, el 50% de las mujeres de 18 años están casadas y una de cada tres pertenece a un matrimonio polígamo. El índice medio de fertilidad en África se calculaba en 5,7 hijos por cada mujer en 1995. Más de la mitad de las víctimas del sida en África son mujeres, en un alto porcentaje de los casos mujeres monógamas cuyos maridos se acuestan alegremente con otras. Y no hay que olvidar, por supuesto, un elemento especialmente siniestro que demuestra el grado de sumisión sexual de las mujeres: el fenómeno de la mutilación genital femenina, que afecta a más de un millón de personas en 30 países africanos.
Como dice una revista nigeriana llamada Sexuality in Africa, "las mujeres y las niñas africanas no están seguras en ningún sitio en nuestros países". La revista destaca que en Suráfrica mueren cada día cuatro mujeres a manos de sus parejas, y que en Nigeria, donde el tráfico de niñas es un negocio importante, uno de los castigos para transgresiones tan rutinarias como no hacer la comida a tiempo es el llamado "baño de ácido", que consiste en lo que parece: se empapa a "la parte culpable" en ácido, a veces hasta el punto de desfigurarla e incluso matarla. Sexuality in Africa escribía en un editorial: "Todas las informaciones que se recogen en África llevan a la misma conclusión: las mujeres y las niñas están sometidas a una violencia inaceptable, hasta el punto de que ya no hay lugares seguros, ni públicos, ni privados".
El problema es que los Gobiernos no quieren o no pueden hacer gran cosa para proteger a las mujeres de los abusos sistemáticos a los que se ven sometidas. Las actitudes de los líderes africanos -por mucha educación que hayan recibido- respecto a las mujeres y el sexo son a menudo tan retrógradas como las de los analfabetos ancianos de las aldeas más remotas. Jacob Zuma, hasta hace un año vicepresidente de Suráfrica, fue absuelto de violación el pasado mes de mayo. El mero hecho de que se le juzgara representa, evidentemente, un paso adelante y un ejemplo para el resto de África. Pero, aunque le absolvieron, lo que salió a relucir en el juicio puso los pelos de punta a muchos de los que estaban presentes en el tribunal. Entre otras cosas, la estremecedora historia de la presunta víctima -pese a que, en este caso concreto, el fallo del tribunal fue que había mentido-: la habían violado cuando tenía 5, 13 y 14 años. Y era portadora del VIH. Zuma lo sabía y, aun así, reconoció, mantuvo relaciones sexuales con ella sin protección. Durante su testimonio, su actitud hacia la mujer que le había acusado (una mujer mucho más joven que él y que era hija de un viejo amigo suyo) fue la de un machismo desdeñoso y despreciativo.
El puesto de Jacob Zuma como vicepresidente, y seguramente próximo presidente, ha recaído en manos de una mujer. Justicia poética. Phumzile Mlambo-Ngcuka, junto con Ellen Johnson-Sirleaf y sus hermanas de armas en Ruanda, Nigeria y otros lugares de un continente en el que las mujeres están despertando, ofrecen el primer rayo de esperanza de que el grupo de personas más pobre y más oprimido del mundo pueda hacer oír, por fin, su voz; pueda atisbar por primera vez la oportunidad de tener una libertad que -con independencia o sin ella, con liberación política o sin ella- se les sigue negando todavía.
TITULO: Viaje al centro de la tele - Chistes malos,.
Viernes -15- Noviembre a las 23:00 horas en La 1 / foto.
Si hubiese que despedir a todos los guionistas que alguna vez han hecho un chiste malo la cola del paro estaría llena. Bueno, igual que si despidiéramos a los columnistas que alguna vez han escrito un artículo poco inspirado, que conste. Yo ya estaría en el INEM pidiendo lo mío. Volviendo a los guionistas y los chistes malos, en las redes se ha montado un aquelarre estos días por la broma de uno de los autores de las tramas de 'Allí abajo'. Los internautas inclementes exigían su despido. ¿Por qué? Porque no tenía gracia. Hombre, por esa razón deberían estar sin trabajo todos los que escribieron el 'remake' español de 'Cheers', o a los que se inventaron 'A ver si llego' en Telecinco, o los que perpetraron 'La Peluquería' en TVE 1. Y mira que eran terribles todas estas, pero ni siquiera ellos merecían una campaña como la emprendida contra el guionista de la ficción de Antena 3, que por cierto regresaba ayer a la parrilla y esta polémica ha podido influir en su retorno."Leo, leo, leo, leo, leo, leo, pero luego caí en que era una canción andaluza y eso no podía ser", escribió el susodicho. Y se le echaron encima, sobre todo los andaluces, por alusiones. No solo le reprendieron los usuarios. También sus compañeros le afearon la falta de ingenio. "No compartimos los comentarios personales ni chistes desafortunados de algunos de nuestros guionistas", señalaron desde la productora, posiblemente temiendo las consecuencias de la gresca internauta. El actor Oscar Terol fue más allá: "No nos representa a los guionistas y actores de 'Allí abajo'. Su comentario le retrata a él solo. Le hace indigno de pertenecer a este equipo", escribió, dejando con el culo al aire y a los pies de los caballos al guionista. ¿Eran necesarios semejantes reproches? Me temo que si lo políticamente correcto no imperase por todas partes nada de esto habría ocurrido. Quizá en lo que deberíamos empeñarnos, más que en matar al que hace el chiste -con gracia o sin ella-, es en enseñar a reírnos de nosotros mismos y a no sentirnos atacados por cualquier comentario. Posiblemente construiríamos una sociedad más sana. Vivan los chistes, aunque sean malos.
El reto de vivir sin generar basura,.
El movimiento Zero Waste quiere concienciar de la necesidad de reducir el volumen de residuos que se produce en los hogares,.
Nació vinculado al problema medioambiental que generan los residuos
plásticos que terminan contaminando mares, ríos y bosques. Sin embargo,
el movimiento Zero Waste –Residuo Cero
en su traducción literal– pretende llegar más lejos y concienciar a la
sociedad sobre la necesidad de reducir el volumen de desperdicios que
generan los hogares.
Pese a esta denominación, el objetivo no es eliminar los cubos de basura de las casas. «Es absurdo pensar que se puede vivir sin generar residuos», reconoce Raquel García-Hierro, una pacense que trata de adaptar sus hábitos diarios a los principios de Zero Waste.
La intención que persigue es producir la menor cantidad posible de desechos en su domicilio. Para ello, la reutilización se convierte en una parte fundamental. De esta forma, ella consigue un segundo uso de la ropa o de los palés de madera. Sin embargo, más importante aun que darle una segunda vida a diversos utensilios es, para Raquel, cambiar la forma de consumir.
Como ejemplo habla de llevarse un termo con café al trabajo o una taza para evitar el vaso de un solo uso que sale de la máquina, llevar una bolsa de tela a la compra o adquirir algunos alimentos en tiendas a granel. «Es una filosofía, antes de que yo tuviera conciencia de Zero Waste ya trataba de consumir de manera más responsable; ahora he ido avanzando porque cada vez hay más información», indica Raquel, que junto a otras dos mujeres comparte sus vivencias a través del blog Viviendosinplastico.com. «La idea es plasmar nuestro día a día en torno a la vida sostenible y que lo puedan conocer más personas», añade.
Una de ellas es Desireé Pérez, que en el año 2010 decidió cambiar su estilo de vida. En compañía de su pareja optó por irse a vivir a una parcela, en las proximidades de Badajoz y cerca de Raquel, y tratar de llevar una vida «sostenible y respetuosa con el medio ambiente», por utilizar sus propias palabras.
El aspecto que más le costó cambiar fue dejar de comprar ropa. «La sociedad te empuja hacia el consumismo y te exige ir a la moda», apunta. Ahora solo compra la vestimenta y el calzado que realmente necesita y normalmente lo hace de segunda mano. «La industria textil es una de las más contaminantes», remarca.
Como ejemplo, señala que cuando va a comprar a una gran superficie lleva su propio táper, con lo que evita que le envuelvan los productos de carnicería o charcutería en plástico. Además, junto a su pareja, tiene la intención de aprovechar al máximo los productos que obtiene de su huerto. «Estamos probando a elaborar leche con nuestros vegetales».
La finalidad de todas estas actuaciones es que lleguen menos desperdicios a las plantas de tratamiento. En estos espacios, como los siete ecoparques que hay en Extremadura, se realizan tareas para separar los residuos y poder destinarlos a las empresas que se dedican al reciclado. Sin embargo, desde el movimiento Zero Waste –al igual que defienden las asociaciones que protegen el medio ambiente, como Greenpeace– consideran que el reciclaje no puede asumir la gran cantidad de residuos que produce la sociedad.
Ante esta situación, lo que plantean es modificar la conocida como norma de las tres erres –reducir, reutilizar y reciclar– y sustituir la última por un paso anterior: rechazar. «Evidentemente es mejor reciclar que no hacerlo, pero el reciclaje ya no es la solución y debemos rechazar el uso de según qué productos y, sobre todo, reutilizar», comenta Raquel.
La materia que obtiene es muy rica en nutrientes, por lo que la utiliza como abono para sus plantas y para el huerto donde cultiva diferentes frutas y hortalizas.
Pese a esta denominación, el objetivo no es eliminar los cubos de basura de las casas. «Es absurdo pensar que se puede vivir sin generar residuos», reconoce Raquel García-Hierro, una pacense que trata de adaptar sus hábitos diarios a los principios de Zero Waste.
La intención que persigue es producir la menor cantidad posible de desechos en su domicilio. Para ello, la reutilización se convierte en una parte fundamental. De esta forma, ella consigue un segundo uso de la ropa o de los palés de madera. Sin embargo, más importante aun que darle una segunda vida a diversos utensilios es, para Raquel, cambiar la forma de consumir.
Como ejemplo habla de llevarse un termo con café al trabajo o una taza para evitar el vaso de un solo uso que sale de la máquina, llevar una bolsa de tela a la compra o adquirir algunos alimentos en tiendas a granel. «Es una filosofía, antes de que yo tuviera conciencia de Zero Waste ya trataba de consumir de manera más responsable; ahora he ido avanzando porque cada vez hay más información», indica Raquel, que junto a otras dos mujeres comparte sus vivencias a través del blog Viviendosinplastico.com. «La idea es plasmar nuestro día a día en torno a la vida sostenible y que lo puedan conocer más personas», añade.
Una de ellas es Desireé Pérez, que en el año 2010 decidió cambiar su estilo de vida. En compañía de su pareja optó por irse a vivir a una parcela, en las proximidades de Badajoz y cerca de Raquel, y tratar de llevar una vida «sostenible y respetuosa con el medio ambiente», por utilizar sus propias palabras.
El aspecto que más le costó cambiar fue dejar de comprar ropa. «La sociedad te empuja hacia el consumismo y te exige ir a la moda», apunta. Ahora solo compra la vestimenta y el calzado que realmente necesita y normalmente lo hace de segunda mano. «La industria textil es una de las más contaminantes», remarca.
Esfuerzo
Tanto Raquel como Desireé citan la comodidad para explicar que la sociedad actual genere una elevada cantidad de residuos. Es curioso que ambas pongan como ejemplo el estilo de vida que llevaban las generaciones anteriores. «Vivir como lo hacían nuestros abuelos», comenta Desireé para referirse a la reutilización de los tarros de cristal, la elaboración de conservas caseras o el consumo de productos de temporada. «Esto cuesta un esfuerzo, como lavar los platos después de una comida en lugar de usarlos de plásticos y tirarlos a la basura, por eso hay mucha gente que no se implica», fundamenta su opinión.
«La sociedad te empuja al consumismo; me costó mucho dejar de comprar ropa que no necesitaba»
Desireé Pérez
Por
ello, es cauta en cuanto a la cantidad de personas que están sumando a
los hábitos que recomienda Zero Waste. «Hay una especie de moda en
relación a la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono;
pero habrá qué ver cuánta gente se mantiene dentro de un tiempo, porque
es difícil y se debe estar muy concienzado para seguir adelante», afirma Desireé, que espera que las grandes empresas también adopten medidas que ayuden a reducir la generación de residuos. Como ejemplo, señala que cuando va a comprar a una gran superficie lleva su propio táper, con lo que evita que le envuelvan los productos de carnicería o charcutería en plástico. Además, junto a su pareja, tiene la intención de aprovechar al máximo los productos que obtiene de su huerto. «Estamos probando a elaborar leche con nuestros vegetales».
La finalidad de todas estas actuaciones es que lleguen menos desperdicios a las plantas de tratamiento. En estos espacios, como los siete ecoparques que hay en Extremadura, se realizan tareas para separar los residuos y poder destinarlos a las empresas que se dedican al reciclado. Sin embargo, desde el movimiento Zero Waste –al igual que defienden las asociaciones que protegen el medio ambiente, como Greenpeace– consideran que el reciclaje no puede asumir la gran cantidad de residuos que produce la sociedad.
Ante esta situación, lo que plantean es modificar la conocida como norma de las tres erres –reducir, reutilizar y reciclar– y sustituir la última por un paso anterior: rechazar. «Evidentemente es mejor reciclar que no hacerlo, pero el reciclaje ya no es la solución y debemos rechazar el uso de según qué productos y, sobre todo, reutilizar», comenta Raquel.
Desperdicios orgánicos
Otra forma de depositar menos bolsas de basura en los contenedores es reducir la generación de residuos orgánicos. En este caso, Raquel aprovecha esta basura, como los restos de comida o las pieles de las frutas, para elaborar compost. Para ello tiene una compostera.La materia que obtiene es muy rica en nutrientes, por lo que la utiliza como abono para sus plantas y para el huerto donde cultiva diferentes frutas y hortalizas.
TITULO: Versión europea - Cine - The Square . Sabado -16- Noviembre,.
El Sabado -16-Noviembre a las 22:00 por La 2, foto,.
- Reparto
- Claes Bang, Elisabeth Moss, Dominic West, Terry Notary, Christopher Læssø, Marina Schiptjenko, Elijandro Edouard, Daniel Hallberg, Martin Sööder, Linda Anborg, Emelie,.
- Christian, mánager de un museo de arte contemporáneo, se encarga de una exhibición titulada "The Square" en la que hay una instalación que fomenta valores humanos y altruistas. Un día le roban el móvil y la cartera en plena calle, incidente que causará más consecuencias de las esperadas.
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