Un país en la mochila - Sor Isabel, la decisión de una monja valiente ,. / AQUI HAY TRABAJO - El grupo 'Activa-T' cuenta su trabajo en un audiovisual,. / 80 cm' - Velas en los balcones esta Semana Santa,.,. / Hacer de comer - Mi mujer va dos veces a la semana al super y allí corre más riesgo que yo,.
TITULO: Un país en la mochila -Sor Isabel, la decisión de una monja valiente ,.
Sor Isabel, la decisión de una monja valiente,.
Ha dejado su colegio para ayudar en el centro Virgen del Puerto,.
Sor Isabel García, en la entrada principal del centro Virgen del Puerto. / foto,.
El día que leí en HOY que había problemas en la residencia de ancianos Virgen del Puerto de Ciudad Jardín,
que se habían dado casos de positivos tanto entre los residentes como
entre los empleados, y que la dirección del centro estaba teniendo
dificultades para encontrar a trabajadores, tomé la decisión».
Sor Isabel García estaba en ese momento en su casa, el colegio Santísima Trinidad,
adonde regresó hace ahora ocho años para formar parte de la comunidad
josefina trinitaria en este centro placentino e impartir docencia en el
mismo: Lengua a alumnos de Primaria y Religión a los que cursan
Secundaria. Ella estudió Magisterio y se licenció en Pedagogía, y no
tiene duda alguna de que no se equivocó, porque su pasión siguen siendo
los niños y la enseñanza.
Pero el sábado, 28 de marzo, cuando leyó en este periódico cuál era la situación de la residencia de Ciudad Jardín a consecuencia del coronavirus,
Sor Isabel tomó la decisión de dejar su colegio, dejar su comunidad, a
pesar del miedo al contagio, y echar una mano en un centro con más de 80
ancianos.
«Sentí
que con lo que está pasando no podía quedarme con los brazos cruzados,
que tenía que ayudar y que tenía que hacerlo con quienes hoy son los más
débiles, los ancianos», explica. Por eso, ese mismo día contactó con la
dirección de la residencia y se ofreció a trabajar. Un día después, el
domingo 29 de marzo, Sor Isabel comenzó en el centro. Desde entonces no
lo ha abandonado.
La tristeza
«Decidí
quedarme como interna porque aunque nuestro colegio está cerca de la
residencia, tenemos hermanas mayores y no quiero poner en peligro a
nadie; pensamos que es lo mejor para evitar al máximo el riesgo de
contagios», aclara.
Desde entonces Sor Isabel trabaja en la
residencia de Ciudad Jardín. «Hago de todo, lo que se necesita cada día,
ayudo en la cocina, sirviendo comidas, otros ratos estoy en el
lavadero... Paso por todos los servicios porque son muchas las cosas que
hay que hacer y, en los ratos libres que tengo, me acerco a las
habitaciones de los ancianos y hablo con ellos». La labor que más le
gusta, la que le llevó sobre todo a la residencia.
«Con lo que está pasando, sentí simplemente que no podía quedarme de brazos cruzados»
«Están solos y tristes, aislados en sus
habitaciones por su bien, claro, pero echando muchísimo de menos a sus
familiares, a sus amigos en la propia residencia, porque aunque pueden
hablar por teléfono con sus seres queridos, no es suficiente; necesitan
cercanía y mucho cariño», asegura esta monja. «De hecho, si esto dura,
no lo sé, esta tristeza puede pasar a ser depresión en algunos casos».
Apesar, quiere dejar también claro Sor Isabel, «de la estupenda atención
que reciben por parte de todos los trabajadores de esta residencia,
para quienes no es ningún sacrificio venir aquí cada día, sino todo lo
contrario; son personas que atienden a los ancianos con ilusión,
amabilidad y cariño».
Sor Isabel quiere seguir en la residencia
de Ciudad Jardín, «si es posible hasta que esto pase, compaginándolo
como estoy haciendo con mi trabajo de profesora, mandando tareas a los
alumnos y corrigiéndolas a través del ordenador».
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - El grupo 'Activa-T' cuenta su trabajo en un audiovisual,.
El grupo 'Activa-T' cuenta su trabajo en un audiovisual,.
foto / Aunque
la idea era haberlo presentado semanas antes, no se pudo hacer hasta
hace unos días. La Oficina de Igualdad y Violencia de Género de la
Mancomunidad Comarca de Trujillo ha dado a conocer el trabajo
audiovisual protagonizado por las mujeres del grupo 'Activa-T de
Madroñera. Este vídeo, titulado 'Espacio de mujeres', forma parte del
proyecto 'Tendiendo Puentes', de la organización 'Paz con Dignidad', con
el apoyo de la Agencia Extremeña de Desarrollo.
En este
audiovisual, se explica el trabajo realizado, a través de la Oficina de
Igualdad, con este grupo. También se da a conocer la labor desarrollada
desde su creación, así como las formas que tienen estas protagonistas de
visibilizarse. Algunas de las participantes también cuentan lo que ha
significado para ellas 'Activa-T', ya que llegaron a través de
recomendaciones de diferentes profesionales. «Trabajamos autoestima,
desarrollo personal, de prevención de depresión, estado de ansiedad y
alimentación», entre otras temas, según una de las responsables, Teresa
García.
TITULO: 80 cm' - Velas en los balcones esta Semana Santa,.
Velas en los balcones de Coria esta Semana Santa,.
foto / E.
P. S. La Unión de Cofradías invita a los vecinos a unirse en oración en
los momentos en los que estaba prevista la salida de cada desfile
procesional, que este año no recorrerán las calles, poniendo una vela
encendida en ventanas y balcones.
TITULO: Hacer de comer - Mi mujer va dos veces a la semana al super y allí corre más riesgo que yo,.
lunes -13 - a viernes -17- Abril a las 13:25h, en La 1 , foto.
«Mi mujer va dos veces a la semana al súper y allí tiene más riesgo que yo»,.
Francisco Salgado, con su camión. / foto,.
Francisco Salgado | Transportista,.
Reconoce
que las medidas de prevención en su sector son muy estrictas, pero mira
con recelo al bolsillo por el «frenazo en seco» en algunas industrias,.
Francisco
Salgado Expósito (Almendralejo, 17-01-1968) se encuentra en la zona
central de Portugal, a la espera de carga. Atiende a este diario con
incertidumbre ante el «frenazo en seco» que las nuevas medidas del
Gobierno han provocado en su sector. Serio, pero cercano, responde con
gravedad aunque rodeando cada palabra de un tono afable pese a la
preocupación que desprende. Con 35 años de profesión a su espalda,
trabaja como transportista en Copttraba y ha experimentado una
particular versión de la famosa curva del coronavirus: desbordado en el
inicio de la crisis por la fuerte demanda de abastecimiento y ahora con
la paralización de varias industrias. Mira a su bolsillo con el recelo
de un autónomo con trabajadores a su cargo, aunque sin un temor
desaforado al virus porque las «medidas de prevención para nosotros son
muy estrictas». –¿Dónde se encuentra ahora mismo?
–En
la zona centro de Portugal, un poco más arriba de Lisboa. Estoy a la
espera de carga. Con las últimas medidas del Gobierno ya estamos notando
un frenazo en seco. –¿Cómo ha sido el día después del anuncio de las nuevas medidas?
–Francamente
malo. He descargado en la zona de Coimbra y he llamado a los
comerciales, que me dicen que la previsión es complicada, porque se
anularon cargas que estaban destinadas a industrias que están
paralizadas. Eso significa que hoy no cargaré y estaré esperando en un
sitio aislado. Pierdo una fecha y, por tanto, dinero, porque se me va a
quedar vacío el camión un día laboral. –¿Y a partir de ahora?
–Lo previsible es que si hace un mes estábamos al 100%, ahora pasaremos a un 20, 30 o 40%. Es un golpe gravísimo. –También afecta a la cooperativa.
–Por
supuesto. Tenemos que mantenerla, hay empleados, hay que afrontar pagos
de teléfonos, informática... Una cosa va unida a la otra. –¿Cómo ha vivido la evolución de esta situación?
–En
las últimas semanas hemos estado desbordados con el transporte de la
alimentación, por el pánico generado por el virus. La gente se ha
provisto como si fuera el fin del mundo y ahora se ha estabilizado
volviendo a la normalidad. También trabajamos con empresas auxiliares
relacionadas con la construcción o la siderurgia y eso ha parado de
golpe. Es muy preocupante. –¿Cómo lo está notando en el bolsillo?
–Los
bancos me ofrecen un dinero; me dan aire para respirar, pero no sé si
después de ese préstamo voy a poder afrontar la deuda que voy a
contraer. Yo tengo dos camiones más y dos conductores, y si los tengo
parados el Gobierno me impide despedirlos. Estoy a favor de la
protección social y la salud está por encima de todo, pero las medidas
no están bien configuradas. –¿Le preocupa el futuro?
–Una
de las cosas que dice el Gobierno es que paguemos a los empleados, que
ya después recuperarán las horas. Y yo me pregunto: en el transporte,
¿cómo se recuperan esas horas? ¿Nos van a dejar conducir, en vez de
nueve, doce horas diarias?
«Esto parece una película de ciencia ficción, es algo que se nos escapa»
«El transporte ha cambiado mucho y las cabinas de los camiones son casi como autocaravanas»
–¿Qué se le viene a la cabeza al pensar en todo esto?
–Se
lo comento a mi mujer: esto parece una película de ciencia ficción, es
algo que se nos escapa. Vamos a superar la crisis del virus con estas
medidas, pero va a dar pie a un problema más grave a corto plazo. Aunque
entiendo que es difícil y no querría estar en el pellejo de los que
mandan. –Sin apenas áreas de servicio o restaurantes, ¿cómo atienden a las necesidades básicas?
–En
algunas fábricas podemos ducharnos. También es cierto que el transporte
ha cambiado mucho y en nuestros camiones las cabinas son casi
autocaravanas, con todas las comodidades. Llevamos comida en neveras y
es como si estuviéramos de acampada. En todo caso es una situación
anómala, nos sentimos aislados. –¿Se siente expuesto al COVID-19 por su labor?
–Tenemos
más seguridad que en otros trabajos. Llevo el hidrogel y nada más abrir
la puerta lo primero que hago es echármelo y siempre estoy aislado en
el camión. Las fábricas tienen unos sistemas de seguridad muy estrictos:
te toman la temperatura, te tienes que lavar las manos constantemente y
entras con mascarilla. Mi mujer va dos veces al supermercado a la
semana y allí tiene más riesgo que yo. –¿Su familia está preocupada?
–Llevo
36 años con mi mujer, ella me conoce muy bien y sabe que cuando hay
cualquier cosa soy muy precavido, intento tener las máximas medidas de
seguridad y no está preocupada. En mi sector estamos teniendo muchas
precauciones, sobre todo por el temor de llevarlo a casa. –Debe ser duro pasar tanto tiempo fuera de casa en estas circunstancias.
–A
mi madre la operan de algo grave. No tiene el aliento de la familia,
porque no nos dejan estar allí por el virus, está aislada y no nos
podemos quedar con ella. Mi suegra está en una residencia, íbamos todos
los domingos a verla, pero ahora no podemos. Pero esto tenemos que
afrontarlo, hay que ser duros y fuertes. –¿Siente que la importancia de su labor en una situación así está reconocida?
–Creo
que esto va por niveles. El primero es el de los sanitarios y médicos,
que están en primera línea, después las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado y en tercer o cuarto lugar estaríamos nosotros. Yo creo que
sí se nos valora. Aunque no es algo que me resulte importante. En la
vida cada uno tiene su función.
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