España Directo - Quintana, en vilo por el coronavirus,. / Mi casa es la vuestra - Miguel Ángel Revilla. ,. Viernes -21- Agosto. / Detrás del muro - PÁGINA DOS - Puertas al campo,. / ANTENA 3 TV | MASTERS DE LA REFORMA - Una senda para evadirse junto al río. / Jordi Évole y Lo de Évole - Berto Romero,.
TITULO: España Directo - Quintana, en vilo por el coronavirus,.
Quintana, en vilo por el coronavirus,.
Famoso
por el granito. El pueblo de la Serena vive en calma tensa hasta ver el
alcance real del brote de covid entre los más de cuatrocientos canteros
con silicosis, un colectivo vulnerable por sus problemas pulmonares.
Hoy se abre una carpa para hacer pruebas PCR a los vecinos,.
Una o dos personas. Los movimientos en las calles se han reducido al mínimo desde que se supo la presencia del virus. / foto,.
En
Quintana de la Serena, el 15 de agosto marca las vacaciones de los
canteros. La mayoría de las extractoras de granito cierra hasta
septiembre y este pueblo de cinco mil habitantes entre Castuera y Don
Benito celebra su feria. Reencuentro con emigrantes y comidas de
hermandad. Esta segunda quincena de agosto, sin embargo, será la más
tensa en mucho tiempo.
Una carpa abre hoy para las pruebas PCR y
seguir con el rastreo entre los positivos detectados. Mientras tanto,
calles desiertas, bares y tiendas con la persiana bajada y los columpios
del parque clausurados. Pedro Quintana, un vecino, cuenta que en
realidad nunca se reabrieron. «En este pueblo siempre hemos sido muy
cuidadosos, sabíamos lo que podía ocurrir si llegaba aquí». Por
desgracia, conviven desde hace tiempo con patologías respiratorias
graves.
Aquí
viven más de 400 vecinos con una enfermedad crónica provocada por la
inhalación del polvo de sílice que sale de las canteras de granito. La
silicosis de grado 1 en principio solo provoca una disnea leve, pero con
el paso de los años puede avanzar y afecta a los pulmones.
El Hospital de Don Benito-Villanueva tiene una consulta específica para atender la evolución de los enfermos del pueblo.
De
ahí que, ahora, con un brote activo que supera los quince contagios,
haya especial preocupación por la evolución de los próximos días. Casi
todas las familias tiene algún enfermo cercano. Canteros que trabajaron,
sobre todo, en los años ochenta y principio de los noventa.
Arriba,
terrazas casi vacías estos días. Abajo, a la izquierda, comercios
cerrados desde que se conoció el brote de coronavirus; a la derecha,
carteles en los que se informa de algunas medidas. / E. D.
Raimundo
Dávila ejerce de alcalde desde hace poco más de un año. Cuenta que
todos sus vecinos están teniendo una actitud responsable desde que se
conocieron los primeros casos. Hay hosteleros y comerciantes que
voluntariamente han decidido cerrar sus negocios hasta que la situación
se controle y los movimientos se han limitado a lo imprescindible.
El
consistorio está elaborando un listado de afectados por silicosis para
que se sometan a las pruebas PCR a partir de hoy. En el SES preocupa por
ser un grupo muy vulnerable, como ha reconocido el consejero de
Sanidad, José María Vergeles.
La idea, explica Dávila, es que
también se la practiquen a los familiares cercanos de los enfermos y que
se la puedan hacer en Quintana, sin necesidad de acudir al Hospital de
Don Benito.
La asociación de pacientes lleva años pidiendo
atención especializada. El último logro fue precisamente la consulta
específica en Don Benito, para evitar desplazamientos hasta Oviedo. Allí
funciona el centro de referencia nacional por las secuelas de la
actividad minera en Asturias.
A Juancho le tratan en Don Benito,
pero viaja una vez al año a la ciudad asturiana. Tiene 53 años. Con 14
ya labraba el granito y a los 45 tuvo que prejubilarse por silicosis.
Tiene diagnosticada la del grado 3. Desde el pasado lunes vive aislado
en su casa de campo. Ese mismo día su hijo de quince años dio positivo.
Juancho se refugió en el huerto. «Mi hijo solo tuvo una décimas de
fiebre dos días, ahora está muy bien».
Su primera PCR como
contacto estrecho ha dado negativa, pero tiene que repetirla en diez
días. Confía en volver a dar negativo para respirar por fin tranquilo.
«No estaré aquí solo los quince días de cuarentena, me quedaré un poco
más porque en el pueblo la situación está muy complicada». Pasa el día
paseando lo que le permite la enfermedad y hablando por teléfono con
otros afectados.
Más vulnerables
Todos, explica, viven en vilo hasta que le hagan las pruebas y
pasen los próximos quince días. Para ellos no hay fase 1, 2 o 3.
Directamente han vuelto al confinamiento para evitar la exposición.
«Somos muy vulnerables. Esta enfermedad es muy seria, ha muerto mucha
gente por silicosis en Quintana».
Juancho se pasó muchos años de
joven bajo una nave labrando la piedra. Una hilera de veinte o treinta
obreros picando que formaban una nube de polvo en la que costaba ver al
compañero de al lado. «Son días muy complicados para nosotros, esperemos
que esto pase pronto», reflexiona.
Días de angustia también para
Francisco Cuadrado. Ahora tiene 53 años, pero desde los 44 prejubilado
por lo mismo. Su hijo mayor ha dado positivo. Tuvo décimas de fiebre
durante 48 horas pero ya sin síntomas. Francisco, de momento, sigue
negativo en PCR. Le quedan todavía trece días de cuarentena. «Imagínese
como es mi vida. Yo enfermo de silicosis y conviviendo con un positivo».
Agradece las llamadas de ánimo de sus vecinos y al supermercado
del pueblo, que le deja la compra en la puerta porque su mujer tampoco
puede salir de casa. «Cuando esto empezó en primavera ya dijimos que si
llegaba a Quintana, sería un desastre y por desgracia en esa estamos
ahora». También al teléfono continuamente hablando con antiguos
compañeros de trabajo para ver cómo se encuentran y si han tenido algún
positivo en las últimas horas en sus familias.
Diego Gómez Martín
es presidente de la asociación de afectados. La fundó en 2007 ante el
volumen de enfermos crónicos . «Somos personas de riesgo extremo, por
eso estamos todos en casa».
Viernes -21- Agosto, a las 22.00, en Telecinco, foto,.
Miguel Ángel Revilla.
«De chaval, con las vacas, jugando a los bolos y pescando»
Miguel Ángel Revilla.
El mejor verano de...
El
presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, acostumbrado a trabajar
los estíos, no le pesa volver a hacerlo este año, tan extraño por culpa
«del coño bicho este»,.
Dice Miguel Ángel Revilla,
presidente cántabro, que jamás se ha ido de vacaciones, con la
excepción de un viaje de cuatro días que hizo, convencido por su mujer,
Aurora, a Cangas de Morrazo, en Galicia. «Tiene algún antepasado ahí»,
justifica. Acostumbrado a trabajar los veranos, no le pesa volver a
hacerlo este año, tan extraño por culpa «del coño bicho este». «Lo que
hago es madrugar una hora más». – ¿Cuál es su mejor recuerdo de un verano?
–
Cuando era chaval, en cuanto terminaba el curso en los Salesianos me
cogía el tren de Santander a Pesués, después, la línea de 'el Alemán' a
Pejanda, y de ahí, siete kilómetros con la mochila hasta Salceda, en
Polaciones, donde pasaba todo el verano. Subía a Peña Labra, con las
vacas, jugaba a los bolos, pescaba... Eso hice desde los 11 hasta los
17. – ¿Y este año? ¿No ha podido hacer nada?
–
He ido a dos partidos de bolos y al Campeonato de España de Traineras,
nada más. Bueno, la semana pasada estuve en Casa Tomás, en Ogarrio, comí
unas alubias maravillosas y eché una partida al tute. Tengo dos
rivales, Tomás y Julián, que están muy enfadados porque mi compañero,
Ramón Ochoa –alcalde de Ruesga– y yo siempre les ganamos el décimo de
lotería que nos jugamos.
– ¿Tiene algún plan para cuando todo esto acabe?
–
A lo mejor me voy tres días a Tenerife. Tengo un amigo allí que no
conozco personalmente, aunque me llama todas las semanas, y me dice que
verme sería la ilusión de su vida. Si cuadra, voy.
TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS - Puertas al campo ,.
PÁGINA DOS - Puertas al campo,.
Martes 18 de Agosto , a las
20.00, en La 2, foto.
Puertas al campo,.
Los
muros se siguen levantando, ahora por miedo a la enfermedad. Una vez
más, los muros no sirven cuando la naturaleza impone su ley,.
LOS
muros, esas construcciones pensadas para no permitir la entrada a un
país, un pueblo o un territorio, tienen un origen que se pierde en el
tiempo, como el de Adriano en la isla de Gran Bretaña que se levantó
como instrumento de defensa, cuando los bárbaros del norte asediaban a
los del sur. Cuando el siglo XX llegó a su fin había en el mundo 16
muros interfronterizos, contando los que la historia de las
civilizaciones había legado al nuevo orden social. En la actualidad, y
después de que cayera el muro de Berlín, levantado para contener el
comunismo, hay más de 75, unos cuantos en Europa.
Elisabeth
Vallet es una investigadora de la Universidad de Quebec, en Montreal,
que por extraño que parezca lleva un registro de tales construcciones,
porque de todo tiene que haber en la viña del señor. Fue ella la que le
recordó a Donald Trump el fracaso de estas construcciones cuando puso
tanto empeño en hacer suyo el muro que el presidente Clinton había
empezado a construir en los años 90 entre México y EE UU.
Solo
en la Unión Europea se han construido más de 1.000 kilómetros de muros
fronterizos, y están en proceso unos cuantos más, esto es seis veces
superior a la longitud que tuvo el de Berlín. Hablo de muros físicos, de
piedra, ladrillo, hormigón, concertinas, alambre de espino y cualquier
otro tipo de material disuasorio para todo aquel que venga de un país no
deseado. Muros cuyo poder no es tan disuasorio como la necesidad de
sobrevivir, pues quien no puede saltarlos los rodea, por tierra, por mar
o por donde haga falta. En Francia, las vallas 'antiintrusos' del
sensible Canal de la Mancha han seguido creciendo, incluso después de
desmantelar el vergonzoso asentamiento de Calais, y a quien quiera salir
de África por tierra no le queda otra que pasar por Ceuta y Melilla,
donde las llamadas 'vallas' alcanzan más de 10 kilómetros de largo.
Hungría
aprovechó en 2016 el éxodo sirio para levantar un muro de 175
kilómetros en su frontera con Serbia prolongándolo hasta Croacia. Lo
mismo hizo Eslovenia con Croacia, Austria con Eslovenia, Macedonia con
Grecia, Bulgaria con Turquía, y esta con Grecia, sin hablar de las
fronteras de los países que limitan con Rusia. Hay otros muros, los
invisibles, los simbólicos, y sobre todo los muros de la desigualdad que
resultan bastante más infranqueables. La Unión Europea está cada vez
más preocupada por eliminar las fronteras para sus socios, pero
paradójicamente las implanta de manera sutil para una emigración que
necesita que no desequilibre las delicadas fuerzas políticas.
Pero
en los últimos tiempos unos muros sanitarios han crecido en los
aeropuertos, en las estaciones de tren o en las líneas de autobuses. Ya
no hablamos de refugiados, desesperados buscando un destino donde
guardar a sus hijos, lo que necesitamos saber es si tienen fiebre. Al
espacio Schengen, ese recinto donde en teoría se podía uno pasear sin
que le recordaran su pertenencia, le aprietan las costuras en materia
sanitaria y las normas, por mucha pertenencia y reuniones de mandatarios
que se hagan, cambian cuando se trata de un virus que viaja cómodo
entre los ciudadanos de primera, segunda o tercera clase. Durante el
confinamiento, nos mirábamos los europeos unos a otros, perplejos,
contabilizando los muertos y conteniendo la respiración para que el
horror se detuviera. Pero salimos; unos con el paso cambiado y a ritmos
distintos y comprobamos que los amores, de conveniencia entre los países
europeos tenían fisuras, al principio económicas y después sanitarias.
España
en estos momentos tiene las peores cifras en lo que a contagios se
refiere. El virus, como la sífilis en el siglo pasado, limita las
relaciones, y los jóvenes que vuelven al país que les paga un sueldo
digno tienen que bajarse una aplicación en el móvil para que las
autoridades vigilen sus movimientos, mientras esperan los resultados de
la PCR que les han hecho a su llegada en las instalaciones del
aeropuerto. A los turistas que entran en nuestro país, más que nada para
certificar que su casa sigue en pie y que no tienen un 'okupa' dentro,
les toman la fiebre como mucho, pero nadie les pide lo que a la vuelta,
en su país, les pedirán. Los muros se siguen levantando, ahora por miedo
a la enfermedad. Una vez más, los muros no sirven cuando la naturaleza
impone su ley. Nunca fue tan verdad aquello de que es imposible poner
puertas al campo.
TITULO:
ANTENA 3 TV | MASTERS DE LA REFORMA - Una senda para evadirse junto al río,.El Lunes -17- Agosto a las 22:45 por Antena 3, foto,.
Una senda para evadirse junto al río,.
RINCONES CON ENCANTO,.
El
Guadiana. Río arriba desde Mérida hacia Alange, ciclistas y paseantes
pueden llegar hasta un área recreativa alejada del bullicio de la ciudad,.
AZUD. Este azud fue rehabilitado recientemente por la CHG.
El
Guadiana tiene 742 kilómetros, pero no en toda la extensión de sus
orillas puede el ser humano acercarse tanto al río y disfrutarlo con
plenitud. En el tramo que recorre Extremadura la Confederación
Hidrográfica del Guadiana ha hecho obras en los últimos años para que
los ciudadanos puedan acercarse a ver sus aguas correr. Al igual que en
Badajoz, Mérida también tiene su gran parque fluvial que sirve de zona
de esparcimiento para sus habitantes. Para muchos ya es una rutina
diaria pasear o hacer deporte junto al río sin apenas alejarse de su
barrio. Sin embargo, quien esté dispuesto a recorrer unos pocos
kilómetros se puede plantar en una zona semisalvaje que la CHG
acondicionó río arriba en dirección hacia Alange por la
carretera BA-089. En coche, queda más o menos a la altura de la
urbanización Miralrío. Pero en realidad, se puede llegar desde Mérida
por una senda peatonal y ciclable tras recorrer unos seis kilómetros por la margen izquierda.
El Berrocal
La CHG la denomina área recreativa y surgió cuando en la década pasada se restauró un antiguo azud con salto hidroeléctrico. El edificio que hay justo al lado fue rehabilitado y se convirtió en el Centro de Interpretación 'El Berrocal, Antigua Fábrica de Luz'.
En realidad acceder a él no es fácil porque tiene que ser mediante
visita concertada y su contenido está pensado para excursiones de
escolares.
Arriba,
algunos adolescente se juntan a la sombra de este paraje en los días
calurosos. Abajo, a la izquierda, una pareja disfrutando del paisaje
frente al Guadiana; a la derecha, la antigua Fábrica de Luz es un centro
de interpretación del agua para visitas de escolares. / J.L.G.
Sin
embargo, el entorno tiene su pasarela de madera para salvar un brazo de
agua, bancos, mesas y regala un lejano rumor de agua corriendo gracias
al salto del azud que hay a pocos metros. Parejas, pandillas de jóvenes y
algún ciclista que se aleja de Mérida suelen acabar en este rincón con
vistas al río.
La mayoría llega aquí simplemente a evadirse y, en
estos meses de verano, a buscar sombra y algo de frescor que proporciona
el río. Sin embargo, observadores más avezados podrán localizar infinidad de especies animales en este ecosistema fluvial,
desde galápagos leprosos o culebras viperinas en estas riberas, a aves
que cualquier ornitólogo llegado de otra punta de Europa desearía tachar
de su libreta, como el ruiseñor bastardo, la garceta común, el ánade
real o la garcilla bueyera.
Por supuesto, la cigüeña blanca típica
de estas tierras vuela a sus anchas por la zona pues también resulta un
espectáculo a lo largo del trayecto que lleva a este rincón los
conjuntos de nidos que estas han creado sobre palos y construcciones en
ruinas, unas imágenes que sorprenden a menudo a quien circula hacia
Alange por esta carretera secundaria paralela al Guadiana y con su
propia personalidad.
Berto Romero: "¿Los porros? Yo fumo, tengo una buena relación con esta droga, me sirve para aligerar y parar un poco",.
ActualidadEl cómico ha reflexionado acerca de temas como el independentismo o la pérdida de sus padres,.
La historia de Berto Romero
es una de las peculiares dentro de la comedia española. Era el típico
niño que era gracioso sin quererlo. Es más por querer querer, el quería
ser dibujante de cómics, pero como dicen la profesión va por dentro y en
su caso va muy ligada a su interior. Su serie 'Mira lo que has hecho'
lo relata muy bien. Ni nada más ni nada menos que el humor a través de
la cotidianidad, sin demasiado adorno pero con el mismo resultado.
El cómico catalán ha dado una entrevista a El País Semanal y ha dado mucho de sí, ya que ha hablado de muchos temas de interés, como la autodefinición, un concepto que sin duda le cuesta: "Lo
que yo hago puede parecer que une un humor más básico, de pedo y
eructo, con una parte más reflexiva, un humor más refinado, pero no
tengo la comedia empaquetada en tetrabriks y en alacenas. No creo en los géneros puros, la gracia está en combinar".
Con apenas 35 años su vida cambió para siempre, no solo porque tenía su primer hijo, sino por la necesidad de ocupar el papel que hasta entonces lo habían hecho sus padres: "Yo
no empecé a sentir miedos hasta que tuve a mi primer hijo. De repente,
cuando empiezas a temer por la vida de otro, tu escala de valores
cambia". Además, con relación a la muerte de su padre, la cual
coincidió con el nacimiento de sus mellizos, una metáfora que explica
muy bien Romero. "El primer año de vida de mis hijos fue el de
la agonía de mi padre. Un año de entrada de un ser humano y un año de
salida, como ladrillos en un muro, contrapechados. Parece planteado por el mejor guionista de mi vida. Tú vas creciendo al mismo tiempo que tu padre se va apagando", reflexiona. Sus padres,
ambos fallecidos, guardan un gran recuerdo en la memoria del cómico y
también esconden una historia detrás de ellos de superación: "Eran
unos padres cojonudos, divertidos. Nacieron en Cartagena, mi padre
llegó a Cataluña con seis meses. Era muy clown, nos parecemos, tenía
esta cosa teatral. Unas Navidades lo ingresaron, ya grave, y
cuando le llamé me dijo: "Mira, hijo, los excesos de las fiestas. Murió
de cirrosis": Su madre no se queda atrás y es que "Costurera, estaba
como oculta por esa fuerza tan carismática. Luego descubrí que la guasa
final la tenía ella".
Viniendo de una familia humilde, ha conseguido gracias a su trabajo poder ascender, pero no le gusta reconocerlo:
"Creo que no he llegado a pasar de clase, en todo caso de media baja a
media alta. Es verdad que he contratado a canguros para mis hijos y esto
sería algo impensable en mi familia. Honestamente, he ganado pasta, pero no tanta para comprar un casoplón".
También habló sobre los porros, que aparecen de forma normalizada en sus series:
"Tengo gente que ha muerto por beber tantas cervezas, empezando por mi
padre, y en cambio no conozco a nadie tan afectado por porros. Pero no
quiero liderar ninguna causa, no quiero glorificar una droga, por muy
recreativa que sea, porque hay gente que tiene problemas y que es
adicta. Cada ser humano tiene una relación muy particular con las
drogas. Yo fumo, tengo una buena relación con esta droga, me sirve para aligerar y parar un poco. Y he querido que aparezca, dar esa imagen de mí".
Además, no tiene reparo en reflexionar acerca de los temas más polémicos de nuestra sociedad actual como el independentismo: "No tengo mucho sentido de pertenencia, siento que pertenezco a la gente que me gusta. Mi postura, la equidistancia, no era muy apreciada. Estuve callado todo el rato, a ver si cesaban ya con el puto ruido.
Me dan mucho miedo estos episodios de fiebre colectiva y me gustaría,
como a tantos, no vivir un episodio histórico. Los momentos históricos
cansan mucho".
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