TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y
FILEMÓN - Revista Grada - Laura Vecino o cuando tu nombre es marca registrada,.
Laura Vecino o cuando tu nombre es marca registrada,.
Look de agosto
La nuera de Naty Abascal crea su propia firma de moda de baño, hecha a su imagen y semejanza, que muestra en pequeñas dosis en sus redes sociales,.
Si elegante es una, elegante es la otra. Laura Vecino entró por la puerta grande en el listado de las mejor vestidas de la noche a la mañana. Siempre le gustó la moda, hasta el punto de que ha hecho de ella una forma de vida. Arquitecta de formación, estudió diseño en la escuela Parsons de Nueva York y en su currículo aparece, por ejemplo, que trabajó como estilista de Mango.
Se casó en 2010 con Rafael Medina en el Palacio de Tavera, en Toledo, con un impresionante vestido de Giambattista Vali, de línea princesa y escote bañera. Se coronó con una tiara de perlas y brillantes perteneciente a la familia Medinaceli y se calzó unos 'manolos'. Diez sobre diez. Con esa nota inició su andadura entre la nobleza española, como duquesa consorte de Feria, un título concedido por Felipe II en 1567.
Aunque no se le puede quitar mérito, sí es cierto que, se ponga lo que se ponga, es alabado por los especialistas del sector. Y eso que, aunque la mayoría de las veces la discreción es su seña de identidad, de vez en cuando sorprende con modelos rompedores que lo mismo que dicen que gustan pueden horrorizar. Eso sí, detrás de cada aparición pública aparece una larga lista de firmas.
Conocida es su amistad y afinidad con Teresa Helbig, quien la ha vestido varias noches en modelos que le sentaban como un guante. Claro que nadie mejor que ella para tomarse la medida. De ahí que haya hecho de su nombre una marca registrada, una nueva firma de moda encaminada, sobre todo, al baño y a los cómodos vestidos de verano.
75.000 seguidores
Ya casada, ya madre de sus mellizos Rafael y Laura -no se lo pensaron mucho a la hora de buscar nombre a los retoños, nacidos a finales de 2012-, creó junto a la también noble Inés Domecq una empresa de producciones de moda y la firma de baño Bqeenie. La cosa no cuajó y a finales de 2018 iniciaron caminos separados. Así fue como Laura Vecino alumbró su firma a principios de 2019. No tiene como tal tienda física, aunque el año pasado, en verano, abrió dos puntos de venta en Sotogrande y Málaga. Y, sin duda, la mejor embajadora de los bañadores, bikinis y prendas vaporosas que pone a la venta con precios ajustados al mercado es ella misma.En su cuenta de Instagram, en pequeñas dosis, muestra sus creaciones a sus más de 75.000 seguidores, dejando claro que se mantiene en un formidable y envidiable estado de forma.
TITULO: Documental - Un mundo sin máquinas ,.
Un mundo sin máquinas,.
Los miembros de dos familias mantienen el duro oficio de hacer tejas y ladrillos con las manos,.
Hay dos tejares en Horcajo Medianero, los llevan dos hombres que son familia, tío y sobrino, pero no se hablan. Mejor no abrir ese melón. Por un lado están Gabriel, que tiene 87 años, y su hijo Ángel. Las palabras hay que sacárselas con paciencia. A ellos y a todos, menos al dueño del bar del pueblo, al que acudo a los pocos minutos en busca de auxilio y agua. Me pone un vaso de plástico de esos enormes que usan los chavales en los botellones y lo llena hasta arriba de hielo. Vuelvo al tejar por el estrecho arcén de la carretera, como si saliera de un 'after' con el gintonic en la mano. Y ahí está Gabriel, esperando a su hijo, que no se sabe a dónde ha ido. Que para esto de las tejas y los ladrillos hacen falta dos. Uno toma una bola de arcilla, la aplasta sobre un molde con el tamaño de la pieza, y el otro la recoge sobre una horma de madera (curva en el caso de las tejas) para dejarla a secar en el suelo. Parece fácil, pero es muy duro y repetitivo. Eso, sin contar con el sol de agosto.
La elaboración artesanal de tejas y ladrillos es un oficio milenario al borde de la extinción
Gabriel se lamenta de todos los años
trabajados para ganar una miseria y de que ahora tenga que seguir porque
se paga algo mejor. De pronto abre la boca para enseñarme el par de
dientes que le quedan, prueba irrefutable del paso del tiempo. Le
pregunto si fue a la escuela y me contesta con una historia que entiendo
a medias sobre la ineficacia de la educación. Termina diciendo: «Yo
tengo dos burras, una es blanca y otra negra. Pero las dos son burras».
El hijo, que está deseando llegar a la edad de jubilarse, debe de andar
por los sesenta, mira con detenimiento mi cámara de fotos y pregunta:
«¿Vives de esa chisma?».En el otro tejar está 'Cuco', el caballo blanco, montado por Javi, un sobrino de Carlos, amasando la arcilla con sus patas. Hora y media dando vueltas metido hasta las rodillas en esa masa de barro espeso, haciendo de batidora con las pezuñas. Luego se acercan unos niños, cinco, hijos de unos paisanos que veranean en el pueblo y se van turnando para subir a la grupa de 'Cuco'. Carlos tiene la ayuda de su hijo, Álvaro, que no quiere seguir la tradición familiar. Ha cumplido los veinte y ha terminado de estudiar para electricista, solo le quedan las prácticas, pendientes de la vuelta a esa normalidad que aquí tiene otros significados. Javi trae unas carretillas cargadas de arcilla y las descarga junto a su tío, que comienza a dar forma a ladrillos con un ritmo mecánico mientras los jóvenes se turnan para depositarlos en el suelo.
Menú a precio de trabajador
Las avispas acuden a las piezas, que rezuman humedad; habrán de estar dos días a la intemperie (las tejas necesitan menos tiempo) para luego pasar 24 horas cociéndose en un horno de leña que se abre cinco días después de que se extingan las llamas. Un proceso que dota a estas piezas de una resistencia excepcional. Me dice Carlos que se venden a unos 14 euros el metro cuadrado, pero que esto no da para vivir, que tienen también vacas de leche y de carne. También algunos terneros, con los que se entretienen los niños cuando ya se han cansado de dar vueltas sobre el caballo. La esposa de Carlos, Mari Mar, se los lleva a casa por miedo a que les dé una insolación. Me enseña unas baldosas que hace ella, con los bordes en forma de rombo, pero explica que no quiere hacer ningún modelo más, que ya hace bastantes cosas. Y es fácil de creer porque se mueve de aquí para allá ajena a la solana.A su marido no parece preocuparle mucho que se pierda la tradición de sus antepasados. «Es que no me extraña que nadie quiera dedicarse a esto, es un trabajo muy duro que no da para mucho. Puedes tener tejas hechas porque siempre hay algunos que vienen de vez en cuando a buscar, pero lo otro casi siempre se hace por encargo y a la medida que el cliente quiera». El coronavirus no ha ayudado mucho en el negocio, porque algunos pedidos no han llegado y otros no se han podido pagar.
Los chavales, que de vez en cuando se arriman a la caseta donde la sombra permite leer los mensajes del móvil, se quejan de que no hay fiestas este año. Aquí, como en la mayoría de los pueblos de España, el wifi es una cosa de ciencia ficción. Me lo explica Javi: «Aunque te lo pongas no llega, solo hay uno en la parte alta del pueblo, el del Ayuntamiento, que el secretario se lo pone para él, y otro que tiene el del bar, que ha instalado una antena en la casa de su madre para que le llegue la señal». Eso en la parte del ocio, de series no vamos a hablar, obviamente. Y en la otra parte, la seria, dice el chaval: «Estudio mecánica en Alba de Tormes, pero el último trimestre no he podido ir, así que he tenido que hacer las prácticas tirando de los datos del teléfono..., ya ves, como si se pudieran arreglar los coches a distancia». Tampoco han podido ir a la piscina; cuenta Carlos que las autoridades municipales (aquí hay un centenar de vecinos mal contados) no han tenido a bien abrir las instalaciones este año por miedo a los contagios, de modo que «por lo menos los de las piscinas han salido ganando, que muchos que tenían espacio para poner una lo han hecho, así que a los de ese negocio les ha ido bien».
Llega la hora de comer cuando todo el montón de arcilla, tres carretilladas bien colmadas, se ha transformdo en un buen número de ladrillos que ahora lucen alineados como un mural geométrico. Los cubren con un plástico para que no se agrieten durante las horas de calor fuerte. Las tejas no necesitan esa protección porque son más finas. Vuelvo al bar con mi vaso de plástico vacío porque no encuentro dónde dejarlo. Por lo visto, al dueño le hago mucha gracia y me cobra menos por la comida. Dice que es «precio de trabajador».
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -Málaga alerta de la violencia de la ultraderecha ,. ,. , fotos,.
Málaga alerta de la violencia de la ultraderecha,.
Guillem
Agulló murió de una puñalada en el corazón a manos de un grupo de
neonazis el 11 de abril de 1993. Tenía 18 años y había ido junto a sus
amigos, skins de izquierdas independentistas y antifascistas como él, a
las fiestas de Montanejos en Castellón. El autor confeso del crimen,
Pedro Cuevas, solo cumplió cuatro años de los catorce de la condena por
homicidio. La familia de la víctima fracasó en su intento de que el juez lo considerada un crimen político y no una pelea entre bandas dada
la vinculación ultraderechista del agresor, que años después se
presentó a las elecciones municipales como candidato de Alianza
Nacional.
'La muerte de Guillem' narra el calvario judicial y personal que vivieron los padres de Agulló.
Pintadas en la puerta de casa de grupos de extrema derecha como España
2000, Grup d'Acció Valencianista (GAV) y Frente Anti Sistema (FAS), y
llamadas a horas intempestivas amenazándoles de muerte. El director
Carlos Marques-Marcet, que recibe el premio Málaga Talent en el certamen
andaluz, dedica a la familia del protagonista una película que llega en
pleno auge de la ultraderecha en toda Europa y con Vox sentado en el
Parlamento. 27 años después de su asesinato, el lema 'Guillem Agulló ni olvido ni perdón', que todavía pervive en paredes de la Comunidad valenciana, lo ha convertido en un mártir del antifascismo.«Más allá del interés por la deconstrucción del símbolo, la historia de Guillem Agulló me toca bien de cerca por motivos personales», constata el director de películas alabadas por la crítica como '10.000 kilómetros' y 'Los días que vendrán'. «Como muchos otros adolescentes que crecimos en los 90, a mí también me tocó apretar a correr huyendo de un grupo de neonazis por el simple hecho de llevar puesta una camiseta del Che Guevara y tener el pelo más largo de lo normal». Marques-Marcet ha rodado en los emplazamientos reales donde sucedieron los hechos, Burjassot y Montanejos, y ha recreado la habitación de Guillem, adornada con pósters de Kortatu. La colaboración con la familia ha sido estrecha y se han rebajado elementos dramáticos en pos de la verosimilitud.
«He tratado de evitar caer en ningún tipo de exaltaciones nacionalistas. Me gustaría explorar el carácter complejo y diverso de la identidad valenciana, indagar en la intimidad de los personajes que vivieron la vida y muerte de Guillem y repasar aquel contexto y circunstancias que parecía que nunca volverían pero no han terminado de irse», afirma Carlos Marques-Marcet. 'La muerte de Guillem' no esconde desde sus primeras imágenes, en las que Arias Navarro comunica la muerte de Franco, el tono didáctico y su vocación de denuncia.
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