TITULO:
Cena con mamá - Paco Maya Maya . , Viernes -14- Agosto ,.
Viernes -14-Agosto a las 22:00 en La 1, foto.
Paco Maya Maya ,.
«La archidiócesis necesita una pasión evangélica, un impulso misionero»,.
Paco Maya Maya | Vicario de la Archidiócesis Mérida-Badajoz,.
Toda la vida ha hecho Iglesia desde abajo, con los más pobres. Ahora, como vicario general, quiere llevar ese espíritu al conjunto de la archidiócesis,.
-El arzobispo Celso Morga le ha nombrado vicario general de la archidiócesis. Usted desempeñó esta misma vicaría en 2003, nombrado por el entonces arzobispo Antonio Montero. Es un cargo que requiere un amplio conocimiento de la archidiócesis. ¿Ha cambiado mucho la Iglesia en esta demarcación desde 2003 hasta hoy?
-Ha cambiado como lo ha hecho la situación social y cultural. También ha habido un cambio eclesial y ha cambiado la perspectiva de los sacerdotes, cuya edad media ronda los 60 años. Tenemos una diócesis envejecida. Pero el cambio fundamental es que ha crecido el descreimiento. Eso de 'me da igual que Dios exista o no'. Hay una gran indiferencia ante el hecho religioso.
-¿La indiferencia religiosa ha crecido tanto como para que se note en apenas 17 años?
-Sí. Ha habido un fuerte descenso de católicos practicantes, que es un factor que refleja esa indiferencia. En unas zonas de la diócesis podemos estar en torno al 8% y en otras en torno al 15% de católicos practicantes, pero no más. Y, además, son personas de edad. La juventud católica no está en ningún ámbito asociativo, lo cual es fruto de la realidad cultural.
-¡Pues empezamos bien la entrevista! En mi cuestionario, la pregunta sobre si está o no en crisis la Iglesia estaba de las últimas, pero en su primera respuesta ya me está diciendo que sí está en crisis, y que además es profunda.
-Es verdad, pero no es solo un problema eclesial. Es social y cultural. Que no haya jóvenes dentro de la Iglesia es porque no hay jóvenes en el mundo asociativo, en el de la implicación. No hace mucho tiempo, la juventud era muy comprometida socialmente, había que pararla. Ahora no hay nada de eso. Ahora impera el 'me da igual, carpe diem y ya está'. Esta realidad influye en el hecho religioso. Si uno no se plantea con qué valores voy a vivir, cómo voy a dar el siguiente paso de implicarme en la Iglesia.
-Lo siento muy desesperanzado. ¿Qué es lo que le ha pasado a la juventud en estos últimos años?
-No estoy desesperanzado, pero quiero plantear una postura de realismo porque sin ella no es posible la esperanza. La esperanza sin realismo es ilusoria y para generar una esperanza que transforme la realidad es preciso hacer un análisis de la situación. Es verdad que en la juventud se está dando una sensibilización, por ejemplo hacia el hecho ecológico, pero no sé si esa sensibilización acaba en un compromiso práctico o se queda meramente en el discurso.
-Usted ha sido siempre un cura de parroquia. Ha sido párroco de San Juan Macías y de las Cuestas de Orinaza, donde la vida era siempre muy dura. ¿En estos momentos, en su parroquia de la Virgen de Guadalupe, en Valdepasillas, un barrio de gente más joven y de clase media, nota más atonía en los feligreses, menos implicación?
-Es una realidad distinta y con un contexto diferente. Cuando estaba en las Cuestas de Orinaza la preocupación era la marginación, la pobreza, la exclusión. Aquello implicaba un compromiso religioso, eclesial y también político. Lo que queríamos era realojar a la gente y que el barrio desapareciera. Había una comunidad viva. No era grande, pero sí con suficiente fuerza transformadora. Ahora, en Virgen de Guadalupe también hay una comunidad viva y muy comprometida con proyectos solidarios y de todo tipo con ámbito en Badajoz o en el Tercer Mundo. Y también es verdad que la comunidad es de gente joven. La parroquia de Virgen de Guadalupe no es representativa de la generalidad. El Papa está incidiendo en la necesidad de una renovación para no seguir haciendo lo que estábamos haciendo. El Papa dice: «No basta decir así se ha hecho siempre» porque eso puede valer para lo que antes hacíamos, pero no para los nuevos retos.
-¿Cuáles son esos nuevos retos?
-Huir de la Iglesia atrincherada. Tenemos que ser una Iglesia que salga. Tenemos que dialogar. Pablo VI decía: «Más que diálogo, la Iglesia necesita coloquio, que cuando dialogue se ponga en el lugar del otro». Esos son retos de la Iglesia. Y sobre todo ante la realidad de sufrimiento en que estamos. La pandemia ha descubierto una realidad económica brutal en muchas familias. Ante ello, tenemos que ser una Iglesia de misericordia, solidaria y de acompañamiento de las familias. Este reto puede coger al clero cansado.
-¿Cansado porque falta la savia de los sacerdotes jóvenes?
-Por eso y porque esta situación lleva a un cansancio personal y psicológico muy grande.
-Hablaba antes de que la Iglesia tiene que dejar de estar atrincherada. ¿Está atrincherada en la archidiócesis?
-No diría que esté totalmente atrincherada, pero sí es una Iglesia que necesita un impulso misionero fuerte. Quizás, por todo lo que hemos vivido, se ha apoderado de nosotros cierto conformismo. Las situaciones hacen que nos desconcierte lo que está sucediendo. Que una persona que ha estado formada con una mentalidad de Iglesia, es comprensible que ahora que cambia toda la realidad responda diciendo: 'a mi edad no se me puede pedir un planteamiento nuevo, un cambio de praxis pastoral'. Eso es lo que está costando. Tenemos como reto generar una nueva pasión evangélica, eclesial, social
-Todo esto sería mucho más fácil con savia nueva. Antes hablaba desencantadamente de la juventud, pero la juventud no debe ser la única culpable de no sentirse atraída por la Iglesia.
-Por supuesto. No podemos culpar a los jóvenes de que no tengamos savia nueva. El mundo de la juventud no es ni mejor ni peor que otros. Es el que es. Y es al que nosotros tenemos la obligación de saber llegar. ¿Qué ocurre? Que los jóvenes, y también gran parte de la población, tienen una determinada imagen de la Iglesia: una Iglesia autoritaria, caduca. Y encima todos los episodios de abusos con menores, que han repercutido indudablemente en la imagen de la Iglesia. Todo eso ha ido creando una corriente de opinión que se puede resumir en: 'Con determinadas personas de la Iglesia, sí, pero con la Iglesia, no'. Es la imagen de la institución la que está obstaculizando que lleguemos a los jóvenes. Por eso el papa Francisco está queriendo incidir en el cambio institucional y estructural de la Iglesia para que podamos transmitir la imagen del Evangelio que llega a la gente.
-¿Cree que el Papa lo está consiguiendo? ¿Cree que la respuesta que está dando en el asunto de los abusos acerca la Iglesia a los jóvenes?
-A mí me parece que está siendo muy valiente. Ha puesto ese problema sobre la mesa y se ha comprometido a no ceder. Al tiempo ha pedido perdón por lo que se ha hecho mal. Está siendo transparente. Lo que ocurre es que queda mucho reto por delante para llegar a la Iglesia que pretende Francisco.
-La Iglesia que pretende Francisco es aquella en la que los pastores «huelan a oveja». ¿Usted se ve como un pastor que 'huele a oveja'?
-He querido siempre 'oler a oveja', aunque no sé si lo he conseguido. En mi labor pastoral siempre he partido de la necesidad de estar cerca de las personas que sienten dolor, del tipo que sea. Estar cerca de la gente. Ser Paco Maya. No quiero ser otra cosa ni quiero que se me vea como otra cosa. Jesús decía en el Evangelio: «No llaméis a nadie maestro o señor, porque solo hay uno». Huyo de los títulos.
-Usted es en la actualidad delegado diocesano de Cáritas, lo ha sido en varias etapas desde 1986. Conoce, como pocos, la pobreza y la exclusión de Badajoz. Antonio Montero la definió en el año de la riada como 'la corona de espinas' de la ciudad. ¿Ha cambiado esa corona? ¿Tiene hoy más o menos espinas que entonces?
-La corona de espinas permanece. Se ha aliviado un poco la pobreza severa que había entonces, pero los problemas de las barriadas siguen. No se han solventado las causas generadoras de esa pobreza. Durante todo el año pasado nos hemos estado reuniendo con los sacerdotes de los barrios marginales, viendo qué podíamos hacer nosotros como Iglesia, junto a otras instituciones, para paliar la situación. ¡Lo que escuchaba era lo mismo que había escuchado 30 años antes! La conclusión es que el círculo vicioso de la pobreza se está transmitiendo en Badajoz de generación en generación. Lo triste es que la pobreza severa se puede erradicar si hubiera coordinación y determinación de todas las instituciones. Me lo ha demostrado el confinamiento. Nosotros hemos estado en el albergue de los sintecho en el polideportivo de Las Palmeras. En medio de la dureza de aquello ha habido una cosa que me ha alegrado muchísimo: ha habido una coordinación eficaz de todas las instituciones (la asistencia sanitaria, la Delegación del Gobierno, la policía...) , y eso nos ha permitido sacar a todo el mundo de la calle, que era el objetivo. Solo con el esfuerzo de Cáritas no lo hubiéramos conseguido. Esta experiencia me ha demostrado que cuando todos trabajamos al unísono conseguimos lo que nos proponemos. Coordinémonos, por tanto, para erradicar la pobreza severa, porque cuando se quiere, se puede.
-Usted asegura que si se quiere se puede erradicar la pobreza severa. Eso significa que si no se erradica es porque no se quiere.
-O porque no nos tomamos en serio que este es un problema fundamental. ¿Y por qué no se percibe como un problema fundamental? Porque los pobres severos no tienen fuerza política. No tienen voz. Nuestra misión como Iglesia no es hablar por ellos, porque sería quitarles el protagonismo que les corresponde, pero sí prestarles el micrófono. En esto hay que empeñarse. El Papa dice: «Tenemos que pensar menos en el interior de la Iglesia y más en lo que pasa en el exterior de ella».
– Nunca. He pasado por mis crisis, como pasa todo el mundo en su vida profesional, familiar, etc. pero nunca me he arrepentido de ser cura. En mi vida me ha ayudado muchísimo mi experiencia de encuentro con Dios, lo cual es fundamental para poder mantenerte entero en esta realidad. Y también me ha ayudado muchísimo la gente. Me siento muy querido por la gente. Estoy lleno de gratitud por eso. Esa gratitud me ha ayudado muchas veces a superar crisis.
–¿Nunca se ha sentido solo?
–A veces sí, pero como digo tengo a mucha gente que me quiere y entonces solo me siento solo ante problemas, ante situaciones concretas. Pero ante la realidad personal, créame, no he percibido soledad. ¿Sabe una vez que me sentí solo? Cuando en el año 85, don Antonio Montero me mandó a Madrid a hacer la Licenciatura en Teología. Tuve que dejar la parroquia de San Juan Macías, donde había 200 jóvenes activos para meterme en el anonimato de Madrid. Ahí sí me sentí solo.
–En 2016 su nombre sonó para ser obispo de Plasencia.
–Eso dijeron, sí.
–¿Le gustaría ser obispo?
–A lo mejor contesta su pregunta si le digo que en esa ocasión mis miedos tuve. Es que ser obispo no es fácil. Y menos en la situación eclesial que tenemos.
–Pero imagine que se lo hubieran propuesto formalmente ser obispo de Plasencia, ¿qué hubiera dicho?
–Francamente, uno se mira a sí mismo y no se ve con cualidades para desempeñar ese servicio, pero si la Iglesia te lo encomienda hay que hacerlo y hacerlo como hoy lo necesita la Iglesia, implicándote en la realidad social, es decir, como dice el Papa. En cualquier caso, y esto es lo bueno, ya no tengo edad para ser obispo y, por tanto, estoy a salvo.
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Imprescindibles' estrena en La 2 - 917 extremeños se han contagiado de covid-19 desde que terminó el confinamiento ,. Domingo -16- Agosto,.
Domingo -16- Agosto a las 21:30 horas en La 2, fotos,.
917 extremeños se han contagiado de covid-19 desde que terminó el confinamiento,.
Un informe del Instituto Carlos III indica que el 5,4% de los positivos necesitaron ingreso hospitalario, la mitad que en abril porque la edad media ha ido bajando,.
A esos nuevos casos confirmados por pruebas PCR, hay que sumar los notificados por la Junta desde el pasado 6 de agosto, por lo que la cifra total llega a los 917. Solo en la última semana se han notificado casi 300 y el viernes se registró el dato más alto en la llamada nueva normalidad, con 68 positivos. Además, los brotes han hecho que dos localidades pacenses (Villarta de los Montes y La Morera) vuelvan a la fase 2.
Los contagios producidos en la desescalada, una vez terminada la fase de total confinamiento que se inició con el 14 de marzo, suponen el 23,3% del conjunto de casos detectados en la región. En ello han tenido mucho que ver los 30 brotes que se han declarado; ya se han cerrado diez y otros 20 permanecen activos.
Hay que señalar que en Extremadura han sido diagnosticadas más de 3.900 personas con coronavirus desde que comenzó la pandemia.
Lo esperanzador es que los contagios de estos últimos meses no están suponiendo muchos ingresos. El nivel de hospitalizaciones y ocupaciones de plazas UCI no guardan relación en ningún caso con lo producido en los meses de marzo y abril, cuando se tensionó el sistema sanitario.
EL DATO
- 0,7
- es la tasa de la letalidad (proporción de personas que mueren entre los afectados) en los últimos meses en Extremadura, una cifra muy alejada del 11,7% registrado a mediados de abril. Esto se debe a que la media de edad de los contagiados es mucho menor.
Ese último porcentaje pone de manifiesto que la tasa de letalidad del virus en la región está muy alejada de la registrada a mediados de abril, cuando llegó a alcanzar el 11,7 por ciento de las personas contagiadas de coronavirus. En ese momento la edad media de los fallecidos en la comunidad era de 82,5 años.
También los contagiados rondaban esa edad, pues la mayoría de ellos se daba en residencias de mayores, los puntos más vulnerables de la pandemia que han registrado en la región 432 fallecimientos.
Sin embargo, en estos últimos meses la edad media de los enfermos ha caído notablemente y eso explica la menor mortalidad. En el informe de Renave, que recoge este dato en términos nacionales y no desglosados por comunidades autónomas, el 69% de los casos desde que se inició el fin del encierro se han producido en el grupo de edad de 15 a 59 años.
Aumento de contagios
El documento del Ministerio de Sanidad reconoce que la situación epidemiológica se está deteriorando desde la primera semana de julio (el estado de alarma finalizó el 22 de junio). Para ello hace referencia a la incidencia acumulada (IA), es decir el número de casos diagnosticados cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. En el caso concreto de la comunidad extremeña, la IA ha pasado del 5,4 de la semana comprendida entre el 13–19 julio, al 12,8 entre el 20 y el 26 de julio. Actualmente está en los 34 por 100.000. Aunque es tres veces menos que la IA del resto del país (96), el consejero de Sanidad, José María Vergeles, ya ha reconocido que estamos en una segunda oleada de coronavirus. «No nos cabe ninguna duda», insistió el pasado jueves. Comparó este momento con las tres primeras semanas de marzo.Se trata, no obstante, de cifras muy inferiores al promedio nacional, donde los casos por cada 100.000 habitantes han sufrido un incremento del 17 y del 24% en algunas semanas respecto a la anterior. El informe destaca que la mayor incidencia desde el inicio de la desescalada se ha venido dando en Aragón, Cataluña, Navarra y País Vasco.
«La evolución diaria de los casos y las hospitalizaciones de la covid mostró una tendencia descendente hasta el 14–15 de junio. Desde mediados de ese mes se aprecia un aumento de casos. A partir de primeros de julio se constata un incremento en las hospitalizaciones. Y a partir de la última semana de julio se aprecia ese aumento en los ingresos en UCI y defunciones», destaca el informe de Sanidad.
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De seda y hierro - Las vacaciones de Míster X ,. Domingo -16-Agosto,.
El Domingo -16- Agosto a las 20:20 por La 2, foto,.
Las vacaciones de Míster X,.
Y mientras los pueblos bostezan su decepción, nuestro carismático presidente se disfraza de reyecito y vacaciona en la residencia real de La Mareta y, a partir de hoy, en el palacio de La Marismilla. Con cargo a nuestros impuestos, por supuesto, como corresponde a tan alto y providencial personaje; no pretenderán ustedes que haga como el soso de Rajoy, confinado en una casa rural y paseando como un zascandil por la Rua da Pedra e da Agua en Rivadumia; o Leopoldo Calvo Sotelo arrumbado como un cualquiera en su chalet de Ribadeo empeñado en remontar en su barca de remos el río Eo; o como el mismísimo Mr. Ánsar, que se atrevió a alquilar la casa al dueño de Porcelanosa en Oropesa del Mar. Una panda de desconsiderados empeñados en arrastrar por el fango la imagen de la Presidencia. Menos mal que al fin llegó Zapatero y cambió las cosas recalando en La Mareta tras adecuarla a sus personales necesidades siguiendo, eso sí, la ruta que le marcara en su día Felipe González con su astracanada de utilizar el yate Azor do el mismísimo Francisco Franco pescara atunes como cachalotes. Imagino que en el a.b.c de la psiquiatría estará claramente descrita esta obsesión de comportarse como nuevos ricos de los mandamases socialistas. En fin, cosas veredes que farán fablar las piedras.
Septiembre a lo lejos parece abrir las fauces esperándonos. Menos mal que en tanta desolación siempre nos quedará la sonrisa surfera del licenciado Simón y nuestra fe inquebrantable en la eficaz gestión del ministro Illa, Don Salvador. Que la Virgen del Tránsito nos valga.
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Noche Sexo - Monica y el sexo - Las fichas comidas de Parchís: explotación, sexo y ruina ,.
El viernes -14- Agosto 0.40 / Cuatro, foto,.
Las fichas comidas de Parchís: explotación, sexo y ruina,.
Un documental estrenado en Netflix descubre el reverso turbio del éxito del grupo infantil, que no vio un duro pese a convertirse en un fenómeno social en España y Sudamérica en los 80,.
El filme de Daniel Arasanz contiene abundante material de archivo, testimonios jugosos y canciones, muchas canciones de una banda que surgió a partir de un anuncio en el periódico que buscaba niños de 8 a 12 años que supieran cantar y bailar. En la España de 1979 triunfaban cosas tan bizarras como Enrique y Ana, un adulto acompañado de una niña, y la discográfica Belter, que vivía de las menguantes rentas de estrellas folclóricas como Rosa Morena, Lola Flores y Juanito Valderrama, se quiso apuntar al boom de la música para los pequeños.
«Es difícil de digerir que lo más brutal de tu vida te pase con 14 años», reflexiona en el documental el director Joaquín Oristrell, que en aquella época trabajaba como tutor de los chavales al ser primo de Yolanda Ventura, la guapa del grupo e hija del trompetista Rudy Ventura. Belter jugó bien sus cartas. Lanzó un doble disco de presentación y aquellos cinco chavales de Barcelona se convirtieron en estrellas con solo salir en 'Aplauso'. «Con diez años no sabes lo que significa la palabra éxito», se dice en el filme.
Disqueros, managers, representantes, productores cinematográficos... Todos sacaron tajada, menos los protagonistas. El éxito de Parchís se lubricó con arreglos musicales que sustituían las voces de los niños más pequeños por cantantes femeninas y con cheques de un millón de pesetas de la época para locutores y presentadores. Tino, el líder carismático, recuerda todavía el día del casting. A la salida escuchó al director artístico de Belter: «Canta bien, pero es tan feo el cabrón...». Después de los discos y las sintonías de series vinieron las películas, los tebeos, los chicles, las colecciones de cromos... Y un éxito en Sudamérica mayor todavía del que disfrutaban en España.
Un día de trabajo en Argentina podía consistir en rodar una película por la mañana y actuar en doble función en un circo por la tarde. Llenaron el estadio Azteca de México y el Madison Square Garden de Nueva York, hazañas con las que estrellas consagradas ni siquiera pueden soñar. Un año, recuerda Frank, el pequeño querubín rubio, pisó cinco veces el colegio. Una vez al mes, uno de los niños llamaba a cobro revertido a sus padres, que comunicaba las noticias al resto de las familias.
Los padres aparecen como los grandes culpables de la explotación de los pequeños. Se desatendieron de sus hijos contagiados de la borrachera de la fama, pero cuando quisieron darse cuenta todos se habían llenado los bolsillos menos ellos. «No sé quién robaba a quién», expresa gráficamente Yolanda. Cuando una madre preguntó dónde estaba el dinero, se reemplazó a su hijo, Oscar, por el pelirrojo Frank. «Vivían como los niños de la isla de 'El señor de las moscas'», apunta Oristrell. Lanzaban sillas por las ventanas en hoteles de lujo y exigían todos los caprichos, como niños que eran.
Y, claro, iban creciendo y descubriendo sus cuerpos. Con 15 y 16 años, Yolanda y Gemma tenían que tener cuidado cuando un empresario pedía que se sentaran en sus rodillas en alguna fiesta. Tino, por su parte, no solo seducía a las niñas, sino a las madres que se escondían en el armario de su habitación. La oferta de dar el salto a Estados Unidos de la mano de Disney, la compañía de juegos Parker y Atari exigía que el grupo pasara un año estudiando inglés y formándose en canto y baile. Pero Belter decide lanzar en solitario a Tino con 16 años y comienza el principio del fin.
«Nos haremos un cubata bien preparado, con hielo y ginebra, y fumaremos un cigarrillo a medias», cantaba Parchís en sus últimos tiempos. Cuando ruedan 'Parchís entra en acción' en 1983, los miembros del grupo ya no le hablan a Tino. Belter, que había ingresado millones en sus últimos años, se declara en suspensión de pagos y Tino, con 18 años, tiene que cumplir la mili. El final de su carrera en solitario tras tres discos no es la mayor desgracia en la vida de Constantino Fernández, que a finales de los 90 sufrió un accidente de circulación que le costó la amputación de un brazo.
'Parchís, el documental' nos retrotrae a un tiempo de inocencia, a una España a punto de sumarse al carro de la modernidad. Y en los saltos del presente a las imágenes de los 80 demuestra que de adultos no somos muy diferentes a como éramos en la infancia. «Los niños corren las aventuras más raras sin inmutarse», escribe J. M. Barrie en 'Peter Pan'.
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