TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y
FILEMÓN - Revista Grada - Yolanda Arencibia - Galdos fue un genio y el sabia que lo era ,.
Yolanda Arencibia - Galdos fue un genio y el sabia que lo era,.
Yolanda Arencibia gana el Comillas con su biografía sobre Galdós
«El genio galdosiano aún no se aprecia a la altura que merece», lamenta la titular de la cátedra Galdós, una reconocida autoridad en la figura del gran escritor canario,.
El fallo elogió «la magistral narración de la vida y la obra de uno de los grandes creadores españoles». Un Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) que «sigue siendo en gran medida un escritor mal conocido, cuyo genio, a los cien años de su muerte, no termina de ser apreciado a la altura que merece», según asegura la ganadora.
Destacó también el fallo «la ambición de totalidad» del texto de quien es sin duda la mayor experta contemporánea en la obra de Galdós. Es la autora de una biografía que se beneficia, según sus editores, «de un exhaustivo y riquísimo bagaje de conocimientos acerca de la creación literaria y el contexto histórico y cultural de un escritor cuya modernidad mantiene su plena vigencia cuando se cumplen cien años de su muerte». Un narrador de genio «empeñado en contar su país aportando una mirada cervantina a la gran tradición novelística europea del siglo XIX y comienzos del XX»
Profesora de literatura española y catedrática por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Yolanda Arencibia, dirige la cátedra Benito Pérez Galdós en la ULPGC desde 1995. Fue Decana de la Facultad de Filología de la misma universidad entre 1989 y 1999. Pertenece a la Academia Canaria de la Lengua y fue consejera delegada de educación del Cabildo de Gran Canaria entre 1999 y 2003. Es editora de la colección 'Arte, Naturaleza y Verdad. Obras completas de Pérez Galdós (2005-2013)'. Forma parte del Consejo de dirección de 'Anales Galdosianos' y pertenece a la Asociación Internacional de Galdosistas, de la que fue vicepresidenta entre 2002-2005.
Por mayoría
El jurado que premió por mayoría a Arencibia estuvo presidido por José Álvarez Junco y formado por Miguel Ángel Aguilar, Francesc de Carreras, José María Ridao y Josep Maria Ventosa en representación de Tusquets. Un total de 62 originales se presentaron a esta edición del Premo Comillas que se convoca con el patrocinio del Fondo Antonio López Lamadrid constituido en la Fundación José Manuel Lara.Apoyándose de continuo en los más diversos textos de Galdós –novela, teatro, crítica, memorias y prosas misceláneas–, Arencibia, ofrece un extraordinario retrato «del gran renovador de la novela española». Un personaje «siempre atento a los nuevos impulsos culturales y sociales que venían de Europa.
Retrata así al Galdós republicano, regeneracionista y feminista adelantado, despreciado por los reaccionarios pero aclamado por innumerables lectores ya en su tiempo. Un Galdós retratado «como uno de los mayores escritores en lengua española de todos los tiempos» y «ejemplo de una España de estirpe cervantina, liberal y de espíritu progresista»
Arencibia reconstruye la extensa andadura literaria del autor canario y sitúa en su complejo contexto histórico, político y social al autor de obras maestras como 'Fortunata y Jacinta', 'Misericordia', y los imprescindibles 'Episodios nacionales'. « Galdós refleja en su vasta producción la mejor tradición del liberalismo español y, mediante unos personajes inolvidables, lanza una mirada compasiva y humana sobre la vida y la sociedad españolas de su tiempo y también el nuestro», destacan los editores.
TITULO: Documental - Donde el virus fue una frontera,.
Donde el virus fue una frontera,.
Crónicas mínimas,.
Elvira y Luis son vecinos de un mismo pueblo y también familia, como casi todos aquí. Aunque unos son españoles y otros portugueses, nunca existió una frontera real hasta que llegó el coronavirus,.
Me señala un grupo de casas cercanas y me cuenta que siempre estuvieron llenas «y ahora nada, está todo por arreglar». También me muestra dónde está la suya, que fue primero de su suegra y luego le tocó en herencia a su marido. Y que su bisabuelo era un guardia civil que casó con una portuguesa, su padrino de la Puebla de Sanabria, «aquí estamos todos mixturados», sentencia en esa mezcla de lenguas de la zona. Comienza a pegar el sol y da por terminada la charla. Su ropa negra luce impecable. Le digo que es una mujer muy guapa, me contesta que lo fue y se va caminando despacio por la cuesta de adoquines. Se gira, me da las gracias. «¡Tenha cuidado com a doença!» (tenga cuidado con la enfermedad), me advierte con una sonrisa.
Una cadena y dos postes
En el lado portugués no hay mascarillas. La mayoría de las casas lucen hermosas, hechas de la piedra oscura de estas montañas, repletas de flores y pequeños detalles; la calle de adoquines baja empinada hasta el río, donde andan todos los vecinos, viejos y jóvenes, limpiando las orillas de hierbas y maleza. La mayoría de los pobladores residen en el lado portugués, más de ochenta, y poco más de una docena en el español. Trabajan las tierras de forma comunal, al menos las que están cerca de las casas, y también arriman todos el hombro para mantener el cauce limpio. El del río Onor, que da nombre al pueblo, donde se sumergen hasta la cintura hombres, mujeres y jóvenes que suben a las orillas cargados de hierbas y ramas. Mariano, que tiene 88 años y fue alcalde durante más de veinte, también echa una mano señalando con el bastón dónde hay que apilar los fardos. A este lado hay una pequeña presa con una compuerta. Algunas piedras van cediendo, «tendrán que venir a arreglar eso algún día».Le pregunto por la frontera. El coronavirus ha torcido un poco la tranquilidad del pueblo, cuando se decidió cerrar el paso. Mariano no quiere líos y se remonta a la cadena que se puso durante la Revolución de los Claveles, una barrera inútil pero simbólica; bastaba con bordearla por un camino lateral. Hasta 1974, los dos pueblos hacían la misma vida, hasta que el teniente Piñeiro, un malhumorado guardiña luso (el equivalente a un guardia civil español) se puso a frenar el imperialismo con una cadena y dos postes de cemento. En 1985 la quitaron. Fue una alegoría que costó eliminar. Nadie esperaba que por un virus la Guardia Nacional Republicana colocara unos bloques de hormigón para cerrar el paso con España. Eso, y otras cosas, ha indignado a Luis, que se apellida Rodríguez Prieto (Preto en el lado luso), como casi todos aquí, que son familia. Su padre portugués y su madre española.
No hace mucho que se ha jubilado y vive con su mujer y su nieta. Aquí no hay adoquines y, en general, el pueblo luce menos cuidado que al otro lado del puente. «No se ha hecho nada desde que llegó la democracia, cuando yo tenía once años pusieron la luz y asfaltaron la carretera, y nada más. Casi no tenemos ni teléfono, han puesto un repetidor que no aguanta ni un pedo de tormenta». Le pillo construyendo lo que parece una cerca para un gallinero, pero no le importa charlar un rato. Explica que su nieta, por ejemplo, no es que no haya podido conectarse a internet para dar clase durante la pandemia, es que eso aquí no existe. «Hablaba por teléfono con la maestra y la mayoría de las veces se cortaba. En cambio, en el lado portugués tienen buenas infraestructuras». Se refiere a la situación surrealista de los bloques de hormigón como «un episodio vergonzoso, algo que no ocurrió ni con Franco ni con Salazar. Yo tengo tierras que cuidar en el lado portugués y ellos en este, hay veintidós casas de ellos aquí y seis de españoles en el otro lado, siempre ha sido así». Cuenta que le tocaba sortear la situación aprovechando que tenía que ir a alimentar algunas colmenas de abejas, pasando por la montaña al otro lado, como los fugitivos y, desde luego, sin poder emplear el tractor. «La cosa pinta mal porque tenemos a los peores políticos en las dos partes».
Pasa una mujer joven con tres niños y nos saluda. A unos veinte metros la calle está cortada por una cinta de plástico, junto a una casa que amenaza con caer en cualquier instante. En la de enfrente, pegada al río, sus dueños han recreado en la orilla algo que parece un poblado de gnomos, hadas y elfos de juguete destinado sin duda a entretener a los críos. O vaya usted a saber. El brillo del agua y el sonido de las hojas invitan a sentarse.
Le pregunto a Luis por la Guerra Civil y me dice que aquí no hubo nada. Un par que pasaron a Portugal «más por miedo que por otra cosa, porque nadie les perseguía». Cuando acabó volvieron y en paz. Desde entonces y tal vez hasta la frontera del coronavirus.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Las fuerzas de seguridad refuerzan la vigilancia en las zonas de ocio,. . , fotos,.
Las fuerzas de seguridad refuerzan la vigilancia en las zonas de ocio,.
El Consistorio emeritense recuerda que las fuerzas y cuerpos de seguridad emitirán las correspondientes propuestas de sanción en todos aquellos casos en los que se incumpla la normativa. Además tramitarán los correspondientes boletines de denuncia a la autoridad sanitaria, quien podrá sancionar con hasta 600.000 euros los incumplimientos más graves.
TITULO: HOY LE TOCA - El Sevilla, otra vez un grande de Europa,.
El Sevilla, otra vez un grande de Europa,.
foto / El Sevilla pasó las de Caín, pero estará el viernes en la
final de la Europa League, hoy sabremos si ante el Inter o el Shakthar.
No cabe duda de que esta es su competición. Deja atrás a un
Manchester United estupendo, que se puso por delante muy pronto con un
penalti bastante bruto de Diego Carlos que esta vez Bono no pudo parar. Pero
no vamos a reprochárselo, porque paró horrores. Fue la figura de un
partido trepidante, con tanto fútbol como pueda caber en 90 minutos.
En el arranque de la segunda parte el United fue un vendaval, cogió por
las solapas al Sevilla durante al menos 15 minutos, y él salvó la
situación.
Lopetegui repitió hombre por hombre la alineación que eliminó sucesivamente al Roma y a los Wolves. Un equipo construido este año por Monchi y redondeado por él, con nueve hombres que el curso pasado no estaban. Pero ayer el equipo no mostró el ajuste fino de los dos partidos citados, no fue tan preciso en sus entregas, ni tan seguro en sus movimientos. También tenía más rival enfrente, un equipo con un gran Bruno Fernandes al mando y con tres balas arriba. Al gol de penalti respondió mediada la primera mitad con el de Suso, tras llegada al fondo de Reguilón, fruto de unos buenos minutos de juego. Pero siempre expuesto a contraataques.
Tras el descanso el United salió creando pánico. Al Sevilla el balón no le duraba ni dos pases. No había forma de ser optimista. Lopetegui encontró la reacción, cambiando a los tres de arriba. Poco a poco, el equipo consiguió agarrarse a ellos, empezó a salir tímidamente. Lo peor había pasado. Y, ya se sabe, el que perdona paga. Y el United pagó los goles que le negó Bono encajando el de De Jong, a pase del incansable Navas. Quedaba tiempo, pero al United le entraron las prisas y no atinó. Victoria grande y difícil, de las que mejor saben, que rehabilita de alguna forma a nuestro fútbol, maltrecho tras verse arrasado en la Champions en pocos días.
Lopetegui repitió hombre por hombre la alineación que eliminó sucesivamente al Roma y a los Wolves. Un equipo construido este año por Monchi y redondeado por él, con nueve hombres que el curso pasado no estaban. Pero ayer el equipo no mostró el ajuste fino de los dos partidos citados, no fue tan preciso en sus entregas, ni tan seguro en sus movimientos. También tenía más rival enfrente, un equipo con un gran Bruno Fernandes al mando y con tres balas arriba. Al gol de penalti respondió mediada la primera mitad con el de Suso, tras llegada al fondo de Reguilón, fruto de unos buenos minutos de juego. Pero siempre expuesto a contraataques.
Tras el descanso el United salió creando pánico. Al Sevilla el balón no le duraba ni dos pases. No había forma de ser optimista. Lopetegui encontró la reacción, cambiando a los tres de arriba. Poco a poco, el equipo consiguió agarrarse a ellos, empezó a salir tímidamente. Lo peor había pasado. Y, ya se sabe, el que perdona paga. Y el United pagó los goles que le negó Bono encajando el de De Jong, a pase del incansable Navas. Quedaba tiempo, pero al United le entraron las prisas y no atinó. Victoria grande y difícil, de las que mejor saben, que rehabilita de alguna forma a nuestro fútbol, maltrecho tras verse arrasado en la Champions en pocos días.
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