Extremadura es la segunda región con la incidencia más baja de la covid-19 de todo el país,.
fotos / Pese al aumento de positivos, la comunidad extremeña registra 60,97 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media nacional es de 149,75,.
La extremeña es la segunda comunidad que registra la menor incidencia acumulada de coronavirus en los últimos 14 días. El Ministerio de Sanidad, en su último informe (publicado este viernes), situó esta cifra en 60,97 casos por cada 100.000 habitantes en Extremadura, una cifra muy por debajo de la media nacional, que en estos momentos se sitúa en 149,75.
Solo Asturias mejora el dato de Extremadura. El principado registra actualmente 33,05 casos por cada 100.000 habitantes. La región extremeña bajaría al tercer puesto si se incluyen las ciudades autónomas, ya que Ceuta contabiliza 49,54 casos por cada 100.000 habitantes.
Lo cierto es que, tal y como ha reconocido el Consejero de Sanidad, José María Vergeles, en Extremadura ya existe transmisión comunitaria del virus aunque esta se encuentra «controlada». Los datos de contagios, brotes detectados y pacientes ingresados en hospitales han ido incrementándose en las últimas semanas. De hecho, el pasado jueves día 20 de agosto se volvía a registrar en la región el máximo histórico en cuanto a número de casos de personas infectadas desde que entró el estado de 'nueva normalidad'.
Actualmente ya hay 28 personas hospitalizadas, de las cuales 4 están la UCI, y 40 focos declarados en la región. Según manifestó el propio Vergeles el pasado jueves, estos datos ponen de manifiesto que Extremadura está en la segunda oleada de contagios, «pues aunque la incidencia acumulada de 14 días sea inferior a la de los meses de marzo y abril, se va dando un incremento constante de casos», explicó. Pese a esta situación al alza, los datos de incidencia acumulada en los últimos 14 días arrojan una lectura relativamente positiva para Extremadura, ya que este parámetro sitúa a la región extremeña como una de las que más está conteniendo la velocidad de la expansión del virus. Es decir, en la región la enfermedad avanza pero no lo hace tan rápido como en el resto del país.
«La incidencia acumulada sigue siendo menor que en el resto de España, pero no podemos bajar la guardia. Ahora tenemos más medios para detectar casos y estamos mejor preparados», agregó Vergeles.
El consejero quiso hacer un llamamiento a la sociedad extremeña para pedir «un esfuerzo colectivo» con el fin de reducir la incidencia acumulada, especialmente durante las dos próximas semanas, previas al inicio del curso escolar.
Ese es el objetivo tanto del Ministerio de Sanidad como de las comunidades autónomas que esperan, no ya reducir, sino al menos «controlar» esta incidencia, que a nivel nacional se ha triplicado desde finales del mes de julio, cuando estaba situada en 57,46. En aquel momento el dato nacional ya estaba muy por encima del extremeño, que a 31 de julio marcaba 12,18. Tan solo 15 días después ese parámetro se disparó a 39,06 en Extremadura, mientras que la media nacional ya estaba entonces en 109,27 casos por cada 100.000 habitantes.
Pero la situación es más alarmante en las comunidades autónomas que marcan una mayor incidencia. En estos instantes, Aragón, región que ha focalizado en las últimas semanas la preocupación de los epidemiólogos, este dato se sitúa en los 489,20 casos por cada 100.000 habitantes, y se sitúa a la cabeza de la lista. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el parámetro se encuentra en ligero descenso tras la adopción de medidas restrictivas por parte de su Gobierno. También superan la media española Madrid (313,43), el País Vasco (275,53), Navarra 208,04), La Rioja (197,29), Baleares (178,43) y Cataluña (147,85).
Las autoridades sanitarias españolas justifican esta elevada incidencia en el país defendiendo que se realizan 50.000 pruebas PCR diarias y que se detecta en torno a un 60% de asintomáticos, lo que significa que en marzo y abril pasaban desapercibidos para el sistema de rastreo.
El foco de las restricciones pactadas el viernes 14 de agosto en el Consejo Interterritorial, y que ya se han empezado a aplicar, se ha puesto sobre en el ocio nocturno y las reuniones familiares tras constatar que generan gran parte de los brotes y de los casos. Aunque para comprobar los resultados de estas medidas habrá que esperar, al menos, 14 días desde su entrada en vigor.
TITULO: CAFE, COPA Y El Badajoz construye futuro,.
El Badajoz construye futuro,.
El club blanquinegro anuncia el fichaje del pacense Jesús Clemente, mediocentro de 20 años procedente del Diocesano,.
El máximo accionista del Badajoz siempre recuerda que cuando llegó al Nuevo Vivero hace poco más de un año el club solo tenía dos jugadores, Francis Ferrón y César Morgado. Ese era el único patrimonio como propiedad de la entidad pacense. De ahí que su filosofía pase por firmar jugadores por dos temporadas para consolidar el proyecto y prepararlo para un posible salto a Segunda. Además, en ese perfil de futbolista también destaca la edad unida al talento, por lo que el equipo de Munitis cuenta con una de las medias más jóvenes de la categoría. En ese sentido, el jugador más veterano es Guzmán, canterano, capitán y una de las señas de identidad del Badajoz, a quien se le renovó el contrato en marzo pasado, justo antes de estallar la crisis por el coronavirus.
Así, el club blanquinegro mantiene su apuesta de futuro y consigue hacerse con una de las perlas del fútbol extremeño. Esa es otra de las premisas del Badajoz, la de crecer con una base de jugadores de la tierra. «Yo prefiero que sean jugadores que hayan salido de la casa. Y ojalá triunfen jugadores extremeños, no solo de Badajoz», exponía Joaquín Parra. El club blanquinegro anunciaba este miércoles la incorporación de Jesús Clemente Corcho (Badajoz, 2000). El club le define como «un mediocentro con gran poderío físico y que aporta gran equilibrio al juego. Inteligente y con personalidad ante el rival a pesar de su juventud».
Jesús Clemente se formó en el Flecha Negra y en su edad juvenil pasó al Diocesano de División de Honor. El año pasado jugó en el primer equipo cacereño en Tercera.
Al Badajoz le quedarían dos fichas sub-23, en principio reservadas para el extremo venezolano Yeiber Murillo y un portero, por lo que el nuevo fichaje pacense Jesús Clemente podría partir con ficha del filial –en un caso parecido al de Arturo Segado la pasada temporada– o salir cedido a otro club para no frenar su proyección.
TITULO: Documental - Conversaciones con el leñador,.
Conversaciones con el leñador
Iker Vicente es a sus 23 años el aizkolari con el título de campeón absoluto más joven de la historia,.
En este deporte apenas hay profesionales, «dos o tres», dice. «Es muy difícil, cada uno se tiene que ir sacando las castañas del fuego, buscando patrocinadores o exhibiciones». Tampoco las apuestas ayudan mucho, como ocurre en otras especialidades. «Antes se jugaban hasta el caserío, y ahora pueden llegar hasta doce mil euros, pero al que corta los troncos no le invitan ni a un café». Tiene 23 años y una pequeña nave en la que entrena. Parece un gimnasio de toques rústicos. En la parte superior unas grandes fotos muestran algunos momentos estelares de su padre, incluso con una motosierra de grandes dimensiones. También hay ropa usada en competiciones, bufandas, trofeos y logotipos de patrocinadores. Corta dos días a la semana, otros dos los dedica a correr y otro par a la musculación. Esto es una mezcla de fuerza, resistencia y técnica y, en contra de lo que parece a simple vista, no es nada sencillo.
Cortó 14 troncos en menos de 27 minutos en un evento benéfico para investigar sobre el Covid
Para manejar el hacha has de conocer muy
bien la madera, casi siempre de haya, «que puede ser blanda o muy dura;
hasta que no das el primer golpe no sabes a qué te enfrentas». Puedes ir
cambiando de herramienta en función de las dificultades. En las
competiciones, explica, siempre se dividen los lotes entre los
participantes de forma que a cada uno le corresponda un reparto
equitativo de las partes del árbol, ya que la copa es de madera más
tierna y la base resulta más dura. Suelen tener entre 40 y 45
centímetros de diámetro y se han de calcular muy bien los ángulos del
corte para que coincidan por ambos lados al llegar al centro, donde se
parte. Cuenta estas cosas con un hacha en la mano. Tiene un centenar y
las compra en Australia, a 500 euros la unidad. Los mangos se los hace
aquí, y el afilado también. Cada árbol tiene el suyo y cada pieza de
acero su personalidad, «las conozco todas, no es que les ponga nombres
ni nada de eso, pero las reconozco por las marcas que les pongo de
colores y por el año». En la pared hay tres sujetas con unos clavos.
Tienen las hojas partidas.'Uno de los nuestros'
Vivir en un lugar pequeño y alejado tiene sus pegas. Los estudios, por ejemplo. Llegado el momento, a los 17, al terminar la Secundaria, «me tenía que ir a Pamplona a estudiar, pero ya estaba cogiendo nivel, así que les dije a mis padres que quería probar a tope durante un año a ver qué pasaba». Y lo que ocurrió es que a los 18 se proclamó campeón de Navarra y a partir de ese momento comenzó una carrera que le ha llevado hasta donde está, a un lugar que no cambia por nada. «Esto me gusta y ,aunque no me dedicara profesionalmente a ello, también lo haría, no lo cambio por ningún otro deporte, ni por dinero; es lo que yo soy y lo que me hace feliz».Es fin se semana y el aparcamiento está lleno de vehículos. Los turistas paran en los puentes a hacer fotos. Y junto a los balcones rebosantes de geranios. Una pareja de franceses sestea en las escaleras de la iglesia, bajo una placa donde se recuerda a un misionero jesuíta bautizado aquí, Juan Esandi, que «fue degollado por los moros de Mindanao» en 1768.
Iker se ha comprado una casa y la ha transformado en establecimiento turístico. En Ochagavía no hay demasiado en lo que trabajar y la belleza del pueblo y de los bosques cercanos atrajeron hace mucho a los turistas. Aprovechó que una vecina al morir dejó su vivienda en herencia a unos familiares que viven en el extranjero y no estaban interesados en quedársela. Es hijo único y por ahora no quiere nada serio con las chicas.
Junto a la nave almacena cada año 50 toneladas de haya, las que usa para entrenar. Se las dan a cambio de lucir publicidad de los bosques que atraen a tantos visitantes al valle del Salazar y la cercana Selva de Irati. Los troncos están cubiertos con paja para que no se sequen. Iker toma una motosierra y prepara uno con destreza, le quita la corteza, lo cargamos en el todoterreno y subimos por una de esas pistas que solo conocen los del pueblo hasta un camino de tierra que se adentra en el mar de árboles descomunales. Columnas que se ondulan y filtran la luz.
Hablamos de Australia, donde se pasa tres meses al año compitiendo y donde tiene un amigo que es como un hermano, de la relación con la tierra y las raíces, de cómo a veces en los mundos pequeños se aparecen territorios inabarcables. Cuenta Iker que en este mundillo todos se conocen, compiten unos contra otros en torneos y exhibiciones y luego comparten una comida o una cena. Es alguien elocuente: «Mis rivales son mis amigos».
Le explico que la culpa de que estemos aquí es del escritor John Berger y de un pasaje de una de sus novelas, 'Una vez en Europa', donde escribe: «Cuando el hacha entra en el bosque, los árboles dicen: ¡Mira, el mango es uno de los nuestros!». Se ríe. Se queda un rato pensativo. Son cosas de la gente que nos dedicamos a contar historias frente a aquellos que se dedican a vivirlas. Iker no es muy dado a las metáforas. «El monte es como las personas, en los hayedos, si no quitas a los viejos, su sombra hace que no puedan crecer los jóvenes; haciendo eso siempre tienes un bosque. De la otra manera, si no cortas, se pudren, se mueren y no tienes nada. Pero, oye, la frase esa que me has dicho es muy buena, me gusta mucho».
TITULO: El escarabajo verde - Objetivo en Badajoz: salvar 1.680 palmeras del picudo rojo,.
Objetivo en Badajoz: salvar 1.680 palmeras del picudo rojo,.
Plaga. Badajoz comienza una nueva campaña contra este insecto que taladra los árboles,.
Llegó
en 2014 y no piensa marcharse. El picudo rojo es un escarabajo que
taladra las palmeras y que ha acabado con el 10% de las que existen en
Badajoz. Ahora el Ayuntamiento lanza una nueva campaña con la que
tratará 1.680 ejemplares de toda la ciudad.
La tarea corre a cargo de la empresa que logre el contrato con el Ayuntamiento por 40.000 euros. Según el concejal de Medio Ambiente, Jesús Coslado, la actuación comenzará en las próximas semanas porque el concurso está a punto de adjudicarse.
La tarea corre a cargo de la empresa que logre el contrato con el Ayuntamiento por 40.000 euros. Según el concejal de Medio Ambiente, Jesús Coslado, la actuación comenzará en las próximas semanas porque el concurso está a punto de adjudicarse.
El
tratamiento fitosanitario que se va a aplicar consiste en una ducha
insecticida de 20 litros que se repite en cinco ocasiones durante un
año.
Tratarán todas las palmeras municipales, salvo las whasingtonias (las más altas que se pueden ver en el parque en Castelar) porque esta oruga no les afecta tanto como a otras. Las más perjudicadas suelen ser las canarias.
Este escarabajo que mide entre dos y cinco centímetros es una pesadilla para muchas ciudades, que no logran acabar con él. Originario de Asia, es un escarabajo muy voraz gracias a la trompa y las mandíbulas que tiene. Son estas las que le permiten comerse el interior de las palmeras. El insecto entra en la única yema por la que crece la planta y desde ahí se mueve. Llega a una profundidad de un metro, la larva se desarrolla y se come la rama principal. Así destruye las palmeras.
De hecho, este año han talado 63 ejemplares de la ciudad víctimas de la oruga. Los trabajos se retrasaron por la pandemia, pero tras el estado de alarma se retomaron y ya están todas quitadas. El Ayuntamiento quería evitar la caída de árboles de más de 10 metros de altura que pueden alcanzar un peso de hasta 10.000 kilos.
Al talarlas también quitan el efecto antiestético que provocan los troncos secos en zonas tan emblemáticas como el paseo de San Francisco, la plaza de la Constitución, Castelar, Puerta Palmas y la avenida Ramón y Cajal.
Los síntomas que advierten de la plaga son hojas externas caídas y un aspecto decaído de las hojas más tiernas del penacho central, con un color que puede ser amarillo o rojizo.
En realidad, la actual legislación medioambiental y de control de plagas exige la tala de las palmeras muertas para evitar la transmisión del picudo rojo dentro de la Unión Europea.
El concejal Jesús Coslado reclama a la Junta su implicación en esta tarea. Recuerda que son los responsables de Sanidad Vegetal y les afea que no se hagan cargo de los trabajos para luchar contra esta plaga. Cree que la administración regional está haciendo dejación de funciones y que no cumple. «Ni se hace cargo de sus palmeras ni fiscaliza el control que deben hacer los particulares».
No siempre ha sido así. Hace seis años detectaron el primer foco en la ciudad y en unos meses se conocieron varios en la región. Entonces la Junta publicó una orden para intentar frenar esta oruga. Esa norma prohibió la venta de palmeras durante tres años en la región. Esto es, hasta 2017.
Desde el vivero Mandyplant, José Manuel Díaz Carrillo, explica que ya se pueden vender de nuevo. En su caso, lo hace por encargo. Decidió dejar de tenerlas en exposición por el picudo rojo, aunque a su vivero llegan siempre tras pasar un tratamiento y sanas, y también salen en buen estado. Su precio depende de la especie y la altura. Lo habitual es que los clientes busquen palmeras de unos 70 centímetros, cuyo coste ronda los cinco euros. Aunque se encarecen conforme crecen, y en la mayor parte de los casos el precio varíe en función de los centímetros del tronco.
La plaga afecta aún a distintos municipios. A finales del año 2019, la Junta había detectado focos en 169 municipios de la región.
Tratarán todas las palmeras municipales, salvo las whasingtonias (las más altas que se pueden ver en el parque en Castelar) porque esta oruga no les afecta tanto como a otras. Las más perjudicadas suelen ser las canarias.
Este escarabajo que mide entre dos y cinco centímetros es una pesadilla para muchas ciudades, que no logran acabar con él. Originario de Asia, es un escarabajo muy voraz gracias a la trompa y las mandíbulas que tiene. Son estas las que le permiten comerse el interior de las palmeras. El insecto entra en la única yema por la que crece la planta y desde ahí se mueve. Llega a una profundidad de un metro, la larva se desarrolla y se come la rama principal. Así destruye las palmeras.
De hecho, este año han talado 63 ejemplares de la ciudad víctimas de la oruga. Los trabajos se retrasaron por la pandemia, pero tras el estado de alarma se retomaron y ya están todas quitadas. El Ayuntamiento quería evitar la caída de árboles de más de 10 metros de altura que pueden alcanzar un peso de hasta 10.000 kilos.
Al talarlas también quitan el efecto antiestético que provocan los troncos secos en zonas tan emblemáticas como el paseo de San Francisco, la plaza de la Constitución, Castelar, Puerta Palmas y la avenida Ramón y Cajal.
Los síntomas que advierten de la plaga son hojas externas caídas y un aspecto decaído de las hojas más tiernas del penacho central, con un color que puede ser amarillo o rojizo.
En realidad, la actual legislación medioambiental y de control de plagas exige la tala de las palmeras muertas para evitar la transmisión del picudo rojo dentro de la Unión Europea.
Insecto agresivo
A pesar de que la plaga es peligrosa y que el insecto es muy agresivo, no todas las palmeras mueren. Los tratamientos surten efecto. En 2017 los operarios eliminaron 23 ejemplares en Badajoz, pero recuperaron otras 48.El concejal Jesús Coslado reclama a la Junta su implicación en esta tarea. Recuerda que son los responsables de Sanidad Vegetal y les afea que no se hagan cargo de los trabajos para luchar contra esta plaga. Cree que la administración regional está haciendo dejación de funciones y que no cumple. «Ni se hace cargo de sus palmeras ni fiscaliza el control que deben hacer los particulares».
No siempre ha sido así. Hace seis años detectaron el primer foco en la ciudad y en unos meses se conocieron varios en la región. Entonces la Junta publicó una orden para intentar frenar esta oruga. Esa norma prohibió la venta de palmeras durante tres años en la región. Esto es, hasta 2017.
Desde el vivero Mandyplant, José Manuel Díaz Carrillo, explica que ya se pueden vender de nuevo. En su caso, lo hace por encargo. Decidió dejar de tenerlas en exposición por el picudo rojo, aunque a su vivero llegan siempre tras pasar un tratamiento y sanas, y también salen en buen estado. Su precio depende de la especie y la altura. Lo habitual es que los clientes busquen palmeras de unos 70 centímetros, cuyo coste ronda los cinco euros. Aunque se encarecen conforme crecen, y en la mayor parte de los casos el precio varíe en función de los centímetros del tronco.
La plaga afecta aún a distintos municipios. A finales del año 2019, la Junta había detectado focos en 169 municipios de la región.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Imitación a la vida , , Miercoles -26- Agosto ,.
Este miércoles -26- Agosto a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
- Reparto
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Lana Turner, John Gavin, Susan Kohner, Sandra Dee, Dan O'Herlihy, Robert Alda, Juanita Moore, Mahalia Jackson, Terry Burnham, Karin Dicker, Troy Donahue,.
- Lora Meredith (Lana Turner), una actriz viuda en paro, vive con su hija adolescente (Sandra Dee) en Nueva York. Un día, conoce por casualidad a Annie, una mujer negra (Juanita Moore) a la que contrata como sirvienta. Ese mismo día conoce también a Steve (John Gavin), un fotógrafo que se enamora de ella.
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TITULO: Un país para escucharlo - Leticia Sabater ,.
Un país para escucharlo - Leticia Sabater ,.
Este martes 25 de Agosto , a las 23.00 por La 2, foto.
«En mis veranos en Montecarlo la he liado 'bien gorda'»
El mejor verano de...
Leticia Sabater, ganadora del reality de Telecinco 'La Casa Fuerte' y cuya canción 'Vete pal carajo tra tra' arrasa en redes sociales, disfruta las vacaciones en Marbella
– ¿Algún verano inolvidable?
– He veraneado muchos años en Deba (Euskadi), Formentera…, pero mis mejores veranos han sido en Montecarlo. Inolvidables. Allí no me conoce nadie y hago todas las gamberradas del mundo. La he liado 'bien gorda' con mis amigos, de acostarme a las ocho de la mañana o bañarme desnuda. Desde luego que a nadie le dé pena el día que me muera, porque me lo he pasado muy bien y he sido muy feliz en mi vida.
– ¿Y el actual?
– He pasado la mitad del verano en 'La Casa Fuerte' y he hecho actuaciones en terrazas grandes, porque las que organizaban los ayuntamientos o los locales se han cancelado.
– ¿Cómo ve la situación de la música?
– 2020 lo doy por perdido. Voy a aprovechar para ponerme carillas y hacerme una blefaroplastia superior e inferior con rasgado de ojos, o sea, con cantopexia. Es el año perfecto si te quieres operar y ponerte guapa para tus fans. Además, en septiembre me pongo a preparar el villancico.
– No ha faltado su canción…
– He hecho lo que he querido hacer, olvidándome de lo que piensan los demás. Siempre digo que el secreto del éxito no se conoce, pero el del fracaso es intentar gustarle a todo el mundo.
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