A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER,.
Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.
Àlex Rigola,.
Àlex Rigola: "Tenemos una figura caduca, un Rey que ha robado, y la sociedad no ha salido a la calle para acabar con la monarquía",.
El
Teatro de la Abadía de Madrid recupera su actividad con un montaje de
'La gaviota', de Chéjov. Al frente, el director catalán Àlex Rigola
(Barcelona, 1969), de nuevo en la capital cuando se cumplen tres años
de su salida de los Teatros del Canal como crítica al PP por el 1-O.
- ¿Qué es lo bueno y lo malo de hacer un 'clasicazo' teatral como Chéjov?
- Lo peor de los grandes tótems no son los propios tótems, sino sus herederos. Para mí es necesario que las personas que están encima del escenario se cuenten ellos, más que los propios personajes.
- ¿Cuál es su sistema ante obras como ésta?
- Que el autor y el director sirvan a los actores, que estos puedan contar sus dudas y sus miedos, gente tan generosa que es capaz de enseñarte sus fragilidades. Porque para hacer una ficción, lo hace mucho mejor el cine. Así que mi forma de verlo es cómo conjugar realidad y ficción en contacto directo con el público, siempre rompiendo la cuarta pared.
- ¿El director teatral se ha de hacer notar?
- Yo pienso un poco como todos y estoy en todos. Aprovecho esas voces para hacerme preguntas, para contar cosas que yo no puedo hacer directamente, pensamientos que a veces son muy privados y que los elevas a lo público. Ahí es donde me siento cómodo: al interpelar al espectador directamente. Te voy a contar algo que me ha pasado.
- ¿Por qué 'La gaviota' sigue fresca 125 años después?
- Los conflictos personales que tenemos todos están muy bien representados en Chéjov, nos vemos en esos personajes. La grandeza de estas dudas existenciales del siglo XIX es que necesitan muy poco para ser transportadas a la actualidad.
- ¿Por ejemplo?
- Hay un momento en que alguien dice: "Qué daño hace el amor no correspondido". Y este recorrido nos dice que, en el fondo, nos parecemos mucho en estructuras de funcionamiento, de reacción ante esto que es el amor. Una de las salidas del descubrimiento de que el mundo es muy duro, de vivir en el sufrimiento, es a través del amor, en sus diferentes versiones: el darse a los demás, no solo en el amor romántico es donde encuentras tu propio bienestar, tu propia salvación. Y en el amor romántico también, por supuesto.
- Desde el teatro, ¿cómo se ve lo que pasa ahora en el mundo?
- Llevamos mucho tiempo hablando de que este sistema no se sostiene. Antes, una crisis económica. Ahora, una pandemia seguramente por culpa directa o indirecta de los humanos. Dentro de ese pensamiento de que el mundo les pertenece y que no hay que estar compensados con el resto de la naturaleza.
- ¿Cómo se cuela la coyuntura actual en una obra?
- En el montaje, los actores se ponen la mascarilla como protección entre ellos, porque necesitan también cuidarse en ese sentido, porque aparte están en rodajes de películas y también pendientes de otros montajes, y no pueden permitirse que un equipo entero tenga que parar.
- ¿Puede ser inspiradora una pandemia?
- Para mí sería imposible hacer este año una pieza sobre el Covid. Pero estoy seguro que hay imágenes que podrían ser maravillosamente trasladadas al mundo de la ópera. Yo me vería haciendo un réquiem dedicado al Covid.
- ¿Cómo afectará esto al amor y al sexo?
- El follar no se va a acabar. Se van a encontrar sistemas: buscar a personas con las que tengas sinceridad, que lleven 15 días sin estar con nadie... Es que si no, el cuerpo explota. Seguramente, puede llevar a un cierto puritanismo. O los más puritanos estarán encantados con la situación.
- ¿Qué solución ve a las otras pandemias, en este caso morales?
- Salir de ese mundo en el que nos meten donde hay un pensamiento de posesión: de objetos, de cómo mostrarnos, qué queremos enseñar de nosotros. Parece que sea fundamental en nuestra vida esta necesidad de comprar objetos y de convertirse en objetos, modelos a seguir. Por eso está muy bien dejar de ser tu propio centro, que es otra forma de amor. Ayudar es como regalar amor.
- ¿A usted qué le ha salvado?
- Después de ocho años de dirigir una institución como el Teatre Lliure de Barcelona vivía más horas en ese edificio que en mi casa con mi pareja, lo que tuvo también unos efectos devastadores. Habíamos viajado mucho, conseguido premios, hecho una programación de las que nos podíamos sentir orgullosos, se había hablado bien de nosotros, etcétera. Y finalmente, con lo que me quedaba era con relaciones humanas, con personas que había conocido y los lazos que habíamos establecido. Si en unos ensayos hubiera continuamente tensión, yo no lo resistiría. Para mí el resultado no justifica el viaje que hacemos todos.
- Se cumplen ahora tres años del 1-O en Cataluña y de su salida de la dirección de los Teatros del Canal de Madrid en protesta por la actitud de entonces del PP, que gobernaba también la Comunidad. ¿Cómo ve aquel conflicto, ahora?
- No te puedo responder ahora, porque es una respuesta compleja. Necesitaríamos una hora porque el análisis no creo que sea una situación de Cataluña-España. No se puede responder fácilmente a cuestiones cómo dónde estamos, hacia dónde vamos y de dónde venimos, cómo interesa desviar por una parte y por otra el tema principal. Estamos ante una sociedad que parece que no reacciona. Tenemos una figura caduca, que es la de un rey que ha robado. Este dinero no se va a recuperar y no hay ninguna intención de devolverlo. Y la sociedad no ha salido a la calle y está acabando con la monarquía. Además, la mayoría de diputados dice que esto no es un tema a investigar o a repensar. Y todo esto con un gobierno que, teóricamente, se llama progresista. Pero, volviendo a tu pregunta, al final es todo una cuestión de miedos y de posesión por las dos partes. Y, por lo tanto, es un pensamiento básicamente de derechas: Yo, mí, me, conmigo, lo mío...
- ¿Individuo o colectivo?
- Las revoluciones sólo se consiguen individuo a individuo. Cuando hay una, es porque se ha producido dentro de cada una de las personas que después pasarán a ser un colectivo. La gente no es un enjambre de abejas. Y sé que no voy a cambiar el mundo, pero puedo poner mi granito de arena, que es insignificante en su totalidad para cualquier revolución, pero es necesario si queremos llegar a algo.
TITULO:
LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - La maldita cita previa,.
LA BRUJULA ONDA CERO,.
La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
La Linterna La Cope ,.
'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina., etc.
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La maldita cita previa,.
Mimados. Larra escribiría sobre los teléfonos que nadie atiende y los privilegios del burócrata,.
Imagino que los trabajadores de primera son aquellos que tienen las defensas muy bajas y por esta razón trabajan en casa o te reciben tras superar un montón de filtros y realizar decenas de llamadas. Si Larra resucitara, escribiría sobre ellos. Es curioso porque supongo que estos trabajadores con las defensas tan bajas deben de contagiarse también telefónicamente: por mucho que llames, no cogen el teléfono y no escribo de oídas, sino tras padecer esa experiencia en varias ocasiones y en varios organismos o entes. Cualquier lector podrá aducir decenas de casos en los que el peligro de contagio telefónico es evidente pues por más que llamas, nadie se pone, como si el virus viajara de satélite en satélite enfermando al primero que responda: «¿Dígame?».
Los trabajadores de segunda categoría son, digo yo, aquellos que han nacido inmunizados contra virus y coronavirus, empleados resistentes a pandemias y epidemias, proletarios fortachones que atienden al instante, cogen el teléfono enseguida, reciben sin demora y solucionan los problemas cara a cara y al instante. Son gente recia a los que las toses y los virus ni se les acercan del miedo que dan y los resistentes que son.
Así está el mundo después del coronavirus, dividido entre trabajadores inmunes a la covid y propensos a ella Lo que no acabo de entender es cómo se adivina quién tiene las defensas bajas y quién las tiene altas porque, que yo sepa, la división entre trabajadores de primera categoría, que no reciben sin cita previa, tienen recepcionistas que hacen de escudo antivirus y atienden al teléfono de chiripa y trabajadores de segunda que atienden como antes, aunque con mascarilla... Esa división, digo, no se hace con criterios médicos. Quiero decir que nadie analiza las defensas bajas o la inmunidad alta para convertirte en trabajador de primera o de segunda, sino que se hace por grupos, por instituciones, por departamentos.
Los burócratas, todos de primera: la piel fina; las defensas por los suelos; la nariz y la boca, coladeros por donde se cuelan los bichos como Pedro por su casa. Profes, personal sanitario, vendedores, repartidores, dependientes, mecánicos, albañiles, camareros, limpiadores, fontaneros, gestores, abogados sindicalistas... Todos de segunda. Deben de tener unos anticuerpos que alucinas porque están atendiendo y relacionándose con clientes, pacientes y estudiantes de la mañana a la noche y oye, ni una tos, ni una náusea, ni un dolor. Son los supermanes de la pandemia. Aguantan lo que les echen.
Esta división entre trabajadores de primera y de segunda es, además, un tema tabú. Todo el mundo habla de él, pero en voz baja, no vaya a ser... Una de las cartas a la directora más valientes que he leído en la prensa mundial fue una publicada este verano en este diario. En ella, un trabajador de primera lamentaba la situación, su propia situación, y denunciaba esta división injusta, incomprensible y continuada que empezó en marzo y dicen que acabará la semana que viene. Al pobre le cayó la del pulpo, pero le rindo mi más sincera admiración. Fue uno de los héroes de la pandemia y lo fue sin cita previa.
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