miércoles, 28 de abril de 2021

REVISTA EPOCA - Economía - Negocios que cierran ,. / Natural - De cuna: «El que nace pobre suele morir pobre, es una realidad» ,. / Los Reporteros Canal Sur Televisón - Guerra en el fútbol , El debate sobre la prostitución, y los patios de Córdoba,. / Tierra y Mar - El valor del aguacate, propiedades y sus usos en la cosmética o fertilizantes , Educando en valores medioambientales para evitar el despoblamiento rural ,.

 

TITULO:  REVISTA EPOCA - Economía -  Negocios que cierran ,.

REVISTA EPOCA - Economía -  Negocios que cierran ,.   , fotos,.

 Negocios que cierran,.

 

De té, de vino, veganos. En provincias, los nuevos comercios miden la apertura de miras,.

Entrada al restaurante vegano Amapola antes de su cierre. / E. R.
 
Entrada al restaurante vegano Amapola antes de su cierre.

El viernes pasado fui a conocer un nuevo negocio que acaba de abrir en Cáceres y del que mañana les contaremos su esencia en EnSalsa. Fui porque me parecía un empeño arriesgado, vanguardista, que aporta novedades y que se la juega porque, para triunfar, debe romper con la inercia de los cacereños y convencerlos de que hay que abrir la mente,.

«En lo que llevamos de año sólo hemos llegado al tope del aforo en tres ocasiones y eso que está en el 50%». El Mercado Central sirve para tomar la temperatura del centro de Valencia, siempre ha sido así, y cuando le va bien al principal mercado de producto fresco de Europa ocurre lo mismo al resto del centro histórico.

 REVISTA EPOCA Nº 648. 28 DE JULIO DE 1997. MAYOR OREJA LOS JUECES TIENEN  AHORA LA PALABRA. TDKR6: Revista / Publicación | TraperíaDeKlaus

 

 

El distrito de Ciutat Vella o lo que es lo mismo, la plaza Redonda, la plaza del Ayuntamiento o la Basílica de la Virgen, por citar sólo tres lugares que están en la memoria de todos los vecinos de la ciudad, es el barrio de todos, aunque debido a la pandemia se ha convertido en el de ninguno.

Los problemas vienen de más atrás de la llegada del Covid-19, aunque la crisis sanitaria ha dejado todo más al descubierto. «El problema es que no hay arraigo, las parejas se marchan cuando tienen hijos», asegura el portavoz de la asociación Amics del Carme, Toni Cassola, un veterano en lidiar con el Ayuntamiento para que se desbloqueen inversiones públicas. «La combinación de ruidos por los bares, ocupación excesiva del espacio público y que sólo se reformen viviendas para apartamentos es mortal para Ciutat Vella», dice.

Ese es el motivo de que la población se haya estancado pese al crecimiento de los últimos años, una tendencia frenada en seco por la crisis económica y ahora por la sanitaria. «Estamos siempre en poco más de 27.000 vecinos en los cinco barrios del centro», comenta.

Llegará un momento en que todo esto pasará, las crisis que se van acumulando una sobre otra. Para entonces, cada asociación tiene una «receta» y en el Mercado Central lo tienen muy claro. «La línea C-1 de la EMT tienen que quitarla porque no ha dado el resultado esperado. Tienen que volver a pasar autobuses por la calle San Vicente como antes, al menos dos o tres líneas», dicen en la asociación de vendedores.

Eso y completar una buena red de aparcamientos públicos, donde todas las miradas se dirigen hacia el cerrado de Parcent, que está sin plazo de reapertura después de que el Ayuntamiento no renovara la concesión. Además, subrayan que el parking del Mercat, en la plaza Ciudad de Brujas, tiene cada vez menos plazas de rotación. «Para eso no se hizo», recuerdan del proyecto.

Imagen del Mercado Central estos últimos días.
Imagen del Mercado Central estos últimos días. / D. Torres

Entre los sectores más tocados por la pandemia se encuentra el del pequeño comercio. La asociación del sector en el centro histórico calcula que al menos uno de cada diez ha bajado la persiana para siempre. «El comercio esta siendo el sector más resistente y colaborador, pero no obtiene respuesta acorde a su enorme esfuerzo», critican, para añadir que no se esta valorando «el día después, con qué desertización nos vamos a encontrar y el coste añadido que eso supondrá para la recuperación económica».

Por último, apuntan un tercer argumento, más bien una carga de profundidad: «Dejar morir a nuestros comercios singulares, autóctonos y auténticos, será otra pérdida insustituible por no escuchar al sector». La entidad ha tenido varios encontronazos con el Ayuntamiento, sobre todo en contra de la remodelación de líneas de la EMT y por la falta de diálogo con algunas concejalías.

Sirva como ejemplo de supervivencia el de Antonio Pastor, tercera generación de comerciantes y con negocios en el paseo de Ruzafa y la calle San Vicente Mártir, además de otra tienda en un centro comercial. «Se habla mucho de los hosteleros», se lamenta, aunque en su opinión «no se tiene en cuenta el esfuerzo que estamos haciendo los comerciantes. También tenemos productos perecederos, decenas de miles de euros en artículos guardados en los almacenes que no sabemos si el próximo año se habrán pasado de moda», explica. A Pastor no le extraña que la situación actual «lleve a muchos a plantearse el cierre del negocio».

La solución para Cassola debe pasar por hacer lo imposible por recuperar vecinos en el centro. «Debe acabarse con las bolsas de suelo de una vez por todas, gravar los solares que permanezcan varios años sin edificar y obligar a vender o subastar a los que no lo hagan», dice una y otra vez, convencido de que es la única manera de que el centro de Valencia recupere el pulso. «Uno de cada tres pisos están vacíos, según los últimos estudios que conocemos y lo único que se reforma ahora es para abrir apartamentos turísticos», afirma.

Las prometidas obras públicas desde hace años parece que están a punto de llegar. La reforma de la plaza Ciudad de Brujas y el entorno de la Lonja es cuestión de tres o cuatro meses, según la vicealcaldesa Sandra Gómez, una vez se ha realizado la adjudicación provisional de las obras.

«Esperamos que escuchen todo lo que tengamos que decirles sobre esto», indican desde la asociación de comerciantes, que había pedido que la reurbanización no se solapara con la de la plaza de la Reina. Eso ocurrirá con toda seguridad, por lo que lamentan que después de un año sin ventas ahora «lleguen las zanjas».

«Las calles dan pena porque no pasa nadie cuando cerramos»

Natalia Tripipatkul, portavoz de la asociación Valencia Excellence, estima que las 60 tiendas de lujo que había antes de la pandemia en las calles Marqués de Dos Aguas y Poeta Querol quedarán unas cuarenta más o menos y aduce que las calles «dan mucha pena cuando cierran los comercios, no pasa nadie. La entidad afronta la salida de la crisis sanitaria con ganas de renovación, tanto en la oferta que se desarrolle en internet como en imagen corporativa. Echan en falta más colaboración del Ayuntamiento a la hora de los aparcamientos. «Tenemos clientes de municipios cercanos a Valencia», justifica, dado que ahora los turistas brillan por su ausencia. 

 

 TITULO:  Natural -  De cuna: «El que nace pobre suele morir pobre, es una realidad»   ,.

 Natural  La Sexta emite este miércoles-28- Abril   , a las 22:30 horas, foto.

De cuna: «El que nace pobre suele morir pobre, es una realidad»,.

El siglo XXI ha traído a España una movilidad social estancada, donde se hereda tanto la riqueza como la pobreza y cada vez resulta más difícil superar el estatus de los padres,.

De cuna: «El que nace pobre suele morir pobre, es una realidad»
El que nace pobre muere pobre en España | Diario Sur

Hace dos siglos, Charles Dickens era un niño perteneciente a una familia de clase media. Bien, teniendo en cuenta lo difícil que podía ser la vida en la Inglaterra previctoriana. Pero su padre, un oficinista de la Armada bastante manirroto y aficionado al juego, acabó en la cárcel por las deudas y hasta allí lo acompañó su familia (entonces podían vivir juntos en la celda), a excepción del pobre Charles, al que con 12 años condenaron a trabajar diez horas diarias en una fábrica de betún, ganando los chelines con los que debía pagar cama, comida y contribuir a la supervivencia familiar. Y aunque una pequeña herencia alivió este panorama, sus progenitores consideraron que debía seguir pegando etiquetas en los botes de crema para zapatos. Años más tarde, cargaba sus novelas de corrosiva crítica social, denunciando el trabajo infantil y la paupérrima existencia proletaria en varios libros; en 'David Copperfield', un espejo de su propia vida, escribió: «Yo no recibía ningún consejo, ningún apoyo, ningún estímulo, ningún consuelo, ninguna asistencia de ningún tipo, de nadie que me pudiera recordar...». Un niño solo, encerrado en la parte más baja de la sociedad y sin ayuda para escapar.

Dos siglos después, no existe el trabajo infantil en nuestro país y, en principio, los críos no deberían sentirse como se expresaba el personaje de Dickens, pero estamos lejos aún de que todos ellos tengan las mismas oportunidades, de que cualquier niño que nace pueda llegar a lo que aspire, igual que los demás, de que los que duermen en la cuna más humilde puedan ofrecer una mejor a sus propios hijos. El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), titulado '¿Un ascensor social descompuesto? Cómo promover la movilidad', habla de las generaciones que hacen falta en el mundo para dejar atrás la pobreza y escalar hasta una posición que proporcione el nivel promedio de ingresos. En España se necesitan cuatro, frente a las tres de los países nórdicos, las seis de Francia y Alemania, y las once de Colombia.

Ana Llena-Nozal, una de las responsables del estudio -elaborado con encuestas sobre el nivel de ingresos de hijos y las características socioeconómicas de los padres-, explica las consecuencias negativas de la escasa movilidad social: «Primero, puede erosionar los fundamentos del crecimiento económico al limitar las oportunidades educativas y de trabajo de jóvenes desfavorecidos. Segundo, la falta de perspectivas reduce la participación democrática y la confianza en las instituciones de gobierno. Tercero, en sociedades con poca movilidad existe un mayor riesgo de exclusión y conflicto social. Y, finalmente, todo esto afecta a la satisfacción y el bienestar de los individuos».

Y en medio, los niños, que acaban siendo, como Dickens, herederos de la mala o buena fortuna de sus padres, un vaticinio que se concreta en un informe de Cáritas de hace dos años que abocaba al 80% de los críos pobres a seguir siéndolo de adultos, y fundamentado en más datos de la OCDE: el 72% de las familias pertenecientes al estrato más adinerado perpetúan, generación tras generación, su estatus. Un ascensor averiado, parado. «Aunque no significa que no funcione -explica Ildefonso Marqués, sociólogo de la Universidad de Sevilla-, sino que los flujos de cambio social no están creciendo como hasta ahora en nuestro país. Desde los años 60 hasta finales del siglo pasado, cada vez más gente de clase obrera accedía a la clase media, y esto iba aumentando con cada generación y daba expectativas muy positivas de tu futuro a través de tu educación. Actualmente, hemos llegado a una estabilidad en las tasas de movilidad y esto implica un compartimento estanco: Mira, aquí no hay más cambio social, te vas a quedar como estás. Si vienes de clase obrera puedes tener suerte o no, cuando anteriormente pensabas que la ibas a tener». Esto se produce en parte porque el título educativo no asegura un empleo cualificado, «porque hay más titulados y porque el empleo cualificado no crece y eso crea un problema gordo y complejo».

El 'efecto techo'

Ayuda a entender el alcance de estos datos Xavier Martínez-Celorrio, profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona: «La situación es peor en Francia o Alemania, donde los más pobres necesitan hasta 6 generaciones para llegar a clase media, y España está mejor que el promedio de la OCDE (4,5) y cerca de Noruega, Finlandia y Suecia (3). En cambio, puntúa peor en movilidad de trayectoria de un mismo individuo a lo largo de la vida, no en comparación a sus padres. Dentro del 20% más pobre, el 64% queda atrapado ahí toda su vida, más que la media de la OCDE (57%). Se explica por el mayor abandono de los estudios, la menor resiliencia educativa fruto de la segregación escolar, la elevada pobreza infantil y la falta de una apuesta pública por la formación profesional y una post-secundaria más modular y flexible».

Otra vez el peso de la cuna. Llena-Nozal explica que aunque la OCDE no ha investigado exactamente el impacto de la conciencia social sobre la movilidad, sí ha analizado el de la mentalidad sobre los resultados educativos: «Los niños de un nivel socio-educativo desfavorecido suelen tener peores resultados en PISA, aunque hay algunos que destacan y esto tiene que ver con el sistema educativo en parte, pero también influye la motivación, la confianza en sus capacidades y el tener un bajo estrés con respecto a los exámenes». Solo hay que imaginar a un crío que debe estudiar con demasiados hermanos concentrados en pocos metros cuadrados y unos padres agobiados por una situación de paro.

PANORAMA

Informe de la OCDE
España está, a pesar de todo, entre los países con más movilidad social a lo largo de las generaciones: 'solo' 4 hacen falta para escalar desde el estrato social más bajo hasta la clase media. En los países nórdicos se sitúa entre dos y tres, en Francia y Alemania son 6, unas 9 en Sudáfrica y Brasil, y Colombia toca techo con 11. Sin embargo, mirando los cambios que una persona experimenta a lo largo de su vida, no salimos tan bien parados, con un avance más lento: el 20% más pobre tiene pocas posibilidades de mejorar en un periodo de cuatro años; el 64% de ellos se quedará en lo más bajo, frente al 57% de media de la OCDE. El informe también examina el descenso de personas de clase social más favorecida. En España el 34% de los hombres con padres de ingresos altos también tienen ingresos altos; sin embargo, el 20% acaba en la parte baja de la distribución. El 18% de los que tienen padres de nivel profesional alto tienen una ocupación manual. El 15% de los españoles cuyos progenitores tienen educación universitaria no han conseguido acabar la secundaria. El 55% de los españoles mantiene el mismo salario toda su vida.
80%
de los niños pobres lo serán también de adultos, según un estudio de Cáritas. Otro informe de Oxfam-Intermón dice que los ricos viven 11 años más que los menos favorecidos.
19,9%
es la tasa de abandono escolar temprano (entre 18 y 24 años) en España, de las más altas de la UE.
Soluciones
Para desatascar el ascensor social, la OCDE propone mejorar la salud desde el embarazo, acceso a guarderías de calidad, asesoramiento a los padres para reforzar competencias socio-emocionales, combatir el abandono escolar, mejorar el acceso a la educación terciaria, políticas redistributivas, de empleo y conciliación laboral y seguridad en los ingresos.

Marqués recuerda que la pobreza infantil genera «un daño terrible en las aspiraciones y en la cognición» y aconseja atacar ahí para detener el círculo de desigualdad. Confía sobre todo en la educación preescolar: «Los alumnos llegan a Primaria con una serie de handicaps que la enseñanza infantil puede revertir; en los países nórdicos es pública para todos porque garantiza la igualdad, porque hay niños que llegan a primero casi sabiendo leer y escribir mientras que otros ni comprenden al profesor».

Recomienda que la inversión pública se centre en ese aprendizaje de los primeros años de vida, para paliar el 'efecto techo', que la falta de educación de los padres limite las expectativas de los hijos: «Si eres periodista y tu padre también, conoces las reglas del juego y puedes hacer una inversión que conlleve ciertos riesgos porque sabes cómo funciona el mundo, pero cuando tienes un desconocimiento no puedes arriesgarte: si tu padre está en paro, aunque tengas beca, quieres trabajar para ayudar». Lo llaman el coste de oportunidad, lo que se deja de ganar por estar estudiando, «y es mucho mayor para un niño de clase obrera que para el hijo de unos médicos que puede repetir, tripetir o sacarse la carrera con 30 años». Alerta contra el discurso de que el esfuerzo todo lo compensa, «como Trump, un hijo de millonarios que defiende al hombre hecho a sí mismo ¡y que se pone como ejemplo!».

El 'descensor' social

Martínez-Celorrio pone el acento no solo en la democratización de una educación pública y gratuita desde los 0 a los 25 años, como en Finlandia, sino en el grado en que las relaciones sociales son más o menos igualitarias. «Más en los países escandinavos pero mucho menos en los países latinos por la debilidad de sus estados del bienestar y la precarización consentida por la clase empresarial que elude el nivel de justicia fiscal que le toca». Argumenta que no se puede delegar la igualdad de oportunidades sólo a la escuela, «dejando intocables otras esferas institucionales determinantes del nivel de pobreza y desigualdad que genera nuestra economía, el mercado de trabajo, el modelo fiscal y los precios abusivos de la vivienda».

Algunos conceptos

'Cultural matching'
explica cómo, a la hora de emplear a cargos altos, las élites tienen en cuenta factores que para el resto no son importantes, como el colegio donde se estudia primaria, el pedigrí que te otorga el deporte que practicas, los hobbies o si has ido a un Conservatorio.
'Coste de oportunidad':
el dinero que una persona deja de ganar por estar estudiando en vez de trabajar.
'Efecto suelo' y 'techo':
«Cuando los padres vienen de lo más bajo, cualquier mejora calma sus aspiraciones; si son analfabetos se contentan con que su hijo sepa leer y escribir. Pero si un padre se doctora en Medicina vive como un fracaso que su hijo se conforme con una licenciatura», dice el sociólogo Ildefonso Marqués.
'Suelo pegajoso':
las personas situadas en los extremos son las que menos cambios experimentan en su vida.

El experto alerta de que el 'descensor' también funciona, sobre todo en épocas depresivas y de crisis: «Los hijos de familias acomodadas están mejor protegidos, pero no exentos de riesgo, sobre todo si van mal en los estudios. En Cataluña, un 12% de los hijos de familias superiores con dobles ingresos no han ido más allá de la ESO y han seguido trayectorias caóticas y precarias. Aunque la 'dominancia del origen' funciona: a igual nivel educativo entre distintas clases, el logro profesional y salarial de los hijos de familias acomodadas es mayor». En cualquier caso, apuesta por potenciar un «enfoque de capacidades y empoderamiento que supere todo estigma y fatalismo por haber nacido pobre». Ya lo dijo Dickens: «Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes».

Martínez de Irujo posa para una entrevista.
Martínez de Irujo posa para una entrevista. / Roberto Garver
Cayetano Martínez de Irujo. Empresario «La gente no se cree que hemos vivido en una austeridad total»

Acepta hablar Cayetano Martínez de Irujo, representante de la Casa de Alba -que hunde sus raíces, títulos y posesiones en el siglo XIV- desde la parte más favorecida, pese a que piensa que tenemos una idea errónea de su posición. Posee una explotación agrícola, una línea de alimentos gourmet y es accionista de una marca de ropa: «Si no hubiéramos reconstruido desde las cenizas el palacio... Hemos vivido todo lo opuesto a lo que la gente cree, en una austeridad total. Las casas y las propiedades cuestan mucho, y aunque no nos ha faltado de nada, lujos ninguno. Cuatro años me costó conseguir una vespino, otros dos subir a una 125; me compraron mi primer coche, un Renault 5, pero el resto ya los compré yo, con mis caballos, con el polo, con mi trabajo... Y hemos heredado propiedades, pero ni un céntimo». Pese a las informaciones que hablan de 55 millones en líquido... «No hay nada más difícil de combatir que la ignorancia, ni un céntimo en 'cash'. Se ha quedado el mayor con todo lo que renta».

- Pero haría falta hacerlo muy mal para que acabara visitando un comedor social.

- Ya los he visitado.

- Para comer, me refiero.

- Eso sí, pero si somos tan valorados es porque hemos traído un patrimonio hasta aquí que otros han dilapidado. Como no me quedé en Madrid siendo el niño bonito, me fui de España y estuve 11 años fuera, nadie me ayudó con mis caballos... A los 16 años atropellé a una señora y estuve solo en el juicio, afronté una indemnización fuerte: una parte, la aseguradora y el resto, yo con un dinero para... En fin, espaldas cubiertas, sí.

- ¿Se sentía un niño privilegiado?

- En el mal sentido, tuve unas medidas muy estrictas, no entendía por qué no podíamos hacer la vida de los demás, parecía que estábamos en la guardia real inglesa.

- ¿Algún momento de crisis?

- Compré una casa con hipoteca y metí 20.000 euros en hostelería con un amigo que me robó y pagué 250.000. No pude afrontar las facturas un par de meses. Lo pasé mal al morir mi madre porque mi hermano me dejó sin ingresos seis meses, tuve que pedir un crédito, que te lo conceden sin problema en buenas condiciones. No puede compararse con otra gente, pero...

- ¿Sabe que el 10% más rico de la población española concentra más riqueza que el otro 90%?

- Me imagino que pasará aquí y en todas partes. Es que si tú le das 100 euros a diez personas, dentro de un mes uno tendrá 200, otro 5, otro 20... Una de las cosas más importantes es ayudar a los demás, y eso lo he hecho hasta el máximo, he tenido durante años a familias en mi casa, africanos, sirios, afganos que ya están integrados aquí.

- ¿Conoce el ascensor social?

- Soy muy empático con lo difícil que lo tiene la gente, sobre todo fuera, porque aquí hay más oportunidades, cuánta gente rica ha salido de abajo. Los políticos se emborrachan de poder, y deberían darse cuenta de que son gestores de sociedades. Hay que dar oportunidades a los países para desarrollarse, pero como lo tengan que hacer Putin y Trump, vamos listos.

El actor, el lunes, en la cena del premio Fotogramas de Plata.
El actor, el lunes, en la cena del premio Fotogramas de Plata. / EFE
Antonio de la Torre. Actor «Yo he dado el salto social, pero tengo conciencia de pobre»

Recuerda a su madre, «casi analfabeta, yendo a una escuela de adultos para aprender algo, y a mi padre, que con 3 años quedó huérfano del suyo y con 12 empezó a trabajar. Yo ya viví otra cosa porque mi familia se enganchó al desarrollismo y empezó a ir un poco mejor. Así que no he padecido esa pobreza, pero sí mi madre. He dado el salto social con respecto a ella, que contaba con humor cómo tenían una batata y la partían en rodajas para repartir o cómo la cena de Nochebuena era un huevo frito, algo excepcional. Su propia madre tuvo diez hijos y a adultos solo llegaron cinco».

Rememora el actor los testimonios de la guerra, a su abuelo materno, «un anarquista al que fueron a buscar los nacionales y cuando les informaron de que ya había muerto, les dijeron 'Ha tenido suerte'». Y al paterno, que colaboró en la construcción de un puente en Zamora que se convirtió en lugar de peregrinación de su familia... «Esas son las historias que me han contado, aunque llegaran a una mesa con comida. En mi casa la comida era un tema, teníamos la nevera llena como en todas los hogares donde se ha pasado hambre». Y en medio de aquello, la solidaridad «que ha permitido a las generaciones sobrellevar la pobreza... Hago una reivindicación del estado de bienestar, de la sanidad y la educación pública. Y eso que, aunque no sea Cayetano de Alba, he dado un salto y soy un actor de los pocos que pueden vivir bien de esto».

Dice que de niño tuvo lo justo -«tres pantalones sin marcas, ni siquiera de pirateo»- y la conciencia de que los vecinos estaban en un nivel superior, aunque luego su padre despegara y pudiera comprar un apartamento en la playa. Estudió en la escuela pública, y al ver a los niños que iban con uniforme a la privada, le decía a su padre que le apuntara «a esos colegios... De niño no entiendes, porque no se hablaba, veníamos del franquismo donde todo se silenciaba». Reflexionando sobre cómo el ambiente en el que uno crece influye en las propias aspiraciones, clama contra «la gran mentira del liberalismo que supone que todo depende de tu voluntad, de que te esfuerces, y eso que yo creo en la voluntad, pero en esos círculos de la riqueza, los ricos llevan al cole a sus hijos ricos que se juntan con otros ricos para terminar mandando a mis hijos, que van a colegio público. Ese es el gran cáncer de la democracia, privilegiar los contactos frente a los méritos, conceder plazas a dedo y dar títulos que no se merecen».

Acaba de encarnar al expresidente uruguayo José Múgica: «Y hace reflexiones como que tiene el sueño de que este individualismo tan loco sea una desviación, y que si logramos que esto se meta en las cabezas de la mayoría pues igual se puede cambiar algo, porque la única revolución posible es pacífica y de valores. Igual sí hacen falta generaciones para escalar, pero hay que empezar a cambiar la mentalidad ya». Manda un mensaje «a los ricos o los que quieren serlo: Cuando compras una cosa no la compras con dinero, dice Múgica, sino con el tiempo que invertiste en ganar ese dinero, y el tiempo es precisamente lo único que no puede comprar el capitalismo».

El padre Ángel, en la Iglesia de San Antón (Madrid).
El padre Ángel, en la Iglesia de San Antón (Madrid). / Alberto Ferreras
Padre Ángel. Mensajeros de la Paz «El que nace pobre suele morir pobre, es una realidad»

Primero, la mala noticia: «Es una realidad que los que nacen pobres suelen morir pobres». Y ahora la buena: «Decir que ser pobre es una virtud es una barbaridad. No debemos conformarnos en ser pobres», pese a que ello implique sudar la camiseta para despegar. «No estoy de acuerdo con eso de bienaventurados los pobres aunque lo diga el Catecismo; bienaventurados los que salen de la pobreza. Nos han enseñado que hay que conformarse con lo que Dios, la sociedad y nuestros padres nos dieron, nos decían que cuantos más dolores, más cielo tendríamos... Y hay que tener cielo arriba, pero aquí también».

Quién no conoce al padre Ángel, de Mensajeros de la Paz, el sacerdote sin pelos en la lengua que gusta por igual a ricos y a pobres, aunque su discurso se incline sin ambages por el lado desfavorecido de la vida. «Mi generación luchó por salir de la pobreza, había líderes que querían que se repartiese la riqueza y por eso iban a la cárcel, por querer compartir con los demás. Hay que ser un poco revolucionario, no podemos conformarnos con la situación. Sabemos que hacen falta varias generaciones para escapar de la pobreza, pues también hacen falta dos o tres generaciones para que surjan políticos que consigan que en España haya menos pobres, aunque aquí estamos mucho más cerca de esa revolución que en países de América o África, y mientras hablamos, los bebés que están naciendo serán los que hagan un mundo más justo -promete confiado-. Y también en la Iglesia, aunque haga falta alguna generación más, porque no han nacido los obispos ni los papas ni las papisas que entusiasmen de nuevo, que logren vocaciones».

Es cura, aunque bien podría parecer un revolucionario de los de antes. «Necesitamos gente más entregada, líderes con más optimismo, que ilusionen, aquellos Che Guevara, aunque uno no esté de acuerdo cuando hay violencia, pero arrastraban a los jóvenes y les hacían ponerse camisas distintas. Eso falta, y los nuevos que han llegado no han sido los líderes que uno imaginaba, hay que esperar a otros, porque algunos hay, pero muchas veces prefieren ser ricos en vez de líderes sociales».

Reconoce que es una labor del Estado, aunque también confía en la solidaridad de los más favorecidos: «Hay algunos pocos que tienen conciencia, lo que hay que hacer es llevarles a un hospital o un país donde se mueren con la barriga hinchada de hambre. Los que entran en la iglesia de San Antón y ven a los indigentes durmiendo con la maleta, preguntan qué pueden hacer. A veces les escondemos, les hacemos invisibles, y ellos siguen en su palacio, pisando alfombras en los Senados, sin tocar la tierra, sin ir a los extremos. A Vallecas, a Usera, adonde no tienen ni agua caliente en casa».

Periche, junto a su 'tríplex' embargado.
Periche, junto a su 'tríplex' embargado. / Vicent Marí / Diario de Ibiza
Juan Manuel Periche. Empresario en la ruina «Tuve 690 trabajadores y hoy vivo en una pensión»

No ha tenido mucha suerte últimamente Juan Manuel Periche (Jaén, 1955), empresario nacido en una familia andaluza y jornalera aunque emigrado con sus padres a Cataluña, luego a Francia, y después retornado y afincado en Ibiza, donde sobrevive como puede al mal de párkinson que lo aqueja desde hace años y a la ruina que le provocó la crisis y el desinfle de la burbuja inmobiliaria. Sí tuvo fortuna en el pasado; fue un hombre hecho a sí mismo, de esos pocos elegidos que saliendo de la nada llegan lejos, aunque esos precisamente caen sin red si las cosas se tuercen. Su familia marchó a Francia para la campaña de la vendimia y ya se quedaron. Allí su padre fue escultor de piedra para la Administración, y su madre, que empezó de limpiadora en casa de un mariscal, llegó a ser su ama de llaves. Vivían junto al ferrocarril, y de crío salía con un capazo a recoger el carbón que caía a su paso para sacarse un dinerillo colocándoselo a los vecinos. «Mi padre siempre me decía que tenía que estudiar para superarle a él», recuerda Periche, que se define como un «buscavidas».

De joven, lo mismo instalaba timbres eléctricos que iba de puerta en puerta vendiendo productos de belleza o se plantaba en las autopistas francesas colapsadas para ofrecer bebidas frías a los hastiados conductores. Instalado ya en Ibiza, encontró un nicho para prosperar en la construcción de carreteras, asfaltado, alcantarillado... Montó una empresa que llegó a tener 690 empleados y facturaba entre dos y tres millones al mes. «Vivía bien, sin lujos porque no me gustan, además ni bebo ni fumo, pero he viajado mucho y tenía un 'tríplex' muy bonito del que me han desahuciado y ahora vivo en una pensión». La crisis le pilló con un par de pagarés pendientes y sin fondos... «Se terminaba 2008 y tenía que pagar el finiquito de mis empleados, el sueldo del mes y la paga de Navidad, y tuve que elegir entre pagar a Hacienda o a los trabajadores. Elegí lo segundo», explica él.

La deuda con la Administración creció hasta tal punto que al final afrontó un juicio por delito fiscal que lo llevó en 2014 a pasar un año en la cárcel, aunque fuera en el hospital de la prisión por su enfermedad y disfrutara de beneficios por su buen comportamiento. Para pagar su deuda le embargaron la casa y a partir de ahí, todo cuesta abajo. Ahora, con 1.300 euros al mes por su invalidez y viviendo en la pensión, busca un piso para compartir. Aunque eso no quiere decir que se dé por vencido, ni mucho menos. La piscina y el gimnasio lo ayudan a lanzar lejos el pesimismo y ya tiene un proyecto para el que busca inversores; un restaurante de lujo donde solo se escuchará música clásica. Ya ha tenido alguna llamada.

Sagrario Rey. Jubilada «Fuimos clase media baja y ahora somos obrera, obrera»

Quién le iba a decir a sus 70 años a Sagrario Rey, madrileña por los cuatro costados, que iba a acabar recurriendo a las ayuda de una ONG como Mensajeros de la Paz para poder comer. Con un hijo de 35 a su cargo con una depresión aguda que no le deja incorporarse al mercado laboral y cuatro nietos de su otra hija de los que se ocupa mientras ella trabaja. Proviene de hogar obrero, de padre dependiente de tienda y madre ama de casa, donde no faltó un plato en la mesa, pero nada más, sin ningún tipo de lujos y muy pocas comodidades. «Mi infancia la recuerdo normalita, viviendo al día, hice la escuela primaria y luego, a ganar dinero para aportar».

Divorciada durante su segundo embarazo, ha pasado 42 años trabajando, en el aeropuerto, en una peletería, 20 años en un local hostelero... Su propia madre cuidaba de sus dos hijos. Después de toda una vida, hace tres meses fue desahuciada de su piso de renta antigua en el centro de la capital porque quieren construir allí apartamentos turísticos. Se trajo a su hermano a vivir con ella para poder pagar un piso entre los dos, pero él, enfermo de cáncer, murió el pasado diciembre a los 24 días de mudarse, y ahora ella tiene que hacer frente a un alquiler de 700 euros con su pensión de 600. «Así que tengo que ir a por la comida y los artículos de aseo y limpieza que me dan en Mensajeros de la Paz, a la espera de que a mi hijo le concedan una pensión por su incapacidad».

Pero es muy optimista, la voz fuerte y segura, y cree que las cosas cambiarán. Animó a sus dos hijos a estudiar, pero al ver que en casa había necesidad, prefirieron dejar la escuela y ponerse a cotizar para ayudar. «Yo les decía que era muy imporante que acabaran los estudios, pero no quisieron... Y resulta que ahora mi hija, con 40 años, trabajando y con cuatro hijos, ha cogido otra vez los libros para acabar la ESO... Pues muy bien». «A mi edad no tendría que estar así, es cuando mejor puedes vivir, y no debería necesitar pedir comida, pero qué le vamos a hacer, hay gente que está peor». Es uno de los casos de pertenencia a familia de clase obrera que acarició por un momento las clases medias por su parte más baja, y ahora ha vuelto a los inicios. «Incluso peor, porque ahora somos clase obrera, pero obrera, obrera», admite.

 

 

TITULO: Los Reporteros Canal Sur Televisión -  El debate sobre la prostitución, guerra en el fútbol y los patios de Córdoba,.

El Sabado -24- Abril a las 21:30 por Canal Sur Televisión, foto,.

 

 El debate sobre la prostitución y la guerra en el fútbol, temas de Los  Reporteros

   El debate sobre la prostitución,.
 
  Los Reporteros Canal Sur Televisión -  El debate sobre la prostitución, guerra en el fútbol y los patios de Córdoba,.

Con un formato y una imagen renovada, "Los Reporteros" se ocupa este sábado (21:30 horas) de tres temas que marcan la actualidad de estos días: la ley contra la prostitución que prepara el Gobierno central, la propuesta de una Superliga de fútbol y el centenario de los patios cordobeses.

Coincidiendo con la tramitación de la ley con la que el Gobierno central prevé abolir la prostitución, el programa que conduce Mabel Mata analiza esta actividad que la pandemia ha hecho aún más invisible. El cierre de muchos prostíbulos por las restricciones ha trasladado la prostitución a pisos clandestinos aumentando aún más los riesgos para quienes la ejercen. Las cámaras del programa recogen el testimonio de prostitutas que cuentan su realidad, el de organizaciones sociales que intentan ayudarlas o el de juristas con los que se analiza su situación legal. Además, se muestra el registro de un club para comprobar de primera mano cómo viven y trabajan estas mujeres y de qué manera se articula este negocio.

"Los Reporteros" aborda también la propuesta de una Superliga de fútbol. La presión de aficionados, gobiernos y clubes han tocado de muerte esta iniciativa que ha puesto al descubierto el negocio que lo sustenta. El informativo semanal investiga sobre el encaje legal de proyectos como éste y analiza si el modelo actual tal y como lo conocemos terminará o no cambiando en un futuro próximo.

Con mayo a la vuelta de la esquina, este sábado se acerca a los patios de Córdoba para comprobar cómo preparan la celebración de su centenario. Recorremos la historia de esta tradición, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aunque sólo medio centenar participan cada año en el concurso, la ciudad tiene catalogadas más de 3.000 casas patio. Sus cuidadores y propietarios muestran los secretos que los hacen tan especiales siendo uno de los principales atractivos de la primavera andaluza.

 
 

  

TITULO: Tierra y Mar - El valor del aguacate, propiedades y sus usos en la cosmética o fertilizantes , Educando en valores medioambientales para evitar el despoblamiento rural ,. 

 

Domingo -25- Abril  , a las 14:00 horas por Canal Sur Televisión, foto,.
 
 Tierra y mar | El valor del aguacate, todas sus propiedades y sus usos en  la cosmética o fertilizantes

El valor del aguacate, propiedades y sus usos en la cosmética o fertilizantes,.

Para cosmética, para pienso, para fertilizantes en la Agricultura. Los residuos orgánicos del aguacate, miles y miles de toneladas para reciclar. Un modo de cuidar el medioambiente.

El aguacate se ha convertido en un cultivo polivalente gracias a todas las propiedades que la ciencia andaluza está identificando en esta fruta tropical.


Estos residuos son la materia prima del grupo operativo AGUACAVALIU, coordinado por el Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional de Granada, especializado en estudios sobre ingredientes bioactivos para la agricultura, la alimentación, la ganadería y la cosmética. En el proyecto también colabora el CSIC y varias empresas y entidades, implicadas en la cadena de valor de esta fruta tropical, muy en auge gracias a propiedades saludables y cualidades organolépticas.

La gestión de estos desechos, que acaban en la basura, preocupa a la industria agroalimentaria andaluza. Un ejemplo lo encontramos en el Grupo La Caña, un holding de empresas del sector hortofrutícola, especializado en la elaboración de productos derivados del aguacate, que cada año llega a acumular 240.000 kilos de residuos.

El papel de las empresas hortofrutícolas participantes, Grupo La Caña y Frumaco, se ha centrado en el tratamiento y secado de los residuos.

Aguacavaliu consta de dos líneas de investigación. El aprovechamiento de los subproductos del aguacate para la fabricación de pellets y pienso para el ganado, y el desarrollo de cosméticos y complementos alimenticios.

Esta investigación ofrece además otro beneficio medio ambiental: la posible reducción de la producción de metano en la ganadería, un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global del planeta.

El proyecto se encuentra en fase de escalado industrial y su éxito permite su aplicación en otras frutas tropicales.

Con una producción anual que ronda las 80.000 toneladas, el aguacate es el cultivo subtropical más extendido en Andalucía, en especial en la Axarquía malagueña y la Costa granadina, que concentran el 90% del total. Revalorizar los desechos de esta fruta, que habitualmente terminan en los vertederos como basura doméstica orgánica, es un gran reto que hacen del Grupo Operativo Aguacavaliu un proyecto de economía circular, eficiente y sostenible que favorece la lucha contra el cambio climático.

Educando en valores medioambientales para evitar el despoblamiento rural,.

Viajamos hasta el pequeño pueblo de Lucainena de las Torres en Almería. Allí su colegio público rural ha pasado de tener 7 niños a 40 y todo gracias a una iniciativa de un grupo de personas que decidieron implantar el método Montessori.

Las prácticas en el campo se realizan en la Granja Escuela Cortijo Los Baños o más conocido como oasis Al-Haman. Enclavado en el Paraje Natural de Sierra Alhamilla, para disfrutar de este paraíso para los sentidos.

Tierra y mar | Educando en valores medioambientales en el oasis Al-Haman:  una iniciativa que evita el despoblamiento rural

Ante todo protección para el sol, reparto de sombreros y jornada de campo. Por delante toda una lección de naturaleza, pero sin libros, son alumnos del colegio público Alhfil de Lucainena de las Torres, empezamos alimentando a las cabras:

En la granja escuela Los Baños, tienen todo el material para los pequeños, regaderas y palas a pocos metros. La granja donde los niños pueden tocar y jugar con los animales. Aprenden entre otras cosas la diferencia entre chotos y borregos.

Un día donde los niños descubren que la leche o los huevos no vienen del supermercado. Son experiencias de vida y de naturaleza que jamás podrán hacer en un aula. Ahora toca el juego de las diferencias. En este colegio público rural aplican el método Montessori, en el que tienen en cuenta el desarrollo completo del alumno en lo intelectual, armónico, artístico y afectivo.

El dueño de Amazon, los fundadores de Google, los hijos de Kate y Enrique de Inglaterra, por poner un ejemplo, están estudiando en Centros Montessori.

El cortijo Los Baños lo tienen a unos pocos kilómetros, de ahí la facilidad de utilizar los recursos. En el colegio público han pasado de 7 alumnos el año pasado a 40 tras aplicar el método. Todo un revulsivo para el pueblo donde también se han trasladado familias a vivir.

Ya está abierto el plazo de inscripciones para el colegio. Les explican la función primordial de las abejas sobre todo ahora en primavera. Aprenden las plantas que son comestibles y ellos deben dejar huella, deben plantar árboles y vegetales. Una jornada muy productiva, ya que han aprendido a trabajar con el esparto.

Y justo debajo del moral aprenden a trabajar con las plantas aromáticas y también con las hortalizas que tomamos por ejemplo en las ensaladas.

El cortijo Los Baños o el oasis Al-Haman, es además de granja escuela, un centro de yoga- retiro muy solicitado a nivel europeo, con más de 20 años a sus espaldas. Ahora con la pandemia se han tenido que reinventar y ofrecen talleres de agricultura para familias los fines de semana.

Donde el contacto con la tierra y la naturaleza, nos recuerda de dónde venimos. Espacio que invita a la lectura, a pasear, a dejar la mente en blanco.

Desconexión y tranquilidad, también para dormir los fines de semana. El cortijo está ubicado muy cerca de la vía verde de Lucainena, donde invita a largos y placenteros paseos.

Naturaleza, campo y vida se respira en este oasis Al-Haman, escuela para pequeños agricultores y paz para los mayores.

 

 

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