TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - Martes - 10- Mayo - Carmen Posadas: El síndrome del impostor ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 10- Mayo,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes- 10- Mayo, a las 22:30 por antena 3, etc.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Carmen Posadas: El síndrome del impostor ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Carmen Posadas: El síndrome del impostor ,fotos.
Carmen Posadas: El síndrome del impostor,.
Recuerdo haber leído que, pocos años antes de la muerte de Katharine Hepburn, la ciudad de Nueva York decidió organizar un gran homenaje por su cumpleaños y esta fue la respuesta de la actriz: «Agradezco mucho este honor, pero no voy a asistir. Me cuesta mucho esfuerzo fingir ser todo lo brillante, ingeniosa e inteligente que ustedes piensan que soy, de modo que me quedaré en casa con un libro». Esta misma sensación la he tenido más de una vez. No porque me crea nada especial (más bien todo lo contrario), sino porque soy una de las muchas víctimas del síndrome del impostor.( Desayuno,.)
Hasta hace poco ni siquiera sabía que existía tal cosa. Para mí fue una sorpresa descubrir que, según diversos estudios, siete de cada diez personas lo han sufrido alguna vez y más de la mitad de forma permanente. ¿Piensa usted que lo que ha logrado en la vida se debe a golpes de suerte? ¿Teme que todo sea un monumental malentendido y que de un día para otro se descubra que no merece usted su cargo, su éxito o su reconocimiento social o profesional? Bienvenido al club de los impostores.(Cena,. )
¿Teme que se descubra un día que no merece usted su cargo, su éxito o su reconocimiento? Bienvenido al club de los impostores,.
Curiosamente (y para cierto consuelo mío), este incordiante síndrome lo sufren con más frecuencia personas de valía. Empresarios reconocidos, profesionales destacados del ámbito de las ciencias, las letras, la política y, por supuesto, también artistas, músicos, escritores, bailarines, actores... Kate Winslet, por ejemplo, contó cómo ganar el Oscar a la mejor actriz de 2009 le produjo una sensación de desasosiego. «Sentí como que no me lo merecía. Peor aún, me dio por pensar que esa estatuilla acababa de convertirse en una vara de medir insuperable con la que de ahí en adelante iban a comparar desfavorablemente todos mis trabajos futuros».
Esa vara insuperable de la que habla Winslet ha anulado a no pocos talentos. En el gremio de los escritores, por ejemplo, existen autores a los que un gran éxito inicial los bloqueó de tal modo que, o bien no han vuelto a escribir, o todas sus tentativas posteriores acabaron en fiasco. El caso más paradigmático es el de J. D. Salinger, autor de El guardián entre el centeno, pero lo mismo le ocurrió a Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor, o a Patrick Süskind, autor de El perfume. En no todos los casos el síndrome del impostor es tan letal, pero conviene conocer en qué consiste y cómo funciona.
En principio, es conveniente señalar que una cierta inseguridad es positiva porque ayuda a fijarse retos y a superarlos. Pero todo depende de la dosis. Un grado de inseguridad excesivo produce efectos nada deseables. A algunos les crea una angustia permanente, a otros directamente los anula. Según Isabel Coixet, mi admirada 'vecina de página', y otra insegura confesa, después de su primera película pensó que todo había acabado, que ya no podía llegar más lejos. «Lo más difícil –explicó ella– fue hacer el clic¡, pasar de pensar 'esto está fuera de mi alcance' a 'sí, puedo'». Tal vez ayude a que se produzca ese clic averiguar qué tipo de impostor es uno.
He aquí una pequeña lista: existen, por un lado, los inseguros 'expertos'. Estos creen que han sabido venderse profesionalmente tan bien que nunca conseguirán estar a la altura de lo que los demás piensan que son. Están también los 'extraexigentes', que se ponen metas tan elevadas que, aunque las consigan, tienden a creer que no están a la altura. Están también los que trabajan tan duro para seguir dando la talla que su vida social y familiar se ve dañada, incluso su salud. ¿Cuál de todos es usted y, una vez identificado su tipo de impostura, qué se puede hacer para paliarla?
No sé qué opinarán los expertos, pero contaré mi sistema para sobrevivir al síndrome. Consiste, por un lado, en reconocer que sí, que soy un poco impostora, que he tenido mucha suerte y que otras muchas personas más inteligentes, capaces y brillantes no logran lo que se merecen. Y, por otro, en tratar de que no me deje KO el maldito síndrome siguiendo el ejemplo antes mencionado de Katharine Hepburn. Como a medida que uno va cumpliendo años resulta cada vez más agotador ser todo lo que la gente cree que uno es (y que resulta una trabajera bestial impostarlo), lo mejor es bajar el pistón, dosificar esfuerzos. No se puede agradar a todo el mundo. Ni hay cuerpo que lo aguante tampoco.
Muere el cineasta y crítico Peter Bogdanovich a los 82 años,.
Peter Bogdanovich - foto,.
El director de títulos como ‘Luna de papel’ y ‘La última película’, eterno confidente de Orson Welles y miembro del Nuevo Hollywood, ha fallecido en su casa en Los Ángeles, según ha informado su hija,.
Fue el puente entre el Hollywood clásico y el Nuevo Hollywood, al que perteneció de pleno derecho. Entre sus amigos estuvieron Frank Capra, King Vidor, Cary Grant y John Ford, idolatró a Buster Keaton y fue el confidente de Orson Welles; de todos ellos escribió. Pero por edad, además, perteneció al Nuevo Hollywood, aquel movimiento que sobre los últimos rescoldos del imperio de los estudios insufló vida a un cine de cartón-piedra. El líder era Francis Ford Coppola, y entre sus huestes estaban Scorsese, Friedkin, Lucas, Cimino, De Palma y, obviamente, Bogdanovich. Esta madrugada del jueves 6 de enero el cineasta, cinéfilo y crítico ha fallecido en su casa de Los Ángeles a los 82 años, según ha confirmado su hija Antonia a The Hollywood Reporter “por causas naturales”.
De memoria sobrenatural, charla fascinante, inteligentísimo, embaucador, conquistador de hombres (a los que involucraba en sus aventuras) y mujeres (engañó incluso a aquellas de las que estuvo más enamorado), dueño de un ego inmenso, puede que Peter Bogdanovich no fuera tan genial director como él se presentaba, pero en su currículo hay un puñado de títulos espléndidos: Luna de papel, La última película o ¿Qué me pasa, doctor?. Eso sí, deja una extensa colección de escritos en los que levantó testimonio de su amor por el cine. Él amó a Hollywood; en justa correspondencia, Hollywood le reverenciaba.
Bogdanovich fue el primer crítico de cine estadounidense que siguió el camino de sus compañeros franceses de la Nouvelle Vague y pasó de la escritura a la dirección. Apostó por el concepto director-autor, el auteur francés, y gracias a él los directores estadounidenses empezaron a tomarse a sí mismos en serio. Nacido en Kingston (Nueva York), en 1939, Bogdanovich empezó a dirigir películas empujado, como muchos compañeros de generación, por Roger Corman. Por eso fue el asistente de director de Los ángeles del infierno (1966), antes de escribir, dirigir y producir El héroe anda suelto (1968). Considerado un excéntrico y un ratón de biblioteca por sus padres, un emigrante serbio y la heredera de una rica familia judía austriaca, a los 15 años ya había ido a clases de interpretación con Stella Adler y se dedicaba a hacer fichas de todas las películas que veía (cuando abandonó la costumbre, al cumplir 30 años, había reunido 5.316: “He visto todas las películas americanas que merece la pena ver”, pontificaba). Con 20 años programaba el New York Theater y allí vio Sombras, de Cassavetes, la película que abrió una senda por la que la autoría entró en Hollywood. Según cuenta Peter Biskind en el libro Moteros tranquilos, toros salvajes, “Bogdanovich era patológicamente ambicioso. [...] Le preocupaba que su apellido fuera demasiado largo para las marquesinas”. Junto a su primera esposa, la diseñadora de vestuario y también cinéfila Polly Platt, se alimentó casi exclusivamente de ver películas, y escribieron sin parar ensayos cinematográficos hasta que se mudaron en 1964 a Los Ángeles, donde sufrieron numerosas estrecheces: él llevaba trajes usados de Jerry Lewis, los domingos desayunaban invitados por Fritz Lang. Entró en la órbita de la productora de Corman y así quedó sellado su destino.
Platt, madre de su hija Antonia, coescribió y ayudó en la creación de El héroe anda suelto. La película no valía mucho, aunque demostraba que Bogdanovich sabía lo que hacía. Continuó su socialización con los mejores creadores de Hollywood, con directores tan dispares como los ya mencionados Ford y Welles, Jean Renoir, Howard Hawks, Don Siegel... El cineasta empezó a recibir propuestas, y así le llegó la oportunidad de La última película (1971), un canto de amor a las salas de cine en pequeñas ciudades y pueblos, un monumento a la nostalgia y al pasar de la vida, que también encumbró a una modelo que leía a Dostoievski: Cybill Shepherd, descubierta por Platt en la portada de la revista Glamour. Durante el rodaje, Bogdanovich se enamoró locamente de Shepherd y dinamitó su matrimonio. Aquella elegía cinéfila en blanco y negro, muy cercana en su esencia a la Nouvelle Vague, logró ocho nominaciones a los Oscar, y lanzó a todo su reparto: además de Shepherd, Jeff Bridges, Ellen Burstyn y Randy Quaid.
Durante esa primera mitad de los años setenta, Bogdanovich enlazó proyectos con gran éxito de crítica y taquilla, como ¿Qué me pasa, doctor? (1972), con las dos más grandes estrellas del momento, Ryan O’Neal y Barbra Streisand, y Luna de papel (1973), y otros más fallidos, como Una señorita rebelde (1974); Por fin, el gran amor (1975) o Así empezó Hollywood (1976), cantos de amor a la Meca del cine más cercanos al criterio de un estudioso que al de un cineasta arriesgado. Ahí comenzó a declinar su carrera como director.
Su pasión por Shepherd no ayudó a su buen criterio. Otros amores también le hundieron, tanto en lo cinéfilo (rodó con sonido directo los lamentables números musicales de Por fin, el gran amor) como en lo sentimental; gastó todo su dinero en 1980 en acabar Todos rieron —su película favorita—, que rodó con Audrey Hepburn y una Miss Playboy, Dorothy Stratten, que se convirtió en su amante hasta que su marido la asesinó cuando supo que le abandonaba por Bogdanovich. Tampoco los años noventa le dieron un respiro. Aunque siguió trabajando en filmes como Máscara (1985), Ilegalmente tuyo (1988), Texasville (1990) —secuela de La última película—, o la divertida ¡Qué ruina de función! (1992), y dirigiendo para televisión.
Sus últimas películas de ficción para el cine fueron El maullido del gato (2001), que recrea otro asesinato cinéfilo, el del director Thomas Ince por parte de William Randolph Hearst, y Lío en Broadway, otra comedia de enredos amorosos. En su presentación en la Mostra de Venecia en 2014 contaba que el mcguffin de su nueva historia, una fábula con ardillas y nueces, estaba extraído de El pecado de Cluny Brown, de Ernst Lubitsch, muestra de su eterna pasión por los clásicos. “He estado años intentando levantar este guion, desde 1999, con mi esposa Louise [la hermana pequeña de Dorothy Stratten]. Cuando por fin tuvimos el dinero, el actor John Ritter, para quien estaba escrita, murió. Me divorcié. Y decidí parar el proyecto. Ahora he encontrado dos productores jóvenes que me han apoyado, incluso sin tener distribución por primera vez en mi vida. Entre medias he hecho libros, documentales… Por uno me dieron un grammy. No tengo el Oscar pero sí el Grammy. Curioso”.
Actor y documentalista
Bogdanovich siempre estuvo rodeado de bancarrotas, amoríos y algún que otro escándalo. Y de inteligencia mezclada con ego. En el festival italiano contaba: “Me encantan aquellas comedias de los años cincuenta, no las actuales de colegas o de chorradas sexuales. La comedia es mucho más difícil que el drama, sin duda. La gran Tallulah Bankhead decía: ‘Una cebolla te hace llorar. Muéstrame un vegetal que te haga reír’. Era tremenda”. Y a la consiguiente pregunta de qué le provocaba la risa, respondía: “Mi película”.
A todas estas labores sumaba la de actor, gracias a su presencia hierática y a su vozarrón, muy apreciado por su amigo Quentin Tarantino. Fue el psiquiatra de psiquiatras en Los Soprano; el mismo Welles lo contrató para Al otro lado del viento, la película que el genio filmó entre 1970 y 1976 y que Bogdanovich ayudó a acabar en 2018, poniendo orden a más de 100 horas de material; y su rostro ha aparecido en medio centenar de capítulos de series y filmes. Sus libros de conversaciones con grandes —y charló con todos— son fascinantes y se mantienen fulgurantes gracias a su capacidad de sacarles las mejores historias. Como documentalista cinematográfico, su último trabajo se estrenó en 2019: El gran Buster, su homenaje a Buster Keaton: “Fue un gran director de comedias, un aspecto que me parece fundamental reivindicar. Welles, que lo conoció y admiró, me confesó que lo consideraba uno de los grandes directores de todos los tiempos”.
En Venecia, confesaba su frustración con el cine actual: “Cuando empecé, la mayor parte de los genios de la gran época seguían en activo. Yo le preguntaba mucho a John Ford, que me gritaba que dejara de interrogarle, aunque luego respondía. Cuando doy clases de cine les digo a mis alumnos que no vean nada rodado después de 1962. Aquellas enseñanzas no se han engrandecido con las nuevas generaciones, sino que se han diluido. Una pena”.
TITULO: ELLA & - Pierre Cardin, el creador que vio el futuro ,.
Inspirados en la carrera espacial, los diseños de volúmenes esféricos de Pierre Cardin dieron forma a la moda durante décadas. Nació en San Biagio di Callalta (Véneto) en 1922, pero sus padres se trasladaron a Francia cuando él tenía dos años. Tras llegar a París en 1945 y trabajar con genios como Christian Dior, fundó su propio atelier en 1950. A partir de ahí, el modisto no dejó puntada sin hilo: democratizó la ropa con el prêt-à-porter (introdujo sus creaciones en los grandes almacenes), fue precursor del estilo unisex, fundó una marca global que integraba moda, arquitectura, diseño... Y, por si fuera poco, creó algunas de las piezas más icónicas del siglo XX.
TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -Jueves - 12- Mayo - EN SALSA Diez hamburguesas con sabor extremeño,.
Jueves -12- Mayo - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES - EN SALSA Diez hamburguesas con sabor extremeño,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES - EN SALSA Diez hamburguesas con sabor extremeño, fotos.
EN SALSA Diez hamburguesas con sabor extremeño,.
La hamburguesa ya no es comida rápida, sino cocina de mercado, y en la región la elaboran con presa, lagarto ibérico, ternera de Extremadura y hasta con cordero,.
La hamburguesa está de moda. Los inventores de la misma posiblemente jamás hubieran imaginado que este filete de carne picada, loncha de queso y pan dulce se convertiría cientos de años después de su creación en un capricho, en un plato gourmet, en un exquisito regalo que llevarse al paladar. Nuestros chefs han sucumbido ante la lógica aplastante: si Extremadura tiene excelentes carnes, ¿por qué no utilizarlas para las hamburguesas?
Así, hemos recorrido la región de punta a punta, siguiendo las recomendaciones de nuestros expertos hamburgueseros, y estamos en condiciones de afirmar que asociar automáticamente la palabra hamburguesa con el concepto 'comida rápida' es un error. Vengan con nosotros y descubran diez hamburguesas con sabor extremeño, que se elaboran con carnes escogidas, se preparan con mimo y lentitud y se comen con placer, gusto y delectación.
Empezamos con tres establecimientos que, según han abierto –y lo han hecho recientemente– han revolucionado la ciudad en la que se hallan: Mérida, Badajoz y Plasencia. Hablamos de Barbarossa, Moma y Macadamia, respectivamente. Ninguno de ellos se ha resistido a incorporar una buena hamburguesa en sus recién estrenadas cartas.
En Barbarossa son devotos de la ternera extremeña. De ella ofrecen entrecot, solomillo, chuleta, tomahawks... Y también una enorme hamburguesa. Hay que ir al gimnasio para levantarla, ya que solo la carne pesa 250 gramos. La aliñan con huevo, un poquito de pan rallado (sin gluten para que sea apta para celiacos), jengibre, pimienta blanca y sal. Pero la artesanía no termina ahí: son sus propios cocineros los que elaboran el pan en el restaurante, desde el amasado hasta el horneado. Se trata de un pan de leche, estilo brioche, con sésamo por encima y un pelín de salsa de tomate en la masa, lo cual le aporta un tono rosado. Dentro lleva queso de cabra extremeño, pepino sueco macerado, lechuga y chutney de tomate. Una hamburguesa triste y sola, sin patatas, roza el pecado capital, así que Barbarossa va al cielo con una guarnición de papa canaria, asada, frita y salteada con un poco de mantequilla de salvia.
Por otro lado, Moma abrió solo hace un par de meses, pero pocas son las personas que no han estado o han escuchado ya hablar de este restaurante pacense. Responsable de ello es su estética moderna, sus productos de primera firma y su carta que, además de amplia y variada, es llamativa por los nombres de sus platos. Su hamburguesa, llamada 'Alcahuete y farraguas, lo tiene to', consiste en una pieza de carne con un 75% de ternera y un 25% de cerdo ibérico. Esta mezcla lleva un aliño suave de sal, pimienta, salsa Worcestershire (también conocida como salsa Perrins) y un toque de mantequilla, que le aporta un plus de untuosidad. La marcan en la parrilla y la acaban en el horno Josper con leña de encina. Esto llena el filete de sabor a tierra, a campo, a ahumado. Para darle aún más presencia de Extremadura al bocado, el pan está elaborado con un 80% de harina de bellota. Dentro de él, además de la carne, va un sofrito tradicional de verduras con mucho tomate y mucho sabor a abuela (recuerda levemente a la sopa de tomate), pepinillos y queso fundido semi-cremoso. En definitiva: cocina americana a la extremeña.
En Plasencia, Macadamia utiliza para su hamburguesa gourmet un 50% de ternera y otro 50% de cerdo. Lleva un aliño especial con alcaparras, pepinillos, brandy, vino blanco, pimienta, sal y cebolla estofada, todo picadito pero que se aprecie al hincarle el diente. Montada en pan brioche, la acompañan con una loncha de queso edam, tomate, lechuga, beicon crujiente y salsa barbacoa. Para redondearla, patatas fritas y salsa alioli, todo casero.
Brandy, vino... las hamburguesas que aquí les presentamos no son el típico plato socorrido para los niños. Más bien es un deleite solo apto para adultos, como la burger de El Almirez, que llega a la mesa bien cargada de foie. De hecho, Luscinda Alonso Iglesias, cocinera y propietaria de este negocio en Hervás, explica que hace tiempo tenía la hamburguesa en carta para los pequeños de la casa, pero se la pedían más los padres, así que decidió desmarcarse añadiéndole el sofisticado hígado de pato. Su receta lleva pluma ibérica de bellota y un 40% de ternera. Para que no se desvirtúe la pluma, no aliña la carne en demasía. Basta con un poco de sal, pimienta, aceite de oliva y nuez moscada. La cocina a la brasa y la coloca sobre cebolla con una reducción de Oporto, lechuga y tomate. Por encima, las ya mencionadas generosas virutas de foie.
Hamburguesas ibéricas
Que el jamón de Monesterio es uno de los mejores del mundo no es ningún secreto. Pero ¿puede llegar a ser esta localidad pacense una potencia mundial en hamburguesas? Veamos...
El restaurante Los Templarios tiene en su carta una hamburguesa de presa ibérica de bellota, procedente de cerdos criados en libertad en la dehesa de Monesterio. Es normal que, teniendo tal patrimonio, lo aprovechen al máximo. Cuenta con un condimento clásico: huevo, perejil, sal y pan rallado. En su interior apuestan por Torta del Casar, jamón del pueblo, lechuga, tomate y cebolla frita. El pan, de estilo cristal, se dora en el horno, mientras que las patatas fritas son caseras y están sazonadas.
También es muy local y regional la burger de Honky Tonk Taberna Extremeña. Es de lagarto ibérico, es decir, la carne que hay entre las costillas del cerdo, que es muy jugosa. La pican y aliñan con mostaza antigua, cebolla pochada, sal, pimienta y ajo. Una vez pesadas las bolas de carne (200 gramos), las marcan en la sartén, las cocinan a baja temperatura y las terminan en la parrilla y el horno para que lleve implícito el toque ahumado. Tres procesos para sacar todo el partido a una carne de primera división. Y es que en esta taberna todo gira en torno al cerdo ibérico, aunque no se olvidan de otros elementos de la dehesa extremeña: setas, carne de caza, chivo, retinto... Además, trabajan con productores locales. De hecho, todos los vinos que tienen son de la tierra y vienen directamente de la bodega. Pero, volviendo a la hamburguesa, al morderla, el comensal recibirá un cóctel de sabor, ya que lleva torta de Barros, jamón, lechuga y tomate. El pan lo elaboran específicamente para este plato en una panadería del municipio y es un híbrido entre pan de chapata y pan de cristal.
Pues sí, concluimos que Monesterio es una potencia en todo lo que lleve cerdo y que las hamburguesas han pasado del apartado de comida basura a cocina de mercado. Quien también incorpora, siempre que puede, el ibérico en sus elaboraciones es Rocío Maya, la chef de La Taberna de Noa. Su hamburguesa es de la denominación IGP Ternera de Extremadura y apenas lleva aliños. Pero, encima del filete, la chef esparce pulled pork (carne de cerdo deshilachada) a discreción. Son sus famosas carrilleras ibéricas, aderezadas con muchas especias. También lleva rulo de cabra, lechuga y cebolla caramelizada con miel de las Hurdes. El pan es tipo brioche y, en su afán por sorprender al comensal, Rocío acompaña la pieza con yuca o boniato frito.
La magia de comer una hamburguesa bajo un tapiz retro
Las hamburguesas de Voodoo son espectaculares, pero es que Voodoo en sí es particular. Música de los ochenta, cervezas de especialidad, neones, tapices de flamencos... Aquí no hay macetas de plástico colgadas del techo ni decoración con tonos dorados, sino que reina la autenticidad. Si su local es así, ¿cómo serán sus hamburguesas? Iguales o mejores. Una de las que más éxito tiene lleva carne de ternera madurada, canónigos, beicon ahumado y crema de Torta del Casar pasteurizada. No sabemos si el secreto está en la masa, en la carne, o en que las manos que elaboran esta hamburguesa son conscientes de que están haciendo realidad su sueño. Cristina de Agustín es la apasionada que está detrás de este negocio de hamburguesas desde hace 14 primaveras, sin embargo, cuando tenía ocho añitos le regalaron una hamburguesería de juguete. «Fue uno de los mejores regalos que he tenido y soñé toda mi vida con montar un burger», confiesa. Por algo en Voodoo hay una gran tinaja en la que pone: 'Acá se sueña y se cumple'.
35 Burger ha participado recientemente en la segunda edición del campeonato de hamburguesas, que premia a la mejor de España. Y se ha venido con un distintivo bajo el brazo, ya que su hamburguesa Especial ha sido nombrada la mejor de toda Extremadura. Sin embargo, hoy destacamos su hamburguesa con Denominación de Origen. Se trata de una de carne de cordero avalada por Corderex. Los amantes de este animal lo podrán degustar en muchos restaurantes de la región, pero no es fácil hacerlo en forma de burger. Esta franquicia extremeña lo hace posible en Mérida, ya que el establecimiento de Badajoz ha cerrado hace poco. La burger en cuestión va acompañada con queso crema, una mayonesa suave, un par de rodajas de tomate y aros recién fritos de cebolla, que la hacen muy crujiente.
Por último, más allá de nuestras fronteras, pero dentro del territorio amigo que es La Raya, se encuentra Craft BBS, una hamburguesería de Vila Viçosa, en Portugal. Destaca su burger de presa ibérica, que es posible maridarla con sus cervezas artesanales. Tienen hasta siete grifos diferentes. ¡Buen provecho!,.
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