lunes, 12 de octubre de 2020

Comando actualidad - Los cruceros hacen agua ,. Jueves -15- Octubre ,. / EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - Virus, amenaza permanente , Jueves -15- Octubre,.

 

TITULO: Comando actualidad - Los cruceros hacen agua , Jueves -15- Octubre ,.
 


Los cruceros hacen agua - Jueves -15- Octubre    , 23.40 - después de de ‘Néboa’, en La 1 / fotos,.

 

Los cruceros hacen agua

Vacaciones en el mar. Después de varios meses sin navegar, algunos barcos vuelven al Mediterráneo y otros anuncian su llegada a Canarias, con estrictas medidas de seguridad. Decenas de tripulantes llevan siete meses en un limbo, sin poder salir de sus naves,.

Una operación de transbordo de tripulantes en Santa Cruz de Tenerife./
 
Una operación de transbordo de tripulantes en Santa Cruz de Tenerife.

Desde hace tres años, el artista Fran Strippoli se gana la vida como cantante del grupo teatral de un gran crucero, cuyo nombre pide no mencionar. Embarcó en Alemania a mediados de septiembre del año pasado y en marzo, «cuando empezó todo el cuento de la pandemia», dice Strippoli, el barco atracó en Miami (Florida, Estados Unidos) y desembarcaron tanto pasajeros como tripulantes. Sin embargo, una vez en el aeropuerto más cercano, encontró cerradas las fronteras y, ante la falta de vuelos, decidió volver al crucero. Desde entonces sólo ha vuelto a pisar tierra para cambiar de barco «varias veces». Como él, más de 70.000 tripulantes, que provienen de decenas de países distintos, quedaron atrapados en los puertos.Siete meses después, Strippoli sigue allí. Aunque la mayoría de empleados de las navieras han logrado ser repatriados gracias a las gestiones de empresas y gobiernos, unos 150 permanecen en ese barco fantasma fondeado en Miami.

«Los dos primeros meses estuvimos encerrados en las cabinas de pasajeros sin poder salir, cumpliendo la cuarentena», recuerda Strippoli. «Nos llevaban la comida por la mañana, al mediodía y en la noche. Cuando se levantó el aislamiento, nos dejaron salir de las cabinas pero no del barco. Tenemos ciertas condiciones, pero es muy pesado psicológicamente. Sufrimos ataques de ansiedad». Ahora, en este barco con capacidad para unas 7.000 personas entre pasajeros y tripulantes, sus decenas de habitantes tienen internet y un menú que «ha ido desmejorando». Desde que se paralizaron las operaciones, no cobran su sueldo.

El crucero MV Antania tuvo un brote que infectó a 79 personas a bordo.
 
El crucero MV Antania tuvo un brote que infectó a 79 personas a bordo.

La alarma de contagio en los cruceros comenzó pronto. Como micronaciones de banderas de conveniencia que atracan cada día en puertos con diferente legislación, las flotas se encontraban repartidas por los siete mares. El 4 de febrero, cuando el virus ya se extendía desde China sin que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia, hubo un primer brote grave entre las 3.700 personas que iban a bordo del Diamond Princess. Durante 18 días el capitán informó de un caso tras otro «fuera del epicentro chino», escribe Robert Redfield, director del Centro de Control de Enfermedades y Prevención de Estados Unidos, en la declaración de cuarentena que significó el cese de los barcos recreativos. En tres semanas el Diamond Princess registró más de 700 casos de infección y fallecieron seis personas. Una película de terror que afronta demandas colectivas en Estados Unidos y Francia.

Con el virus esparciéndose por el mundo, los cruceros viraron el rumbo. «Trabajamos en casi todos los mares y en enero estábamos en China», recuerda Fernando Pacheco, director general en España de MSC Cruceros, una de las mayores firmas, con 19 barcos, y la primera en empezar a retomar actividades por el Mediterráneo. «A primeros de marzo se tomó la decisión más dura: parar los barcos. Las fronteras también se cerraron. Tuvimos que enfrentar escenarios muy complicados para devolver a los pasajeros y tripulantes con sus familias».

El protocolo obliga a los pasajeros a someterse a un test y, si dan negativo, embarcan con una pulsera con geolocalizador

En cuestión de días, estas ciudades flotantes que pueden llegar a costar casi 1.000 millones de euros fondearon en los golfos o se amarraron a los muelles. El Ministerio de Transporte español confirma el desplome del tráfico de pasajeros, particularmente de cruceros debido a las medidas sanitarias. En 18 puertos donde atracaron en 2019, ninguno amarró este año. Ni siquiera en Baleares que recibía casi cuatro al día; Valencia, con dos diarios; o Bilbao, con un par a la semana. Hay puertos que en 2020 perdieron el 100% de sus cruceros. La caída de amarres ha sido del 76%, incluyendo ferrys.

A pesar de la pandemia, en junio comenzaron a surcar las aguas algunos solitarios barcos, como el MSC Grandiosa, que parte de Génova y recala en otros puertos italianos y en Malta. Con capacidad para 6.000 pasajeros, ha realizado siete cruceros con menos de 2.000 clientes en cada travesía, todos europeos, y unos 1.000 tripulantes. Allí, antes incluso de embarcar, las medidas de seguridad superan las impuestas por los gobiernos en tierra, garantiza la compañía. «Hemos demostrado que el lugar más seguro para unas vacaciones es un crucero y se puede viajar con seguridad y tranquilidad», asegura Pacheco, que describe el protocolo: el pasajero llega al puerto y se somete a una PCR. Si da positivo, obtiene un reembolso y se le repatría sin costes, amparado en un seguro de viaje.

Si da negativo embarca con una pulsera con geolocalizador, que irá registrando sus movimientos y contactos. Si durante el viaje tuviera síntomas o diera positivo, además de ser aislado en una cabina individual y atendido, todas las personas con las que ha interactuado deben someterse a la vigilancia médica. «El rastreo es tremendamente exhaustivo», dice Pacheco. «No hemos tenido ningún infectado».

Los cruceros también surcan los ríos europeos. «He visto cómo, a pesar de las mascarillas, nuestra tripulación ha podido establecer una conexión especial con los pasajeros», responde Wade Korzan, director de Operaciones en Europa de AmaWaterWays, actualmente embarcado en el Ama Kristina que navega por el Rin. «Tras tres meses de operaciones, he podido comprobar que todos han sabido respetar los protocolos. La seguridad no desvirtúa la fantástica experiencia de navegar».

Una burbuja

Con los pioneros ya en el mar, otras compañías han empezado a zarpar. En septiembre, diez programaron actividades y en los próximos tres meses se sumarán 15. Pero nueve, entre ellas el gigante Cunard y el atribulado Princess, armador del Diamond Princess, no han fijado una fecha de inicio. Entre los puertos que recibirán cruceros están los de Canarias. En Fuerteventura, por ejemplo, tendrán siete visitas de trasatlánticos en un mes, aunque la apertura de puertos aún no es oficial por parte del Gobierno central. Los cruceros «son muy estrictos en los planteamientos anti covid, y confiamos en que haya suficientes reservas para que puedan iniciar su operativa», manifiesta Moisés Jorge, director del Patronato de Turismo de la isla.

El dique seco para los cruceros también hace naufragar a las economías locales. Aunque apenas representa el 1% del transporte marítimo mundial, existe un gran movimiento alrededor de su actividad en tierra. En España genera 4.500 millones de euros anuales de ingresos, que representan un 4% del total global, y crea unos 33.000 empleos, según la asociación de líneas de cruceros comerciales CLIA.

Sólo en España cada mes que los cruceros dejan de atracar se pierden 300 millones de euros y unos 2.500 puestos de trabajo, con nóminas promedio que rozan los 40.000 euros, calcula CLIA. A pesar de que varias de las compañías que operan en España declinaron hacer comentarios, «las plazas se venden al completo, pero son unas 1.500 en un barco con capacidad para 5.000», sostiene Juan Rodero, director StarClass y Un Mundo de Cruceros. «Se intenta que el crucerista viva en una pequeña burbuja, tanto a bordo como en las excursiones».

Por cada mes sin navegar, España pierde unos 300 millones de euros y 2.500 puestos de trabajo, según la industria del crucero

El recelo de las autoridades sanitarias se refuerza por la «transmisión secundaria». En un crucero, sin importar sus dimensiones, puede haber potenciales transmisores de medio centenar de países. «Uno por el Nilo con 171 personas entre pasajeros y tripulación tuvo 45 casos confirmados. Muchos retornaron a sus hogares sin haber sido notificados del contagio», relata Redfield.

El Nilo y otros ríos, como el Danubio, son muy solicitados por los turistas de España, el cuarto país emisor de cruceristas con más de medio millón anual. Unas semanas antes de que se anunciara la pandemia, María Sierra recorrió esa vena fluvial de Egipto con un grupo de 16 españoles. Los barcos son pequeños y además de los camarotes hay áreas comunes como salón, bar, piscina y terraza, describe Sierra. «Era como si estuvieras en una novela de Agatha Christie. Cómoda, limpia, antigua». Sin sobresaltos, durmió cuatro noches y visitó Luxor y sus templos. «Ni pensar en lo que se avecinaba, pero sí volvería ahora mismo», asegura a pesar del riesgo de contagio. Aunque en esa ocasión no hubo infectados, la utopía de 'Vacaciones en el mar' ha estallado.

Gran temporal

El año pasado 10 millones de pasajeros, una tercera parte del total global, tocaron puertos españoles, pero ahora la industria hace aguas y faena por achicar las pérdidas. Una de las grandes españolas, Pullmantur, ya se declaró en concurso de acreedores, otras han emitido bonos y algunas han recurrido al crédito. Una décima parte de la flota de Carnival ha ido al desguace, según una fuente. «Seguimos sin tener claro el horizonte de recuperación», sostiene Alfredo Serrano, director de CLIA. «El sector está sufriendo, pero son compañías muy solventes con una viabilidad contrastada y un producto que la gente quiere. Y aunque prescindir de los barcos más antiguos se está acelerando, el calendario de entregas se mantiene. Por ejemplo, MSC recibirá dos el próximo año, y no es la única».

Las pérdidas finales de seis meses de parón no se sabrán con certeza hasta que termine el año pero ya se reconocen caídas de ingresos de más del 90% y miles de millones de pérdidas en este verano. En todo caso, el circuito de los enormes edificios flotantes y populosos parece exigir un giro. «Llevan tiempo en el punto de mira y ahora saben que su modelo deberá cambiar», analiza David Moralejo, director de ‘Condé Nast Traveler’. «Será complicado volver a ver a miles de personas metidas en un barco porque hay otra conciencia social. Aunque es cierto que cuando la pesadilla de la covid haya pasado todo puede volver a donde lo dejamos».


 

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Crónicas - Virus, amenaza permanente - RTVE.es

Virus, amenaza permanente ,.

  •  El Jueves  -15- Octubre, a las 23:30 en La 2,./ foto,.
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  •  El virus SARS-COV2, que ha provocado la pandemia de la COVID 19, nos ha obligado a cambiar nuestras vidas a nivel planetario, pero éste no es el único momento de la historia en la que ha ocurrido. Los microorganismos han acompañado a la Humanidad desde siempre,.

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