viernes, 16 de octubre de 2020

Maneras de educar - Los desayunos de TVE - Sabado -24 - Octubre - La covid, un examen para la política ,. / El larguero La Ser - El Transistor Onda Cero - El coronavirus se cuela por las rendijas,. / La Paisana - Los lujos de doña Juanita,.

 

TITULO: Maneras de educar - Los desayunos de TVE - Sabado -24 - Octubre - La covid, un examen para la política,.



Maneras de educar - SABADO -24 - Octubre,.





 Programa que descubre los proyectos educativos más innovadores del país de la mano del profesor James Van der Lust. El espacio recorre diferentes colegios . El sabado -24- Octubre,.  a las 10:15 por La 1, etc.

 

 Los desayunos de TVE ,.

Los desayunos de Televisión Española es un programa de televisión que se emite en La 1 de Televisión Española desde el 8 de enero de 1994, de lunes a viernes, en horario matinal.
Desde el 3 de septiembre de 2018, el programa de divide en dos partes. Primero, a las 08:25 horas, Los desayunos de TVE, siguiendo el formato clásico con noventa y cinco minutos de duración. Más tarde, alrededor de las 11:55, comienza Más desayunos, un debate político que cuenta con el mismo presentador y dura alrededor de noventa minutos., etc.

 

La covid, un examen para la política,.

Fenin explica los diferentes test de diagnóstico de Covid-19

foto / La pandemia de covid-19 está siendo un formidable examen de gestión pública. Y algunos de nuestros elegidos están quedando retratados como gestores más preocupados por el público que por lo público. Quizás no sean tan estúpidos como Bolsonaro o Trump, pero están cometiendo demasiadas estupideces cuando no estamos para ellas. Y ya lo avisa el filósofo Emilio Lledó en una reciente entrevista con El País: «El político con poder que hace estupideces acaba 'estupidizando' su propio cerebro». Lo peor es que con sus mentiras y engaños acaba 'estupidizando' el cerebro de muchos electores. Y lo que es peor aún: lo acabamos pagando todos.

España ha sido uno de los países más castigados por el coronavirus en la primera ola de la pandemia y lo está siendo en la segunda, y eso no puede ser casualidad. Puede que la primera vez el maldito bicho nos sorprendiera con la guardia baja, pero si volvemos a tropezar en la misma piedra, es que nuestros gobernantes algo están haciendo mal. ¿El qué? Principalmente, no hacer autocrítica ni guiarse por los que saben sino por los sabelotodos, por esas maquiavélicas eminencias grises que les susurran al oído y los manejan como guiñoles, impeliéndolos a tomar medidas dictadas más por tacticismos partidistas y cálculos populistas que por criterios técnicos y científicos. Así lo creen 55 sociedades científicas que han suscrito el manifiesto 'En salud, ustedes mandan pero no saben', un decálogo que en su primer mandamiento insta a nuestros representantes a que «acepten, de una vez, que para enfrentarse a esta pandemia las decisiones dominantes deben basarse en la mejor evidencia científica disponible, desligada por completo del continuo enfrentamiento político».

No obstante, sería injusto suspender y descalificar a todos nuestros responsables políticos. En todas los niveles de la Administración Pública (estatal, autonómico y local) hay héroes discretos de todos los colores que, sin fanfarrias y lejos de los focos, han hecho y hacen una labor encomiable. Es el caso de Antonio Morillo, veterinario y concejal de Sanidad de la Valdelacalzada (Badajoz), reconocido por Vocento por luchar contra la pandemia desde antes de declararse el estado de alarma, hasta el punto de que incluso, como contaba a HOY, le llegaron a tratar «como un loco, como un iluminado en los primeros días». «Luego –explica– todo se comprendió. Hubo una reunión entre el equipo de gobierno (PSOE) del que formo parte y la oposición (del PP). Dije que teníamos que ir a una y se entendió». Algo que, siete meses después, otros y otras siguen sin entender.

Estoy de acuerdo con Morillo en que «esta pandemia nos ha permitido sacar lo mejor y lo peor del ser humano: quien es noble, ha mostrado su gran nobleza ayudando; quien es egoísta, lo ha mostrado también». Él, como Bernard Rieux, el médico protagonista de 'La Peste' de Albert Camus, es un ejemplo de lo primero. Otros y otras que gobiernan a golpe de tuit y de sondeo son muestras virales de lo segundo.

Con todo, coincido con el cronista de 'La peste', el propio Rieux, en que el mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia que cree saberlo todo. También lo piensa Lledó, para quien «la ignorancia es el castigo supremo de los hombres y su reino es el de la oscuridad». Y advierte: «El político que transmite engaños a fuerza de engañar su propio cerebro se convierte a sí mismo en un engaño».

 

TITULO:  El larguero La Ser - El Transistor Onda Cero  - El coronavirus se cuela por las rendijas,.

El larguero La Ser ,.

El larguero es un programa deportivo radiofónico español, dedicado en su mayoría al fútbol, que se emite en la Cadena SER todos los días, a partir de las 23:30 horas. Su director y presentador principal es Manu Carreño.1​ El programa es presentado los viernes y sábados por Yago de Vega, y excepcionalmente lo presenta Francisco José Delgado o Álvaro Benito en ausencia de ambos., etc.

El Transistor Onda Cero ,.

El Transistor es el programa deportivo creado y dirigido por José Ramón de la Morena. Inició su primera emisión el 4 de septiembre de 2016.
Su horario es de lunes a domingo a partir de las 23.30 horas.
José Ramón de la Morena inicia esta andadura deportiva en Onda Cero con colaboradores de su anterior etapa en el Larguero de la Ser: Carlos Bustillo, David Alonso, Eduardo Pidal, Ana María Rodríguez, Aitor Gómez , Ángel Rubiano, Jorge Valdano, el ciclista Perico Delgado, el ex subdirector de As Juanma Trueba, Sebastián Álvaro Lomba , el alpinista que creó y dirigió en TVE Al filo de lo imposible, los doctores José González y Antonio Escribano ., etc.

 

El coronavirus se cuela por las rendijas,.

 Cristiano Ronaldo, todas las noticias - AS.com

 

foto / Tras este corte para ventana FIFA (un alivio, por cierto, ver tres partidos seguidos sin VAR), vuelve LaLiga, con la perspectiva del primer Clásico de aquí a una semana. LaLiga por ahora se va librando de interrupciones por el coronavirus, pero hay que cruzar los dedos, porque el bicho sigue ahí, a la caza de incautos, que sigue habiendo muchos. En Italia, país que nos resulta tan entrañablemente próximo, ya ha hecho suspender dos partidos del campeonato a más de cargarse a dos equipos enteros del Giro. También ha atacado a Valentino Rossi y a Cristiano Ronaldo, que a

 saber si se contagiaron allí o fuera, tanto como viajan.

Pero es por todas partes. La Euroliga cambia su protocolo porque llevaba un ritmo de suspensiones que colapsaría la competición, y creo que hace mal. Las medidas draconianas (en LaLiga hay que jugar si se tienen cinco disponibles de la primera plantilla, sólo se puede pedir un aplazamiento y en los siguientes casos de contagio masivo se pierden los puntos) incitan a los clubes a exigir cautela máxima a sus jugadores. Toda cautela es poca, pero la Euroliga admite público y la Segunda B vuelve con él restringido, eso sí, en ambos casos. Este fin de semana habrá unas dos mil personas en Riazor y cero en Balaídos, raro contraste.

El contrasentido nace de la existencia de distintos protocolos, el de LaLiga y el de Segunda B, fiado a cada Comunidad. Esta categoría apenas tiene ingresos de televisión, sólo tiene taquilla, y se le quiere dar esa respiración asistida. En realidad hay público en todos los espectáculos que no son los partidos de Primera y Segunda, y me temo que lo único práctico es esto último: el cierre total. El coronavirus se cuela por tantas puertas entreabiertas como le dejamos, y ya se ve que anida en cualquiera, llámense Cristiano, Rossi, Mirotic o cualquiera de nosotros. Y la prioridad es erradicarlo y volver a la vieja normalidad, porque la nueva es un sinvivir.

 TITULO:   La Paisana -  Los lujos de doña Juanita  ,.


 La Paisana -  Los lujos de doña Juanita ,.


Viernes -16- Octubre a las 22:05 horas en La 1 / foto,.

 

 

Los lujos de doña Juanita,.

Temporada de dulzainas. Del 12 de octubre a los Santos, las tiendas se llenan de roscas y buñuelos,.

Buñuelos otoñales en el escaparate de una dulcería. / HOY
 
Buñuelos otoñales en el escaparate de una dulcería.

Entre el 12 de octubre y los Santos vivimos la temporada alta de dulzainas. Roscas fritas, huesos de santo y buñuelos llenan los escaparates de las pastelerías y el mero hecho de bajar a por el pan supone ponerte a merced de la tentación. En la multitienda saben lo que me gusta la dulcería tradicional y al tiempo que me sirven una libra, me cuentan que Marujita la del sexto, que hacía bizcochos para la gente del barrio, se ha jubilado y ahora prefiere unos bizcochos a la cazuela de Torrecillas de la Tiesa. ¿Y cómo no me voy a llevar a casa un bizcocho bendecido por Marujita la del sexto?.

Lo malo es que otras dos clientas de toda la vida, doña Juanita y doña Paquita, meriendan todas las tardes unas roscas fritas con un toque de anís y un pellizco de limón que llegan desde Torrejoncillo. Así que compro también las rosquillas y de paso participo en una conversación muy divertida en la que se comenta lo bien que viven doña Juanita y doña Paquita con el capitalito que les dejó don Mariano, un taxista viudo que regresó de Cataluña al retirarse, conoció a doña Juanita y acabaron casándose. Fue un pacto entre el amor y la conveniencia: ella cuidaba al taxista, él envejecía en buena compañía y, al morir, la viuda Juanita recibió en herencia un capitalito que comparte generosamente con su hermana Paquita. Ambas visten igual, tienen dos perros de la misma raza y pasean por el barrio cogidas del brazo, muy ufanas ellas y a sabiendas de la envidia que despierta el capitalito heredado del taxista, que les permite lujos como las roscas anisadas y fritas de Torrejoncillo.

En mi barrio, entendemos poco de economía, pero sabemos la diferencia entre heredar un capital y heredar un capitalito. Con un capital te puedes comprar un piso grande en el centro, un coche nuevo que aparque solo y un 15 días todo incluido en un resort de Punta Cana. Con un capitalito, sobrevives y solo te puedes permitir lujos de barrio: dulzainas entre la Hispanidad y los Difuntos, un par de viajes en los autobuses de Pedro y Mari a la Almudena y A Xanadú, un fin de semana en Chiclana con un arrocito caldoso en el Popeye y pare usted de contar.

El otro día, en la cola de la frutería de César, cuya dulzaina estrella son los polvorones de las monjas de Antequera, que llegarán en cuanto pasen los Santos. En la cola callejera de mi frutero, dos señoras hablaban en voz baja de la buena paguita que le había dejado el marido a Cata la Gogó. Al escuchar ese mote tan extravagante, agucé el oído y así pude enterarme de la historia de Cata, que, según las comadres, trabajó de joven en una casa de citas del obispo Galarza hasta que se enamoró de ella un cartero, la sacó de allí, se casaron y, tras fallecer de una apoplejía, el repartidor de cartas le dejó una buena paguita que ahora, octogenaria ya, Cata disfruta.

La historia tenía varios elementos novelescos: una octogenaria gogó, una casa de citas propiedad de un obispo y una apoplejía. Sin disimulo alguno, me metí en la conversación y todo se fue aclarando. A Cata la llaman la Gogó para no emplear palabras más gruesas, la casa de citas estaba detrás del antiguo seminario (hoy parking) del obispo Galarza, un prelado de la diócesis de Coria que vivió en el siglo XVI y no era dueño de ninguna casa de citas que se sepa, y la apoplejía es como se llamaban antes los ictus. En cuanto a la paguita del cartero, las señoras sospechan que debe de ser bien sustanciosa porque, al llegar estas fechas, la 'joía' lujosa de Cata se pone hasta arriba de buñuelos de nata.

Así es mi barrio: un lugar donde un buñuelo es un lujo y una rosca frita, un capitalito.


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